Elena y su cornudo marido habían venido al bar a tomar algo tras haber salido a cenar, aprovechando que sus hijos estaban con los padres de él. Como de costumbre el ya venía algo tocadito por el alcohol. Elena venia bien guapa, con un top negro, de tirantes finos, con una pequeña línea transparente arriba del todo, que remarcaba sus pechitos carnosos, sin ser ajustada y una falda larga rosa, con rajas frontales que dejaban ver sus piernas cuando andaba o se sentaba y cruzaba las piernas, además resaltaba muy bien su culo. Para rematar, llevaba los labios pintados de un rojo que los hacia más deseables aún.
Cada que vez salía a serviles a su mesa o pasaba cerca de ella, esta me acariciaba la pierna, el culo o lo que podía, disimuladamente, poniéndome caliente. Una de las veces que me acerque lleve unos chupitos además de las copas que me pidieron. Tras tomárnoslos, la di una nota a Elena sin que su marido me viera. En ella la decía que necesitaba que mi polla se pusiera roja como sus labios de sentirlos en ella. Que en cinco minutos le mandaba a alguien a despistar a su marido y ella aprovechara para ir al almacén.
Le mandé a mi jefa Lourdes con unos chupitos más y cuando esta comenzó a darle charla, Elena se levantó y se fue para el almacén, hacia donde yo también fui. Allí dentro nos empezamos a besar contra la puerta y la metí bien mano, descubriendo así que llevaba un sujetador de aro sin tirantes y unas braguitas.
La ordene que bajara a hacer su trabajo, pues no teníamos mucho tiempo que perder. Elena se arrodillo y me desabrocho el pantalón. Me lo bajo y comenzó a lamerme y besarme los huevos y la polla. Tras varias lamidas, comenzó a usar también su mano, para acariciarme y masturbarme, mientras seguía lamiendo. Comenzó a meterse mi polla en la boca, empezando solo con mi glande, besándolo y lamiéndolo, dejándolo bien chorreando de su baba. Poco a poco fue metiéndose más y haciéndome una mamada despacio, pero intensamente. Yo mientras, acariciaba su pelo.
La deje que llevara ella el ritmo un rato, hasta que aprete fuerte su cabeza contra mí, metiéndola mi polla hasta dentro de su garganta, provocándola una arcada. La deje recuperarse para, inmediatamente, empezar a follarla la boca duro y sin descanso. Elena me agarro del culo y apretaba fuerte. Yo iba subiendo la velocidad siempre que podía, hasta notar que, Elena, podía tener una arcada y entonces lo bajaba un poco.
Saqué mi polla de su boca y comencé a golpearla la cara, para que notara bien lo dura que me la había puesto. Der vez en cuando la pasaba por sus deliciosos labios y, sin avisarla, se la metía fuerte dentro, follándosela un poco, para volver a sacársela y comenzar de nuevo a golpear su cara.
La avise que oba a correrme y entonces agarro mi polla y volvió a mamármela tranquilamente, sin parar, ni sacarla, hasta que me corrí entero dentro de su boca. Elena trago todo y dio buenos lametones a mi glande para dejarla bien limpia. Nos dimos unos nuevos besos y salimos del almacén.
Elena y su marido siguieron tomando algo en el bar y, cuando termine mi turno, me acerque a ellos, con una botella de tequila. Mi intención, lógicamente, era terminar de emborrachar a su marido. Cuando le notamos ya bien borracho, nos fuimos a su casa, donde le acostamos. No esperamos ni a salir de la habitación para volver a besarnos y meternos mano. Cuando llegamos al salón la coloque de rodillas en el sofá con sus manos en el cabecero y mirando la pared. Me tumbe sobre su espalda, besándola el cuello, acariciando sus pechitos y restregando mi paquete en su culo. La bese el cuello y las orejas y pase mi lengua por su cuello.
La dije al oído que ahora la tocaba a ella disfrutar y, entre sus risas, me arrodille detrás de ella. Volví a acariciar su culo y fui bajando mis manos acariciando sus piernas. Mis manos se metieron por dentro de su falda gracias a las rajas de la falda. Acaricie sus muslos, hasta que fui subiendo y acaricie su culo, notando el tacto del encaje de su braguita. Subí su falda hasta la cintura y su culo estaba precioso con la sexy braga. Se lo comencé a besar, mientras seguía acariciándoselo. Mi mano comenzó a pasar también entre sus piernas, para acariciar su coño. Acabo entrando por un lado de la braga y la masturbe.
Agarré la braga, metiendo mis dedos por el encaje y comencé a tirar fuerte, hasta rompérsela y hacer un buen agujero, por donde pude meter la cara para besarla la raja del culo. La hice un poco más grande y metiendo mi cara entre sus muslos, la besé el coño, para inmediatamente comenzar a comérselo. Mientras mi lengua se movía a distintas velocidades en su coño, mis manos acariciaban su culo y sus muslos. Uno de mis dedos gordos se introdujo en su culo y se lo masturbe, mientras seguía comiendo su coño, cada vez más húmedo. No pare de comérselo, hasta que Elena se corrió en mi boca.
Me levanté y la di unos azotes, mientras me quitaba el pantalón. Me masturbe y pase mi polla por la raja de su culo, para terminar de ponérmela dura. Me puse un condón y metí mi polla, suavemente, en su culo, hasta el fondo, sacándola un pequeño gemido. La mantuve hasta el fondo unos segundos, mientras me movía en círculos y Elena seguía soltando gemiditos. Agarre fuerte sus caderas y la comencé a follar duro el culo. Poco a poco, aunque ella intentaba contenerse, sus gemidos eran más altos, por lo que me tuve que echar sobre su espalda para poder taparla la boca.
Me senté en el sofá y puse a Elena de pie delante de mí, dándome la espalda. Desabroche la falda y la deje caer, quedándose con el culo tapado por las bragas rotas. Volví a acariciárselo y azotárselo. Me incliné para poder besárselo y lamérselo, mientras mi mano, se volvía a meter por su braga y volví a masturbarla. Mi otra mano subió por su cintura y su tripa, hasta llegar a sus pechitos y acariciárselos, por encima de la camiseta.
La hice sentar sobre mí, de espaldas aún. Abrí bien el roto de las bragas y metí mi polla en su coño. La cogí de la cintura y Elena comenzó a moverse en círculos, despacio, pero sin pausa. Mis manos acariciaban sus ricos muslos y ella giro la cabeza para besarnos. No podía evitar morder sus carnosos labios. Mis manos volvieron a subir por su tripa, pero ahora se metieron por dentro de la camiseta. Volví a agarrar sus pechitos y los acaricié sintiendo la tela con encaje del sujetador. Lo agarre y, al no tener tirantes, me resulto muy fácil bajárselo, dejando sus pechitos ya solo tapados por la camiseta. Acariciaba y pellizcaba sus pezones carnosos, que cada vez se ponían más duros, mientras ella se movía más y más rápido, debido a que estaba cada vez más cachonda.
Elena estaba a punto de correrse nuevamente y se giró, metiéndose aun mi polla en su coño, pero ahora follamos de frente uno al otro. Mis manos cogieron los tirantes de la camiseta y se los baje, dejando sus pechitos al descubierto. Acaricie con mis pulgares sus duros pezones, antes de agachar la cabeza y comérselos. Elena seguía moviéndose a una alta velocidad y apretaba mi cabeza contra ella. Cuando me dijo que estaba corriendo, me puse a morderla los pezones, haciéndola que tuviera una mezcla de dolor y placer.
Elena se cambió mi polla de agujero, metiéndosela en su culo. Comenzó a cabalgar y yo seguía jugando y comiendo sus pezones, tanto con mis manos como con mi boca. De vez en cuando nos besábamos y la mordía sus labios. Cuando la avise que iba a correrme, cabalgo con más fuerza aun, sin parar ni un segundo hasta que me corrí. Entonces se colocó a gatas en el sofá, me quito el condón y me hizo una nueva comida, limpiándomela. Mientras, mi mano se metió por el roto de las bragas y la volví a masturbar. Esta no paro de limpiármela hasta que se volvió a correr.
Tras darnos un buen beso, Elena se fue al baño y me dijo que fuera por unas cervezas, cosa que hice. Volví al sofá y comencé a tomarme la cerveza. Elena volvió con el sujetador bien colocado y se la veía maravillosa, aun con las bragas rotas. Se me acerco y se sentó sobre mí de rodillas. Nos besamos, cogió su cerveza y le dio un buen trago. Elena me dijo lo morboso que era hacerlo conmigo, estando su marido allí, como tantísimas otras veces. Volvimos a besarnos y con la mano libre la acariciaba uno de sus muslos.
Comencé a besarla el cuello y las orejas y, poco a poco, fui bajando hasta llegar a besar sus pechitos por encima del sujetador. Elena se lo desabrocho y lo tiro al suelo. Los besé y comí, disfrutando de sus pezones nuevamente. Elena comenzó a echarse cerveza desde el cuello y la lamí el canalillo que es por donde esta la caía, mientras acariciaba sus pechitos. Comenzó a echársela por los pezones y se los lamí y chupé como si fuera a arrancárselos.
Me tumbe en el sofá y Elena lo hizo sobre mí en posición de 69. Comencé a comerla el coño, por el roto de las bragas y ella, tras empapar mi polla con cerveza, me hizo una buena mamada. Durante el 69 mis manos acariciaron y azotaron su culo. Elena me puso un condón y se sentó sobre mí, cabalgando como loca, con mi polla en su coño y mis manos en sus muslos. Estas acabaron subiendo hasta sus pechitos, acariciándolas. Elena se acabo tumbando sobre mi y nos besamos, mientras seguíamos follando. Mis manos acariciaban sus piernas, culo y pechitos sin parar.
Coloqué a Elena a gatas en el sofá y me puse de rodilla tras ella. Volví a abrir le roto de sus bragas y volví a follarla el coño. Cada vez mas veloz, bien agarrada de la cintura. Cuando esta me indico que iba a correrse, me eche sobre su espalda, follándola más fuerte, agarrando sus pechitos y besándonos.
Cuando se corrió la tumbé en el sofá, y me puse de rodillas entre sus piernas. Se las coloque contra mi pecho y la folle el culo, mientras las acariciaba y besaba sus dedos. Tras unas buenas embestidas, volví a sentarme en el sofá y ella lo hizo sobre mí, dándome la espalda. Mi polla seguía en su culo y esta volvió a cabalgar como una loca, mientras nos besábamos y acariciaba sus pechitos.
Cuando me corrí, Elena se colocó de rodillas en el suelo, entre mis piernas. Me quito el condón, volvió a echar cerveza en mi polla y nuevamente me la comió para dejarla bien limpita. Tras esto se sentó de rodillas sobre mí y nos quedamos besándonos y metiéndonos mano.
Al rato me vestí y me fui a mi casa, bien relajado y agradecido de una nueva gran noche de morbo con Elena.
Cada que vez salía a serviles a su mesa o pasaba cerca de ella, esta me acariciaba la pierna, el culo o lo que podía, disimuladamente, poniéndome caliente. Una de las veces que me acerque lleve unos chupitos además de las copas que me pidieron. Tras tomárnoslos, la di una nota a Elena sin que su marido me viera. En ella la decía que necesitaba que mi polla se pusiera roja como sus labios de sentirlos en ella. Que en cinco minutos le mandaba a alguien a despistar a su marido y ella aprovechara para ir al almacén.
Le mandé a mi jefa Lourdes con unos chupitos más y cuando esta comenzó a darle charla, Elena se levantó y se fue para el almacén, hacia donde yo también fui. Allí dentro nos empezamos a besar contra la puerta y la metí bien mano, descubriendo así que llevaba un sujetador de aro sin tirantes y unas braguitas.
La ordene que bajara a hacer su trabajo, pues no teníamos mucho tiempo que perder. Elena se arrodillo y me desabrocho el pantalón. Me lo bajo y comenzó a lamerme y besarme los huevos y la polla. Tras varias lamidas, comenzó a usar también su mano, para acariciarme y masturbarme, mientras seguía lamiendo. Comenzó a meterse mi polla en la boca, empezando solo con mi glande, besándolo y lamiéndolo, dejándolo bien chorreando de su baba. Poco a poco fue metiéndose más y haciéndome una mamada despacio, pero intensamente. Yo mientras, acariciaba su pelo.
La deje que llevara ella el ritmo un rato, hasta que aprete fuerte su cabeza contra mí, metiéndola mi polla hasta dentro de su garganta, provocándola una arcada. La deje recuperarse para, inmediatamente, empezar a follarla la boca duro y sin descanso. Elena me agarro del culo y apretaba fuerte. Yo iba subiendo la velocidad siempre que podía, hasta notar que, Elena, podía tener una arcada y entonces lo bajaba un poco.
Saqué mi polla de su boca y comencé a golpearla la cara, para que notara bien lo dura que me la había puesto. Der vez en cuando la pasaba por sus deliciosos labios y, sin avisarla, se la metía fuerte dentro, follándosela un poco, para volver a sacársela y comenzar de nuevo a golpear su cara.
La avise que oba a correrme y entonces agarro mi polla y volvió a mamármela tranquilamente, sin parar, ni sacarla, hasta que me corrí entero dentro de su boca. Elena trago todo y dio buenos lametones a mi glande para dejarla bien limpia. Nos dimos unos nuevos besos y salimos del almacén.
Elena y su marido siguieron tomando algo en el bar y, cuando termine mi turno, me acerque a ellos, con una botella de tequila. Mi intención, lógicamente, era terminar de emborrachar a su marido. Cuando le notamos ya bien borracho, nos fuimos a su casa, donde le acostamos. No esperamos ni a salir de la habitación para volver a besarnos y meternos mano. Cuando llegamos al salón la coloque de rodillas en el sofá con sus manos en el cabecero y mirando la pared. Me tumbe sobre su espalda, besándola el cuello, acariciando sus pechitos y restregando mi paquete en su culo. La bese el cuello y las orejas y pase mi lengua por su cuello.
La dije al oído que ahora la tocaba a ella disfrutar y, entre sus risas, me arrodille detrás de ella. Volví a acariciar su culo y fui bajando mis manos acariciando sus piernas. Mis manos se metieron por dentro de su falda gracias a las rajas de la falda. Acaricie sus muslos, hasta que fui subiendo y acaricie su culo, notando el tacto del encaje de su braguita. Subí su falda hasta la cintura y su culo estaba precioso con la sexy braga. Se lo comencé a besar, mientras seguía acariciándoselo. Mi mano comenzó a pasar también entre sus piernas, para acariciar su coño. Acabo entrando por un lado de la braga y la masturbe.
Agarré la braga, metiendo mis dedos por el encaje y comencé a tirar fuerte, hasta rompérsela y hacer un buen agujero, por donde pude meter la cara para besarla la raja del culo. La hice un poco más grande y metiendo mi cara entre sus muslos, la besé el coño, para inmediatamente comenzar a comérselo. Mientras mi lengua se movía a distintas velocidades en su coño, mis manos acariciaban su culo y sus muslos. Uno de mis dedos gordos se introdujo en su culo y se lo masturbe, mientras seguía comiendo su coño, cada vez más húmedo. No pare de comérselo, hasta que Elena se corrió en mi boca.
Me levanté y la di unos azotes, mientras me quitaba el pantalón. Me masturbe y pase mi polla por la raja de su culo, para terminar de ponérmela dura. Me puse un condón y metí mi polla, suavemente, en su culo, hasta el fondo, sacándola un pequeño gemido. La mantuve hasta el fondo unos segundos, mientras me movía en círculos y Elena seguía soltando gemiditos. Agarre fuerte sus caderas y la comencé a follar duro el culo. Poco a poco, aunque ella intentaba contenerse, sus gemidos eran más altos, por lo que me tuve que echar sobre su espalda para poder taparla la boca.
Me senté en el sofá y puse a Elena de pie delante de mí, dándome la espalda. Desabroche la falda y la deje caer, quedándose con el culo tapado por las bragas rotas. Volví a acariciárselo y azotárselo. Me incliné para poder besárselo y lamérselo, mientras mi mano, se volvía a meter por su braga y volví a masturbarla. Mi otra mano subió por su cintura y su tripa, hasta llegar a sus pechitos y acariciárselos, por encima de la camiseta.
La hice sentar sobre mí, de espaldas aún. Abrí bien el roto de las bragas y metí mi polla en su coño. La cogí de la cintura y Elena comenzó a moverse en círculos, despacio, pero sin pausa. Mis manos acariciaban sus ricos muslos y ella giro la cabeza para besarnos. No podía evitar morder sus carnosos labios. Mis manos volvieron a subir por su tripa, pero ahora se metieron por dentro de la camiseta. Volví a agarrar sus pechitos y los acaricié sintiendo la tela con encaje del sujetador. Lo agarre y, al no tener tirantes, me resulto muy fácil bajárselo, dejando sus pechitos ya solo tapados por la camiseta. Acariciaba y pellizcaba sus pezones carnosos, que cada vez se ponían más duros, mientras ella se movía más y más rápido, debido a que estaba cada vez más cachonda.
Elena estaba a punto de correrse nuevamente y se giró, metiéndose aun mi polla en su coño, pero ahora follamos de frente uno al otro. Mis manos cogieron los tirantes de la camiseta y se los baje, dejando sus pechitos al descubierto. Acaricie con mis pulgares sus duros pezones, antes de agachar la cabeza y comérselos. Elena seguía moviéndose a una alta velocidad y apretaba mi cabeza contra ella. Cuando me dijo que estaba corriendo, me puse a morderla los pezones, haciéndola que tuviera una mezcla de dolor y placer.
Elena se cambió mi polla de agujero, metiéndosela en su culo. Comenzó a cabalgar y yo seguía jugando y comiendo sus pezones, tanto con mis manos como con mi boca. De vez en cuando nos besábamos y la mordía sus labios. Cuando la avise que iba a correrme, cabalgo con más fuerza aun, sin parar ni un segundo hasta que me corrí. Entonces se colocó a gatas en el sofá, me quito el condón y me hizo una nueva comida, limpiándomela. Mientras, mi mano se metió por el roto de las bragas y la volví a masturbar. Esta no paro de limpiármela hasta que se volvió a correr.
Tras darnos un buen beso, Elena se fue al baño y me dijo que fuera por unas cervezas, cosa que hice. Volví al sofá y comencé a tomarme la cerveza. Elena volvió con el sujetador bien colocado y se la veía maravillosa, aun con las bragas rotas. Se me acerco y se sentó sobre mí de rodillas. Nos besamos, cogió su cerveza y le dio un buen trago. Elena me dijo lo morboso que era hacerlo conmigo, estando su marido allí, como tantísimas otras veces. Volvimos a besarnos y con la mano libre la acariciaba uno de sus muslos.
Comencé a besarla el cuello y las orejas y, poco a poco, fui bajando hasta llegar a besar sus pechitos por encima del sujetador. Elena se lo desabrocho y lo tiro al suelo. Los besé y comí, disfrutando de sus pezones nuevamente. Elena comenzó a echarse cerveza desde el cuello y la lamí el canalillo que es por donde esta la caía, mientras acariciaba sus pechitos. Comenzó a echársela por los pezones y se los lamí y chupé como si fuera a arrancárselos.
Me tumbe en el sofá y Elena lo hizo sobre mí en posición de 69. Comencé a comerla el coño, por el roto de las bragas y ella, tras empapar mi polla con cerveza, me hizo una buena mamada. Durante el 69 mis manos acariciaron y azotaron su culo. Elena me puso un condón y se sentó sobre mí, cabalgando como loca, con mi polla en su coño y mis manos en sus muslos. Estas acabaron subiendo hasta sus pechitos, acariciándolas. Elena se acabo tumbando sobre mi y nos besamos, mientras seguíamos follando. Mis manos acariciaban sus piernas, culo y pechitos sin parar.
Coloqué a Elena a gatas en el sofá y me puse de rodilla tras ella. Volví a abrir le roto de sus bragas y volví a follarla el coño. Cada vez mas veloz, bien agarrada de la cintura. Cuando esta me indico que iba a correrse, me eche sobre su espalda, follándola más fuerte, agarrando sus pechitos y besándonos.
Cuando se corrió la tumbé en el sofá, y me puse de rodillas entre sus piernas. Se las coloque contra mi pecho y la folle el culo, mientras las acariciaba y besaba sus dedos. Tras unas buenas embestidas, volví a sentarme en el sofá y ella lo hizo sobre mí, dándome la espalda. Mi polla seguía en su culo y esta volvió a cabalgar como una loca, mientras nos besábamos y acariciaba sus pechitos.
Cuando me corrí, Elena se colocó de rodillas en el suelo, entre mis piernas. Me quito el condón, volvió a echar cerveza en mi polla y nuevamente me la comió para dejarla bien limpita. Tras esto se sentó de rodillas sobre mí y nos quedamos besándonos y metiéndonos mano.
Al rato me vestí y me fui a mi casa, bien relajado y agradecido de una nueva gran noche de morbo con Elena.
1 comentarios - Almacen y casa, con su marido cerca. A Elena le va la marcha