Pasaron los días y mi mujer se notaba feliz, despertaba temprano, preparaba el desayuno para todos siempre sonriente, ya no evitaba a mi sobrino y por extraño que suene no había dejado de tener relaciones conmigo... aunque lo cierto es que era notorio que su vagina estaba cada día más suelta y algunas veces se notaba algo irritada. Yo me sabía cornudo en mi propia casa y creo que mi sobrino sabía que yo sabía, pues aveces notaba como me miraba sonriendo con sorna cuando me hablaba sobre mi mujer y lo mucho que trabajaba en la casa y esas cosas. Yo me hice adicto a los videos, todas las noches, cuando todos dormían, revisaba las grabaciones. Fui testigo de como mi sobrino iba sometiendo a mi esposa al punto de que la tenía completamente dominada con su verga, mi mujer hacía todo lo que le pedía, se llegó a poner parte de su vestido de novia para que se la cogiera, me llamó a la oficina solo porque a mi sobrino le daba morbo que me hablara de cualquier cosa mientras le mamaba la verga y muchas cosas más, pero lo que más me dolía es que mi esposa se prestaba a todas ellas con un gusto y una dedicación como nunca vi en ninguna otra faceta de nuestro matrimonio, parecía como si tratara de compensarme o mantenerme contento. Claro yo lo sabía, había vigilado de cerca cada cogida de mi esposa y mi sobrino, siempre terminaban con mi sobrino diciendole a mi esposa que me tratara bien para que yo no sospechara nada, y fuera del hecho de que ahora mi esposa me ponía los cuernos con un muchacho que podía ser nuestro hijo y que de hecho estaba viviendo en nuestra casa como si lo fuera, yo no tenía ninguna queja del comportamiento de mi esposa, estaba resignado... La rutina en casa seguía igual que siempre, me iba a trabajar por las mañanas, mi sobrino iba a clases y mi mujer se quedaba en casa, la única diferencia era que mientras yo no estaba, se entregaban a la pasión de forma escandalosa.
Pasaron un par de meses cuando mi esposa recibió un llamada de su hermano, se acercaba el cumpleaños de su nueva esposa e iban a dar una gran fiesta en su casa, obviamente se requería de nuestra presencia, especialmente de la de mi sobrino. Mi mujer estaba nerviosa, creo que le asustaba que su sobrino regresara a vivir con su padre y su madrastra y que esto la separara de su macho, de modo que los días antes de la fiesta sus encuentros fueron frenéticos, cogieron en practicamente toda la casa y en todas las posiciones imaginables y algunas veces a mis espaldas. Por las noches, veía todo esto y terminaba cogiendome a mi mujer con furia, ella parecía disfrutar del sexo conmigo, sin embargo tan pronto me quedaba dormido, mi mujer se levantaba y se encerraba en el cuarto de mi sobrino. Tan pronto me di cuenta de esto, empecé a fingir que me quedaba dormido y cuando salía mi mujer a encontrarse con su joven semental, me levantaba y pegaba el oído a la puerta. Escuchaba como las caderas de mi sobrino se estrellaban contra las nalgas de mi esposa, el sonido húmedo de las carnes y los gemidos ahogados de mi mujer. Los susurros de mi sobrino me llenaban de morbo y de celos: ¿Qué pasó tita, la verga de mierda del tío ya no te satisface? Mmmm era la única respuesta de mi mujer, luego, viendo el video, me di cuenta que mientras supuestamente dormía en mi habitación, si mi mujer y su sobrino cogian, mi mujer estaba regularmente tapandose la boca o mordiendo alguna almohada habiendo visto que tan salvaje era el sexo entre los dos, era natural que mi mujer gritara e hiciera ruido, además de que si yo no estaba cerca, mi sobrino solía hablar muy fuerte gritando toda clase de obsenidades e insultos, siempre tratando a mi mujer de puta. Incluso cuando yo no estaba en casa se refería a ella como su puta, su tía puta o su perrita. Luego de casi una hora de estar cogiendo, de que escuchara como mi mujer ahogaba sus gritos de placer y sus climax y de escuchar a mi sobrino decirle toda clase de obscenidades a mi mujer, mi sobrino le dio una sonora nalgada a su tía y le dijo, es suficiente putita mia, anda a dormir, que mañana tenemos fiesta en la casa de tu hermano y quiero que estés descansada, sí mi amor dijo mi mujer, esa fue mi señal de salida, y me retire a mi habitación, desde ese momento se me hizo costumbre, siempre que pudiera, vigilar a mi sobrino, me había vuelto un voyeur.
Al día siguiente, mi mujer, su sobrino y yo nos dirigimos a la casa de su hermano, mi mujer llevaba un vestido de fiesta color negro, con un escote revelador pero no escandaloso, se veía espectacular. La casa de mi cuñado es una casa amplía de dos plantas, cuenta con un patio trasero es muy grande y fue decorado para la ocasión. Tan pronto llegamos salió mi cuñado a recibirnos, hermana, cuñado, bienvenidos, nos dijo evitando mencionar a su hijo, como se porta mi muchacho dijo finalmente mirando a Carlos, con una sonrisa pero con unos ojos sumamente desconfiados que me parecieron sumamente familiares. Mi mujer, saludo a su hermano y le dijo que Carlos se portaba muy bien y que era un muchacho excelente, que siempre la ayudaba en casa; bien sabía yo como la ayudaba. Sí dijo mi cuñado, bueno me da gusto, que estén todos aquí, saludo a su hijo con un apretón de manos y dijo que le alegraba mucho que estuviera ahí y que esperaba que pronto pudiera volver a casa, a lo que mi sobrino respondió diciendo, claro que sí pá, dare mi mejor esfuerzo para llevarme mejor con Jessica y Paula. Pasamos a la casa donde estaba la nueva esposa de mi cuñado, Jessica cariño mira quien esta aquí. Jessica vino desde la cocina, era una mujer bastante atractiva, de 1.60 de estatura, con un espectacular trasero y unos senos medianos pero muy firmes, de piel blanca y cabello negro muy lacios que le caían sueltos hasta los hombros. Hola, nos dijo, nos alegra mucho que hayan venido, saludándonos a mi y mi esposa con dos besos en las mejillas, sin embargo guardaba las distancias con mi sobrino, se limitó a decirle de un modo bastante falso que era un placer tenerlo en casa de nuevo. Carlos preguntó entonces por Paula, su hermanastra, Jessica frunciendo el ceño le dijo que estaba en su habitación y que bajaría en cualquier momento. Pasamos todos al patio y ocupamos lugares en una mesa, luego de un rato apareció Paula la hermanastra. Paula era un par de años mayor que Carlos, era más alta que su madre, tenía pechos pequeños, pero por lo que pude ver tenía un buen par de nalgas, su cabello estaba recogido en una cola de caballo, vestía un conjunto de pantalón negro algo ajustado y blusa blanca. Pude notar como sonrió al ver a mi sobrino, yo sabía bien porque, se acerco y nos saludo a todos con dos besos. Me da gusto verlos a todos de nuevo, nos dijo, era una muchacha muy educada y amable. Luego de una conversación intrascendente, pasamos al patio y la fiesta comenzó.
Mi esposa y yo bailamos y bebimos, al tiempo que mi sobrino pasaba el tiempo conversando con su padre y su esposa. Al poco rato mi mujer y yo nos sentamos, mi sobrino se vino hacia nosotros y nos preguntó si estábamos disfrutando de la fiesta, le dijimos que sí, que era una muy buena fiesta. Me da mucho gustó, respondió, me permites sacar a bailar a esta hermosa jovencita, dijo mi sobrino refiriéndose a mi esposa, yo estaba algo ebrio y las palabras de mi sobrino me sacarón de mi estupor alcohólico, por supuesto respondí, adelante cariño, le dije a mi esposa, baila con tu sobrino, le dije a mi esposa exagerando mi ebriedad, pensando que así le daría mayor libertad a mi sobrino para actuar. Mi esposa y mi sobrino salieron a la improvisada pista de baile y yo me quede sentado, fingiendo beber. Pude notar como mi esposa bailaba con su sobrino tratando de disimular lo mejor que podía, pero mi sobrino aprovechaba el momento para restregarle el bulto a mi esposa, quien de cuando en cuando giraba la cabeza como vigilando que nadie notara nada. Luego de un rato de “baile” mi sobrino pareció decirle algo a mi mujer al oído, para luego traerla a la mesa donde yo fingía estar muy ebrio. El bulto en los pantalones de mi sobrino era notorio, pero la fiesta estaba tan animada para este punto que no muchos le prestaban atención, sin embargo pude notar como atraía las miradas de algunas mujeres, entre ellas, algunas vecinas, amigas de su madrastra y su hermanastra. Quizás por esto no bailo más tiempo con mi mujer, ya que tan pronto como terminó la trajo a la mesa, medio las gracias y me dijo que era una mujer que bailaba muy bien, y bien que sabía yo lo buenos que eran “bailando” juntos, luego de lo cual se disculpó y se fue a bailar con otras mujeres. La fiesta transcurrió con normalidad por unas cuantas horas más, mi sobrino bailo con prácticamente todas las mujeres apetecibles de la fiesta y nada hubiera sido extraordinario de no ser por un incidente que ocurrió ya casi al final.
Fingiendo aun ebriedad, le dije a mi mujer que tenía que ir al baño. Me levante y entre a la casa, dentro de la casa no había mucha gente, algún invitado reposaba en la sala y alguno más que abandonaba la fiesta. Me dirigí al baño del segundo piso, siempre procurando no hacer ruido. Abrí la puerta y orine, lave mi casa y me despejé, aunque había estado fingiendo beber, eso no evitaba que lo que había bebido al principio me hubiera aligerado la cabeza. Me tomé un minuto para reposar un poco y en eso estaba cuando escuche pasos venir por el pasillo, eran dos personas que intentaban no hacer ruido, apagué la luz y me pegué el oído a la puerta, pude escuchar como una mujer le decía a alguien que se apresurara. Cuando se alejaron un poco abrí un poco la puerta y vi que se trataba de mi sobrino y su hermanastra, quienes se dirigieron a la habitación del fondo, salí del baño y me acerqué silenciosamente, mientras tanto la fiesta continuaba en el patio. Al llegar a la puerta, puse atención a los sonidos que salían de la habitación y pude escuchar claramente el característico sonido de una mujer que chupa verga con total entusiasmo, al tiempo que escuchaba a mi sobrino decir: así hermanita, ya extrañaba tu boquita de puta. Decidí arriesgarme un poco y empujé la puerta, para mi suerte la cama estaba justo a un costado y se podía ver a mi sobrino sentado en la cama de su hermanastra con la verga apuntando al techo, al tiempo que le mamaban el miembro con mucho entusiasmo, la hijastra de mi cuñado lo chupaba como si la vida le fuera en ello. Mi sobrino que hasta ese momento había estado recostado recibiendo las atenciones de su hermanastra, se incorporo y la tomó del cabello al tiempo que le decía, listo hermanita, es hora de darte tu premio. A lo que su hermanastra respondió, no sabes como te extrañe hermanito, al tiempo que se levantaba y se bajaba el pantalón con todo y tanga hasta los tobillos y se inclinaba apoyando las manos en la cama. La vista era impresionante, lo que a Paula le faltaban de tetas le sobraban de culo. Mi sobrino se arrodillo ante el culo de su hermana y abriendo sus nalgas empezó a lamer y a lubricar con su saliva todo su ano. Al tiempo que Paula con los ojos cerrados y una sonrisa de satisfacción disfrutaba todo lo que su “hermanito” le hacía, mi sobrino se incorporó y con un firme empujón y sin ningún aviso, le alojó la verga en el culo a su “hermanita”. Así hermanito, así decía Paula, no sabes como extrañé esta verga, mi amor. ¿Qué pasá hermanita? ¿Tú novio no te lo hace tan bien como yo? Ya sabes que no, hermanito. Ya sabes que desde la primera vez que me cogiste soy solo tuya. A lo que mi sobrino respondió soltándole una sonora nalgada y acelerando el ritmo de su cogida.
Por mi parte estaba tan excitado que apenas pude distinguir el sonido de alguien que subía las escaleras, por lo que tuve que pensar rápido y me refugie en una de las habitaciones laterales. Lo que siguió fue unos pasos rápidos con tacones, obviamente se trataba de una mujer, pegue el oído y trate de escuchar. Los pasos se hicieron más sigilosos hasta dejar de escucharse, pero no quise salir de mi escondite hasta asegurarme de que todo había pasado. Luego de un momento en que todo lo que escuchaba eran los gemidos de placer de Paula y sus nalgas chocando con las caderas de mi sobrino, finalmente escuche una voz diferente diciendo en voz alta, que demonios están haciendo ustedes, supe inmediatamente que se trataba de la esposa de mi cuñado. La discusión ahí generada fue caótica, pero no escandalosa, se notaba que lo menos que quería mi cuñada era armar un escándalo, menos con tantos invitados, a partir de lo que se dijo pude corroborar que no era la primera vez que mi cuñada encontraba a mi sobrino y su hija en esta situación y que era esta la razón por la que lo habían mandado a vivir con nosotros una temporada. Luego de unos minutos que me parecieron eternos, pude escuchar como mi cuñada mandaba su hija al primer piso y le decía a mi sobrino que tenía que hablar muy seriamente con el. Escuche los pasos acelerados de mi sobrina alejarse y luego escuche a mi cuñada reprender severamente a mi sobrino. Mi sobrino no hablaba y se limitaba, aparentemente a escuchar lo que su madrastra le decía, las amenazas de mi cuñada eran de lo más variopintas, que si lo iban a mandar a un internado o que lo iban a correr de la casa, que ya se enteraría su padre, que la primera vez no le dijo la verdad pero que ahora sí iba a ver lo que iba a pasar, toda esta letanía histérica seguía de corrido hasta que aparentemente le agotó la paciencia a mi sobrino, quien de pronto dijo, callate Jessica, lo dijo con el mismo tono de voz que usaba cuando estaba cogiendo con alguna mujer a la que iba a someter, era un tono autoritario y que usualmente funcionaba muy bien para dominar. Mi cuñada hizo silenció por unos segundos, error fatal, quizás si hubiera reaccionado inmediatamente habría tenido una oportunidad, pero mi sobrino pudo notar su silenció como una grieta y una muestra de debilidad, por lo que lo siguiente que escuché fue una sonora cachetada, primero pensé que Jessica le había pegado a mi sobrino, pero luego escuche como gimoteaba y supe que Carlos le había pegado a su madrastra. Luego de esto le dijo, calla puta, vamos a tu habitación, que necesitamos hablar como madre e hijo, al decir esto, voltee instintivamente y pude notar que era el cuarto de mis cuñados, por lo que me oculte rápidamente en el closet. En ese momento lo que me pasaba por la cabeza era escapar en la primera oportunidad, el momento era por de más incomodo, había llegado a ser excitante al principio, pero ahora era realmente incomodo. La luz se encendió y escuche como cerraron la puerta y le pusieron seguro, estaba encerrado con ellos. Mi cuñada estaba en shock, se notaba que era una especie de muñeca de trapo, mi sobrino quien llevaba a un la verga fuera del pantalón, la sentó en la cama. Muy bien mamacita, ya hablaste ahora me toca hablar a mi, dicho esto, empezó a cachetear con su verga la cara de su madrastra, al tiempo que le decía que estaba harto de su actitud y que se portara tan remilgada y mojigata cuando sabía bien que su hija y ella misma eran un par de putas y que podía ver como más que coraje porque se cogía a su hermanastra lo que tenía era envidia, mi cuñada entonces reacciono y trato de zafarse, mientras le decía que era un animal y que lo acusaría con su padre. Aprovechando las quejas, mi sobrino logró alojar su verga en la boca de Jessica. Siente el sabor de mi verga mami, ¿sabes porque tiene un sabor tan fuerte? Porque estaba en el culito de tu hijita la puta, a lo que Jessica respondía empujando y tratando de soltarse. La verga de mi sobrino empezaba a entrar más y más, primero invadiendo toda la boca y luego llegando hasta la garganta de su madrastra. Mi cuñada que al principio se mostraba completamente agresiva, fue bajando poco a poco sus ímpetus y dejó de golpear a mi sobrino, para finalmente aceptar el hecho de que su hijastro la estaba cogiendo por la boca. Mi sobrino dejó de reclamar y agredir verbalmente a su madrastra y empezó a decirle quera una excelente mamadora y que era una lastima que no se llevaran mejor, porque el sabía que era una mujer que sabía disfrutar de una buena verga como la suya, pero que de ahora en adelante se llevarían bien y que disfrutarían de buenos momentos como madre e hijo, como ahora lo hace con su hermana. Dicho esto encajó lo más que pudo su verga en la garganta de su madrastra quien para este momento tenía la cara enrojecida y los ojos completamente rojos y con lagrimas, el maquillaje se le había corrido y el labial estaba ahora cubriendo parte de la verga de su hijastro. Luego de unos segundos mi sobrino sacó la verga de la boca de mi cuñada y esta empezó a respirar agitadamente, obviamente el tremendo vergón de su hijastro la estaba asfixiando. Carlos, por favor, dijo mi cuñada, mientras trataba de mirarlo a la cara pero sin poder evitar desviar la mirada a su verga que se mantenía erecta y por momentos parecía saltar. Mi sobrino acercó su cara a la suya y le dijo, por favor que, puta? Y la besó a la fuerza al tiempo que le subía el vestido y metía la mano debajo su tanga. Mi cuñada completamente sobrepasada por la situación, respondió el beso y abrió las piernas. Ahora sí mami, ponte en cuatro patas que no tenemos mucho tiempo. Mi cuñada obedeció rápidamente y no dijo nada, mi sobrino le arranco el tanga con violencia y con igual violencia de un solo empujón le apuñaló la vagina con su vergón, no podía ver mucho, pero mi cuñada parecía sufrir y disfrutar del momento. Estas apretadita mami, apuesto a que mi papá no la tiene tan grande como yo, mi cuñada simplemente gimió y su hijastro le soltó una sonora nalgada al tiempo que le decía que cuando le hablara le contestara, a lo que Jessica contesto, por favor no me pegues, mi sobrino empujó su verga aun más dentro de su madrastra y le dijo, quien te lo hace mejor, mi papá o yo? Mi cuñada gimió y termino diciendo, Tu me lo haces mejor y la tienes más grande y gorda que tu padre, cogeme hijo de puta, cogeme! Que se siente mami, dijo mi sobrino, te gusta sentir la verga de tu hijastro clavada en la panocha, siento como me muerdes con la pucha, eres toda una puta. Mi cuñada simplemente gemía y decía que sí, que le encantaba todo lo que le hacía y que era por mucho el mejor hombre con el que había estado. Así estuvieron por unos diez minutos, hasta que mi sobrino empezó a acelerar mucho el ritmo destrozado por completo a su madrastra, a quien ya se le había corrido todo el maquillaje y tenía las nalgas completamente rojas y con marcas de manos por los azotes que mi sobrino le propinaba. Escúchame mami, dijo mi sobrino, no me gusta terminar tan rápido pero no podemos dejar colgados a los invitados, es hora de acabar, dicho lo cual mi sobrino empujo firmemente sus caderas y alojo por completo su verga en las profundidades de la vagina de su madrastra, al sentir esto Jessica emitió un ayyyyy muy prolongado y empezó a golpear el colchón de la cama con ambos puños, hijo de puta me vas a dejar preñada, dijo, antes de desplomarse en el colchón. Pasado el episodio mi sobrino le dió una ultima nalgada y le dijo, descansa un poco y arreglate, pareces una puta barata a la que hubieran violado, quiero que hables con mi papá sobre mi regreso a la casa, y que quede para dentro de dos semanas, ¿entendido? Sí dijo Jessica sumisa, ¿sí que? Sí mi amor. Muy bien, dijo Carlos y la besó salvajemente. Mi sobrino se arregló un poco y salió de la habitación, luego de un rato mi cuñada hizo lo mismo, no sin antes abrir la ventana y arreglar la cama, que había quedado cubierta de flujos y semen. Después de unos minutos yo mismo salí, mi esposa me preguntó que si donde me había metido, a lo que respondí que había ido al baño y me había quedado dormido, fingiendo aun ebriedad, aunque la verdad que estaba más sobrio que nunca.
Pasaron un par de meses cuando mi esposa recibió un llamada de su hermano, se acercaba el cumpleaños de su nueva esposa e iban a dar una gran fiesta en su casa, obviamente se requería de nuestra presencia, especialmente de la de mi sobrino. Mi mujer estaba nerviosa, creo que le asustaba que su sobrino regresara a vivir con su padre y su madrastra y que esto la separara de su macho, de modo que los días antes de la fiesta sus encuentros fueron frenéticos, cogieron en practicamente toda la casa y en todas las posiciones imaginables y algunas veces a mis espaldas. Por las noches, veía todo esto y terminaba cogiendome a mi mujer con furia, ella parecía disfrutar del sexo conmigo, sin embargo tan pronto me quedaba dormido, mi mujer se levantaba y se encerraba en el cuarto de mi sobrino. Tan pronto me di cuenta de esto, empecé a fingir que me quedaba dormido y cuando salía mi mujer a encontrarse con su joven semental, me levantaba y pegaba el oído a la puerta. Escuchaba como las caderas de mi sobrino se estrellaban contra las nalgas de mi esposa, el sonido húmedo de las carnes y los gemidos ahogados de mi mujer. Los susurros de mi sobrino me llenaban de morbo y de celos: ¿Qué pasó tita, la verga de mierda del tío ya no te satisface? Mmmm era la única respuesta de mi mujer, luego, viendo el video, me di cuenta que mientras supuestamente dormía en mi habitación, si mi mujer y su sobrino cogian, mi mujer estaba regularmente tapandose la boca o mordiendo alguna almohada habiendo visto que tan salvaje era el sexo entre los dos, era natural que mi mujer gritara e hiciera ruido, además de que si yo no estaba cerca, mi sobrino solía hablar muy fuerte gritando toda clase de obsenidades e insultos, siempre tratando a mi mujer de puta. Incluso cuando yo no estaba en casa se refería a ella como su puta, su tía puta o su perrita. Luego de casi una hora de estar cogiendo, de que escuchara como mi mujer ahogaba sus gritos de placer y sus climax y de escuchar a mi sobrino decirle toda clase de obscenidades a mi mujer, mi sobrino le dio una sonora nalgada a su tía y le dijo, es suficiente putita mia, anda a dormir, que mañana tenemos fiesta en la casa de tu hermano y quiero que estés descansada, sí mi amor dijo mi mujer, esa fue mi señal de salida, y me retire a mi habitación, desde ese momento se me hizo costumbre, siempre que pudiera, vigilar a mi sobrino, me había vuelto un voyeur.
Al día siguiente, mi mujer, su sobrino y yo nos dirigimos a la casa de su hermano, mi mujer llevaba un vestido de fiesta color negro, con un escote revelador pero no escandaloso, se veía espectacular. La casa de mi cuñado es una casa amplía de dos plantas, cuenta con un patio trasero es muy grande y fue decorado para la ocasión. Tan pronto llegamos salió mi cuñado a recibirnos, hermana, cuñado, bienvenidos, nos dijo evitando mencionar a su hijo, como se porta mi muchacho dijo finalmente mirando a Carlos, con una sonrisa pero con unos ojos sumamente desconfiados que me parecieron sumamente familiares. Mi mujer, saludo a su hermano y le dijo que Carlos se portaba muy bien y que era un muchacho excelente, que siempre la ayudaba en casa; bien sabía yo como la ayudaba. Sí dijo mi cuñado, bueno me da gusto, que estén todos aquí, saludo a su hijo con un apretón de manos y dijo que le alegraba mucho que estuviera ahí y que esperaba que pronto pudiera volver a casa, a lo que mi sobrino respondió diciendo, claro que sí pá, dare mi mejor esfuerzo para llevarme mejor con Jessica y Paula. Pasamos a la casa donde estaba la nueva esposa de mi cuñado, Jessica cariño mira quien esta aquí. Jessica vino desde la cocina, era una mujer bastante atractiva, de 1.60 de estatura, con un espectacular trasero y unos senos medianos pero muy firmes, de piel blanca y cabello negro muy lacios que le caían sueltos hasta los hombros. Hola, nos dijo, nos alegra mucho que hayan venido, saludándonos a mi y mi esposa con dos besos en las mejillas, sin embargo guardaba las distancias con mi sobrino, se limitó a decirle de un modo bastante falso que era un placer tenerlo en casa de nuevo. Carlos preguntó entonces por Paula, su hermanastra, Jessica frunciendo el ceño le dijo que estaba en su habitación y que bajaría en cualquier momento. Pasamos todos al patio y ocupamos lugares en una mesa, luego de un rato apareció Paula la hermanastra. Paula era un par de años mayor que Carlos, era más alta que su madre, tenía pechos pequeños, pero por lo que pude ver tenía un buen par de nalgas, su cabello estaba recogido en una cola de caballo, vestía un conjunto de pantalón negro algo ajustado y blusa blanca. Pude notar como sonrió al ver a mi sobrino, yo sabía bien porque, se acerco y nos saludo a todos con dos besos. Me da gusto verlos a todos de nuevo, nos dijo, era una muchacha muy educada y amable. Luego de una conversación intrascendente, pasamos al patio y la fiesta comenzó.
Mi esposa y yo bailamos y bebimos, al tiempo que mi sobrino pasaba el tiempo conversando con su padre y su esposa. Al poco rato mi mujer y yo nos sentamos, mi sobrino se vino hacia nosotros y nos preguntó si estábamos disfrutando de la fiesta, le dijimos que sí, que era una muy buena fiesta. Me da mucho gustó, respondió, me permites sacar a bailar a esta hermosa jovencita, dijo mi sobrino refiriéndose a mi esposa, yo estaba algo ebrio y las palabras de mi sobrino me sacarón de mi estupor alcohólico, por supuesto respondí, adelante cariño, le dije a mi esposa, baila con tu sobrino, le dije a mi esposa exagerando mi ebriedad, pensando que así le daría mayor libertad a mi sobrino para actuar. Mi esposa y mi sobrino salieron a la improvisada pista de baile y yo me quede sentado, fingiendo beber. Pude notar como mi esposa bailaba con su sobrino tratando de disimular lo mejor que podía, pero mi sobrino aprovechaba el momento para restregarle el bulto a mi esposa, quien de cuando en cuando giraba la cabeza como vigilando que nadie notara nada. Luego de un rato de “baile” mi sobrino pareció decirle algo a mi mujer al oído, para luego traerla a la mesa donde yo fingía estar muy ebrio. El bulto en los pantalones de mi sobrino era notorio, pero la fiesta estaba tan animada para este punto que no muchos le prestaban atención, sin embargo pude notar como atraía las miradas de algunas mujeres, entre ellas, algunas vecinas, amigas de su madrastra y su hermanastra. Quizás por esto no bailo más tiempo con mi mujer, ya que tan pronto como terminó la trajo a la mesa, medio las gracias y me dijo que era una mujer que bailaba muy bien, y bien que sabía yo lo buenos que eran “bailando” juntos, luego de lo cual se disculpó y se fue a bailar con otras mujeres. La fiesta transcurrió con normalidad por unas cuantas horas más, mi sobrino bailo con prácticamente todas las mujeres apetecibles de la fiesta y nada hubiera sido extraordinario de no ser por un incidente que ocurrió ya casi al final.
Fingiendo aun ebriedad, le dije a mi mujer que tenía que ir al baño. Me levante y entre a la casa, dentro de la casa no había mucha gente, algún invitado reposaba en la sala y alguno más que abandonaba la fiesta. Me dirigí al baño del segundo piso, siempre procurando no hacer ruido. Abrí la puerta y orine, lave mi casa y me despejé, aunque había estado fingiendo beber, eso no evitaba que lo que había bebido al principio me hubiera aligerado la cabeza. Me tomé un minuto para reposar un poco y en eso estaba cuando escuche pasos venir por el pasillo, eran dos personas que intentaban no hacer ruido, apagué la luz y me pegué el oído a la puerta, pude escuchar como una mujer le decía a alguien que se apresurara. Cuando se alejaron un poco abrí un poco la puerta y vi que se trataba de mi sobrino y su hermanastra, quienes se dirigieron a la habitación del fondo, salí del baño y me acerqué silenciosamente, mientras tanto la fiesta continuaba en el patio. Al llegar a la puerta, puse atención a los sonidos que salían de la habitación y pude escuchar claramente el característico sonido de una mujer que chupa verga con total entusiasmo, al tiempo que escuchaba a mi sobrino decir: así hermanita, ya extrañaba tu boquita de puta. Decidí arriesgarme un poco y empujé la puerta, para mi suerte la cama estaba justo a un costado y se podía ver a mi sobrino sentado en la cama de su hermanastra con la verga apuntando al techo, al tiempo que le mamaban el miembro con mucho entusiasmo, la hijastra de mi cuñado lo chupaba como si la vida le fuera en ello. Mi sobrino que hasta ese momento había estado recostado recibiendo las atenciones de su hermanastra, se incorporo y la tomó del cabello al tiempo que le decía, listo hermanita, es hora de darte tu premio. A lo que su hermanastra respondió, no sabes como te extrañe hermanito, al tiempo que se levantaba y se bajaba el pantalón con todo y tanga hasta los tobillos y se inclinaba apoyando las manos en la cama. La vista era impresionante, lo que a Paula le faltaban de tetas le sobraban de culo. Mi sobrino se arrodillo ante el culo de su hermana y abriendo sus nalgas empezó a lamer y a lubricar con su saliva todo su ano. Al tiempo que Paula con los ojos cerrados y una sonrisa de satisfacción disfrutaba todo lo que su “hermanito” le hacía, mi sobrino se incorporó y con un firme empujón y sin ningún aviso, le alojó la verga en el culo a su “hermanita”. Así hermanito, así decía Paula, no sabes como extrañé esta verga, mi amor. ¿Qué pasá hermanita? ¿Tú novio no te lo hace tan bien como yo? Ya sabes que no, hermanito. Ya sabes que desde la primera vez que me cogiste soy solo tuya. A lo que mi sobrino respondió soltándole una sonora nalgada y acelerando el ritmo de su cogida.
Por mi parte estaba tan excitado que apenas pude distinguir el sonido de alguien que subía las escaleras, por lo que tuve que pensar rápido y me refugie en una de las habitaciones laterales. Lo que siguió fue unos pasos rápidos con tacones, obviamente se trataba de una mujer, pegue el oído y trate de escuchar. Los pasos se hicieron más sigilosos hasta dejar de escucharse, pero no quise salir de mi escondite hasta asegurarme de que todo había pasado. Luego de un momento en que todo lo que escuchaba eran los gemidos de placer de Paula y sus nalgas chocando con las caderas de mi sobrino, finalmente escuche una voz diferente diciendo en voz alta, que demonios están haciendo ustedes, supe inmediatamente que se trataba de la esposa de mi cuñado. La discusión ahí generada fue caótica, pero no escandalosa, se notaba que lo menos que quería mi cuñada era armar un escándalo, menos con tantos invitados, a partir de lo que se dijo pude corroborar que no era la primera vez que mi cuñada encontraba a mi sobrino y su hija en esta situación y que era esta la razón por la que lo habían mandado a vivir con nosotros una temporada. Luego de unos minutos que me parecieron eternos, pude escuchar como mi cuñada mandaba su hija al primer piso y le decía a mi sobrino que tenía que hablar muy seriamente con el. Escuche los pasos acelerados de mi sobrina alejarse y luego escuche a mi cuñada reprender severamente a mi sobrino. Mi sobrino no hablaba y se limitaba, aparentemente a escuchar lo que su madrastra le decía, las amenazas de mi cuñada eran de lo más variopintas, que si lo iban a mandar a un internado o que lo iban a correr de la casa, que ya se enteraría su padre, que la primera vez no le dijo la verdad pero que ahora sí iba a ver lo que iba a pasar, toda esta letanía histérica seguía de corrido hasta que aparentemente le agotó la paciencia a mi sobrino, quien de pronto dijo, callate Jessica, lo dijo con el mismo tono de voz que usaba cuando estaba cogiendo con alguna mujer a la que iba a someter, era un tono autoritario y que usualmente funcionaba muy bien para dominar. Mi cuñada hizo silenció por unos segundos, error fatal, quizás si hubiera reaccionado inmediatamente habría tenido una oportunidad, pero mi sobrino pudo notar su silenció como una grieta y una muestra de debilidad, por lo que lo siguiente que escuché fue una sonora cachetada, primero pensé que Jessica le había pegado a mi sobrino, pero luego escuche como gimoteaba y supe que Carlos le había pegado a su madrastra. Luego de esto le dijo, calla puta, vamos a tu habitación, que necesitamos hablar como madre e hijo, al decir esto, voltee instintivamente y pude notar que era el cuarto de mis cuñados, por lo que me oculte rápidamente en el closet. En ese momento lo que me pasaba por la cabeza era escapar en la primera oportunidad, el momento era por de más incomodo, había llegado a ser excitante al principio, pero ahora era realmente incomodo. La luz se encendió y escuche como cerraron la puerta y le pusieron seguro, estaba encerrado con ellos. Mi cuñada estaba en shock, se notaba que era una especie de muñeca de trapo, mi sobrino quien llevaba a un la verga fuera del pantalón, la sentó en la cama. Muy bien mamacita, ya hablaste ahora me toca hablar a mi, dicho esto, empezó a cachetear con su verga la cara de su madrastra, al tiempo que le decía que estaba harto de su actitud y que se portara tan remilgada y mojigata cuando sabía bien que su hija y ella misma eran un par de putas y que podía ver como más que coraje porque se cogía a su hermanastra lo que tenía era envidia, mi cuñada entonces reacciono y trato de zafarse, mientras le decía que era un animal y que lo acusaría con su padre. Aprovechando las quejas, mi sobrino logró alojar su verga en la boca de Jessica. Siente el sabor de mi verga mami, ¿sabes porque tiene un sabor tan fuerte? Porque estaba en el culito de tu hijita la puta, a lo que Jessica respondía empujando y tratando de soltarse. La verga de mi sobrino empezaba a entrar más y más, primero invadiendo toda la boca y luego llegando hasta la garganta de su madrastra. Mi cuñada que al principio se mostraba completamente agresiva, fue bajando poco a poco sus ímpetus y dejó de golpear a mi sobrino, para finalmente aceptar el hecho de que su hijastro la estaba cogiendo por la boca. Mi sobrino dejó de reclamar y agredir verbalmente a su madrastra y empezó a decirle quera una excelente mamadora y que era una lastima que no se llevaran mejor, porque el sabía que era una mujer que sabía disfrutar de una buena verga como la suya, pero que de ahora en adelante se llevarían bien y que disfrutarían de buenos momentos como madre e hijo, como ahora lo hace con su hermana. Dicho esto encajó lo más que pudo su verga en la garganta de su madrastra quien para este momento tenía la cara enrojecida y los ojos completamente rojos y con lagrimas, el maquillaje se le había corrido y el labial estaba ahora cubriendo parte de la verga de su hijastro. Luego de unos segundos mi sobrino sacó la verga de la boca de mi cuñada y esta empezó a respirar agitadamente, obviamente el tremendo vergón de su hijastro la estaba asfixiando. Carlos, por favor, dijo mi cuñada, mientras trataba de mirarlo a la cara pero sin poder evitar desviar la mirada a su verga que se mantenía erecta y por momentos parecía saltar. Mi sobrino acercó su cara a la suya y le dijo, por favor que, puta? Y la besó a la fuerza al tiempo que le subía el vestido y metía la mano debajo su tanga. Mi cuñada completamente sobrepasada por la situación, respondió el beso y abrió las piernas. Ahora sí mami, ponte en cuatro patas que no tenemos mucho tiempo. Mi cuñada obedeció rápidamente y no dijo nada, mi sobrino le arranco el tanga con violencia y con igual violencia de un solo empujón le apuñaló la vagina con su vergón, no podía ver mucho, pero mi cuñada parecía sufrir y disfrutar del momento. Estas apretadita mami, apuesto a que mi papá no la tiene tan grande como yo, mi cuñada simplemente gimió y su hijastro le soltó una sonora nalgada al tiempo que le decía que cuando le hablara le contestara, a lo que Jessica contesto, por favor no me pegues, mi sobrino empujó su verga aun más dentro de su madrastra y le dijo, quien te lo hace mejor, mi papá o yo? Mi cuñada gimió y termino diciendo, Tu me lo haces mejor y la tienes más grande y gorda que tu padre, cogeme hijo de puta, cogeme! Que se siente mami, dijo mi sobrino, te gusta sentir la verga de tu hijastro clavada en la panocha, siento como me muerdes con la pucha, eres toda una puta. Mi cuñada simplemente gemía y decía que sí, que le encantaba todo lo que le hacía y que era por mucho el mejor hombre con el que había estado. Así estuvieron por unos diez minutos, hasta que mi sobrino empezó a acelerar mucho el ritmo destrozado por completo a su madrastra, a quien ya se le había corrido todo el maquillaje y tenía las nalgas completamente rojas y con marcas de manos por los azotes que mi sobrino le propinaba. Escúchame mami, dijo mi sobrino, no me gusta terminar tan rápido pero no podemos dejar colgados a los invitados, es hora de acabar, dicho lo cual mi sobrino empujo firmemente sus caderas y alojo por completo su verga en las profundidades de la vagina de su madrastra, al sentir esto Jessica emitió un ayyyyy muy prolongado y empezó a golpear el colchón de la cama con ambos puños, hijo de puta me vas a dejar preñada, dijo, antes de desplomarse en el colchón. Pasado el episodio mi sobrino le dió una ultima nalgada y le dijo, descansa un poco y arreglate, pareces una puta barata a la que hubieran violado, quiero que hables con mi papá sobre mi regreso a la casa, y que quede para dentro de dos semanas, ¿entendido? Sí dijo Jessica sumisa, ¿sí que? Sí mi amor. Muy bien, dijo Carlos y la besó salvajemente. Mi sobrino se arregló un poco y salió de la habitación, luego de un rato mi cuñada hizo lo mismo, no sin antes abrir la ventana y arreglar la cama, que había quedado cubierta de flujos y semen. Después de unos minutos yo mismo salí, mi esposa me preguntó que si donde me había metido, a lo que respondí que había ido al baño y me había quedado dormido, fingiendo aun ebriedad, aunque la verdad que estaba más sobrio que nunca.
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