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Después de limpiarnos nos tiramos los dos a la cama. Hacía un poco de frío, así que nos tapamos, pero estábamos lejos uno del otro.
Me sentía un poco incómodo y me dolía un poco el culo. Para romper el hielo le pregunté si le había gustado y me dijo que mucho.
- Acabe como pocas veces en mi vida. Mucha calentura. Vos cómo estás?
- Me duele un poco la cola. Pero no vi sangre ni nada raro cuando me limpié, así que debe estar bien.
- Mejor, porque a ese culito lo voy a querer repetir.
- ¡No hoy! - dije asustado.
- Hoy no creo que se me vuelva a parar siquiera. Mi pija también quedó cansada.
- Pobrecita - dije- y la acaricié por debajo de las sábanas.
- Por hoy ya está, fijate que ni se mosquea. Y eso que yo aún estoy caliente.
- A ver - dije, y aproveché para acercarme un poco y le toqué un poco más la verga.
-Por un par de horas no creo que reaccione. Una vez que acabo tarda un buen rato.
Cuando me dijo eso me separé un poco, pero él estiró las piernas y sentí sus pies fríos sobre los míos. Yo se los empecé a frotar con mis pies de forma involuntaria y él se pegó a mi cuerpo y me hizo mover para ponerme en posición de cucharita.
- Me encantó el detalle de la bombacha y el vestido.
- Gracias
- Siento que estoy casi con una nena.
- En la cama soy tu nena - le dije con voz melosa. Podía sentir como me acariciaba la cola, pero también el resto del cuerpo.
- Ya sé - me dijo, y me dio un beso en el cuello- vos sabés que me re calienta tu cuerpo. Tenés muy lindo cuerpo.
Mientras me decía esto me acariciaba el abdomen y el pecho, pasando la mano por debajo del vestido que aún tenía puesto. Yo medía 1.80mt, y le sacaba una cabeza a él, que además era medio gordito, mientras que yo tenía los abdominales marcados. Sus manos empezaron a jugar con mis pezones, no como algo sexual, sino como distraídas. En un momento me volvió a besar el cuello y entonces me puse boca arriba para poder verlo y le dije
- Pará que me vas a calentar.
- No puedo… jaja… no me está saliendo.
Sabía que su pija no estaba dura, pero igual la agarré con la mano para comprobarlo.
- ¿Te molesta que te toqué? - pregunté.
- No, todo lo contrario. ¿Qué estás? ¿Mimosa?
- No sé, es medio nuevo todo esto
Entonces siento que su mano, en medio de las caricias roza mi pene y algo sorprendido me pregunta:
- ¿A vos ya se te paró?
- Y sí, no soy de piedra.
- Wow, qué rápido - me dice-. Yo después de acabar tardo bastante en poder entrar de nuevo en acción.
- Para mi culo mejor así - le digo bromeando.
Su mano vuelve a ir hacía la zona de mi entrepiernas y siento sus dedos rozar mi pito.
- Está re duro - me dice -. Se te para super rápido. Vos quedaste re caliente.
- No, vos me estás haciendo calentar.
Entonces siento que lo acaricia con miedo un par de veces y luego lo toma con la mano.
- Es raro que se sienta tan chico.
- Es que lo que vos tenés no es normal
- Jaja, es cierto. Digo, es raro, es la primera pija distinta a la mía que toco.
- Igual sí, es chica. He visto más chicas, pero no muchas.
- ¿Cuántas pijas viste? O te comiste mejor dicho
-No sé, creo que 7 sin contar la tuya, puede que ocho. La mayoría de asolescente.
-¿Todos esos te cogieron?
-No, de todos esos solo dos, el resto solo paja y pete. Igual ninguna siquiera parecida a la tuya.
Mientras decía todo esto, su mano seguía sobre mi pija, pero sin hacer nada.
-¿Querés que te la chupe un poco? - le digo.
- No, no. Estoy bien.
- Es que me estoy calentando mucho.
- ¿Querés que te ayude?
- Conmigo podés hacer lo que quieras, Fer - fue lo único que me salió decir.
El empezó a mover su mano con bastante torpeza sobre mi pijita. Usando dos dedos me bajó la piel del prepucio y la volvió a subir. Hizo eso un par de veces y luego la agarró con toda la mano. Me tocaba muy despacio.
- Ay! Qué lindo lo que me hacés!
- Sos toda una putita
- Ay, muy putita me pongo
Entonces me vuelve a besar el cuello, no un beso de cariño, casi un chupón. Yo volaba de calentura. Su manito haciendome un paja, su cuerpo pegado al mío. Podía sentir su verga flácida (y enorme) pegada a una de mis piernas y estiraba mi cuello para que me lo bese, hasta que en un momento movió la boca como buscando mi oreja y se encontró con mis labios. Él pareció dudar, pero yo estaba muy caliente. nuestros labios se tocaron sin abrirse. Él tardó un poco en responder, pero al final me empezó a besar con fuerza y luego lo tuve que separar.
- Fer, pará, que voy a acabar.
Entonces sentí que me empezó a tocar más rápido. Volví a comerle la boca y acabé abundantemente sobre mi panza y su mano.
- ¡Sos un amor! Fue la mejor paja de mi vida.
- Me acabaste toda la mano hija de puta
- Perdón, pero te avisé
- Ya sé, no pasa nada…
- Vení, dame, le dije - y le limpié la leche de sus dedos con mi boca.
Ahora durmamos un poco, que mañana te voy a coger de nuevo.
Después de limpiarnos nos tiramos los dos a la cama. Hacía un poco de frío, así que nos tapamos, pero estábamos lejos uno del otro.
Me sentía un poco incómodo y me dolía un poco el culo. Para romper el hielo le pregunté si le había gustado y me dijo que mucho.
- Acabe como pocas veces en mi vida. Mucha calentura. Vos cómo estás?
- Me duele un poco la cola. Pero no vi sangre ni nada raro cuando me limpié, así que debe estar bien.
- Mejor, porque a ese culito lo voy a querer repetir.
- ¡No hoy! - dije asustado.
- Hoy no creo que se me vuelva a parar siquiera. Mi pija también quedó cansada.
- Pobrecita - dije- y la acaricié por debajo de las sábanas.
- Por hoy ya está, fijate que ni se mosquea. Y eso que yo aún estoy caliente.
- A ver - dije, y aproveché para acercarme un poco y le toqué un poco más la verga.
-Por un par de horas no creo que reaccione. Una vez que acabo tarda un buen rato.
Cuando me dijo eso me separé un poco, pero él estiró las piernas y sentí sus pies fríos sobre los míos. Yo se los empecé a frotar con mis pies de forma involuntaria y él se pegó a mi cuerpo y me hizo mover para ponerme en posición de cucharita.
- Me encantó el detalle de la bombacha y el vestido.
- Gracias
- Siento que estoy casi con una nena.
- En la cama soy tu nena - le dije con voz melosa. Podía sentir como me acariciaba la cola, pero también el resto del cuerpo.
- Ya sé - me dijo, y me dio un beso en el cuello- vos sabés que me re calienta tu cuerpo. Tenés muy lindo cuerpo.
Mientras me decía esto me acariciaba el abdomen y el pecho, pasando la mano por debajo del vestido que aún tenía puesto. Yo medía 1.80mt, y le sacaba una cabeza a él, que además era medio gordito, mientras que yo tenía los abdominales marcados. Sus manos empezaron a jugar con mis pezones, no como algo sexual, sino como distraídas. En un momento me volvió a besar el cuello y entonces me puse boca arriba para poder verlo y le dije
- Pará que me vas a calentar.
- No puedo… jaja… no me está saliendo.
Sabía que su pija no estaba dura, pero igual la agarré con la mano para comprobarlo.
- ¿Te molesta que te toqué? - pregunté.
- No, todo lo contrario. ¿Qué estás? ¿Mimosa?
- No sé, es medio nuevo todo esto
Entonces siento que su mano, en medio de las caricias roza mi pene y algo sorprendido me pregunta:
- ¿A vos ya se te paró?
- Y sí, no soy de piedra.
- Wow, qué rápido - me dice-. Yo después de acabar tardo bastante en poder entrar de nuevo en acción.
- Para mi culo mejor así - le digo bromeando.
Su mano vuelve a ir hacía la zona de mi entrepiernas y siento sus dedos rozar mi pito.
- Está re duro - me dice -. Se te para super rápido. Vos quedaste re caliente.
- No, vos me estás haciendo calentar.
Entonces siento que lo acaricia con miedo un par de veces y luego lo toma con la mano.
- Es raro que se sienta tan chico.
- Es que lo que vos tenés no es normal
- Jaja, es cierto. Digo, es raro, es la primera pija distinta a la mía que toco.
- Igual sí, es chica. He visto más chicas, pero no muchas.
- ¿Cuántas pijas viste? O te comiste mejor dicho
-No sé, creo que 7 sin contar la tuya, puede que ocho. La mayoría de asolescente.
-¿Todos esos te cogieron?
-No, de todos esos solo dos, el resto solo paja y pete. Igual ninguna siquiera parecida a la tuya.
Mientras decía todo esto, su mano seguía sobre mi pija, pero sin hacer nada.
-¿Querés que te la chupe un poco? - le digo.
- No, no. Estoy bien.
- Es que me estoy calentando mucho.
- ¿Querés que te ayude?
- Conmigo podés hacer lo que quieras, Fer - fue lo único que me salió decir.
El empezó a mover su mano con bastante torpeza sobre mi pijita. Usando dos dedos me bajó la piel del prepucio y la volvió a subir. Hizo eso un par de veces y luego la agarró con toda la mano. Me tocaba muy despacio.
- Ay! Qué lindo lo que me hacés!
- Sos toda una putita
- Ay, muy putita me pongo
Entonces me vuelve a besar el cuello, no un beso de cariño, casi un chupón. Yo volaba de calentura. Su manito haciendome un paja, su cuerpo pegado al mío. Podía sentir su verga flácida (y enorme) pegada a una de mis piernas y estiraba mi cuello para que me lo bese, hasta que en un momento movió la boca como buscando mi oreja y se encontró con mis labios. Él pareció dudar, pero yo estaba muy caliente. nuestros labios se tocaron sin abrirse. Él tardó un poco en responder, pero al final me empezó a besar con fuerza y luego lo tuve que separar.
- Fer, pará, que voy a acabar.
Entonces sentí que me empezó a tocar más rápido. Volví a comerle la boca y acabé abundantemente sobre mi panza y su mano.
- ¡Sos un amor! Fue la mejor paja de mi vida.
- Me acabaste toda la mano hija de puta
- Perdón, pero te avisé
- Ya sé, no pasa nada…
- Vení, dame, le dije - y le limpié la leche de sus dedos con mi boca.
Ahora durmamos un poco, que mañana te voy a coger de nuevo.
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