Luegode lo ocurrido, me senté fingiendo somnolencia y ebriedad, misobrino se divertía bailando con su novia, las amigas de ella y engeneral con toda mujer que estuviera ahí, incluidas algunas amigasde su madrastra y sus vecinas, era por demás obvio que el muchacholes daba verga si no a todas, a una buena parte de ellas, se podíanotar por como la mayoría lo miraba embobadas. Sentía verdaderaenvida y admiración por mi sobrino, lo cierto es que ya no meimportaba que se estuviera cogiendo a mi mujer, la idea me excitabamucho, pero la verdad es que quería seguir espiando. Eran casi lascuatro de la mañana cuando nos despedimos, mi sobrino le dio un besoen la mejilla a su hermana, uno a su madrastra y un apretón de manosy un abrazó a su padre, dijo que esperaba poder regresar a casapronto y que era todo un gusto ver a su familia de nuevo. Luego deesto mi sobrino me ayudo a subir al auto ya que estaba muy “ebrio”como para conducir, de modo que me acomodó en el asiento traseropara que pudiera recostarme un poco, me dijo, mientras llegábamos acasa. El trayecto de la casa de mi cuñado a la miá era de unoscuarenta minutos en auto. Mi sobrino se ofreció a manejar, pues mimujer había bebido un poco, yo no puse objeciones y tan pronto mesubí al auto fingí dormir. Mientras conducía pude notar como lamano de mi sobrino pasaba de la palanca de cambios a la pierna de mimujer y más allá, al mismo tiempo mi esposa vigilaba discretamenteque estuviera dormido, para luego llevar su mano a la entre pierna demi sobrino, quien me imagine ya llevaría la verga de fuera ycompletamente parada. Mientras esto pasaba yo empecé a fingir unleve ronquido, para que supieran que iba dormido, mi sobrino empezóa preguntarme si iba bien allá atrás, a lo que respondí con unnuevo ronquido, que bien dijo mi sobrino, tío me dijo, ¿te molestaque tu mujer me chupe la verga mientras conduzco? Si seras cabrónpensé y ronqué de nuevo. Ya escuchaste putita, a tu marido cornudono le importa, a lo que mi mujer respondió con gracias mi amor,mientras volteaba a verme y seinclinaba para mamar la verga de su sobrino. Mmmm esta verga tienesabor a que se estuvo divirtiendo. Así es putita, limpiame bienporque las putas que me cogí en la fiesta me la dejaron pegajosa,decía esto mientras se escuchaba como mi mujer limpiaba, chupaba ypor momentos se atragantaba. Misobrino conducía con cuidado y poco a poco fue bajando la velocidad,al no poder ver donde estábamos, pero llegó un momento en que sedetuvo por completo y reclino el asiento un poco, de modo que mimujer se acercó aun másy mi sobrino estiró su brazo y era obvio que estaba masturbando a miesposa. Venga tía dijo mi sobrino, salgamos y te parto el culo tal ycomo te gusta, nada me gustaría más sobrinito hermoso, pero enla calle es peligroso, vamos a casa y ahí podemos... por respuestami mujer recibióuna nalgada que resonó en todo el coche, te dí una orden, saca tuculo de puta del autoy pon las manos contra el cofre. Mimujer era ya una esclava sin voluntad, por lo que obedeció deinmediato, mi sobrino salio también, ambos cerraronlas puertas y me pude incorporar un poco, lo suficiente como paraver, como mi mujer se recargaba contra el cofre del auto, ponía elculo en pompa, mi sobrino le subía el vestido, le arrancaba laspantaletas violentamente y de un solo golpe le llenaba el culo deverga a mi mujer. Yo no podía creer hasta donde llegaba el dominioque ejercía mi sobrino sobre las mujeres a su alrededor, era casimagico. El auto sesacudía con las embestidas salvajes que mi sobrino le daba al culode su tía, escuchaba claramente como chocaban sus caderas contra lasnalgas de su tía, a mi mujer gemir y gritar que le partiera el culo.No estuvieron cogiendomucho, apenas fueron unos cinco minutos, a la fecha creo que misobrino lo hizo solo para someter a mi mujer y demostrarle quienmanda. Luego de esto subieron de nuevo y volvimos a casa, durantetodo el trayecto mi mujer iba abrazada a mi sobrino con su cabezarecargada en su hombro como si fueran una pareja de enamorados.
Llegamosa casa y mientras mi mujer abría la puerta, mi sobrino me ayudó asalir del auto y me llevó al sofá de la sala, una vez acostado ahí,mi mujer salió de nuestra habitación, con una almohada y una sabanay mientras se inclinaba para acomodar mi cabeza en la almohada susobrino no dejaba de sobarle el culo. Dale las buenas noches al tío,tita, dicho esto mi mujer se inclino y me besó en la frente, buenasnoches mi amor, sonó una nalgada, dile que esta noche la pasarasconmigo. Nuestro sobrinito me va a cuidar hoy para que tu puedasdescansar, amorcito. Dicho esto, ambos se fueron a nuestra habitacióny pude escuchar como cogieron por al menos un par de horas. Me dormíy no desperté sino hasta que escuché como la puerta de mihabitación se abría y mi sobrino salía completamente desnudo y semetía en su propio cuarto, me levanté sigilosamente y me asomé ami cuarto, el olor a sexo era impresionante, mi mujer dormía agotadacon las piernas abiertas, sin ningún cuidado como si no le importaraque yo me enterara, semen goteaba de su vagina y su culo. Me retiréy dormí nuevamente. Pensé que mi sobrino solo se quedaría dossemanas más y que trataría de aprovecharlas lo mejor posible, porlo que trate de pensar en como ser testigo de todo lo que pudiera. Ala mañana siguiente me levanté, mi mujer estaba limpiando elcuarto, lucía unas ojeras tremendas como si hubiera estado despiertatoda la noche, pero al mismo tiempo se veía tan contenta comosiempre. Me dio los buenos días, me preparó el desayuno y se sentóconmigo mientras se tomaba un café.
Alno ver a mi sobrino merodeando me dio algo de curiosidad y preguntépor el, ¿donde esta Carlos? Salió un momento, dijo que necesitabahacer algo de ejercicio y salió a dar la vuelta por el vecindario,que bien, dije y terminé mi desayuno. Aprovechando que era domingo,decidí salir al patio y arreglar un poco el jardín. Fui a lacochera y pude notar que mis herramientas de jardín estaban algooxidadas, por lo que decidí hacer un viaje rápido a la ferretería.Durante el trayecto, vi a mi sobrino, iba por la banqueta trotando,llevaba una manga corta de color blanco y un pants, debido al troteel sudor hacía que se le pegara en al cuerpo. Al verme me saludo yyo le regresé el saludo. Luego de comprar algunas cosas en laferretería regresé a casa. Nuevamente encontré a mi sobrino en eltrayecto, esta vez muy cerca de mi casa, estaba charlando con una denuestras vecinas, Estefanía. Estefanía era una señora de unostreinta y cinco años, algo rellenita, con senos medianos, piernaslargas y un buen culo, aunque nada de esto lo lucía mucho puesvestía vestidos muy holgados que no se le pegaban al cuerpo, estabacasada y tenía una hija que recientemente había cumplido quinceaños. Por lo que pude ver, mi sobrino hacía gala de todo suencanto, la mujer sonreía y charlaba con él alegremente, para quienno supiera sobre las aficiones de mi sobrino no era nada sospechoso,para mi que lo conocía bien, era una señal de que Estefanía prontoconocería mejor a mi sobrino. En todo caso, me acerque y los saludea ambos, la vecina me contó su marido estaba fuera de la ciudad yque necesitaba ayuda para mover algunos muebles y que mi sobrino alparecer un muchacho fuerte quizá podría ayudarla, si le dábamospermiso claro. Le respondí que no había ningún problema, que si yotuviera algo de tiempo libre también la ayudaría, pero que en esemomento estaba algo ocupado, le dije a Carlos que se portara bien yobedeciera a Estefanía, luego de esto encendí el auto y me dirigía casa. Tan pronto llegué, supe que no podía perder mucho tiempo,salí y me dirigí a la casa de los vecinos. No había mucha gentepor la calle, cosa que agradecí, no quería ser descubierto espiandoa los vecinos. Entre en el terreno de la casa y busque una ventana,la primer ventana daba a la sala, ahí no había nadie, fui a lasiguiente, era una especie de estudio, nada, estaba por darme porvencido y regresar, cuando escuche algunas voces. Y este es el ultimodijo mi vecina, regresé a la primer ventana, mi vecina vestía untop negro y un short de mezclilla que le llegaba a medio muslo, muydiferente de los vestidos holgados que normalmente vestía. Misobrino cargaba un sillón individual, mismo que colocó en donde lavecina le indicó. Parecé que mi vecina había lavado los sillonesen el patio y ahora necesitaba colocarlos en su lugar. Mi vecina seacercó a mi sobrino y le ofreció un vaso de agua, muchas graciasvecina, dijo mi sobrino, tomó el vaso y empezó a beber, parte delagua le corrió por el cuello, la vecina le ofreció más, mi sobrinodijo que sí que hacía bastante calor al tiempo que le sonreía. Lavecina se dirigió a la cocina por más agua, al tiempo que misobrino se acariciaba el bulto y se quitaba la camisa, la vecinaregresó a la sala y miró a mi sobrino detenidamente mientras leofrecía el vaso con agua, mi sobrino tomó el vaso al tiempo que leacariciaba levemente la mano a la vecina, bebió y dejó que el aguale resbalara por el cuelo y el torso. Vaya que hace calor, ¿no,vecina? Sí, vecino, hace mucho calor, dijo Estefanía mientras seabanicaba con las manos. El bulto en los pantalones de mi sobrino yaempezaba a notarse mucho, mi sobrino se pasó la camisa por el torsolimpiándose el sudor, pero sobre todo luciendo su estomago plano ymarcado. La vecina miraba embobada a mi sobrino y pasaba la vista desu torso al bulto en sus pantalones. Mi sobrino notó esto, colocóel vaso en una mesita y se acercó a la vecina y la besó porsorpresa. La vecina no hizo ademan de resistirse, antes bienrespondió inmediatamente el beso de mi sobrino, al tiempo querodeaba su cuello con sus brazos y mi sobrino le rodeaba la cinturacon una de sus manos y con su mano libre le empezaba a magrear sustetas. Mi sobrino subió el top de la vecina descubriendo un par detetas redondas con los pezones azulados bien duros y pidiendo guerra.Dejó de besarla y bajo por su cuello, lamiendo y besando, hasta suspechos y se prendio de ellos, al tiempo que su mano ya había hayadocamino dentro del short de la vecina, esta se limitaba a gemir con lacabeza hechada hacía atrás y los ojos cerrados. En menos de loimaginado mi sobrino ya le había quitado el top y se había colocadodetras de ella desabrochando y bajando su short, en un parpadeoEstefanía estaba desnuda en su sala completamente a merced de misobrino. Sus nalgas eran redondas y blancas, no tan buenas como lasde mi mujer pero si muy apetecibles y su pubis estaba poblado por unagruesa mata de pelo negro que le subía hasta casi el ombligo, estopareció excitar a mi sobrino, quien rápidamente tumbó a la vecinasobre uno de los sillones y se dedico a mamar su velluda vulva. Lavecina gemía y gritaba de placer: ahhh así, vecinito, así, ahíchupame más, mi sobrino se incorporó y se bajó los pantalones contodo y calzoncillos liberando su monstruosa verga, a lo que la vecinareaccionó abriendo los ojos con una mezcla de miedo y excitación.Pensé que la iba a poner a mamar, pero en lugar de eso con fuerza ysin ninguna ceremonia le clavó la verga hasta la mitad, arrancandoleun grito y obligando a la vecina a echar la cabeza para atrás.¡Ayyyyy vecino! Me rompes la panocha ayyyy, con cuidado, aguantavecinita, ya veras como te gusta, dijo mi sobrino jadeando. ¡Ay, ay,ay, eres un toro, mi vida! ¡Me llenas toda! A lo que mi sobrinorespondió dejando ir todo el resto de su tranca a las profundidadesde la vagina de Estefanía, al tiempo que la besaba de un modo másobsceno que la propia cogida. La vecina rodeo el cuello de mi sobrinocon sus brazos y este al sentir esto empezó a levantarla, al sentiresto la vecina cruzo las piernas detrás de las caderas de mi sobrinoy en unos segundos ya estaba cogiendo parados, si antes sentíaenvidia de mi sobrino en este momento sentía autentica admiración.Era increíble la energía y la fuerza que poseía el joven semental,por un momento quise hablar con mi sobrino y confesar que lo sabíatodo y que no estaba molesto, pero que quería que me contara susaventuras, que me permitiera ser testigo de ellas, pero no sabíacomo reaccionaría, además de que no era el momento, seguí oculto,mirando y escuchando. ¡Ay, así, así, Carlos! Como me llenas, tesiento hasta el fondo. ¿Te gusta como te cojo? Me encanta mi amor,dame más duro, mi sobrino hacía saltar a la vecina con sus caderas,el sudor cubría a ambos y la vecina aullaba de placer. En cuanto tevi supe que te iba a terminar cogiendo putita, se nota que tu maridono sirve para esto. No, nadie me lo hace tan bien como tu, mi amor,dame duro ya siento que me vengo. Al escuchar esto mi sobrino colocóa la vecina sobre uno de los sillones y arremetió con rabia.Asiiiiiii, asiiiiii, rompeme, cogeme, me llenas toda, Carlos, mivida! Mi sobrino dio unos cuantos empujones más y finalizo con unfirme empujón de cadera, al tiempo que tomaba las tetas de la vecinay las apretaba fuertemente pujando de gusto. La vecina le dejó bienlimpia la verga, luego de lo cual charlaron un rato, para luegovestirse y acordar reunirse nuevamente. Salí rápidamente, me dirigía casa y de camino me topé con la hija de la vecina que volvía dela escuela, la salude amablemente y pensé, vas a encontrar biencontenta a tu mami
Llegamosa casa y mientras mi mujer abría la puerta, mi sobrino me ayudó asalir del auto y me llevó al sofá de la sala, una vez acostado ahí,mi mujer salió de nuestra habitación, con una almohada y una sabanay mientras se inclinaba para acomodar mi cabeza en la almohada susobrino no dejaba de sobarle el culo. Dale las buenas noches al tío,tita, dicho esto mi mujer se inclino y me besó en la frente, buenasnoches mi amor, sonó una nalgada, dile que esta noche la pasarasconmigo. Nuestro sobrinito me va a cuidar hoy para que tu puedasdescansar, amorcito. Dicho esto, ambos se fueron a nuestra habitacióny pude escuchar como cogieron por al menos un par de horas. Me dormíy no desperté sino hasta que escuché como la puerta de mihabitación se abría y mi sobrino salía completamente desnudo y semetía en su propio cuarto, me levanté sigilosamente y me asomé ami cuarto, el olor a sexo era impresionante, mi mujer dormía agotadacon las piernas abiertas, sin ningún cuidado como si no le importaraque yo me enterara, semen goteaba de su vagina y su culo. Me retiréy dormí nuevamente. Pensé que mi sobrino solo se quedaría dossemanas más y que trataría de aprovecharlas lo mejor posible, porlo que trate de pensar en como ser testigo de todo lo que pudiera. Ala mañana siguiente me levanté, mi mujer estaba limpiando elcuarto, lucía unas ojeras tremendas como si hubiera estado despiertatoda la noche, pero al mismo tiempo se veía tan contenta comosiempre. Me dio los buenos días, me preparó el desayuno y se sentóconmigo mientras se tomaba un café.
Alno ver a mi sobrino merodeando me dio algo de curiosidad y preguntépor el, ¿donde esta Carlos? Salió un momento, dijo que necesitabahacer algo de ejercicio y salió a dar la vuelta por el vecindario,que bien, dije y terminé mi desayuno. Aprovechando que era domingo,decidí salir al patio y arreglar un poco el jardín. Fui a lacochera y pude notar que mis herramientas de jardín estaban algooxidadas, por lo que decidí hacer un viaje rápido a la ferretería.Durante el trayecto, vi a mi sobrino, iba por la banqueta trotando,llevaba una manga corta de color blanco y un pants, debido al troteel sudor hacía que se le pegara en al cuerpo. Al verme me saludo yyo le regresé el saludo. Luego de comprar algunas cosas en laferretería regresé a casa. Nuevamente encontré a mi sobrino en eltrayecto, esta vez muy cerca de mi casa, estaba charlando con una denuestras vecinas, Estefanía. Estefanía era una señora de unostreinta y cinco años, algo rellenita, con senos medianos, piernaslargas y un buen culo, aunque nada de esto lo lucía mucho puesvestía vestidos muy holgados que no se le pegaban al cuerpo, estabacasada y tenía una hija que recientemente había cumplido quinceaños. Por lo que pude ver, mi sobrino hacía gala de todo suencanto, la mujer sonreía y charlaba con él alegremente, para quienno supiera sobre las aficiones de mi sobrino no era nada sospechoso,para mi que lo conocía bien, era una señal de que Estefanía prontoconocería mejor a mi sobrino. En todo caso, me acerque y los saludea ambos, la vecina me contó su marido estaba fuera de la ciudad yque necesitaba ayuda para mover algunos muebles y que mi sobrino alparecer un muchacho fuerte quizá podría ayudarla, si le dábamospermiso claro. Le respondí que no había ningún problema, que si yotuviera algo de tiempo libre también la ayudaría, pero que en esemomento estaba algo ocupado, le dije a Carlos que se portara bien yobedeciera a Estefanía, luego de esto encendí el auto y me dirigía casa. Tan pronto llegué, supe que no podía perder mucho tiempo,salí y me dirigí a la casa de los vecinos. No había mucha gentepor la calle, cosa que agradecí, no quería ser descubierto espiandoa los vecinos. Entre en el terreno de la casa y busque una ventana,la primer ventana daba a la sala, ahí no había nadie, fui a lasiguiente, era una especie de estudio, nada, estaba por darme porvencido y regresar, cuando escuche algunas voces. Y este es el ultimodijo mi vecina, regresé a la primer ventana, mi vecina vestía untop negro y un short de mezclilla que le llegaba a medio muslo, muydiferente de los vestidos holgados que normalmente vestía. Misobrino cargaba un sillón individual, mismo que colocó en donde lavecina le indicó. Parecé que mi vecina había lavado los sillonesen el patio y ahora necesitaba colocarlos en su lugar. Mi vecina seacercó a mi sobrino y le ofreció un vaso de agua, muchas graciasvecina, dijo mi sobrino, tomó el vaso y empezó a beber, parte delagua le corrió por el cuello, la vecina le ofreció más, mi sobrinodijo que sí que hacía bastante calor al tiempo que le sonreía. Lavecina se dirigió a la cocina por más agua, al tiempo que misobrino se acariciaba el bulto y se quitaba la camisa, la vecinaregresó a la sala y miró a mi sobrino detenidamente mientras leofrecía el vaso con agua, mi sobrino tomó el vaso al tiempo que leacariciaba levemente la mano a la vecina, bebió y dejó que el aguale resbalara por el cuelo y el torso. Vaya que hace calor, ¿no,vecina? Sí, vecino, hace mucho calor, dijo Estefanía mientras seabanicaba con las manos. El bulto en los pantalones de mi sobrino yaempezaba a notarse mucho, mi sobrino se pasó la camisa por el torsolimpiándose el sudor, pero sobre todo luciendo su estomago plano ymarcado. La vecina miraba embobada a mi sobrino y pasaba la vista desu torso al bulto en sus pantalones. Mi sobrino notó esto, colocóel vaso en una mesita y se acercó a la vecina y la besó porsorpresa. La vecina no hizo ademan de resistirse, antes bienrespondió inmediatamente el beso de mi sobrino, al tiempo querodeaba su cuello con sus brazos y mi sobrino le rodeaba la cinturacon una de sus manos y con su mano libre le empezaba a magrear sustetas. Mi sobrino subió el top de la vecina descubriendo un par detetas redondas con los pezones azulados bien duros y pidiendo guerra.Dejó de besarla y bajo por su cuello, lamiendo y besando, hasta suspechos y se prendio de ellos, al tiempo que su mano ya había hayadocamino dentro del short de la vecina, esta se limitaba a gemir con lacabeza hechada hacía atrás y los ojos cerrados. En menos de loimaginado mi sobrino ya le había quitado el top y se había colocadodetras de ella desabrochando y bajando su short, en un parpadeoEstefanía estaba desnuda en su sala completamente a merced de misobrino. Sus nalgas eran redondas y blancas, no tan buenas como lasde mi mujer pero si muy apetecibles y su pubis estaba poblado por unagruesa mata de pelo negro que le subía hasta casi el ombligo, estopareció excitar a mi sobrino, quien rápidamente tumbó a la vecinasobre uno de los sillones y se dedico a mamar su velluda vulva. Lavecina gemía y gritaba de placer: ahhh así, vecinito, así, ahíchupame más, mi sobrino se incorporó y se bajó los pantalones contodo y calzoncillos liberando su monstruosa verga, a lo que la vecinareaccionó abriendo los ojos con una mezcla de miedo y excitación.Pensé que la iba a poner a mamar, pero en lugar de eso con fuerza ysin ninguna ceremonia le clavó la verga hasta la mitad, arrancandoleun grito y obligando a la vecina a echar la cabeza para atrás.¡Ayyyyy vecino! Me rompes la panocha ayyyy, con cuidado, aguantavecinita, ya veras como te gusta, dijo mi sobrino jadeando. ¡Ay, ay,ay, eres un toro, mi vida! ¡Me llenas toda! A lo que mi sobrinorespondió dejando ir todo el resto de su tranca a las profundidadesde la vagina de Estefanía, al tiempo que la besaba de un modo másobsceno que la propia cogida. La vecina rodeo el cuello de mi sobrinocon sus brazos y este al sentir esto empezó a levantarla, al sentiresto la vecina cruzo las piernas detrás de las caderas de mi sobrinoy en unos segundos ya estaba cogiendo parados, si antes sentíaenvidia de mi sobrino en este momento sentía autentica admiración.Era increíble la energía y la fuerza que poseía el joven semental,por un momento quise hablar con mi sobrino y confesar que lo sabíatodo y que no estaba molesto, pero que quería que me contara susaventuras, que me permitiera ser testigo de ellas, pero no sabíacomo reaccionaría, además de que no era el momento, seguí oculto,mirando y escuchando. ¡Ay, así, así, Carlos! Como me llenas, tesiento hasta el fondo. ¿Te gusta como te cojo? Me encanta mi amor,dame más duro, mi sobrino hacía saltar a la vecina con sus caderas,el sudor cubría a ambos y la vecina aullaba de placer. En cuanto tevi supe que te iba a terminar cogiendo putita, se nota que tu maridono sirve para esto. No, nadie me lo hace tan bien como tu, mi amor,dame duro ya siento que me vengo. Al escuchar esto mi sobrino colocóa la vecina sobre uno de los sillones y arremetió con rabia.Asiiiiiii, asiiiiii, rompeme, cogeme, me llenas toda, Carlos, mivida! Mi sobrino dio unos cuantos empujones más y finalizo con unfirme empujón de cadera, al tiempo que tomaba las tetas de la vecinay las apretaba fuertemente pujando de gusto. La vecina le dejó bienlimpia la verga, luego de lo cual charlaron un rato, para luegovestirse y acordar reunirse nuevamente. Salí rápidamente, me dirigía casa y de camino me topé con la hija de la vecina que volvía dela escuela, la salude amablemente y pensé, vas a encontrar biencontenta a tu mami
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