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La venganza de la ex de mí amigo pt 2

Tras lo ocurrido esa vez, la ex de mí amigo se volvió una obsesión para mí. Iba a visitarla a su universidad de vez en cuando, allí miraba que su actitud era realmente diferente a la que tenía en la cama. Era tímida, estudiosa y amable, para nada la bestia sexual que había visto esa noche. Salimos varias veces a comer algo, o la acompañaba a comprar cosas, como maquillaje o ropa. Sin embargo, el sexo no se repetía aún, sabía que sucedería pero no sabía cuando. Lo cierto es que en una charla ella me confesó que estaba harta de los hombres, solo atraía a idiotas que la querían por su cuerpo, y luego la reemplazaban.
-Yo nunca te reemplazaría- le dije. Lo cual es cierto, nunca sentí lo mismo que lo que viví teniendo sexo con ella. Necesitaba tenerlo de nuevo, y de nuevo, y de nuevo. Me sentí cómodo siendo tan dominante y ella tan sumisa, sobrepasando límites y con el factor de un "amigo" en común. 
No sé si me creía, pero me dijo que estaba dispuesta a darme una oportunidad. Habíamos tenido gran química y eso merecía otro intento. Por lo que quedamos otra vez, pero ahora sabiendo adonde acabariamos. 
La vi llegar usando una conjunto de falda y remera negra, me volví loco ya que era una falda muy corta. Resaltaba sus piernas desnudas que quería tener ya entre mis hombros. Vimos una película en mí casa, pero poca atención le dimos, acabamos hablando de lo que nos gusta, o ella sobretodo.
-Soy muy sumisa, me gusta que me humillen y hagan lo que quieran, me excita mucho... Y por eso me encantó tu actitud esa noche, pero aún podes mejorar.
Desde siempre quise una mujer así, y ahora que la tengo enfrente dije: no voy a cagarla. Decidí tomar la iniciativa entonces.
-Quitate la ropa.
-¿Ya? Pensé que íbamos a esperar a...
-Dale, quiero verte desnuda, al completo.
Me tiró una sonrisa y comenzó a quitarse prenda tras prenda, despacio como si fuera un baile privado. Hasta que quedó en ropa interior, allí la agarré y la besé con locura.
-Que puta que sos, me encantas.
-Soy tu puta, ¿Que me vas a hacer hoy?
-Hoy voy a disfrutar de tu cuerpo, a mí antojo, tengo una sorpresa- dije, mientras le quitaba el corpiño, ella se quitó su bombachita y me la acercó a la cara.
-Ahora que estás desnuda, servime algo para tomar.
-¿Qué?
-Ya escuchaste.
Cuando fue a la cocina ya desnuda, yo comencé a desvertirme, para que cuando volviera tuviera mí pija parada enfrente. Ella de inmediato dejó el vaso en el suelo y se agachó como una perrita. 
-Ya sabes que hacer, ¿No?
Ella asintió y comenzó a chupármela, mientras lo hacía me miraba fijamente, yo subía al cielo teniéndola tan abajo, acariciando mí pene y comiéndolo cómo si se tratara de una golosina. 
No quise perder tiempo, ya tenía una idea clara. Aquella vez noté que su culo estaba muy cerrado, no estaba acostumbrada al sexo anal, por lo que experimentar más con eso me excitaba al cien. .
La levanté y llevé hasta la cama. Allí le dije que se pusiera en cuatro y esperara
-¿Que me vas a hacer?
-Tu culo me vuelvo loco...
-¿En serio? A tu amigo no le gustaba tanto 
-Es un idiota, yo te quiero reventar. Quiero que pidas que pare.
-¿Que más?
-Quiero que mañana no puedas caminar, reventarte el culo hasta que te guste, porque sos mí puta.
Mientras hablaba, metía de a poco mis dedos en su culo, la calentaba sabiendo lo que le gustaba. Claro que mí pija estaba explotando, lista para entrar en ese culito, pero primero tenía otra idea en mente. La penetré por la vagina mientras seguía estimulando su culo.
-¡Ay, si papi! ¡Seguí! ¡Seguí!
La bombeaba rápidamente, sus gritos no hacían más que ponermela más dura, y aumentaba el ritmo al compás de sus sus quejidos. ¿Cuánto podía resistir sin llenarla de leche?
A los minutos se la saqué. Para reventar en serio su ano necesitaba algo de ayuda... Por eso saqué una botella vacía, pequeña, pero de buen grosor. Claro que la intención era metérsela entera, agarré a la puta y la di vuelta para que pudiera verme.
-Eso no me va a entraAaAr.
-Lo hará, abrite bien- dije mientras empujaba el objeto. 
Empecé a notar como le dolía en serio, lo cual me hizo poner más empeño. En algún momento la botella ya se sostenía sola, colgando en su culo.
-¡AH, DUELE! ¡Sacala! ¡ME VAS A DESGARRAR EL ORTO!
-Segui hablando- dije, y después de tomar una foto de la escena la volví a penetrar por la vagina. Me excitaba mucho sus palabras, su exageración, no iba a aguantar mucho si seguía así.
-Nunca había tenido el culo tan abierto, ¡Ay papi, ¿Por qué sos así?
-Porque sos mí puta, ¿O no? Puedo hacer lo que quiera
-¡Si, si, si!
Era sencillo llegar al éxtasis teniendo su cuerpo cerca, sus gritos de dolor eran la mejor canción. Cojiendola la siento realmente mía, siento que sus agujeros están hechos para recibir mí pene y llenarse de mí semen, que sus nalgas hechas para que las azote, que sus tetas hechas para que más amase, que su voz está hecha para decir lo puta que es. 
-Aaaaa aaaa, putaaaa
Y acabé dentro de su vagina, tras unos minutos de expremo placer. No usé protección así que la llené toda, pensaba durar un poco más, pero fue suficiente. Sus piernas temblaban mientras seguía sollozando. Comencé a besarla por todo el cuerpo mientras repetía mí nombre. Finalmente, saqué la botella de su culo con cuidado.
-AAAA ¡Dios! ¡Cómo arde!
Fue hermoso ver su ano todo abierto, latiendo y pidiendome una dosis más. Pero debía esperar a que me recupere, mientras le tomé fotos y se las mostré.
-Que linda que estoy, ¿No?- decía.
-Obvio, mí putita hermosa.
Apenas me recuperé le di un segundo round, dando todo de mí para dejar mí leche en su culo. Fue una noche muy completa, y lo mejor es que la convencí que esto que teníamos era bueno. Era una puta golosa y sumisa, lo asumía, en la cama era su rol aunque de día parezca otra cosa. Lo mismo yo, de un chico tímido a un degenerado total. Es hermoso lo que tenemos y pienso conservarlo.
Esa noche dormimos juntos, acurrucados en nuestra desnudez. Quería que se quede para vivir esa sensación de cariño después del sexo extremo, y también para verla caminar despacio al día siguiente... Estrené su culo en las grandes ligas y ninguno lo olvidará, no hasta que volvamos a vernos.

Fin.

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