Todo indicaba que sería una noche normal, mi amigo, yo con un vestido rojo, buena música y una agradable plática.
Platicábamos y nos divertíamos, todo era mágico. Sin darnos cuenta el tiempo voló y cuando miramos a nuestro alrededor nos encontrábamos en la terraza bajo la luz de la luna.
La magia comenzó a actuar, la luna ayudaba con su luz y, el viento corría suave y felizmente mientras acariciaba nuestros cuerpos.
Mi amigo tomo mis manos y me miró fijamente, no dijo ni una palabra. Mis sentidos comenzaron a vibrar pero no pude hacer nada... Mi cuerpo no reaccionaba, me paralice...
Un beso cálido sorprendió mis labios, mis ojos mostraban sorpresa pero mis labios fueron débiles y no opusieron resistencia alguna...
10 segundos más tarde y sin saber cómo, estaba mi espalda contra la pared, no podía moverme... Sentí nervios y un poco de miedo pero, continúe.... No quise escapar...
No dije ni una sola palabra, solo sentí sus manos recorrer mi cuerpo, comenzó rodeando mi cintura y poco a poco una mano subió suavemente.
Mi cuerpo comenzaba a temblar mientras su lengua jugaba con la mía...
Sentí su mano acariciar mi seno de forma tierna... No lo detuve...
Luego sentí una caricia entre mis piernas, mi ropa interior comenzaba a humedecer...
El dejo de besar mi boca y beso mi cuello desesperadamente, luego beso mis senos y termino su rostro entre mis piernas...
La sensación era muy excitante, podía sentir su respiración agitada en mis labios húmedos y mis nervios y temores se transformaron en un deseo incontrolable.
Bajó mi ropa interior lentamente, se levantó y volvió a besarme... Tomo mi mano y la dirigió lentamente a su miembro erecto. Se sentía muy duro y palpitante.
El desabrochó su ropa y saco su pene... Me cargó... E introdujo su pene en mi... Me penetró contra la pared... Sentí dolor... Pero no quería que se detuviera... Leves gemidos salían de mi, me abracé a él fuertemente mientras mis piernas colgaban y uno de mis zapatos caía.
El me penetraba con mucha fuerza, parecía que quería hacerme daño... Su respiración era fuerte y agitada y mis gemidos eran cada vez más notorios...
Después de varios minutos de ardua intensidad comenzó a temblar... Sentí una calidez dentro de mi... Lentamente saco su pene y me bajo... Me beso... Y pude sentir como un líquido cálido bajaba por mis piernas...
El sonrió... Y me dijo... TE QUIERO...
Platicábamos y nos divertíamos, todo era mágico. Sin darnos cuenta el tiempo voló y cuando miramos a nuestro alrededor nos encontrábamos en la terraza bajo la luz de la luna.
La magia comenzó a actuar, la luna ayudaba con su luz y, el viento corría suave y felizmente mientras acariciaba nuestros cuerpos.
Mi amigo tomo mis manos y me miró fijamente, no dijo ni una palabra. Mis sentidos comenzaron a vibrar pero no pude hacer nada... Mi cuerpo no reaccionaba, me paralice...
Un beso cálido sorprendió mis labios, mis ojos mostraban sorpresa pero mis labios fueron débiles y no opusieron resistencia alguna...
10 segundos más tarde y sin saber cómo, estaba mi espalda contra la pared, no podía moverme... Sentí nervios y un poco de miedo pero, continúe.... No quise escapar...
No dije ni una sola palabra, solo sentí sus manos recorrer mi cuerpo, comenzó rodeando mi cintura y poco a poco una mano subió suavemente.
Mi cuerpo comenzaba a temblar mientras su lengua jugaba con la mía...
Sentí su mano acariciar mi seno de forma tierna... No lo detuve...
Luego sentí una caricia entre mis piernas, mi ropa interior comenzaba a humedecer...
El dejo de besar mi boca y beso mi cuello desesperadamente, luego beso mis senos y termino su rostro entre mis piernas...
La sensación era muy excitante, podía sentir su respiración agitada en mis labios húmedos y mis nervios y temores se transformaron en un deseo incontrolable.
Bajó mi ropa interior lentamente, se levantó y volvió a besarme... Tomo mi mano y la dirigió lentamente a su miembro erecto. Se sentía muy duro y palpitante.
El desabrochó su ropa y saco su pene... Me cargó... E introdujo su pene en mi... Me penetró contra la pared... Sentí dolor... Pero no quería que se detuviera... Leves gemidos salían de mi, me abracé a él fuertemente mientras mis piernas colgaban y uno de mis zapatos caía.
El me penetraba con mucha fuerza, parecía que quería hacerme daño... Su respiración era fuerte y agitada y mis gemidos eran cada vez más notorios...
Después de varios minutos de ardua intensidad comenzó a temblar... Sentí una calidez dentro de mi... Lentamente saco su pene y me bajo... Me beso... Y pude sentir como un líquido cálido bajaba por mis piernas...
El sonrió... Y me dijo... TE QUIERO...
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