Llegamos a nuestra casa. La besé apasionadamente.
- No puedo más...- Me susurraba agitada, Pauli.
Mis manos no alcanzaban para sacarle la remera, bajarle la calza. Ella gemía.
- Agh... Si... Dominame, por favor, manejame toda.
La miré y estaba ida. Yo también. Estaba con los ojos cerrados, colorada. La tomé del pelo y se lo tiré hacia atrás. Gritaba de placer.
-¿Te gusta, puta?-
- Me encanta...-
- ¿Te gusta que te domine adelante del viejo? ¿Te gustó que te cogiera el culo?-
- ah, ah, no... No puedo más ¡Cógeme!- Me miró a los ojos, la excitación se sentía entre nosotros.
- ¡Contesta, puta! ¿Te gustó o no?-
- Me encantó, me encantó...-
- ¿Qué cosa te gustó?-
- Que me cogieras el culo adelante de Lucio. - respiraba y hablaba entre cortada. - por... Por favor. Necesito que me la metas.- Levantó una pierna, corrió la tanga y me agarró la pija. Empecé a metérsela despacio. - ah, por dios... Me encanta...-
La agarré del culo y hacia fuerza. Sentía como mi leche salía de su culo. Me excité todavía más y la velocidad aumentaba.
- ¡Ah! Para, saca el dedo que me dejaste doliendo...- me dijo.
- ¿Ahora pedís que pare? ¿Ahora?- Se lo repetía, mientras le metía y sacaba cada vez más rápido el dedo. - contesta.-
- No, ah... No, ah... No, no pares. - Gemía, con los ojos cerrados.
La cogía fuerte, con bronca. La agarraba del pelo y ella pedía más y más.
- Dame vuelta, por favor, cógeme de espalda. - me suplicó, tratando de alejarse de mí.
La giré y sacó bien el culo. La veía cogida, entregada, caliente. Simplemente la puta que deseaba que sea muchos años atrás, pero no sabía que a este nivel.
- ¿Qué esperas?- Me miró por arriba de su hombro. - Cogeme la conchita...- me miraba y hablaba con voz de puta y abría los cachetes del culo. - la colita no porque mirá como me la dejaste...-
Apreté la mandíbula y agitado me abalancé sobre ella. Empecé a cogerla y gemia.
- Tocame, por favor, tocame que acabo...- me susurraba agarrándome del pelo.
- ¿Como te tocaba el viejo?-
No respondía. La cogía más fuerte y le apretaba el clítoris.
- ¿Querés que te toque como te tocaba Lucio?- Agitada, sonreía. - Contesta, putita.-
- Es que el viejito tiene los dedos grandes y me apretaba muy fuerte, me hizo acabar rápido...-
No aguanté y comencé a cogerla fuerte. No sé si ese comentario me excitaba o me daba rabia.
- ay, si... Así... ¿ Qué pasa, te calienta que el viejito me haga acabar con esos dedos?- sonreía la muy putita que me hacía tocar el orgullo o no sé qué pero mi pelvis golpeaba cada vez más fuerte sobre su culo. - ay, que pija...- comenzó a repetir.
- ¿Cuál?- le pregunté, agitado
- ¿Vos qué te imaginás?- Me miró y llevó mí mano a su boca para empezar a chuparme el dedo como si fuese una pija. Metió, uno, metió dos y se metió tres, hasta casi ahogarse.
De un momento para el otro ya estaba acabando dentro de ella, y sintiendo como se retorcía mientras acababa.
No dijimos nada. Tomamos agua y fuimos a bañarnos. Dormimos la siesta y salimos a cenar. No fue planeado pero necesitábamos aire. No hubo esas previas que teníamos hasta hacía poco. Creo que la barrera que habíamos roto, nos rompía la emoción de lo anterior. Elegimos un restaurante que a su vez es casi un bar donde pasan música y las mesas están bastante alejadas unas de otras. Nos sentamos en unos módulos casi al fondo. No teníamos a nadie. Comimos, pedimos un vino y luego empezamos a tomar tragos. No eran necesarios o si, para liberarnos.
-¿Qué vamos a hacer?- Le pregunté a Pauli.
- Nada, seguir como hasta ahora.-
- ¿De qué "ahora" estamos hablando?-
- No entiendo.-
- digo... - me acerqué y susurraba por arriba de la mesa - ...del ahora que veo como un viejo te mete los dedos en el culo o del ahora que vamos a casarnos y jugábamos a qué nos veríamos?-
- No sé, yo...- Ahí la pude ver por primera vez confundida o por lo menos, más confundida que yo.
Por unos minutos sólo tomamos y nos esquivamos la mirada. Cómo sabiendo que era necesario pero a la vez, debíamos hablarlo.
- ¿Vos me amas?- Le pregunté, sin saber qué prefería que me diga.
- ¡Obvio, Juan! ¿Cómo vas a dudar?- Se ofendió, cruzándose de brazos.
- Bueno, puedo dudar desde el primer momento donde te calienta que un viejo te manosee y lo pajees delante mío.-
- ¿Ahora solo es mí responsabilidad? ¿Fuiste obligado?-
- un poco...-
- ¡Ay! Por favor. Si cada vez que hablábamos estabas re duro.-
No iba a negarselo pero como no sabía bien que me pasaba, tampoco lo afirmé.
- ¿Y vos me amas a mí?- Me miró y no respondí al instante. - ¿No vas a responder?-
- ¿No es obvio? ¡Si, te amo!-
- ¿Y si me amas porque dejaste que todo esto crezca. -
La tensión era por demás notoria. No era lo que esperaba, si es que podía esperar algo.
- ¿De dónde te nació todo esto?- Le pregunté, moviendo el vaso casi vacío. - No eras así, ¿Viste algo? ¿Hablaste con alguien? ¿Me cagaste?- le preguntaba <<que paradoja pensar que me cagó cuando hacía unas horas teníamos ese encuentro>>
- ¡Ay, Juan! No digas pavadas. - Me tomó de las manos. - Siempre me pediste que deje de ser tradicional y no sé, una cosa llevó a la otra y se dió.-
- ¿Así de simple? ¿De fácil?-
El bar empezaba a llenarse y Pauli me pidió que nos fuéramos. Subimos al auto y empecé a manejar hacia la costanera. Ella puso música y no hablamos hasta que estacioné.
- Cuando era chica, tuve un evento donde creo que disparó este momento. -
- ¿De qué hablas?-
- Cuando me propusiste casamiento y empecé a pensar en todo lo que vivimos, lo que ¡No! Vivimos y por ahí me pedías. Me empecé a preguntar porque no me arriesgaba.-
- ¿Esto va hacia un lugar donde a vos te...-
- ¡No! - gritó, interrumpiendome. - Todo consensuado pero... Deja, mejor, mejor deja...- Se cruzó de brazos.
- Contame.-
- Te vas a poner celoso.-
-¡Me estás jodiendo!-
- ¡Je! Tenés razón. - Me hablaba casi patinando un poco las palabras por el alcohol. - Cuando iba al colegio, yo tenía un noviecito pero no lo quería. Yo estaba enamorada del profesor de literatura.-
- un amor platónico.-
- ponele. -
- ¿Y a qué va esto?-
- El profe de literatura era un señor bastante más grande y no era tan atractivo pero algo me generaba.-
- ¿Entonces?-
- Y eso me hizo acordar a Lucio.- Media las palabras, como controlándose.
- En serio que no entiendo que tiene que ver. Hay miles de tipos iguales y ¿Porqué ahora?-
- ¡Ay, Juan! Mirá, yo quería darle celos y sabía que iba a fumar al lado del cuarto donde guardaban de todo. Había una ventana.-
- Pauli, anda al grano.-
- ¡Bueno! Una mañana, que sabía su horario para fumar, llevé a mi noviecito al cuarto, me arrodillé y le empecé a chupar la pija. Se la chupaba despacio, mirando para el costado, esperando que él llegue.-
Yo comencé a calentarme. Pauli se dió cuenta. Sacó mi pija del pantalón y empezó a pajearme.
- Me había levantado la pollera para que el profe me vea, aunque le decía a mí noviecito que era para que él acabe. -
Yo estaba durísimo.
- Él no venía...- Pauli me hablaba en tanto empezó a chuparme la pija. - Se la chupaba despacio, así. Mirando para el costado. -
- ¿Y entonces?- pregunté agitado, empezando a tocarle su culo.
- Entonces en un momento escuchamos la puerta. Mi noviecito quiso frenar, tratando de subirse el pantalón pero yo no lo dejé y me ahogué con su pija, así...- se la metió entera, y empezó a hacer arcadas. No muchas veces lo hacía. - agh, que rica...- se limpió la baba de la boca. - y el chico estaba aterrado pero quería que me vea. De reojo lo vi, cómo clavaba la mirada en mi culo. Yo estaba empapada. El chico acabó y ahogada, me agarró del brazo y salimos corriendo.-
Me empezó a chupar la pija con más velocidad. Chupaba y salía para hablarme. En tanto me pajeaba.
- No sé si él supo que era yo pero siempre deseé que él sepa. -
Yo dejé de hablar, empujé su cabeza hacia mi pija y le empecé a coger la boca.
- ¿Y ahora querés ser la putita de que el viejo te miré?- le preguntaba, y ella trataba de responder pero no dejaba de cogerle la boca. - ¿Ahora querés volver a ser esa nena, puta? -
- Aggggrrrh...- escuchaba, mientras continuaba con el ritmo.
- ¿Eso es un si, puta?- le agarré del pelo y la saqué para que me miré. Tenía todo el rimel corrido y lloraba, babeando.
- Si... Quiero ser esa puta...- tragó saliva.
La empujé a mi pija y le llené la boca de leche. Comenzó a tragar todo lo que pudo. La solté y ella me seguía pasando la lengua. Yo tiré la cabeza hacia atrás, acabado.
- ¿Sólo será por ahora?- Le pregunté.
- Si...-
- Se va a repetir...-
- ¿Vos querés? - Me preguntó.
- ¿Cuál es el límite?-
- El que vos me digas...- Me respondió al instante.
Arranqué el auto, volvimos y nos acostamos. Ella se puso el pijama y por ese día el sexo ya era suficiente.
- Bueno, de última tampoco es que tenemos mucho tiempo porque Lucio se muda. - Le dije, ya con las luces apagadas y de bastante madrugada.
- Es verdad, amor. - Respondió ya dormida.
En mí cabeza la idea seguía dando vueltas. Fui al baño, me senté en el inodoro. Entré en Instagram y veía las historias de Maca. A los minutos un mensaje de ella.
Maca: - No sabía que me stalkeabas de madrugada. -
Yo:- ¿Qué haces a esta hora que no estás de joda?-
Maca:- Volví, porque estoy cansadita.-
Yo:- Bueno, tocate pensando en mí, así te dormís relajada.-
Maca:- Por ahí tengo alguien que me esté tocando.-
Me paralice. No respondí.
Maca:- Te extraño...-
Agregó y sonreí.
Yo: - Yo también...-
Maca:- Quiero volver y necesito que hablemos, por favor. No sé cómo seguir. -
No dije nada más. Borré todo, sonreí y me fui a la cama. Mi cabeza era un quilombo, ya no sabía que me gustaba, que quería y con quién lo quería. Aunque si sabía que algunas cosas pasarían más rápido de lo esperado.
- No puedo más...- Me susurraba agitada, Pauli.
Mis manos no alcanzaban para sacarle la remera, bajarle la calza. Ella gemía.
- Agh... Si... Dominame, por favor, manejame toda.
La miré y estaba ida. Yo también. Estaba con los ojos cerrados, colorada. La tomé del pelo y se lo tiré hacia atrás. Gritaba de placer.
-¿Te gusta, puta?-
- Me encanta...-
- ¿Te gusta que te domine adelante del viejo? ¿Te gustó que te cogiera el culo?-
- ah, ah, no... No puedo más ¡Cógeme!- Me miró a los ojos, la excitación se sentía entre nosotros.
- ¡Contesta, puta! ¿Te gustó o no?-
- Me encantó, me encantó...-
- ¿Qué cosa te gustó?-
- Que me cogieras el culo adelante de Lucio. - respiraba y hablaba entre cortada. - por... Por favor. Necesito que me la metas.- Levantó una pierna, corrió la tanga y me agarró la pija. Empecé a metérsela despacio. - ah, por dios... Me encanta...-
La agarré del culo y hacia fuerza. Sentía como mi leche salía de su culo. Me excité todavía más y la velocidad aumentaba.
- ¡Ah! Para, saca el dedo que me dejaste doliendo...- me dijo.
- ¿Ahora pedís que pare? ¿Ahora?- Se lo repetía, mientras le metía y sacaba cada vez más rápido el dedo. - contesta.-
- No, ah... No, ah... No, no pares. - Gemía, con los ojos cerrados.
La cogía fuerte, con bronca. La agarraba del pelo y ella pedía más y más.
- Dame vuelta, por favor, cógeme de espalda. - me suplicó, tratando de alejarse de mí.
La giré y sacó bien el culo. La veía cogida, entregada, caliente. Simplemente la puta que deseaba que sea muchos años atrás, pero no sabía que a este nivel.
- ¿Qué esperas?- Me miró por arriba de su hombro. - Cogeme la conchita...- me miraba y hablaba con voz de puta y abría los cachetes del culo. - la colita no porque mirá como me la dejaste...-
Apreté la mandíbula y agitado me abalancé sobre ella. Empecé a cogerla y gemia.
- Tocame, por favor, tocame que acabo...- me susurraba agarrándome del pelo.
- ¿Como te tocaba el viejo?-
No respondía. La cogía más fuerte y le apretaba el clítoris.
- ¿Querés que te toque como te tocaba Lucio?- Agitada, sonreía. - Contesta, putita.-
- Es que el viejito tiene los dedos grandes y me apretaba muy fuerte, me hizo acabar rápido...-
No aguanté y comencé a cogerla fuerte. No sé si ese comentario me excitaba o me daba rabia.
- ay, si... Así... ¿ Qué pasa, te calienta que el viejito me haga acabar con esos dedos?- sonreía la muy putita que me hacía tocar el orgullo o no sé qué pero mi pelvis golpeaba cada vez más fuerte sobre su culo. - ay, que pija...- comenzó a repetir.
- ¿Cuál?- le pregunté, agitado
- ¿Vos qué te imaginás?- Me miró y llevó mí mano a su boca para empezar a chuparme el dedo como si fuese una pija. Metió, uno, metió dos y se metió tres, hasta casi ahogarse.
De un momento para el otro ya estaba acabando dentro de ella, y sintiendo como se retorcía mientras acababa.
No dijimos nada. Tomamos agua y fuimos a bañarnos. Dormimos la siesta y salimos a cenar. No fue planeado pero necesitábamos aire. No hubo esas previas que teníamos hasta hacía poco. Creo que la barrera que habíamos roto, nos rompía la emoción de lo anterior. Elegimos un restaurante que a su vez es casi un bar donde pasan música y las mesas están bastante alejadas unas de otras. Nos sentamos en unos módulos casi al fondo. No teníamos a nadie. Comimos, pedimos un vino y luego empezamos a tomar tragos. No eran necesarios o si, para liberarnos.
-¿Qué vamos a hacer?- Le pregunté a Pauli.
- Nada, seguir como hasta ahora.-
- ¿De qué "ahora" estamos hablando?-
- No entiendo.-
- digo... - me acerqué y susurraba por arriba de la mesa - ...del ahora que veo como un viejo te mete los dedos en el culo o del ahora que vamos a casarnos y jugábamos a qué nos veríamos?-
- No sé, yo...- Ahí la pude ver por primera vez confundida o por lo menos, más confundida que yo.
Por unos minutos sólo tomamos y nos esquivamos la mirada. Cómo sabiendo que era necesario pero a la vez, debíamos hablarlo.
- ¿Vos me amas?- Le pregunté, sin saber qué prefería que me diga.
- ¡Obvio, Juan! ¿Cómo vas a dudar?- Se ofendió, cruzándose de brazos.
- Bueno, puedo dudar desde el primer momento donde te calienta que un viejo te manosee y lo pajees delante mío.-
- ¿Ahora solo es mí responsabilidad? ¿Fuiste obligado?-
- un poco...-
- ¡Ay! Por favor. Si cada vez que hablábamos estabas re duro.-
No iba a negarselo pero como no sabía bien que me pasaba, tampoco lo afirmé.
- ¿Y vos me amas a mí?- Me miró y no respondí al instante. - ¿No vas a responder?-
- ¿No es obvio? ¡Si, te amo!-
- ¿Y si me amas porque dejaste que todo esto crezca. -
La tensión era por demás notoria. No era lo que esperaba, si es que podía esperar algo.
- ¿De dónde te nació todo esto?- Le pregunté, moviendo el vaso casi vacío. - No eras así, ¿Viste algo? ¿Hablaste con alguien? ¿Me cagaste?- le preguntaba <<que paradoja pensar que me cagó cuando hacía unas horas teníamos ese encuentro>>
- ¡Ay, Juan! No digas pavadas. - Me tomó de las manos. - Siempre me pediste que deje de ser tradicional y no sé, una cosa llevó a la otra y se dió.-
- ¿Así de simple? ¿De fácil?-
El bar empezaba a llenarse y Pauli me pidió que nos fuéramos. Subimos al auto y empecé a manejar hacia la costanera. Ella puso música y no hablamos hasta que estacioné.
- Cuando era chica, tuve un evento donde creo que disparó este momento. -
- ¿De qué hablas?-
- Cuando me propusiste casamiento y empecé a pensar en todo lo que vivimos, lo que ¡No! Vivimos y por ahí me pedías. Me empecé a preguntar porque no me arriesgaba.-
- ¿Esto va hacia un lugar donde a vos te...-
- ¡No! - gritó, interrumpiendome. - Todo consensuado pero... Deja, mejor, mejor deja...- Se cruzó de brazos.
- Contame.-
- Te vas a poner celoso.-
-¡Me estás jodiendo!-
- ¡Je! Tenés razón. - Me hablaba casi patinando un poco las palabras por el alcohol. - Cuando iba al colegio, yo tenía un noviecito pero no lo quería. Yo estaba enamorada del profesor de literatura.-
- un amor platónico.-
- ponele. -
- ¿Y a qué va esto?-
- El profe de literatura era un señor bastante más grande y no era tan atractivo pero algo me generaba.-
- ¿Entonces?-
- Y eso me hizo acordar a Lucio.- Media las palabras, como controlándose.
- En serio que no entiendo que tiene que ver. Hay miles de tipos iguales y ¿Porqué ahora?-
- ¡Ay, Juan! Mirá, yo quería darle celos y sabía que iba a fumar al lado del cuarto donde guardaban de todo. Había una ventana.-
- Pauli, anda al grano.-
- ¡Bueno! Una mañana, que sabía su horario para fumar, llevé a mi noviecito al cuarto, me arrodillé y le empecé a chupar la pija. Se la chupaba despacio, mirando para el costado, esperando que él llegue.-
Yo comencé a calentarme. Pauli se dió cuenta. Sacó mi pija del pantalón y empezó a pajearme.
- Me había levantado la pollera para que el profe me vea, aunque le decía a mí noviecito que era para que él acabe. -
Yo estaba durísimo.
- Él no venía...- Pauli me hablaba en tanto empezó a chuparme la pija. - Se la chupaba despacio, así. Mirando para el costado. -
- ¿Y entonces?- pregunté agitado, empezando a tocarle su culo.
- Entonces en un momento escuchamos la puerta. Mi noviecito quiso frenar, tratando de subirse el pantalón pero yo no lo dejé y me ahogué con su pija, así...- se la metió entera, y empezó a hacer arcadas. No muchas veces lo hacía. - agh, que rica...- se limpió la baba de la boca. - y el chico estaba aterrado pero quería que me vea. De reojo lo vi, cómo clavaba la mirada en mi culo. Yo estaba empapada. El chico acabó y ahogada, me agarró del brazo y salimos corriendo.-
Me empezó a chupar la pija con más velocidad. Chupaba y salía para hablarme. En tanto me pajeaba.
- No sé si él supo que era yo pero siempre deseé que él sepa. -
Yo dejé de hablar, empujé su cabeza hacia mi pija y le empecé a coger la boca.
- ¿Y ahora querés ser la putita de que el viejo te miré?- le preguntaba, y ella trataba de responder pero no dejaba de cogerle la boca. - ¿Ahora querés volver a ser esa nena, puta? -
- Aggggrrrh...- escuchaba, mientras continuaba con el ritmo.
- ¿Eso es un si, puta?- le agarré del pelo y la saqué para que me miré. Tenía todo el rimel corrido y lloraba, babeando.
- Si... Quiero ser esa puta...- tragó saliva.
La empujé a mi pija y le llené la boca de leche. Comenzó a tragar todo lo que pudo. La solté y ella me seguía pasando la lengua. Yo tiré la cabeza hacia atrás, acabado.
- ¿Sólo será por ahora?- Le pregunté.
- Si...-
- Se va a repetir...-
- ¿Vos querés? - Me preguntó.
- ¿Cuál es el límite?-
- El que vos me digas...- Me respondió al instante.
Arranqué el auto, volvimos y nos acostamos. Ella se puso el pijama y por ese día el sexo ya era suficiente.
- Bueno, de última tampoco es que tenemos mucho tiempo porque Lucio se muda. - Le dije, ya con las luces apagadas y de bastante madrugada.
- Es verdad, amor. - Respondió ya dormida.
En mí cabeza la idea seguía dando vueltas. Fui al baño, me senté en el inodoro. Entré en Instagram y veía las historias de Maca. A los minutos un mensaje de ella.
Maca: - No sabía que me stalkeabas de madrugada. -
Yo:- ¿Qué haces a esta hora que no estás de joda?-
Maca:- Volví, porque estoy cansadita.-
Yo:- Bueno, tocate pensando en mí, así te dormís relajada.-
Maca:- Por ahí tengo alguien que me esté tocando.-
Me paralice. No respondí.
Maca:- Te extraño...-
Agregó y sonreí.
Yo: - Yo también...-
Maca:- Quiero volver y necesito que hablemos, por favor. No sé cómo seguir. -
No dije nada más. Borré todo, sonreí y me fui a la cama. Mi cabeza era un quilombo, ya no sabía que me gustaba, que quería y con quién lo quería. Aunque si sabía que algunas cosas pasarían más rápido de lo esperado.
3 comentarios - Su mejor amiga. No sé porqué pero si el como. XIV.