Soy una mujer casada, que al presentarse problemas económicos caigo en la propuesta sucia de un hombre que supuestamente era amigo de mi marido, las cosas se ponen fuera de control cuando desea que sea su esclava sexual y cada vez pide más y más, lo peor es que sus deseos me están gustando.
Me llamo Sofía, tengo 35 años, me casé con Jorge a los 21, el me lleva diez años más de edad, lastimosamente no hemos podido tener hijos, desconociendo si es por causa de él o mía, igual éramos felices viviendo al máximo cada día y más porque mi marido tenía un buen trabajo que nos daba oportunidad de gozar de ciertas comodidades.
Con el pasar del tiempo mi marido se ha vuelto muy adicto a la bebida y se ha engordado mucho, motivos por los cuales las noches de sexo ya no eran como antes y dejé de sentir el rico placer de tener un orgamo, aunque ya no soy una joven la edad me ha vuelto una mujer muy deseable para los hombres, mis senos son grandes y firmes, con cintura delgada y un trasero grande y bien levantado, además de tener un rostro hermoso con una cabellera negra y rizada que al pasar por la calle los hombres me decian los piropos más sucios, cosa que me causaba era risa.
José tiene un amigo soltero que es prestamista y que traía mucho a casa, llamado Jhon, es de ascendencia estadounidense, de la edad de mi marido pero muy atractivo, rubio, alto, de cuerpo maciso y pectorales duros y anchos, le gusta ir al gimnasio para mantenerse en forma, al momento de llegar a casa siempre me mira con ojos de deseo, y más que en casa me pongo más ligera de ropa y uso atuendos que resaltan mis pechos y mis nalgas.
Mi marido con su amigo pasaban tardes viendo partidos de futbol y yo hacía funciones de sirvienta, aunque igual bebia un poco con ellos para no ser descortes, el detalle es que Jhon me miraba mucho con ojos de lujuria, no paraba de espiar mis senos y ver mis nalgas cuando me agachaba a recoger algo, yo me di cuenta pero no le tomaba mucha aención. Pasó el tiempo y la situación en la empresa donde labora mi marido se puso difícil e hicieron recorte de eprsonal, mi marido iva a ser despedido pero su jefe le dio oportunidad de mantenerse en la empresa pero ejerciendo otro trabajo en el cual ganaba menos dinero, razón por la cual nuestra economía en la casa cambió.
Mi marido deprimido empezó a beber más y más, triste por su situación y por más que lo aconsejaba no quería oirme, le dije que las cosas mejorarían pero me decía que estaba difícil y más por su edad en la cual escalar de nuevo le sería imposible frente a jóvenes mejores preparados que él,
Llegó un día en que trajo de nuevo a Jhon y bebieron bastante, Jhon se ofreció a ayudarme a limpiar los platos después de comer, estaba borracho pero peor estaba mi marido que yacía dormido ebrio frente al televisor. Limpiando los platos se mojó la camisa y se la quitó mostrandome su cuerpo musculoso y deseable, yo me sentía extraña, sentía como si una atracción animal me pidiera devorar a ese hombre, pero aguantaba los deseos ya que mis principios de mujer casada me impedían serle infiel a mi marido, traté de no mirarlo mucho y miré hacia su cintura notando que tenía una erección, a simple vista se veía que estaba bien dotado, empezamos a platicar:
Jhon: (con su acento gringo) Sofía me disculpa pero usted es una mujer muy atractiva y bella.
yo: Oh gracias Jhon, por allí encontrará una mujer como yo que lo ame.
Jhon: No lo creo, como usted difícilmente encontraré una, José debe pasar noches muy ardientes con usted.
yo: (ese comentario me resultó muy provocador) Hay no diga eso, en su pais hay muchas mujeres bellas, rubias de ojos verdes o azules.
Jhon: Si las hay pero a los gringos nos gustan las latinas, nalgonas y tetonas como usted, pues son muy calientes en la cama.
yo: ja ja no digas esas locuras, ya estás ebrio, se te nota...
Jhon: bueno si, pero dicen que los borrachos siempre dicen la verdad.
yo: ha sí? entonces dígame sus intenciones pues lo noto muy calentón conmigo, recuerde que soy la mujer de su amigo, soy ajena.
Jhon: Mira yo sé que José la está pasando mal económicamente, él me cuenta todo, hasta me ha dicho que en el sexo están mal...
yo: Cómo?, José le contó nuestras intimidades?, cuando se levante le reclamaré (estaba molesta).
Jhon: Cálmese que él me lo contó ebrio, así que no se moleste, además yo soy discreto y no hablo nada de lo que me digan ni cuento lo que yo haga con otras personas, me gustaría ayudarle un poco, yo sé que usted es una dama que le gusta la ropa cara y la joyería, puedo darle dinero para que se compre lo que desee, no soy millonario pero si tengo mucho dinero ya que trabajé muchos años en mi país donde se gana muy bien.
yo: oiga no sea atrevido, no soy puta para venderme por dinero, respéteme...
Jhon: no se moleste hermosa dama, mire que su marido me pidió una buena suma para comprarle el auto que usted tanto quería para su cumpleaños, a él le hace falta ese dinero para completar la suma, yo con gusto se los daré si usted colabora también,
yo: de qué tipo de colaboración habla?
Jhon: Quiero que seas mi amante, sabes que deseo tu cuerpo desde hace tiempo (en ese momento saca de su bolsillo dinero y me lo muestra), esto y mucho más tengo para ofrecerle, piense en su esposo que desea darle ese obsequio en su cumpleaños...
yo: (el gringo tenía razón, deseaba mucho tener mi auto propio y no podía tenerlo por la situación económica que nos aflijía) Mire, no soy un objeto que se compra, si es cierto que me encantaría ese auto no voy a entregarme a alguien solo por eso, jamás he sido infiel ni pienso hacerlo.
Jhon: Bueno además de dinero le puedo dar algo que necesita más (se bajó el pantalón y me mostró su pene, lo tenía grueso, venoso, grande y cabezón), oye atrevido, mi marido está cerca, no sea pervertido (le di la espalda, un fuego pasaba desde mi ombligo hasta mis piernas, me sentía húmeda).
John: Tranquila, yo sé que le hace falta tanto el dinero como lo que me cuelga entre mis piernas, José está dormido, no se enterará.
Él se acercó a mi y me empezo a acariciar mis nalgas, no sé porqué me dejaba tocar de él, me sentía como congelada sin saber qué hacer, con una mano me tocaba las nalgas y con la otra me empezó a tocar los pechos, era muy hábil con las manos,
John: Yo sé que tienes ganas de que un hombre te de bien duro, siento tu humedad, no te resistas, prueba lo que te hace falta...
Yo no dije nada, me agaché y me metí su enorme miembro en mi boca lo más que pude, solo me cabía la mitad, olvidé en esos momentos que era casada y me dejé llevar por el deseo que tenía mi cuerpo de placer, me decía: "vamos perra chúpala más duro, escúpelo y pásale la lengua, gánate bien el dinero". Me hizo sentir tan sucia, como una puta barata, me dejé llevar por sus palabras y le di la mejor mamada de pene que le habían dado, lamía sus bolas, y él me halaba por el cabello hacia él, estaba sumisa, presa a sus deseos, me decía: "te gusta chuparla?" y yo le decia: "si, está más rica que la de mi marido", la tenía bien dura y no aguanté las ganas de levantarme y ponerme en 4, sabía que él deseaba metermela en esa posición, "métemela papi, quiero comerme un gringo" (no sé por qué dije esas locuras pero lo hacía).
De un solo envión me la enterró toda completa en mi vagina, pegué un suspiro y empezó a meterla y sacarla con fuerza: "papi qué rica la tienes, eres blanco pero la tienes como de negro", él me decía: "si perra, yo sabía que con esas nalgas grandes no te me ivas a negar, estás echa para follar", yo empecé a gemir, no me importaba si mi marido me oyera, estaba muy caliente, mi vagina estaba muy húmeda y su pene entraba fácilmente, no aguanté mucho y tuve mi primer orgasmo, admiré que no se venía aún, asi que me lo lleve para la cama donde duermo con mi marido y él se me tiró de frente, me besaba con lengua mientras me cogía brutalmente, mordía mis grandes tetas con salvajidad, tenía tiempo que no sentía tanto placer, sólo cuando estuve en mi noche de bodas, pero no llegó a este extremo de placer.
Jhon: Oh you are a hot bitch, yeahhhh!
yo: (no le entendí nada pero también le hablé) Si animal sucio húndemela duro, culéame con todas tus ganas, querías cogerme? aquí me tienes...
Me sentía la más puta y perra de las mujeres pero lo gozaba, ya no me importaba el dinero, solo pensaba en gozar ese taladro bombeándome sin parar en mi agujero húmedo, quería su leche en mi cueva y se lo pedí pero él quería que me la tragara asi que empecé a mamársela duro en un 69 mientras él me provocaba otro orgasmo fuerte, me pegaba en las nalgas y él ya no aguantó más y derramó su leche en mi boca, la cual me tomé toda, con mucho placer, me echó tanta que cayó en mis tetas y me las lamía con gusto, quedamos agotados en la cama, él estaba felíz de haberse comido mis nalgas, mis tetas y mi boca, yo felíz de haber culeado con un macho de verdad.
La lujuria se había apoderado de mi, quería sentir todo el placer así que le dije: "papi aún no te has comido lo mejor", asi que me senté de nalgas en su cara y me lamió el culo, sentía su lengua tan deliciosa que le pedí que me escupiera el ano, así lo hizo y me hundió dos dedos en él, me dilató rico y me senté de culo sobre su pene que se volvió a poner duro como un sable y empecé a cabalgarlo, su pene cabezón se metió hasta la mitad de mi ano, yo lo gozaba, sacaba la lengua saboreando el momento, empecé a brincar, ya no me dolía, sentia placer al máximo, la cama se mecía salvajemente, él me agarró cargada y me cogía con fuerza, cada vez que brincaba su pene entraba en mi culo al bajar, me tiró boca abajo a la cama y se recostó sobre mi y siguió bombeándome analmente, me sentía violada pero no paraba de gozar hasta que me la enterró toda x detrás, me decía: "perra que culona eres, te lo tragaste entero", sentía sus bolas chocando brutalmente contra mis nalgas y gemia: "Ahhh si papi, culéameee, dame duro, no la saques, reviéntame el culo", era un animal saciando su sed de carne, yo le meneaba el culo y con ese meneo nos vinimos ambos al mismo tiempo, derramando lo que le quedaba de leche dentro de mi culo hasta mojarme las nalgas, me dijo: "desde ahora serás mi puta" y le dje: " si papi, solo tú y mi marido probarán mi cosita pero mi culo es solo tuyo" y lo besé con lengua, nos vestimos y mi marido aún yacía ebrio en su sillón, Jhon me dejó dinero y me dijo que le iva a prestar la plata a José para mi auto y que ese auto yo lo tenía que estrenar con él, además me dijo que iva a darme un buen regalo de cumpleaños.
Así que me tocó esperar con ansias ese auto, perdí la moral, la fidelidad y me entregué a todos los placeres que mi amante me prometió, por allí les seguiré contando cuando me dieron el auto.
Me llamo Sofía, tengo 35 años, me casé con Jorge a los 21, el me lleva diez años más de edad, lastimosamente no hemos podido tener hijos, desconociendo si es por causa de él o mía, igual éramos felices viviendo al máximo cada día y más porque mi marido tenía un buen trabajo que nos daba oportunidad de gozar de ciertas comodidades.
Con el pasar del tiempo mi marido se ha vuelto muy adicto a la bebida y se ha engordado mucho, motivos por los cuales las noches de sexo ya no eran como antes y dejé de sentir el rico placer de tener un orgamo, aunque ya no soy una joven la edad me ha vuelto una mujer muy deseable para los hombres, mis senos son grandes y firmes, con cintura delgada y un trasero grande y bien levantado, además de tener un rostro hermoso con una cabellera negra y rizada que al pasar por la calle los hombres me decian los piropos más sucios, cosa que me causaba era risa.
José tiene un amigo soltero que es prestamista y que traía mucho a casa, llamado Jhon, es de ascendencia estadounidense, de la edad de mi marido pero muy atractivo, rubio, alto, de cuerpo maciso y pectorales duros y anchos, le gusta ir al gimnasio para mantenerse en forma, al momento de llegar a casa siempre me mira con ojos de deseo, y más que en casa me pongo más ligera de ropa y uso atuendos que resaltan mis pechos y mis nalgas.
Mi marido con su amigo pasaban tardes viendo partidos de futbol y yo hacía funciones de sirvienta, aunque igual bebia un poco con ellos para no ser descortes, el detalle es que Jhon me miraba mucho con ojos de lujuria, no paraba de espiar mis senos y ver mis nalgas cuando me agachaba a recoger algo, yo me di cuenta pero no le tomaba mucha aención. Pasó el tiempo y la situación en la empresa donde labora mi marido se puso difícil e hicieron recorte de eprsonal, mi marido iva a ser despedido pero su jefe le dio oportunidad de mantenerse en la empresa pero ejerciendo otro trabajo en el cual ganaba menos dinero, razón por la cual nuestra economía en la casa cambió.
Mi marido deprimido empezó a beber más y más, triste por su situación y por más que lo aconsejaba no quería oirme, le dije que las cosas mejorarían pero me decía que estaba difícil y más por su edad en la cual escalar de nuevo le sería imposible frente a jóvenes mejores preparados que él,
Llegó un día en que trajo de nuevo a Jhon y bebieron bastante, Jhon se ofreció a ayudarme a limpiar los platos después de comer, estaba borracho pero peor estaba mi marido que yacía dormido ebrio frente al televisor. Limpiando los platos se mojó la camisa y se la quitó mostrandome su cuerpo musculoso y deseable, yo me sentía extraña, sentía como si una atracción animal me pidiera devorar a ese hombre, pero aguantaba los deseos ya que mis principios de mujer casada me impedían serle infiel a mi marido, traté de no mirarlo mucho y miré hacia su cintura notando que tenía una erección, a simple vista se veía que estaba bien dotado, empezamos a platicar:
Jhon: (con su acento gringo) Sofía me disculpa pero usted es una mujer muy atractiva y bella.
yo: Oh gracias Jhon, por allí encontrará una mujer como yo que lo ame.
Jhon: No lo creo, como usted difícilmente encontraré una, José debe pasar noches muy ardientes con usted.
yo: (ese comentario me resultó muy provocador) Hay no diga eso, en su pais hay muchas mujeres bellas, rubias de ojos verdes o azules.
Jhon: Si las hay pero a los gringos nos gustan las latinas, nalgonas y tetonas como usted, pues son muy calientes en la cama.
yo: ja ja no digas esas locuras, ya estás ebrio, se te nota...
Jhon: bueno si, pero dicen que los borrachos siempre dicen la verdad.
yo: ha sí? entonces dígame sus intenciones pues lo noto muy calentón conmigo, recuerde que soy la mujer de su amigo, soy ajena.
Jhon: Mira yo sé que José la está pasando mal económicamente, él me cuenta todo, hasta me ha dicho que en el sexo están mal...
yo: Cómo?, José le contó nuestras intimidades?, cuando se levante le reclamaré (estaba molesta).
Jhon: Cálmese que él me lo contó ebrio, así que no se moleste, además yo soy discreto y no hablo nada de lo que me digan ni cuento lo que yo haga con otras personas, me gustaría ayudarle un poco, yo sé que usted es una dama que le gusta la ropa cara y la joyería, puedo darle dinero para que se compre lo que desee, no soy millonario pero si tengo mucho dinero ya que trabajé muchos años en mi país donde se gana muy bien.
yo: oiga no sea atrevido, no soy puta para venderme por dinero, respéteme...
Jhon: no se moleste hermosa dama, mire que su marido me pidió una buena suma para comprarle el auto que usted tanto quería para su cumpleaños, a él le hace falta ese dinero para completar la suma, yo con gusto se los daré si usted colabora también,
yo: de qué tipo de colaboración habla?
Jhon: Quiero que seas mi amante, sabes que deseo tu cuerpo desde hace tiempo (en ese momento saca de su bolsillo dinero y me lo muestra), esto y mucho más tengo para ofrecerle, piense en su esposo que desea darle ese obsequio en su cumpleaños...
yo: (el gringo tenía razón, deseaba mucho tener mi auto propio y no podía tenerlo por la situación económica que nos aflijía) Mire, no soy un objeto que se compra, si es cierto que me encantaría ese auto no voy a entregarme a alguien solo por eso, jamás he sido infiel ni pienso hacerlo.
Jhon: Bueno además de dinero le puedo dar algo que necesita más (se bajó el pantalón y me mostró su pene, lo tenía grueso, venoso, grande y cabezón), oye atrevido, mi marido está cerca, no sea pervertido (le di la espalda, un fuego pasaba desde mi ombligo hasta mis piernas, me sentía húmeda).
John: Tranquila, yo sé que le hace falta tanto el dinero como lo que me cuelga entre mis piernas, José está dormido, no se enterará.
Él se acercó a mi y me empezo a acariciar mis nalgas, no sé porqué me dejaba tocar de él, me sentía como congelada sin saber qué hacer, con una mano me tocaba las nalgas y con la otra me empezó a tocar los pechos, era muy hábil con las manos,
John: Yo sé que tienes ganas de que un hombre te de bien duro, siento tu humedad, no te resistas, prueba lo que te hace falta...
Yo no dije nada, me agaché y me metí su enorme miembro en mi boca lo más que pude, solo me cabía la mitad, olvidé en esos momentos que era casada y me dejé llevar por el deseo que tenía mi cuerpo de placer, me decía: "vamos perra chúpala más duro, escúpelo y pásale la lengua, gánate bien el dinero". Me hizo sentir tan sucia, como una puta barata, me dejé llevar por sus palabras y le di la mejor mamada de pene que le habían dado, lamía sus bolas, y él me halaba por el cabello hacia él, estaba sumisa, presa a sus deseos, me decía: "te gusta chuparla?" y yo le decia: "si, está más rica que la de mi marido", la tenía bien dura y no aguanté las ganas de levantarme y ponerme en 4, sabía que él deseaba metermela en esa posición, "métemela papi, quiero comerme un gringo" (no sé por qué dije esas locuras pero lo hacía).
De un solo envión me la enterró toda completa en mi vagina, pegué un suspiro y empezó a meterla y sacarla con fuerza: "papi qué rica la tienes, eres blanco pero la tienes como de negro", él me decía: "si perra, yo sabía que con esas nalgas grandes no te me ivas a negar, estás echa para follar", yo empecé a gemir, no me importaba si mi marido me oyera, estaba muy caliente, mi vagina estaba muy húmeda y su pene entraba fácilmente, no aguanté mucho y tuve mi primer orgasmo, admiré que no se venía aún, asi que me lo lleve para la cama donde duermo con mi marido y él se me tiró de frente, me besaba con lengua mientras me cogía brutalmente, mordía mis grandes tetas con salvajidad, tenía tiempo que no sentía tanto placer, sólo cuando estuve en mi noche de bodas, pero no llegó a este extremo de placer.
Jhon: Oh you are a hot bitch, yeahhhh!
yo: (no le entendí nada pero también le hablé) Si animal sucio húndemela duro, culéame con todas tus ganas, querías cogerme? aquí me tienes...
Me sentía la más puta y perra de las mujeres pero lo gozaba, ya no me importaba el dinero, solo pensaba en gozar ese taladro bombeándome sin parar en mi agujero húmedo, quería su leche en mi cueva y se lo pedí pero él quería que me la tragara asi que empecé a mamársela duro en un 69 mientras él me provocaba otro orgasmo fuerte, me pegaba en las nalgas y él ya no aguantó más y derramó su leche en mi boca, la cual me tomé toda, con mucho placer, me echó tanta que cayó en mis tetas y me las lamía con gusto, quedamos agotados en la cama, él estaba felíz de haberse comido mis nalgas, mis tetas y mi boca, yo felíz de haber culeado con un macho de verdad.
La lujuria se había apoderado de mi, quería sentir todo el placer así que le dije: "papi aún no te has comido lo mejor", asi que me senté de nalgas en su cara y me lamió el culo, sentía su lengua tan deliciosa que le pedí que me escupiera el ano, así lo hizo y me hundió dos dedos en él, me dilató rico y me senté de culo sobre su pene que se volvió a poner duro como un sable y empecé a cabalgarlo, su pene cabezón se metió hasta la mitad de mi ano, yo lo gozaba, sacaba la lengua saboreando el momento, empecé a brincar, ya no me dolía, sentia placer al máximo, la cama se mecía salvajemente, él me agarró cargada y me cogía con fuerza, cada vez que brincaba su pene entraba en mi culo al bajar, me tiró boca abajo a la cama y se recostó sobre mi y siguió bombeándome analmente, me sentía violada pero no paraba de gozar hasta que me la enterró toda x detrás, me decía: "perra que culona eres, te lo tragaste entero", sentía sus bolas chocando brutalmente contra mis nalgas y gemia: "Ahhh si papi, culéameee, dame duro, no la saques, reviéntame el culo", era un animal saciando su sed de carne, yo le meneaba el culo y con ese meneo nos vinimos ambos al mismo tiempo, derramando lo que le quedaba de leche dentro de mi culo hasta mojarme las nalgas, me dijo: "desde ahora serás mi puta" y le dje: " si papi, solo tú y mi marido probarán mi cosita pero mi culo es solo tuyo" y lo besé con lengua, nos vestimos y mi marido aún yacía ebrio en su sillón, Jhon me dejó dinero y me dijo que le iva a prestar la plata a José para mi auto y que ese auto yo lo tenía que estrenar con él, además me dijo que iva a darme un buen regalo de cumpleaños.
Así que me tocó esperar con ansias ese auto, perdí la moral, la fidelidad y me entregué a todos los placeres que mi amante me prometió, por allí les seguiré contando cuando me dieron el auto.
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