─Paula, me quiero separar. Te lo dije mil veces. Creo que ya no hay mucho más para decir.
─Bueno, si eso es lo que querés, pero yo hace años que vivo acá. No me voy a ir de la noche a la mañana. Necesito tiempo para ordenar mi vida. Así que me vas a tener que bancar por lo menos un par de semanas. Mientras tanto dormirás en el sofá, yo no me voy a hacer mierda la espalda por un capricho tuyo.
─No es un capricho, esto no daba para más y lo sabemos hace mucho. Estamos estirando la agonía de algo que no va hace rato. No existe posibilidad alguna que nosotros volvamos a estar juntos. Vas a hacer que nos terminemos odiando.
─A vos te molesta que yo quiera coger con otros tipos que tienen la pija más grande. ¿Hace cuanto no me cogés? ¿No podés ser más hombre? Sos un cagón que no asumís que te gusta ver como otros tipos me cogen delante tuyo. Uno es lo que es y no lo que quiere ser, y vos sos un cornudo natural, le das demasiadas vueltas al asunto para no asumirte. Estabamos bien, pero me querés para vos solo. No me amás si no me dejás disfrutar lo que me gusta. Amar es compartir.
─Yo no te amo, ni te quiero hace mucho, no te quiero para mí solo, ni para compartir, me das asco. Te lo vengo diciendo hace meses con mi comportamiento. Vos querés negar lo que todos ven.
Paula se puso a llorar desconsoladamente.
Me había metido en un problema grande eligiendo a la mina equivocada. Mi vieja me había advertido apenas la vió, que buscara una “chica bien”, de “buena familia”, ella sabían que Paula venía con problemas familiares desde muy chica y con historias bastante oscuras de maltrato y abuso. Yo sentía que les faltaba empatía, que era una mina admirable por que se había podido sacar toda esa mierda de encima para terminar una carrera universitaria, y trabajar para mantenerse mientras estudiaba no era poca cosa. Era una mina hermosa que podría haber hecho cualquier cosa en esa situación desesperante.
Por otra parte a mí me faltaba esa cuota de amor propio, me faltaba autocuidado y tenía la necesidad de sacarme el chip de salvador de la humanidad, Mi amigo Victor me había dicho que yo tenía el síndrome del chabón que quiere sacar a la puta del burdel para que se case con él y deje esa vida.
VIctor lo había visto desde el principio, el tenía mucha más experiencia con las minas. Yo apenas era un “normie” con un par de noviazgos.
El día que me contó que vió a Paula chapando con dos compañeros en la puerta de la facultad me dio mucha vergüenza, ahí me di cuenta que Paula me cagaba, no eran solo acuerdos de pareja sobre cornudismo ni que fueramos liberales. Me dijo que la tenían tipo “sanguchito” uno apoyado atrás y otro adelante, se la chapaban de a ratos, conversaban, volvían a chapar como si fuesen novios, pero de a tres.
Cada cosa que me enteraba me daba más bronca todavía, también me paraba la pija, era inevitable negar esa dualidad.
─El mes que viene me voy, tengo fecha para ir a una pensión el 16 de agosto, espero que podamos estar bien mientras tanto y que podamos entendernos.
─Si, obvio, todo bien ─le dije con mucha seguridad.
─Espero que no te moleste que invité hoy a la noche unos amigos de la facultad. Demian, Migue y un par más, tenemos que preparar unas pasantías ahora que nos recibimos. Banca que son los últimos días, después no me vas a ver más.
A la noche mientras dormía en el sillón la ví entrar con tres tipos, altos. Uno era Demián, el pijón del que tanto hablaban sus compañeras, el otro era Migue, un estúpido que siempre estaba hablando de la guita que tenía y el tercero era Basembo, el negro que vendía celulares. Me vieron acostado en el sillón y me saludaron los tres con un puño, como si fueramos amigos de toda la vida. Ese saludo estúpido me parecía de raperos o a lo sumo de adolescentes pero esos tarados no eran ni raperos ni adolescentes. Terribles caraduras, o quizás yo ya estaba demasiado fastidioso.
¿Pero que tenía que hacer Basembo ahí con mi novia, o mejor dicho mi ex, y dos pibes de la facultad? Estaban todos muy borrachos, se notaba.
Se metieron en la pieza por órden directa de Paula. Les dijo que esperen y se metió a bañar. Después de un rato salió del baño fue discretamente hacia el salón, cubierta con un toallón amplísimo se paró a medio metro de donde yo estaba acostado tapado con una manta viendo una peli yanqui de acción de los 90. Mientras se secaba con el toallón me miraba con una actitud displicente, como si fuese una noche más de entre casa y no tuviera tres tipos en la pieza esperándola como perros en celo.
─ ¿Todo bien? ─me preguntó, levantando una ceja─. Estamos en la pieza con los chicos haciendo unas cosas para la facu, vamos a tratar de no hacer mucho quilombo.
Se puso un culotte de encaje y arriba un corpiño transparente. Se ató el pelo con fijador con una cola de caballo que le hubiese cortado la circulación a cualquier otra. Se sentó en la mesa y se empezó a maquillar. Primero se puso un pintalabios rosa, después mucho lipgloss con brillantina, se arqueó las pestañas y se pintó los ojos. Se tiró un poco de polvo en los cachetes y cdo ya tenía la cara terminada. Se empezó a pasar aceite por el cuerpo, el cuerpo le brillaba, parecía un desfile de lencería de Victoria Secret. Estaba muy puta, realmente imponente.
─Todo bien─ le dije, con cuidado que no se me notara la erección.
Pensé en decirle que para completar unos cvs no necesitaba vestirse como una puta, maquillarse, ni ponerse tacos y lencería pero como lo mío eran las ciencias duras preferí no opinar, aunque seguro que ella también iba a ver algo duro en ese cuarto.
Se bajó el culotte hasta las rodillas, y abrió un cajón, tomó un poco de lubricante con anestecia y se lo puso en la vagina y el ano, después se empezó a untar la garganta con eso.
Mientras tanto escuchaba murmuros. Alguien estaba organizado el festín como si fuera un director técnico de un equipo amateur. Parecía la voz de Demian.
─Soy el que más experiencia tiene acá, así que ustedes me hacen caso y la vamos a pasar bien los cuatro.
No me extrañara que el llevara la batuta en esto de enfiestar una puta, por algo en la facultad tenía esa fama de macho alfa agresivo y dominante.
Ella inspiró profundamente, se persignó y se metió directo a la pieza.
Estaba indignado, pero al mismo tiempo, me había hecho cagar de risa que se persignara. ¡Puta estúpida, te estás por enfiestar, no estás yendo a la guerra de Malvinas, ni se te apareció el diablo en persona!, pensaba. Me sentía un poco boludo, por no haberme dado cuenta que era una mina de lo más básica, no sé en qué momento pude esperar más de esa trola que evidentemente solo sería para dejarse usar.
Apenas entró se empezaron a escuchar los gritos, gemía como condenada. Se escuchaba que estaba empezando a chupar pijas.
“chuik chuik chuik pshhh pshhh”. Se escuchaba como estaba chupandoles las pijas a los tres mientras la cacheteaban como una bolsa de boxeo.
Solo se escuchaba la voz de Demián, que era el más “hablador”, los otros dos, incluido el negrito, solo se limitaban a coger.
─Puta, danos las gracias, no seas una puta malagradecida. Las putas mal educadas me ponen violentísimo ─dijo el director de la orquesta mientras la sodomizaban peor que si fuera una trabajadora sexual.
─Gracias, gracias chicos, por darme lo que me gusta ─dijo Paula, con su voz de gata más sensual.
─Muchachos, le vamos a coger la concha por turnos, mientras le metemos la pija en la boca. Así que nos vamos turnando. Hacemos la ronda y vamos pasando de a uno ─El forro de Demián hablaba fuerte, como si quisiese que yo escuche. Estaba tratando de humillarla a ella y humillarme a mi al mismo tiempo.
Después de un rato de gemidos, escucho que dice Basembo.
─Le podimus hacir dobli vaginoul, si estedes quierun y eda.
Me pareció que el tipo tímido y callado, se estaba soltando bastante. Pensar que a mi me trataba como si fuera su dueño, y ahora con mi mujer era capaz de cualquier cosa. Al parecer estaba envalentonado por estar con otros tipos. En psicología hay algo que se llama El efecto manada, también conocido como “efecto de arrastre”, “bandwagon effect” o “efecto de la moda” es la tendencia a aceptar como válidos los razonamientos o las ideas de la mayoría sin analizar si son correctas desde un punto de vista lógico. Igualmente tampoco descarto que Basembo haya tenido experiencias enfiestando minas, y en relación a eso, haciéndoles dobles vaginales con otros negros.
De hecho la misma Paula me contaba que existe una comunidad cuckold en Buenos Aires y Rosario que recluta negros para que se cojan a sus mujeres. Primero les ofrecen dinero, después les preguntan por el tamaño, los negros pelan (esto para evitar accidentes, dicen que hay un menor porcentaje de negros altísimos que la tienen chica, menos del 1%, pero sería un bajón tener que prescindir de lo que más los calienta, es decir ver como un tipo enorme con una herramienta gigante hace parecer a sus mujeres “de juguete”) y se los llevan para sus casas. Generalmente sus mujeres tienen sexo oral y vaginal con los negros, evitan el anal por el dolor que les genera, pero aún evitando entregarles el culo por miedo a terminar en el hospital haciendo un papelón, las más morbosas deciden incursionar en el doble vaginal, y muchas salen encantadas. De ahí me percataba que el negro sumiso y laburante quizás era un especialista en el doble vaginal.
A todo esto la fiesta seguía. Basembo y Migue estaban muy callados, parece que el macho alfa Demián además de dominar a mi novia, había logrado dominar al negro y a su compañero Migue. El poder de la genética, incluso con dos alfas como el, con miembros enormes, podía reinar, estaban los tres haciendo todo lo que les decía como si fueran sus súbditos.
─Chicos, antes del doble vaginal que nos vaya chupando la pija de a uno hasta que esté bien dura, para que no se salgan las pijas necesitamos tenerla como piedra. Pau, ponéte de rodillas, Migue andá cogiéndole la boca, sigue Basembo. Vayan alternando, sean ordenados. Avisenmé cdo la tengan bien parada, mientras tanto le voy a poner unas pinzas en las tetas a la puta. ─dijo el alfa de la manada como si los tres fueran sus empleados ─. Chupá, chupá, abrí la boca puta, nadie te dijo que cierres. ¿Quién te dijo que podías cerrar la boca, perra? ¡Abrí la boca, estúpida!
Nunca vi que maltrataran tanto a una mina que se estaban cogiendo, ni en el porno.
─Ayyy, me están llenando la concha con dos pijas, me duele mucho, no, no ayyyy, si si, no no, me duele, ay, nunca hice esto, me van a abrir maaaaal. ─decía Paula mientras aparentemente estaba acabando─. Ahora me van a dar la leche, quiero un postre “tres leches”. Vamoooos…
Aparentemente le estaban acabando en la boca, por que se escuchaba que ella hacía “ahhhhh” como cuando el médico te pide que abras la boca para revisarte la garganta. Acabé sin tocarme, la verdad me daba un poco de bronca, pero no lo podía evitar, era una porno violenta en mi casa, en mis propias narices.
─Que rica leche que me dieron mis chicos. Los voy a convidar con unas birras. Necesito un poco de agua antes de seguir, esperenmé acá,
Salió de la pieza con una bata rosa, sacó de la heladera una botella de cerveza que había comprado yo y era para mi, pero al saber que en un par de semanas se tomaba el palo no había tiempo para generar más peleas. Tomó agua de su botella plástica, que era un sello distintivo de nuestra heladera que por suerte no iba a extrañar. y me miró y me dijo.
─Demi dice que me van a hacer una dp por la concha y por el culo, que si no querés participar por que dice que va a ser más fluido si hacemos de a dos en dos. Según el es mejor de a cuatro.
Demián más que mi participación estimo, estaba buscando humillarme como todo macho alfa perverso y morboso. Me quería demostrar que se cogía a mi novia, que la estaba enfiestando delante mío y encima se me cagaba de risa en la cara.
─No, Pau, paso. Lo que si, hagan menos ruido por los vecinos, te pido por favor. ─le dije intentando que no me afectase para nada todo lo estaba pasando.
─¿Y si mirás? ¿No te gustaría?
─Bueno, si eso es lo que querés, pero yo hace años que vivo acá. No me voy a ir de la noche a la mañana. Necesito tiempo para ordenar mi vida. Así que me vas a tener que bancar por lo menos un par de semanas. Mientras tanto dormirás en el sofá, yo no me voy a hacer mierda la espalda por un capricho tuyo.
─No es un capricho, esto no daba para más y lo sabemos hace mucho. Estamos estirando la agonía de algo que no va hace rato. No existe posibilidad alguna que nosotros volvamos a estar juntos. Vas a hacer que nos terminemos odiando.
─A vos te molesta que yo quiera coger con otros tipos que tienen la pija más grande. ¿Hace cuanto no me cogés? ¿No podés ser más hombre? Sos un cagón que no asumís que te gusta ver como otros tipos me cogen delante tuyo. Uno es lo que es y no lo que quiere ser, y vos sos un cornudo natural, le das demasiadas vueltas al asunto para no asumirte. Estabamos bien, pero me querés para vos solo. No me amás si no me dejás disfrutar lo que me gusta. Amar es compartir.
─Yo no te amo, ni te quiero hace mucho, no te quiero para mí solo, ni para compartir, me das asco. Te lo vengo diciendo hace meses con mi comportamiento. Vos querés negar lo que todos ven.
Paula se puso a llorar desconsoladamente.
Me había metido en un problema grande eligiendo a la mina equivocada. Mi vieja me había advertido apenas la vió, que buscara una “chica bien”, de “buena familia”, ella sabían que Paula venía con problemas familiares desde muy chica y con historias bastante oscuras de maltrato y abuso. Yo sentía que les faltaba empatía, que era una mina admirable por que se había podido sacar toda esa mierda de encima para terminar una carrera universitaria, y trabajar para mantenerse mientras estudiaba no era poca cosa. Era una mina hermosa que podría haber hecho cualquier cosa en esa situación desesperante.
Por otra parte a mí me faltaba esa cuota de amor propio, me faltaba autocuidado y tenía la necesidad de sacarme el chip de salvador de la humanidad, Mi amigo Victor me había dicho que yo tenía el síndrome del chabón que quiere sacar a la puta del burdel para que se case con él y deje esa vida.
VIctor lo había visto desde el principio, el tenía mucha más experiencia con las minas. Yo apenas era un “normie” con un par de noviazgos.
El día que me contó que vió a Paula chapando con dos compañeros en la puerta de la facultad me dio mucha vergüenza, ahí me di cuenta que Paula me cagaba, no eran solo acuerdos de pareja sobre cornudismo ni que fueramos liberales. Me dijo que la tenían tipo “sanguchito” uno apoyado atrás y otro adelante, se la chapaban de a ratos, conversaban, volvían a chapar como si fuesen novios, pero de a tres.
Cada cosa que me enteraba me daba más bronca todavía, también me paraba la pija, era inevitable negar esa dualidad.
─El mes que viene me voy, tengo fecha para ir a una pensión el 16 de agosto, espero que podamos estar bien mientras tanto y que podamos entendernos.
─Si, obvio, todo bien ─le dije con mucha seguridad.
─Espero que no te moleste que invité hoy a la noche unos amigos de la facultad. Demian, Migue y un par más, tenemos que preparar unas pasantías ahora que nos recibimos. Banca que son los últimos días, después no me vas a ver más.
A la noche mientras dormía en el sillón la ví entrar con tres tipos, altos. Uno era Demián, el pijón del que tanto hablaban sus compañeras, el otro era Migue, un estúpido que siempre estaba hablando de la guita que tenía y el tercero era Basembo, el negro que vendía celulares. Me vieron acostado en el sillón y me saludaron los tres con un puño, como si fueramos amigos de toda la vida. Ese saludo estúpido me parecía de raperos o a lo sumo de adolescentes pero esos tarados no eran ni raperos ni adolescentes. Terribles caraduras, o quizás yo ya estaba demasiado fastidioso.
¿Pero que tenía que hacer Basembo ahí con mi novia, o mejor dicho mi ex, y dos pibes de la facultad? Estaban todos muy borrachos, se notaba.
Se metieron en la pieza por órden directa de Paula. Les dijo que esperen y se metió a bañar. Después de un rato salió del baño fue discretamente hacia el salón, cubierta con un toallón amplísimo se paró a medio metro de donde yo estaba acostado tapado con una manta viendo una peli yanqui de acción de los 90. Mientras se secaba con el toallón me miraba con una actitud displicente, como si fuese una noche más de entre casa y no tuviera tres tipos en la pieza esperándola como perros en celo.
─ ¿Todo bien? ─me preguntó, levantando una ceja─. Estamos en la pieza con los chicos haciendo unas cosas para la facu, vamos a tratar de no hacer mucho quilombo.
Se puso un culotte de encaje y arriba un corpiño transparente. Se ató el pelo con fijador con una cola de caballo que le hubiese cortado la circulación a cualquier otra. Se sentó en la mesa y se empezó a maquillar. Primero se puso un pintalabios rosa, después mucho lipgloss con brillantina, se arqueó las pestañas y se pintó los ojos. Se tiró un poco de polvo en los cachetes y cdo ya tenía la cara terminada. Se empezó a pasar aceite por el cuerpo, el cuerpo le brillaba, parecía un desfile de lencería de Victoria Secret. Estaba muy puta, realmente imponente.
─Todo bien─ le dije, con cuidado que no se me notara la erección.
Pensé en decirle que para completar unos cvs no necesitaba vestirse como una puta, maquillarse, ni ponerse tacos y lencería pero como lo mío eran las ciencias duras preferí no opinar, aunque seguro que ella también iba a ver algo duro en ese cuarto.
Se bajó el culotte hasta las rodillas, y abrió un cajón, tomó un poco de lubricante con anestecia y se lo puso en la vagina y el ano, después se empezó a untar la garganta con eso.
Mientras tanto escuchaba murmuros. Alguien estaba organizado el festín como si fuera un director técnico de un equipo amateur. Parecía la voz de Demian.
─Soy el que más experiencia tiene acá, así que ustedes me hacen caso y la vamos a pasar bien los cuatro.
No me extrañara que el llevara la batuta en esto de enfiestar una puta, por algo en la facultad tenía esa fama de macho alfa agresivo y dominante.
Ella inspiró profundamente, se persignó y se metió directo a la pieza.
Estaba indignado, pero al mismo tiempo, me había hecho cagar de risa que se persignara. ¡Puta estúpida, te estás por enfiestar, no estás yendo a la guerra de Malvinas, ni se te apareció el diablo en persona!, pensaba. Me sentía un poco boludo, por no haberme dado cuenta que era una mina de lo más básica, no sé en qué momento pude esperar más de esa trola que evidentemente solo sería para dejarse usar.
Apenas entró se empezaron a escuchar los gritos, gemía como condenada. Se escuchaba que estaba empezando a chupar pijas.
“chuik chuik chuik pshhh pshhh”. Se escuchaba como estaba chupandoles las pijas a los tres mientras la cacheteaban como una bolsa de boxeo.
Solo se escuchaba la voz de Demián, que era el más “hablador”, los otros dos, incluido el negrito, solo se limitaban a coger.
─Puta, danos las gracias, no seas una puta malagradecida. Las putas mal educadas me ponen violentísimo ─dijo el director de la orquesta mientras la sodomizaban peor que si fuera una trabajadora sexual.
─Gracias, gracias chicos, por darme lo que me gusta ─dijo Paula, con su voz de gata más sensual.
─Muchachos, le vamos a coger la concha por turnos, mientras le metemos la pija en la boca. Así que nos vamos turnando. Hacemos la ronda y vamos pasando de a uno ─El forro de Demián hablaba fuerte, como si quisiese que yo escuche. Estaba tratando de humillarla a ella y humillarme a mi al mismo tiempo.
Después de un rato de gemidos, escucho que dice Basembo.
─Le podimus hacir dobli vaginoul, si estedes quierun y eda.
Me pareció que el tipo tímido y callado, se estaba soltando bastante. Pensar que a mi me trataba como si fuera su dueño, y ahora con mi mujer era capaz de cualquier cosa. Al parecer estaba envalentonado por estar con otros tipos. En psicología hay algo que se llama El efecto manada, también conocido como “efecto de arrastre”, “bandwagon effect” o “efecto de la moda” es la tendencia a aceptar como válidos los razonamientos o las ideas de la mayoría sin analizar si son correctas desde un punto de vista lógico. Igualmente tampoco descarto que Basembo haya tenido experiencias enfiestando minas, y en relación a eso, haciéndoles dobles vaginales con otros negros.
De hecho la misma Paula me contaba que existe una comunidad cuckold en Buenos Aires y Rosario que recluta negros para que se cojan a sus mujeres. Primero les ofrecen dinero, después les preguntan por el tamaño, los negros pelan (esto para evitar accidentes, dicen que hay un menor porcentaje de negros altísimos que la tienen chica, menos del 1%, pero sería un bajón tener que prescindir de lo que más los calienta, es decir ver como un tipo enorme con una herramienta gigante hace parecer a sus mujeres “de juguete”) y se los llevan para sus casas. Generalmente sus mujeres tienen sexo oral y vaginal con los negros, evitan el anal por el dolor que les genera, pero aún evitando entregarles el culo por miedo a terminar en el hospital haciendo un papelón, las más morbosas deciden incursionar en el doble vaginal, y muchas salen encantadas. De ahí me percataba que el negro sumiso y laburante quizás era un especialista en el doble vaginal.
A todo esto la fiesta seguía. Basembo y Migue estaban muy callados, parece que el macho alfa Demián además de dominar a mi novia, había logrado dominar al negro y a su compañero Migue. El poder de la genética, incluso con dos alfas como el, con miembros enormes, podía reinar, estaban los tres haciendo todo lo que les decía como si fueran sus súbditos.
─Chicos, antes del doble vaginal que nos vaya chupando la pija de a uno hasta que esté bien dura, para que no se salgan las pijas necesitamos tenerla como piedra. Pau, ponéte de rodillas, Migue andá cogiéndole la boca, sigue Basembo. Vayan alternando, sean ordenados. Avisenmé cdo la tengan bien parada, mientras tanto le voy a poner unas pinzas en las tetas a la puta. ─dijo el alfa de la manada como si los tres fueran sus empleados ─. Chupá, chupá, abrí la boca puta, nadie te dijo que cierres. ¿Quién te dijo que podías cerrar la boca, perra? ¡Abrí la boca, estúpida!
Nunca vi que maltrataran tanto a una mina que se estaban cogiendo, ni en el porno.
─Ayyy, me están llenando la concha con dos pijas, me duele mucho, no, no ayyyy, si si, no no, me duele, ay, nunca hice esto, me van a abrir maaaaal. ─decía Paula mientras aparentemente estaba acabando─. Ahora me van a dar la leche, quiero un postre “tres leches”. Vamoooos…
Aparentemente le estaban acabando en la boca, por que se escuchaba que ella hacía “ahhhhh” como cuando el médico te pide que abras la boca para revisarte la garganta. Acabé sin tocarme, la verdad me daba un poco de bronca, pero no lo podía evitar, era una porno violenta en mi casa, en mis propias narices.
─Que rica leche que me dieron mis chicos. Los voy a convidar con unas birras. Necesito un poco de agua antes de seguir, esperenmé acá,
Salió de la pieza con una bata rosa, sacó de la heladera una botella de cerveza que había comprado yo y era para mi, pero al saber que en un par de semanas se tomaba el palo no había tiempo para generar más peleas. Tomó agua de su botella plástica, que era un sello distintivo de nuestra heladera que por suerte no iba a extrañar. y me miró y me dijo.
─Demi dice que me van a hacer una dp por la concha y por el culo, que si no querés participar por que dice que va a ser más fluido si hacemos de a dos en dos. Según el es mejor de a cuatro.
Demián más que mi participación estimo, estaba buscando humillarme como todo macho alfa perverso y morboso. Me quería demostrar que se cogía a mi novia, que la estaba enfiestando delante mío y encima se me cagaba de risa en la cara.
─No, Pau, paso. Lo que si, hagan menos ruido por los vecinos, te pido por favor. ─le dije intentando que no me afectase para nada todo lo estaba pasando.
─¿Y si mirás? ¿No te gustaría?
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