Ya les conté la primera experiencia que tuvimos con mi mujer haciendo un trio. Nació como una fantasía de esas que se hablan en la cama. La consensuamos, ella eligió el tercero y preparó todo con un par de semanas de encuentros en los que no participe (yo acepte porque el que tiene la conciencia sucia no puede reclamar) se dio y la verdad aunque casi no participé lo disfrute y mucho.
Tiempo después, no recuerdo cuanto exactamente, pero si paso bastante apareció en casa el ex novio de mi sobrina, en realidad sobrina de ella. Un loco de unos 10 o 15 años menos que nosotros, habrá tenido 21 o 22 en ese momento. Muy buena onda y que lo conocíamos por mi sobrina vivía con nosotros cuando ellos salían, y cuando cortaron se fue a otra provincia, pero con el loco quedó muy buena onda.
Esa noche, vino y puchos de por medio, tuvimos la típica charla de la nada misma y entre tantas cosas conversamos salio el tema del trio.
El loco no tenía experiencia en eso, y nosotros, sobre todo mi mujer, quizás por efecto del alcohol o porque le interesaba, le comentó que habíamos tenido la experiencia.
La cara de él era como de que no entendía nada, fue una insinuación clara de mi mujer para ver que onda, pero no pasó nada esa noche. Cuando se fue y nos quedamos solos la interrogue para ver si lo que sospechaba era real y me sorprendió corriendo la tanga y mostrando que estaba empapada de solo imaginar la posibilidad.
La cosa siguió en la semana, con ella hablando por mensajes con el loco y si bien arrancaban inocentes, se ponian picantes. Uno de esos días la desafie diciéndole, te animas a mostrarle una foto? A ver que te dice.
Lo pensó y dijo, bueno, pero que no se vea la cara. Quedamos así, hice la foto y le mando. Con un mensaje diciendo te gusta?
El loco respondió, eatas loca, tu marido me va a matar, y ella le respondió el sacó y esta viendo la conversación. Te gusta o no, te provoca algo?
Y la respuesta fue un mira... y una foto de la chota. (Debo confesar que el pibito llegó temprano al reparto de pijas y eligió una bien buena -no porque me gusten las cuotas, solo que venia muy bien armado)
La cosa estaba encaminada, solo faltaba ver si al momento del encuentro no iba a pasar lo mismo que la primera vez.
Pocos días después, lo invitamos a cenar y tomar algo en casa y aceptó.
Estuvimos comiendo, tomando, escuchando música, hablando de todo, menos de eso . Era como que nunca había pasado.
Ya de madrugada, mi mujer nos dice, me voy a bañar y vamos a dar un vuelta así de paso compramos más cerveza. Lo hizo, se cambio. Short de Jean cortito, musculosa blanca y zapatillas. El pelo recogido y húmedo y solo quedaba ver que onda.
Salimos en mi auto, compramos unas birras y dimos unas vueltas.
Les dije para ir a las afueras de la ciudad, en una calle muy poco transitada. Paramos en la oscuridad, iluminados por una luna llena terrible, salimos del auto con música y nos quedamos en la parte de atrás.
Ella se sentó en el baúl. Gambas abiertas, bien perra, esperando que alguien encienda la mecha. El flaco se hacía el distraído pero cada vez que le pasaba la lata aprovechaba para mirar la entrepierna y los pezones que se le marcaban, porque, me olvide de contar, no se puso corpiño al salir del baño.
Al ver que no arrancaba la cosa, ella hizo algo que destrabó todo. Le dijo al flaco, te gustó el regalito. Todo un trago la miró y le dijo, muy rica y sin dejarlo pensar mucho le preguntó, te animas a chuparmela, con una sonrisa. Él me miró, como pidiendo permiso, y le contesté yo, sino lo haces vos lo hago yo, pero te pidió a vos.
Mi señora se recostó contra luneta, se desprendió el short y el loco se mandó de una a sacárselo. Estábamos en un descampado, a la luz de la luna y aún así pude ver la conchita depilada, mojada y roja.
Entre lengua y dedos, él hacía su trabajo. Ella gemia, yo miraba, envergado y tomaba cerveza. Así estuvieron un rato hasta que mi chica se bajó y se metió en la parte de atrás de auto. El la siguió y yo me fui adelante. La miraba mientras le agarraba la pija, que en vivo era igual o más grande que en la foto y ahí les dije. Ustedes sigan ahí, yo voy a arrancar y vamos al telo (el mismo de la primera vez que nos quedaba cerca) y mucha bola no me dieron, siguieron en lo de ellos.
Llegamos al telo mire para la parte de atrás del auto y mi señora estaba enamorada de la pija del pendejo. La chupaba con ganas, y como ya habíamos entrado la tuve que interrumpir para entrar a la pieza.
No hubo muchas vueltas. El loco estaba envergado, mi chica sin el short y yo ansioso.
Ellos fueron derecho a la cama. Mientras el se terminaba de sacar la ropa mi mujer ya estaba en tetas y me hizo una seña de que me acerque y me desprendió el pantalón para empezar a chuparme la pija. El flaco vio eso y se acercó también y juro que nunca había visto tanta desesperación en hacer pete a alguien como ese dia. Estaba claro que mi esposa disfrutaba como nunca había pasado. Así estuvimos unos minutos hasta que agarre unos forros que había dejado al costado de la cama y se los di él.
Se lo puso y antes de metersela aprovecho para chuparle otra vez la concha empapada que pedía a gritos pija.
Mi mujer se acomodo boca arriba, con las piernas flexionadas y abiertas y el loco entró como animal. El gemido de placer de ese momento lo recuerdo hasta hoy. El flaco le daba duro y mi chica era un concierto de gemidos y grititos. Dio vuelta la cabeza hacia mi, que ya me había quitado la ropa y me pidió chuparme la pija mientras el seguía con ritmo alocado entrando a fondo
En esos minutos debe haber acabado dos o tres veces, lo note porque entre gemidos y pete se sentía como se estremecía.
Cambiamos de posición. Ella se subió a montarlo yo me tire en la cama a ver como se la cogia y en un momento se recostó hacia adelante, como invitándome a entrar por el orto, y quien soy yo para negarme. Acepte la invitación de la pose y me fui hacia la colita, jugue un poco antes de entrar y de a poco me fui metiendo. Fue sentir algo increíble. Por un lado el estrecho culito y por el otro como le entraba la pija en la concha hasta el fondo. A esa altura era un concierto de tres gemidos y el ruido a humedad que venía de la entrepierna. Se dio que con el vago acabamos casi juntos y salimos de adentro para recostarnos los tres en la cama.
Mientras recuperabamos el aliendo, prendí dos puchos agarre una lata y nos quedamos en silencio, solo escuchando la respiración agitada. Hasta que un, "no lo puedo creer" sonó de la boca del flaco a lo que con mi mujer le respondimos con una sonrisa cómplice
Al rato ella se levantó y se fue al baño, abrió la ducha y unos minutos después escuchamos "me ayudan a bañarme". Nos levantamos y nos metimos los tres a la ducha. Y comenzó nuevamente el ritual. Mientras caia el agua, ella se agacho y empezó nuevamente con el sexo oral a los dos al mismo tiempo, una vez que nos dejo bien duros se inclino con la cola para arriba hacia mi lado para que le entre nuevamente y siguió peteandolo a él. Yo acabe al rato y ella seguía, me di cuenta que quería su leche en la boca, y no le erre. Lo hizo acabar al ratito. Trago un poco y se tiro por la cara el resto. Y ahí si nos bañamos...
Nos quedamos un rato más en el telo, acostados ya con boxer y ella en tanga y tetas hablando de la vida, como si nada hubiera pasado. De hecho para la relación nada pasó solo sumamos una aventura más con un loco muy copado, respetuoso y con quien tuvimos varios encuentros más... que en otro momento contaré...
Tiempo después, no recuerdo cuanto exactamente, pero si paso bastante apareció en casa el ex novio de mi sobrina, en realidad sobrina de ella. Un loco de unos 10 o 15 años menos que nosotros, habrá tenido 21 o 22 en ese momento. Muy buena onda y que lo conocíamos por mi sobrina vivía con nosotros cuando ellos salían, y cuando cortaron se fue a otra provincia, pero con el loco quedó muy buena onda.
Esa noche, vino y puchos de por medio, tuvimos la típica charla de la nada misma y entre tantas cosas conversamos salio el tema del trio.
El loco no tenía experiencia en eso, y nosotros, sobre todo mi mujer, quizás por efecto del alcohol o porque le interesaba, le comentó que habíamos tenido la experiencia.
La cara de él era como de que no entendía nada, fue una insinuación clara de mi mujer para ver que onda, pero no pasó nada esa noche. Cuando se fue y nos quedamos solos la interrogue para ver si lo que sospechaba era real y me sorprendió corriendo la tanga y mostrando que estaba empapada de solo imaginar la posibilidad.
La cosa siguió en la semana, con ella hablando por mensajes con el loco y si bien arrancaban inocentes, se ponian picantes. Uno de esos días la desafie diciéndole, te animas a mostrarle una foto? A ver que te dice.
Lo pensó y dijo, bueno, pero que no se vea la cara. Quedamos así, hice la foto y le mando. Con un mensaje diciendo te gusta?
El loco respondió, eatas loca, tu marido me va a matar, y ella le respondió el sacó y esta viendo la conversación. Te gusta o no, te provoca algo?
Y la respuesta fue un mira... y una foto de la chota. (Debo confesar que el pibito llegó temprano al reparto de pijas y eligió una bien buena -no porque me gusten las cuotas, solo que venia muy bien armado)
La cosa estaba encaminada, solo faltaba ver si al momento del encuentro no iba a pasar lo mismo que la primera vez.
Pocos días después, lo invitamos a cenar y tomar algo en casa y aceptó.
Estuvimos comiendo, tomando, escuchando música, hablando de todo, menos de eso . Era como que nunca había pasado.
Ya de madrugada, mi mujer nos dice, me voy a bañar y vamos a dar un vuelta así de paso compramos más cerveza. Lo hizo, se cambio. Short de Jean cortito, musculosa blanca y zapatillas. El pelo recogido y húmedo y solo quedaba ver que onda.
Salimos en mi auto, compramos unas birras y dimos unas vueltas.
Les dije para ir a las afueras de la ciudad, en una calle muy poco transitada. Paramos en la oscuridad, iluminados por una luna llena terrible, salimos del auto con música y nos quedamos en la parte de atrás.
Ella se sentó en el baúl. Gambas abiertas, bien perra, esperando que alguien encienda la mecha. El flaco se hacía el distraído pero cada vez que le pasaba la lata aprovechaba para mirar la entrepierna y los pezones que se le marcaban, porque, me olvide de contar, no se puso corpiño al salir del baño.
Al ver que no arrancaba la cosa, ella hizo algo que destrabó todo. Le dijo al flaco, te gustó el regalito. Todo un trago la miró y le dijo, muy rica y sin dejarlo pensar mucho le preguntó, te animas a chuparmela, con una sonrisa. Él me miró, como pidiendo permiso, y le contesté yo, sino lo haces vos lo hago yo, pero te pidió a vos.
Mi señora se recostó contra luneta, se desprendió el short y el loco se mandó de una a sacárselo. Estábamos en un descampado, a la luz de la luna y aún así pude ver la conchita depilada, mojada y roja.
Entre lengua y dedos, él hacía su trabajo. Ella gemia, yo miraba, envergado y tomaba cerveza. Así estuvieron un rato hasta que mi chica se bajó y se metió en la parte de atrás de auto. El la siguió y yo me fui adelante. La miraba mientras le agarraba la pija, que en vivo era igual o más grande que en la foto y ahí les dije. Ustedes sigan ahí, yo voy a arrancar y vamos al telo (el mismo de la primera vez que nos quedaba cerca) y mucha bola no me dieron, siguieron en lo de ellos.
Llegamos al telo mire para la parte de atrás del auto y mi señora estaba enamorada de la pija del pendejo. La chupaba con ganas, y como ya habíamos entrado la tuve que interrumpir para entrar a la pieza.
No hubo muchas vueltas. El loco estaba envergado, mi chica sin el short y yo ansioso.
Ellos fueron derecho a la cama. Mientras el se terminaba de sacar la ropa mi mujer ya estaba en tetas y me hizo una seña de que me acerque y me desprendió el pantalón para empezar a chuparme la pija. El flaco vio eso y se acercó también y juro que nunca había visto tanta desesperación en hacer pete a alguien como ese dia. Estaba claro que mi esposa disfrutaba como nunca había pasado. Así estuvimos unos minutos hasta que agarre unos forros que había dejado al costado de la cama y se los di él.
Se lo puso y antes de metersela aprovecho para chuparle otra vez la concha empapada que pedía a gritos pija.
Mi mujer se acomodo boca arriba, con las piernas flexionadas y abiertas y el loco entró como animal. El gemido de placer de ese momento lo recuerdo hasta hoy. El flaco le daba duro y mi chica era un concierto de gemidos y grititos. Dio vuelta la cabeza hacia mi, que ya me había quitado la ropa y me pidió chuparme la pija mientras el seguía con ritmo alocado entrando a fondo
En esos minutos debe haber acabado dos o tres veces, lo note porque entre gemidos y pete se sentía como se estremecía.
Cambiamos de posición. Ella se subió a montarlo yo me tire en la cama a ver como se la cogia y en un momento se recostó hacia adelante, como invitándome a entrar por el orto, y quien soy yo para negarme. Acepte la invitación de la pose y me fui hacia la colita, jugue un poco antes de entrar y de a poco me fui metiendo. Fue sentir algo increíble. Por un lado el estrecho culito y por el otro como le entraba la pija en la concha hasta el fondo. A esa altura era un concierto de tres gemidos y el ruido a humedad que venía de la entrepierna. Se dio que con el vago acabamos casi juntos y salimos de adentro para recostarnos los tres en la cama.
Mientras recuperabamos el aliendo, prendí dos puchos agarre una lata y nos quedamos en silencio, solo escuchando la respiración agitada. Hasta que un, "no lo puedo creer" sonó de la boca del flaco a lo que con mi mujer le respondimos con una sonrisa cómplice
Al rato ella se levantó y se fue al baño, abrió la ducha y unos minutos después escuchamos "me ayudan a bañarme". Nos levantamos y nos metimos los tres a la ducha. Y comenzó nuevamente el ritual. Mientras caia el agua, ella se agacho y empezó nuevamente con el sexo oral a los dos al mismo tiempo, una vez que nos dejo bien duros se inclino con la cola para arriba hacia mi lado para que le entre nuevamente y siguió peteandolo a él. Yo acabe al rato y ella seguía, me di cuenta que quería su leche en la boca, y no le erre. Lo hizo acabar al ratito. Trago un poco y se tiro por la cara el resto. Y ahí si nos bañamos...
Nos quedamos un rato más en el telo, acostados ya con boxer y ella en tanga y tetas hablando de la vida, como si nada hubiera pasado. De hecho para la relación nada pasó solo sumamos una aventura más con un loco muy copado, respetuoso y con quien tuvimos varios encuentros más... que en otro momento contaré...
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