Buenas, como dije anteriormente, ya no publico acá, pero les traigo un adelanto de lo que se viene. Quise hacer un final distinto del segundo libro y me quedó un libro nuevo. Voy casi 40 caps. Es interesante...
Sería un modo alternativo de culminación de la historia.
Creo que llevo más de 400 págs ya...
En fin...
Acá el primer capítulo...
Las imágenes no se cargan todas, no sé por qué...
Pero bueno, las van a poder ver con el libro terminado.
Espero que guste...
Aguardo comentarios
Saludos
INSTA HIPHOP911OK
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Mi prima, Mara 2.5: Oscuridad
ESCENA 1:
Casa de Fernanda (Comienzo del capítulo 41 de “El camino…”)
MAR: ¿Ay, no me la queres dar? aa aa aa…
YO: Después, después…
MAR: Bueno jeje…- Seguía mordiéndose.
Me di media vuelta, otra vez, y me fui.
Se quedó ahí, cogiendo de parada con Franco.
Fue muy impactante, pese a que lo habíamos acordado.
Encontrarme así de golpe con la situación.
Sé de la promesa que le había hecho, pero ya no me sentía como en otras veces.
Ya no lo veía tan normal.
Los pensamientos venían a mi mente.
¿Se la habrá chupado antes de que se la ponga?
Terrible.
Salí al fondo.
Sabri estaba sola en la mesa.
Gabi y Brian estaban sentados con los pies en el agua.
Me miró sabiendo muy bien lo que pasaba.
Me senté con ella.
SAB: ¿Qué haces, bombón?.- Me dijo muy natural.
De hecho, me sorprendió.
YO: Hola, hermosa…- Le dije.
Rarísimo que me hablara de esa manera. Aunque bueno, no me molestaba para nada.
Sonrió de costado.
SAB: ¡Me re sirvió lo que me dijiste para el alegato!
YO: ¿Ah sí? ¡Joya!
SAB: Encarrilé por ese lado y arranqué… jaja.-
Me hablaba bien, pero algo nerviosa.
No podía concentrar su mirada en mis ojos más de unos segundos.
YO: ¡A veces un punto de vista diferente, te cambia la ecuación!
SAB: Totalmente…
YO: ¿Te oscureciste el pelo?.- Le pregunté
SAB: No ¿por? Debe ser la tintura jaja
YO: Entonces no sos colorada real…- Le dije en chiste.
SAB: ¡Sí! ¡Lo soy! Pero mi natural parece más zanahoria jaja
YO: ¿Posta?
SAB: Sí, yo me lo oscurezco nomás…
No me lo imaginaba.
¡Era colorada de verdad!
Una hermosura.
YO: Mirá… Yo te hacía una rubia de aquellas jaja
SAB: He estado rubia… Pero no jaja
YO: Lo tuyo es el rojo, olvidate… No sabía que eras colorada posta, posta jeje
SAB: Gracias. Puede ser... Quizá se me oscureció un poco, como decís...
Se miraba unas mechas.
Muy linda se veía haciéndolo.
YO: Sí, me pareció… Te queda lindo igual jaja.- Le hice una mueca
Luego vino Martín y se sentó a picar algo.
¡Qué largo iba a ser ese fin de semana!
También vino Mara.
Con cara de piedra se sentó a mi lado.
Increíble que viniera de coger de parada con otro y se sentara como si nada.
MAR: ¿Qué hacen?.- Dijo como para unirse
YO: Menos que vos, seguro…- Le dije en forma irónica, sin mirarla
Me miró apretando sus labios como diciendo “qué pibe”.
En realidad, me salió de adentro decirle eso.
No se lo dije mal ni nada.
Sabrina ni comentaba. Miraba su celular.
Franco también salió y se sentó en la mesa.
Me empezó a sacar charla.
Era todo tan inusitado…
Yo me sentía como un sapo de otro pozo.
Sí, en otra oportunidad, la deliré. Hice de todo. Pero ahora no lo veía de la misma manera.
La percibía como una situación bizarra.
Me habló un par de boludeces de fútbol y de la pandemia.
Otra cosa más para agregar a lo retorcido del asunto. Hacerse hisopados antes de juntarnos…
Mara y yo, casualmente, nos lo habíamos realizado por nuestros trabajos.
Pero no así los demás, que tuvieron que ir a hisoparse.
¿Cuál es el motivo por el que se somete al hisopado, Sr?
No, no, para coger en grupo. Una tontería…
¡Dios!
Qué guarrada.
También me puse con el celular.
Estaba aburrido.
Y tenía menos de una hora ahí…
Mara me agarró de un brazo y se me apoyó en el hombro.
Yo por dentro pensaba, “acabas de recibir carne como loca y ahora venís a abrazarme…“.
Cómo cualquier otro día.
¿Soy yo el equivocado? ¿O parece cualquier cosa todo?
Recuerdo bien eso que me dijo.
“Que lo hiciéramos juntos”
Posta que era tan retorcido que hasta me causaba gracia.
Pero bueno, era lo que había que hacer…
MAR: No me das bola…- Me dijo, bajito, al oído.
Giré mi cabeza.
No sabía si me hablaba en serio o me estaba gastando.
Me empecé a reír.
YO: ¿Qué? jaja
MAR: Hace 10 minutos te estoy agarrando, dando besos y nada…
Se separó de mí y se sentó.
Quizá en otra oportunidad, se mandaba alguna o me mandaba alguna y, terminamos apretando con más calentura aún.
Ahora no tenía demasiadas ganas.
Y bueno, tampoco podía caretearla tanto.
Le hice el gesto de “ay, dios”.
No sé si le molestó o no, pero se levantó y se fue a hablar con Gabi y Fer que estaban en la pileta.
Ya la noche había comenzado bien torcida…
La miré a Sabrina.
Era como que la energía cambiaba…
YO: Che, posta… Estás muy hermosa vos…
Se le formó una sonrisa tremenda que no pudo disimular.
SAB: ¿Vos decís? jaja
YO: Mal…
SAB: Qué tarado…
Me reí.
SAB: Na, mentira… Sos divino…
Uff…
Esa mirada…
Me hacía sentir escalofríos.
YO: Vos sos divina… Se sabe…
SAB: ¿Ah sí?.- Exclamó entre risas y acercándose a mí.
Seee…
Eso quería.
Que se me pusiera cerca me volvía loco.
En realidad, que me diera bola…
YO: Como que te extrañaba ¿no?.- Le dije con gracia.
SAB: Tengo que admitir que yo también…- Expresó algo tímida y con un poco de rubor en el rostro.
¿Posta lo decía?
Se tiró todo el pelo para un costado.
¡Mamita querida! diría un sujeto cabezón.
Una mujer de ensueño.
YO: No me digas eso porque te como la boca ya…
SAB: Jajaja… Mejor me voy a poner la malla…- Dijo con un gesto pícaro.
Luego, se levantó y se fue.
Si había alguien que podía cambiar mi ánimo, sin dudas era ella.
Y creo que podía ser la única…
Mara me miraba desde donde estaba. No sé qué pensaba, vamos a ser sinceros…
Yo me quedé ahí, esperando a la colo.
Aún intentaba comprender como todo el mundo llevaba con tanta naturalidad una cosa tan, no sé, cruda, como la que hacíamos.
Tal vez era yo el que no acompañaba…
Pero tampoco. Aún siendo yo el descarriado, no me gustaba la situación en que la estaba. No siendo lo éramos en su momento, con Mara.
Ni pasaba por nuestras cabezas algo como esto
¿Coger con otras personas?
¿Qué?
Parece chiste tan sólo decirlo…
Posta que no tenía explicación racional posible. Al menos para mí.
Cuando Sabrina volvió, mis sentidos se abocaron enteramente hacia ella.
Me sorprendí…
Se había puesto una bikini verdosa… Algo amarilla, en realidad y bastante diminuta, que la hacía estallar.
Tragué saliva.
Para colmo, venía caminando como si desfilara y cerebro la reproducía en cámara lenta.
Dios…
Hacía una sonrisita de vergüenza mientras cambiaba su vista al suelo y luego a mí.
“¿Tan diosa vas a ser?” le gritó Fernanda.
Yo me quedé como un imbécil, contemplando cada detalle de su hermosa humanidad.
Me percaté de que Mara me estaba viendo…
No dijo nada. Solo siguió en la suya.
Sabrina continuó su camino y fue en dirección a las chicas. Por la escalerita, se metió lentamente en el agua.
Se agrupó con ellas y me sonrió de costado.
Uff…
¿Qué estaba pasando?
Debo reconocer que me gustaba mucho esta faceta más deshinibida. Aunque no comprendiera el por qué, je…
Lo cierto es que pensar en Sabrina, me hacía olvidar cualquier tipo de escollo que se me presentara y no sé si eso era bueno…
Aunque viendo las actitudes de Mara, creo que no debería de preocuparme demasiado.
Sigo pensando… No pasaron ni 15 minutos y ya estaba cogiendo…
Claramente habíamos tomado un camino sinuoso del cual ninguno de los dos, sabríamos que nos esperaría al final.
Martín, Brian y Franco también se agruparon por dónde estaba yo.
Creo que por momentos, el flaco me miraba con miedo… O no sé con qué, pero hacía notar claramente que se encontraba en una situación “excedida” todo el tiempo. Como si dijera por dentro “en cualquier momento me emboca”.
Yo, por supuesto, que no le pasaba mucha cabida. No porque me hiciera el malo, sino porque era incómoda la situación.
Ese flaco se estaba cogiendo a mi chica…
¿Terrible, no?
Ja…
Pero tampoco podía montarmelo en un huevo solo a él porque, según Mara, “sólo era sexo”. Siendo que, además, había estado con Brian también en la última juntada.
Aún así… Yo no interactuaba demasiado con los primos. Y bueno, Martín era algo distinto al fin de cuentas.
Obvio que sería un necio si dijera que no pensaba en la posibilidad de que pasara algo más entre Mara y Franco, más allá de que ella me aseguró que no, que solo era una cuestión sexual que quería vivir y bla-bla...
Era cierto que estaba cogedora serial, pero estaba con él más que otra cosa…
“Es tu principal competencia” ¿Me había dicho? Jajaja
Qué gracioso…
También estaba la circunstancia de su condición de… Super dotado, digamos…
Y aunque así fuera, como ella dice, no dejaba de ser tremendo todo.
Dios…
¿Quién carajos me mandó?
Continué un rato con ellos, viendo como Sabri me tiraba alguna que otra mirada cómplice. A decir verdad, ella era lo único que mantenía allí.
No sé qué tenía… Pero ya no era la simple amiga de mi novia. Se había transformado en algo más grande, que de no ser los últimos meses vividos, no le hubiera prestado esa atención, tal cual lo hacía actualmente.
Al tenerla cerca, sentía como una especie de radiación a mi alrededor. Me regocijaba.
En un momento, me vio mirándola.
Me hizo el gesto de “hambree” mordiéndose los labios.
La sonrisa se me dibujaba sola…
Comenzó a venir hacia mí.
Mmm… Como me gustaba que me diera su atención.
Como saltando en el agua, se acercó hasta el borde dónde me encontraba yo.
La manera en que rebotaban sus pechos enormes era infernal. Un efecto perfecto que vivía en slow motion…
Se dio cuenta de que la miraba embobado y me respondió en un gesto cómplice.
Divina…
SAB: Metete…
YO: Ni ganas de ir a buscar el short…
SAB: ¿Y quién habló de short?.- Expresó levantando una ceja de manera pícara.
¿Acaso quería que me meta en bóxer?
Me reí.
SAB: A menos que no quieras meterte conmigo…- Dijo en tono de pobrecita, claramente en broma.
YO: Con vos me meto en un volcán de lava hirviendo…- Le respondí muy natural.
Abrió los ojos. Pero enseguida sonrió y dijo:
SAB: Metete así, ya fue jeje
Al verla toda despampanante, no podía seguir negándome…
Mirándola, me saqué la remera, llamando la atención de las chicas, incluida Mara.
FER: Se viene, se viene…- Dijo en voz alta.
Mara solo sonrió, como si nada.
Me saqué la bermuda y quedé en bóxer ante la vista de todos, aunque rápidamente salté al agua.
Mi prenda era de color negro y elastizada. Me quedaba muy bien…
Sabrina me observaba…
Dios…
¿Qué me decía con los ojos?
Más me llamaba la atención que estuviera de esa forma delante de Mara.
¿Hicieron una clase de pacto o algo parecido?
En fin… No importaba…
Sabrina se puso a mi lado, contra uno de los bordes de la piscina.
SAB: Alguien estuvo entrenando…- Expresó viendo mis pectorales.
La verdad que sí…
Los últimos meses había entrenado bastante y mi pecho y mis hombros lucían más voluptuosos. La espalda también.
YO: Sí jaja… Vos estás divina…- Le respondí mirándola de arriba a abajo.
SAB: Gracias…- Dijo dulcemente.
Podía notar un cierto color rojizo en su rostro. Eso no hacía más que derretirme por dentro.
YO: ¿Alguna novedad del boludo aquel?
SAB: ¿Quién? ¿Rodrigo?.- Dijo extrañada.
YO: Se…
SAB: No jaja… Creo que fuiste muy claro con él…- Expresó tentada.
YO: Mejor…
SAB: Gracias de nuevo por eso… No tenías por qué y lo hiciste…
YO: No me agradezcas…- Le dije algo nervioso.
Se percató de eso.
Pero yo quería preguntarle algo y no me animaba.
SAB: ¿Qué? ¿Qué te pasa? jaja
YO: No, nada… Jeje
SAB: Te conozco, querido… ¿qué?
Empecé a pasarme la lengua por los labios.
Ja…
YO: Sé que es algo que… Quiero decir…- Me trabé. Ella me miraba, intentando dilucidar por dónde iba la mano.
SAB: Algo qué…
YO: Digo… No es de mi incumbencia pero vos…- Le dije haciendo ojitos.
SAB: ¿Yo…?.- Replicó en la misma sintonía.
YO: Desde… Él… ¿Saliste o no sé, conociste a alguien?.- Le dije casi tartamudeando.
Sabrina abrió los ojos del tamaño de dos platos.
YO: Es sólo una pregunta… Jaja… De chusma…
Ese tono rojo en su cara se hizo más heavy.
SAB: ¿Perdón?.- Exclamó en tono de broma
YO: Daaa ¿qué te haces? Sólo te pregunto…- Y la empujé sutilmente con el brazo.
SAB: ¿Qué te importa a vos?.- Contestó riéndose.
YO: Si te pregunto es porque me importa…
SAB: ¿Ah, sí?.- Dijo de manera sugestiva
YO: Y obvio… Tengo que ver quién se te presenta viste… Sobre todo desde aquella vez, tengo un deber de protección que cumplir con vos…-
No sé dónde saqué eso, pero calzó justo.
Sabrina comenzó a reírse a carcajadas.
SAB: Qué tarado… Por dios…- Decía sonriendo, toda colorada.
Yo también lo hacía.
Se mordía como diciendo “qué chabón”.
Me dejé llevar y le hice un mimo en la cintura, por debajo del agua. Cuando caí en la cuenta, ya era tarde.
Pero sorprendentemente, no me dijo nada. Sonrió y también me acarició, pero en la zona de la panza.
Mentiría si dijera que no me invadió una sensación de vértigo hermosa en el estómago.
Uff…
Solo me tocó y volé…
SAB: ¿Así que sos mi protector ahora?
Me hizo reír.
YO: Si te parece bien… Jaja…
SAB: Lo voy a pensar…
La miré toda.
Estaba como más firme.
YO: Vos también entrenaste…
Se miró a sí misma.
SAB: Un poco ¿Se nota?
YO: Hacé fuerza, a ver…- La toqué en el brazo.
SAB: No olvidate.- Continuó con gracia
YO: ¿Qué?
SAB: Músculo no hay…
YO: Yo creo que sí, eh… Estás toda diosa…
SAB: Tarado…
YO: Posta… ¿Cuánto medías vos?
SAB: 1, 73 ¿Por qué?
YO: Me jodes…
SAB: No ¿qué tiene?
YO: Es cierto… Siempre me pareciste alta…
SAB: Bueno, gracias…
Le sonreí.
SAB: ¿Te conté que hice Aikido alguna vez?
YO: Naa…- Me reí
SAB: ¿Qué?
YO: No puede ser… ¿De verdad?
SAB: Sí jaja… Con Maxine, mi hermana, hicimos… Poco tiempo igual…
YO: Mirá vos…
Me sorprendió.
Realmente.
YO: Serías como una Steven Seagala jaja
SAB: Sí, así que no me jodas porque te revuelvo por ahí…
La miré
YO: Precisamente, si hay algo que quiero es que me revuelques…- Le dije empujandola cariñosamente…
SAB: Bue…- Contestó haciéndose la otra, en joda.
YO: Jeje
SAB: Como te decía… Mi hermana también es alta, casi como yo… Y un día nos pintó y fuimos juntas…
YO: A ver… Mostrame…
Me separé un poco de ella e hice como que me ponía en guardia.
SAB: ¿Qué haces, boludo? jaja
YO: Ya que te la das tanto de que hacías aikido.
Los pibes se dieron vuelta, al igual que las chicas.
MARTIN: ¿Qué onda ahí, loco? ¿Se pudre? La pudrimo` eh…
YO: Dice que sabe aikido…
Todos la miraron, incrédulo.
Sabrina me quería matar.
SAB: Te voy a lastimar…
Todos explotaron en un grito de “Oooohhhhh”, incluyendo a Mara.
GAB: ¡Pelea, pelea, pelea!
FER: Esto va a ser interesante
YO: ¿Lista?.- Le dije haciéndome el gracioso.
SAB: Bueno… Si insistís…- Contestó provocando el furor en todos.
Cómo gritaron.
Comencé a caminar en círculos, muy despacio.
Ella permanecía quieta, sin guardia, con los brazos al costado de su cuerpo.
Me miraba incrédula.
Yo, por mi parte, sólo me hacía el payaso, amagando que me le iba encima.
Lo que no me esperaba fue lo que ocurrió al siguiente instante…
Mi idea era ir corriendo como para darle un toque en la cara (cosa que no iba a hacer) y en el último segundo, abrazarla por la cintura.
Pero todo pasó tan rápido que cuando me quise dar cuenta, Sabrina me tomó ambas manos y moviéndose a penas a un costado, me dobló las muñecas de tal forma que salí desprendido hacia el otro extremo, con la misma velocidad con la que la había “atacado”.
Todos gritaron, eufóricos por su maniobra.
¿Qué hizo?
¿En qué momento?
Estaba parado, mirando como si no entendiera y con un dolor de muñecas ligero.
YO: Au…- Respondí tentado.
Martín se agarraba la cabeza.
“¿Viste eso?” le decía a Brian.
Las chicas se pusieron rojas.
¿Cómo hizo para sacarme así?
SAB: ¿Suficiente, chiquito?.- Expresó sobradora.
YO: Sí… Au… jaja.- Sacudí los brazos como dejando en claro que no quería más. Pero nuevamente arremetí, a traición.
Se hizo un silencio atroz en el momento que Sabrina me agarró el brazo izquierdo a la altura del hombro, haciendo casi girar en una suerte de “kick flip” y tirarme contra la pared de la pileta.
Fue tan brusco el movimiento que quedó boca a boca conmigo, que además de estar dolorido, estaba completamente fascinado.
Duros se quedaron todos.
Sus labios mojados y sus ojos celestes, tan profundos como el océano hacían destrozos en mi psiquis.
Uff…
Qué ganas de comerle la boca.
Pero luego de unos segundos, se dio cuenta de la situación y me soltó, yéndose hacia atrás.
Me quedé como “wow”.
¿Por qué no me besó?
Sí, obvio… Estaban todos mirando… Y de cerca…
SAB: Así que ya sabes…- Expresó para romper el silencio que se había hecho.
Los pibes no lo creían. Hasta Franco puso cara de sorpresa…
Yo la miré como diciendo “No me jodas”.
No fue hasta que todos volvieron a la suya, que se me acercó nuevamente.
SAB: ¿No te lastimé, no?.- Dijo dulcemente
Ja…
YO: Eso estuvo tremendo… No, no… Todo bien…
Me miraba la espalda.
SAB: ¿Seguro? Te re tiré…
YO: Moría porque me besaras…
Me puso cara de “dale, boludo”.
YO: Posta…
SAB: Dios mío… Después…- Se tocaba el pelo.
YO: Eso me gusta…- Le dije con una mueca en el rostro
Se notaba que ella también quería y yo no veía la hora de que pasara.
Pero me calmé un poco y nos quedamos hablando ahí.
Me contó un par de cosas de su trabajo. Y sobre un posgrado que quería hacer, sobre derecho internacional.
Me parecía una buena idea. A mi también siempre me había llamado la atención esa rama. Sobre todo la privada y lo que tiene que ver con las compraventas, operaciones transnacionales y demás.
Pasamos un rato ahí. Ni nos dimos cuenta del tiempo que pasó, ni de la gente alrededor.
Miré al sector donde estaban las chicas y sólo hablaban Gabi y Fernanda.
SAB: ¿Salimos un rato? Nos vamos a arrugar todos jeje…-
YO: Jaja dale…
Ella salió primero, casi desfilando…
Mamita…
Yo la seguí.
Sabri caminó hasta la mesa donde estaban los chicos y agarró su teléfono.
Eso me hizo recordar que yo también tenía uno y no tenía idea de dónde lo había dejado.
YO: Roja… ¿Mi celu está ahí?.- Le pregunté
Martín se rió al escuchar el apodo que le puse.
Ella también…
SAB: Mmm.. No…
YO: Ahh… No… Ya está.
Lo había dejado adentro, cuando llegamos, en la zona de los sillones.
Entré para agarrarlo.
Me llamó la atención que Mara no estaba por allí tampoco.
¿Franco estaba afuera?
No había mirado.
Mi teléfono estaba ahí, en el mismo lugar y lo tomé.
Cuando lo hice, un almohadón se corrió y una carpetita que había atrás, se dejó ver.
De chusma, la agarré. Era finita.
La abrí y parecían estudios médicos.
Que raro que los dejaran ahí tirados…
Parecían varias hojas.
Cuando vi el nombre, mi atención se quedó con él.
Decía “Franco Sebastián Lopez”.
Sí, era este Franco.
¿Qué hacían estos estudios acá?
Al mirar con más cuidado, pude notar que eran exámenes de enfermedades de transmisión sexual.
¿Qué?
De VIH, sífilis y otras más.
Todo negativo le figuraba. Pero ¿Quién le había pedido eso?
Y si no fuera así, ¿Qué hacían ahí?
Comencé a oír sonidos desde el baño.
La puerta estaba apoyada, no abierta, pero apoyada y un poco de vapor se escapaba por el espacio existente entre el marco y el contorno de ella.
Dejé todo donde estaba y me dirigí hacia allí.
El ruido se intensificaba…
Me acerqué para ver de qué se trataba.
No tardé en comprobar lo que en verdad pasaba…
Cuando no, Mara y Franco…
Miré como diciendo “¡dale!”
¿No podía parar un minuto?
Cogían en la ducha.
Boquiabierto me quedé, no tanto por el qué ya, sino el cómo…
Ella estaba apoyada con sus brazos en la pared, sacando cola zarpadamente y él la tomaba del pelo, penetrándola desde atrás.
“Aaa… Aaa… Aaa…” gemía sin parar y rápidamente, mientras sus tetas se balanceaban de atrás para adelante ferozmente, en lo que comúnmente se llama una “buena cogida”.
“Nnn… nn… oohh… nn” repetía él, metiéndosela con fuerza.
El ruido del golpe de su pubis contra su cola, era tremendo. No podía creer que la tuviera así.
Ni que ella lo hiciera.
Me quedé como “¿tanto?”.
No sé qué me ocurrió pero no me importó.
¿Posta?
Encima se la estaba… En pocas palabras, recontra cogiendo.
Mara estaba totalmente a su merced.
Era increíble…
Si le molestó como estaba con Sabrina esa noche, esa no era la forma de hacérmelo saber…
Para colmo… ¡Cómo gemía!
“Plaf, plaf plaf” se escuchaba zarpado.
Ya no sabía qué pensar.
Era mi chica y ¿se la estaban cogiendo de esa manera?
Creo que en ese tiempo no pensaba con claridad.
Se trataba de Mara, mi Mara… Y otro flaco, con la pija más larga y gruesa que yo, se la estaba empernando toda.
MAR: Aaahhh… Aahhh… Sí, así… Ooowww…
El sonido de su cola y de sus tetas golpeándose entre sí, era brutal.
Parecían cachetadas de película.
Duro me quedé…
No le había bastado cogerselo ni bien llegamos ¿Ahora también?
Ufff…
La cara de perdición que tenía… No parecía ella…
No mentía cuando me dijo que quería “coger mucho” en esta nueva ¿juntada?
Sin palabras…
FRA: Aahh… Dios, hermosa… Oohhh… Qué rica estás… Aahh…
MAR: Mmm ¿Sí?.- Le respondió con voz orgásmica.
FRA: Ooohhh… Sí… ¿Seguro está todo bien? Mmmm…
MAR: Sí, gor… Ohhh… No pares…
No lo podía creer…
¿Todo bien?
Ufff…
¿Qué hacía yo ahí? Observando mientras se la cogía así…
¿Tan mal de la cabeza estoy?
Sentí que alguien se acercó.
“¿Qué haces a… ? Dios…”.- Exclamó con horror, casi.
Era Sabrina. Con los ojos bien abiertos.
Hasta ella se impresionó.
Creo que observó mi cara de confusión.
SAB: Vení, vamos… Quiero que me hagas el amor…- Dijo intentando llevarme.
YO: No… Pará…
¿Eh?
¿Quedarme allí?
¿Por qué dije eso?
¿Para qué quería quedarme a ver cómo se la garcharban?
Sabrina me miró a los ojos.
Algo no me decía con sus palabras. Probablemente, que desconocía esta actitud mía…
MAR: Mmm…Mmm… Mmm…
FRA: Hooo… Hooo…
La manera en que gemía. Incluso a la roja, le llamaba la atención.
Era el sonido de su piel, estrellándose…
FRA: Nunca había estado con una… Oohhh… Dios..
MAR: Mmm… Decilo… Puta, como yo… Aaaomm…
Sabrina abrió los ojos.
Muda se quedó.
FRA: Ohh… No iba a decir eso… Ahhh… Iba a decir diosa…
MAR: Ponele… Umm…- Replicó mientras se sacudía.
La colorada, observando hacia adentro con cara de póker, se acercó a mí y me abrazó por detrás, apoyando su cabeza en mi hombro y sus manos en mi cintura.
Como que me mimó…
Más allá de lo crudo de la escena, fue algo reconfortante.
SAB: Dios, qué es esto…- Exclamó acariciándome la panza.
YO: Lo que todos buscaban…
Mara seguía gimiendo como loca.
Me preguntaba cuánto resistiría cogiendo con esa intensidad.
FRA: Ay… Oh… Ponete contra el vidrio…
Franco, que parecía agitado, se hizo un poco hacia atrás y Mara acató su directiva.
Se puso de frente a nosotros, aunque no nos veía…
Sus imponentes pechos, se aplastaban con el vidrio de manera zarpada.
Cuando notó el instante que Franco volvió a penetrar a Mara desde atrás, Sabrina suspiró en mi cuello y me besó.
“Haaaa…”
Pero eso no fue todo lo que hizo.
Con la mano que me acariciaba la panza, bajó y la introdujo dentro del bóxer.
Yo seguía mirando hacia adentro, mientras me recorría con los dedos.
Y cuando comprobó que tenía la verga bien dura, me mordió.
SAB: Amm…
Uff…
Me encantó.
Su mano calentita, me sujetaba el fierro caliente…
YO: Oohh…
SAB: Qué pija hermosa que tenes, gor…- Me dijo besándome el cuello, arrastrando sus labios y apretando mi verga con su mano.
YO: Vos sos hermosa…
Los gemidos de Mara y el ruido de la mampara de la ducha moviéndose, eran tremendos.
“Ahhh… aahhh… Plaf.. Plaff… Plaf…”. Un recital de golpes parecía.
Ello sin mencionar los terribles jadeos de Franco, por la fuerza que estaba haciendo.
“Arrghhh… Arhhh… Oorhhh…”.
Me imaginaba la estrecha y apretada conchita de Mara siendo vulnerada por ese rabo.
Uff…
Haciendo fricción contra las paredes de su cavidad vaginal…
Sabrina me suspiraba en el oído al compás de los gemidos de Mara.
“Mmm… Mmmm…” a la vez que me subía y bajaba la piel de la pija suavemente.
Dios…
¿Qué era todo eso?
MAR: Oooohh…. Aarrrgh…- Gimió sorprendentemente Mara, llamando nuestra atención.
Lo hizo como si no pudiera contener el grito, desaforado.
La miramos.
A través del vidrio podíamos ver la sonrisa en su rostro.
Era diabólica…
SAB: Hoo…- Expresó sin poder dejar de masturbarme y acariciarme por detrás.
Me hizo suspirar.
Bueno, no sé quién de las dos…
YO: Haaaaa…- Se me escapó.
Al oírme, Sabrina se vino al frente.
Me miró directo a los ojos, con una mirada profunda, de deseo.
Mara musicalizaba el momento con sus gemidos incesantes.
“Aaa… aaaa… aaaa… aaaaaa…”
SAB: ¿Por qué la tenes tan dura?.- Expresó masturbandome ahora de frente.
¿Qué podía contestarle?
Que era un calentón… Un pervertido… Un enfermo…
MAR: Aaaaerr dios, Franco… Qué dura que la tenes… Necesito chupartela, no puedo más…
Ambos giramos de golpe hacia ella.
¿Qué había dicho?
FRA : Oohhh… Mara… ¿Sí?
MAR: Es una piedra… Perdón… Ooommm…- Se oyó cuando se la metió en la boca como una desesperada. Así, incluso con sus propios fluidos impregnados.
FRA: Aaaaarrrrgg…- Gritó
Nos quedamos helados.
Bueno, al menos yo…
Se la empezó a chupar como una puta.
Sí, así es. Como una puta.
A través del vidrio, observé como le mamaba la verga a bocanadas…
Mi Mara…
Sabrina me apretó fuerte la pija y miró anonadada.
Luego hizo algo impensado.
SAB: No puedo seguir así…- Expresó agachandose frente mí.
Me miró con ese rubor divino en la cara e hizo lo mismo que su amiga.
YO: Ooohhhh…- Grité cuando sentí sus labios arropando mi glande.
Ahora ella me felaba a mí…
MAR: Ooommm oommmm ammm… Mmmmmoooo…- Se escuchaba.
Yo estaba alienado.
Veía a Mara chupar pija, mientras también me lo hacían a mí.
El calor de la boca de Sabrina, me acobijaba.
Pero a diferencia de Mara, ella lo hacía más lento y disfrutando cada lamida, cada succión.
Como con más… Amor…
YO: Oohhh, hermosa… Hermosa sos, Sabrina…
SAB: Mmm… Vos lo sos… Mmmm… Leeamm…
FRA: Dios… Qué manera de chuparmela, bombón… Aaahh…
Ella no le contestó. Siguió cabeceando en su vientre como si fuera la última pija que fuera a chupar en la vida.
Fuerte… Rápido…
Me estaba matando lo que hacía…
Pero Sabrina quería sacarme de allí.
Cuando la miraba, mi atención permanecía allí, con ella.
Qué hermosa….
Esos ojos… Esa mirada… Algo me decía con ella, podía notarlo pero ¿qué?
¿Acaso….?
“Mmmmmmmm” mugió Mara llevando mi atención nuevamente a ella.
Franco miraba hacia arriba, casi contra la pared, con la verga enorme hacia adelante y, ella, lo sujetaba de los glúteos de manera absurda, como clavando su paladar en su pija.
¿Qué?
No…
Mientras el calor de la boca de Sabrina me envolvía, iba tomando dimensión de lo que despertamos…
FRA: Despacio, Mar… Aaahhh…
“Gloc gloc gloc” se escuchaba.
¿Qué era todo eso?
MAR: Ooomm… Ommmm… Mmmmm…
FRA: Ahh… Dios… Más despa… aaahhh…
MAR: Mmm.. mmmm ¡vení, acomodate acá!
Abrió la mampara y lo hizo ponerse más al costado.
Todo su largo trazo de verga babeado rebotaba para todos lados.
Franco la miraba con locura.
De seguro esperó con ansias volver a juntarse.
MAR: Así no me pega el aguita en la cara, jeje…
FRA: Sos hermosa… ¡Me volves loco!
MAR: ¿Sí? Le dijo arrodillándose nuevamente ante él.
FRA: ¿Sabes las ganas que tenía de volver a estar con vos?
Sonreía mordiéndose los labios y con la cabeza de la pija casi en su boca.
MAR: ¿De verdad?
FRA: Sí, no te das una idea… Lo que pensé ver mi pija en tu boca de nuevo…
Ella sonreía como una putita en celo.
Y claramente así lo estaba.
Me carcomía el cerebro como una piraña voraz. Encima, Franco parecía más desinhibido que en otros momentos. Como más, suelto.
MAR: Yo también tenía unas ganas de comerte esta verga enorme…. Aaaammm.- Hizo de una bocanada.
Ya no tenía ningún tipo de freno.
Franco gimió, casi que gritó. “Ooohhhj dios, noo”
Mara, sin manos, le comía la verga.
Le movía la cabeza, mirándolo como trolita.
Se la chupaba incansablemente.
Lo tomaba de las piernas.
“Mmm… Pmm… Mmmm…” saboreaba.
¿Cómo podía resultarle tan normal?
MAR: Mmm dios… leamm… Me encanta…
FRA: Ja, me vas a hacer acabar hermosa…
MAR: No importa… voy a seguir chupandotela.-
Cada palabra inyectaba un universo de placer en él y un nudo que Sabrina me desataba.
Todo este tiempo….
Pensar que antes de todo este quilombo, tenía la idea de casarme con ella.
¡Que al carajo se fue todo!
Qué paradójico.
Pedirle matrimonio a una persona que se estaba devorando una verga ante mis ojos.
Y yo, que me dejaba hacer lo mismo por la preciosa colorada…
Solo ver su cara…
Dios…
Cuánta confusión.
Se oía quilombo de afuera, allí también la estaban pasando bien.
FRA: ¡Pará hermosa! No puedo más…
“Ommm… Oom… Mmmchp” se escuchó cuando se la sacó de la boca.
MAR: ¿Y si me la pongo acá?.- Le dijo con voz orgasmica. Incluso, llamó la atención de Sabrina, que giró su cabeza.
Mara se levantó un poco y se puso la pija entre las tetas.
Gemí…
Ummmm…
FRA: Ohhh… ¿Queres que te coja las tetas?.- Exclamó gozando.
MAR: Ajam…- Le dijo observandolo.
Mara estaba disfrutando como más lo quería.
La agarró del cuello y le empezó a coger las tetas.
Toda la carne de Franco, se metía entre sus gomas, brillosas por el agua y exuberantes.
FRA: ¿Viste toda esa leche que te acabé hoy en la pieza? Oohh…
MAR: Sí, chancho, me dejaste todo el cachete de la cola manchado...
Con que eso había ocurrido.
¿Ya de temprano, su piel había tomado contacto con su semen?
Sabía que todo esto podía pasar, pero no a este nivel.
No dejaba de mirarlo como putita.
SAB: Mmm… Gor…
Miré a la roja.
YO: ¿Qué?
SAB: ¿Vamos a la habitación? Unmm…- Dijo con una voz muy dulce.
YO: Ya vamos…
Volví a mirarlos a ellos…
Franco estaba envuelto en llamas.
Toda su piel, se deslizaba en las mojadas tetas de Mara.
No podía see real eso..
Era Mara… Mi chica…
¿Cómo?
MAR: ¡Unas ganas de sentir esta pielcita en mí!
FRA: Ohhhh ¿sí?.- Gemía cada vez más.
MAR: Sí, ya no aguantaba más… Me gusta mucho tu verga…
Cada palabra era un puñal. Uno que mi verga parecía obviar.
SAB: No te hagas… Unmm… La cabeza… Sabes mejor que yo que Mar ama decir cosas sucias… Ummm…- Decía mientras me daba unos piquitos.
Necesitaba más.
Un poco más y explotaba todo…
Miraba…
¿Hasta dónde iba a llegar?
Mara se apretaba las gomas, haciendo que la piel del rabo de Franco se estirara completamente, lo que le generaba un placer extremo.
FRA: Ohhh, no puedo más bombón…
MAR: Mmm ¿me vas a dar lechita?
Intentaba resistirse, pero le era imposible.
Una pendeja como Mara, es única. Y en modo puta, mejor aún…
FRA: Si, si aaa….- Gozaba como nunca en su vida.
MAR: Mmm ¡qué rico!
Seguía con esas barbaridades…
¿Qué le pasaba? ¿Perdió la razón?
Se la sacó de las tetas y lo empezó a pajear. Y lo hacía tan de cerca que la pija le pegaba en la pera con cada jalada.
Parecía que no pensaba en que yo también estaba bajo ese techo.
Y claramente, no lo hacía.
MAR: Mmm me encanta lo larga que es jeje.- Se la miraba y lo miraba a él.
FRA: Noo, no podes mirarme así… Ooohh…
MAR: ¿Así?.- Le dijo como una sumisa.
Le puso ojitos de petera de video porno.
La desconocía.
Totalmente.
La había visto muchas veces envuelta en lujuria, pero era conmigo.
FRA: No, hermosa oohhh… Me vas a matar…
MAR: Sí sigo así, me voy a paspar toda la boca jeje…-
Sabía muy bien lo que hacía y decía.
No podía procesar más nada ya, de todo lo que salía de su ser.
Demasiado extremo, guarro.
Sucio. Esa es la palabra.
Sabrina se levantó y me tomó de la cintura.
“Chuiik” se oyó cuando me besó en los labios.
Ella también los miraba. Me daba cuenta de lo sorprendida que estaba…
FRA: Aaaa… Noo… ¡Diooos!
Comenzó a retorcerse, ahí parado.
Sus gestos lo decían todo.
FRA: Aaaerrr… Mmmm…
Mara lejos estuvo de retroceder. Lo masturbaba más y más rápido.
Franco comenzó a tambalearse.
Mara, con cara de sedienta, sacó su lengua.
¿Eh?
Sentí un cuchillo, como clavándose en mi pecho.
¿Qué?
Franco comenzó a acabar y toda la leche que escupía, se estrellaba en la boca de ella.
Mejillas, lengua, labios…
No comprendí nada. Miraba descolocado mientras Sabrina intentaba besarme sin parar de suspirar.
Toda impregnada con su esperma.
Finalmente se había atrevido a que le acabara en la boca…
No era verdad… ¿Cómo?
Franco estaba ido. Ella seguía masturbándolo, dispuesta a sacarle hasta la última gota.
Mientras el semen le colgaba, ella lo lamía y tragaba al compás de las bombeadas.
Sentí un dolor inmenso en la verga. Sí, ahí.
Inmovilizado, juntaba todo lo que tenía que juntar, para hacer lo que debía.
¿Posta se había dejado acabar en la boca?
Sólo lo había hecho conmigo…
Observé todas las veces que tragó, a la vez que la cálida mano de Sabrina me acariciaba la pija.
Lo había hecho…
Ingirió un sémen que no era mío. Y su cara de placer lo mostraba. Era eso que tanto quería sentir.
Ese morbo. Esa adrenalina de hacer lo que no debes.
La pija gorda y gruesa de Franco estaba empezando a ceder.
FRA: Ohh… ¿Te gustó hermosa?.- Le decía mientras ella se la agarraba cada vez más lento.
MAR: Sí, tenía muchas ganas de probar tu lechita…
Ufff…
Ahí estaba.
Sabrina se estremeció al oírla. Me apretó fuerte la cara.
FRA: ¿De verdad?
MAR: Sí. Es la primera después de la de Jonás…
Le pasaba toda la lengua a su glande.
No quería que se le bajara aún.
FRA: ¿Seguro que no se va a calentar?
MAR: No… Quedate tranquilo.- Le decía sonriendo como si nada pasara.
¿De verdad pensaba que eso no me podría hacer calentar?
FRA: No puedo creer que te la hayas tomado, jeje…
MAR: Jeje…- Le sonrió como prostituta.
FRA: ¿Y te gusta?
MAR: Jmm.. Jeje…
¿Cuánto más tenía que observar?
Se me hacía eterno.
Cada segundo, era un lustro.
MAR: ¡Vení, acostate acá!
FRA: ¿En el piso?.- Le dijo sorprendido.
MAR: Sí…- Con cara de excitación.
FRA: ¡Necesito descansar, jeje!
MAR: ¡Vos vení, jaja!
¿Qué más pensaba hacer?
¿Aún pretendía seguir?
SAB: Dios… Vamos, amor… Lindo… Se corrigió.
La miré.
SAB: Vamos… Vamos…- Volvió a decir acariciándome.
Franco se sentó en el piso, con las piernas extendidas a la espera del ingenio depravado de Mara, que estaba explotando como nunca.
Ella se puso a su lado, arrodillada.
Tenía las piernas todas rojas a causa de esa prolongada posición de felación en el suelo.
Sí, rodillas de petera. Por más increíble que suene.
Se puso de cuclillas en el suelo.
Él miraba como intentando adivinar lo que vendría.
Ya sin ser sorprendente, lo empezó a pajear de nuevo.
FRA: Jeje ¡no sé si voy a poder ahora, bombón!
Estaba exhausto luego de lo que había hecho hacía pocos instantes.
MAR: Ya veremos…- Le dijo sonriendo.
La veía de espaldas.
Todo el pelo largo le caía atrás..
Se inclinó hacia adelante, y comenzó a mamársela otra vez.
¿Más?
Dios…
“Gloc… gloc… glomc…” se escuchaba.
Estaba prendida fuego. No quería saber nada con detenerse.
FRA: ¡Ohh… Hermosa!.- Se quejaba por la sensibilidad en la zona.
SAB: No para… Ohh…
“Ooom… omm… ommm…” le cabeceó rápidamente.
Era una secuencia corrupta, promiscua, grotesca.
Franco lo gozaba y lo sufría.
MAR: Mmmm está funcionando mi truquito…- Exclamó con una mueca de oreja a oreja.
Pasó algo increíble.
Se levantó un poco y cruzó su pierna al otro lado de su cuerpo.
El estaba que se moría, se agarraba la cabeza, tirándose contra atrás.
¿Qué pensaba hacer?
Flexionada sobre sus piernas, lo masturbó unas veces más, de frente.
Yo ya sentía cansancio, fatiga, me dolía todo el cuerpo.
Era mucho.
Pero lo necesitaba.
Lo pajeó rápido para que se le parara más la pija
MAR: Mmm con esto nos vamos a arreglar…- Le dijo con una mueca pícara.
Y ocurrió eso que tampoco esperaba.
Algo que me hizo casi gritar por dentro, desgarrarme.
Le agarró la pija con la mano y con rostro de una excitación letal, se la llevó hasta la puerta de su conchita.
¿Se la iba a meter así?
No. No era posible.
Seguramente iba a jugar con el límite… Como lo venía haciendo…
Dios… Aún así, era demasiado…
Mordiéndose, suspiró con la cabeza de la pija entre sus labios vaginales.
Estaba muy cerca…
Sabrina miraba, con una cara que no había visto nunca. Seguía mimándome…
Mara se mordía, observando lo inmensa que se veía esa pija cerca de su vulva.
Pero sucedió algo más. Algo que no olvidaré jamás.
Contra todo pronóstico, se acomodó más sobre su vientre y… Se la enterró.
Abrió la boca con un placer inmenso.
“Ooooohh” exclamó al meterse la cabeza.
Un frío estremecedor me cubrió de cuerpo entero.
Se me erizó la piel.
Se la había metido sin forro.
¿Se lo estaba cogiendo sin preservativo?
Con toda la calentura que venía acumulando, se sentó completamente sobre él.
Quedé estupefacto… Inerte… Como si el alma se me hubiera salido del cuerpo.
¿Sin protección?
La respiración de Sabrina también se aceleró al ver la cara de Mara.
No, no… Seguro estaba soñando… No era real eso…
Miré a la roja como diciendo “¿estás viendo eso?”
Era muy real…
Quería entrar y agarrarlo del cuello…
Pero lo había hecho ella…
Rojo me puse… Una rabia enorme se apoderó de mí.
Lo iba a matar, sin importar nada…
Me dispuse a entrar…
SAB: Pará…- Me dijo con la palma en el pecho…
YO: ¿Qué?
SAB: Vos sabías de esto…
YO: ¿Qué cosa?
Sabrina me miró descolocada, como que no entendía.
SAB: Pero…
¡Claro!
Ahora entendía todo.
Esos exámenes…
YO: ¿Los estudios médicos?
SAB: Claro… ¿Qué? ¿No sabías vos?.- Expresó sorprendida, mientras los gemidos de Mara eran cada vez más intensos…
Se la estaban cogiendo sin forros en el baño…
YO: No…
Sabrina se quedó.
En verdad no comprendía.
¡Ella también sabía!
YO: ¿Cómo puede…?
Sonreí con ironía…
MAR: Aaaahh… Aahhh… No acabes todavía… Aaaahh…
Nunca vi si eran de más personas, además de él.
Seguramente eran de todos los pibes.
O tal vez no.
Pero de algo estaba seguro, esta vez querían que fuera inolvidable, más que la última vez.
Y para eso, qué mejor que traer esos certificados de que estaban limpios, para poder coger sin protección.
Era demasiado perverso todo, incluso para mí y mi mente abierta.
YO: No me importa…
SAB: ¿Eh?
YO: No me importa más nada… Que haga lo que se le cante el orto…- Expresé enardecido y haciéndome hacia atrás.
Me agité un poco…
Mi respiración se aceleró.
Me acordé de cuando llegamos y ellos ya estaban cogiendo a los 10 minutos.
Cuando los encontré en el acto y Franco empezó a recular por mi presencia, Mara lo había detenido con las manos.
Seguramente ya de ahí cogían sin forro y no quiso que lo viera.
¿Cuándo me lo iban a decir?
Ya era todo.
Comenzaron a venir imágenes a mi cabeza.
La primera foto en tanga de Mara que vi en su teléfono.
Yo, amenazando a su ex para que no la molestara.
Mientras, ella cabalgaba sobre la verga casi muerta de Franco y seguía diciéndole cosas sucias.
MAR: ¡Qué rico coger así! aa a a.- Gemía como una emputecida.
FRA: Ahh… Oohh… Sí…
MAR: Buena idea la de Fer jeje… mmm..
FRA: Mal… Ooohh...
MAR: ¿¿Me vas a coger los cuatro días, lindo??
Ufff.
FRA: Si no me matas antes… O Jonás…
MAR: Mmmm no… El quiere verme así de putita… Bien putita… Oooh…
FRA: Hermosa, qué linda se siente tu conchita piel a piel… No me lo imaginaba…
MAR: ¿Sí? Tu pija también se siente hermosa dentro de mí… Mmmmm.- Le hacía con la boca.
Sabrina me quería llevar…
Algo empezó a salir de mí. No sé qué era, pero lo hacía.
Me sentía como si hubiera corrido 3 maratones en una tarde.
Seguían viniendo momentos a mi cabeza.
Ella sonriendo, lavándome el auto, dándome el primer beso, nuestras primeras salidas juntos.
Desde el fondo se escuchaba la canción “Never let me down again” de Depeche mode.
Se iba de mí esa sensación, ese malestar.
Iba desapareciendo.
Se tiró el pelo para un costado.
Reconozco lo bomba que se veía. Demasiado mina para cualquiera. Y encima, estaba hecha toda una actriz porno.
Los gestos, los gemidos, las poses.
Se había transformado en alguien totalmente distinto a quien me había enamorado.
No comprendía el porqué de todo esto.
¿Cómo podía llegar a siquiera contemplar la posibilidad de que yo quisiera verla haciendo esto?
¿Tan corrompida tenía la mente?
FRA: Esas tetas… Qué ganas de morderlas, ¡dios!
Le sonreía.
Le encantaba que la halagara.
Se mordía el labio inferior, zamarreando el culo encima de él.
MAR: Mmm se está poniendo durita de a poco….
FRA: ¿Sí?
MAR: Sí, creo que le gusta entrar en mi conchita.
FRA: Ohhh… ¿Sabes dónde le gustaría entrar?
MAR: ¿Dónde?.- Exclamó suspirando.
FRA: En tu colita, hermosa….
Sabrina se tapó la boca en un acto reflejo incontrolable, involuntario.
¿Cómo?
Mara gimió.
Pegó un grito. “Aaawwwoo…”
Y luego sonrió.
Un hielo de averno se me pegó en la nuca.
MAR: ¿Sí? ¿Me queres coger la colita?.- Le contestó totalmente excitada, poniendo cara de puta. La cara más de puta que le había visto mientras cabalgaba sobre él, con los pezones en punta.
La forma en que lo tomaba del pecho y se le movía encima.
De una manera muy caliente, concentrada.
Increíble que se moviera así sobre alguien que no era yo.
Los flashes me continuaban viniendo.
Caminando en la playa, haciendo el amor en cualquier lado.
Sabrina me besaba por todo el rostro, me repetía “quiero que me hagas el amor, hermoso, vamos”.
Yo no podía caer a la tierra.
¿De verdad no era una pesadilla?
Todo lo que salía de su boca…
FRA: ¿Y bombón, que decis? ¿Me la vas a dar esta vez? Haa .. aah...
Mara seguía suspirando fuertemente.
Sonreía con los ojos cerrados.
¿Entraba?
¿Lo mataba a golpes?
Ja…
No la estaba obligando a hacer nada… Sólo estaba perdido por ella, como muchos podrían estarlo…
MAR: Mmmm… Mmmmm…
FRA: Aaahh, qué rica estás…
Se me nublaba todo.
Mi cabeza explotaba.
No quería ver más. Ya no necesitaba más.
Veía a todos en mi cabeza.
A Fernanda, a Gabi.
Todas las situaciones juntas. Una tras otra. Lo vivían como algo normal.
Dios…
Mara gemía más y más…
Sus tetas se movían con un ritmo hipnotizador para Franco.
De seguro era una noche inolvidable para él.
Se lo cogía a cable pelado…
No me entraba en la cabeza…
MAR: Dios… dioss…. Aaaaa.-
FRA: Me encantas, hermosa… Quiero cogerte siempre…
MAR: Aaaaaa ¿y mi culito también? ¿Lo queres? aaaaa… Aaaaa.- Ya gritaba desaforadamente. No podía controlarse.
FRA: ¡Sí, lo quiero! Aaaaa….
MAR: ¡Dios, qué dura! Síi…. ¿Me lo queres romper con tu batata? Aaaaa.-
Casi que no podía escuchar.
Parecía una película. No distinguía lo que veía.
Tenía que irme de ahí. ¡Ya!
Mi verga seguía a toda sangre, recibiendo caricias de Sabrina, que por momentos también parecía perderse en lo que sucedía dentro de ese baño.
FRA: ¡Sí, te quiero coger bien el culito, Mar! Aaaaaa…. Aaa.- Gritó.
Mara sonrió como una diabla y se retorció toda.
Frunció el ceño haciendo fuerza.
“Aaaiii…” exclamó sintiendo el orgasmo.
Sabrina casi que se trepó con su pierna sobre mí. No lo creía tampoco.
Los músculos de su rostro se contrajeron mientras Franco jadeaba.
Eso es lo que buscaba. Acabar como loca.
Y lo hacía sobre él.
Yo no me podía mover…
Ambos se retorcieron juntos.
Las imágenes de mi cabeza comenzaron a irse.
Pasaban más lento. La veía a Sabrina y a sus profundos ojos celestes.
Tantas cosas me decía…
Pero faltaba algo más, que terminó de quebrarme…
Él explotó… Una vez más…
Pero no fue una simple ocasión más de orgasmo.
Franco había acabado y dentro de ella…
Mara respiraba agitada.
MAR: Nooo… Me acabaste dentro… Aaaa… Aaaa.- Trataba de contener la respiración acelerada.
Cayó sobre él, apoyando sus brazos.
FRA: Perdón… No pude más con lo que dijiste….
MAR: Pensé que la ibas a estirar… Aaa… Aaa…- Se miró a sí misma, como volviendo en sí.
FRA: No pude más…
MAR: Bueno…. Igual tomo pastillas…- Le dijo como diciendo “por fortuna” con cara seria.
FRA: Uh, qué suerte…-
Tan crudo como sonaba.
Inverosímil.
Yo estaba todo sudado.
Mojado.
Pero un gran alivio me pasaba por el cuerpo.
Sí, a pesar de todo eso.
Sentí una especie de liberación. De tranquilidad.
Estaba a punto de darme media vuelta e irme con Sabrina. Ya no iba a sentir más culpa de estar con ella. Pero algo me detuvo.
Mara seguía sentada sobre Franco y estaba por levantarse.
FRA: Hermosa… ¿Te puedo pedir algo?
Mara aún agitada, le contestó casi caída sobre su pecho.
MAR: ¿Qué?
FRA: ¿Me darías un beso? Solo uno…
Mara abrió los ojos como un sapo, al igual que Sabrina.
Mi corazón se me salía de dentro.
MAR: Jaja hablamos de eso, gor…- Pareció contestarle, nerviosa.
¿Sería capaz?
FRA: Sólo uno… No sabes lo que me gustaría.
Sabrina me apretó la mano.
MAR: Con todo lo que hicimos…
FRA: Necesito uno… Jaja quiero sentir tus labios… Es increíble que aún no te haya besado…
Mara tragó saliva.
Era tremenda la situación, pero por más que sonara así, un beso nunca le había dado.
¿Qué loco, no?
Con tanta intimidad… Un beso…
Ja…
MAR: No, no sé… Jaja…
FRA: Como decís, con todo lo que hicimos… Un simple beso no cambia nada…
MAR: Puede ser… Pero…
FRA: ¿Qué?
Lo más retorcido es que la verga de Franco seguía en el interior de la vagina de Mara. Aún estaba ahí, probablemente íntegramente embadurnada de su semen y de sustancias de ella..
SAB: Vamos… Te deseo mucho, gor…- Expresó muy dulce.
YO: Un segundo…- Le dije casi sudando pero intentando esbozar una sonrisa.
MAR: Mmm… No sé jaja… No quiero que pienses que te voy a empezar a dar besos porque no es así… Ya te lo dije antes…
FRA: Sí, nada de besos jaja
Yo observaba…
Mara lo miraba como indecisa, como si pensara en que eso sería demasiado, pero que a la vez no significaba nada relevante, más de lo que hicieron…
MAR: No quiero que te hagas esa idea…
FRA: No, ya lo sé… Pero moriría por un beso…
MAR: Supongo que no tiene nada de malo… Yo sé cómo Jonás besa a Sabri…
Claro…
La justificación…
Sabrina me miró.
FRA: No, obvio…
MAR: Pero va a ser sólo uno… De verdad te digo…
Cerré los ojos un instante…
¿Hasta dónde?
Estaba rompiendo todos los límites autoimpuestos…
Todos ellos.
La cara de alegría de Franco se hacía notar.
¿De verdad también iba a hacer eso?
Sabrina estaba atónita. No podía creerlo.
FRA: ¡Dale!
MAR: Quietito y no me agarres…
Con el corazón latiendo a velocidad record, observé como Mara se inclinó más y lentamente llegó a sus labios.
Sentí como una trompada que me explotaba el pecho.
Sabrina hizo más fuerza sobre mí, Incluso se le escapó un “¡no!”.
Apoyó su boca sobre la de él.
El infierno mismo se encontraba en mi cuerpo. Tampoco entendía como mi verga explotaba…
Mara suspiró y comenzó a besarlo muy despacio, apenas tocando la superficie de sus labios.
Pero no se detuvo allí, no. Gimió extendidamente, pero muy bajito empezando a moverse sobre él.
Mi mente me mostraba algo que era imposible…
No, no podía ser cierto. Otra vez se sacudía la pelvis sobre la verga desprotegida de Franco.
No había forma de que mi mente creyera eso que veía…
Mi cerebro imploraba porque se terminara.
¡Basta!
No sólo se la cogió sin forros…
Le acabó en la boca… Adentro…
¿Y ahora se lo besaba con la pija a cable pelado, penetrando su vulva?
¿Por qué? ¿Por qué se sacudía así otra vez?
Eso era todo…
FRA: OOoohh… Ummm…. Ahaaa…- Gozó como nunca antes en su vida.
“¡Vamonos ahora!” gritó Sabrina.
¿Qué más tenía que hacer ahí?
Que hiciera lo que quisiera… No me importaba más… Ya no…
Lo último que oí fue un “bueno, ya está, te diste el gusto”.
Mi mente no podía procesar lo que había visto y oído.
Se fue a la mierda. Rebasó todos los límites. Y en la primera noche…
¿Por qué?
¿Placer?
¿Venganza?
No quería ni pensar…
Además, si había alguien que merecía mi atención, era Sabrina, que había sido un dulce de leche conmigo desde que llegó.
Ella también estaba atónita.
Respiraba aceleradamente…
Nos fuimos de ahí. Directo a una de las habitaciones. No iba a pensar más en Mara. Ya no.
El perfume de la piel de la pelirroja más linda que había conocido, me envolvía en una suerte de abrazo.
Miraba sus cabellos al rojo vivo mecerse al ritmo de nuestros pasos.
Le iba a hacer el amor como loco…
Sí, por supuesto…
Sería un modo alternativo de culminación de la historia.
Creo que llevo más de 400 págs ya...
En fin...
Acá el primer capítulo...
Las imágenes no se cargan todas, no sé por qué...
Pero bueno, las van a poder ver con el libro terminado.
Espero que guste...
Aguardo comentarios
Saludos
INSTA HIPHOP911OK
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Mi prima, Mara 2.5: Oscuridad
ESCENA 1:
Casa de Fernanda (Comienzo del capítulo 41 de “El camino…”)
MAR: ¿Ay, no me la queres dar? aa aa aa…
YO: Después, después…
MAR: Bueno jeje…- Seguía mordiéndose.
Me di media vuelta, otra vez, y me fui.
Se quedó ahí, cogiendo de parada con Franco.
Fue muy impactante, pese a que lo habíamos acordado.
Encontrarme así de golpe con la situación.
Sé de la promesa que le había hecho, pero ya no me sentía como en otras veces.
Ya no lo veía tan normal.
Los pensamientos venían a mi mente.
¿Se la habrá chupado antes de que se la ponga?
Terrible.
Salí al fondo.
Sabri estaba sola en la mesa.
Gabi y Brian estaban sentados con los pies en el agua.
Me miró sabiendo muy bien lo que pasaba.
Me senté con ella.
SAB: ¿Qué haces, bombón?.- Me dijo muy natural.
De hecho, me sorprendió.
YO: Hola, hermosa…- Le dije.
Rarísimo que me hablara de esa manera. Aunque bueno, no me molestaba para nada.
Sonrió de costado.
SAB: ¡Me re sirvió lo que me dijiste para el alegato!
YO: ¿Ah sí? ¡Joya!
SAB: Encarrilé por ese lado y arranqué… jaja.-
Me hablaba bien, pero algo nerviosa.
No podía concentrar su mirada en mis ojos más de unos segundos.
YO: ¡A veces un punto de vista diferente, te cambia la ecuación!
SAB: Totalmente…
YO: ¿Te oscureciste el pelo?.- Le pregunté
SAB: No ¿por? Debe ser la tintura jaja
YO: Entonces no sos colorada real…- Le dije en chiste.
SAB: ¡Sí! ¡Lo soy! Pero mi natural parece más zanahoria jaja
YO: ¿Posta?
SAB: Sí, yo me lo oscurezco nomás…
No me lo imaginaba.
¡Era colorada de verdad!
Una hermosura.
YO: Mirá… Yo te hacía una rubia de aquellas jaja
SAB: He estado rubia… Pero no jaja
YO: Lo tuyo es el rojo, olvidate… No sabía que eras colorada posta, posta jeje
SAB: Gracias. Puede ser... Quizá se me oscureció un poco, como decís...
Se miraba unas mechas.
Muy linda se veía haciéndolo.
YO: Sí, me pareció… Te queda lindo igual jaja.- Le hice una mueca
Luego vino Martín y se sentó a picar algo.
¡Qué largo iba a ser ese fin de semana!
También vino Mara.
Con cara de piedra se sentó a mi lado.
Increíble que viniera de coger de parada con otro y se sentara como si nada.
MAR: ¿Qué hacen?.- Dijo como para unirse
YO: Menos que vos, seguro…- Le dije en forma irónica, sin mirarla
Me miró apretando sus labios como diciendo “qué pibe”.
En realidad, me salió de adentro decirle eso.
No se lo dije mal ni nada.
Sabrina ni comentaba. Miraba su celular.
Franco también salió y se sentó en la mesa.
Me empezó a sacar charla.
Era todo tan inusitado…
Yo me sentía como un sapo de otro pozo.
Sí, en otra oportunidad, la deliré. Hice de todo. Pero ahora no lo veía de la misma manera.
La percibía como una situación bizarra.
Me habló un par de boludeces de fútbol y de la pandemia.
Otra cosa más para agregar a lo retorcido del asunto. Hacerse hisopados antes de juntarnos…
Mara y yo, casualmente, nos lo habíamos realizado por nuestros trabajos.
Pero no así los demás, que tuvieron que ir a hisoparse.
¿Cuál es el motivo por el que se somete al hisopado, Sr?
No, no, para coger en grupo. Una tontería…
¡Dios!
Qué guarrada.
También me puse con el celular.
Estaba aburrido.
Y tenía menos de una hora ahí…
Mara me agarró de un brazo y se me apoyó en el hombro.
Yo por dentro pensaba, “acabas de recibir carne como loca y ahora venís a abrazarme…“.
Cómo cualquier otro día.
¿Soy yo el equivocado? ¿O parece cualquier cosa todo?
Recuerdo bien eso que me dijo.
“Que lo hiciéramos juntos”
Posta que era tan retorcido que hasta me causaba gracia.
Pero bueno, era lo que había que hacer…
MAR: No me das bola…- Me dijo, bajito, al oído.
Giré mi cabeza.
No sabía si me hablaba en serio o me estaba gastando.
Me empecé a reír.
YO: ¿Qué? jaja
MAR: Hace 10 minutos te estoy agarrando, dando besos y nada…
Se separó de mí y se sentó.
Quizá en otra oportunidad, se mandaba alguna o me mandaba alguna y, terminamos apretando con más calentura aún.
Ahora no tenía demasiadas ganas.
Y bueno, tampoco podía caretearla tanto.
Le hice el gesto de “ay, dios”.
No sé si le molestó o no, pero se levantó y se fue a hablar con Gabi y Fer que estaban en la pileta.
Ya la noche había comenzado bien torcida…
La miré a Sabrina.
Era como que la energía cambiaba…
YO: Che, posta… Estás muy hermosa vos…
Se le formó una sonrisa tremenda que no pudo disimular.
SAB: ¿Vos decís? jaja
YO: Mal…
SAB: Qué tarado…
Me reí.
SAB: Na, mentira… Sos divino…
Uff…
Esa mirada…
Me hacía sentir escalofríos.
YO: Vos sos divina… Se sabe…
SAB: ¿Ah sí?.- Exclamó entre risas y acercándose a mí.
Seee…
Eso quería.
Que se me pusiera cerca me volvía loco.
En realidad, que me diera bola…
YO: Como que te extrañaba ¿no?.- Le dije con gracia.
SAB: Tengo que admitir que yo también…- Expresó algo tímida y con un poco de rubor en el rostro.
¿Posta lo decía?
Se tiró todo el pelo para un costado.
¡Mamita querida! diría un sujeto cabezón.
Una mujer de ensueño.
YO: No me digas eso porque te como la boca ya…
SAB: Jajaja… Mejor me voy a poner la malla…- Dijo con un gesto pícaro.
Luego, se levantó y se fue.
Si había alguien que podía cambiar mi ánimo, sin dudas era ella.
Y creo que podía ser la única…
Mara me miraba desde donde estaba. No sé qué pensaba, vamos a ser sinceros…
Yo me quedé ahí, esperando a la colo.
Aún intentaba comprender como todo el mundo llevaba con tanta naturalidad una cosa tan, no sé, cruda, como la que hacíamos.
Tal vez era yo el que no acompañaba…
Pero tampoco. Aún siendo yo el descarriado, no me gustaba la situación en que la estaba. No siendo lo éramos en su momento, con Mara.
Ni pasaba por nuestras cabezas algo como esto
¿Coger con otras personas?
¿Qué?
Parece chiste tan sólo decirlo…
Posta que no tenía explicación racional posible. Al menos para mí.
Cuando Sabrina volvió, mis sentidos se abocaron enteramente hacia ella.
Me sorprendí…
Se había puesto una bikini verdosa… Algo amarilla, en realidad y bastante diminuta, que la hacía estallar.
Tragué saliva.
Para colmo, venía caminando como si desfilara y cerebro la reproducía en cámara lenta.
Dios…
Hacía una sonrisita de vergüenza mientras cambiaba su vista al suelo y luego a mí.
“¿Tan diosa vas a ser?” le gritó Fernanda.
Yo me quedé como un imbécil, contemplando cada detalle de su hermosa humanidad.
Me percaté de que Mara me estaba viendo…
No dijo nada. Solo siguió en la suya.
Sabrina continuó su camino y fue en dirección a las chicas. Por la escalerita, se metió lentamente en el agua.
Se agrupó con ellas y me sonrió de costado.
Uff…
¿Qué estaba pasando?
Debo reconocer que me gustaba mucho esta faceta más deshinibida. Aunque no comprendiera el por qué, je…
Lo cierto es que pensar en Sabrina, me hacía olvidar cualquier tipo de escollo que se me presentara y no sé si eso era bueno…
Aunque viendo las actitudes de Mara, creo que no debería de preocuparme demasiado.
Sigo pensando… No pasaron ni 15 minutos y ya estaba cogiendo…
Claramente habíamos tomado un camino sinuoso del cual ninguno de los dos, sabríamos que nos esperaría al final.
Martín, Brian y Franco también se agruparon por dónde estaba yo.
Creo que por momentos, el flaco me miraba con miedo… O no sé con qué, pero hacía notar claramente que se encontraba en una situación “excedida” todo el tiempo. Como si dijera por dentro “en cualquier momento me emboca”.
Yo, por supuesto, que no le pasaba mucha cabida. No porque me hiciera el malo, sino porque era incómoda la situación.
Ese flaco se estaba cogiendo a mi chica…
¿Terrible, no?
Ja…
Pero tampoco podía montarmelo en un huevo solo a él porque, según Mara, “sólo era sexo”. Siendo que, además, había estado con Brian también en la última juntada.
Aún así… Yo no interactuaba demasiado con los primos. Y bueno, Martín era algo distinto al fin de cuentas.
Obvio que sería un necio si dijera que no pensaba en la posibilidad de que pasara algo más entre Mara y Franco, más allá de que ella me aseguró que no, que solo era una cuestión sexual que quería vivir y bla-bla...
Era cierto que estaba cogedora serial, pero estaba con él más que otra cosa…
“Es tu principal competencia” ¿Me había dicho? Jajaja
Qué gracioso…
También estaba la circunstancia de su condición de… Super dotado, digamos…
Y aunque así fuera, como ella dice, no dejaba de ser tremendo todo.
Dios…
¿Quién carajos me mandó?
Continué un rato con ellos, viendo como Sabri me tiraba alguna que otra mirada cómplice. A decir verdad, ella era lo único que mantenía allí.
No sé qué tenía… Pero ya no era la simple amiga de mi novia. Se había transformado en algo más grande, que de no ser los últimos meses vividos, no le hubiera prestado esa atención, tal cual lo hacía actualmente.
Al tenerla cerca, sentía como una especie de radiación a mi alrededor. Me regocijaba.
En un momento, me vio mirándola.
Me hizo el gesto de “hambree” mordiéndose los labios.
La sonrisa se me dibujaba sola…
Comenzó a venir hacia mí.
Mmm… Como me gustaba que me diera su atención.
Como saltando en el agua, se acercó hasta el borde dónde me encontraba yo.
La manera en que rebotaban sus pechos enormes era infernal. Un efecto perfecto que vivía en slow motion…
Se dio cuenta de que la miraba embobado y me respondió en un gesto cómplice.
Divina…
SAB: Metete…
YO: Ni ganas de ir a buscar el short…
SAB: ¿Y quién habló de short?.- Expresó levantando una ceja de manera pícara.
¿Acaso quería que me meta en bóxer?
Me reí.
SAB: A menos que no quieras meterte conmigo…- Dijo en tono de pobrecita, claramente en broma.
YO: Con vos me meto en un volcán de lava hirviendo…- Le respondí muy natural.
Abrió los ojos. Pero enseguida sonrió y dijo:
SAB: Metete así, ya fue jeje
Al verla toda despampanante, no podía seguir negándome…
Mirándola, me saqué la remera, llamando la atención de las chicas, incluida Mara.
FER: Se viene, se viene…- Dijo en voz alta.
Mara solo sonrió, como si nada.
Me saqué la bermuda y quedé en bóxer ante la vista de todos, aunque rápidamente salté al agua.
Mi prenda era de color negro y elastizada. Me quedaba muy bien…
Sabrina me observaba…
Dios…
¿Qué me decía con los ojos?
Más me llamaba la atención que estuviera de esa forma delante de Mara.
¿Hicieron una clase de pacto o algo parecido?
En fin… No importaba…
Sabrina se puso a mi lado, contra uno de los bordes de la piscina.
SAB: Alguien estuvo entrenando…- Expresó viendo mis pectorales.
La verdad que sí…
Los últimos meses había entrenado bastante y mi pecho y mis hombros lucían más voluptuosos. La espalda también.
YO: Sí jaja… Vos estás divina…- Le respondí mirándola de arriba a abajo.
SAB: Gracias…- Dijo dulcemente.
Podía notar un cierto color rojizo en su rostro. Eso no hacía más que derretirme por dentro.
YO: ¿Alguna novedad del boludo aquel?
SAB: ¿Quién? ¿Rodrigo?.- Dijo extrañada.
YO: Se…
SAB: No jaja… Creo que fuiste muy claro con él…- Expresó tentada.
YO: Mejor…
SAB: Gracias de nuevo por eso… No tenías por qué y lo hiciste…
YO: No me agradezcas…- Le dije algo nervioso.
Se percató de eso.
Pero yo quería preguntarle algo y no me animaba.
SAB: ¿Qué? ¿Qué te pasa? jaja
YO: No, nada… Jeje
SAB: Te conozco, querido… ¿qué?
Empecé a pasarme la lengua por los labios.
Ja…
YO: Sé que es algo que… Quiero decir…- Me trabé. Ella me miraba, intentando dilucidar por dónde iba la mano.
SAB: Algo qué…
YO: Digo… No es de mi incumbencia pero vos…- Le dije haciendo ojitos.
SAB: ¿Yo…?.- Replicó en la misma sintonía.
YO: Desde… Él… ¿Saliste o no sé, conociste a alguien?.- Le dije casi tartamudeando.
Sabrina abrió los ojos del tamaño de dos platos.
YO: Es sólo una pregunta… Jaja… De chusma…
Ese tono rojo en su cara se hizo más heavy.
SAB: ¿Perdón?.- Exclamó en tono de broma
YO: Daaa ¿qué te haces? Sólo te pregunto…- Y la empujé sutilmente con el brazo.
SAB: ¿Qué te importa a vos?.- Contestó riéndose.
YO: Si te pregunto es porque me importa…
SAB: ¿Ah, sí?.- Dijo de manera sugestiva
YO: Y obvio… Tengo que ver quién se te presenta viste… Sobre todo desde aquella vez, tengo un deber de protección que cumplir con vos…-
No sé dónde saqué eso, pero calzó justo.
Sabrina comenzó a reírse a carcajadas.
SAB: Qué tarado… Por dios…- Decía sonriendo, toda colorada.
Yo también lo hacía.
Se mordía como diciendo “qué chabón”.
Me dejé llevar y le hice un mimo en la cintura, por debajo del agua. Cuando caí en la cuenta, ya era tarde.
Pero sorprendentemente, no me dijo nada. Sonrió y también me acarició, pero en la zona de la panza.
Mentiría si dijera que no me invadió una sensación de vértigo hermosa en el estómago.
Uff…
Solo me tocó y volé…
SAB: ¿Así que sos mi protector ahora?
Me hizo reír.
YO: Si te parece bien… Jaja…
SAB: Lo voy a pensar…
La miré toda.
Estaba como más firme.
YO: Vos también entrenaste…
Se miró a sí misma.
SAB: Un poco ¿Se nota?
YO: Hacé fuerza, a ver…- La toqué en el brazo.
SAB: No olvidate.- Continuó con gracia
YO: ¿Qué?
SAB: Músculo no hay…
YO: Yo creo que sí, eh… Estás toda diosa…
SAB: Tarado…
YO: Posta… ¿Cuánto medías vos?
SAB: 1, 73 ¿Por qué?
YO: Me jodes…
SAB: No ¿qué tiene?
YO: Es cierto… Siempre me pareciste alta…
SAB: Bueno, gracias…
Le sonreí.
SAB: ¿Te conté que hice Aikido alguna vez?
YO: Naa…- Me reí
SAB: ¿Qué?
YO: No puede ser… ¿De verdad?
SAB: Sí jaja… Con Maxine, mi hermana, hicimos… Poco tiempo igual…
YO: Mirá vos…
Me sorprendió.
Realmente.
YO: Serías como una Steven Seagala jaja
SAB: Sí, así que no me jodas porque te revuelvo por ahí…
La miré
YO: Precisamente, si hay algo que quiero es que me revuelques…- Le dije empujandola cariñosamente…
SAB: Bue…- Contestó haciéndose la otra, en joda.
YO: Jeje
SAB: Como te decía… Mi hermana también es alta, casi como yo… Y un día nos pintó y fuimos juntas…
YO: A ver… Mostrame…
Me separé un poco de ella e hice como que me ponía en guardia.
SAB: ¿Qué haces, boludo? jaja
YO: Ya que te la das tanto de que hacías aikido.
Los pibes se dieron vuelta, al igual que las chicas.
MARTIN: ¿Qué onda ahí, loco? ¿Se pudre? La pudrimo` eh…
YO: Dice que sabe aikido…
Todos la miraron, incrédulo.
Sabrina me quería matar.
SAB: Te voy a lastimar…
Todos explotaron en un grito de “Oooohhhhh”, incluyendo a Mara.
GAB: ¡Pelea, pelea, pelea!
FER: Esto va a ser interesante
YO: ¿Lista?.- Le dije haciéndome el gracioso.
SAB: Bueno… Si insistís…- Contestó provocando el furor en todos.
Cómo gritaron.
Comencé a caminar en círculos, muy despacio.
Ella permanecía quieta, sin guardia, con los brazos al costado de su cuerpo.
Me miraba incrédula.
Yo, por mi parte, sólo me hacía el payaso, amagando que me le iba encima.
Lo que no me esperaba fue lo que ocurrió al siguiente instante…
Mi idea era ir corriendo como para darle un toque en la cara (cosa que no iba a hacer) y en el último segundo, abrazarla por la cintura.
Pero todo pasó tan rápido que cuando me quise dar cuenta, Sabrina me tomó ambas manos y moviéndose a penas a un costado, me dobló las muñecas de tal forma que salí desprendido hacia el otro extremo, con la misma velocidad con la que la había “atacado”.
Todos gritaron, eufóricos por su maniobra.
¿Qué hizo?
¿En qué momento?
Estaba parado, mirando como si no entendiera y con un dolor de muñecas ligero.
YO: Au…- Respondí tentado.
Martín se agarraba la cabeza.
“¿Viste eso?” le decía a Brian.
Las chicas se pusieron rojas.
¿Cómo hizo para sacarme así?
SAB: ¿Suficiente, chiquito?.- Expresó sobradora.
YO: Sí… Au… jaja.- Sacudí los brazos como dejando en claro que no quería más. Pero nuevamente arremetí, a traición.
Se hizo un silencio atroz en el momento que Sabrina me agarró el brazo izquierdo a la altura del hombro, haciendo casi girar en una suerte de “kick flip” y tirarme contra la pared de la pileta.
Fue tan brusco el movimiento que quedó boca a boca conmigo, que además de estar dolorido, estaba completamente fascinado.
Duros se quedaron todos.
Sus labios mojados y sus ojos celestes, tan profundos como el océano hacían destrozos en mi psiquis.
Uff…
Qué ganas de comerle la boca.
Pero luego de unos segundos, se dio cuenta de la situación y me soltó, yéndose hacia atrás.
Me quedé como “wow”.
¿Por qué no me besó?
Sí, obvio… Estaban todos mirando… Y de cerca…
SAB: Así que ya sabes…- Expresó para romper el silencio que se había hecho.
Los pibes no lo creían. Hasta Franco puso cara de sorpresa…
Yo la miré como diciendo “No me jodas”.
No fue hasta que todos volvieron a la suya, que se me acercó nuevamente.
SAB: ¿No te lastimé, no?.- Dijo dulcemente
Ja…
YO: Eso estuvo tremendo… No, no… Todo bien…
Me miraba la espalda.
SAB: ¿Seguro? Te re tiré…
YO: Moría porque me besaras…
Me puso cara de “dale, boludo”.
YO: Posta…
SAB: Dios mío… Después…- Se tocaba el pelo.
YO: Eso me gusta…- Le dije con una mueca en el rostro
Se notaba que ella también quería y yo no veía la hora de que pasara.
Pero me calmé un poco y nos quedamos hablando ahí.
Me contó un par de cosas de su trabajo. Y sobre un posgrado que quería hacer, sobre derecho internacional.
Me parecía una buena idea. A mi también siempre me había llamado la atención esa rama. Sobre todo la privada y lo que tiene que ver con las compraventas, operaciones transnacionales y demás.
Pasamos un rato ahí. Ni nos dimos cuenta del tiempo que pasó, ni de la gente alrededor.
Miré al sector donde estaban las chicas y sólo hablaban Gabi y Fernanda.
SAB: ¿Salimos un rato? Nos vamos a arrugar todos jeje…-
YO: Jaja dale…
Ella salió primero, casi desfilando…
Mamita…
Yo la seguí.
Sabri caminó hasta la mesa donde estaban los chicos y agarró su teléfono.
Eso me hizo recordar que yo también tenía uno y no tenía idea de dónde lo había dejado.
YO: Roja… ¿Mi celu está ahí?.- Le pregunté
Martín se rió al escuchar el apodo que le puse.
Ella también…
SAB: Mmm.. No…
YO: Ahh… No… Ya está.
Lo había dejado adentro, cuando llegamos, en la zona de los sillones.
Entré para agarrarlo.
Me llamó la atención que Mara no estaba por allí tampoco.
¿Franco estaba afuera?
No había mirado.
Mi teléfono estaba ahí, en el mismo lugar y lo tomé.
Cuando lo hice, un almohadón se corrió y una carpetita que había atrás, se dejó ver.
De chusma, la agarré. Era finita.
La abrí y parecían estudios médicos.
Que raro que los dejaran ahí tirados…
Parecían varias hojas.
Cuando vi el nombre, mi atención se quedó con él.
Decía “Franco Sebastián Lopez”.
Sí, era este Franco.
¿Qué hacían estos estudios acá?
Al mirar con más cuidado, pude notar que eran exámenes de enfermedades de transmisión sexual.
¿Qué?
De VIH, sífilis y otras más.
Todo negativo le figuraba. Pero ¿Quién le había pedido eso?
Y si no fuera así, ¿Qué hacían ahí?
Comencé a oír sonidos desde el baño.
La puerta estaba apoyada, no abierta, pero apoyada y un poco de vapor se escapaba por el espacio existente entre el marco y el contorno de ella.
Dejé todo donde estaba y me dirigí hacia allí.
El ruido se intensificaba…
Me acerqué para ver de qué se trataba.
No tardé en comprobar lo que en verdad pasaba…
Cuando no, Mara y Franco…
Miré como diciendo “¡dale!”
¿No podía parar un minuto?
Cogían en la ducha.
Boquiabierto me quedé, no tanto por el qué ya, sino el cómo…
Ella estaba apoyada con sus brazos en la pared, sacando cola zarpadamente y él la tomaba del pelo, penetrándola desde atrás.
“Aaa… Aaa… Aaa…” gemía sin parar y rápidamente, mientras sus tetas se balanceaban de atrás para adelante ferozmente, en lo que comúnmente se llama una “buena cogida”.
“Nnn… nn… oohh… nn” repetía él, metiéndosela con fuerza.
El ruido del golpe de su pubis contra su cola, era tremendo. No podía creer que la tuviera así.
Ni que ella lo hiciera.
Me quedé como “¿tanto?”.
No sé qué me ocurrió pero no me importó.
¿Posta?
Encima se la estaba… En pocas palabras, recontra cogiendo.
Mara estaba totalmente a su merced.
Era increíble…
Si le molestó como estaba con Sabrina esa noche, esa no era la forma de hacérmelo saber…
Para colmo… ¡Cómo gemía!
“Plaf, plaf plaf” se escuchaba zarpado.
Ya no sabía qué pensar.
Era mi chica y ¿se la estaban cogiendo de esa manera?
Creo que en ese tiempo no pensaba con claridad.
Se trataba de Mara, mi Mara… Y otro flaco, con la pija más larga y gruesa que yo, se la estaba empernando toda.
MAR: Aaahhh… Aahhh… Sí, así… Ooowww…
El sonido de su cola y de sus tetas golpeándose entre sí, era brutal.
Parecían cachetadas de película.
Duro me quedé…
No le había bastado cogerselo ni bien llegamos ¿Ahora también?
Ufff…
La cara de perdición que tenía… No parecía ella…
No mentía cuando me dijo que quería “coger mucho” en esta nueva ¿juntada?
Sin palabras…
FRA: Aahh… Dios, hermosa… Oohhh… Qué rica estás… Aahh…
MAR: Mmm ¿Sí?.- Le respondió con voz orgásmica.
FRA: Ooohhh… Sí… ¿Seguro está todo bien? Mmmm…
MAR: Sí, gor… Ohhh… No pares…
No lo podía creer…
¿Todo bien?
Ufff…
¿Qué hacía yo ahí? Observando mientras se la cogía así…
¿Tan mal de la cabeza estoy?
Sentí que alguien se acercó.
“¿Qué haces a… ? Dios…”.- Exclamó con horror, casi.
Era Sabrina. Con los ojos bien abiertos.
Hasta ella se impresionó.
Creo que observó mi cara de confusión.
SAB: Vení, vamos… Quiero que me hagas el amor…- Dijo intentando llevarme.
YO: No… Pará…
¿Eh?
¿Quedarme allí?
¿Por qué dije eso?
¿Para qué quería quedarme a ver cómo se la garcharban?
Sabrina me miró a los ojos.
Algo no me decía con sus palabras. Probablemente, que desconocía esta actitud mía…
MAR: Mmm…Mmm… Mmm…
FRA: Hooo… Hooo…
La manera en que gemía. Incluso a la roja, le llamaba la atención.
Era el sonido de su piel, estrellándose…
FRA: Nunca había estado con una… Oohhh… Dios..
MAR: Mmm… Decilo… Puta, como yo… Aaaomm…
Sabrina abrió los ojos.
Muda se quedó.
FRA: Ohh… No iba a decir eso… Ahhh… Iba a decir diosa…
MAR: Ponele… Umm…- Replicó mientras se sacudía.
La colorada, observando hacia adentro con cara de póker, se acercó a mí y me abrazó por detrás, apoyando su cabeza en mi hombro y sus manos en mi cintura.
Como que me mimó…
Más allá de lo crudo de la escena, fue algo reconfortante.
SAB: Dios, qué es esto…- Exclamó acariciándome la panza.
YO: Lo que todos buscaban…
Mara seguía gimiendo como loca.
Me preguntaba cuánto resistiría cogiendo con esa intensidad.
FRA: Ay… Oh… Ponete contra el vidrio…
Franco, que parecía agitado, se hizo un poco hacia atrás y Mara acató su directiva.
Se puso de frente a nosotros, aunque no nos veía…
Sus imponentes pechos, se aplastaban con el vidrio de manera zarpada.
Cuando notó el instante que Franco volvió a penetrar a Mara desde atrás, Sabrina suspiró en mi cuello y me besó.
“Haaaa…”
Pero eso no fue todo lo que hizo.
Con la mano que me acariciaba la panza, bajó y la introdujo dentro del bóxer.
Yo seguía mirando hacia adentro, mientras me recorría con los dedos.
Y cuando comprobó que tenía la verga bien dura, me mordió.
SAB: Amm…
Uff…
Me encantó.
Su mano calentita, me sujetaba el fierro caliente…
YO: Oohh…
SAB: Qué pija hermosa que tenes, gor…- Me dijo besándome el cuello, arrastrando sus labios y apretando mi verga con su mano.
YO: Vos sos hermosa…
Los gemidos de Mara y el ruido de la mampara de la ducha moviéndose, eran tremendos.
“Ahhh… aahhh… Plaf.. Plaff… Plaf…”. Un recital de golpes parecía.
Ello sin mencionar los terribles jadeos de Franco, por la fuerza que estaba haciendo.
“Arrghhh… Arhhh… Oorhhh…”.
Me imaginaba la estrecha y apretada conchita de Mara siendo vulnerada por ese rabo.
Uff…
Haciendo fricción contra las paredes de su cavidad vaginal…
Sabrina me suspiraba en el oído al compás de los gemidos de Mara.
“Mmm… Mmmm…” a la vez que me subía y bajaba la piel de la pija suavemente.
Dios…
¿Qué era todo eso?
MAR: Oooohh…. Aarrrgh…- Gimió sorprendentemente Mara, llamando nuestra atención.
Lo hizo como si no pudiera contener el grito, desaforado.
La miramos.
A través del vidrio podíamos ver la sonrisa en su rostro.
Era diabólica…
SAB: Hoo…- Expresó sin poder dejar de masturbarme y acariciarme por detrás.
Me hizo suspirar.
Bueno, no sé quién de las dos…
YO: Haaaaa…- Se me escapó.
Al oírme, Sabrina se vino al frente.
Me miró directo a los ojos, con una mirada profunda, de deseo.
Mara musicalizaba el momento con sus gemidos incesantes.
“Aaa… aaaa… aaaa… aaaaaa…”
SAB: ¿Por qué la tenes tan dura?.- Expresó masturbandome ahora de frente.
¿Qué podía contestarle?
Que era un calentón… Un pervertido… Un enfermo…
MAR: Aaaaerr dios, Franco… Qué dura que la tenes… Necesito chupartela, no puedo más…
Ambos giramos de golpe hacia ella.
¿Qué había dicho?
FRA : Oohhh… Mara… ¿Sí?
MAR: Es una piedra… Perdón… Ooommm…- Se oyó cuando se la metió en la boca como una desesperada. Así, incluso con sus propios fluidos impregnados.
FRA: Aaaaarrrrgg…- Gritó
Nos quedamos helados.
Bueno, al menos yo…
Se la empezó a chupar como una puta.
Sí, así es. Como una puta.
A través del vidrio, observé como le mamaba la verga a bocanadas…
Mi Mara…
Sabrina me apretó fuerte la pija y miró anonadada.
Luego hizo algo impensado.
SAB: No puedo seguir así…- Expresó agachandose frente mí.
Me miró con ese rubor divino en la cara e hizo lo mismo que su amiga.
YO: Ooohhhh…- Grité cuando sentí sus labios arropando mi glande.
Ahora ella me felaba a mí…
MAR: Ooommm oommmm ammm… Mmmmmoooo…- Se escuchaba.
Yo estaba alienado.
Veía a Mara chupar pija, mientras también me lo hacían a mí.
El calor de la boca de Sabrina, me acobijaba.
Pero a diferencia de Mara, ella lo hacía más lento y disfrutando cada lamida, cada succión.
Como con más… Amor…
YO: Oohhh, hermosa… Hermosa sos, Sabrina…
SAB: Mmm… Vos lo sos… Mmmm… Leeamm…
FRA: Dios… Qué manera de chuparmela, bombón… Aaahh…
Ella no le contestó. Siguió cabeceando en su vientre como si fuera la última pija que fuera a chupar en la vida.
Fuerte… Rápido…
Me estaba matando lo que hacía…
Pero Sabrina quería sacarme de allí.
Cuando la miraba, mi atención permanecía allí, con ella.
Qué hermosa….
Esos ojos… Esa mirada… Algo me decía con ella, podía notarlo pero ¿qué?
¿Acaso….?
“Mmmmmmmm” mugió Mara llevando mi atención nuevamente a ella.
Franco miraba hacia arriba, casi contra la pared, con la verga enorme hacia adelante y, ella, lo sujetaba de los glúteos de manera absurda, como clavando su paladar en su pija.
¿Qué?
No…
Mientras el calor de la boca de Sabrina me envolvía, iba tomando dimensión de lo que despertamos…
FRA: Despacio, Mar… Aaahhh…
“Gloc gloc gloc” se escuchaba.
¿Qué era todo eso?
MAR: Ooomm… Ommmm… Mmmmm…
FRA: Ahh… Dios… Más despa… aaahhh…
MAR: Mmm.. mmmm ¡vení, acomodate acá!
Abrió la mampara y lo hizo ponerse más al costado.
Todo su largo trazo de verga babeado rebotaba para todos lados.
Franco la miraba con locura.
De seguro esperó con ansias volver a juntarse.
MAR: Así no me pega el aguita en la cara, jeje…
FRA: Sos hermosa… ¡Me volves loco!
MAR: ¿Sí? Le dijo arrodillándose nuevamente ante él.
FRA: ¿Sabes las ganas que tenía de volver a estar con vos?
Sonreía mordiéndose los labios y con la cabeza de la pija casi en su boca.
MAR: ¿De verdad?
FRA: Sí, no te das una idea… Lo que pensé ver mi pija en tu boca de nuevo…
Ella sonreía como una putita en celo.
Y claramente así lo estaba.
Me carcomía el cerebro como una piraña voraz. Encima, Franco parecía más desinhibido que en otros momentos. Como más, suelto.
MAR: Yo también tenía unas ganas de comerte esta verga enorme…. Aaaammm.- Hizo de una bocanada.
Ya no tenía ningún tipo de freno.
Franco gimió, casi que gritó. “Ooohhhj dios, noo”
Mara, sin manos, le comía la verga.
Le movía la cabeza, mirándolo como trolita.
Se la chupaba incansablemente.
Lo tomaba de las piernas.
“Mmm… Pmm… Mmmm…” saboreaba.
¿Cómo podía resultarle tan normal?
MAR: Mmm dios… leamm… Me encanta…
FRA: Ja, me vas a hacer acabar hermosa…
MAR: No importa… voy a seguir chupandotela.-
Cada palabra inyectaba un universo de placer en él y un nudo que Sabrina me desataba.
Todo este tiempo….
Pensar que antes de todo este quilombo, tenía la idea de casarme con ella.
¡Que al carajo se fue todo!
Qué paradójico.
Pedirle matrimonio a una persona que se estaba devorando una verga ante mis ojos.
Y yo, que me dejaba hacer lo mismo por la preciosa colorada…
Solo ver su cara…
Dios…
Cuánta confusión.
Se oía quilombo de afuera, allí también la estaban pasando bien.
FRA: ¡Pará hermosa! No puedo más…
“Ommm… Oom… Mmmchp” se escuchó cuando se la sacó de la boca.
MAR: ¿Y si me la pongo acá?.- Le dijo con voz orgasmica. Incluso, llamó la atención de Sabrina, que giró su cabeza.
Mara se levantó un poco y se puso la pija entre las tetas.
Gemí…
Ummmm…
FRA: Ohhh… ¿Queres que te coja las tetas?.- Exclamó gozando.
MAR: Ajam…- Le dijo observandolo.
Mara estaba disfrutando como más lo quería.
La agarró del cuello y le empezó a coger las tetas.
Toda la carne de Franco, se metía entre sus gomas, brillosas por el agua y exuberantes.
FRA: ¿Viste toda esa leche que te acabé hoy en la pieza? Oohh…
MAR: Sí, chancho, me dejaste todo el cachete de la cola manchado...
Con que eso había ocurrido.
¿Ya de temprano, su piel había tomado contacto con su semen?
Sabía que todo esto podía pasar, pero no a este nivel.
No dejaba de mirarlo como putita.
SAB: Mmm… Gor…
Miré a la roja.
YO: ¿Qué?
SAB: ¿Vamos a la habitación? Unmm…- Dijo con una voz muy dulce.
YO: Ya vamos…
Volví a mirarlos a ellos…
Franco estaba envuelto en llamas.
Toda su piel, se deslizaba en las mojadas tetas de Mara.
No podía see real eso..
Era Mara… Mi chica…
¿Cómo?
MAR: ¡Unas ganas de sentir esta pielcita en mí!
FRA: Ohhhh ¿sí?.- Gemía cada vez más.
MAR: Sí, ya no aguantaba más… Me gusta mucho tu verga…
Cada palabra era un puñal. Uno que mi verga parecía obviar.
SAB: No te hagas… Unmm… La cabeza… Sabes mejor que yo que Mar ama decir cosas sucias… Ummm…- Decía mientras me daba unos piquitos.
Necesitaba más.
Un poco más y explotaba todo…
Miraba…
¿Hasta dónde iba a llegar?
Mara se apretaba las gomas, haciendo que la piel del rabo de Franco se estirara completamente, lo que le generaba un placer extremo.
FRA: Ohhh, no puedo más bombón…
MAR: Mmm ¿me vas a dar lechita?
Intentaba resistirse, pero le era imposible.
Una pendeja como Mara, es única. Y en modo puta, mejor aún…
FRA: Si, si aaa….- Gozaba como nunca en su vida.
MAR: Mmm ¡qué rico!
Seguía con esas barbaridades…
¿Qué le pasaba? ¿Perdió la razón?
Se la sacó de las tetas y lo empezó a pajear. Y lo hacía tan de cerca que la pija le pegaba en la pera con cada jalada.
Parecía que no pensaba en que yo también estaba bajo ese techo.
Y claramente, no lo hacía.
MAR: Mmm me encanta lo larga que es jeje.- Se la miraba y lo miraba a él.
FRA: Noo, no podes mirarme así… Ooohh…
MAR: ¿Así?.- Le dijo como una sumisa.
Le puso ojitos de petera de video porno.
La desconocía.
Totalmente.
La había visto muchas veces envuelta en lujuria, pero era conmigo.
FRA: No, hermosa oohhh… Me vas a matar…
MAR: Sí sigo así, me voy a paspar toda la boca jeje…-
Sabía muy bien lo que hacía y decía.
No podía procesar más nada ya, de todo lo que salía de su ser.
Demasiado extremo, guarro.
Sucio. Esa es la palabra.
Sabrina se levantó y me tomó de la cintura.
“Chuiik” se oyó cuando me besó en los labios.
Ella también los miraba. Me daba cuenta de lo sorprendida que estaba…
FRA: Aaaa… Noo… ¡Diooos!
Comenzó a retorcerse, ahí parado.
Sus gestos lo decían todo.
FRA: Aaaerrr… Mmmm…
Mara lejos estuvo de retroceder. Lo masturbaba más y más rápido.
Franco comenzó a tambalearse.
Mara, con cara de sedienta, sacó su lengua.
¿Eh?
Sentí un cuchillo, como clavándose en mi pecho.
¿Qué?
Franco comenzó a acabar y toda la leche que escupía, se estrellaba en la boca de ella.
Mejillas, lengua, labios…
No comprendí nada. Miraba descolocado mientras Sabrina intentaba besarme sin parar de suspirar.
Toda impregnada con su esperma.
Finalmente se había atrevido a que le acabara en la boca…
No era verdad… ¿Cómo?
Franco estaba ido. Ella seguía masturbándolo, dispuesta a sacarle hasta la última gota.
Mientras el semen le colgaba, ella lo lamía y tragaba al compás de las bombeadas.
Sentí un dolor inmenso en la verga. Sí, ahí.
Inmovilizado, juntaba todo lo que tenía que juntar, para hacer lo que debía.
¿Posta se había dejado acabar en la boca?
Sólo lo había hecho conmigo…
Observé todas las veces que tragó, a la vez que la cálida mano de Sabrina me acariciaba la pija.
Lo había hecho…
Ingirió un sémen que no era mío. Y su cara de placer lo mostraba. Era eso que tanto quería sentir.
Ese morbo. Esa adrenalina de hacer lo que no debes.
La pija gorda y gruesa de Franco estaba empezando a ceder.
FRA: Ohh… ¿Te gustó hermosa?.- Le decía mientras ella se la agarraba cada vez más lento.
MAR: Sí, tenía muchas ganas de probar tu lechita…
Ufff…
Ahí estaba.
Sabrina se estremeció al oírla. Me apretó fuerte la cara.
FRA: ¿De verdad?
MAR: Sí. Es la primera después de la de Jonás…
Le pasaba toda la lengua a su glande.
No quería que se le bajara aún.
FRA: ¿Seguro que no se va a calentar?
MAR: No… Quedate tranquilo.- Le decía sonriendo como si nada pasara.
¿De verdad pensaba que eso no me podría hacer calentar?
FRA: No puedo creer que te la hayas tomado, jeje…
MAR: Jeje…- Le sonrió como prostituta.
FRA: ¿Y te gusta?
MAR: Jmm.. Jeje…
¿Cuánto más tenía que observar?
Se me hacía eterno.
Cada segundo, era un lustro.
MAR: ¡Vení, acostate acá!
FRA: ¿En el piso?.- Le dijo sorprendido.
MAR: Sí…- Con cara de excitación.
FRA: ¡Necesito descansar, jeje!
MAR: ¡Vos vení, jaja!
¿Qué más pensaba hacer?
¿Aún pretendía seguir?
SAB: Dios… Vamos, amor… Lindo… Se corrigió.
La miré.
SAB: Vamos… Vamos…- Volvió a decir acariciándome.
Franco se sentó en el piso, con las piernas extendidas a la espera del ingenio depravado de Mara, que estaba explotando como nunca.
Ella se puso a su lado, arrodillada.
Tenía las piernas todas rojas a causa de esa prolongada posición de felación en el suelo.
Sí, rodillas de petera. Por más increíble que suene.
Se puso de cuclillas en el suelo.
Él miraba como intentando adivinar lo que vendría.
Ya sin ser sorprendente, lo empezó a pajear de nuevo.
FRA: Jeje ¡no sé si voy a poder ahora, bombón!
Estaba exhausto luego de lo que había hecho hacía pocos instantes.
MAR: Ya veremos…- Le dijo sonriendo.
La veía de espaldas.
Todo el pelo largo le caía atrás..
Se inclinó hacia adelante, y comenzó a mamársela otra vez.
¿Más?
Dios…
“Gloc… gloc… glomc…” se escuchaba.
Estaba prendida fuego. No quería saber nada con detenerse.
FRA: ¡Ohh… Hermosa!.- Se quejaba por la sensibilidad en la zona.
SAB: No para… Ohh…
“Ooom… omm… ommm…” le cabeceó rápidamente.
Era una secuencia corrupta, promiscua, grotesca.
Franco lo gozaba y lo sufría.
MAR: Mmmm está funcionando mi truquito…- Exclamó con una mueca de oreja a oreja.
Pasó algo increíble.
Se levantó un poco y cruzó su pierna al otro lado de su cuerpo.
El estaba que se moría, se agarraba la cabeza, tirándose contra atrás.
¿Qué pensaba hacer?
Flexionada sobre sus piernas, lo masturbó unas veces más, de frente.
Yo ya sentía cansancio, fatiga, me dolía todo el cuerpo.
Era mucho.
Pero lo necesitaba.
Lo pajeó rápido para que se le parara más la pija
MAR: Mmm con esto nos vamos a arreglar…- Le dijo con una mueca pícara.
Y ocurrió eso que tampoco esperaba.
Algo que me hizo casi gritar por dentro, desgarrarme.
Le agarró la pija con la mano y con rostro de una excitación letal, se la llevó hasta la puerta de su conchita.
¿Se la iba a meter así?
No. No era posible.
Seguramente iba a jugar con el límite… Como lo venía haciendo…
Dios… Aún así, era demasiado…
Mordiéndose, suspiró con la cabeza de la pija entre sus labios vaginales.
Estaba muy cerca…
Sabrina miraba, con una cara que no había visto nunca. Seguía mimándome…
Mara se mordía, observando lo inmensa que se veía esa pija cerca de su vulva.
Pero sucedió algo más. Algo que no olvidaré jamás.
Contra todo pronóstico, se acomodó más sobre su vientre y… Se la enterró.
Abrió la boca con un placer inmenso.
“Ooooohh” exclamó al meterse la cabeza.
Un frío estremecedor me cubrió de cuerpo entero.
Se me erizó la piel.
Se la había metido sin forro.
¿Se lo estaba cogiendo sin preservativo?
Con toda la calentura que venía acumulando, se sentó completamente sobre él.
Quedé estupefacto… Inerte… Como si el alma se me hubiera salido del cuerpo.
¿Sin protección?
La respiración de Sabrina también se aceleró al ver la cara de Mara.
No, no… Seguro estaba soñando… No era real eso…
Miré a la roja como diciendo “¿estás viendo eso?”
Era muy real…
Quería entrar y agarrarlo del cuello…
Pero lo había hecho ella…
Rojo me puse… Una rabia enorme se apoderó de mí.
Lo iba a matar, sin importar nada…
Me dispuse a entrar…
SAB: Pará…- Me dijo con la palma en el pecho…
YO: ¿Qué?
SAB: Vos sabías de esto…
YO: ¿Qué cosa?
Sabrina me miró descolocada, como que no entendía.
SAB: Pero…
¡Claro!
Ahora entendía todo.
Esos exámenes…
YO: ¿Los estudios médicos?
SAB: Claro… ¿Qué? ¿No sabías vos?.- Expresó sorprendida, mientras los gemidos de Mara eran cada vez más intensos…
Se la estaban cogiendo sin forros en el baño…
YO: No…
Sabrina se quedó.
En verdad no comprendía.
¡Ella también sabía!
YO: ¿Cómo puede…?
Sonreí con ironía…
MAR: Aaaahh… Aahhh… No acabes todavía… Aaaahh…
Nunca vi si eran de más personas, además de él.
Seguramente eran de todos los pibes.
O tal vez no.
Pero de algo estaba seguro, esta vez querían que fuera inolvidable, más que la última vez.
Y para eso, qué mejor que traer esos certificados de que estaban limpios, para poder coger sin protección.
Era demasiado perverso todo, incluso para mí y mi mente abierta.
YO: No me importa…
SAB: ¿Eh?
YO: No me importa más nada… Que haga lo que se le cante el orto…- Expresé enardecido y haciéndome hacia atrás.
Me agité un poco…
Mi respiración se aceleró.
Me acordé de cuando llegamos y ellos ya estaban cogiendo a los 10 minutos.
Cuando los encontré en el acto y Franco empezó a recular por mi presencia, Mara lo había detenido con las manos.
Seguramente ya de ahí cogían sin forro y no quiso que lo viera.
¿Cuándo me lo iban a decir?
Ya era todo.
Comenzaron a venir imágenes a mi cabeza.
La primera foto en tanga de Mara que vi en su teléfono.
Yo, amenazando a su ex para que no la molestara.
Mientras, ella cabalgaba sobre la verga casi muerta de Franco y seguía diciéndole cosas sucias.
MAR: ¡Qué rico coger así! aa a a.- Gemía como una emputecida.
FRA: Ahh… Oohh… Sí…
MAR: Buena idea la de Fer jeje… mmm..
FRA: Mal… Ooohh...
MAR: ¿¿Me vas a coger los cuatro días, lindo??
Ufff.
FRA: Si no me matas antes… O Jonás…
MAR: Mmmm no… El quiere verme así de putita… Bien putita… Oooh…
FRA: Hermosa, qué linda se siente tu conchita piel a piel… No me lo imaginaba…
MAR: ¿Sí? Tu pija también se siente hermosa dentro de mí… Mmmmm.- Le hacía con la boca.
Sabrina me quería llevar…
Algo empezó a salir de mí. No sé qué era, pero lo hacía.
Me sentía como si hubiera corrido 3 maratones en una tarde.
Seguían viniendo momentos a mi cabeza.
Ella sonriendo, lavándome el auto, dándome el primer beso, nuestras primeras salidas juntos.
Desde el fondo se escuchaba la canción “Never let me down again” de Depeche mode.
Se iba de mí esa sensación, ese malestar.
Iba desapareciendo.
Se tiró el pelo para un costado.
Reconozco lo bomba que se veía. Demasiado mina para cualquiera. Y encima, estaba hecha toda una actriz porno.
Los gestos, los gemidos, las poses.
Se había transformado en alguien totalmente distinto a quien me había enamorado.
No comprendía el porqué de todo esto.
¿Cómo podía llegar a siquiera contemplar la posibilidad de que yo quisiera verla haciendo esto?
¿Tan corrompida tenía la mente?
FRA: Esas tetas… Qué ganas de morderlas, ¡dios!
Le sonreía.
Le encantaba que la halagara.
Se mordía el labio inferior, zamarreando el culo encima de él.
MAR: Mmm se está poniendo durita de a poco….
FRA: ¿Sí?
MAR: Sí, creo que le gusta entrar en mi conchita.
FRA: Ohhh… ¿Sabes dónde le gustaría entrar?
MAR: ¿Dónde?.- Exclamó suspirando.
FRA: En tu colita, hermosa….
Sabrina se tapó la boca en un acto reflejo incontrolable, involuntario.
¿Cómo?
Mara gimió.
Pegó un grito. “Aaawwwoo…”
Y luego sonrió.
Un hielo de averno se me pegó en la nuca.
MAR: ¿Sí? ¿Me queres coger la colita?.- Le contestó totalmente excitada, poniendo cara de puta. La cara más de puta que le había visto mientras cabalgaba sobre él, con los pezones en punta.
La forma en que lo tomaba del pecho y se le movía encima.
De una manera muy caliente, concentrada.
Increíble que se moviera así sobre alguien que no era yo.
Los flashes me continuaban viniendo.
Caminando en la playa, haciendo el amor en cualquier lado.
Sabrina me besaba por todo el rostro, me repetía “quiero que me hagas el amor, hermoso, vamos”.
Yo no podía caer a la tierra.
¿De verdad no era una pesadilla?
Todo lo que salía de su boca…
FRA: ¿Y bombón, que decis? ¿Me la vas a dar esta vez? Haa .. aah...
Mara seguía suspirando fuertemente.
Sonreía con los ojos cerrados.
¿Entraba?
¿Lo mataba a golpes?
Ja…
No la estaba obligando a hacer nada… Sólo estaba perdido por ella, como muchos podrían estarlo…
MAR: Mmmm… Mmmmm…
FRA: Aaahh, qué rica estás…
Se me nublaba todo.
Mi cabeza explotaba.
No quería ver más. Ya no necesitaba más.
Veía a todos en mi cabeza.
A Fernanda, a Gabi.
Todas las situaciones juntas. Una tras otra. Lo vivían como algo normal.
Dios…
Mara gemía más y más…
Sus tetas se movían con un ritmo hipnotizador para Franco.
De seguro era una noche inolvidable para él.
Se lo cogía a cable pelado…
No me entraba en la cabeza…
MAR: Dios… dioss…. Aaaaa.-
FRA: Me encantas, hermosa… Quiero cogerte siempre…
MAR: Aaaaaa ¿y mi culito también? ¿Lo queres? aaaaa… Aaaaa.- Ya gritaba desaforadamente. No podía controlarse.
FRA: ¡Sí, lo quiero! Aaaaa….
MAR: ¡Dios, qué dura! Síi…. ¿Me lo queres romper con tu batata? Aaaaa.-
Casi que no podía escuchar.
Parecía una película. No distinguía lo que veía.
Tenía que irme de ahí. ¡Ya!
Mi verga seguía a toda sangre, recibiendo caricias de Sabrina, que por momentos también parecía perderse en lo que sucedía dentro de ese baño.
FRA: ¡Sí, te quiero coger bien el culito, Mar! Aaaaaa…. Aaa.- Gritó.
Mara sonrió como una diabla y se retorció toda.
Frunció el ceño haciendo fuerza.
“Aaaiii…” exclamó sintiendo el orgasmo.
Sabrina casi que se trepó con su pierna sobre mí. No lo creía tampoco.
Los músculos de su rostro se contrajeron mientras Franco jadeaba.
Eso es lo que buscaba. Acabar como loca.
Y lo hacía sobre él.
Yo no me podía mover…
Ambos se retorcieron juntos.
Las imágenes de mi cabeza comenzaron a irse.
Pasaban más lento. La veía a Sabrina y a sus profundos ojos celestes.
Tantas cosas me decía…
Pero faltaba algo más, que terminó de quebrarme…
Él explotó… Una vez más…
Pero no fue una simple ocasión más de orgasmo.
Franco había acabado y dentro de ella…
Mara respiraba agitada.
MAR: Nooo… Me acabaste dentro… Aaaa… Aaaa.- Trataba de contener la respiración acelerada.
Cayó sobre él, apoyando sus brazos.
FRA: Perdón… No pude más con lo que dijiste….
MAR: Pensé que la ibas a estirar… Aaa… Aaa…- Se miró a sí misma, como volviendo en sí.
FRA: No pude más…
MAR: Bueno…. Igual tomo pastillas…- Le dijo como diciendo “por fortuna” con cara seria.
FRA: Uh, qué suerte…-
Tan crudo como sonaba.
Inverosímil.
Yo estaba todo sudado.
Mojado.
Pero un gran alivio me pasaba por el cuerpo.
Sí, a pesar de todo eso.
Sentí una especie de liberación. De tranquilidad.
Estaba a punto de darme media vuelta e irme con Sabrina. Ya no iba a sentir más culpa de estar con ella. Pero algo me detuvo.
Mara seguía sentada sobre Franco y estaba por levantarse.
FRA: Hermosa… ¿Te puedo pedir algo?
Mara aún agitada, le contestó casi caída sobre su pecho.
MAR: ¿Qué?
FRA: ¿Me darías un beso? Solo uno…
Mara abrió los ojos como un sapo, al igual que Sabrina.
Mi corazón se me salía de dentro.
MAR: Jaja hablamos de eso, gor…- Pareció contestarle, nerviosa.
¿Sería capaz?
FRA: Sólo uno… No sabes lo que me gustaría.
Sabrina me apretó la mano.
MAR: Con todo lo que hicimos…
FRA: Necesito uno… Jaja quiero sentir tus labios… Es increíble que aún no te haya besado…
Mara tragó saliva.
Era tremenda la situación, pero por más que sonara así, un beso nunca le había dado.
¿Qué loco, no?
Con tanta intimidad… Un beso…
Ja…
MAR: No, no sé… Jaja…
FRA: Como decís, con todo lo que hicimos… Un simple beso no cambia nada…
MAR: Puede ser… Pero…
FRA: ¿Qué?
Lo más retorcido es que la verga de Franco seguía en el interior de la vagina de Mara. Aún estaba ahí, probablemente íntegramente embadurnada de su semen y de sustancias de ella..
SAB: Vamos… Te deseo mucho, gor…- Expresó muy dulce.
YO: Un segundo…- Le dije casi sudando pero intentando esbozar una sonrisa.
MAR: Mmm… No sé jaja… No quiero que pienses que te voy a empezar a dar besos porque no es así… Ya te lo dije antes…
FRA: Sí, nada de besos jaja
Yo observaba…
Mara lo miraba como indecisa, como si pensara en que eso sería demasiado, pero que a la vez no significaba nada relevante, más de lo que hicieron…
MAR: No quiero que te hagas esa idea…
FRA: No, ya lo sé… Pero moriría por un beso…
MAR: Supongo que no tiene nada de malo… Yo sé cómo Jonás besa a Sabri…
Claro…
La justificación…
Sabrina me miró.
FRA: No, obvio…
MAR: Pero va a ser sólo uno… De verdad te digo…
Cerré los ojos un instante…
¿Hasta dónde?
Estaba rompiendo todos los límites autoimpuestos…
Todos ellos.
La cara de alegría de Franco se hacía notar.
¿De verdad también iba a hacer eso?
Sabrina estaba atónita. No podía creerlo.
FRA: ¡Dale!
MAR: Quietito y no me agarres…
Con el corazón latiendo a velocidad record, observé como Mara se inclinó más y lentamente llegó a sus labios.
Sentí como una trompada que me explotaba el pecho.
Sabrina hizo más fuerza sobre mí, Incluso se le escapó un “¡no!”.
Apoyó su boca sobre la de él.
El infierno mismo se encontraba en mi cuerpo. Tampoco entendía como mi verga explotaba…
Mara suspiró y comenzó a besarlo muy despacio, apenas tocando la superficie de sus labios.
Pero no se detuvo allí, no. Gimió extendidamente, pero muy bajito empezando a moverse sobre él.
Mi mente me mostraba algo que era imposible…
No, no podía ser cierto. Otra vez se sacudía la pelvis sobre la verga desprotegida de Franco.
No había forma de que mi mente creyera eso que veía…
Mi cerebro imploraba porque se terminara.
¡Basta!
No sólo se la cogió sin forros…
Le acabó en la boca… Adentro…
¿Y ahora se lo besaba con la pija a cable pelado, penetrando su vulva?
¿Por qué? ¿Por qué se sacudía así otra vez?
Eso era todo…
FRA: OOoohh… Ummm…. Ahaaa…- Gozó como nunca antes en su vida.
“¡Vamonos ahora!” gritó Sabrina.
¿Qué más tenía que hacer ahí?
Que hiciera lo que quisiera… No me importaba más… Ya no…
Lo último que oí fue un “bueno, ya está, te diste el gusto”.
Mi mente no podía procesar lo que había visto y oído.
Se fue a la mierda. Rebasó todos los límites. Y en la primera noche…
¿Por qué?
¿Placer?
¿Venganza?
No quería ni pensar…
Además, si había alguien que merecía mi atención, era Sabrina, que había sido un dulce de leche conmigo desde que llegó.
Ella también estaba atónita.
Respiraba aceleradamente…
Nos fuimos de ahí. Directo a una de las habitaciones. No iba a pensar más en Mara. Ya no.
El perfume de la piel de la pelirroja más linda que había conocido, me envolvía en una suerte de abrazo.
Miraba sus cabellos al rojo vivo mecerse al ritmo de nuestros pasos.
Le iba a hacer el amor como loco…
Sí, por supuesto…
17 comentarios - Mi prima, Mara 2.5 Adelanto CAP 1
si aai arranca el primer capitulo ni me quiero imaginar el resto...
MPM X "un futuro diferente" // MPM XI "pasado, presente y futuro" // MPM XV "la despedida de soltera" // MPM XX "la ves que fuimos a una reunion y sin querer queriendo salio partuza" y asi a llegar a MPM parte mil "El garche de los jubilados" 🤪😂😂😂
Mara va a terminar peor que la fotos que puso el amigo @ariel3417 . ahora si le van a dejar ese orto chorreando sangre... Aunque con todo lo que se la pasó dilatandose el ano tan capaz le hacen un doble anal y ni lo siente... Ojalá Jonás la termine y se quede en la partuza cogiendose a todas, pero que primero la mande a la mierda... Si no, va a ser una decepción más
Por eso dije que Jonás debía volverse loco, PERO PRIMERO mandar a Mara a CAGAR o sea terminar la relación ahí en el acto, no irse como un cobarde a coger con Sabrina y las otras por despecho de lo que está haciendo Mara y repito, VA A SEGUIR HACIENDO.
PEEEEEEEROOOOOOOO
Tomó una postura pasiva y permisiva, aceptando todo lo que hacía Mara, y amparandose en el supuesto "amor" que empezó a sentir por Sabrina, lo cúal siempre dije que era solo una salida para no aceptar que Mara le estaba cagando la cara durisimo... Eso de cogerse a Gabi y a la FALSA de Fernanda porque Mara estaba haciendo y deshaciendo con todos menos con ÉL, es para mí una POSTURA PASIVA Y DE CORNUDO...
En mí opinión Mara dejó de amar a Jonás en cierto momento de su obseción con Franco y cuando se vió sola y que Franco solo la quería para cogerla y poder reventarle el ORTO, ahí si pum le explotó en la cara y vió que estaba jodida y había perdido a Jonás, por eso esa actitud de Jonás de "yo soy el culpable" de los capítulos del 3er libro que publicaste acá me cayeron de la patada, y lo repetí varias veces...
Eso de que dejara a Mara cogiendo con Franco y se fuera como perro abandonado a donde Sarbrina fué de Cornudo expuesto, se dió cuenta que le estaban cagando la cara de frente y el era el unico que "no se había dado cuenta" y lo pongo entre comillas porque estaba era en negación. No quería aceptar que Mara lo tenía de Cornudo y lo iba a seguir teniendo así.
Yo pienso que Jonás debió entrar al baño y mandar a Mara al carajo y pegarle sus buenas trompadas al Franco, y despues tirarle de frente los anillos a Mara ahí mismo en el piso donde los tiró. PEEERO no irse a donde Sabrina, ya que ella sabía todo y tampoco tuvo los cojones de decircelo a Jonás, huyó como una cobarde.