You are now viewing Poringa in Spanish.
Switch to English

Mamá caliente (4)

Al otro día, María se había propuesto detener los juegos consu hijo, de modo que estuvo todo el día esquivándolo. Cuando Luciano bajaba desu cuarto, ella subía con alguna excusa y durante todo el día evitó estar asolas con él. La acompañó la suerte de que su marido, cosa que sucedía muy raramente,volvió temprano del trabajo y ella le propuso salir a dar una vuelta. Él aceptóy fue entonces que se le cruzó la idea de ir a cenar los dos solos como hacíamucho tiempo. Ya no lo recordaba casi.
Lo llamó a Luciano y le dijo que iba a salir con su padre acenar y que iba a tener que cenar solo. Luciano se sintió un poco abandonado yceloso. No pasó desapercibido para su madre que, sin embargo, se hizo ladesentendida muy bien y se puso a preparar algo rápido para que Luciano cenesolo en la casa mientras ella cenaba en un restaurant con su marido
Subieron al auto y recorrieron las calles que los llevaronal restaurant. En el caminó sonó un tema de David Bowie – Heores. Maríaaprovecho para bajar la ventanilla y asomar apenas la cabeza para sentir el viento.Esa canción siempre la hizo volar y últimamente se sentía muy viva como hacíamucho tiempo que no lo hacía. Su marido la miraba extrañado
Dejaron el auto al valet parking y se metieron alrestaurante. María tomó fuerte a su marido de la mano y lo acarició. Sesentaron en una mesa linda.
Estaban solos cenando sushi en un lindo (y bastante caro)local de Palermo. De entrada, habían pedido ceviche, que había estadoriquísimo. María lo miraba con una sonrisa a su marido, lo que despertó lacuriosidad de él
-       Te voy a hacer una pregunta, ¿Como estas?
-       Bien, ¿por?
-       No se, últimamente te noto distinta, mas animada
-       Puede ser, son ciclos.
-       ¿Más contenta, por algo?
-       Mirá, mintió María, me doy cuenta queeconómicamente estamos bien, también de salud y me dije porque no disfrutar unpoco más haciendo este tipo de salidas
-       Me parece muy buena filosofía, ojalá yo pudieratomármelo así
-       ¿Que te lo impide? Lo desafió María
-       Los negocios, el trabajo…
-       Buff, ya tenés todo, hasta Luciano, me loplanteó el otro día
-       ¿Qué cosa te planteó Luciano?
-       Que estas poco en casa sin necesidad, si yatenemos de todo
-       SI, pero él no entiende que este “de todo” hayque mantenerlo
-       SI, no es tonto.
-       Lo sé
-       Ya está grande, dijo María con un doble sentidoen la cabeza. Si supieras lo grande que está, pensó y una puntada en suentrepierna la hizo sacudir
-       ¿Estás bien?
-       Si, si
-       Bueno, ya sé que está grande, de hecho, tienenovia, ¿no?
-       Claro, se llama Sofía una chica muy linda
-       Salió al padre, le gustan lindas
-       Si, parece, a María le gustó el piropo
-       ¿Y ya cogerán? Preguntó su marido
-       No creo, dijo María, pero deben estar porhacerlo, el otro día.
-       ¿Que pasó, los enganchaste?
-       Si, los enganché franeleando de lo lindo y él leestaba…
-       ¿Que hacía?
-       Le chupaba las tetas…
-       Noooo, evidentemente es hijo mío, se divertía él
-       No sabes cómo se puso ella cuando me vio, reíaMaría un poco acalorada por el champagne y la calentura que iba subiendo
-       Ahhhhh, bueno che, es normal
-       Si, ah, y también le enseñé a usar unpreservativo
-       Me hubieses dicho a mí
-       Bueno, ya está.
María no quiso caer en el reproche de que no estaba nuncapara no arruinar la linda velada. Terminaron de cenar y subieron al auto que letrajo el valet parking. Ni bien se subió María lo miró inquisitivamente a sumarido y lo besó con pasión metiéndole la lengua. Él se sorprendió y lacorrespondió con un beso como hacía mucho tiempo que no se daban.
-       Lleguemos a casa y te agarro, dijo él
-       Te tomo la palabra, dijo ella
Cuando llegaron a la casa fue bajarse del auto y besarsecomo en la juventud. María estaba muy caliente y se lo hizo notar a su marido
-       Quiero que me cojas
-       Lo voy a hacer, mi amor
Hacía mucho que su marido no le decía mi amor y eso legustaba. Era verdad que ella lo tenía abandonado también. Todo marchabaperfecto, fueron a la habitación, cerraron la puerta y como dos amantes sefueron sacando la ropa al costado de la cama. Ella inmediatamente bajóarrodillándose y metiéndose la verga de su marido en la boca.
Fue en ese momento en el que sintió extraño algo. Habíaestado tanto tiempo con la verga de Luciano en la cabeza que la de su marido lepareció que no le gustaba tanto. Pero María era una mujer adulta y no se iba adejar llevar por eso. Se la chupó con ganas y después se dejó hacer por él.Acabó enseguida y lo mismo él cuando ella se lo montó y le dijo un par depalabras que sabía que lo llevaban irremediablemente al orgasmo
Había sido, pese a todo, una buena noche y lo habíadisfrutado mucho en su conjunto. Hay una sola que había quedado clara, María nopodía sacarse así nomás la pija de su hijo de la cabeza, y eso era un problema.
No pasó mucho tiempo y todo volvió a la rutina diaria, padreausente, hijo presente.
María quería poner paños fríos y buscaba evadirse de su hijoy empezó a tratarlo con frialdad, cosa que no pasó desapercibido para él y selo hacía notar
De a poco, pasaban los días y los nervios se notaban, como tambiénse notaba que la confianza volvía a aparecer entre María y Luciano
Lo que sucedió esa tarde en que volvióLuciano del colegio fue muy intenso. María estaba en el comedor con la notebookleyendo un relato erótico de madre e hijo. Sabía que eso no ayudaba y muchomenos apaciguaba la calentura que sentía últimamente, pero era más fuerte queella. Estaba inmersa en el relato cuando sintió la lleve en la cerradura.Rápidamente cerró la página y la notebook comprobando que no haya quedado nadaabierto. Se puso de pie rápidamente y salió al encuentro de su hijo
Luciano abrazándola fuertementele dio un beso en la mejilla y la apretó contra su cuerpo y la retuvo unossegundos. María no entendía que sucedía
-       ¿Qué pasa? Le dijo ella
-       Nada, que sos la mejor mamá del mundo
-       ¡Bueno, gracias!!!!
-       Si, lo sos
-       No sé porque lo decís, pero lo acepto, riofuerte María
-       Te lo tengo que decir, dijo nervioso Luciano
-       ¿Qué cosa?
-       Gracias por lo del otro día
-       ¿Qué cosa?
-       La paj, masturbación que me hiciste
-       Bueno…Sabes que no puede volver a pasar, ¿no? Ledijo ella
-       ¿No? La cara de desilusión de Luciano eratremenda
-       No, mi amor, le partía el alma ver a su hijo conesa cara
-       ¿Por qué?
-       Porque está mal, somos madre e hijo
-       Lo sé, pero no tiene que enterarse nadie
-       Bueno, sí, pero no
-       Sí, ¿pero no? Preguntaba Luciano
-       Claro, no tiene que enterarse nadie de lo quepasó y no puede volver a pasar
-       Es que me gusta mucho, ma
 
Luciano utilizaba el tono decuando era niño y le pedía a su madre que le compre figuritas o una golosina.El tema es que María siempre terminaba accediendo y consintiendo a su hijo
 
-       Bueno, pero no
-       Y a vos también te gusta, Luciano se acercabapeligrosamente a su madre con una sonrisa
-       Sí, pero no, no te acerques mas
-       Dale maaaaaa, Luciano la abrazaba y en el abrazosintió su bulto
-       Ayyy Luchito Nooooo, no me hagas esto, decía,pero se acomodaba para sentirlo mejor
-       Tocámela un poquito y después te dejo que tevayas a…
-       Noooo, soltame
-       No te quiero soltar, Luciano hizo el movimientode flexionar sus rodillas para que el bulto, ya más duro, se apoyara sobre laconcha de su madre
-       Ayyyy no, no me apoyes asíiiii
María sintió la durezadirectamente en su vagina y tembló
-       ¿No te gusta?
-       Sabes que si, por eso, María se giró y fue peor,el culo quedó apoyado contra la pija durísima de su hijo
-       Mmmmm, mami, me encanta apoyarte así
-       Salí Lucho, en serio, María le pedía, pero sequedaba
-       Mmmmm, juguemos así un poquito…
-       Solo un poquito, cedió María restregando su culocontra la pija de su hijo
Para peor, ella estaba con unpantalón de jogging que hacía que se sienta aún más la verga dura de suchiquito, que ya no lo era tanto. Así estaban cuando sintió que las manos de élempezaban a subir a sus tetas. María las agarró para detenerlas, pero él hacíamucha fuerza y le costaba. Ella se dejó hacer y cuando sus manos se apoyaronsobre sus tetas empezó a mover el culo con más ganas y él lo notó.
-       Mmmmm, mamiiii
-       Solo juguemos así un poquito, ¿sí?
-       Mmmmm, siiii, le amasaba las tetas a su mamá porencima de la remera
-       Mmmmm, que dura se te pone…
-       ¡Viste! Una mano de él baja a desabrochar elcinturón de su pantalón de colegio.
Luciano sabía que si sacaba suverga su madre no iba a poder contenerse y al menos iba a terminar lograndoalgo.
-       ¡No! ¡No la saques!
-       Es que me molesta, me duele mucho
-       Bueno, está bien, dijo María dejándose convenceruna vez más por su hijo
-       Aghhh, dijo con la pija afuera y apoyándolacontra el culo de su madre
Unas gotas de líquido preseminalmanchaban el jogging de María
-       Mmmmm, que dura, por Dios, movía su culo María
-       Me encantaría tocarte, dice Luciano bajando consus manos a la concha de su mamá
-       Despacio, le dijo ella y por encima de la ropa
-       ¿No puedo por adentro?
-       Solo adentro del pantalón, pero no adentro de labombacha, concedió la excitada madre a su hijo
La mano de Luciano se metiórápidamente dentro del jogging de su madre y cuando fue a tocarla la notó muymojada y caliente
-       Mmmmm, estas muy mojada
-       Es que estoy muy caliente, hijo
-       Aghhhh, me gusta que estés caliente
El dedo mayor de Luciano hacía untrabajo maravilloso frotando e introduciéndose junto con la tela en lalubricada vagina de su madre. María sentía que estaba por acabar
-       Aghhhh, me gusta Luchito
-       Te quiero hacer acabar, le dijo al oído a sumamá
-       Sí, mi amor, seguí así
-       ¿Estas caliente, mami? Le susurraba al oídomientras su mano frotaba la concha con desesperación
-       Siiii, Aghhh ahhh ahhh ahhhhhhhhhhhhhh, muyyyycaaaaaa, ahhhhhhh, acabó María en unos gemidos potentes que llenaban el comedor
-       Mmmmm, mami, siiiiiii
-       ¡Me haces acabar hijooooooo!
-       Siiii
-       Aghhhhhhh, aghhhhh, aggghh ahhhh ahhhhhh
-       Si, mami acabá así que me gusta
-       Mmmmm, que placer, por Dios! Dijo Maríarecomponiéndose como podía
En ese momento no sabe cómo niporque lo hizo, pero se giró y le agarró la verga su hijo y meneándosela ledijo
-       Sacate la camisa y date vuelta
Luciano obedeció y se giróquedando de espalda a su madre. María, por su parte, se sacó la remera y elcorpiño y apoyó sus tetas en la espalda de su hijo y rodeando la cintura de élcon su mano le agarró la pija y le dijo al oído, con un tono ronco deexcitación, pero suave y sensual
-       Queres que te haga una paja así?
-       Mmmmm, siiii mamiiiii
El cuadro era tremendo. En elcomedor, a metros de la puerta de entrada y parados en la alfombra, Luciano conlos pantalones y calzoncillos por los tobillos y completamente desnudo en todosu ya formado cuerpo. María desnuda de la cintura para arriba, le apoyaba lastetas en la espalda con descaro mientras con una mano le acariciaba el pecho ycon la otra lo pajeaba
-       ¿Estas muy caliente? Jugaba fuerte María ahora
-       Mmmmm, si, muy caliente
-       Te gusta sentir las tetas de mami en la espalda
-       Me encanta eso, ma
-       Queres que mami, te haga acabar?
-       Siiii
-       Te lo mereces porque vos me hiciste acabar a mí,le dijo ella
María seguía la lenta paja y conla otra mano acariciaba el pecho de su hijo y con las yemas de los dedos lepellizcaba suavemente la tetilla.
-       Mami, voy a acabar
-       Siiii?
-       Siii mami, yaaaaa
-       Mmmmm, acabá así mi amor, con mami pajeándote
Las palabras salían de su bocacon una facilidad que ella misma descubría con asombro.
-       Agggghhhhhhh ahhhhhh ahhhhh
Potentes chorros de semen salíandisparados hacia adelante. A María le llamó la atención la cantidad y ladistancia que alcanzaban.
La alfombra se manchó con variasgotas, pero a ninguno de los dos pareció importarle en ese momento. Maríaseguía pegada a la espalda de su hijo y ninguna de sus manos parecían querersoltarlo. No podía.
Como un autómata empezó a besarla espalda de su hijo y a recorrer el pecho con las dos manos. Luciano sedejaba hacer y sentía que debía hacer algo, pero no se animaba por miedo a darun paso en falso.
De a poco María, que no salía desu asombro, fue recobrando la compostura. No solo por lo que veía sino por lolejos que había llegado con su hijo. Florencia, su amiga, tenía razón. Lopeligroso no era lo que había hecho hasta ese momento. Lo verdaderamentepeligroso era todo lo que podrían llegar a hacer dos personas como ellos. Unamadre y un hijo calientes y lanzados al placer.
Con pocas ganas se fue separandolentamente de su hijo y buscando la remera y el corpiño que estaban tirados porel suelo, mientras Luciano hacía lo propio buscando su camisa que estaba sobreel sillón y subiéndose poco a poco el pantalón y volviendo a su rol de hijo,dijo:
-       Voy a buscar algo para limpiar
-       Dejá, yo lo limpio dijo María
-       Pero ma…
-       Dejá, andá para tu cuarto
-       Gracias mami
-       Por nada, dijo María pensando que Luciano lodecía por lo de encargarse de limpiar el enchastre que había provocado su semenen la alfombra
-       Por todo, ma
-       Luciano, mejor andá a tu cuarto que no quierohablar del tema
-       Bueno, pero gracias porque me encantó
-       Luciano! ¡Basta!
-       Está bien, está bien
Luciano subió la escalera y seperdió en su cuarto
María fue a la cocina a buscar elrollo de cocina para limpiar la copiosa acabada de su hijo en la alfombra.Trajo junto con el rollo un producto para limpiar la alfombra. Se arrodilló yvio una gota del brillante semen blanco de su hijo flotando en un pico de laalfombra y no pudo contenerse y lo tomó con un dedo. Lo fue acercando a sunariz para olerlo y el olor la embriagó. Tuvo que tragar saliva porque estabatotalmente nerviosa. Estaba llevando el dedo a su boca cuando un grito desdearriba la hizo volver en sí misma.
-       Te ayudo mami
-       Noooo, dejame sola, gritó María
Secó el dedo con el paño de papely comenzó a aplicar producto mientras pensaba: estuve a punto de probar elsemen de mi hijo con mi lengua, es una locura. ¿Que me pasa? ¿En que me estoyconvirtiendo? Atormentada con tantas preguntas siguió limpiando la alfombraarrodillada en el suelo del comedor de la bella casa que compartía con suesposo y su semental hijo.
 
Continuará…
Pueden dejarme sus comentarios enreybaco2005@hotmail.com
Telegram @reybaco2005

8 comentarios - Mamá caliente (4)

conrradio
que buenos relatos!!! por dios!!! desde el primer parrafo con la pija al palo!!!!
soretin3 +1
Gracias conrradio
panzerkrieg
Vamooooo le va a dar y no consejos....
soretin3
Gracias Panzer amigo
milangac +1
Cada día más atrapante el relato, Sofi entregaaa jaja
soretin3
Gracias Milanga, maestro
el-fo
buenisimo!!! que calentura
soretin3
gracias por comentar siempre el fo
Jovenincesto +3
Ufffffff terrible bro, ya está perdiendo la cabeza mami, ya se está calentando y quiere ese pedazo de verga en su boca y en su concha, lo está pidiendo a gritos. Excelente relato muy hot