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El mejor regalo de cumpleaños de mamá

Era el cumpleaños de Roberto y toda la familia estaba presente para festejarlo. Ese día iba a ser un día especial para el joven pero el todavía no lo sabía. Era una linda fiesta de cumpleaños y muy divertida en especial para el cuando en el medio de la diversión entró Karla, su bella mamá, llevando en sus manos una torta de cómo le gustaban a su hijo. Roberto se quedó casi sin respiro y con la boca abierta apenas la vio. Ella llevaba un magnifico vestido rojo que le resaltaba sus formas, algo que también los otros invitados habían notado, unos tacos negros, labial rojo, un poco de maquillaje y cabellos sueltos.
El mejor regalo de cumpleaños de mamá

 Roberto dio un gracias al cielo por esa magnífica vista y por la suerte que tuvo en estar sentado en el momento que ella cruzó la puerta para entrar al salon. Si hubiera estado parado los familiares se hubieran dado cuenta de esa potente erección que le creció de golpe en sus pantalones y que moría de salir afuera.
Roberto tragó saliva y balbuceo
-Ma…mamá! Wow, que grandes, que grande la torta es be…bellísima.
-Jaja. Gracias tesoro. Hoy es tu día especial así que diviértete ok?
-Si ma.
La gente presente se puso a cantarle la canción de cumpleaños mientras el esperaba delante de las velas. En ese momento estaba algo nervioso. No quería que todos se dieran cuenta de que no lograba dejar de mirar el cuerpo de su madre por más de un minuto. Bueno, seguramente el no era el único.
La canción terminó, el sopló las velas y se pusieron a comer la torta. La casa estaba llena de charlas de la gente y la música de fondo, el único que no hablaba mucho era el cumpleañero y su mamá que parecía estarlo mirando intensamente por algunos momentos entre una charla y otra.
Nunca había visto esa mirada primero, una mirada dirigida a él, una mirada talvez algo intimidatorio pero que era sin duda extremamente sexy y provocante lo que no ayudaba a calmar la bestia que escondía entre sus piernas. De repente sintió algo que le tocaba la pierna así que movió su pie. Un rato después otra vez le tocaron la pierna pero esta vez no era solo un toque, le estaban frotando la pierna ligeramente. Quien podía ser? Pensó Roberto. La mirada de su madre estaba fija sobre él. No podía ser ella pensó. Primero que mirara a otro lado Karla le mandó un beso.
El joven y incrédulo cumpleañero tragó saliva y le hizo un sonrisa nerviosa. Seguramente su mamá estaba jugando con el. No podía ser lo que pensaba, hubiera sido demasiado bello para ser real.
Pasó unas horas más y todos se estaban divirtiendo tomando alcohol y bailando en el salón y en el patio.
-Es hora de los regalooos!
Dice la mamá del afortunado. Roberto recibía los regalos de los invitados dando las gracias con la educación que su madre le había inculcado. Ya casi eran todos, faltaba solo el de su madre.
-Toma mijo. Espero que te guste.
Karla le da un beso en la mejilla solo que esta vez es muy cerca de los labios. El corazón de su hijo comienza a latir más rápido y más fuerte. Su regalo no era un paco si no un sobre rojo y cuando lo abrió pudo ver que contenía un poco de dinero y algo más adentro. Sacó lo que quedaba y se quedó sin palabras, miró a su madre inmediatamente y ella lo miró directo a los ojos mientras comía un poco de torta que se le calló sobre su mejilla y sobre sus pechos. Roberto miró otra vez el contenido del sobre sin creer a sus ojos.
FLASHBACK unas semanas primero…
Karla se movía en su cama por la calor y la calentura. Hacía mucha calor esa noche, calor que suele calentarla en todos los sentidos. Dos combinaciones que no harían dormir a nadie. Así estaba ella esa noche acalorada y mojada en sus intimidades con su lencería de seda negra, una bombacha del mismo color y la piel mojada de sudor.
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 Eran las dos de la mañana así que se levantó para tomarse un basó de agua talvez eso la lograba calmar. Fue a la cocina y se tomó el vaso pero lo mismo no lograba dormir. Se fue a duchar con agua fría pero eso placó solo una de sus necesidades. Ya eran las 4 y ella no podía dormir. Estaba tremendamente mojada y no sabía porque. A ella los días de mucha calor siempre le causaban eso y en especial ese día que era tan caliente. No podía mas así que se levantó de su cama y agarró sus audífonos y su celular para placar sus deseos.
Esa noche no tuvo buena suerte o talvez si porque su celular estaba sin batería. Karla estaba para dar un grito al cielo cuando se recordó que su hijo dejaba su computadora siempre cerca de su cama. Era algo muy riesgoso tomar prestada la computadora de su hijo para ver porno pero tenía que hacerlo. Estaba demasiado caliente para conformarse con su imaginación. A pasos de gato se fue en el cuarto de su hijo y se acercó a la computadora. En silencio la agarró y vio el rostro de su hijo durmiendo. Que lindo chico pensó su madre. Su mirada bajó más abajo y se fijó bien en su cuerpo juvenil y después aún más abajo asta que vio la mano de su hijo donde no se esperaba de encontrarla. Karla miró rápido a otro lado apenas entendió el motivo. Su hijos se ha ia dormido tomándose su pene. Que vergüenza tuvo en ese momento y casi hace caer la computadora. En silencio se va como en silencio entró y con el corazón que le latía fuerte se encerró en el baño con llave. Ahora que estaba sentada se relajó y abrió la computadora.
No sabía la password. Parecía que el cielo no quisiera que ella se diera placer esa noche y talvez era mejor que fuera así pero ella no quiso rendirse y intentó lo que pensaba podían ser la password pero nada. Al fin estaba para darse por vencida y dio un última combinación de letras desesperadas: KARLA
Funcionó! Que tierno de su hijo tener ella como password. Entró en Internet y se sorprendió en ver lo que su hijo había buscado en Google: porno madre hijo, madre caliente, tetas de mamá, madre puta chupa la verga de su hijo…
Natalie estaba sorprendida y un poco preocupada. Era eso que su hijo veía en sus momentos privados? Ese pensamiento le dio una extraña sensación.
Hubiera podido ignorar eso pero no, no lo hizo en ves la preocupación o mejor dicho la curiosidad la venció y revisó la cronología de su hijo. Numerosas páginas porno con el mismo tema se repetían en su computadora. No podía creerlo. Que tanto de interesante podía tener ese tema?
Otra vez se dejó vencer por la curiosidad o algo más y abrió un video de los tantos. El principió se trataba de una madre muy linda que abría la puerta del cuarto de su hijo y lo veía con la verga en la mano masturbándose en su cama.
-JONNHY! WHAT ARE YOU DOING?
El clásico video porno pero que para ella tenía algo de diferente, algo de especial. Karla se quedó hipnotizada y sin darse cuenta había comenzado a tocarse. Sus dedos se movían a ritmo de los movimientos del actor que penetraba a su mamá. No pasó mucho tiempo para que Natalie se corriera. El video continuaba y ella respiraba profundo. Ese video tenía algo que la calentaba mucho, no sabía que cosa pero sabía que tenia algo de especial. No era el actor, la grandeza de su polla o su habilidad en el follar. Era algo de más perverso. El pensamiento pasó por su mente pero ella lo negó de inmediato. La gente normal no deseaba esas cosas.
Aunque se había corrido Karla todavía estaba caliente. Eso nunca le había pasado así que se masturbó otra vez con el resto del video y esta vez demoró menos en correrse pero su deseo no pasaba. Abrió otro video y era el mismo tema. Después otro más y al cuarto orgasmo finalmente se enfrió lo suficiente para ir a dormir. Dejó la computadora en su lugar y se echó en su cama pensando en el porqué su hijo veía esos videos. También se dio cuenta que todas esas actrices se parecían un poco a ella. El pensamiento le hizo poner la cara roja de vergüenza. No podía ser que su hija fantasear con ella. Eso era demasiado para ella y primero que comience a calentarse de nuevo cerró los ojos para dormir.
Los días después comenzó a ver a su hijo de manera diferente pero ni ella sabía en qué modo. Uno de esos días estaba para meter la ropa a la lavadora cuando un tanga se le calló del resto. Que raro. No se recordaba de haber usado ese tanga en mucho tiempo pero ahí estaba con él resto de la ropa. Ella lo tomó con su mano y notó que había algo pegajoso encima, era como un líquido blanco y transparente que recubría su bonito tanga rojo que usaba solo en ocasiones especiales.
Su corazón latió fuerte, su cara se volvió roja y sus intimidades se mojaron cuando se recordó de lo que encontró en la computadora de su hijo. No podía creer a su mismo pensamiento. Su hijo veía porno de incesto pero eso no quería decir que lo desease, verdad? De todos modos también ella después de esa noche comenzó a ver esos videos y eso no quería decir que el incesto le gustaba. Almenos eso es lo que se repetía a sí misma.
El ambiente de casa cambió mucho para ella todas las veces que su hijo estaba cerca de ella o en casa o aunque cuando ella pensaba en el. Junto a su incomodado con su hijo también aumentó su deseo sexual que placaba todos los días, dos veces al día con sus videos de los cuales se avergonzaba.
Todo empeoró cuando una vez sin que su hijo se diera cuenta lo vio mientras se masturbaba en su cuarto con la computadora y audífonos. El video tenía que haber sido muy interesante por que Roberto no se dio cuenta de que su madre lo había visto y que continuaba a mirarlo. La vista de su hijo jalando su verga la dejó a boca abierta y sin darse cuenta comenzó a bajar su mano entre sus piernas. Su mano entró en su ropa interior y notó que estaba completamente mojada. Eso la hizo volver a la realidad y se avergonzar tremendamente de sus deseos. Una madre no tenia que pensar en su hijo en esos términos. Le era imposible pero placar ese deseo que noche después de noche la perseguían en sus sueños. Era el colmo para ella. Asta pensó de irse a un psicólogo.
Día después día su deseo crecía al mismo tiempo que sus inhibiciones bajaban asta que aceptó su lujuria y se abandonó a una noche de placer con su celular, sus dedos y el pensamiento de su hijo encima de ella.
Ya no podía negarlo, ella fantaseaba sobre su mismo hijo. Lo único que paraba Karla era su miedo a lo que él podía pensar de ella. Seguramente no podía ser pervertido como ella. Aunque sí los videos de incesto decían lo contrario podía significar solo que a él lo atraía el morbo del tema y no ella en particular.
Su pensamiento cambió cuando un día que regresó primero a casa se dio cuanta que su hijo se había encerrado en el baño. Ella se acercó para saber lo que hacía y escuchó su nombre. Karla. Una, dos, tres y más veces. Su hijo la deseaba a ella.
-Eres la mamá más puta del mundo Karla.
Ya no tenía más dudas después de escuchar esa última frase que para ella era lo más lindo que sus orejas podía percibir. Estaba decidido. Sabía que hacer pero tenía que hacer que sea un momento especial.
PRESENTE
Roberto no podía creer que adentro del sobre estaban fotos de su madre, fotos que la retraían casi desnuda. Nunca en su vida el joven había tenido una símil erección que ahora le dolía por lo fuerte que era. Por suerte los invitados estaban distraídos.
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Karla se fue ande el, puso sus manos en su hombro y le dijo a la oreja:
-Te espero en mi cuarto en 5 minutos.
El sueño de Roberto parecía haberse vuelto realidad, su madre lo esperaba para…Pero porque? Como era posible? Talvez estaba soñando o su mamá había tomado tanto alcohol asta volverse loca pero el que podía hacer? De seguro no podía dejarse escapar esa oportunidad.
Después de un poco el afortunado chico se levantó aprovechando que la gente estaba distraida por la fiesta y se fue a dar encuentro a su mamá. Abrió la puerta pero en el cuarto no veía nadie asta que detrás de él se cerró la puerta. Al voltearse vio que su madre estaba ahí más sexy que nunca, seguramente se había escondido en un ángulo cerca de la puerta. Karla no dijo na da y con un movimiento dejó caer su vestido rojo tan elegante revelando sus formadas tan invitantes que el joven Roberto había solo soñado asta ese momento. Ella no llevaba sostén lo que dejaba a la vista de su hijo esas magníficos senos que por años eran la inspiración para sus pajas.
-Mamá yo…yo…
-Shhhh…no digas nada tesoro, deja que sea tu cuerpo a hablar por ti.
Karla se acerca a su hijo y apoyó su mano sobre el bulto en sus pantalones.
-Si, eso es lo que quería escuchar.
El corazón de Roberto casi se le salió del pecho y su miembro estaba para romper sus pantalones y talvez lo hubiera echo si no fuese que su madre le abrió el sierre y lo sacó de su interior dejando a la vista el amor que probaba por su madre, un amor grande y duro.
-Mamá yo…yo no se que decir. Porque? Cuando?
-Ya te dije que no son necesarias la palabras hijo.
Karla apretó fuerte su verga con su mano y comenzó a moverla adelante y atrás asiendo que Roberto cerrara los ojos por el placer.
-Dios mío ma…
Sus palabras fueron interrumpidas por los labios de su madre que se posaron sobre los suyos y que poco a poco lo besan, primero delicadamente y después con más pasión.
madre e hijo

 Roberto no tenía más preguntas o por lo menos no le interesaban las respuestas. Lo único que le importaba era saborear ese momento. El beso continuó mientras las manos de Karla continuaban a masturbar a su hijo con de fondo la música de la fiesta que ahora, para ellos, ya no existía.
El placer era demasiado y Roberto no pudo más así que se corrió en la mano de su madre manchando también su estómago y su bombacha. Aunque sí se había corrido en poco tiempo a Natalie no parecía molestarle pero a Roberto si. Se puso nervioso pensando de haber arruinado ese momento.
-Lo siento, yo no…mamá perdóname yo…
Karla puso su dedo sobre la boca de su hijo para evitar que hable.
-No te preocupes. Yo me haré cargo de esto.
Mirando directo en los ojos y en el alma de su hijo la bella Karla acerca su mano a su boca y pasa la lengua por su mano y después sobre sus dedos lamiendo asta la último rasgo de semen. Roberto se quedó sin palabras, sorprendido per gesto de su mamá. Terminado el semen se puso de cuclillas y se puso en su boca el pene flácido de su hijo y comenzó a chuparlo. Roberto podía ver la cabeza de su madre que iba adelante y atrás recorriendo su verga por completo.
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-Dios mío mamá. Eres magnífica.
A las palabras de su hijo, Karla se excitó más y comenzó a masturbarse con una mano mientras con la otra masajeaba los huevos de Roberto. La mamada no tardó mucho en hacer parar de nuevo la verga del cumpleañero que ahora estaba lista para abrir el regalo que su mamá tenía entre las piernas. Karla se paró y con una sonrisa se fue a echar a la cama con la piernas abiertas mostrando su lindo tanga rojo que Roberto había usado para masturbarse. Este último, a la vista de su madre invitándolo en su cama tragó saliva y se puso a sacarle el tanga lentamente como su tuviera miedo de asustarla. A ella le gustaba como era tierno su hijo con ella y como con tanta delicadeza la tocaba. El joven reconoció la tanga de su madre y sin pensarlo lo acercó a su nariz oliéndolas bien para nunca olvidarse de ese momento. Después comenzó a besarla lentamente comenzando por sus tobillos, procediendo por su piernas y asta llegar a su muslos bien carnosos. Se paró por un momento y la miró a los ojos en busca de aprobación que recibió con un seño de la cabeza de su madre.
No esperó más y se botó sobre su conchita mojada a lamer y saborear. Karla no lograba a creer el placer que estaba probando en ese momento; su hijo le estaba comiendo su vagina como nadie primero, con tanta pasión y energía que la hicieron correr después de un minuto. Su hijo ya no era tan delicado ahora. Parecía más un animal hambriento listo para devorarla.
Roberto después de haber complacido a su mamá se quitó por completo su ropa quedándose completamente desnudo enfrente de su madre que admiraba su cuerpo juvenil que por muchas noches fue su deseo prohibido. Su hijo con la verga parada se apoyó a la cama con una mano y con la otra dirigió su verga en la entrada para el paraíso. Con un solo afonde logró entrar completamente ya que el coño de su querida madre está bien lubrificado por los jugos de su excitación.
-Aaah
-Estas bien apretadita mami.
Terminó de decir eso y comenzó a moverse como loco penetrando a su bella madre sin piedad. Aunque sí Roberto era joven de seguro no le faltaba la habilidad para complacer a una mujer como Karla que con sus piernas lo abrazaba recibiendo con entusiasmo su miembro.

madre y hijo


Los dos deseaban que ese momento durara para siempre y lo manifestaron cuando en el medio de la acción se besaron apasionadamente.
-Ya estoy para correrme ma.
-Córrete tesoro, ah, ah, ah, ah, córrete adentro de mi.
Dicho eso el hijo dejó salir todo su semen adentro del coño sediente de su mamá. Los dos se quedaron en silencio sin decir nada, sudados, cansados y con Roberto echado sobre ella, todavía adentro.
-Te amo Karla.
-Te amo Roberto.
Los dos se besaron con amor y ternura aceptando completamente lo que había pasado. Ese amor prohibido ya no les molestaba o talvez era el echo que fuese prohibido que los calentara tanto.
Karla creía que esa noche había llegado a su conclusión pero Roberto le demostró el contrario cuando, otra vez de pie, le mostró que su verga estaba todavía con ganas de acción cuando se puso rígida nuevamente.
-Roberto, todavía puedes?
Sin decir nada su hijo la agarró de sus caderas y la volteo poniéndola de perrito dejando sus tremendas nalgas frente de él.
-Dios mío Roberto…
De un golpe seco, otra vez, Roberto comenzó a follarla por detrás, esta vez más controlado y más fuerte que antes.
-Ah, ah, ah, ah, Rob…Ah, ah, ah, ah.
Karla no lograba completar la frase con la verga de su hijo que la llevaba a otro mundo que asta esa noche ella nunca había conocido. Los sonidos de carne contra carne inundaban su cuarto y talvez si no fuera por la fiesta afuera hubieran llenado también el resto de la casa.
El mejor regalo de cumpleaños de mamá

Los afondes de su hijo eran brutales y precisos, como si supiera exactamente donde darle para provocar más placer posible. Karla apretaba fuerte en sus puños las sábanas de su cama que ahora estaba todas desechas y mojadas de sexo y sudor.
A los dos ya no les importaba si alguien los descubriera a causa del placer tan grande que estaba probando. Roberto no paraba de penetrar a su madre y con un rápido movimiento la agarró de los cabellos y le tiro la cabeza atrás acercado su cara a la suya. No eran necesarias palabras y después de un segundo se miraron a los ojos y se besaron mientras cojian.
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-Te gustó mi verga mami?
-La adoro hijo mío.
-Eres una puta lo sabes?
-Jaja, soy la mamá mas puta del mundo.
Sus palabras le hicieron entender a Roberto que Karla lo escuchó cuando se masturbaba pero sí eso primero le hubiera causado vergüenza ahora ya no le importaba más. Ese día la dinámica madre y hijo había cambiado para siempre.
Roberto estaba para terminar otra vez y Karla con gran placer recibió cada gota sobre sus preciosas tetas.
tetonas

El cumpleañero estaba para vestirse pero su mamá no lo quería dejar ir tan rápido así que lo hizo echar en la cama de nuevo y con su boca se dedicó a limpiarle la verga.
madura

-Feliz cumpleaños tesoro.
-Gracias ma.

5 comentarios - El mejor regalo de cumpleaños de mamá

Lyon4219 +3
Esa es jackie love..hermosa putita
Christianlans89 +2
Haba continuación? Eso no puede quedar en eso solamente
crack59 +1
Buen relato esperamos 2 parte
Luktz89 +1
Excelente... Por fa 2da parte 🙏