Se veía muy nerviosa, a pesar de haberse graduado como educadora, nunca había ejercido. Se notaba nerviosa al hablar del tema y nosotros nos aprovechábamos haciendo chistes y bromeando.
El siguiente día fue parecido, pero el tercero se puso en marcha nuestro plan; nos encontrábamos Omar, Leo y yo escribiendo algo que la maestra anoto en el pizarrón, de pronto ella paso a un lado de mi e intencionalmente deje caer mi lápiz, la maestra, tan amable como siempre se agacho para recogerlo, ofreciéndonos una vista en primer plano de su enorme culo.
Omar, quien estaba a un lado de mí, no se resistió y le metió tremenda nalgada, que se escucho por todo el salón. La maestra se levanto de un salto y sin entender lo que había pasado, volteo a vernos asustada.
De inmediato Omar la tranquilizo;
-Maestra perdón, lo que pasa es que tenia un mosquito en la nalga e intente matarlo, pero creo que se me escapo.
-Es es esta bien no te preocupes Omar. Dijo tartamudeando un poco.
Caminó a su escritorio y el resto del día continúo dando la clase sentada. Estoy seguro que se le debió quedar la mano marcada.
El día siguiente, la maestra no llego a tiempo, lo cual nos pareció extraño, pensamos que habíamos ido muy rápido, pasaron 15 minutos y resignados por haber perdido nuestra oportunidad, nos preparábamos para salir, cuando de pronto llego, muy agitada y le costaba respirar.
-Chicos perdónenme!, tuve un problema con mi transporte, me vine corriendo las ultimas cuadras, pensé que no llegaría.
-Maestra, ojalá pudiéramos perdonarla, pero tendremos que reportarla con el director. Dijo Leo.
Al escucharlo, sus ojos casi se salen de sus orbitas
-No muchachos, por favor, con el director no, les juro que no vuelve a pasar, lo que pasa es que…
-No maestra, no nos pida eso, reglas son reglas. Intervino Omar.
Entonces hable:
-Chicos, no seamos injustos con la maestra, hay que darle una oportunidad más, pero, también hay que entender que las reglas se deben seguir, entonces maestra, le propongo dos opciones:
La primera y es la que marca el reglamento, debemos reportarla por el retardo y seguramente manchara su expediente con el director, si es así, creo que será difícil que le den el empleo.
La segunda, es que pague con un castigo justo, que es el castigo disciplinario que se imparte en este colegio para los alumnos.
-Y cuál es ese castigo?. Pregunto
-Es ejercicio… deberá hacer 20 sentadillas, mirando hacia el pizarrón y al terminar, debe recibir 3 nalgadas, una por cada alumno, con esta regla de madera, como lo dictan las antiguas tradiciones.
Está bien chicos, deberás necesito el trabajo, por favor, no reporten este incidente al director.
-Tomamos asiento y nos dedicamos a disfrutar del espectáculo, a la tercera sentadilla, su falda se levanto y de inmediato metió las manos para taparse.
ALTO!!! Es trampa maestra, sus manos deben ir todo el tiempo en la cabeza.
-Pero chicos!!! Se levanta mi falda!! Dijo ella quejándose.
-Son las reglas!! Maestra además usted eligió este castigo! Dije en un tono severo.
-Comience de nuevo. Ordenene!
Y volvió a empezar… como era de esperarse su falda se levando a la tercera sentadilla. No había palabras para expresar el morbo que nos estaba dando, todos teníamos una erección a tope, en la cuarta sentadilla, su falda se levantó más y cada sentadilla se levantaba un poco más, hasta que sucedió... a la 12ava sentadilla ya tenia completamente su falta en la cintura, y nosotros no podíamos creer lo que veíamos, ninguno de los 3 podía cerrar la boca, ni nadábamos crédito a lo que estaba frente a nosotros, sentí como mi baba escurría por mis labios y fue cuando reaccione para entender lo que mis ojos veían.
Una diminuta tanga negra siendo devorada por las enormes nalgas de la maestra mariana. Ni siquiera pude apartar mis ojos para ver a mis amigos, pero estoy seguro que estaban igual que yo. Al llegar a la posición baja, podíamos ver el momento exacto cuando al levantarse, sus enormes nalgas devoraban el hilo de la tanga, y al llegar a la posición alta, solo se veía el pequeño triangulo de la tanga en la parte de arriba. Su culo estaba completamente expuesto!!
Al terminar las 20 sentadillas, se empezó a quejar y a masajear sus propias piernas y, como si hubiera olvidado que tenia su falda en la cintura, volteo a vernos.
-Listo chicos, les prometo que no volveré a llegar tarde. Dijo mientras recargaba sus manos en el escritorio levantando el culo para recibir las nalgadas.
De inmediato me levante, tome la regla y la azote fuerte, luego continuo Leo y al final Omar, quien en vez de usar la regla de madera levanto la falda de la maestra y con toda la palma de su mano le azoto la nalgada mas fuerte de todas. La maestra solo se limito a soltar un quejido de dolor, Omar le acomodo su falda nuevamente y todos nos fuimos a sentar.
Lentamente se incorporó, aturdida por lo que había pasado y continuo dando los 15 min de clase que quedaban.
Nadie hablo al terminar la clase, aun no podíamos creer lo que paso, todos regresamos a nuestras casas extasiados y muy satisfechos.
Al día siguiente, las clases continuaron normal, hacíamos bromas y chistes en doble sentido, pero no encontrábamos otra oportunidad para actuar.
Faltando 10 min para terminar la clase y la maestra se levantó de su escritorio y recorrido nuevamente los pasillos de las bancas, esta vez fue Omar quien tiro su lápiz, y nuevamente la maestra se agacho, empinándose completamente y esta vez fui yo quien con fuerza estrelle mi mano con sus nalgas, causando un estruendo que se escucho por todo el salón. La maestra, como la vez pasada, dio un salto y volteo a verme con un rostro de confusión.
-Otro mosquito?. Pregunto.
-Si maestra, pero se escapó de nuevo.
Se dio la vuelta y fue caminando a su escritorio.
-Chicos, ya pueden salir y un ultimo a viso antes de que se vayan. No me gustan los insectos, así que si vuelven a ver a ese mosquito, no se detengan hasta que lo maten, disfruten su fin de semana, nos vemos el lunes. Dijo ella con la voz baja y un poco nerviosa.
Los tres volteamos a vernos sin entender a que se refería… es acaso lo que estábamos pensando?...
El fin de semana transcurrió normal, cada quien hizo lo suyo, estuvimos ocupados cada quien en nuestros asuntos, supongo que la maestra también. Platicamos un poco mis amigos y yo en la noche del domingo, quizá mal interpretamos lo que la maestra nos dijo, o quizá no, como sea debíamos apresurarnos, el mes de prueba ya se estaba terminando y no teníamos dinero para pagarle otro mes, entonces teníamos que acelerar el paso.
El lunes, todos puntuales esperamos a la maestra, pero nuevamente no llego puntual, pasaron 10 min, luego 15 y finalmente apareció a los 20, a punto de irnos.
Nuevamente se veía agitada y con la respiración cansada.
-Chicos, les juro que hice todo lo posible, pero nuevamente mi transporte, dijo ella con la voz quebrandose.
-Esto ya no puede seguir así maestra. Dijo Leo.
-Esta vez tendremos que reportarla si o sí. Dijo Omar
Ella volteo a verme con los ojos a punto de llorar.
-Esta vez no puedo hacer nada maestra, lo siento mucho.
-Por favor, chicos, no me hagan esto, haré lo que sea, pagare el castigo, pero les juro que necesito el trabajo, no me reporten con el director.
Los tres tomamos nuestras mochilas y nos preparamos para salir, fue justo cuando se puso frente a la puerta para suplicar por última vez, ahí estaba… totalmente vulnerable y con los ojos a punto de romperse en llanto.
-Esta bien maestra. Dije
-Le daremos una nueva oportunidad, pero tendrá que pagar el castigo nuevamente.
Ella pareciera que feliz, asintió con la cabeza.
-Esta vez es un castigo diferente, debido a que es su segundo incidente. El castigo ahora consiste en
25 sentadillas, y recibir 5 nalgadas de cada alumno y en vez de regla, usaremos nuestras manos, creo que no necesito recordarlo pero, lo hare, las manos en todo momento deben estar en su cabeza.
La maestra Mariana asintió con la cabeza. Cada quien tomo su lugar en su silla y comenzamos a disfrutar el espectáculo.
Una, dos, tres, a la cuarta sentadilla su falda comenzaba a levantarse, poco a poco fue subiendo, y nuestras vergas estaban a punto de explotar en nuestros pantalones. A partir de la décima, su falda ya estaba en su cintura, fue cuando sentí un golpe en mi brazo, era Omar.
-Estas vendo lo mismo?. Me pregunto sin apartar su vista del frente.
-Solo asentí con la cabeza y tragué saliva.
La maestra no llevaba nada, ni siquiera una tanga, la muy puta estaba desnuda.
-25!!. Dijo quejándose y masajeando sus piernas. Al igual que la vez anterior, puso sus manos en el escritorio y esta vez mientras levantaba el su culo, agacho su cabeza pegándola al escritorio, quedando completamente expuesta… ni siquiera acomodó su falta!!!
Corrí para ser el primero en castigarla…
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Dejen sus puntos para saber si desean que la historia continúe...
4 comentarios - La maestra Mariana II
Que la maestra se muere por esa Follada
Buenazo
+10