(continuación)…Cuando llegué a casa me hice algo de comer y me puse a ver una peli. Tipo once y media apagué la peli y me hice una paja pensando en lo que había pasado. Justo cuando acabo siento que llega un mensaje al celular. Era Fer. El mensaje decía: “puedo pasar ahora por tu casa?”
Le respondí con las manos aún manchadas con semen que lo esperaba en casa y corrí a limpiarme, incluso me di un baño rápido y me perfume con un perfume de mi novia que tenía en casa. Ni bien terminé de ponerme una tanga que había comprado para la ocasión, un short de futbol me me quedaba chico y una remera liviana bajé a abrirle.
El seguía con la ropa que se había puesto en el vestuario. Cuando subimos al ascensor me dijo “Estaba con la regla Caro y no tenía ganas de hacer nada”. Luego agregó “traté de que me la chupara al menos, pero ni eso, dijo que estaba apagada”.
- Qué bueno que pudiste venir - dije yo-. Acá vas a poder descargarte. Tengo una sorpresa.
Cuando entramos le pedí que me espere y fui directo a mi habitación, me dejé solo la tanga y me puse un vestido que también había comprado. Más bien una especie de camisón para dormir, finito y bien pegado al cuerpo, que solo me llegaba a tapar tres cuartos del culo. Me sentía muy puta con ese vestido. Tenía ganas de tirarme encima de él y besarlo, más allá de que jamás en mi vida se me había cruzado por la cabeza besar a un hombre. Siempre me gustó la pija, pero solo eso. También sentía un poco de vergüenza.
Cuando volví él no había perdido el tiempo, ya se había sacado el pantalón y las zapatillas, y su bulto se marcaba fuerte en el calzoncillo.
- Por favor no te rías - le dije-. Te gusta cómo me vestí.
- Da una vuelta - me dijo.
Giré despacio, sacando cola y levantando un poco el vestido.
- Vení, acercate.
Me pare frente a él que no tardó en darme vuelta.
-Ahora sí te puedo comer ese culito sin que nadie nos vea. Como me hiciste calentar en el vestuario - dijo y me dio un par de besos en los cachetes de la cola.
Luego agregó.
-Te traje un regalo - dijo y me hizo arrodillar, y acercó uno de sus dedos a mi naríz-. Cuando Caro me dijo que estaba menstruando le dije que por qué no probábamos por la cola, y mientras le decía le empecé a tocar el ano con este dedo. ¿Te gusta?
Oler ese dedo con la intimidad de su novia me puso loco. El perfume era embriagante, y después de estar un rato disfrutándolo con mi olfato lo empecé a chupar como si fuera una pequeña verga, mientras con la mano le bajaba el calzoncillo y le empecé a amasar la verga. Luego la empecé a besar, besos cortitos, tanto a la verga como a los huevos y también a su panza. Al contrario de yo que tengo abdominales marcados, Fer tiene una barriga cervecera que ya se empieza a notar, y que también me calentaba mucho.
Cuando me la puse su verga gorda y venosa en la boca me advirtió:
- Un poquito nomás, que hoy vine a hacerte la cola.
- Sí, mi amor -le dije, estaba completamente emputecida-. Hoy me haces debutar de nena.
En realidad un par de amigos con los que cruzábamos pajas de adolescentes ya me la habían puesto un par de veces. Con un par hacíamos vuelta y vuelta, y otro solo entregaba, pero todos tenían pijas más o menos normales, esto iba a ser perder la virginidad en serio.
Después de chupar unos minutos me hizo parar de nuevo. Mi pijita, completamente dura y que se escapaba por encima de la tanga (ya mi vestido se había corrido hacia arriba) quedó frente a su cara, que se empezó a acercar lentamente. Me dio un vértigo terrible, pensé que me la iba a chupar y si no me hubiese hecho una paja antes de que llegara hubiese acabo como una nena precoz ahí mismo. Pero en vez de chuparla me dio un beso sobre la parte que aún cubría la bombacha y dijo
- Es casi una conchita lo que tenés ahí, pero yo vine por la cola.
Entonces me di vuelta y sentí como me corría la tanga a un costado y pegaba su cara, su naríz y su lengua entre medio de mis nalgas. Se ve que mi cola lo tenía más loco de lo que pensaba. Yo me recliné hacía abajo para que quedara bien abierta, y pude sentir su lengua, y luego un dedo entrando en mi culito.
- Fer -le digo-. Vamos a la cama. Quiero que me metas primero uno de los plugs que tengo..
Cuando empezamos a caminar a la cama me dijo que me baje el vestido, que le gustaba como me marcaba la cola. Cuando llegamos a la pieza me tiró boca abajo sobre la cama y se me tiró encima, y mientras me besaba el cuello me empezó a pasar la pija por la cola. Estaba super dura, y se sentía riquísimo.
- Ay, Fer! Cómo extrañaba tu pija. No me dejes más tanto tiempo sin poronga.
- Hoy te voy a dejar la leche en la colita, para que no me extrañas tanto.
- Dejame que te la chupe un poco más mientras me voy abriendo - le pedí.
Tenía ya los plugs y la crema lubricante preparados en la mesita de luz. Le dije que se subiera a horcajadas de mi pecho, y me pusiera la pija en la boca, mientras yo con mis manos me iba trabajando el orto.
Mientras tanto, Fer me pasaba la pija por la cara y me la daba a chupar solo a cuenta gotas. También se masturbaba sobre mi cara, para tenerla siempre dura. Yo ya me había metido el más chico, y ahora lo estaba cambiando por uno más grande. La pija de Fer era bestial, le tuve que decir un par de veces que no me pegue muy fuerte, ya que era realmente pesada.
Tenía miedo de que me dejara algún moretón. Seguí chupando hasta que sentí que mi culo estaba listo. Le iba a pedir a él que me saqué el plug, pero antes faltaba una cosa. Esto era esencial.
- Fer - le dije- Movete un poco más abajo, que te quiero lubricar bien la verga. Ya está lista la cola.
Fer se empezó a mover hacía atrás, para que yo pudiera agarrar con mis manos su pija y ponerle lubricante. Primero paso de mi pecho a mi panza, y luego su culo quedó apoyado sobre mi pijita, que estaba más dura que nunca. Pensé que iba a decir algo, o moverse, pero se ve que la calentura era tanta que se quedó ahí. Incluso, mientras le cubría la pija con lubricante, se movió un par de veces para que mi pene quede justo entre sus nalgas.
Luego invertimos posiciones y yo tomé su pene con mi mano y empecé a tratar de embocar en mi pequeño agujerito. Habíamos pactado eso, tenía miedo de que si él era el que manejaba me hiciera mucho daño. No era una pija cualquiera.
- Sentí como mi culito se empieza a comer la cabecita
- Ay, metetela toda.
- De a poco… pero ves que va entrando.
- Dale, metete toda la cabeza.
- Ahh… ahí entró… uf, es enorme… ya está toda la cabeza adentro… aguantá un poco sin moverte…
- Qué apretada que tenés la cola… Me encanta tu culo
- Sí, me estás por romper el orto, pero aguantala un poco,
Sus manos me tocaban las nalgas, y también me pellizcaban los pezones. A veces le pedía que me de un dedo y se lo chupaba.
- Fer, ahora la voy a sacar toda y la voy a meter de nuevo… vas a ver que cada vez entra más.
Entonces empecé a hacer eso, sacarla y meterla un poco, sacarla y meterla un poco más… hasta que un momento Fer se agarra la pija y me dice
- Ya entró más de la mitad.
Yo estaba que explotaba. Entonces me dejé caer y por primera vez su poronga entera adentro mio.
- Ahora sí, Fer, cogeme como quieras.
Yo me tiré un poco hacia adelante, y Fer empezó a bombear… primero despacio, después cada vez un poco más fuerte. Yo trataba de no pensar en nada. Me dolía un poco, pero el placer era indescriptible. Me acerqué a su oído y le dije:
- Mi nombre es Eugenia, como mi novia. Pensá que te la estás cogiendo a ella.
- Ay, Euge, que lindo culito.
- Tenés toda tu pija adentro
- Está muy apretado, contó mucho meterla
- No te da asco cogerme por donde hago caquita
- Hoy vas a cagar leche por la cola
- Ay, me vas a dar la leche… tenes mucha en esos huevos de toro?
- Te acabo toda… Te lleno toda la cola
Entonces empecé a sentir su pija latir en mi culo y me levanté para poder pajearme y acabar. Pero antes de que llegara a agarrar mi pija Fer la tomó con su mano y me pajeó él, mientras yo seguía saltando sobre su pedazo de carne y, casi al contacto de su mano, empecé a acabar sobre su panza.
Quería salirme pero me abandonaron las fuerzas y me desplomé sobre él.
- Uf, quédate así quieto… no te muevas… no sabés como acabé.
- Sí, Fer, dejala un toque adentro… Que se vaya achicando.
- Que manera de acabar
- Me recogiste toda, yo también acabé como una perra.
De a poco la fue sacando de mi ano ya un poco dolorido, ni bien salió sentí como una ganas de cagar y un poco de semen saliendo. Fui rápido al baño y me senté en inodoro y empecé a sentir la leche de Fernando saliendo de mi cola. Fer entró atrás mío al baño y se empezó a limpiar la pija en la bacha. En el espejo podía ver que había restos de mi acabada incluso en su pecho. Cuando terminó de limpiarse la pija le dije que se acerqué y con un papel le fui limpiando los restos de leche. Luego le di un par de besos en la pija y le dije:
- A esta pija la adoro.
Si les gustó dejen puntos y comenten por favor!!!
Le respondí con las manos aún manchadas con semen que lo esperaba en casa y corrí a limpiarme, incluso me di un baño rápido y me perfume con un perfume de mi novia que tenía en casa. Ni bien terminé de ponerme una tanga que había comprado para la ocasión, un short de futbol me me quedaba chico y una remera liviana bajé a abrirle.
El seguía con la ropa que se había puesto en el vestuario. Cuando subimos al ascensor me dijo “Estaba con la regla Caro y no tenía ganas de hacer nada”. Luego agregó “traté de que me la chupara al menos, pero ni eso, dijo que estaba apagada”.
- Qué bueno que pudiste venir - dije yo-. Acá vas a poder descargarte. Tengo una sorpresa.
Cuando entramos le pedí que me espere y fui directo a mi habitación, me dejé solo la tanga y me puse un vestido que también había comprado. Más bien una especie de camisón para dormir, finito y bien pegado al cuerpo, que solo me llegaba a tapar tres cuartos del culo. Me sentía muy puta con ese vestido. Tenía ganas de tirarme encima de él y besarlo, más allá de que jamás en mi vida se me había cruzado por la cabeza besar a un hombre. Siempre me gustó la pija, pero solo eso. También sentía un poco de vergüenza.
Cuando volví él no había perdido el tiempo, ya se había sacado el pantalón y las zapatillas, y su bulto se marcaba fuerte en el calzoncillo.
- Por favor no te rías - le dije-. Te gusta cómo me vestí.
- Da una vuelta - me dijo.
Giré despacio, sacando cola y levantando un poco el vestido.
- Vení, acercate.
Me pare frente a él que no tardó en darme vuelta.
-Ahora sí te puedo comer ese culito sin que nadie nos vea. Como me hiciste calentar en el vestuario - dijo y me dio un par de besos en los cachetes de la cola.
Luego agregó.
-Te traje un regalo - dijo y me hizo arrodillar, y acercó uno de sus dedos a mi naríz-. Cuando Caro me dijo que estaba menstruando le dije que por qué no probábamos por la cola, y mientras le decía le empecé a tocar el ano con este dedo. ¿Te gusta?
Oler ese dedo con la intimidad de su novia me puso loco. El perfume era embriagante, y después de estar un rato disfrutándolo con mi olfato lo empecé a chupar como si fuera una pequeña verga, mientras con la mano le bajaba el calzoncillo y le empecé a amasar la verga. Luego la empecé a besar, besos cortitos, tanto a la verga como a los huevos y también a su panza. Al contrario de yo que tengo abdominales marcados, Fer tiene una barriga cervecera que ya se empieza a notar, y que también me calentaba mucho.
Cuando me la puse su verga gorda y venosa en la boca me advirtió:
- Un poquito nomás, que hoy vine a hacerte la cola.
- Sí, mi amor -le dije, estaba completamente emputecida-. Hoy me haces debutar de nena.
En realidad un par de amigos con los que cruzábamos pajas de adolescentes ya me la habían puesto un par de veces. Con un par hacíamos vuelta y vuelta, y otro solo entregaba, pero todos tenían pijas más o menos normales, esto iba a ser perder la virginidad en serio.
Después de chupar unos minutos me hizo parar de nuevo. Mi pijita, completamente dura y que se escapaba por encima de la tanga (ya mi vestido se había corrido hacia arriba) quedó frente a su cara, que se empezó a acercar lentamente. Me dio un vértigo terrible, pensé que me la iba a chupar y si no me hubiese hecho una paja antes de que llegara hubiese acabo como una nena precoz ahí mismo. Pero en vez de chuparla me dio un beso sobre la parte que aún cubría la bombacha y dijo
- Es casi una conchita lo que tenés ahí, pero yo vine por la cola.
Entonces me di vuelta y sentí como me corría la tanga a un costado y pegaba su cara, su naríz y su lengua entre medio de mis nalgas. Se ve que mi cola lo tenía más loco de lo que pensaba. Yo me recliné hacía abajo para que quedara bien abierta, y pude sentir su lengua, y luego un dedo entrando en mi culito.
- Fer -le digo-. Vamos a la cama. Quiero que me metas primero uno de los plugs que tengo..
Cuando empezamos a caminar a la cama me dijo que me baje el vestido, que le gustaba como me marcaba la cola. Cuando llegamos a la pieza me tiró boca abajo sobre la cama y se me tiró encima, y mientras me besaba el cuello me empezó a pasar la pija por la cola. Estaba super dura, y se sentía riquísimo.
- Ay, Fer! Cómo extrañaba tu pija. No me dejes más tanto tiempo sin poronga.
- Hoy te voy a dejar la leche en la colita, para que no me extrañas tanto.
- Dejame que te la chupe un poco más mientras me voy abriendo - le pedí.
Tenía ya los plugs y la crema lubricante preparados en la mesita de luz. Le dije que se subiera a horcajadas de mi pecho, y me pusiera la pija en la boca, mientras yo con mis manos me iba trabajando el orto.
Mientras tanto, Fer me pasaba la pija por la cara y me la daba a chupar solo a cuenta gotas. También se masturbaba sobre mi cara, para tenerla siempre dura. Yo ya me había metido el más chico, y ahora lo estaba cambiando por uno más grande. La pija de Fer era bestial, le tuve que decir un par de veces que no me pegue muy fuerte, ya que era realmente pesada.
Tenía miedo de que me dejara algún moretón. Seguí chupando hasta que sentí que mi culo estaba listo. Le iba a pedir a él que me saqué el plug, pero antes faltaba una cosa. Esto era esencial.
- Fer - le dije- Movete un poco más abajo, que te quiero lubricar bien la verga. Ya está lista la cola.
Fer se empezó a mover hacía atrás, para que yo pudiera agarrar con mis manos su pija y ponerle lubricante. Primero paso de mi pecho a mi panza, y luego su culo quedó apoyado sobre mi pijita, que estaba más dura que nunca. Pensé que iba a decir algo, o moverse, pero se ve que la calentura era tanta que se quedó ahí. Incluso, mientras le cubría la pija con lubricante, se movió un par de veces para que mi pene quede justo entre sus nalgas.
Luego invertimos posiciones y yo tomé su pene con mi mano y empecé a tratar de embocar en mi pequeño agujerito. Habíamos pactado eso, tenía miedo de que si él era el que manejaba me hiciera mucho daño. No era una pija cualquiera.
- Sentí como mi culito se empieza a comer la cabecita
- Ay, metetela toda.
- De a poco… pero ves que va entrando.
- Dale, metete toda la cabeza.
- Ahh… ahí entró… uf, es enorme… ya está toda la cabeza adentro… aguantá un poco sin moverte…
- Qué apretada que tenés la cola… Me encanta tu culo
- Sí, me estás por romper el orto, pero aguantala un poco,
Sus manos me tocaban las nalgas, y también me pellizcaban los pezones. A veces le pedía que me de un dedo y se lo chupaba.
- Fer, ahora la voy a sacar toda y la voy a meter de nuevo… vas a ver que cada vez entra más.
Entonces empecé a hacer eso, sacarla y meterla un poco, sacarla y meterla un poco más… hasta que un momento Fer se agarra la pija y me dice
- Ya entró más de la mitad.
Yo estaba que explotaba. Entonces me dejé caer y por primera vez su poronga entera adentro mio.
- Ahora sí, Fer, cogeme como quieras.
Yo me tiré un poco hacia adelante, y Fer empezó a bombear… primero despacio, después cada vez un poco más fuerte. Yo trataba de no pensar en nada. Me dolía un poco, pero el placer era indescriptible. Me acerqué a su oído y le dije:
- Mi nombre es Eugenia, como mi novia. Pensá que te la estás cogiendo a ella.
- Ay, Euge, que lindo culito.
- Tenés toda tu pija adentro
- Está muy apretado, contó mucho meterla
- No te da asco cogerme por donde hago caquita
- Hoy vas a cagar leche por la cola
- Ay, me vas a dar la leche… tenes mucha en esos huevos de toro?
- Te acabo toda… Te lleno toda la cola
Entonces empecé a sentir su pija latir en mi culo y me levanté para poder pajearme y acabar. Pero antes de que llegara a agarrar mi pija Fer la tomó con su mano y me pajeó él, mientras yo seguía saltando sobre su pedazo de carne y, casi al contacto de su mano, empecé a acabar sobre su panza.
Quería salirme pero me abandonaron las fuerzas y me desplomé sobre él.
- Uf, quédate así quieto… no te muevas… no sabés como acabé.
- Sí, Fer, dejala un toque adentro… Que se vaya achicando.
- Que manera de acabar
- Me recogiste toda, yo también acabé como una perra.
De a poco la fue sacando de mi ano ya un poco dolorido, ni bien salió sentí como una ganas de cagar y un poco de semen saliendo. Fui rápido al baño y me senté en inodoro y empecé a sentir la leche de Fernando saliendo de mi cola. Fer entró atrás mío al baño y se empezó a limpiar la pija en la bacha. En el espejo podía ver que había restos de mi acabada incluso en su pecho. Cuando terminó de limpiarse la pija le dije que se acerqué y con un papel le fui limpiando los restos de leche. Luego le di un par de besos en la pija y le dije:
- A esta pija la adoro.
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