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Otro de mis tríos MHM

Hola, Todos me conocen soyLau y Marcos es mi esposo.
Creo que con estaspresentaciones es más que suficiente, ésta es otra de mis historias anterioresa conocer a Marcos. 
Al grano. El verano del 2001estaba acabando y decidimos ir a una cabaña que Seba, un amigo con derecho deesos años, tenía cerca del río.- 
Sucedió entonces que a un parde días antes de ir, Nieves y su novio de hacía unos años, tuvieron, no unabronca, si no una crisis y decidieron darse un tiempo. Yo creí oportuno que Nievesnecesitaba ayuda, no dudé en ofrecerle pasar unos días con nosotros. Seba porsu parte, ningún inconveniente, Nieves siempre le había caído genial, eradivertida, inteligente y de trato fácil. Además, con sinceridad, creo le gustóla idea de irnos los tres.- 
El día de partir saliónublado, desde el principio reinó el buen rollo, la complicidad entre los trescrecía cada momento. Según nos fuimos acercando a la cabaña, el sol se hacíanotar y empezaba a hacer un calor importante. 
Llegamos a nuestro lugar dedestino, con la vivienda más próxima a unos 200 metros le daba una tranquilidady una intimidad adorable. Escogimos habitación colocamos las cosas, hicimos unalista de cosas que necesitábamos y bueno… nos instalamos. Cuando llego de ir acomer nos  presentamos las dos con unbikini y un pareo anudado a la cintura. Las ganas de estar a solas con Nievespara charlar de lo que le había pasado empezaban a convertirse en unanecesidad. Me puse mis gafas de sol para disimular mi indiscreción que noparaba de mirar las tetas de Nieves y no podía dejar de imaginarlas detrás deaquella pequeña prenda, luego el culito lo deseaba de una forma distinta. Sebadespués de comer se fue a dormir la siesta, y nosotras nos  quedamos en la pileta disfrutando del sol y elagua.
 Nos zambullimos en elagua, después salimos e iniciamos una conversación. Observamos que Seba nosespiaba desde la habitación. 
Ella me contó con detalles supelea con su pareja de ese momento. Y después me cuenta que había  notado, como Seba la miraba por el retrovisor…es verdad que hasta he deseado que me viera--- admitió. --- Espero que no temoleste, ha sido el momento, no sé. Me dijo.
 --- ¡tonta! ¿Porque mevoy a molestar?,  ¿crees que voy a sentircelos? Al contrario, hemos compartido cama Seba y muy probable que lo hagamosotra vez, pero es solo un amigo con derecho, lo sabes .. y nos reímos.
Nieves salió corriendo y setiro a la pileta, yo fui detrás de ella y empezamos a juguetear intentadoquitarnos la una a la otra el bikini, cosa  que no tardamos mucho enhacer, al menos la parte de arriba, la de abajo demoramos un ratito más…jajajajajaja. 
Seba aparece fuera de lahabitación, así nos encuentra en topless y se podía ver su reacción, tenía unaerección que se notaba en su malla. Seba no conseguía ver mucho pues estábamosdebajo del agua y veía solo lo que se traslucía de ambas y desde la distancia nocreo que distinguía nada, eso si, él sabía que estábamos desnudas. Nos grita¡holaaaa! Ambas giramos la cabeza como sorprendidas. 
--Hola.-- contestamos. Nievesdisimuladamente intentaba ocultar sus encantos, primero con sus manos, despuésacercándose a la pared de la pileta donde se pegó dejando sus brazos por fuerae impidiendo que Seba la viera. Yo repitió la misma operación pero másdespreocupada dejando mis pechos fuera.
Para que gastan dinero en bikininos grita? — con toda La picardía. 
--¿Por qué no bajas y te dasun baño con nosotras?— le digo, mientras Nieves se quedó mirando con laboca entreabierta, no dando crédito a la sugerencia que acababa de hacer. 
Bajó con cierta parsimoniapara darnos tiempo a ponernos los bikinis, Nieves intentaba desesperadamenterecuperar su parte de abajo y yo se lo impedía continuando con el juegomalicioso que había comenzado antes. Seba sigue caminando, entonces Nieves sevolvió a pegar a la pared con su tanga en la mano, y con sutileza consiguióponérsela. Yo seguía allí desnuda, me calentaba sobremanera la situación, Sebase zambulle  de golpe en el agua. Cuando salió a flote se vino hacia micon una sonrisa en los labios, cómplice haciéndome pensar que estas podrían serunas vacaciones totalmente inolvidables.
Con el juego de los bikinis, Nievesestaba en topless y yo desnuda. Y ella debió pensar que después de haber estadoa punto de mostrarse totalmente desnuda delante de Seba, no era tan mala cosael mostrar únicamente sus deliciosos pechos, por lo que los tres dimos por maso menos normalizada esta situación. Tras unos minutos Nieves salió del agua yse puso a tomar el sol. 
Cuando nos quedamos solos enel agua,  Seba se arrima con la intención de tenerme cerca, a lo que no meopuse, al contrario, continuo con el juego.
¿Así que te gusta mi traje debaño?— le pregunto.
 Me miro con toda lapicardía que encontró, aguantando la sonrisa y fijando su mirada en mis tetas.
 ¿Por qué no te lo ponestú también? le pregunto— 
Se quitó la malla lentamentesin parar de mirar a Nieves, ella le sostuvo la mirada de manera involuntaria,como hipnotizada por la situación, cuando se dio cuenta de esto. 
Como supones esto le habíadejado una erección y yo desnuda a un metro. Se acercó, me abrazo y pego su pijaa mi culo al tiempo que descendía una sus manos desde el pecho hasta la concha parapalparlo al tiempo que deslizaba su dedo por mi interior. Comprobando que a mino me había sido indiferente a  todo lo ocurrido, estaba tremendamentehúmedo y su dedo se movía dentro y fuera sin ninguna dificultad. Presa de laexcitación que teníamos los dos, aunque más bien debo decir los tres porque,todo esto, había ocurrido ante la atenta mirada de Nieves que, si bien no podíaver absolutamente nada, no podía dejar de imaginarse lo que estaba sucediendoen el agua.. Yo reprimía los gemidos mordiéndome los labios y apretando lospuños. Nieves por su parte mostraba un rostro tenso y cargado de deseo, supongoque le hubiera encantado participar o cuanto menos poder acariciarse conlibertad pues notaba en el movimiento se su abdomen el ritmo acelerado de surespiración. Fue entonces cuando se levantó y se marchó al interior de la cabañadejándonos solos, cosa que aproveche para subirme, abrazarlo y  estallar en gemidos.
 
--Le empecé a decir a Seba ¡tegusta meterme los dedos  y tocarme delantede ella. ¡Aaaaahh! ¿Te calentó verles las tetas? ¿Has disfrutado viendo cómo se calentaba al mirarnos? –¡Aaaahh!  Estaba completamente entregadaal placer y no controlaba ni pensamientos ni volumen de voz que ibaincrementando a medida que se acercaba mi orgasmo.
¡Siii!, gritó Seba, estoyseguro que ahora mismo se está metiendo el dedo pensando en cómo cogemosnosotros, hasta es posible que nos esté mirando. ---¿Te pone caliente que ellanos mire? ¿Te gustaría que cojamos los tres?  ¡Serás Puta! Vas a hacer queacabe.. y seguía diciendo barbaridades y yo no solo no le recriminaba si no que,  me ponía más caliente con cada una de suspalabras. – 
Pegue un par de gritos cuandollego mi orgasmo nos costó mantener el equilibrio, pues le temblaban laspiernas y le faltaba el aire. No sé cuánto tiempo pasamos en esta postura y sindecir nada.
Con pausas para recuperar elaliento y la mirada más tranqui, me dijo— Lau, ha sido el mejor polvo nuestro.Que traviesos que somos. y cambió su gesto por una graciosa sonrisa.
Salí del agua desnuda y soloun pensamiento me llegaba a la mente, que bien la vamos a pasar estos días.Cuando veo a Nieves asomada por la ventana. Nos secamos, subimos a las habitacionesy me deje caer en la cama, no pasaron ni treinta segundos antes de dormirme, desnuda.No sé el tiempo que estuve dormida, recuerdo que me despertaron unos golpes enla puerta y la voz de Nieves.
 --¡Lau! Ya es de noche.
 --uuuhhhmmmm--- si,guapa, dame un minutos y estoy.
Me di una ducha. Ahíestuve dándole vueltas a todo lo sucedido, la provocación en el coche, lacharla de ambas, el juego en la piscina, bañarnos desnudas, hacerlo delante deNieves, me pregunté ¿Nos habría dejado Nieves a solas para darnos intimidad? O ¿sehabría ido buscando la suya para masturbarse? Algunas de estas preguntastuvieron respuestas en cuanto baje ya vestida y lista para salir y pude mirarladirectamente a sus ojos. Fui yo quien busco su mirada buscando respuestas y elhecho de que la bajara ligeramente y sonrojara sus mejillas me hizo intuir quesi bien no había participado directamente en la función, desde la distanciahabía sido testigo de lo ocurrido y muy probablemente actriz principal en laintimidad de su habitación.
A partir de este momento ysiempre que tuve ocasión durante la velada, sostuve su mirara fijamente con un tímido aire de superioridad y una minúscula sonrisa, quería hacerla notarque sabía que nos había visto, que sabía que se había masturbado.
Después de cenar tomamos unascopas en el patio. Mientras Seba tomaba su copa, apoyado en la barra del local,y nos observaba como seguíamos el ritmo de la música, de vez en cuando lacanción que sonaba era de nuestro agrado y entonces perdíamos la timidez y bailábamossin descaro contorneándonos  mientras nosmiraban. A rato se unió a nosotras cayendo en el éxtasis de rozarnos loscuerpos, las piernas de una, el pecho de otra, el culo de ambas. Mis manos semovían lenta, pero hábilmente para acariciar el cuello, levemente el pecho, la espalda. No bajaba la mano descaradamente a su culo, pero tampoco laretiraba inmediatamente cuando llegaba a tan apetitosa zona. 
Ocurrió que en unos de loslances del baile tan excitante velada el beso fue a parar a Nieves en lugar dea mi, ella ni se inmutó supongo que dejándose llevar también por el hechizo delmomento. Fue un beso no muy prolongado, pero cargado.
Un rato después volvimos a lacabaña, nos quedamos a solas donde como no podía  ser de otra forma, laprotagonista era Nieves. Nos besamos con lujuria, nos arrancamos la ropamientras sin gritar pero  con el tono suficiente para saber que Nieves nosoía.  
 --La has besado delantede mí ¡cerdo! Estas deseando ponérsela, le preguntaba mientras arrodilladadelante de él me estaba comiendo su pija. Daba lamidas enormes desde la base delos huevos hasta la punta del glande, para luego introducírmela de golpe todolo que podía para después  retirarme haciendo un efecto succión  que ayudaba apretando ligeramente su pija con mi mano derecha mientras laizquierda presionaba suavemente la base de los huevos, volviendo a repetir unay otra vez la operación.
 --¡Serás puta!. Tegustaría verla aquí de rodillas, comiéndome la pija mientras tú te masturbas viéndonos.Admítelo o no te dejo que me sigas chupando la pija y te quedas con las ganasde que te coja esta noche.
 Entonces, me aparto lapija de la boca porque estaba a punto de acabar.  Y le dije no me quites la pija, si es verdadque me muero de ganas de que hagamos un trío. Pero por favor, cógeme que estoyrecontra caliente.
Acto seguido me puso a cuatropatas. Apoyo su pija que entro como envuelta en mantequilla caliente,  y a cada envestida un gemido que me hacíasentir como una puta. Me daba pequeños chirlos en el culo, mientras no dejabade insultarme— ¡Serás puta! Mira que pedirme que me coja a tu amiga.  
El ritmo del polvo eraviolento, él estaba a punto de estallar, hasta que soltó un chorro de espermaal tiempo que gritaba. Yo apreté los músculos de mi vagina para retener su pijacon fuerza mientras estallaba en un apoteósico orgasmo gritando a pleno pulmón.
Jadeantes, sudorosos, agotadoscaímos rendidos en la cama, el pensamiento en blanco, cada terminación nerviosaalerta, notando el mas minúsculo cambio, así se puede percibir como poco a pocova disminuyendo el tamaño de su miembro hasta hacer que salga por si solo,  ese pedazo de carne que tanto me ha hechodisfrutar. El sueño nos vence, pero un último pensamiento se apodera de mi,seguro que Nieves nos ha escuchado, ¿que habrá sentido?,  ¿se habrámasturbado?
 Al día siguiente Nieves estaba eufóricacomo si hubiera sido a ella a la que hubieran cogido,  fue ella quien a partir de entonces comenzó amostrase mas lanzada, queriendo bailar conmigo de forma sensual, teniendoconversaciones subidas de tono, intentando desnudarme con juegos en la piscina.Parecía que intentaba provocar situaciones que desembocaran en momentosexcitantes similares a los  producidos ayer.
En esa estábamos hasta que porla tarde y de nuevo en nuestra piscina, Nieves decide ponerse en topless y me animaa mi que haga lo mismo.
Todo empezó como un juego. Nievesestaba tumbada, tomando el sol en una colchoneta. Yo llego por detrás y la tiroal agua, me pareció un juego divertido y me lance al agua con ánimo de sacarlela colchoneta. Luego se tira Seba y se agarra fuertemente, entre las dosintentamos darlo la vuelta, pero como la tenía bien sujeta, no se la podíamosquitar. Entre tanto empujar girar y resbalar le estábamos rozando continuamentecon las tetas, el culos, piernas y de todo, pero si sirvió para que el pudordesapareciera del todo. Como decía, en esta ocasión la tenía bien sujeta, peroestaba agotado así que empezamos a hacerle cosquillas, y soltó la colchoneta. Ylas dos seguimos luchando con nuestros cuerpos refregándose el uno contra elotro descaradamente.
 En la lucha Nievesagarra mi malla cuando me dispongo a saltar para ocupar la colchoneta. Nievessujeta la malla bajándola y dejando mi culo al descubierto. Después continuabajándolo hasta quedarse con él en las manos, tirándolo después fuera dela piscina.
Seba entro en juego y saltasobre la colchoneta. Enseguida entre las dos le intentamos sacar la malla, seresiste, pero no mucho. Aun así sigue sentado a caballo en medio de lacolchoneta, Nieves salta para subirse también, no mide muy bien el salto yqueda justo encima Seba, su pija erecta está en contacto directo con su bikini,es decir lo único que los separa es una minúscula tela. Salto encima pero pordetrás y por unos breves instantes conseguimos estar los tres encima de lacolchoneta. Luego perdemos el equilibrio y caemos al agua.
 A partir de estemomento, el juego cambia, el objetivo es estar los tres el máximo tiempoposible en la colchoneta. Para ello tomamos como modelo la postura que habíamostenido antes, es decir, Seba monto primero a caballo, Yo detrás de él y Nievesse monta delante, esta vez lo hace concienzudamente, colocando su culo sobre supija. Ella no dice nada, pero lo único que los separa es minúscula tela.
Seba inició un ligero  ysuave movimiento de mete y saca, mientras sus manos la agarran fuertemente, ysolo consiguió hacernos perder el equilibrio y caer al agua de nuevo. En lacaída desato intencionadamente uno de los lazos del bikini de Nieves, cosa queElla finge no darse cuenta.
Volvamos a intentarlo, peroesta vez en la parte menos profunda para tener más control—digo
Estaba claro que todos éramosconscientes de lo que allí estaba ocurriendo  y todos deseábamos queocurriera y si además lo podíamos encubrir a modo de juego pues mejor.
Seba se coloco de nuevo acaballo en la colchoneta, solo que en esta ocasión al hacer pie tenía eldominio del equilibrio, Nieves vuelve a colocarse delante, solo que esta vez latela no le cubre totalmente su rajita. Y yo me monto detrás, mis tetas se lasapoyo en la espalda y lo abrazo.
Los tres somos un soloaliento, yo ya estaba caliente, y lo empujo para estar más juntos y noto su pijadura pegada al culo de Nieves. Con mi mano intento de levantar a Nieves, pararetirar la tela, y noto como el biquini  se desliza con fuerza  porentre ellos dos. Seba la ha conseguido y la revolea fuera de la pileta. 
Ahora si, Nieve se baja y sesube de frente a Seba, despacio pero con seguridad y se va acomodando el cuerpolentamente sobre él. Noto su concha arriba de la pija de Seba, que poco a poco,la llena por completo. Su respiración se ha detenido y su boca permanece entreabierta, la penetración es total y entonces deja escapar el aire de suspulmones en un gemido delicado. Yo permanezco quieta deleitándome con elmomento, Nieves ha perdido su capacidad de reacción y solo es una muñequita en susbrazos, es cuando le respira en la nuca y los inicio en un suave vaivénmientras le susurro al oído. 
--Cógela hacela sentir tan puta como a mi. Hacele sentir la pija para que se olvide de su pareja.
 --Acerca tu mano,quiero que toques el inicio de  mi  pija— dijo Seba. Acercosuavemente mi mano y empiezo acariciar su pene comprobando como se hundía en elinterior de Nieves.
Ahora quiero que toques la conchade Nieves y te des cuenta de cuan abierto lo tiene para que penetre mi pija.—De nuevo acerco su mano y obediente, le acaricio la concha separando suslabios vaginales para comprobar cuan profunda estaba siendo la penetración.Note como se estremecía, como apretaba lo labios, como su respiración seaceleraba, note la calentura, como fluían los jugos de su interior.  Lejugué con mis dedos en su interior. Soltó un gemido alargado, profundo y seconvulsiono espasmódicamente, prueba irrefutable del orgasmo bestial que habíatenido con ese simple gesto. Quedó inmóvil con su cabeza apoya a Seba y lamirada fija en la cara de satisfacción que mostraba yo.
Una vez satisfecha Nieves, con su mirada perdida quien sabe donde, recibía las embestidas, le mordiósuavemente uno de sus pechos y lanzo un pequeño grito que la trajo de vuelta. Sebale agarro el culo con fuerza apretando su pubis contra el de él para que mimiembro entrase completamente en lo más profundo. 
Seba quería disfrutar de esemomento plenamente, sentirme dominador.  Al tiempo que la empujaba contodas sus fuerzas y le clavaba su pija hasta notar el hueso de su pubis contrael de él.
Entonces fue Seba el que nopudo aguantar más y tensando todos sus músculos hasta casi dejar rígido todo elcuerpo explotó en el orgasmo más devastador. Nieves lo notó, su concha debíaestar  inundándose de esperma y apretó sus uñas clavándoselas en loshombros mientras me miraba con los ojos bien abiertos. 
Vencido por sus fuerzas, Sebaapoyó su cuerpo contra el borde de la piscina trayendo con él a Nieves que aúnseguía ensartada. Yo entonces me acerco y le doy un beso. Me paró y le susurró.
 --Parece que ahora vasa tener dos putas para ti solo. —besándolo con delicadeza.
--Tranquilas, les voy a dartodo  lo que merecen. — dijo exultante,mientras nos estrechaba fuertemente uno de los cachetes del culo a cada una. —
Nieves se sentó en el bordede la pileta, pues estaba agotada y dirigiéndome a mí, me dijo. —Ven, trae tumano. Quiero que veas la enorme acabada que derramo Seba en mi concha. Estiréla mano y le tocó la concha, introduciendo un par de dedos y recogiendo conellos los restos del semen junto con sus jugos.
Luego Nieves metió sus dedos,los saco y lamiéndolos como quien termina se comer un helado de crema, meacaricia las tetas. 
--Venga vamos a salir de lapiscina, que ya siento frío. Digo. Una vez secas, con los pezones endurecidos,los pelos erizados, Seba se puso en medio de ambas amarrándonos por lacintura para entrar en el interior de la cabaña, después deslizo sus manos por nuestrosculos palpándolos con fuerza y buscando sus dedos nuestros anos, ambas dimos unsaltito al notar tal intrusión pero ninguna hizo el más mínimo gesto porsepararlos. Ante todo esto, ya el miembro se estaba recuperando. Nos sentamoscómodamente en la cama de uno de los dormitorios y Seba dijo.
--¿Cuál es la más puta?—Nosmiramos, sonreímos.—No se preocupen, lo vamos averiguar. Nieves, se arrodilla yle empieza a hacer una mamada suave.
--Te gusta?. Dijo Nievesmirándolo de rodillas desde el suelo.
 Yo me inclinó e introduzcomi mano por detrás del culo de Nieves hasta alcanzar su sexo, Nieves soltó unosleves gemidos de placer al tiempo que entrecerraba los ojos. Luego saque lamano, brillaba empapada y me los puse a la boca, sin dejarlos de mirar losrelamí.
--Estas caliente,¿verdad?  Me pregunta Seba  mientrasme introducía su mano y acariciaba.
 --Siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii.--Contesté. --El ver como Nieves te mama la pija delante de mí, la cara de vicioque está poniendo y tú, diciéndome estas cosas, estoy inundada.
 --Eso me gusta, mecomplace que seas tan guarra, putita. Ahora vas a masturbarte mientras observascomo me cojo a Nieves.
 --¿Vas a volver a cogerlaa ella otra vez? Y a mi?. Protesté.
 --Lo sé, pero voy acoger a la nueva mercancía, a vos te cogí varias veces. Además intuyo que así,vas a disfrutar más. -- Dijo mientras le metía los dedos en la concha y los sacaba relucientes por sus jugos. Luego acerco los dedos a mi boca paraque  los lama hasta dejarlos limpios.
En ese momento me acerque aNieves y le empecé a chupar bien la concha que estaba empapada, metí la lenguahasta lo que más pude. Lentamente Nieves fue abriendo las piernas para hacermehueco. Paró un instante para mirarla.   En su mirada se traslucía larendición de su voluntad para dejar que siga. Entonces le metí la lengua hastahundirla en las paredes del interior de su vagina haciendo que ésta seestremeciera de placer, después la chupe como poseída por la lujuria, como sitemiera decepcionarla si no conseguía hacerla gemir.
--¡Oohh!, Lau que bien lo comes,me estas matando de placer. Jamás en mi vida podría  imaginarme desnudadelante de Seba, abierta de piernas mientras mi amiga del alma me come laconcha, que puta me siento. Decime Seba, hubieras imaginado alguna vez tenernosasí a las dos, expuestas a tus deseos? ¡Chupa Lau! , chupame bien, déjamelomojadito para que Seba pueda metérmela.—
Seba No aguanto más. Y refiriéndosea Nieves y totalmente salido. — Ponte a cuatro patas que te voy a coger bien.No hizo falta que se lo repitiese, inmediatamente se puso a cuatro patasofreciéndole la imponente visión de todo su culo expuesto y su conchabrillante, para ser usados. 
--Agarra la pija —me diceSeba. Quiero que seas tú quien meta la pija en el concha de esta puta. Así lohice y su pija entro con la facilidad que puedes hundir tus dedos en la miel.Un quejido hondo, de lo más profundo del ser de Nieves, se desgarro en elmomento de sentirse penetrada. Seba agarro sus caderas y permaneció quieto en su interior, deleitándome conla sensación morbosa de ver en primer plano como se la ponía hasta los huevos. Medi cuenta que si se movía en exceso acababa enseguida, se veía que no aguantabamás. Entonces fue ella misma la que comenzó un lento movimiento para sentirsepenetrada, pero Seba, controlaba con sus manos sobre su culo para evitar que elritmo se acelerara. Entonces vi como paulatinamente aumentaba la presión queriéndolo llevar aún más a su interior, los jugos que no paraban demanar de su interior, sentí como detenía su respiración paralizada por elintenso placer que estaba recibiendo, unos instante después se derrumbabadejando escapar todo el aire de sus pulmones al mismo tiempo en un gemido seco.
Seba le saca la pija antesque ambos acaben y quiere que la siga chupando yo, cosa que a esa altura con micalentura me tiré sobre las piernas de Nieves.
--Ahora métele un dedo en esteprecioso culo.— me dijo. Con los jugos de ella lo apoye y realizandomovimientos relajantes en su esfínter anal le introduje uno, luego un segundodedo en el interior del culo de Nieves. Un quejido más hondo salió de lahipersensible Nieves.
--¿Sabes que va a pasarahora?__ dijo Seba. 
Si—contestó Nieves. Es lo queestoy deseando que pase ahora, porque, nadie hasta ahora me había acariciadotan rico mi culito como Lau. Nadie me había introducido sus deditos como tú lohas hecho.
 Ni por asomo había pasado por la imaginaciónde Nieves que la cojan por el culo y ahora estaba deseando, que le den por elculo como a una vulgar ramera.
Seba no se hiso de rogar másy le metió la pija. Quiso hacerlo despacio pero era tal la cantidad de jugosque embadurnaban su miembro que no se pudo detener la entrada, pero tampocosupuso ningún problema para Nieves que enloqueció al sentirse repleta en suinterior. 
Seba estaba a punto de acabar,por lo que no lo pensé dos veces y me metí entre las piernas de Nieves paraempezar a chuparle la concha, y tener la mejor vista de como la cogía por elculo, Seba aceleró las embestidas y acabo con un alarido que se debió escucharen kilómetros, empezó a salir semen, ahí me corrí para que no entren a mi boca,es una de las pocas cosas que no me gustan del sexo, tragar semen. Seba se desplomosobre ella, y ella empezó a tocarse, así que yo le seguí chupando la concha ymetiendo dedos en el culo para que llegara a su enésimo orgasmo.
Me levanto lentamente ydisfrute de la imagen inmóvil de Nieves con sus piernas entreabiertas, suculito enrojecido por la batalla reciente. Y empiezo a tocarme.
Nieves se acurruco apoyandosu cabeza en la cama, con lo ojos cerrados trasmitía una profunda paz y sin másse quedó dormida. Yo sin embargo me quede mirando con cara de deseo. Seba mebeso queriéndome devolver todo el placer que había tenido en ése solo beso.Después se deslizo hacia abajo y viendo que yo no paraba de tocarme, que estabaempapada y recaliente empezó a besarme la concha, con sus últimas fuerzas y lepedí que me penetrara con los dedos el culo. Y alcance en segundos mi orgasmo….
A la mañana despertamosvolvimos a coger mientras yo les chupaba los sexos a ambos. Seba sacaba la pijade una para meterla en la otra y después volver a meterla. Las dos a cuatropatas con los culos expuestos, para que elija donde ponerla o donde meter susdedos. Estar en la piscina tomando el sol y comernos a beso con Nieves y terminarhaciendo un fabuloso 69 a la vista de Seba que estaba rendido. Ir a tomar unascopas y ver la cara que pone el mozo cuando se da cuenta que Seba nos tocaba elculo.  Al llegar la noche chupar la pija al unísono con Nieves, en lacalle mientras una pareja pasa delante y se te queda mirando, el uno muerto deenvidia, la otra, mitad escandalizada, mitad excitada. Son sensacionesdifíciles de explicar.
 Todo esto paso en cuatrodías que fueron totalmente agotadores y que acabaron por dejar seco a Seba. 
 
Espero que les hayaestimulado. Lo más grandioso de ello es, que con alguna licencia literaria, ensu mayoría fue real y aún hoy existen secuelas de lo acontecido aquel verano.
Marcos me ayudó mucho paraescribir este relato… Y la verdad que nos excitamos y cogimos varias vecesmientras lo escribíamos por las noches.-
Siempre se agradece sus puntos y comentarios.-

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3 comentarios - Otro de mis tríos MHM

SolanesA +1
ya en la.parte de la pileta termine acabando! jaja
tremendoo todo 🔥👏🏽
Losdossw +1
Excelente relato 🔥😈
Mateamargo74 +1
Gracias!! Son historias de otra época de mi vida.