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El casamiento

Hace mucho que no escribo porque la realidad es que la vida venia siendo monótona y me venia portando muy bien. Desde que me case, nunca le fui infiel a mi esposa, se me presento alguna que otra oportunidad pero siempre le esquive al bulto, no tenia ganas. Anoche fue distinto...
Después de años en pareja, anoche se caso la prima de mi esposa. Ella es una genia y él un muy buen tipo, no tenemos mucho en común pero cada vez que nos juntamos la pasamos bien y les tengo un real aprecio. Mi esposa y su prima son unidas, comparten mucho tiempo juntas, salen a caminar, van juntas a la peluquería, a hacerse las uñas y hace un tiempo compartieron durante unos meses la misma clase de zumba.
La cosa es que los casamientos tienen ese "no se qué" que me motivan, por lo cual ayer estaba entusiasmado, tenia expectativas de poder bailar, chupar, divertirme. Así que estaba enchufado desde temprano: me prepare mi outfit con anticipación, fui a la barbería, dormí la siesta para aguantar toda la noche jajaja...
El casorio fue emotivo, lindas palabras del cura, muchas fotos y finalizada la parte religiosa viaje directo a una estancia en donde se iba a celebrar la fiesta. En mardel las noches son frías en enero así que no hace falta explicar lo que son en junio, pero bue no me iba a acobardar. Arranque la noche tomando tinto con una linda entrada de fiambres, mientras charlaba con la gente y me reía con mi cuñado, amigo y cómplice de mil y una de cuando eramos pibes. La cosa es que la noche pintaba bien y eso me tenia contento... Una vez que pasamos al salón principal todo estaba precioso, linda decoración, muchas fotos de los novios, lindos detalles y una temperatura que contrastaba con el afuera. Una vez sentados todo iba joya, buena música, mejor comida y todo acompañado de una cantidad inagotable de alcohol hasta que surgió el primer problema: beber me dan ganas de mear, y una vez que empiezo tengo que ir al baño a cada rato. Trate de aguantar lo más que pude pero bue, no quedo otra que pararme, pedir permiso y pasar al baño... En el camino la vi a ella, una piba rubia, espalda descubierta, un cuello y unos hombros preciosos, delicados, elegante, La verdad no sabia quien era pero me llamó la atención y en una noche como esa, no era una buena noticia... La cosa es que fui al baño, le cambie el agua a la aceituna, me lave la cara, acomode la camisa y salí pensando en que debía parar con el vino porque todavía era temprano y quedaba mucha noche por delante. En el camino a la mesa vuelvo a dirigir mi mirada hacia la rubia y me encuentro con que ella me estaba mirando y sonreía. Suelo ser muy tarado y en general no suelo pesar en doble sentido, no suelo cazar indirectas, nada de eso, pero en esta oportunidad me la creí, lo tomé personal así que me senté al lado de mi esposa seguro de que a la rubia le había llamado la atención.
La cena transcurrió con normalidad, como en todo casamiento, se come, se chupa, se hablan giladas y se le saca el cuero a la gente que no conoces o que no te cae muy bien. Y resultó que a mi señora la rubia no le caía para nada bien, habían sido compañeras de zumba y en palabras de ella la mina "era un gato, le beboteaba al profe" y no se cuantas cosas mas. Yo solo me atinaba a decirle "No seas jodida", "siempre igual vos" y cosas así, para hacerla reír y seguir pasándola bien.
Se largo la primera tanda de baile, mucho cuarteto y cumbias de las nuevas, ya había arremangado la camisa y cambie el vino por birra. Este iba a ser un grave error pero bue, no todo se puede prever con anticipación. Baile con mi esposa, con la novia, con mi cuñada, con mi sobrina, estaba desatado y realmente me estaba divirtiendo, estábamos en una de las puntas del salón en un clima bien familiar, hasta que el reciente esposo nos va a buscar a mi cuñado y a mi y nos lleva al centro de la pista a bailar con él, momento en el cual la rubia vuelve a aparecer en escena. Ella estaba ahí, con un grupo de amigas bailando muy divertidas, sacándose fotos y demás, cada tanto alguna mirada cruzábamos pero nada más, en ese contexto de risa y baile no podía garantizar que me mirará a mi o que el cruce era casual. Todo iba transcurriendo normal hasta que se armó el bendito trencito, momento trillado y aburrido pero que en esta ocasión me trajo una linda sorpresa, porque quien me agarró la cintura y me empujaba mientras bailaba era ella, la rubia. Sonaba "de reversa mami" y yo solo sentía sus dedos delgados que se movían en mi cintura, no me agarraba con la vergüenza de sentir a un desconocido, todo lo contrario, sus manos se posaron fuerte y pasaban de mi cintura a mis hombros, y en un momento sin ningún tipo de pudor y con la velocidad de un rayo me sobo todo el culo. Me sobresalte, me dí vuelta pensando "esta piba esta loca" y busque con la mirada donde estaba mi señora, hasta que la vi sentada con su sobrina, charlando y sin prestarme atención. Ahí nomás me gire, la mire a la rubia quien me esperaba con una sonrisa picara, traviesa y la actitud de quien estaba con ganas de pudrirla. A partir de ahí confirme que la noche podía ser muy interesante...

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