Historia real, con una ex.
Una tarde en mi casa, veo unos mensajes de María, una chica bajita gordibuena blanquita con veinticuatro años en ese momento, con ojos castaños muy bonitos y pestañas largas, pelo castaño claro con tonos tirando a rubio, caderas de buena mujer y con carácter fuerte, como siempre me han gustado.
Pues con esta mujer tras haberme dejado manteníamos relación, solo charlando de vez en cuando, por la dependencia de una relación de cinco años con ella, pues esta vez quise picarla un poco a ver si pasaba algo mas que una conversación trivial sin salida, recordándole momentos, ya que sé que le encantaba mi verga gorda.
Ya era viernes y ninguno tenia nada que hacer así que continuamos charlando, y en un momento le mando un shot de mi pene comparándolo con mis dedos (igual a 3 de mis dedos de gordo) y ella salta diciendo que le encantaría tenerla en sus manos y repetir conmigo.
Al final con el vacile y la calentada que teníamos en el chat se hizo las once de la noche, me dijo de que si estuviera en su casa me exprimiría y me dejaría seco, pues en cuestión le dije "voy a tu casa", pero en bromas y seguimos, decidí vestirme e ir a su casa, en treinta minutos ya estaba ahí, pues seguí conversando para que no sospechara y me presente en su casa.
Ella sorprendida y sin decir una palabra entré por la puerta de su casa, observándola vi que llevaba una camiseta grande de color blanca suelta, sin el corpiño donde se veían perfectamente sus pezones oscuros y grandes, con un shorts color negro que siempre usaba para dormir, la agarré de la cadera y la besé, guiándola al sillón, donde entre besos la tumbé y nos comíamos la boca.
Con el pensamiento de reventarla y darle la mejor experiencia de su vida, le quité el short y las bragas de una y continúe bajando mi boca de sus labios a su torso, a sus pechos grandes, mordiendo sus pezones a través de la camisa y seguí el camino, apuntando hacia su monte de venus, abrazando sus muslos y queriendo ralentizar ese momento para comerle su concha, siempre cerradita y como siempre depilada, con unos labios exteriores grandes y un clítoris pequeñito.
Empecé a meter lentamente tres de mis dedos en su coño húmedo, lamiendo sus labios interiores dejando que la saliva fluya y empape completamente su vagina, ella me agarra la cabeza y la empuja mas fuerte en su clítoris y de repente me dice que la bese en sus labios y ella, tan lista, aprovecha quitarme el cinturón y bajar mis pantalones, entonces me lo agarra muy fuerte con su mano derecha y la otra se va haciendo una paja muy rápido y eso aprovecho para meterle los dedos, yo de pie y ella acostada en el sillón mientras ella iba acercándome a tu cara para chupármela.
En esos momentos con el frenesí dejó de chupármela y va gimiendo paulatinamente mientras arqueaba su espalda, teniendo un orgasmo riquísimo con la consecuencia que el sillón se quedó algo mojado.
En el mismo salón me tumba en el sillón y la chupa de una manera casi mágica, experta en saber donde darme el toque para que me corriera, que bien me conocía, siempre un sexo violento con ella, siempre tratando de jugar quien a quien manda, en lo que ella coge una silla del salón, la pone en medio y me pone en ella y se sienta encima, dando sentones fortísimos pareciendo que me partiría en dos, dándome uno de los mejores momentos que he tenido, yo dispuesto a dar la talla en la situación, la cojo del pelo y la mando al sillón poniéndola en cuatro con la intención de partirla y enseñarle quien manda, me puse a detrás y empecé a metérsela fuerte hasta el fondo sin importarme posibles quejas, agarrando su pelo largo y tirando de el y disfrutando de la vista y ella avisándome con las manos que me quitara pero como siempre he sido malo continúe hasta que no aguantó mas y se corrío y yo prácticamente casi de forma inmediata también lo hice yo.
Los dos destrozados de esa noche, miramos el reloj y habían pasado cuatro horas de sexo, parecía que se había pasado en un flash, el mejor sexo que he tenido en toda mi vida ha sido con esta mujer, lamentablemente lo que se nos daba muy bien de la relación era el sexo, por que en lo demás era un desastre.
Una tarde en mi casa, veo unos mensajes de María, una chica bajita gordibuena blanquita con veinticuatro años en ese momento, con ojos castaños muy bonitos y pestañas largas, pelo castaño claro con tonos tirando a rubio, caderas de buena mujer y con carácter fuerte, como siempre me han gustado.
Pues con esta mujer tras haberme dejado manteníamos relación, solo charlando de vez en cuando, por la dependencia de una relación de cinco años con ella, pues esta vez quise picarla un poco a ver si pasaba algo mas que una conversación trivial sin salida, recordándole momentos, ya que sé que le encantaba mi verga gorda.
Ya era viernes y ninguno tenia nada que hacer así que continuamos charlando, y en un momento le mando un shot de mi pene comparándolo con mis dedos (igual a 3 de mis dedos de gordo) y ella salta diciendo que le encantaría tenerla en sus manos y repetir conmigo.
Al final con el vacile y la calentada que teníamos en el chat se hizo las once de la noche, me dijo de que si estuviera en su casa me exprimiría y me dejaría seco, pues en cuestión le dije "voy a tu casa", pero en bromas y seguimos, decidí vestirme e ir a su casa, en treinta minutos ya estaba ahí, pues seguí conversando para que no sospechara y me presente en su casa.
Ella sorprendida y sin decir una palabra entré por la puerta de su casa, observándola vi que llevaba una camiseta grande de color blanca suelta, sin el corpiño donde se veían perfectamente sus pezones oscuros y grandes, con un shorts color negro que siempre usaba para dormir, la agarré de la cadera y la besé, guiándola al sillón, donde entre besos la tumbé y nos comíamos la boca.
Con el pensamiento de reventarla y darle la mejor experiencia de su vida, le quité el short y las bragas de una y continúe bajando mi boca de sus labios a su torso, a sus pechos grandes, mordiendo sus pezones a través de la camisa y seguí el camino, apuntando hacia su monte de venus, abrazando sus muslos y queriendo ralentizar ese momento para comerle su concha, siempre cerradita y como siempre depilada, con unos labios exteriores grandes y un clítoris pequeñito.
Empecé a meter lentamente tres de mis dedos en su coño húmedo, lamiendo sus labios interiores dejando que la saliva fluya y empape completamente su vagina, ella me agarra la cabeza y la empuja mas fuerte en su clítoris y de repente me dice que la bese en sus labios y ella, tan lista, aprovecha quitarme el cinturón y bajar mis pantalones, entonces me lo agarra muy fuerte con su mano derecha y la otra se va haciendo una paja muy rápido y eso aprovecho para meterle los dedos, yo de pie y ella acostada en el sillón mientras ella iba acercándome a tu cara para chupármela.
En esos momentos con el frenesí dejó de chupármela y va gimiendo paulatinamente mientras arqueaba su espalda, teniendo un orgasmo riquísimo con la consecuencia que el sillón se quedó algo mojado.
En el mismo salón me tumba en el sillón y la chupa de una manera casi mágica, experta en saber donde darme el toque para que me corriera, que bien me conocía, siempre un sexo violento con ella, siempre tratando de jugar quien a quien manda, en lo que ella coge una silla del salón, la pone en medio y me pone en ella y se sienta encima, dando sentones fortísimos pareciendo que me partiría en dos, dándome uno de los mejores momentos que he tenido, yo dispuesto a dar la talla en la situación, la cojo del pelo y la mando al sillón poniéndola en cuatro con la intención de partirla y enseñarle quien manda, me puse a detrás y empecé a metérsela fuerte hasta el fondo sin importarme posibles quejas, agarrando su pelo largo y tirando de el y disfrutando de la vista y ella avisándome con las manos que me quitara pero como siempre he sido malo continúe hasta que no aguantó mas y se corrío y yo prácticamente casi de forma inmediata también lo hice yo.
Los dos destrozados de esa noche, miramos el reloj y habían pasado cuatro horas de sexo, parecía que se había pasado en un flash, el mejor sexo que he tenido en toda mi vida ha sido con esta mujer, lamentablemente lo que se nos daba muy bien de la relación era el sexo, por que en lo demás era un desastre.
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