Hola
Gracias por sus comentarios se aliento, por eso me animo a seguir contando mi versión.
Al día siguiente cuando desperté mi hijo ya no estaba, me metí a bañar y seguía pensando en todo lo malo que implicaba el haber estado con mi hijo en la cama, mi mente me decía que había abusado de el y muchas tonterías mas, pero al estarme bañando y pasar mis manos por mi cuerpo recordaba las caricias de mi hijo, el placer que me había hecho sentir, venía a mi mente la imagen del bebé, el niño y del adolescente, todas las etapas en que vi crecer a mi hijo, pero final quedaba la de hombre que volvía a chupar de mis pezones ya no para alimentarse si no como motivo de deseo, entonces me volvía a mojar y deseaba a mi hijo como nunca había deseado a ningún hombre, quería sentir de nuevo su pene dentro de mi, empecé a tocar mi vagina pero me contuve salí de la ducha, decidí no pensar más en el tema y esperar la reacción de mi hijo.
Me ocupe de las labores del hogar, hasta que llegó mi hijo, me siento nervioso como una adolescente, en mi imaginación deseaba que llegara me tirará al piso y me hiciera el amor nuevamente, pero no fue así, llegó con una actitud calmada como si nada hubiera pasado, hablamos del porque me había encontrado llorando y aclaramos ese punto, subió a dejar sus cosas y cuando regreso nos quedamos en silencio, yo tampoco sabía cómo reaccionar.
Hasta que me animé a preguntar lo que pensaba, entonces cómo ya lo contó mi hijo, estuvimos de acuerdo que nadie había obligado a nadie, que nos dejamos llevar por el momento, pero lo que más me sorprendió fue cuando me dijo que quería volver a hacer el amor conmigo, y aunque le dije que tenía que pensarlo, la verdad es que me levanté y le di la espalda para que no viera mi cara de felicidad y excitación que me provoco escuchar eso. Sabía que debía negarme pero cuando comenzó a abrazarme y besarme me hizo sentir deseada, poco pude decir que no, enseguida me comencé a sentir mojada, cuando sentí su pene duro como roca y pensar que era por mi que estaba así me calentaba más, rápidamente me puso en el fregadero y comenzó a meter su pene, nunca lo había hecho en esa posición ni en ese lugar, sentía lo caliente de su pene y como mis jugos lo bañaban cada que entraba y salía, sentía como recorría mi vagina y con cada penetrada me daba un escalofrío de placer en todo el cuerpo, de repente me cargó en sus brazos y lo comencé a cabalgar, con todo mi peso caía sobre su duro pene, sentía como llegaba a lo más profundo de mi útero, en poco tiempo me hizo venir muy rico, esa sensación solo la había sentido cuando su padre me dejó embarazada, afortunadamente nos cuidamos, si no es muy probable que hay me hubiera dejado panzona.
Después dejamos en claro que nadie podía enterarse de lo que habíamos hecho, algo que mi hijo no contó es que, si hubo alguien que se enteró de lo nuestro, pero siempre nos ha guardado el secreto, pero ese es otro tema.
Quiero ser muy sincera, siempre estuve consiente que lo que estaba haciendo con mi hijo era engañar a mi marido “poniéndole los cuernos”, claro que no lo hacía por venganza ni mucho menos, pero a partir de día el amor por mi hijo, ya lo era solo como su madre también era como mujer, se convirtió en el objeto de mi deseo. Es algo complicado de explicar, pero en miente me justificaba pensando que no hacía daño a nadie ya que los amaba a ambos, solo que mi hijo ocupo el papel de amante que su padre ya no podía llenar. En mi tontera pensé “Mejor que sea mi hijo que con alguien más”.
Comenzamos una etapa muy loca como dos personas recién casadas, cogíamos en todas partes a cualquier hora, también nació en mi el deseo de verme mejor arreglarme, empecé a comprar más tanguitas que tanto le gusta verme puestas. Tanto que afecto el desempeño de mi hijo en la escuela como ya lo contó, también fue difícil para mí abstenerme, después de haber estado insatisfecha con mi esposo hablando sexualmente otra vez tuve que detener todos después que mi hijo ya me había acostumbrado a darme tanto placer. Por eso fue que accedí a romper una de las reglas que había puesto que era, no hacerlo cuando mi esposo estaba en casa, pero como mi hijo no le había ido tan mal en la escuela, y también yo estaba ansiosa de volver a ver penetrada por mi hijo amado, por eso accedí a coger con mi hijo en la sala, fue una experiencia muy excitante, el hacerlo en secreto, a escondidas con el peligro de ser descubierto, no sé cómo me atreví a hacer esas cosas, pero eso es lo que mi hijo provoca en mi hacer cosas que no pensaba que era capaz, incluso ese día fue la primer vez que alguien me cogió de perrito 🐕o en cuatro, esa sensación nueva de tener a mi hijo a mis espaldas, en especial esa posición me gusta mucho porque deja expuesto todo mi trasero, según dice mi hijo es mi principal atractivo, puedo sentir todo su pene entrar hasta lo más profundo quedando expuesta a sus deseos, fue algo muy excitante y sobre todo la sensación, de peligro que al final mi hijo dejara su semen dentro de mi y después subir así a dormir con mi esposo con todo el trasero lleno de semen, perdonen si suena vulgar pero quiero ser totalmente sincera en como me siento y creo que este es el momento de serlo, también para que los hombres sepan que habemos mujeres que no somos mojigatas tratando de esconder sus deseo.
Los primeros meses y años de relación con mi hijo fueron algo indescriptibles, incluso a veces me ruborizo al pensar en todas las locuras que hemos hecho como lo fue hacerlo con mi esposo en casa, a decir verdad, el sexo con mi hijo despierta mis más bajos y ocultos instintos, incluso algunas veces no era solo mi hijo quien iniciaba, después de la primera vez ya no hubo vuelta atrás y también algunas veces era yo quien necesitaba estar con mi hijo con tanto deseo que aceptaba correr el riesgo, me he preguntado varias veces el porque me atreví a hacer tales locuras, ahora me doy cuenta que llegamos a un punto en el ya nada me importaba, ni el destruir a mi familia, ni el daño que le causaría a mi esposo si se enteraba.
El amor que se desarrollo entre mi hijo y yo, era algo que nunca habría podido sentir con nadie más, por el hecho de ser mi hijo, ya lo amaba de la forma más pura que puede haber, después cuando pasamos a una relación sexual, ese amor creció aún más, ya no solo era mi hijo se convirtió en mi novio, con el cual experimente mi sexualidad como no lo había podido hacer en mi juventud.
Con el tiempo al pudor entre los dos fue desapareciendo, me sorprende la facilidad con que nos entendemos en la cama, el sabe cómo excitarme cómo besarme, acariciarme y como cogerme hasta llegar el punto de dejar de pensar conscientemente y dejarme llevar por el momento para muestra son todas las experiencias que ha contado mi hijo, como hacerlo en casa de mis padres, en casa de mi hermana, en el coche.
En esa época seguía teniendo relaciones con mi esposo, quién siempre me trató como una dama y aun con su problema del corazón, hacia el esfuerzo por tratar de atender mis necesidades, aunque sea en fechas importantes como mi cumpleaños o el día de la madre, tratando de hacer su mejor esfuerzo, pero inútil realmente quien me satisfacía en toda la extensión de la palabra era mi hijo, el saciaba y cumplía mis deseos.
En la relación con mi hijo experimentaba posiciones nuevas que nunca había pensado, algunas veces me ponía tan cachonda estado con mi hijo, solo me dejaba llevar por sus deseos y le dejaba hacer conmigo lo que quería, hasta lo que nadie me había hecho, entregar mi virginidad anal.
Mi hijo cumplía su papel de hombre de la casa en toda la extensión de la palabra, cumpliendo hasta mis fantasías que tenía, tal vez muy tonta, que era hacerlo en un hotel, no se porque pero pensaba que solo a las putas las metían a esos lugares, en pocas palabras quería ir hay para ser tratada como una puta.
Un día le sugerí a mi hijo que fuéramos a un hotel, me llevo al primero que encontramos bastante sencillo pero no importo, al entrar me comencé a excitar, enseguida comenzaron las caricias, los besos y cuando vi el pene de mi hijo se me antojo mucho lo puse en la cama, algo paso conmigo porque nunca me había gustado hacer sexo oral, con mi esposo solo lo había hecho una vez y solo después de rogarme mucho, pero está vez con el simple hecho de ver el pene de mi hijo erecto me calenté y comencé a chuparlo muy ansiosa, aunque sabía un poco salado, entonces escuché un chillido de mi hijo, era tantas mis ansias y mi inexperiencia que lo salirme un poco, pero después lo comencé hacer más despacio con amor como si lamiera un paleta, una paleta muy dura.
La relación con mi hijo siempre a sido para mí como subir una escalera, cada que experimentábamos algo nuevo era subir un escalón y al subir ese escalón venía el siguiente, así el haberle chupado el pene a mi hijo, le despertó la cosquillita de venirse en mi boca y un día en su cumpleaños me pidió como regalo ponerme algo sexy y que se la chupara hasta venirse en mi boca, cómo dije es mi hijo y es difícil negarme a algo así que lo lleve a escoger su regalo, cómo ya sabes hubo una celebración y como niño pequeño estaba impaciente de abrir sus regalo, algo que me gusta mucho es cuando mi hijo me halaga, diciéndome si me veo linda o sexy, por lo mismo le comenté a tomar gusto a ponerme ropita sexy, así que cuando comencé a chupársela y escuchar como lo disfrutaba, era para mí un sentimiento de realización como mujer al saber que complacía a mi hombre, fue una sensación muy cachonda porque esperaba que supiera mal pero no fue así, simplemente no sabía a nada, hacer este tipo de cosas se volvió algo normal para nosotros.
Así cómo el día que llegó la hora de pagar, sinceramente no era para nada algo que me emocionará al contrario me daba algo de miedo. Pero es mi hijo y es difícil negarle algo.
Comenzamos tranquilos mi hijo, me tomo en sus brazos, acariciando todo mi cuerpo me hizo el amor tan rico primero se puso encima de mi hasta que terminó, pero seguí muy erecto me puse en cuadro y de igual forma comenzó a moverse lento, sentía como su pene entraba hasta el fondo de mi útero, dando unos pequeños besos, de repente siento como empieza a lamer mi culo, al principio me asustó era una sensación nueva y no sabía cómo sentirme pero la verdad no hay nada que mi hijo haga que no me guste.
Siguió metiéndome su caliente pene hasta que de repente sentí que comenzó a meter su pene en mi ano de una manera muy brusca, me provocó mucho dolor, enseguida me retiré, me molestó que fuera tan poco delicado. Pero después comenzó a acariciarme, besarme y nuevamente comencé a calentarme, Volvió a meterlo en mi vagina, a darme placer hasta que volvió a intentarlo por el culo está vez fue lento, poco a poco lo fue metiendo, me seguía doliendo, pero está vez mucho menos hasta que llegó el punto que comencé a disfrutarlo y sentir su semen dentro de mi culo, fue una experiencia placentera tal vez no tanto como cuando lo siento en mi vagina, pero al final lo disfruté.
Estás son algunas locuras que mi hijo a provocado en mi, que de otro modo nunca abría experimentado, estar con mi hijo fue como vivir mi juventud nuevamente, hacer locuras que en su tiempo no hice, experiencias que hasta la fecha recuerdo y me siguen excitando, que me hicieron sentir realizada como mujer.
Fueron varios años de estás locuras y sexo sin control, pero como todo en la vida a veces hay altibajos, después mi hijo agarro una novia, no puedo mentirles diciendo que no me sentía celosa, pero al final sabía que era lo mejor para mi hijo, lo bueno es que aún se daba el tiempo para estar conmigo y darme afecto.
Gracias por sus comentarios se aliento, por eso me animo a seguir contando mi versión.
Al día siguiente cuando desperté mi hijo ya no estaba, me metí a bañar y seguía pensando en todo lo malo que implicaba el haber estado con mi hijo en la cama, mi mente me decía que había abusado de el y muchas tonterías mas, pero al estarme bañando y pasar mis manos por mi cuerpo recordaba las caricias de mi hijo, el placer que me había hecho sentir, venía a mi mente la imagen del bebé, el niño y del adolescente, todas las etapas en que vi crecer a mi hijo, pero final quedaba la de hombre que volvía a chupar de mis pezones ya no para alimentarse si no como motivo de deseo, entonces me volvía a mojar y deseaba a mi hijo como nunca había deseado a ningún hombre, quería sentir de nuevo su pene dentro de mi, empecé a tocar mi vagina pero me contuve salí de la ducha, decidí no pensar más en el tema y esperar la reacción de mi hijo.
Me ocupe de las labores del hogar, hasta que llegó mi hijo, me siento nervioso como una adolescente, en mi imaginación deseaba que llegara me tirará al piso y me hiciera el amor nuevamente, pero no fue así, llegó con una actitud calmada como si nada hubiera pasado, hablamos del porque me había encontrado llorando y aclaramos ese punto, subió a dejar sus cosas y cuando regreso nos quedamos en silencio, yo tampoco sabía cómo reaccionar.
Hasta que me animé a preguntar lo que pensaba, entonces cómo ya lo contó mi hijo, estuvimos de acuerdo que nadie había obligado a nadie, que nos dejamos llevar por el momento, pero lo que más me sorprendió fue cuando me dijo que quería volver a hacer el amor conmigo, y aunque le dije que tenía que pensarlo, la verdad es que me levanté y le di la espalda para que no viera mi cara de felicidad y excitación que me provoco escuchar eso. Sabía que debía negarme pero cuando comenzó a abrazarme y besarme me hizo sentir deseada, poco pude decir que no, enseguida me comencé a sentir mojada, cuando sentí su pene duro como roca y pensar que era por mi que estaba así me calentaba más, rápidamente me puso en el fregadero y comenzó a meter su pene, nunca lo había hecho en esa posición ni en ese lugar, sentía lo caliente de su pene y como mis jugos lo bañaban cada que entraba y salía, sentía como recorría mi vagina y con cada penetrada me daba un escalofrío de placer en todo el cuerpo, de repente me cargó en sus brazos y lo comencé a cabalgar, con todo mi peso caía sobre su duro pene, sentía como llegaba a lo más profundo de mi útero, en poco tiempo me hizo venir muy rico, esa sensación solo la había sentido cuando su padre me dejó embarazada, afortunadamente nos cuidamos, si no es muy probable que hay me hubiera dejado panzona.
Después dejamos en claro que nadie podía enterarse de lo que habíamos hecho, algo que mi hijo no contó es que, si hubo alguien que se enteró de lo nuestro, pero siempre nos ha guardado el secreto, pero ese es otro tema.
Quiero ser muy sincera, siempre estuve consiente que lo que estaba haciendo con mi hijo era engañar a mi marido “poniéndole los cuernos”, claro que no lo hacía por venganza ni mucho menos, pero a partir de día el amor por mi hijo, ya lo era solo como su madre también era como mujer, se convirtió en el objeto de mi deseo. Es algo complicado de explicar, pero en miente me justificaba pensando que no hacía daño a nadie ya que los amaba a ambos, solo que mi hijo ocupo el papel de amante que su padre ya no podía llenar. En mi tontera pensé “Mejor que sea mi hijo que con alguien más”.
Comenzamos una etapa muy loca como dos personas recién casadas, cogíamos en todas partes a cualquier hora, también nació en mi el deseo de verme mejor arreglarme, empecé a comprar más tanguitas que tanto le gusta verme puestas. Tanto que afecto el desempeño de mi hijo en la escuela como ya lo contó, también fue difícil para mí abstenerme, después de haber estado insatisfecha con mi esposo hablando sexualmente otra vez tuve que detener todos después que mi hijo ya me había acostumbrado a darme tanto placer. Por eso fue que accedí a romper una de las reglas que había puesto que era, no hacerlo cuando mi esposo estaba en casa, pero como mi hijo no le había ido tan mal en la escuela, y también yo estaba ansiosa de volver a ver penetrada por mi hijo amado, por eso accedí a coger con mi hijo en la sala, fue una experiencia muy excitante, el hacerlo en secreto, a escondidas con el peligro de ser descubierto, no sé cómo me atreví a hacer esas cosas, pero eso es lo que mi hijo provoca en mi hacer cosas que no pensaba que era capaz, incluso ese día fue la primer vez que alguien me cogió de perrito 🐕o en cuatro, esa sensación nueva de tener a mi hijo a mis espaldas, en especial esa posición me gusta mucho porque deja expuesto todo mi trasero, según dice mi hijo es mi principal atractivo, puedo sentir todo su pene entrar hasta lo más profundo quedando expuesta a sus deseos, fue algo muy excitante y sobre todo la sensación, de peligro que al final mi hijo dejara su semen dentro de mi y después subir así a dormir con mi esposo con todo el trasero lleno de semen, perdonen si suena vulgar pero quiero ser totalmente sincera en como me siento y creo que este es el momento de serlo, también para que los hombres sepan que habemos mujeres que no somos mojigatas tratando de esconder sus deseo.
Los primeros meses y años de relación con mi hijo fueron algo indescriptibles, incluso a veces me ruborizo al pensar en todas las locuras que hemos hecho como lo fue hacerlo con mi esposo en casa, a decir verdad, el sexo con mi hijo despierta mis más bajos y ocultos instintos, incluso algunas veces no era solo mi hijo quien iniciaba, después de la primera vez ya no hubo vuelta atrás y también algunas veces era yo quien necesitaba estar con mi hijo con tanto deseo que aceptaba correr el riesgo, me he preguntado varias veces el porque me atreví a hacer tales locuras, ahora me doy cuenta que llegamos a un punto en el ya nada me importaba, ni el destruir a mi familia, ni el daño que le causaría a mi esposo si se enteraba.
El amor que se desarrollo entre mi hijo y yo, era algo que nunca habría podido sentir con nadie más, por el hecho de ser mi hijo, ya lo amaba de la forma más pura que puede haber, después cuando pasamos a una relación sexual, ese amor creció aún más, ya no solo era mi hijo se convirtió en mi novio, con el cual experimente mi sexualidad como no lo había podido hacer en mi juventud.
Con el tiempo al pudor entre los dos fue desapareciendo, me sorprende la facilidad con que nos entendemos en la cama, el sabe cómo excitarme cómo besarme, acariciarme y como cogerme hasta llegar el punto de dejar de pensar conscientemente y dejarme llevar por el momento para muestra son todas las experiencias que ha contado mi hijo, como hacerlo en casa de mis padres, en casa de mi hermana, en el coche.
En esa época seguía teniendo relaciones con mi esposo, quién siempre me trató como una dama y aun con su problema del corazón, hacia el esfuerzo por tratar de atender mis necesidades, aunque sea en fechas importantes como mi cumpleaños o el día de la madre, tratando de hacer su mejor esfuerzo, pero inútil realmente quien me satisfacía en toda la extensión de la palabra era mi hijo, el saciaba y cumplía mis deseos.
En la relación con mi hijo experimentaba posiciones nuevas que nunca había pensado, algunas veces me ponía tan cachonda estado con mi hijo, solo me dejaba llevar por sus deseos y le dejaba hacer conmigo lo que quería, hasta lo que nadie me había hecho, entregar mi virginidad anal.
Mi hijo cumplía su papel de hombre de la casa en toda la extensión de la palabra, cumpliendo hasta mis fantasías que tenía, tal vez muy tonta, que era hacerlo en un hotel, no se porque pero pensaba que solo a las putas las metían a esos lugares, en pocas palabras quería ir hay para ser tratada como una puta.
Un día le sugerí a mi hijo que fuéramos a un hotel, me llevo al primero que encontramos bastante sencillo pero no importo, al entrar me comencé a excitar, enseguida comenzaron las caricias, los besos y cuando vi el pene de mi hijo se me antojo mucho lo puse en la cama, algo paso conmigo porque nunca me había gustado hacer sexo oral, con mi esposo solo lo había hecho una vez y solo después de rogarme mucho, pero está vez con el simple hecho de ver el pene de mi hijo erecto me calenté y comencé a chuparlo muy ansiosa, aunque sabía un poco salado, entonces escuché un chillido de mi hijo, era tantas mis ansias y mi inexperiencia que lo salirme un poco, pero después lo comencé hacer más despacio con amor como si lamiera un paleta, una paleta muy dura.
La relación con mi hijo siempre a sido para mí como subir una escalera, cada que experimentábamos algo nuevo era subir un escalón y al subir ese escalón venía el siguiente, así el haberle chupado el pene a mi hijo, le despertó la cosquillita de venirse en mi boca y un día en su cumpleaños me pidió como regalo ponerme algo sexy y que se la chupara hasta venirse en mi boca, cómo dije es mi hijo y es difícil negarme a algo así que lo lleve a escoger su regalo, cómo ya sabes hubo una celebración y como niño pequeño estaba impaciente de abrir sus regalo, algo que me gusta mucho es cuando mi hijo me halaga, diciéndome si me veo linda o sexy, por lo mismo le comenté a tomar gusto a ponerme ropita sexy, así que cuando comencé a chupársela y escuchar como lo disfrutaba, era para mí un sentimiento de realización como mujer al saber que complacía a mi hombre, fue una sensación muy cachonda porque esperaba que supiera mal pero no fue así, simplemente no sabía a nada, hacer este tipo de cosas se volvió algo normal para nosotros.
Así cómo el día que llegó la hora de pagar, sinceramente no era para nada algo que me emocionará al contrario me daba algo de miedo. Pero es mi hijo y es difícil negarle algo.
Comenzamos tranquilos mi hijo, me tomo en sus brazos, acariciando todo mi cuerpo me hizo el amor tan rico primero se puso encima de mi hasta que terminó, pero seguí muy erecto me puse en cuadro y de igual forma comenzó a moverse lento, sentía como su pene entraba hasta el fondo de mi útero, dando unos pequeños besos, de repente siento como empieza a lamer mi culo, al principio me asustó era una sensación nueva y no sabía cómo sentirme pero la verdad no hay nada que mi hijo haga que no me guste.
Siguió metiéndome su caliente pene hasta que de repente sentí que comenzó a meter su pene en mi ano de una manera muy brusca, me provocó mucho dolor, enseguida me retiré, me molestó que fuera tan poco delicado. Pero después comenzó a acariciarme, besarme y nuevamente comencé a calentarme, Volvió a meterlo en mi vagina, a darme placer hasta que volvió a intentarlo por el culo está vez fue lento, poco a poco lo fue metiendo, me seguía doliendo, pero está vez mucho menos hasta que llegó el punto que comencé a disfrutarlo y sentir su semen dentro de mi culo, fue una experiencia placentera tal vez no tanto como cuando lo siento en mi vagina, pero al final lo disfruté.
Estás son algunas locuras que mi hijo a provocado en mi, que de otro modo nunca abría experimentado, estar con mi hijo fue como vivir mi juventud nuevamente, hacer locuras que en su tiempo no hice, experiencias que hasta la fecha recuerdo y me siguen excitando, que me hicieron sentir realizada como mujer.
Fueron varios años de estás locuras y sexo sin control, pero como todo en la vida a veces hay altibajos, después mi hijo agarro una novia, no puedo mentirles diciendo que no me sentía celosa, pero al final sabía que era lo mejor para mi hijo, lo bueno es que aún se daba el tiempo para estar conmigo y darme afecto.
4 comentarios - Mi historia de amor con mi Madre 11 (su versión)