En esta época viajaba seguido en la semana para ir a cursar a capital. Si bien el viaje es agotador porque tardaba alrededor de dos horas entre combinaciones de colectivos, trenes y subtes, aprovechaba el tiempo para ir leyendo, estudiando o mejor aún, abriendo grindr para ver perfiles nuevos para interactuar. Así me llegaban mensajes de chabones nuevos y poder encontrar gente interesante para conocer y coger.
El día transcurrió de lo más normal, asistiendo a clases y aprovechando un rato para comer. En esa época terminaba de cursar alrededor de las 17hs y, como era invierno, poco tiempo después ya se volvía de noche. Uno de los perfiles que me habían comenzado a hablar ese día era el de Mauro. Era un tipo de 40 y pico de años, muy fachero con pelo castaño claro y ojos verdes, pero sobre todo con un muy buen cuerpo trabajado. La conversación comenzó tranquila hablando de boludeces pero eventualmente terminó llegando a lo picante, por lo que terminamos compartiendo nudes. Sus fotos me generaron mucha curiosidad y calentura. En estas se mostraba en cuero con el cuerpo de gym trabajado y además me mostró una pija que parecía ser bastante gruesa y juguetona.
En resumen, a lo largo del día estuvimos intercambiando estos mensajes, hasta que finalmente me comenta que para las 18hs ya iba a llegar a la casa y me preguntó si quería ir a visitarlo y conocerlo. Yo ante esto me sentí lleno de emociones contradictorias y confusas. Por un lado el tipo me calentaba bastante y me generaba curiosidad conocerlo, pero por el otro me sentía inseguro yendo a la casa de un chabón que no conocía, de noche y con frío. En esta situaciones también me preguntaba qué pasaría si en persona no me gustaba, porque no quería entrar en una situación incómoda tampoco. En definitiva le terminé escribiendo que no me sentía seguro yendo a verlo para coger de una porque me daba cosa no haberlo conocido previamente en una situación más tranca. Sin embargo, él me tranquilizó bastante diciéndome que no hacía falta coger, que podía pasar a tomar algo y charlar un rato en persona para conocernos. Entonces reflexioné y medio que me obligué a salir de la rutina, por lo que terminé aceptando y yendo para su casa.
Para esto ya eran las 17:30hs y salía de la facultad rumbo a la estación para tomar el tren. El día estaba nublado, hacía frío y cada vez se ponía más oscuro. Terminé viajando decentemente a pesar de ser hora pico, y luego de bajar del tren me dispuse a caminar las pocas cuadras que me marcaba el mapa hacia la dirección que me había enviado.
Cuando llego, le aviso y espero que me abra. Esos momentos esperando siempre son tremendos porque uno está a la espera de ver con qué se va a encontrar. Finalmente apareció y por suerte era igual a sus fotos por lo que me relajé. Me saludó amistosamente y me invitó a seguirlo por un pasillo largo hasta llegar a la puerta de su casa. Él vivía en una especie de PH compartido con varios vecinos. De hecho, en el camino a su puerta, nos cruzamos con una de sus vecinas con la cual intercambió un par de palabras casuales. Yo seguía nervioso. Siempre me pregunto que pensaran los vecinos al verlo traer a un pibe, en ese tiempo casi 20 años más joven que él. Parecería bastante obvio ante las sospechas de cualquiera.
Entramos y él se mostraba súper simpático. Me preparó un té para tomar y sacó un alfajor para darme. Así charlamos un poco. Me comentó que tenía un puesto administrativo en una empresa, que le gustaba ir al gym varias veces a la semana y que le gustaba cuidarse. Así transcurrieron un par de minutos hasta que le pregunto dónde está el baño y fui a hacer pis. Cuando salgo él estaba parado en frente de la tele. Me acerco a él, me toma de la cintura y me pregunta “Estás bien?” a lo que yo respondo que sí. En ese momento me besa. Sus manos me sujetaban la cintura y la espalda manteniéndome pegado a él, puse instintivamente mis brazos alrededor de su cuello y me dejé llevar. El roce de su barba con mi boca me excitaba mucho. Luego de un tiempo empezó a acariciarme la cola. Primero por encima de la ropa pero luego metió su mano por debajo y empezó a jugar con mi agujerito mientras seguía besándome. Siempre me gusta esta instancia del juego previo. Sentir que el activo me domina y recorre todo el cuerpo.
En un momento se baja un poco el pantalón y saca la pija afuera. Era más gruesa que en la foto. La altura era buena, sin ser muy larga, pero sí muy gruesa y venosa. Entonces empiezo a manosearla. Era hermosa esa sensación de sentir su verga dura y cálida sobre mi mano. Sentir su respiración y jadeo mientras lo empezaba a pajear. A la vez, comienzo a frotarle el pecho por debajo de la remera. Sintiendo sus pectorales peludos me excito aún más.
En un momento me dice “Me calentás mucho bebe, me vas a chupar la pija”? Por supuesto que lo hice. Me arrodille enfrente de su pija. acerqué los labios y suavemente le bese la cabeza. Saqué la lengua y recorrí su tronco hasta la base de los huesos y hacia arriva de nuevo. Hasta que empecé a meterme su verga venosa en la boca y a chupársela con ganas. Miraba hacia arriba y su cara gozaba de placer. Lo escuchaba jadear diciendo “Uff sí bebé, qué rico, cometela toda”, “Es tuya”. Yo quería hacerla y poco a poco fui tragandomela más profundo, pero era muy gruesa y costaba. Yo igualmente seguía saboreandola y chupándosela cada vez más.
Luego de un rato, me hace pararme de nuevo y me ayuda a sacarme el boxer para quedar ahora sí, desnudo. Se toma un tiempo para observar bien mi culo, acariciándolo muy suavemente.
“Qué hermoso, bebé” “Me encanta, tenés un ojete divino chabón”
“Me alegra que te guste” le dije.
“Es divino, tenés el culo perfecto. Incluso una tanguita te quedaría re bien” dice mientras me queda mirando.
“Te gustan los chicos entangados?”
“Me vuelve loco. A vos con el cuerpito que tenés te quería perfecta.”
“Vos decís?”
“Querés probarte una que tengo acá?”
Nunca me había puesto una tanga, pero en ese momento me calentó mucho cumplirle el morbo a este tremendo macho. “...bueno…” le dije.
Entonces se fue hacía su cuarto y luego de un momento apareció de vuelta con un una tanga negra de encaje. Luego se arrodilló, yo apoyé mis manos en sus hombros para mantener el equilibrio y levanté un pie a la vez para que él pudiera ayudarme a ponerme la tanga. Cuando llego hacia arriba, paso la tira trasera por entre medio de los cachetes de mi culito y acodó la parte delantera lo mejor que pudo. En ese momento ya era un putito entangado.
A continuación me llevó al cuarto y empezamos a besarnos de nuevo. Mientras sentía su lengua en mi boca y por momentos en mi cuello, yo le iba manoseando la verga que estaba durísima a más no poder.
“Me la vas a comer de vuelta?”
“Sí” suspiro.
“Ponete en cuatro sobre la cama” Por lo que obedezco. “Vení, girate y quedate con el culito apuntando al espejo (tenía un espejo en la puerta del ropero), quiero verte ese hermoso ojete entangado mientras me la chupas”
Obedezco y me pongo en la posición que pide, con mi cara en frente de su verga maciza y dura. Entonces empiezo a comérmela. metiendola de a poco en la boca y saboreándola cada vez más a fondo. Él mientras tanto me sujetaba de la cabeza y veía mi culo a través del espejo.
“Eso bebé, seguí y no pares. Cometela toda. Vos podes” Yo hacía lo que me pedía.
Después de unos minutos empezó a tocarme el agujerito y a lubricarlo con el dedo mientras yo seguía con su rica pija en la boca. Sentir sus dedos me incomodaron al principio pero me fui acostumbrando luego.
“Ufff, no pares, segui, segui, me encanta” Yo ya tenía la boca cansada de estar chupándosela tanto tiempo pero aún así no dejaba de moverme.
Finalmente me agarra y me da vuelta mirando para el espejo. Se pone un forro, le echa lubricante a su pija y a mi hoyito, me corre la tirita de la tanga y empieza a meterla de a poco. El dolor al principio era intenso pero pronto fue pasando a ser placentero. Lentamente empezó a cogerme la cola. Poco a poco empecé a gemir. Me pide que levante más el culito y entra un poco más, haciéndome pegar otro gemido. Entonces me sujeta del pelo y empieza a cogerme más fuerte y agitando la respiración con cada pijazo que me metía.
A través del espejo podía verme siendo garchado por un macho que me miraba con una cara llena de calentura, mientras mi cuerpo se sacudía con cada embestida que me daba. En un momento me levanto sin sacarme la pija del culo y empezamos a comernos la boca mientras me seguía cogiendo semi parado. Finalmente me empuja para adelante y vuelvo a estar en cuatro mientras me sigue embistiendo cada vez más rápido hasta que de repente larga un gemido y se tira sobre de mí, clavándome su pija más adentro mientras larga toda la leche dentro del forro. Su corazón latiendo a mil y su cuerpo caliente encima mio.
Aproveché a bañarme y después de charlar un poco me confesó que le calentó mucho mi cara cuando vi la tanga, porque se dio cuenta que me había gustado la idea. Nos despedimos con la promesa de volver a vernos otro día y hacer más cosas. Ese día llegó pero es una historia aparte, para otro momento.
El día transcurrió de lo más normal, asistiendo a clases y aprovechando un rato para comer. En esa época terminaba de cursar alrededor de las 17hs y, como era invierno, poco tiempo después ya se volvía de noche. Uno de los perfiles que me habían comenzado a hablar ese día era el de Mauro. Era un tipo de 40 y pico de años, muy fachero con pelo castaño claro y ojos verdes, pero sobre todo con un muy buen cuerpo trabajado. La conversación comenzó tranquila hablando de boludeces pero eventualmente terminó llegando a lo picante, por lo que terminamos compartiendo nudes. Sus fotos me generaron mucha curiosidad y calentura. En estas se mostraba en cuero con el cuerpo de gym trabajado y además me mostró una pija que parecía ser bastante gruesa y juguetona.
En resumen, a lo largo del día estuvimos intercambiando estos mensajes, hasta que finalmente me comenta que para las 18hs ya iba a llegar a la casa y me preguntó si quería ir a visitarlo y conocerlo. Yo ante esto me sentí lleno de emociones contradictorias y confusas. Por un lado el tipo me calentaba bastante y me generaba curiosidad conocerlo, pero por el otro me sentía inseguro yendo a la casa de un chabón que no conocía, de noche y con frío. En esta situaciones también me preguntaba qué pasaría si en persona no me gustaba, porque no quería entrar en una situación incómoda tampoco. En definitiva le terminé escribiendo que no me sentía seguro yendo a verlo para coger de una porque me daba cosa no haberlo conocido previamente en una situación más tranca. Sin embargo, él me tranquilizó bastante diciéndome que no hacía falta coger, que podía pasar a tomar algo y charlar un rato en persona para conocernos. Entonces reflexioné y medio que me obligué a salir de la rutina, por lo que terminé aceptando y yendo para su casa.
Para esto ya eran las 17:30hs y salía de la facultad rumbo a la estación para tomar el tren. El día estaba nublado, hacía frío y cada vez se ponía más oscuro. Terminé viajando decentemente a pesar de ser hora pico, y luego de bajar del tren me dispuse a caminar las pocas cuadras que me marcaba el mapa hacia la dirección que me había enviado.
Cuando llego, le aviso y espero que me abra. Esos momentos esperando siempre son tremendos porque uno está a la espera de ver con qué se va a encontrar. Finalmente apareció y por suerte era igual a sus fotos por lo que me relajé. Me saludó amistosamente y me invitó a seguirlo por un pasillo largo hasta llegar a la puerta de su casa. Él vivía en una especie de PH compartido con varios vecinos. De hecho, en el camino a su puerta, nos cruzamos con una de sus vecinas con la cual intercambió un par de palabras casuales. Yo seguía nervioso. Siempre me pregunto que pensaran los vecinos al verlo traer a un pibe, en ese tiempo casi 20 años más joven que él. Parecería bastante obvio ante las sospechas de cualquiera.
Entramos y él se mostraba súper simpático. Me preparó un té para tomar y sacó un alfajor para darme. Así charlamos un poco. Me comentó que tenía un puesto administrativo en una empresa, que le gustaba ir al gym varias veces a la semana y que le gustaba cuidarse. Así transcurrieron un par de minutos hasta que le pregunto dónde está el baño y fui a hacer pis. Cuando salgo él estaba parado en frente de la tele. Me acerco a él, me toma de la cintura y me pregunta “Estás bien?” a lo que yo respondo que sí. En ese momento me besa. Sus manos me sujetaban la cintura y la espalda manteniéndome pegado a él, puse instintivamente mis brazos alrededor de su cuello y me dejé llevar. El roce de su barba con mi boca me excitaba mucho. Luego de un tiempo empezó a acariciarme la cola. Primero por encima de la ropa pero luego metió su mano por debajo y empezó a jugar con mi agujerito mientras seguía besándome. Siempre me gusta esta instancia del juego previo. Sentir que el activo me domina y recorre todo el cuerpo.
En un momento se baja un poco el pantalón y saca la pija afuera. Era más gruesa que en la foto. La altura era buena, sin ser muy larga, pero sí muy gruesa y venosa. Entonces empiezo a manosearla. Era hermosa esa sensación de sentir su verga dura y cálida sobre mi mano. Sentir su respiración y jadeo mientras lo empezaba a pajear. A la vez, comienzo a frotarle el pecho por debajo de la remera. Sintiendo sus pectorales peludos me excito aún más.
En un momento me dice “Me calentás mucho bebe, me vas a chupar la pija”? Por supuesto que lo hice. Me arrodille enfrente de su pija. acerqué los labios y suavemente le bese la cabeza. Saqué la lengua y recorrí su tronco hasta la base de los huesos y hacia arriva de nuevo. Hasta que empecé a meterme su verga venosa en la boca y a chupársela con ganas. Miraba hacia arriba y su cara gozaba de placer. Lo escuchaba jadear diciendo “Uff sí bebé, qué rico, cometela toda”, “Es tuya”. Yo quería hacerla y poco a poco fui tragandomela más profundo, pero era muy gruesa y costaba. Yo igualmente seguía saboreandola y chupándosela cada vez más.
Luego de un rato, me hace pararme de nuevo y me ayuda a sacarme el boxer para quedar ahora sí, desnudo. Se toma un tiempo para observar bien mi culo, acariciándolo muy suavemente.
“Qué hermoso, bebé” “Me encanta, tenés un ojete divino chabón”
“Me alegra que te guste” le dije.
“Es divino, tenés el culo perfecto. Incluso una tanguita te quedaría re bien” dice mientras me queda mirando.
“Te gustan los chicos entangados?”
“Me vuelve loco. A vos con el cuerpito que tenés te quería perfecta.”
“Vos decís?”
“Querés probarte una que tengo acá?”
Nunca me había puesto una tanga, pero en ese momento me calentó mucho cumplirle el morbo a este tremendo macho. “...bueno…” le dije.
Entonces se fue hacía su cuarto y luego de un momento apareció de vuelta con un una tanga negra de encaje. Luego se arrodilló, yo apoyé mis manos en sus hombros para mantener el equilibrio y levanté un pie a la vez para que él pudiera ayudarme a ponerme la tanga. Cuando llego hacia arriba, paso la tira trasera por entre medio de los cachetes de mi culito y acodó la parte delantera lo mejor que pudo. En ese momento ya era un putito entangado.
A continuación me llevó al cuarto y empezamos a besarnos de nuevo. Mientras sentía su lengua en mi boca y por momentos en mi cuello, yo le iba manoseando la verga que estaba durísima a más no poder.
“Me la vas a comer de vuelta?”
“Sí” suspiro.
“Ponete en cuatro sobre la cama” Por lo que obedezco. “Vení, girate y quedate con el culito apuntando al espejo (tenía un espejo en la puerta del ropero), quiero verte ese hermoso ojete entangado mientras me la chupas”
Obedezco y me pongo en la posición que pide, con mi cara en frente de su verga maciza y dura. Entonces empiezo a comérmela. metiendola de a poco en la boca y saboreándola cada vez más a fondo. Él mientras tanto me sujetaba de la cabeza y veía mi culo a través del espejo.
“Eso bebé, seguí y no pares. Cometela toda. Vos podes” Yo hacía lo que me pedía.
Después de unos minutos empezó a tocarme el agujerito y a lubricarlo con el dedo mientras yo seguía con su rica pija en la boca. Sentir sus dedos me incomodaron al principio pero me fui acostumbrando luego.
“Ufff, no pares, segui, segui, me encanta” Yo ya tenía la boca cansada de estar chupándosela tanto tiempo pero aún así no dejaba de moverme.
Finalmente me agarra y me da vuelta mirando para el espejo. Se pone un forro, le echa lubricante a su pija y a mi hoyito, me corre la tirita de la tanga y empieza a meterla de a poco. El dolor al principio era intenso pero pronto fue pasando a ser placentero. Lentamente empezó a cogerme la cola. Poco a poco empecé a gemir. Me pide que levante más el culito y entra un poco más, haciéndome pegar otro gemido. Entonces me sujeta del pelo y empieza a cogerme más fuerte y agitando la respiración con cada pijazo que me metía.
A través del espejo podía verme siendo garchado por un macho que me miraba con una cara llena de calentura, mientras mi cuerpo se sacudía con cada embestida que me daba. En un momento me levanto sin sacarme la pija del culo y empezamos a comernos la boca mientras me seguía cogiendo semi parado. Finalmente me empuja para adelante y vuelvo a estar en cuatro mientras me sigue embistiendo cada vez más rápido hasta que de repente larga un gemido y se tira sobre de mí, clavándome su pija más adentro mientras larga toda la leche dentro del forro. Su corazón latiendo a mil y su cuerpo caliente encima mio.
Aproveché a bañarme y después de charlar un poco me confesó que le calentó mucho mi cara cuando vi la tanga, porque se dio cuenta que me había gustado la idea. Nos despedimos con la promesa de volver a vernos otro día y hacer más cosas. Ese día llegó pero es una historia aparte, para otro momento.
1 comentarios - Mi primera vez en tanguita