You are now viewing Poringa in Spanish.
Switch to English

Mi entonces novia Stephanie... PARTE I

Durante el último año de secundaria comencé a salir con una linda chica llamada Stephanie, ella era bajita, de aproximadamente 1.50 metros, su figura tenía un encanto único. Aunque Stephanie se describía a sí misma como "gordita" y con una talla de pecho pequeña (copa A), sus caderas y su trasero eran impresionantes, convirtiéndola en la personificación de la clásica silueta en forma de pera y ya ni hablar de sus sexys piernas. Su belleza no solo se limitaba a su figura, sino que también lleva lentes y braquets, lo que añadía un toque de ternura a su carita redonda.

A pesar de su apariencia nerd, Stephanie siempre ha destacado por su bella sonrisa, su personalidad cautivadora y su cabello negro largo y lacio.

En aquel entonces, no me consideraba particularmente atractivo, pero sí destacaba por mi altura. Medía 1.80 metros, lo cual me hacía sobresalir. Aunque tenía algo de barriga, mi estatura alta no hacía evidente mi peso. No estaba en la mejor forma física, pero se notaba que disfrutaba jugar al fútbol todas las tardes. En cuanto a mi "paquete", no estaba muy seguro de estar bien dotado, aunque en ese momento creía que sí lo estaba.

Stephanie y yo compartíamos una fuerte atracción y pasábamos una gran cantidad de tiempo junto, tanto dentro como fuera de la escuela. No puedo negar que aprovechaba cualquier oportunidad para “darle un llegue”, lo cual siempre la hacía ruborizarse debido a su timidez. Aunque ambos estábamos atravesando la adolescencia y nuestras hormonas estaban algo agitadas, nos comportábamos de manera responsable y nos limitábamos a besos y caricias inocentes.

El día en que más lejos llegamos fue la tarde después de la graduación de secundaria, nos quedamos solos en la casa de sus padres y ambos comenzamos a desnudarnos, por la pena que le daba a ella no pasamos de quedarnos en ropa interior, ella llevaba un TOP deportivo y unas pantaletas negras sin estampado que hacían juego, yo por otra parte solo llevaba unos boxers azules. Estábamos recostados en la cama y nos besábamos, nuestras caricias eran torpes, yo pasaba mis manos por sus pequeños pechos pero cada vez que intentaba meter la mano bajo su TOP ella me detenía y me decía que no estaba lista, así que decidí bajar mis caricias a sus hermosas nalgas, allí no opuso tanta resistencia y me dejo tocar cuanto yo quisiera siempre por encima de su ropa interior, de su sexo no necesito decir que no me dejo tocarlo.

Yo estaba a reventar y en cada ocasión que podía tomaba su mano y la dirigía hacia mi paquete, ella solamente lo apretaba un poco sobre los boxers y luego tímidamente lo soltaba, después de un rato intentando esto, me desespere y me puse de pie terminando de desnudarme frente a ella. Ella se sorprendió y recuerdo como la blanca piel de su rostro se puso roja de la impresión.
Se quedó viendo mi pene, su mirada era más de curiosidad que de excitación, era obvio que era el primero que veía.

- Wow- dijo secamente.

- Eso no me va a entrar…- dijo volteándome a ver con una sonrisa traviesa.
Intente seguir con el acto imaginándome que eso sería suficiente, lanzandome sobre ella para tratar de desnudarla pero me detuvo con un beso diciéndome:

-Aun no estoy lista para esto, te amo pero si me amas sabrás esperarme-

No creo necesitar contar que eso mato todo el momento, aunque de malas pase el resto de la tarde con ella viendo películas y en general el verano paso de la misma manera, pequeñas salidas y momentos de soledad que de un faje no pasaban, supongo que considerando nuestra edad era natural, pero aun así yo me encontraba desesperado.

Finalmente, el verano llegó a su fin y llegó el momento de ingresar a la preparatoria. Estábamos emocionados porque ambos habíamos sido aceptados en la misma escuela. Aquí en México, generalmente, antes de empezar en una nueva escuela, es necesario tomar algunos cursos de inducción para familiarizarse con las instalaciones, las reglas y, sobre todo, conocer a los compañeros.

Al comenzar este curso, Stephanie y yo quedamos en el mismo grupo y rápidamente nos hicimos notar como la única pareja del grupo. Ambos éramos otakus, apasionados del anime y de la cultura asiática. Esta afición nos hacía ser un poco introvertidos y no muy sociables, lo que nos dificultaba hacer amistades y la atención que recibíamos por parte del grupo no era precisamente positiva, a mí no dejaban de preguntar si ya me había cogido a mi novia y a ella no dejaban de preguntarle que tanto cogíamos, al tercer día del curso ya no aguantábamos el acoso que esto significaba y no se que hubiera pasado si no hubiera aparecido Miguel.

Miguel era alto, casi de mi estatura, solo que el si estaba en forma, era moreno de cabello corto, musculatura marcada a pesar de su edad, según nos contó más adelante solía trabajar con su tío en la obra de allí el por qué estaba tan marcado, el a diferencia de nosotros era muy carismático y sobre todo seguro de sí mismo, gracias a el fue que la gente nos dejó tranquilos pues desde el primer día se convirtió en el líder del grupo.

A pesar de que no teníamos gustos en común hicimos una buena amistad, igual que todos quedamos cautivados por su encanto y el parecía especialmente cercano a nosotros.
Los cursos duraron solo dos semanas, así que se pasaron rápido, cuando empezó la asignación de salones me sorprendió que Stephanie y yo no solo no quedamos en el mismo salón, si no que ella quedo en la mañana y yo quede en la tarde, esto hizo que nos pudiéramos ver muy poco, realmente solo nos veíamos los fines de semana, aunque claro no dejábamos de mandarnos mensajes a todas horas.

Aunque Stephanie no se consideraba “guapa” o sexy su figura (su trasero más que nada) hacia que llamar la atención de sus compañeros de clase e incluso de alumnos de otros grados, esto me hubiera mantenido nervioso la mayor parte del tiempo, pero resulta que aunque yo no quede con ella como compañero de salón Miguel si y el la cuidaba por mí, con el paso de las semanas los tres comenzamos a hacernos muy unidos al punto de invitar a Miguel a casi todas nuestras salidas, lo que sin querer desemboco en eliminar casi completamente los “fajes” de las citas limitándolo solo a tomarnos de las manos y unos cuantos besos, pero curiosamente no me importaba, porque sabía que pronto llegarían las vacaciones de invierno y allí volveríamos a tener tiempo a solas.

Mientras más nos acercábamos a las vacaciones más nos hacíamos amigos de Miguel, lo que nos hacía parte del “grupo de los populares”, al punto en que nos invitaban a todas las fiestas, la verdad es que nunca íbamos, preferíamos quedarnos en casa jugando videojuegos (o al menos yo), pero finalmente llego una invitación que no pudimos rechazar, pues era el cumpleaños de Miguel.

Nos dispusimos a ir a la fiesta, no fue nada del otro mundo así que no entrare en detalles, bailamos, comimos, conocimos a los demás amigos de Miguel, pero lo más importante es que conocimos a sus hermanos. Miguel tenia dos hermanos, uno llamado Julián 3 años mayor que él, parecían gemelos pues Julian también estaba en excelente forma y tenía el mismo carisma, su hermana por otra parte a pesar de ser igual de guapa que ellos, cabello largo hasta la cintura, cuerpo atlético con figura de reloj de arena, era mucho menos sociable que sus hermanos, ella se pasó la mayor parte de la fiesta tomando algo en una esquina, sin embargo cuando mi novia se retiró al baño se acercó a mí.

-Hola, me llamo Carolina- me dijo muy fríamente y sin darme oportunidad de presentarme añadió:
-Así que la chica del culo grande es tu novia-
-Si- le respondí algo molesto por cómo se refería a Stephanie.
-Dame tu celular- añadió rápidamente y sin mucho interés aunque con un brillo en sus ojos que me dejo pensativo.

Le entregue mi celular y ágilmente se añadió como contacto a whatsapp enviándose un mensaje a si misma para guardar mi número.

-Tu chica te engaña con mi hermano- dijo secamente mientras que me regresaba mi teléfono para después retirarse dejándome con la duda, pensé en seguirla pero Stephanie regreso y no pude hacerlo, el resto de la noche no pude de dejar de pensar en lo que me dijo esa chica.

La idea de que Stephanie me engañara me parecía una tontería y que Miguel traicionara así nuestra amistad me parecía igual de bobo, pero aun así por el resto de la noche no puede evitar ver que Stephanie se le pegaba bastante y que inclusive esa noche paso más tiempo con el que conmigo, aunque quise tranquilizarme pensando en que lo hacía por ser su cumpleaños. Nos fuimos de allí como a eso de la una de la mañana, fui a dejar a Stephanie a su casa y yo llegue a la mía casi a las dos, como si me hubieran estado siguiendo sin haber pasado mas de quince minutos empecé a recibir mensajes de Carolina, eran fotos de Stephanie y Miguel en la sala de su casa estudiando aunque muy pegados.

Yo me moleste, pero decidí seguir hablando con Carolina, según ella, todas las tardes Stephanie acompañaba a Miguel de vuelta a casa, con la excusa de que Miguel le estaba enseñando a jugar basketball para que ella pudiera ingresar al equipo de la escuela y a su vez Stephanie le ayudaba a Miguel con las materias con las que batallaba, creo que en algún momento me comentaron algo así, pero yo no le preste atención. Todo hasta aquí parecía una molestia hasta que Carolina me dijo que solo se quedaban en la sala mientras estuvieran sus padres, pero que si por algún motivo creían que estaban solos corrían a la habitación de Miguel. No le respondí, pero tampoco la bloque.

Conforme pasaban los días seguían recibiendo mensajes de Carolina, casi todos con alguna foto donde se les veía juntos, algunas inclusive donde Stephanie estaba sentada sobre las piernas de Miguel, cada foto me ponía más nervioso pero no tenía el valor de confrontarlos, hasta que un día Carolina me invitó a su casa para demostrarme que no mentía y yo acepte esa invitación, pensé que podría aclarar las cosas de una vez, saber si me estaban engañando o quitarme a esa molesta niña de encima.
No recibi mas mensajes de Carolina hasta el día en que nos veriamos, ese día sus padres no estarían y ella le dijo a su hermano que saldría con sus amigas, ni ella ni yo fuimos a la escuela, por lo que yo pude llegar unos veinte minutos antes evitando que nos pudieran descubrir.

Nos quedamos en el cuarto de Carolina que estaba junto al cuarto de Miguel, resulta que la pequeña loca le había hecho un pequeño agujero en la pared de su habitación, lo cual le permitía espiar a su hermano sin ser descubierta. Según me contó después, la curiosidad la llevó a hacer ese agujero. Pasamos un rato en un incómodo silencio, ya que Carolina no quería que hiciéramos ruido por si su hermano llegaba y nos descubría.

Finalmente, después de un par de horas, su hermano llegó. Yo estaba medio adormilado por el aburrimiento, pero al escuchar la risa de Stephanie, mi curiosidad me despertó instantáneamente y corrí a ver qué estaba sucediendo.

Miguel entró a la habitación seguido por Stephanie, y en ese momento, un intenso dolor invadió mi corazón, sintiendo que algo estaba mal. Miguel se dejó caer en un sillón que tenía junto a su cama abriendo sus piernas y desabrochando su pantalón pero sin quitárselo, Stephanie lo miro sonrojada pero con una mirada traviesa que nunca antes le había visto.

Asombrado pude ver como mi Stephanie, comenzaba desvestirse, primero se quitó la blusa sorprendiéndome aún más al ver que no traía su típico TOP negro deportivo, si no que llevaba un brasier rojo de encaje que también se terminó quitando, era la primera vez que veía sus pechos, eran pequeños pero muy firmes con unos pezones grandes casi del tamaño del propio seno, rosados que contrastaban con lo blanco de su piel, después de desnudar su torso comenzó a desabotonar sus jeans mientras que bailando torpemente se daba la vuelta para quedar dándole la espalda a Miguel, dejo caer lentamente sus pantalones dejándome ver que solamente llevaba una pequeña tanga negra que se ocultaba entre sus nalgas y apenas cubría su sexo dejando escapar algo de su vello púbico.

Miguel miraba emocionado a mi novia y yo no podía crear lo que estaba observando, podía ver como Miguel tocaba su bulto entre que Stephanie terminaba de lanzar sus pantalones al piso y se sentaba abierta de piernas sobre el regazo de Miguel. Sin pensarlo Miguel coloco sus manos en las enormes y prácticamente desnudas nalgas de mi novia y comenzó a mamarle los pechos, escuchar gemir de placer Stephanie al sentir las caricias y los labios de Miguel en su cuerpo era una tortura pero también era uno de los sonidos más eróticos que había oído en toda mi vida. Desde el ángulo en el que estaba podía ver claramente a Stephanie sentada sobre Miguel pues me daba toda la espalda, aunque estaba enojado y celoso también estaba perdido viendo ese delicioso trasero que tenía mi novia, siempre me imagine como se vería el culo de Stephanie pero ahora que podía verlo era mucho mejor de lo que me imaginaba, sus nalgas eran grandes, muy firmes un poco más pálidas que la piel de su rostro o brazos pues nunca las había tocado el sol, sus grandes muslos combinaban perfectamente con esas nalgas de ensueño terminado en las piernas más delicadas y sexys que había visto.

Por perdido que estuviera en la visión de ese trasero un movimiento de Stephanie me saco de mi embobamiento, Stephanie apoyo sus rodillas en las piernas de miguel abriéndose aún más de piernas y se agacho para con sus manos tratar de hacer a un lado el bóxer de Miguel, Miguel por su parte soltó las nalgas de mi chica y dejo sus senos tranquilos por un momento para bajar la mirada y ayudarle a su hembra con su labor. Miguel levanto su pelvis del sillón solo para poder quitarse tanto el bóxer como los pantalones sin levantarse, dejando escapar de su encierro una enorme verga, no podía yo calcular el tamaño de ese aparato reproductor de largo era fácilmente tres veces el mío en sus mejores momentos y era casi tan grueso como una lata de refresco.

Una vez que el ese enorme falo quedo libre de su prisión, pude ver cómo empezó a rozar con el sexo de mi novia que solamente era protegido de ser atravesado por la delgada tela de su tanga. Stephanie empezó a mover sus caderas de tal manera que su sexo se frotaba con el pene del Miguel quien también empezó a mover su pelvis empujando hacia el frente deseando penetrarla, de vez en cuando algún movimiento brusco de esos dos hacia que la cabeza del miembro de Miguel empujase de mas hundiéndose ligeramente en la vagina con la que rosaba pero siempre detenido por la tanga y haciendo que Stephanie gimiera como puta.

No pude darme cuenta de lo excitado que estaba hasta que escuche una risita de Carolina quien me miraba bastante divertida, yo había comenzado a tocarme por sobre mi pantalón, la verdad es que a pesar del dolor y los celos que sentía en esos instantes me encontraba realmente excitado.

-Si quieres sácatelo- Dijo Carolina quien parecía estarse divirtiendo mucho con la situación.

Por un momento considere en hacerlo, pero el recordar el enorme tamaño de Miguel hizo que me ganara la vergüenza, regrese a mirar por el hoyo tratando de ignorar a la chica que me acompañaba en tan humíllate momento solo para toparme con una escena igual de humillante para Stephanie…

Miguel la tenia de pie frente a él, le había quitado la tanga y la estaba dedeando, podía escuchar gemir a Stephanie como si se tratase de una estrella porno, ella tenía sus manos apoyadas en la pared de detrás del sillón tal manera que sus pequeños senos quedaban frente al rostro de Miguel, esa fue la primera vez que pude ver la vagina de mi novia pues desde mi perspectiva estaba “empinada” era rosada y pequeña me dio la impresión de que aún no había sido usada, aunque ese pensamiento me lleno de alivio este se fue rápidamente al ver como los dedos de Miguel entraban y salían frenéticamente de ella.

A los pocos momentos de que la vagina de mi novia era penetrada por los dedos de su amante pude ver un orgasmo de Stephanie, por primera vez era testigo del éxtasis de mi mujer y no era yo quien se lo estaba provocando, las piernas de mi novia tambalearon mientras que los dedos de Miguel salían de ella para que pudiera caer al piso rendida, quedo hincada frente a él y pensé que allí las cosas terminarían que los dos se vestirían y se irían pero pude ver como aun con espasmos de placer en su cuerpo ella dirigía su rostro hacia el falo de Miguel comenzando a lamerlo.

No solamente el pene de Miguel eras grande, sus bolas también lo eran, mientras que los míos apenas y llegaban al tamaño de una nuez los de él realmente eran “un par de huevos”, parecían ser un poco más grandes que un huevo de gallina de los que venden en cualquier tienda y colgaban majestuosos de su entrepierna, además a Stephanie parecían encantarle por que rápidamente bajo sus “besos” a ellos lamiéndolos y chupándolos entre que con sus pequeñas manos empezaba a masturbar aquel falo. La verga de Miguel era tan grande que a pesar de la distancia claramente podía ver como mi novia se la pelaba recorriendo su prepucio hacia atrás y volviendo a subirlo, pude ver como de la punta de su pene empezaba a escapar algo de líquido blanquecino que escurría por todo su tronco, cuando Stephanie se dio cuenta de que el semen empezaba a brotar de la verga de su macho dejo tranquilas sus bolas para empezar a lamerlo, podía escuchar como saboreaba la leche de su hombre para que terminara metiéndose toda esa enorme verga en su boca comenzando a mamarla como desesperada.

La vista era idéntica a la de los videos porno que acostumbraba ver, una mujer hincada ante un macho alfa entregada a darle placer y saborear su semen, solo que esa mujer no era una actriz porno, era mi novia.

Ya no quería ver como mi novia se la mamaba a otro tipo, así que me di la vuelta con lágrimas en los ojos y una erección en el pantalón, recargándome triste en la pared. Carolina se puso de pie y me hizo una seña para que no hiciera ruido, para después salir de su cuarto haciendo el menor ruido posible.

-¡Ya llegue!- Escuche que grito Carolina desde lo que pienso entra la entrada de la casa.

Rápidamente me incorpore para volver a mirar por el agujero de la pared; allí pude ver como Stephanie se sacaba de la boca ese enorme verga, su rímel estaba corrido y algo de semen escurría de sus labios. Apresuradamente Miguel se puso los pantalones, se veía molesto se notaba que estaba a punto de acabar o que los interrumpieron en el momento, pues mientras se vestía unos chorros de semen salieron de su verga dejando unos charcos en el piso.

Miguel salió de su cuarto buscando a su hermana dejando a Stephanie tirada en el piso apoyándose en el sillón aun desnuda y respirando agitada, parecía que no podía pensar bien, su mirada estaba en blanco pero tenía una leve sonrisa de excitación que la hacía parecer toda una puta, se veía como si estuviera drogada y las drogas la tuvieran en éxtasis. Aun con la mirada perdida empezó a buscar en la habitación, supongo que su ropa, sin embargo con lo que se topo fue con el charco de semen en el piso, la verdad es que era abundante, mucho más de lo que yo podría soltar aun si durara un mes sin jalármela, Stephanie miro el charco unos instantes y gateo torpemente hacia a él comenzando a lamerlo del piso hasta dejarlo limpio, yo no podía creer lo que veía, mi novia parecía una puta barata bebiendo semen del piso.

La escena que acababa de ver me dejo pasmado y no me permitió darme cuenta que tanto discutían Carolina y su hermano, sin embargo pronto entro Carolina de nuevo al cuarto cerrando la puerta de portazo, al parecer acababan de pelearse, voltee a verla cabizbajo pero ella me hizo señas de nuevo de que no hablara para después señalar el agujero indicándome que siguiera mirando, yo ya no quería ver, pero no sé si fue el morbo o la curiosidad lo que me obligo a seguir.

Stephanie ya se encontraba en ropa interior cuando Miguel entro a su recamara de nuevo, su mirada perdida se encendió al verlo entrar, casi sentía que de sus ojos brotaban corazones.

-Llego la pendeja de mi hermana- dijo molesto Miguel
-Así que no tenemos mucho tiempo- añadió.
-Si- contesto Stephanie casi sumisa pero con una sonrisa de oreja a oreja.

Miguel comenzó a desabrocharse los pantalones, dejándolos caer al piso junto con sus boxers jalándosela un poco para que se le pusiera dura rápidamente, pensé que Stephanie volvería a mamársela, pero cuál fue mi sorpresa al ver que ella se quitaba la tanga y se recostaba en la cama que allí se encontraba abriendo sus piernas dejando su sexo completamente expuesto. Una vez mas no podía creer lo que mis ojos me mostraban ¡iban a hacerlo! Mi Novia le iba a entregar su virginidad allí misma, a las prisas, sin romance, se iba a entregar a ese monstruoso pene.

-Así no, ya sabes cómo- le ordeno Miguel a mi novia.
-Perdón…- dijo ella como niña regañada.

-¿Ya sabes cómo?- me dije en voz baja ¿ósea que ya había pasado antes? ¿Esa no era la primera vez de mi novia? No podía terminar de entender que era lo que estaba sucediendo, mientras miraba como mi novia se acomodaba en la cama quedando a cuatro patas y levantando el culo para su amante, mi mente solo podía pensar en lo mucho que me dolía esa imagen, pero al mismo tiempo mi pene estaba a reventar, quería que ella se abriera así para mí, quería ser yo quien la fuera a penetrar pero no…

Finalmente cedi, baje el zipper de mi pantalón sacando mi pene y empezando a masturbarme mientras veía como Miguel comenzaba a sobar la punta de su verga en la entrada de mi novia. Stephanie volteaba a verlo de reojo suplicante y deseosa de tenerlo dentro. A pesar de las “prisas” que tenían Miguel la hacía sufrir masturbando su sexo con la cabeza de su pene, hundiéndolo sin llegar a penetrarla pero si abriéndola, pasando su glande por sus labios y bañando el tronco de su falo en los fluidos de su vagina.

-Métemelo por favor…- finalmente dijo Stephanie con un hilo de voz apenas audible.
-¿Qué?- pregunto Miguel a pesar de que su rostro claramente demostraba que había escuchado.

Stephanie titubeo unos momentos, quedándose pensativa, a pesar de todo lo que habían hecho se veía apenada en ese momento, pero finalmente grito: -¡Meteme la verga por favor!-
Miguel sonrió victorioso y colocando ambas manos en las nalgas de Stephanie apretandolas con fuerza mientras que clavaba esa enorme verga dentro de ella, a pesar de lo enorme que era Stephanie estaba tan mojada que esta entro sin problemas.

-¡Que rico!- gimió Stephanie al sentir como esa verga llenaba sus entrañas.

Miguel casi no hacia ruido alguno, estaba concentrado en bombear su semen dentro de la mujer que tenía enfrente, parecía un toro tratando de preñar a su hembra, por otra parte Stephanie gemía como la puta que me parecía que era, pude ver como se venía con cada embestida que Miguel le daba, poco a poco fue perdiendo las fuerzas en los brazos y termino con su pecho pegado al colchón de la cama y con sus delicadas manos aferrándose a las sabanas.

-¡Para! ¡Me vas a volver loca!- Grito Stephanie mientras que mordía la almohada tratando de ahogar sus gemidos, esto lejos de hacer que Miguel se detuviera solamente provoco que aumentara el ritmo de sus embestidas, haciendo que el sonido de su pelvis golpeando las enormes nalgas de mi novia se escuchara como aplausos las caderas de Stephanie se movían al ritmo de estos sonidos lo que lo intensificaba más y más, y por mucho que Stephanie deseara callar sus gemidos el ahogarlos mordiendo la almohada solo hacía que se escucharan más eróticos.

Yo llegue a mi límite ensuciado mi mano con mi propio semen cuando vi como las piernas de Stephanie flaqueaban a mitad de un orgasmo haciéndola caer en la cama y haciendo que la verga de Miguel saliera de ella de golpe, la cama estaba empapada con los fluidos de ella y respiraba agitada, con la mirada en blanco pero una sonrisa en su rostro, se le veía cansada pero satisfecha, sin embargo Miguel estaba lejos de quedar satisfecho, sin dar un momento para que Stephanie se repusiera, Miguel se apoyó en la cama empezando a frotar su enorme pedazo entre las nalgas de mi pequeña novia.

-¿Qué haces? Dijo Stephanie entre suspiros al sentir como Miguel se masturbaba con sus nalgas.
-Todavía no te marco preciosa…- le respondió el mientras que masajeaba las nalgas de mi novia apretándolas con sus gruesos dedos, sujetándolas y pegándolas de tal manera que se frotaran más con su verga.

¿Marcarla? Me pregunte mientras veía como una sonrisa se dibujaba en el cansado rostro de Stephanie.

-Si mi amor… por favor- Dijo ella levantando un poco el culo.

Mi corazón dio un vuelco al escuchar como ella le decía “mi amor”, pero me sentí aun peor de ver, como Miguel se acomodaba para volver a hundir su hombría dentro de mi mujer, solamente para venirse dentro de ella, con un grito de él y un gemido de ella, ese macho soltó lo que a mí me parecían litros de leche que se desbordaban de la vagina de Stephanie a pesar de que ese falo seguía dentro de ella.
Finalmente Miguel saco su miembro de dentro de ella, y esta no demoro en sentarse a los pies de la cama empezando a limpiar los restos de semen que aun escurrían de su pene como desesperada, como si ese blanco líquido le diera todo lo que siempre había querido.

-¿Ya se la está limpiando- Escuche que me preguntaban al oído. Voltee y vi que quien me lo había dicho era la hermana de Miguel.

-Si- Respondí tristemente.
-Bien, entonces tenemos como 15 minutos para que salgas-

Me levante tambaleándome un poco y vi que Carolina miraba mi entrepierna con una sonrisa algo burlona, cuando la voltea a ver me miro y me enseño su meñique, después con ese mismo dedo señalo mi entrepierna, mi pene se asomaba por mi bragueta, en otro caso creo que me hubiera gustado que una chica tan linda como ella lo mirara, pero me sentía tan humillado por lo que acababa de ver que sentía una vergüenza que no podía describir.

Antes de salir eche un último vistazo por ese agujero en la pared y pude ver como mi Stephanie ya había limpiado cada centímetro de ese falo con su lengua y ahora se limitaba solo a besarle las bolas, Miguel ya no estaba excitado pero aun así parecía disfrutar de la entrega de mi novia a su trabajo.

Para no alargar más de lo que ya lo he hecho esta historia, solo me queda contarles que al salir Carolina me dijo que no era el único al que su chica engañaba con su hermano, me pidió que no me enojara con ella, que era algo difícil resistirse a ese hombre, cosa que el sabia y sobre todo sabia como aprovecharlo.

5 comentarios - Mi entonces novia Stephanie... PARTE I

DANIZU25 +2
Muy buena historia.
SiraZorrita
Muchas gracias, me animas a seguir escribiendo.
ripkopmj +1
buen relato espero con ansias la parte 2
ripkopmj +1
seguimos esperando la parte 2
nick8765
me volvió loco el realato!