La primera vez en la casa de max
Bueno, vamos a seguir contando historias con la morocha misteriosa. Después de ese arranque caliente en la camioneta (vean morocha misteriosa 1, sus inicios) había que seguir avanzando. Max estaba muy entusiasmado con la idea de tenerla en su cama con mas espacio para disfrutarla. Coordinamos para ese fin de semana que íbamos a estar mas libres y con tiempo. Le dije - Amor que ropita te vas a poner para tu chongo?
La pensó un ratito y me pidió de elegirla juntos. Yo tenía ganas de algo nuevo y había conseguido un arnés negro con cuello que terminó siendo el elegido con una tanga negra muy chiquita y medias negras que le quedaba tremendo.
Arriba de eso un tapado y nada más. Así nos fuimos para la casa de max fumando un poco para desinhibir. calientes en el viaje íbamos hablando de las ganas que ella tenía y de sus expectativas y nos pusimos de acuerdo que decir se quería ir.
Llegamos a la noche, le habíamos pedido gin tonic, que es casi lo único que toma de alcohol,
Llegamos a su puerta y bajó abrirnos, ya en el living nos preparó unos tragos y nos fuimos sintiendo todos más cómodos con la situación. Ella siempre con su tapadito puesto. Para que la cosa pueda avanzar más fácil yo volví a la frase que luego se volvió habitual en primeros encuentros.
-Amor, por qué no le mostrás lo que te pusiste para él? Ella se abrió el tapado y le dijo
-te gusta esta ropita?
Abrió ese tapado y mostró la bomba. Los pezones totalmente parados por la calentura, el arnés negro con cuello y una tira que bajaba a la cintura, desde donde salía la la que rodeaba su cintura y las dos que iban a las piernas, una tanguita negra diminuta y resaltando todo con medias negras con silicona.
Max le dijo
-Noooo!!!!, no se puede creer lo buena que estás, sacate ya ese tapado que te quiero ver toda!!
Ella, obediente como es, no lo hizo esperar y tiró el tapado en el sillón y quedó delante nuestro hecha un infierno.
Yo ya le notaba la calentura en los ojos, en los pezones, en la piel. Toda ella ya volaba de calentura.
Le empezó a chupar las tetas y a comer la boca y, por suerte para ella, sin hacerla esperar la llevó para la habitación.
Yo los dejé ir y esperé unos pocos minutos hasta seguirlos. Cuando me fui acercando a la pieza ya pude escuchar sus primeros gemidos. La imagen era tremenda, ella en cuatro patas, ya sin la tanga puesta y el enterrando la cabeza en ese culo divino que el universo le dio, la cabeza de ella contra la almohada mientras el le comía la cola y la conchita sin piedad. El todavía no se había llegado a sacar el pantalón y seguía desesperado comiéndole la cola y arrancándole gemidos. Yo filmaba al lado sin perderme detalle, lo cual ayudó mucho para este relato y los que vendrán. Por el ritmo de su respiración y sus gemidos me di cuenta que en cualquier momento iba a acabar y no me equivoqué. Ella empezó a acabar empujando su cola contra la cara de max y gimiendo como loca. A los pocos segundos le pidió:
-me dejás a mi?, y sin dar tiempo a una respuesta que todos dimos por afirmativa, le desprendió el pantalón y liberó la pija que hacía días estaba esperando conocer mejor. Era bastante grande, gorda como a ella le gustan y apuntaba al techo. No perdió tiempo y como pudo se la fué metiendo en la boca. Lo hizo sentar en la cama y ella se arrodilló en el piso para seguir saboreando la pija con más comodidad. Estuvo así un buen rato, ella es muy gauchita como decimos en argentina, y si hay algo que le gusta es chupar pija, para lo cual no anda midiendo esfuerzos. Cuando se veía que el no aguantaba más le dijo que la quería coger. Se puso un forro y la empezó a clavar en la posición del misionero mientras le comía la boca, algo que a ella le encanta. Después de un buen rato dándole bomba en esa posición la puso en cuatro al borde de la cama y se la empezó a poner lentamente hasta que ella empezó a empujar como loca para atrás y se hizo coger al ritmo que ella quería.
Se escuchaba el ruido al golpear contra su cola, él la tenía agarrada de la cintura y le daba pija sin piedad, mientras ella se retorcía en un nuev o orgasmo. Así estuvieron un buen rato hasta que fue evidente que el no iba a aguantar mas, pero creo yo que sabiendo eso, le pidió a ella que lo cabalgue. Ella lo montó y se solita se puso en la pija en la entrada empapada de su conchita y se sentó de golpe clavándosela toda y así siguió, sin darle tregua hasta que el no aguantó más los saltos de la morocha arriba de su pija y le pidió si le podía acabar sobre la cola, ella le dijo que sí, entonces la volvió a poner en cuatro y le llenó la cola de lehe.
Después del tremendo polvo, volvimos todos al living y tomamos a refrescarnos, ellos lo necesitaban más que yo que solo hice de camarógrafo. El se había puesto un jogging y ella nada
Después de un rato de buena charla vimos que daba para partir y él se alistó a abrirnos y acompañarnos a la puerta. Su departamento está en un complejo cerca de la costa al que se accede llegando al fondo de una larga escalera. Ella volvió a ponerse el tapado y él nos acompañó hasta la salida. Cuando llegamos a la puerta el le comió la boca de para despedirla y según me contó después le dijo que se la quería coger ahí nomás en la escalera sin importarle si los vecinos escuchaban o no. Ella le dijo que la próxima vez quería que lo haga.
Espero les haya gustado el relato de ese primer encuentro en la casa de max. Ya llegarán próximos relatos y ya habrá información para acceder a ver fotos y videos de la morocha.
Bueno, vamos a seguir contando historias con la morocha misteriosa. Después de ese arranque caliente en la camioneta (vean morocha misteriosa 1, sus inicios) había que seguir avanzando. Max estaba muy entusiasmado con la idea de tenerla en su cama con mas espacio para disfrutarla. Coordinamos para ese fin de semana que íbamos a estar mas libres y con tiempo. Le dije - Amor que ropita te vas a poner para tu chongo?
La pensó un ratito y me pidió de elegirla juntos. Yo tenía ganas de algo nuevo y había conseguido un arnés negro con cuello que terminó siendo el elegido con una tanga negra muy chiquita y medias negras que le quedaba tremendo.
Arriba de eso un tapado y nada más. Así nos fuimos para la casa de max fumando un poco para desinhibir. calientes en el viaje íbamos hablando de las ganas que ella tenía y de sus expectativas y nos pusimos de acuerdo que decir se quería ir.
Llegamos a la noche, le habíamos pedido gin tonic, que es casi lo único que toma de alcohol,
Llegamos a su puerta y bajó abrirnos, ya en el living nos preparó unos tragos y nos fuimos sintiendo todos más cómodos con la situación. Ella siempre con su tapadito puesto. Para que la cosa pueda avanzar más fácil yo volví a la frase que luego se volvió habitual en primeros encuentros.
-Amor, por qué no le mostrás lo que te pusiste para él? Ella se abrió el tapado y le dijo
-te gusta esta ropita?
Abrió ese tapado y mostró la bomba. Los pezones totalmente parados por la calentura, el arnés negro con cuello y una tira que bajaba a la cintura, desde donde salía la la que rodeaba su cintura y las dos que iban a las piernas, una tanguita negra diminuta y resaltando todo con medias negras con silicona.
Max le dijo
-Noooo!!!!, no se puede creer lo buena que estás, sacate ya ese tapado que te quiero ver toda!!
Ella, obediente como es, no lo hizo esperar y tiró el tapado en el sillón y quedó delante nuestro hecha un infierno.
Yo ya le notaba la calentura en los ojos, en los pezones, en la piel. Toda ella ya volaba de calentura.
Le empezó a chupar las tetas y a comer la boca y, por suerte para ella, sin hacerla esperar la llevó para la habitación.
Yo los dejé ir y esperé unos pocos minutos hasta seguirlos. Cuando me fui acercando a la pieza ya pude escuchar sus primeros gemidos. La imagen era tremenda, ella en cuatro patas, ya sin la tanga puesta y el enterrando la cabeza en ese culo divino que el universo le dio, la cabeza de ella contra la almohada mientras el le comía la cola y la conchita sin piedad. El todavía no se había llegado a sacar el pantalón y seguía desesperado comiéndole la cola y arrancándole gemidos. Yo filmaba al lado sin perderme detalle, lo cual ayudó mucho para este relato y los que vendrán. Por el ritmo de su respiración y sus gemidos me di cuenta que en cualquier momento iba a acabar y no me equivoqué. Ella empezó a acabar empujando su cola contra la cara de max y gimiendo como loca. A los pocos segundos le pidió:
-me dejás a mi?, y sin dar tiempo a una respuesta que todos dimos por afirmativa, le desprendió el pantalón y liberó la pija que hacía días estaba esperando conocer mejor. Era bastante grande, gorda como a ella le gustan y apuntaba al techo. No perdió tiempo y como pudo se la fué metiendo en la boca. Lo hizo sentar en la cama y ella se arrodilló en el piso para seguir saboreando la pija con más comodidad. Estuvo así un buen rato, ella es muy gauchita como decimos en argentina, y si hay algo que le gusta es chupar pija, para lo cual no anda midiendo esfuerzos. Cuando se veía que el no aguantaba más le dijo que la quería coger. Se puso un forro y la empezó a clavar en la posición del misionero mientras le comía la boca, algo que a ella le encanta. Después de un buen rato dándole bomba en esa posición la puso en cuatro al borde de la cama y se la empezó a poner lentamente hasta que ella empezó a empujar como loca para atrás y se hizo coger al ritmo que ella quería.
Se escuchaba el ruido al golpear contra su cola, él la tenía agarrada de la cintura y le daba pija sin piedad, mientras ella se retorcía en un nuev o orgasmo. Así estuvieron un buen rato hasta que fue evidente que el no iba a aguantar mas, pero creo yo que sabiendo eso, le pidió a ella que lo cabalgue. Ella lo montó y se solita se puso en la pija en la entrada empapada de su conchita y se sentó de golpe clavándosela toda y así siguió, sin darle tregua hasta que el no aguantó más los saltos de la morocha arriba de su pija y le pidió si le podía acabar sobre la cola, ella le dijo que sí, entonces la volvió a poner en cuatro y le llenó la cola de lehe.
Después del tremendo polvo, volvimos todos al living y tomamos a refrescarnos, ellos lo necesitaban más que yo que solo hice de camarógrafo. El se había puesto un jogging y ella nada
Después de un rato de buena charla vimos que daba para partir y él se alistó a abrirnos y acompañarnos a la puerta. Su departamento está en un complejo cerca de la costa al que se accede llegando al fondo de una larga escalera. Ella volvió a ponerse el tapado y él nos acompañó hasta la salida. Cuando llegamos a la puerta el le comió la boca de para despedirla y según me contó después le dijo que se la quería coger ahí nomás en la escalera sin importarle si los vecinos escuchaban o no. Ella le dijo que la próxima vez quería que lo haga.
Espero les haya gustado el relato de ese primer encuentro en la casa de max. Ya llegarán próximos relatos y ya habrá información para acceder a ver fotos y videos de la morocha.
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