La perra estaba hermosa y sexy, como de costumbre.
Su piel tenía la fragancia de ese perfume tan espeso y sensual.
Se había vestido en colores oscuros, sabiendo que eso me excitaba mucho.
El ajuar de mucama francesa era lo que más me gustaba.
Le ordené que se acercara, reptando sobre sus manos y rodillas.
Tenía ganas de besarla, de comerle esos labios dulces.
Pero la mordaza en su linda boca me lo impedía. No quería que hablara.
Ella llegó por fin a acomodarse entre mis muslos ya abiertos.
Mi mano acarició su hermoso rostro y levantó su barbilla para mirarnos a los ojos. Estaba increíblemente hermosa. Mi labia tembló por la excitación.
Ella sabía que se encontraba ahí por un motivo muy justificado.
Debía recibir un castigo por su indecoroso comportamiento de perra sucia.
Pero ahora estaba ahí, de rodillas, las manos amarradas a su espalda.
Me miraba con amor, con pasión, con lascivia, tratando de convencerme.
No, pensé, mientras ajustaba las correas a mi cintura; hoy no habría azotes.
Tal vez un poco de sexo violento y desenfrenado, pero sexo al fin…
Su piel tenía la fragancia de ese perfume tan espeso y sensual.
Se había vestido en colores oscuros, sabiendo que eso me excitaba mucho.
El ajuar de mucama francesa era lo que más me gustaba.
Le ordené que se acercara, reptando sobre sus manos y rodillas.
Tenía ganas de besarla, de comerle esos labios dulces.
Pero la mordaza en su linda boca me lo impedía. No quería que hablara.
Ella llegó por fin a acomodarse entre mis muslos ya abiertos.
Mi mano acarició su hermoso rostro y levantó su barbilla para mirarnos a los ojos. Estaba increíblemente hermosa. Mi labia tembló por la excitación.
Ella sabía que se encontraba ahí por un motivo muy justificado.
Debía recibir un castigo por su indecoroso comportamiento de perra sucia.
Pero ahora estaba ahí, de rodillas, las manos amarradas a su espalda.
Me miraba con amor, con pasión, con lascivia, tratando de convencerme.
No, pensé, mientras ajustaba las correas a mi cintura; hoy no habría azotes.
Tal vez un poco de sexo violento y desenfrenado, pero sexo al fin…
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