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La mesera del bar. 18 años.

Volvemos a las historias viejas, la verdad no me acuerdo cuantos años tenía yo, 23 o 24 seguramente.

Un amigo había abierto un bar a unas 10 cuadras de dónde vivía yo, al menos una vez por semana estaba ahí con amigos, alguna chica, simplemente solo, o caía a dar una mano, como fue el caso de la historia.

Todo empezó el sábado a la tarde, después de jugar al futbol con mis amigos, agarro el celu y tenía un mensaje de Leo, el dueño del bar. "Amigo, esta noche te necesito para que me des una mano en el bar".
Confirmé mi presencia, yo iba de onda, comía y tomaba ahí, en cuanto caía el trabajo a la noche yo dejaba de laburar.

Llegué temprano, para dar una mano, armar bien las mesas en el patio, darle una mano con todo porque Leo así como es un genio haciendo e inventando tragos, es absolutamente inútil en cuanto a cambiar una lamparita o cualquier cosa del estilo.

Saludé y entré, en seguida me puse en modo mantenimiento, la verdad no había fichado a nadie para nada, las 2 meseras y el mesero estaban vestidos super normales porque primero se hace una limpieza profunda en la cocina, el salón y baños.

Yo estaba reparando una canilla en la cocina cuando Manu, que era una de las meseras me ve y me dice que en el baño de mujeres también hay una perdida. Manu no es la de la historia, ella es una amiga de Leo que estaba sin laburo y terminó ahí. Nunca fue amiga mía, pero siempre tuvimos buena onda.
Termino en la cocina, armo las mesas del patio con Fran, el mesero y voy para el baño, ya estábamos por abrir al público, entré al baño de mujeres sin tocar ni mirar nada, como si estuviera solo y ahí estaba Cintia ya cambiada y maquillándose y me llamó la atención por primera vez.

Cin tenía 18 años, era su primer laburo y su 2da semana. Estaba con un short negro pegadito al cuerpo, borcegos del mismo color y una remerita blanca tipo top con el logo del local.
Debía medir 1,70, pero con los borcegos me pasaba por un poco, piernas largas, culito de buen tamaño, apretadito en el short me volvía loco, toda flaquita, de cara divina, con una sonrisa y una mirada que no me la pude sacar de la cabeza por un buen tiempo. Pelo por los hombros, castaña y rulitos.

C: Vos hacés el mantenimiento acá?
S: Yo hago todo lo que necesita Leo, no es bueno con las herramientas.
C: Y te hace atender también?
S: No me obliga, vengo de onda, la paso bien, le doy una mano en la hora pico y después me paga con pizza y cerveza. Vos sos nueva, no?
C: Sí, arranqué la semana pasada.
S: Te gusta el trabajo?
C: Me entretiene, necesito la plata y encima como estoy acá y no salgo, tampoco gasto tanto.
S: Vivís acá cerca?
C: Sí, acá a unas cuadras, pero soy de Mar del Plata, vine a estudiar medicina, mis viejos me pagan el alquiler  y la comida, no me da para pedirle guita para boludeces.
S: Me parece perfecto entonces.
C: La verdad me di cuenta que con lo que me paga Leo por semana y la propina voy a poder comprarme cosas para mi.
S: Es lindo ganarse las cosas, uno las aprecia mucho más.
C: Y vos de que laburás?
S: Trabajo en un estudio de arquitectura, estudio arquitectura también.
C: Difícil la carrera, no?
S: Estudias medicina, arquitectura es difícil, pero seguro que medicina más.
C: Sí es verdad, pero bueno, estoy empezando.

Llegó Leo.

L: Santy, terminá con esto y cambiate, dale que vamos a abrir!
S: Tranqui Leo, pagame si querés.
L: Con lo que escabiás me traigo a Einstein por menos guita.
S: Ahora voy, ya termino acá.
L: Dale metele.

Se fue Leo.

C: Se acabó la diversión.
S: Por ahora.

Cintia se fue al salón, yo terminé lo mío, me cambié y me fui a la barra con Leo.
Ya al inicio entraron unas mesas grandes para el patio y Cintia se puso a full. Yo me quedaba en el salón interno con Manu, la barra y la caja. Ayudando un poco con todo.
Como a las 4AM empezó a bajar en serio el trabajo, las mesas de adentro se fueron vaciando, pero afuera seguían a full. Yo ya me quedaba más en la barra con Leo.
Las horas pasaban y cada vez que Cin venía a la barra a pedir algo, me buscaba a mi, cada vez que se iba mis ojos buscaban su culo.

L: Ya le clavaste el ojo a la pendeja, no?
S: No me contuve. Por?
L: Es hija de un amigo de mi viejo.
S: Y?
L: No seas boludo.
S: Sabés como soy, no voy a armar bardo.
L: Vos te la querés coger, la piba se enamora y termina enojada conmigo porque sos amigo mío.
S: No boludo, sabés que no soy así.
L: Pero es chica amigo, tiene 18.
S: Sigue siendo legal.
L: Hacé lo que quieras.
S: Igual lo iba a hacer.
L: Bueno, bancame acá un rato que voy con los chicos del gym que están afuera

Pedidos vienen, tragos van, cuenta va, guita viene, empezamos a tirarnos chistes cada vez más subidos de tono y se fue vaciando el bar. Además yo ya había empezado a escabiar y la lengua se me suelta fácil. Aprovechamos y nos pasamos los números de teléfono para que no se dieran cuenta.
Cerramos, nos cambiamos y comimos una pizzas todos juntos, Cintia alejada de mi en la mesa. Yo le mandé mensaje para ver si quería que la sigamos en algún lado juntos y me pasó una dirección seguido de "andá caminando, te espero en la puerta".
Cin volvía en remis compartido entre 4, como siempre.
Yo llegué al edificio y me abrió la puerta, se quedó abajo esperándome. Subimos y ya en el ascensor no dudé ni un segundo, la agarré de la cintura con ambas manos y le di un beso, me agarró del cuello, hizo medio paso para atrás, como tomando carrera, se mordió el labio inferior y me dio uno ella a mi.

C: Vamos a ducharnos primero, tenemos olor a papa frita.
S: Nunca me duché con una chica sin sexo antes.
C: Yo tampoco, pero nunca me acostaría con alguien en estas condiciones.
S: Por las mías o las tuyas?
C: Ambos apestamos Santiago. -Me dijo en tono bruto, medio gracioso.

Fuimos hasta el baño empujándonos a los besos y arrancándonos la ropa que volaba y caía desparramada por el suelo, ella abrió las canillas mientras terminábamos de desvestirnos, nos metimos, ella quería ducharse rápido, yo disfrutar el momento, empecé a enjabonarla, sentir su joven cuerpo durito con mis manos y patinoso por el jabón. No tardó en relajarse y entregarse a besarnos y tocarnos.
Levanté una de sus piernas para apoyar su pie en el borde de la bañadera y le dije que se agarre. Me arrodillé y bajo la lluvia de la ducha le di unos besos cerca de la conchita perfectamente depilada hasta que no pude escapar más de mi tentación y empecé a chupársela y a meterle un dedito, luego 2. Se sentía muy caliente. Cin gemía cada vez más fuerte, intentaba contenerlos, pero sus esfuerzos no tenían sentido.
Con una mano se sostenía y con la otra me agarró de la cabeza y me la apretó contra su cuerpo liberando un gemido muy intenso, orgásmico.

C: Nunca me pasó esto.
S: Que cosa?
C: Acabar así.
S: Como que así?
C: Mientras me la chupan.
S: Bueno, para ser sincero tenías un par de mis dedos jugando con tu punto G.
C: Sí, lo se. Pero igual.
S: Bueno, disfrutalo. Para eso estamos acá juntos, no?
C: Obvio, ahora te toca a vos disfrutar.
S: Ya estoy disfrutando.
C: Vas a disfrutar más cuando te chupe la pija.
S: Bueno... No esperaba eso.
C: No esperabas que te chupe la pija o que?
S: Tu lenguaje pendeja. Me calienta.
C: Si te calienta como hablo te quiero ver ahora cuando te chupe la pija, me gusta hablar, decir guarangadas y como dato para que te calientes más, vas a ser el primero en acabarme en las tetas.

Con esa última frase me volvió loco. La pendeja me puso contra la pared de la ducha, se arrodilló y empezó suavemente a pasarme la lengua desde el tronco hasta la punta. Una y otra vez.

C: Sabés que? Leo debe pensar que soy una santita. Ni se debe imaginar que me gusta chupar pijas.
S: Vos pensás que él piensa eso?

Siguió con su lengüita, va y viene y a mi ya me desesperaba,

C: Sí, seguro, me conoce de nena, igual siempre tuve fama de monja en todos lados. En Mardel mis amigos me creen una santita.
S: Me parece que sos calladita y no santita.
C: Vos ya lo sabés bien. Desde los 14 que cojo y chupo pija. Solo una amiga lo sabe.
S: De santita no tenés nada.
C: Amiga con la que probamos a ver si éramos lesbianas.
S: Y como fue eso?
C: Resulta que no, nos chupamos lindo, acabamos, pero ambas necesitamos una pija, nos gusta demasiado.
S: Entonces harías un trío con una mina y un flaco?
C: Con vos y con ella?
S: Por ejemplo, puede ser.

Se quedó callada, me miró, sonrió, abrió la boca como para decirme algo y de repente se mandó media pija adentro y empezó a chupármela desesperadamente de golpe mientras con una mano me apretaba los huevos suavemente y con la otra me agarraba del culo para hacer fuerza.

Me la chupaba, le pasaba la lengua, me succionaba los huevos y yo traté de aguantar lo que más pude, pero no fue mucho, le avisé que estaba por acabar y ella seguía cogiéndome la pija con la boca. Empecé a acabar, el primer chorro a su boca y se la sacó tirando todo el resto sobre sus tetas. Me miró a los ojos, se paró y se refregó todo con sus manos. Acto seguido me apretó abrazándome y me besó.

C: Hay que enjuagarse y secarse. Te quiero en mi cama.

Nos secamos como pudimos y nos fuimos a la habitación desesperados. La arrinconé contra la pared y empecé a besarla, rápidamente se me empezó a parar la pija y la hice girar para apoyarle el culito aplastándola contra el muro.
Seguido a eso me sentó en la punta de la cama, me dio un forro y dándome la espalda se sentó sobre mi para cabalgarme dándome la espalda.
Me tuvo así hasta que no le dieron más las piernas.
Le pedí que se ponga en 4 y antes de volver a meterle la pija le chupé la concha y el culo de sorpresa. La pendeja gemía como loca hasta que me pidió que se la ponga.

C: Cogeme. -Yo hice oídos sordos y seguí comiendo ese manjar.
C: Cogeme Santiago. -Seguí.
C: Dale, por favor, meteme la pija!
S: Ahora sí, una chica educada tiene que pedir bien las cosas.

Le acerqué la punta de la pija a la entrada de su conchita y en seguida ella se tiró para atrás para metérsela toda de golpe y así empezamos suavecito hasta que le dimos lo más duro que podíamos, impulsándonos los 2, yo la agarraba de la cadera para hacer aún más fuerza, ella gemía cada vez más intensamente hasta que acabó y se tiró rendida, acostada con su culito para arriba, me senté sobre ella y cogimos en esa posición, yo necesitaba acabar y decidí hacer algo que me calienta muchísimo, me lubriqué un dedo con sus jugos y le penetré el ano hasta sentir con el tacto mi propia pija dentro de ella y rápidamente descargué toda la leche que me quedaba.

S: No me contestaste.
C: Que cosa?
S: Si harías un trío, conmigo y tu amiga.
C: No se, puede ser, debería ser el centro de atención yo y no ella ni vos.
S: Acepto, te complaceríamos hasta que quedes agotada, pero en algún momento yo también quiero ser el centro de atención, aunque sea por unos minutos.
C: Seguro que lo serías, sos el único con pija.

Me quedé a dormir con ella, no porque tenía tantas ganas de hacerlo, pero simplemente no tenía energía para irme.

7 comentarios - La mesera del bar. 18 años.

jstronger
Ufff Parte 2? 👀
San34 +1
Lamentablemente no hubo ☹
martin220goles +1
Espectacular. Qué hermoso cogerse pendejaaas