¿Cómo podía seguir todo esto? No me refiero al ocultamiento de que algo nos pasaba con Maca. Bueno, a la infidelidad. Me refiero a esa sensación de que Pauli se convertiría en mi mujer y en realidad, se estaba convirtiendo en aquella que deseé pero a la vez, todo se exageró. Lo peor, o no, es que esa línea delgada me hacía explotar. ¿Maca? Tal vez sea ella. Digo. No es que es por ella, sino porque como jamás la imaginé a mí lado y hoy lo estaba, no sé.
Lo cierto es que después del cumpleaños de Maca, no volvimos a hablar por varios días. No es que no queríamos, es que simplemente, el trabajo, la vorágine de la vida y... Bueno, en realidad había que realmente pensar qué íbamos a hacer, o qué iba a hacer yo.
Un feriado del año, creo que era miércoles, no había ido a trabajar y me encargué de las compras semanales. Me encontré con Lucio y me comentó que estaba por mudarse dentro de poco para estar más cerca de la escasa familia que le quedaba y... Todo eso que conlleva. No le di mayor importancia, o por lo menos yo.
-¿Cómo te fue?- Me dijo Pauli, mientras miraba una película.
-¿Cómo podría irme si fui a comprar?- Respondí mientras acomodaba todo y se hacía un silencio. - Me lo crucé a Lucio y se muda, se te terminó el jueguito.-
- ¡Nooo! Que pena, ¿De qué jueguito?- Se hacía la tonta entre tanto se acercaba, seguro con una sonrisa.
- No te hagas...-
- Si a vos te gusta...- metió su mano en mí entrepierna, buscando provocarme. No respondí. -¿Te gusta?-
Me llamé a silencio, no estaba en mí mejor día. Empecé a cocinar, tomé dos cervezas del tirón, mientras Pauli bebía lentamente. Comenzamos a comer, nos reímos un poco y ahí fue ella quién rápidamente preparó dos tragos fuertes y disfrutamos del almuerzo. Nos sentamos en el balcón, a seguir bebiendo pero principalmente a tomar aire.
-¿Hacemos alguna locura?- Me dijo ella.
-¿Cómo qué?-
Hizo una pausa, no nos estábamos mirando.
- Necesito preguntarte algo, Juan.- cambió el tono y sus ojos estaban mirando más allá de los edificios que nos invadían.
-Decime.-
- Tengo una fantasía...-
- Ahí van saliendo las cositas...- susurré
- Te vas a enojar...-
- Es una fantasía, boluda. Tampoco es tan grave. -
- Es que si me voy a casar, estaría bueno como no sé, vos me entendés...- buscaba las palabras para que yo complete algo que no entendía, mientras en mí cabeza pensaba en que ella sola parecía que iba a casarse.
-No te entiendo.-
- Juan, uno se casa y como que pierde la chispa, pierde... Cómo decirte... Pierde ¿Picardía?-
- O no, no sé...- Le dije, mientras tomaba de asorbos pequeños para no levantarme. -Decimelo y listo.-
- La otra vez cuando pasó lo de Lucio, de...-
- Lo de las escaleras.-
-Lo de antes...-
-ah-
- En ese momento me sentí con una adrenalina y creí que había sido el momento pero cuando pasó todo eso en el auto cuando volviamos de lo de maca y pa...-
- Si, dale, ¿ A qué vas?-
- ¿Qué pasaría si te digo que tengo la fantasía de que me toquen la cola adelante tuyo?-
-¿¡Qué?!- Respondí inmediatamente.
- Ya te enojaste... Deja, es eso nomás.-
- No, está bien. No me lo esperaba. Yo... No sé... ¿Cómo sería?-
Ella sonrió. No dije que no, ¿Porqué? Porque estaba borracho, ¿Sólo eso? No, pero era la excusa.
- ¿Lo harías?-
- ¿Vos tenés la fantasía de que un viejo, que casualmente se está mudando te toque el culo?- Pregunté, sabiendo la respuesta.
- si. - Se mordía las uñas. Nerviosa.
Me levanté con el vaso, suspiré. No me volteé a verla. Me fui al baño, me lavé la cara, <<¿Qué carajo está pasando??>> Me pregunté mirándome<<¿Porqué no dije que no??>> Volvió a cruzarse en mí mente. Miré mí celular, busque el número de Maca para escribirle, me arrepentí. Salí, me serví un vaso más y me volví a sentar. Ella me miraba.
- Fíjate cómo pensas hacerlo hoy mismo porque sino lo hago en pedo, no lo hago más.-
Ella intentó abrazarme, besarme, yo me alejé.
-Tampoco te disgusta tanto- Tocó mi pija por sobre el pantalón.
- Es el alcohol...- Susurré, sin mirarla.
Me dejé llevar, me preguntó si estaba seguro y asentí con la cabeza. Llegamos al departamento. Tocó el timbre dos veces y se acercó.
-¿Quién? - Se escuchó del otro lado y tragué saliva, nervioso, transpirando frío.
-Nosotros, señor Lucio-
- ¡Ja, vecinos!- Exclamó, mientras abría el pelotero eléctrico.
Comenzamos a subir lentamente, Pauli se adelantó y me miraba. Se frenó en uno de los escalones y se levantó la pollera, llevaba esa tanga negra bien fina que tanto me calentaba. Al llegar, él ya había abierto la puerta.
-Pasen, pasen. -
No tardamos mucho en entrar y sentarnos estratégicamente frente a él y dándole la espalda al baño. Yo me tiré en la silla con aplomo, casi agitado, cómo tratando de tapar la borrachera. Pauli, en cambio, totalmente alegre.
-¿Están bien?- Preguntó sirvíendonos agua.
Pauli estaba nerviosa, movía su pierna y no sabía si era señal de que debíamos abortar o en realidad teníamos que seguir. Yo no estaba seguro de qué era lo correcto. De hecho, quería saber hasta donde estaba dispuesto ella, yo, nuestra relación, <<¿ Y maca?>> Pensé, mientras Lucio le contaba a Pauli que se iría en pocos días. <<¿Esto es por Maca?>> ¡Yo que sé! Por ahí si. Seguro que si ella no existiese, no estaríamos acá pero no fue la culpable.
-Paso al baño. - Dijo Pauli, en tanto movió de más su culo y lo vi duro a Lucio para no mirar.
- ¿Se sienten bien?- Insistió susurrándome casi al oído.
Afirmé.
- ¿Hace cuánto que está solo?- Le pregunté, mientras tomaba agua y controlaba que no se notara mi estado.
-Uff... Más de 20 años.-
-¿Y nunca nada?- Le dije casi por lo bajo.
-Nada, jamás.- Nos miramos y le guiñé un ojo, - ni pagando. - aclaró sonriendo.
Pauli, regresaba del baño. Estábamos esperando encontrar el momento y qué decir o cómo. No sé, un impulso.
- Se tardó, señorita.-
- Me fui a poner linda ,jaja.- dijo Pauli, acomodándose el pelo y exagerando.
Vi la mirada de Lucio. Todo ocurrió en un instante, sus ojos que la comían, sus labios, mis pensamientos en sí esto es correcto, en Pauli, en nosotros, Maca y la re putísima madre que los parió.
-Levantate. - Le dije a Pauli, sin mirarla. Ni a ella, ni a Lucio.
-¿Qué?- Dijo ella.
- ¿Se van? - Preguntó Lucio, un poco temeroso.
- No, pero levantate Pauli. - Le hice un gesto.
Ella se puso al lado mío, de espalda. Sentí como temblaba. Agarré una mano y levanté su pollera.
- Mirá. - Le dije a Lucio que no entendía nada.
- Para, ¿Qué haces?-
- Mirá, hace mucho que no ves nada, mirá.-
- Chicos, están mal, no entiendo nada, yo no sé qué, ustedes, ¿Está todo bien?¿nena?-
Vi la cara de Pauli, desconfigura, mordiéndose los labios, temblando un poco.
-Si, Lucio. Mire, ¿Quiere tocar? Es un regalo de despedida.-
Lucio me miró, yo asentí con la cabeza y miré más allá. La mano de Lucio se acercó, crucé miradas con Pauli, apoyó sus manos, ella cayó su gemido.
-Siga.- Me paré y fui al baño, dejando entre abierta la puerta.
<<¿Qué hice??>> Pensé, miré mi pantalón y explotaba. La vi a ella gozando, con las manos levantando la pollera. Ella sabía que la miraba. Se la subió casi hasta las tetas y apoyó sus manos en la mesa. Abrió sus piernas, abrió un cachete de su culo y escupió su mano y agarró un dedo grueso de Lucio. Ella creo que sonrió. Miró al frente, casi como si me estuviese viendo, aunque yo la veía y ella no. La mano se perdió y ella abrió los ojos. Empezó a respirar profundo, con sus dos manos sobre la mesa. Le estaba cogiendo el cogiendo. Yo me vi acabado, destruido en ese baño. No podía más de la vergüenza, de la incertidumbre, de la calentura. Lo que todo era ruido, ahora era un silencio doloroso. Mis ojos llorosos la vieron a Pauli alejarse.
- Esto está mal.- Dijo ella.
Salí del baño, cabeza agacha.
-Vamosnos.-
- Pero chicos, yo no tengo la culpa, yo...- cerramos la puerta sin dejarlo decir una palabra.
Bajamos a toda velocidad, son hablarnos. Salimos a la calle, aceleramos el paso. Cruzamos y apuramos el caminar. Llegamos, subimos, abrimos la puerta. No nos miramos, no nos dijimos nada. Yo estaba llorando, ella también. Respiramos profundo. Nos miramos. Y perdí la cabeza. Comenzamos a besarnos desesperados. Mis manos iban por todo su cuerpo. La besaba mordiendo la mandíbula. Le saque la remera, mordí sus tetas, quería lastimarla pero ella gemía y a mí más me excitaba. Agarré con las manos su culo y le pegaba chirlos y ella se reía y, y, y toda la puta adrenalina mezclada con bronca me estaba llenando de excitación y me llenaba de calentura la pija que me explotaba.
- Soltarme...- Me dijo agitada y le hice caso.
Ella bajó y me sacó el pantalón y el boxer todo acabado. Ella no me miró, se rió y se la comió entera. A los pocos segundos la saqué. La paré y la di vuelta.
-Perdoname...- Le dije, casi con la respiración cortada.
- ¿Porqué? Si los dos queríamos y...-
- No es por eso.-
Apoyé la cabeza de la pija en su culo e hice presión. Le dolía, quería que le duela un poco, o no sé que quería pero reaccioné cuando ella me suplicó que frenara.
- Perdón, estoy como sacado, no sé, yo no quise, pero...- apoyó su dedo en mis labios.
Pauli fue a la habitación y volvió rapidísimo. Se colocó como estaba, detrás de mí. Agarró mi pija y se echó hacia atrás. Me miró y se movía sacada.
-Necesito que me cojas fuerte el culo, me siento una puta.-
- Sos una puta...- Le grité en el oído.
Se mordió los labios, entre gemidos. Duré 5 minutos más y exploté dentro de ella. Nos quedamos ahí. Hasta que mi pija se ablandó. Respirabamos agitados. Ella fue al baño. Yo me quedé mirando algo. Ni sé qué. Salió del baño e intentó besarme.
-¿Qué pasa?- Me preguntó sorprendida.
- ¡No entiendo un carajo, Pauli.!- Levanté la voz, metiéndome rápido en el baño.
Me senté en el inodoro, agitado, me agarraba la cabeza y comencé a llorar. Cabizbajo me quedé, sin querer mirarme en el reflejo del espejo. Todo se había ido al carajo o en realidad, todo tenía sentido.
PD: Los invito a que lean el resto de la saga. Estoy tratando de volver a escribir. La vorágine de la vida y lo cotidiano lo impide. Si les interesa colaborar, escriban al privado. ¡Gracias!
Lo cierto es que después del cumpleaños de Maca, no volvimos a hablar por varios días. No es que no queríamos, es que simplemente, el trabajo, la vorágine de la vida y... Bueno, en realidad había que realmente pensar qué íbamos a hacer, o qué iba a hacer yo.
Un feriado del año, creo que era miércoles, no había ido a trabajar y me encargué de las compras semanales. Me encontré con Lucio y me comentó que estaba por mudarse dentro de poco para estar más cerca de la escasa familia que le quedaba y... Todo eso que conlleva. No le di mayor importancia, o por lo menos yo.
-¿Cómo te fue?- Me dijo Pauli, mientras miraba una película.
-¿Cómo podría irme si fui a comprar?- Respondí mientras acomodaba todo y se hacía un silencio. - Me lo crucé a Lucio y se muda, se te terminó el jueguito.-
- ¡Nooo! Que pena, ¿De qué jueguito?- Se hacía la tonta entre tanto se acercaba, seguro con una sonrisa.
- No te hagas...-
- Si a vos te gusta...- metió su mano en mí entrepierna, buscando provocarme. No respondí. -¿Te gusta?-
Me llamé a silencio, no estaba en mí mejor día. Empecé a cocinar, tomé dos cervezas del tirón, mientras Pauli bebía lentamente. Comenzamos a comer, nos reímos un poco y ahí fue ella quién rápidamente preparó dos tragos fuertes y disfrutamos del almuerzo. Nos sentamos en el balcón, a seguir bebiendo pero principalmente a tomar aire.
-¿Hacemos alguna locura?- Me dijo ella.
-¿Cómo qué?-
Hizo una pausa, no nos estábamos mirando.
- Necesito preguntarte algo, Juan.- cambió el tono y sus ojos estaban mirando más allá de los edificios que nos invadían.
-Decime.-
- Tengo una fantasía...-
- Ahí van saliendo las cositas...- susurré
- Te vas a enojar...-
- Es una fantasía, boluda. Tampoco es tan grave. -
- Es que si me voy a casar, estaría bueno como no sé, vos me entendés...- buscaba las palabras para que yo complete algo que no entendía, mientras en mí cabeza pensaba en que ella sola parecía que iba a casarse.
-No te entiendo.-
- Juan, uno se casa y como que pierde la chispa, pierde... Cómo decirte... Pierde ¿Picardía?-
- O no, no sé...- Le dije, mientras tomaba de asorbos pequeños para no levantarme. -Decimelo y listo.-
- La otra vez cuando pasó lo de Lucio, de...-
- Lo de las escaleras.-
-Lo de antes...-
-ah-
- En ese momento me sentí con una adrenalina y creí que había sido el momento pero cuando pasó todo eso en el auto cuando volviamos de lo de maca y pa...-
- Si, dale, ¿ A qué vas?-
- ¿Qué pasaría si te digo que tengo la fantasía de que me toquen la cola adelante tuyo?-
-¿¡Qué?!- Respondí inmediatamente.
- Ya te enojaste... Deja, es eso nomás.-
- No, está bien. No me lo esperaba. Yo... No sé... ¿Cómo sería?-
Ella sonrió. No dije que no, ¿Porqué? Porque estaba borracho, ¿Sólo eso? No, pero era la excusa.
- ¿Lo harías?-
- ¿Vos tenés la fantasía de que un viejo, que casualmente se está mudando te toque el culo?- Pregunté, sabiendo la respuesta.
- si. - Se mordía las uñas. Nerviosa.
Me levanté con el vaso, suspiré. No me volteé a verla. Me fui al baño, me lavé la cara, <<¿Qué carajo está pasando??>> Me pregunté mirándome<<¿Porqué no dije que no??>> Volvió a cruzarse en mí mente. Miré mí celular, busque el número de Maca para escribirle, me arrepentí. Salí, me serví un vaso más y me volví a sentar. Ella me miraba.
- Fíjate cómo pensas hacerlo hoy mismo porque sino lo hago en pedo, no lo hago más.-
Ella intentó abrazarme, besarme, yo me alejé.
-Tampoco te disgusta tanto- Tocó mi pija por sobre el pantalón.
- Es el alcohol...- Susurré, sin mirarla.
Me dejé llevar, me preguntó si estaba seguro y asentí con la cabeza. Llegamos al departamento. Tocó el timbre dos veces y se acercó.
-¿Quién? - Se escuchó del otro lado y tragué saliva, nervioso, transpirando frío.
-Nosotros, señor Lucio-
- ¡Ja, vecinos!- Exclamó, mientras abría el pelotero eléctrico.
Comenzamos a subir lentamente, Pauli se adelantó y me miraba. Se frenó en uno de los escalones y se levantó la pollera, llevaba esa tanga negra bien fina que tanto me calentaba. Al llegar, él ya había abierto la puerta.
-Pasen, pasen. -
No tardamos mucho en entrar y sentarnos estratégicamente frente a él y dándole la espalda al baño. Yo me tiré en la silla con aplomo, casi agitado, cómo tratando de tapar la borrachera. Pauli, en cambio, totalmente alegre.
-¿Están bien?- Preguntó sirvíendonos agua.
Pauli estaba nerviosa, movía su pierna y no sabía si era señal de que debíamos abortar o en realidad teníamos que seguir. Yo no estaba seguro de qué era lo correcto. De hecho, quería saber hasta donde estaba dispuesto ella, yo, nuestra relación, <<¿ Y maca?>> Pensé, mientras Lucio le contaba a Pauli que se iría en pocos días. <<¿Esto es por Maca?>> ¡Yo que sé! Por ahí si. Seguro que si ella no existiese, no estaríamos acá pero no fue la culpable.
-Paso al baño. - Dijo Pauli, en tanto movió de más su culo y lo vi duro a Lucio para no mirar.
- ¿Se sienten bien?- Insistió susurrándome casi al oído.
Afirmé.
- ¿Hace cuánto que está solo?- Le pregunté, mientras tomaba agua y controlaba que no se notara mi estado.
-Uff... Más de 20 años.-
-¿Y nunca nada?- Le dije casi por lo bajo.
-Nada, jamás.- Nos miramos y le guiñé un ojo, - ni pagando. - aclaró sonriendo.
Pauli, regresaba del baño. Estábamos esperando encontrar el momento y qué decir o cómo. No sé, un impulso.
- Se tardó, señorita.-
- Me fui a poner linda ,jaja.- dijo Pauli, acomodándose el pelo y exagerando.
Vi la mirada de Lucio. Todo ocurrió en un instante, sus ojos que la comían, sus labios, mis pensamientos en sí esto es correcto, en Pauli, en nosotros, Maca y la re putísima madre que los parió.
-Levantate. - Le dije a Pauli, sin mirarla. Ni a ella, ni a Lucio.
-¿Qué?- Dijo ella.
- ¿Se van? - Preguntó Lucio, un poco temeroso.
- No, pero levantate Pauli. - Le hice un gesto.
Ella se puso al lado mío, de espalda. Sentí como temblaba. Agarré una mano y levanté su pollera.
- Mirá. - Le dije a Lucio que no entendía nada.
- Para, ¿Qué haces?-
- Mirá, hace mucho que no ves nada, mirá.-
- Chicos, están mal, no entiendo nada, yo no sé qué, ustedes, ¿Está todo bien?¿nena?-
Vi la cara de Pauli, desconfigura, mordiéndose los labios, temblando un poco.
-Si, Lucio. Mire, ¿Quiere tocar? Es un regalo de despedida.-
Lucio me miró, yo asentí con la cabeza y miré más allá. La mano de Lucio se acercó, crucé miradas con Pauli, apoyó sus manos, ella cayó su gemido.
-Siga.- Me paré y fui al baño, dejando entre abierta la puerta.
<<¿Qué hice??>> Pensé, miré mi pantalón y explotaba. La vi a ella gozando, con las manos levantando la pollera. Ella sabía que la miraba. Se la subió casi hasta las tetas y apoyó sus manos en la mesa. Abrió sus piernas, abrió un cachete de su culo y escupió su mano y agarró un dedo grueso de Lucio. Ella creo que sonrió. Miró al frente, casi como si me estuviese viendo, aunque yo la veía y ella no. La mano se perdió y ella abrió los ojos. Empezó a respirar profundo, con sus dos manos sobre la mesa. Le estaba cogiendo el cogiendo. Yo me vi acabado, destruido en ese baño. No podía más de la vergüenza, de la incertidumbre, de la calentura. Lo que todo era ruido, ahora era un silencio doloroso. Mis ojos llorosos la vieron a Pauli alejarse.
- Esto está mal.- Dijo ella.
Salí del baño, cabeza agacha.
-Vamosnos.-
- Pero chicos, yo no tengo la culpa, yo...- cerramos la puerta sin dejarlo decir una palabra.
Bajamos a toda velocidad, son hablarnos. Salimos a la calle, aceleramos el paso. Cruzamos y apuramos el caminar. Llegamos, subimos, abrimos la puerta. No nos miramos, no nos dijimos nada. Yo estaba llorando, ella también. Respiramos profundo. Nos miramos. Y perdí la cabeza. Comenzamos a besarnos desesperados. Mis manos iban por todo su cuerpo. La besaba mordiendo la mandíbula. Le saque la remera, mordí sus tetas, quería lastimarla pero ella gemía y a mí más me excitaba. Agarré con las manos su culo y le pegaba chirlos y ella se reía y, y, y toda la puta adrenalina mezclada con bronca me estaba llenando de excitación y me llenaba de calentura la pija que me explotaba.
- Soltarme...- Me dijo agitada y le hice caso.
Ella bajó y me sacó el pantalón y el boxer todo acabado. Ella no me miró, se rió y se la comió entera. A los pocos segundos la saqué. La paré y la di vuelta.
-Perdoname...- Le dije, casi con la respiración cortada.
- ¿Porqué? Si los dos queríamos y...-
- No es por eso.-
Apoyé la cabeza de la pija en su culo e hice presión. Le dolía, quería que le duela un poco, o no sé que quería pero reaccioné cuando ella me suplicó que frenara.
- Perdón, estoy como sacado, no sé, yo no quise, pero...- apoyó su dedo en mis labios.
Pauli fue a la habitación y volvió rapidísimo. Se colocó como estaba, detrás de mí. Agarró mi pija y se echó hacia atrás. Me miró y se movía sacada.
-Necesito que me cojas fuerte el culo, me siento una puta.-
- Sos una puta...- Le grité en el oído.
Se mordió los labios, entre gemidos. Duré 5 minutos más y exploté dentro de ella. Nos quedamos ahí. Hasta que mi pija se ablandó. Respirabamos agitados. Ella fue al baño. Yo me quedé mirando algo. Ni sé qué. Salió del baño e intentó besarme.
-¿Qué pasa?- Me preguntó sorprendida.
- ¡No entiendo un carajo, Pauli.!- Levanté la voz, metiéndome rápido en el baño.
Me senté en el inodoro, agitado, me agarraba la cabeza y comencé a llorar. Cabizbajo me quedé, sin querer mirarme en el reflejo del espejo. Todo se había ido al carajo o en realidad, todo tenía sentido.
PD: Los invito a que lean el resto de la saga. Estoy tratando de volver a escribir. La vorágine de la vida y lo cotidiano lo impide. Si les interesa colaborar, escriban al privado. ¡Gracias!
1 comentarios - Su mejor amiga. No sé el porqué pero si el cómo. XI