Muchas gracias a todos los que han estado visitando mis posts. Aquí les dejo los primeros dos capítulos de esta serie:
http://www.poringa.net/posts/relatos/5052197/Mis-amadas-hijas-I.html
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CAPÍTULO III
Tres meses después de aquella trágica noche para Marcus, sus hijas tomaron la iniciativa de ayudarlo con su problema de eyaculación. Sus erecciones eran tan evidentes que tenía que cubrirse incluso frente a sus hijas, y eran tan dolorosas que en ocasiones no podía levantarse de la cama. Entonces Hanna ideó un plan para poder convencerlo mientras Selene intentaba seducirlo sin hacer mayor escándalo.
Los tres estaban sentados en la mesa que está cerca de la cocina. Marcus había preparado un poco de carne con verduras y puré de papa, lo cual para Selena le fue sumamente delicioso porque su madre la tenía a dietas constantes, y probar el sabor de la carne que cocinó su padre le pareció una exquisitez. Marcus desde luego estaba a la cabecera de la mesa cuadrada, cabizbajo y adolorido del corazón y su pene. Hanna a su derecha con un top que le descubría el hombro y casi su pequeño seno izquierdo, intentando que lo viera su padre; mientras Selene usaba una playera sumamente ajustada con unos leggins negros como su hermana que hacían marcar su pequeña pata de camello. Poco maquillaje para no parecer putas baratas. Fue entonces que Hanna rompió el incómodo silencio en la mesa y pronunció palabra.
-Papi... Sé... Bueno, sabemos que éste tiempo ha sido muy difícil para ti, y queremos que sepas que cuentas con nosotras para lo que quieras. Lo que sea puedes pedirlo.- Dijo la más pequeña de la familia al poner su mano sobre su musculoso brazo, y Marcus le respondió con una sonrisa.
-Gracias mis amores. Son lo mejor de mi vida y las amo.-
-Si necesitas algo, lo que sea... Puedes pedirlo y nosotras te lo daremos.- El tono de voz de Selene era bastante seductor incluso para Marcus, y su mirada era más que evidente. Selene y Hanna era totalmente vírgenes, pero vieron algunos vídeos porno y aprendieron inmediatamente cómo atraer a un hombre. La mano de Selene se posicionó en la pierna izquierda de Marcus y lo acarició con suavidad intentando llegar hacia arriba, lo cual alertó a Marcus quien movió su cuerpo hacia atrás y se erguía mostrando autoridad, lo cual, Selene no le importó en lo absoluto. Marcus aclaró la garganta y dijo.
-Se los agradezco niñas. Pero hay cosas que yo... Yo, debo hacer por mí cuenta y deben de respetar eso.- Dijo en un tono muy serio y autoritario.
-No tiene que ser así papi... Eres, un hombre y, estás bajo mucha presión siempre. Tienes necesidades y nosotras podemos ayudarte...- Hanna se iba acercando más y más al igual que Selene quien ya tenía su mano encima de su pene. Era increíble para ella. Debajo de su pants se sentía durísimo y palpitante, entonces Marcus detuvo la mano de Selene y la miró con molestia lo cual Selene tomó como una invitación a intentar besarlo. Hanna por otro lado acariciaba su pecho y se bajó un poco el top para mostrar su seno. Al momento en que los labios de Marcus y Selene se conocieron éste se sintió vulnerable y por un brevísimo instante bajó la guardia y Selene pudo besarlo suavemente. Su primer beso y con su padre. Entonces Hanna giró su cabeza y también lo besó. Marcus estaba sumamente confundido que cerró los ojos, sintió la suavidad de los labios de sus hijas y no pudo hacer nada para impedirlo.
-No... Alto...- Empujó suavemente a ambas chicas y por un momento se detuvo a pensar. Entonces dijo. -Esto... Ésto, no está bien. NADA BIEN... P-pero... Tal vez, puedan ayudarme... Pero nadie debe saberlo. ¿Entienden? ¡Absolutamente nadie debe enterarse!- Ambas chicas sonrieron y con voz suave.
-No te preocupes papi. Será nuestro secreto...- Dijo Hanna acercándose a él para besarlo suavemente. Ambos se levantaron de la mesa y Marcus se dirigió hacia la sala. Detrás de él sus hijas se iban quitando la ropa y cuando él se sentó en el sillón enorme vio a sus hijas completamente desnudas y sonrientes; la vagina de Hanna estaba acicalada a comparación de la de Selene que estaba completamente depilada, así que desvió la mirada porque se sentía incómodo.
-¡¿Qué hacen?! ¡Vístanse!- Ordenó un poco molesto, pero Selene se le sentó a su izquierda y le dijo.
-No te preocupes papi. Somos mujeres, éste es nuestro cuerpo y queremos que te sientas bien.- Tomó su brazo izquierdo y lo pasó detrás de su cabeza para que la abrazara mientras ella le toca el pecho, pero no sin antes desabrochar su camisa y quitársela para oler su esencia. Mientras tanto Hanna le fue bajando lentamente el pants hasta dejar salir su prominente trozo de carne erecto y duro, posicionado frente a su cara, palpitante y doloroso. Marcus se sintió aún más incómodo que intentó cerrar los ojos, pero Hanna se sentó a su derecha y tomó su pene con su suave, pequeña y fría mano. Empezó a moverla de arriba a abajo y pensó "¿Wow! Está más dura de lo que pené. ¿Cómo puede caminar con ésta cosa pegado a su cadera? No te preocupes papi. Nosotras te vamos a salvar."
Eventualmente Marcus empezaría a gemir de placer, sin saberlo, lo que haría que Selene le diera un beso largo y apasionado para hacerlo sentir bien. La mano de Marcus se movía lentamente desde su espalda hasta su abdomen y subiría hasta llegar a la base de sus senos, entonces Selene le tomaría la mano y lo forzaría para que la tocara.
-Mmmmm... ¿D-dónde aprendiste a hacer esto cariño?- Preguntó un poco preocupado.
-¡En internet! Ya sabes, ésos videos que hay por ahí. Como los que tú ves.- Entonces Marcus sintió como un balde de agua helada le recorrió la espalda y expresó.
-¡¿QUÉ?! ¿Qué vídeos? ¿De qué hablas?-
-Ay tranquilo papá.- dijo Selene- Es normal ver pornografía hoy en día. Es decir, hombres como tú lo hacen a diario y no tiene nada de malo. Relájate y no pienses en más.- Marcus simplemente guardó silencio el resto del tiempo mientras su hija mayor le acariciaba el pecho desde su cintura hasta su cuello y le daba pequeños besos en la mejilla. Hanna no podía creerlo todavía así que aceleraba el paso al masturbarlo más rápido y rápido que hacía que su padre gimiera y ella pensara en mil y un formas de ponerlo en su boca, pero no se atrevía, pues pensaba que era muy pronto par hacerlo. Más de 15 minutos después, Marcus empezaba a sentir que llegaba al clímax de su placer.
-N-no te detengas cariño... Mmmmmm...- Hanna aceleró más su mano mientras mordía su labio inferior. Selene le tocaba los testículos para que eyaculara más pronto. No pasó mucho tiempo para que el hombre de 50 años gimiera tan alto que sus hijas se reirían de su expresión, estiró los pies y empezó a sacar líquido pre-seminal tan seguido que parecería orina, entonces descargó un chorro tan largo y espeso que le hizo gemir aún más de placer, sacudirse en el lugar y sudar demasiado. Siguió eyaculando varios chorros como ésos que Hanna estaba aún más sorprendida al igual que Selene al tiempo en que Marcus reclinaba la cabeza hacia atrás. Durante 15 segundos eyaculó chorros prominentes de semen para después ir terminando con chorros más líquidos y no tan duraderos hasta terminar agotado, sudado, mareado y confuso, intentando recuperar el aliento.
Hanna y Selene no podían creerlo. Simplemente era impresionante la cantidad de leche que tenía almacenada ahí. La mano de Hanna estaba completamente cubierta en blanco y no pudo evitar lamerla así como Selene se le acercó para lamer un poco, y para sorpresa de ambas el sabor fue exquisito y equilibradamente dulce. Lamieron la mano a tal punto de chocar sus labios y pasarse saliva entre ellas, gozando y disfrutando del sabor. Pero cuando Marcus recobró al aliento las detuvo y contempló el desastre que hizo.
-¿Ya te sientes mejor papi?- Simplemente no podía ver la cara de ternura y orgullo que le mostraba Hanna, no podía verla de otra forma. Marcus se levantó rápidamente y se fue a la cocina.
-Recojan su ropa y vayan a sus habitaciones... Ya es muy tarde...- Hanna y Selene se levantaron no sin antes recoger un poco de semen del piso para comérselo.
Marcus reflexionó un poco sobre su acto previamente ejecutado. ¿Cómo fue que terminó en este lío? ¿Qué pasó con su familia? Su esposa lo habría complacido en muchas ocasiones incluso desde que estaban en la universidad. Nunca se sintió avergonzado incluso cuando él eyaculaba en la cara de sus hermanas frente su entonces novia y madrastras. Él siempre estuvo dispuesto a tener sexo incluso con sus madrastras y que su novia lo viera, era diferente en ese entonces, pero admitió que se sentía bien después de todo, su pene dejó de doler y regresó a su estado normal. Pensó en hacerle una visita su hija la menor.
Al entrar a la habitación Hanna estaba arropada y con su pijama puesta, pero abrió los ojos y de inmediato se levantó.
-No te levantes cariño. Solamente vengo a... Pues...- Dudaba un poco sobre lo que iba a decir.
-¿Qué papi?- Juntó sus brazos y su escote reveló de nuevo sus tetas.
-Que... Quería agradecerte por lo que... Pues... Ya sabes... Ayudarme con mi...- Y Hanna simplemente lo besó en la boca mientras lo abrazaba.
-No tienes qué papi. Te ayudaré las veces que quieras.- Entonces Marcus la arropó y le dio un beso en la frente como de costumbre. Fue a la habitación de Selene quien se cepillaba el cabello y volteó a ver a su padre.
-Amor yo... Eh...- Selene se levantó y lo abrazó del cuelo como si fuera a besarlo.
-No tienes que decir nada papá. Te amo y lo sabes...-
-Sí... Lo sé...- Entonces él la besó cerca del labio pero ella lo besó aún más apasionadamente, sintiendo su calor pero sin necesidad de algo más. Marcus también la arropó y la besó en los labios como si fuera su esposa.
A la mañana siguiente, el padre estaba en la ducha en su propio baño. El agua corría sobre su cuerpo, recordando un poco sobre lo que la noche anterior, lo que le ganó una erección. Al verla pensó, que podría con ella esta vez. Empezó a masturbarse lentamente, el vapor ayudaba un poco pero no lo lograba, no de nuevo, una voz suave interrumpió su momento, cuando vio a su derecha simplemente no pudo desviar la mirada al ver un cuerpo perfecto parado frente a él acercándose lentamente hasta abrir la puerta de la ducha.
-Buenos días...-
CONTINUARÁ...
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CAPÍTULO III
Tres meses después de aquella trágica noche para Marcus, sus hijas tomaron la iniciativa de ayudarlo con su problema de eyaculación. Sus erecciones eran tan evidentes que tenía que cubrirse incluso frente a sus hijas, y eran tan dolorosas que en ocasiones no podía levantarse de la cama. Entonces Hanna ideó un plan para poder convencerlo mientras Selene intentaba seducirlo sin hacer mayor escándalo.
Los tres estaban sentados en la mesa que está cerca de la cocina. Marcus había preparado un poco de carne con verduras y puré de papa, lo cual para Selena le fue sumamente delicioso porque su madre la tenía a dietas constantes, y probar el sabor de la carne que cocinó su padre le pareció una exquisitez. Marcus desde luego estaba a la cabecera de la mesa cuadrada, cabizbajo y adolorido del corazón y su pene. Hanna a su derecha con un top que le descubría el hombro y casi su pequeño seno izquierdo, intentando que lo viera su padre; mientras Selene usaba una playera sumamente ajustada con unos leggins negros como su hermana que hacían marcar su pequeña pata de camello. Poco maquillaje para no parecer putas baratas. Fue entonces que Hanna rompió el incómodo silencio en la mesa y pronunció palabra.
-Papi... Sé... Bueno, sabemos que éste tiempo ha sido muy difícil para ti, y queremos que sepas que cuentas con nosotras para lo que quieras. Lo que sea puedes pedirlo.- Dijo la más pequeña de la familia al poner su mano sobre su musculoso brazo, y Marcus le respondió con una sonrisa.
-Gracias mis amores. Son lo mejor de mi vida y las amo.-
-Si necesitas algo, lo que sea... Puedes pedirlo y nosotras te lo daremos.- El tono de voz de Selene era bastante seductor incluso para Marcus, y su mirada era más que evidente. Selene y Hanna era totalmente vírgenes, pero vieron algunos vídeos porno y aprendieron inmediatamente cómo atraer a un hombre. La mano de Selene se posicionó en la pierna izquierda de Marcus y lo acarició con suavidad intentando llegar hacia arriba, lo cual alertó a Marcus quien movió su cuerpo hacia atrás y se erguía mostrando autoridad, lo cual, Selene no le importó en lo absoluto. Marcus aclaró la garganta y dijo.
-Se los agradezco niñas. Pero hay cosas que yo... Yo, debo hacer por mí cuenta y deben de respetar eso.- Dijo en un tono muy serio y autoritario.
-No tiene que ser así papi... Eres, un hombre y, estás bajo mucha presión siempre. Tienes necesidades y nosotras podemos ayudarte...- Hanna se iba acercando más y más al igual que Selene quien ya tenía su mano encima de su pene. Era increíble para ella. Debajo de su pants se sentía durísimo y palpitante, entonces Marcus detuvo la mano de Selene y la miró con molestia lo cual Selene tomó como una invitación a intentar besarlo. Hanna por otro lado acariciaba su pecho y se bajó un poco el top para mostrar su seno. Al momento en que los labios de Marcus y Selene se conocieron éste se sintió vulnerable y por un brevísimo instante bajó la guardia y Selene pudo besarlo suavemente. Su primer beso y con su padre. Entonces Hanna giró su cabeza y también lo besó. Marcus estaba sumamente confundido que cerró los ojos, sintió la suavidad de los labios de sus hijas y no pudo hacer nada para impedirlo.
-No... Alto...- Empujó suavemente a ambas chicas y por un momento se detuvo a pensar. Entonces dijo. -Esto... Ésto, no está bien. NADA BIEN... P-pero... Tal vez, puedan ayudarme... Pero nadie debe saberlo. ¿Entienden? ¡Absolutamente nadie debe enterarse!- Ambas chicas sonrieron y con voz suave.
-No te preocupes papi. Será nuestro secreto...- Dijo Hanna acercándose a él para besarlo suavemente. Ambos se levantaron de la mesa y Marcus se dirigió hacia la sala. Detrás de él sus hijas se iban quitando la ropa y cuando él se sentó en el sillón enorme vio a sus hijas completamente desnudas y sonrientes; la vagina de Hanna estaba acicalada a comparación de la de Selene que estaba completamente depilada, así que desvió la mirada porque se sentía incómodo.
-¡¿Qué hacen?! ¡Vístanse!- Ordenó un poco molesto, pero Selene se le sentó a su izquierda y le dijo.
-No te preocupes papi. Somos mujeres, éste es nuestro cuerpo y queremos que te sientas bien.- Tomó su brazo izquierdo y lo pasó detrás de su cabeza para que la abrazara mientras ella le toca el pecho, pero no sin antes desabrochar su camisa y quitársela para oler su esencia. Mientras tanto Hanna le fue bajando lentamente el pants hasta dejar salir su prominente trozo de carne erecto y duro, posicionado frente a su cara, palpitante y doloroso. Marcus se sintió aún más incómodo que intentó cerrar los ojos, pero Hanna se sentó a su derecha y tomó su pene con su suave, pequeña y fría mano. Empezó a moverla de arriba a abajo y pensó "¿Wow! Está más dura de lo que pené. ¿Cómo puede caminar con ésta cosa pegado a su cadera? No te preocupes papi. Nosotras te vamos a salvar."
Eventualmente Marcus empezaría a gemir de placer, sin saberlo, lo que haría que Selene le diera un beso largo y apasionado para hacerlo sentir bien. La mano de Marcus se movía lentamente desde su espalda hasta su abdomen y subiría hasta llegar a la base de sus senos, entonces Selene le tomaría la mano y lo forzaría para que la tocara.
-Mmmmm... ¿D-dónde aprendiste a hacer esto cariño?- Preguntó un poco preocupado.
-¡En internet! Ya sabes, ésos videos que hay por ahí. Como los que tú ves.- Entonces Marcus sintió como un balde de agua helada le recorrió la espalda y expresó.
-¡¿QUÉ?! ¿Qué vídeos? ¿De qué hablas?-
-Ay tranquilo papá.- dijo Selene- Es normal ver pornografía hoy en día. Es decir, hombres como tú lo hacen a diario y no tiene nada de malo. Relájate y no pienses en más.- Marcus simplemente guardó silencio el resto del tiempo mientras su hija mayor le acariciaba el pecho desde su cintura hasta su cuello y le daba pequeños besos en la mejilla. Hanna no podía creerlo todavía así que aceleraba el paso al masturbarlo más rápido y rápido que hacía que su padre gimiera y ella pensara en mil y un formas de ponerlo en su boca, pero no se atrevía, pues pensaba que era muy pronto par hacerlo. Más de 15 minutos después, Marcus empezaba a sentir que llegaba al clímax de su placer.
-N-no te detengas cariño... Mmmmmm...- Hanna aceleró más su mano mientras mordía su labio inferior. Selene le tocaba los testículos para que eyaculara más pronto. No pasó mucho tiempo para que el hombre de 50 años gimiera tan alto que sus hijas se reirían de su expresión, estiró los pies y empezó a sacar líquido pre-seminal tan seguido que parecería orina, entonces descargó un chorro tan largo y espeso que le hizo gemir aún más de placer, sacudirse en el lugar y sudar demasiado. Siguió eyaculando varios chorros como ésos que Hanna estaba aún más sorprendida al igual que Selene al tiempo en que Marcus reclinaba la cabeza hacia atrás. Durante 15 segundos eyaculó chorros prominentes de semen para después ir terminando con chorros más líquidos y no tan duraderos hasta terminar agotado, sudado, mareado y confuso, intentando recuperar el aliento.
Hanna y Selene no podían creerlo. Simplemente era impresionante la cantidad de leche que tenía almacenada ahí. La mano de Hanna estaba completamente cubierta en blanco y no pudo evitar lamerla así como Selene se le acercó para lamer un poco, y para sorpresa de ambas el sabor fue exquisito y equilibradamente dulce. Lamieron la mano a tal punto de chocar sus labios y pasarse saliva entre ellas, gozando y disfrutando del sabor. Pero cuando Marcus recobró al aliento las detuvo y contempló el desastre que hizo.
-¿Ya te sientes mejor papi?- Simplemente no podía ver la cara de ternura y orgullo que le mostraba Hanna, no podía verla de otra forma. Marcus se levantó rápidamente y se fue a la cocina.
-Recojan su ropa y vayan a sus habitaciones... Ya es muy tarde...- Hanna y Selene se levantaron no sin antes recoger un poco de semen del piso para comérselo.
Marcus reflexionó un poco sobre su acto previamente ejecutado. ¿Cómo fue que terminó en este lío? ¿Qué pasó con su familia? Su esposa lo habría complacido en muchas ocasiones incluso desde que estaban en la universidad. Nunca se sintió avergonzado incluso cuando él eyaculaba en la cara de sus hermanas frente su entonces novia y madrastras. Él siempre estuvo dispuesto a tener sexo incluso con sus madrastras y que su novia lo viera, era diferente en ese entonces, pero admitió que se sentía bien después de todo, su pene dejó de doler y regresó a su estado normal. Pensó en hacerle una visita su hija la menor.
Al entrar a la habitación Hanna estaba arropada y con su pijama puesta, pero abrió los ojos y de inmediato se levantó.
-No te levantes cariño. Solamente vengo a... Pues...- Dudaba un poco sobre lo que iba a decir.
-¿Qué papi?- Juntó sus brazos y su escote reveló de nuevo sus tetas.
-Que... Quería agradecerte por lo que... Pues... Ya sabes... Ayudarme con mi...- Y Hanna simplemente lo besó en la boca mientras lo abrazaba.
-No tienes qué papi. Te ayudaré las veces que quieras.- Entonces Marcus la arropó y le dio un beso en la frente como de costumbre. Fue a la habitación de Selene quien se cepillaba el cabello y volteó a ver a su padre.
-Amor yo... Eh...- Selene se levantó y lo abrazó del cuelo como si fuera a besarlo.
-No tienes que decir nada papá. Te amo y lo sabes...-
-Sí... Lo sé...- Entonces él la besó cerca del labio pero ella lo besó aún más apasionadamente, sintiendo su calor pero sin necesidad de algo más. Marcus también la arropó y la besó en los labios como si fuera su esposa.
A la mañana siguiente, el padre estaba en la ducha en su propio baño. El agua corría sobre su cuerpo, recordando un poco sobre lo que la noche anterior, lo que le ganó una erección. Al verla pensó, que podría con ella esta vez. Empezó a masturbarse lentamente, el vapor ayudaba un poco pero no lo lograba, no de nuevo, una voz suave interrumpió su momento, cuando vio a su derecha simplemente no pudo desviar la mirada al ver un cuerpo perfecto parado frente a él acercándose lentamente hasta abrir la puerta de la ducha.
-Buenos días...-
CONTINUARÁ...
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