En relatos anteriores les mencioné a Emilia, la hermana de Andrea, mi novia y si leyeron esos, saben lo q pasó entre nosotros. Casi me la cojo esa noche y nunca lo pude olvidar.
Después del trío con Charly, la relación con Andrea se volvió rara. Por un lado, le hice prometer que no pelearía más con Emilia, cosa que cumplió y me permitió acercarme más a mi cuñada. Por otro lado, ella que siempre fue un poco seductora con los tipos, ahora era provocadora sin disimular con los flacos más lindos. Toda esta situación nos llevaba a pelear seguido.
Hubieron dos cosas que marcaron el declive de nuestra pareja.
Desde que Emi se había peleado con Charly se había acercado más a mí en un nivel personal. Me consultaba mi opinión sobre temas relacionados a sus estudios o me mostraba como iba a salir vestida con sus amigas y me pedía mi opinión como hombre. Yo, a su vez, me acercaba más en el aspecto físico. Le hacía masajes en los hombros cuando estaba adolorida o aprovechaba a apoyarla de atrás en cualquier situación que se diera. La peor se dió una noche en su casa. Ella estaba intentando alcanzar algo de una alacena que era alta para ella y yo me ofrecí a ayudar. Me paré detrás de ella que seguía estirándose y agarré la lata, acariciando su mano y apoyando mi bulto entre sus nalgas. Como se estaba estirando, soltó un suave gemido justo en el momento que nuestros cuerpos se pegaron. La reacción de mi pene fue inmediata.
E: Uhhmm!
Y: Epa! Yo te la doy... la lata!
E: Sí... gracias...
Su cola presionaba contra mí aún más al sentir mi amigo duro. Para mal de males, ella llevaba un short de algodón corto que usaba para dormir y yo tenía unos pantalones deportivos. Sentíamos todo. La piedra en mi pantalón se vino a clavar en medio de esas hermosas nalgas. No necesitaba mucho más para acabar.
Andrea vio todo eso pero se hizo la boluda. Esperó a que su hermana se fuera a dormir para quejarse
A: Como podés ser tan hijo de puta? Te vi!
Y: Ey, pará que vos te cogiste a su novio con todas las ganas y no me tenés acá insultando!
A: Bueno... pero ya estaban peleados!
Y: No, tu hermana lo dejó porque te lo cogiste.
A: Y si ella quiere hacer lo mismo con vos? Yo la mato antes!
Y: Vos no vas a matar a nadie. Puede que a mi me guste "cachondear", pero sé que a vos también. Además, no me cogería a tu hermana. Me parece muy de forro y yo no soy ningún forro. Si algún día soy infiel será con una desconocida.
A: Bueno, no la mato... por ahora...
Así pasaron meses desde ese otoño hasta el siguiente verano. En principios de enero descubrí que salía a coger con un compañero de facultad cuando decía salir con "las chicas de la facu". Lo más devastador fue enterarme como lo había hecho con otros falcos mucho antes. Me había ocultado mucho, cuando yo le perdonaba si hubiera sido honesta. Nuestra pelea fue muy breve a pesar de los años juntos. Ella nunca se defendió de mis acusaciones. Su única respuesta fue "y qué querés que te diga?". La míabfue dar un portazo y no volver a verla.
Unos seis meses después, me encontré con Emi, en el invierno del 2008. Yo había salido con un grupo de amigos que a su vez había encontrado a otro grupo de amigos (todos hombres). Estábamos en un boliche (de la zona de Alem, que ya no existe) bastante ebrios y nos encontramos con Emi y 3 amigas.
Yo no tenía ganas de hablar con ninguna mina, pero algunos de los pibes, que ya conocían a las chicas, se abalanzaron como perros en celo a tratar de levantárselas. Me quedé solo en un rincón cuando se me acerca Emi.
E: Hola Guille, como estás?
Yo: Mal, pero tratando de que no se note, aunque sea un rato.
E: Te puedo hacer compañia?
Yo: Si no te molesta estar con un embole como yo...
E: No digas eso, sabés que te quiero mucho...
Vale aclarar en este punto que después de esa vez hace años nunca pasó más nada entre nosotros, Emi tuvo otros 2 novios en el medio, pero tipos bastante normales aunque no lo suficientemente hombres para ella al parecer. Sin embargo, las ganas se mantuvieron en los dos y algún juego en doble sentido o toqueteo "accidental'
Estuvimos hablando largo rato, de la vida, del amor y de todas los temas bajón que hablan los abandonados.
E: No podés estar así Gui, no te lo merecés... fuiste muy bueno con ella.
Yo: No se... igual basta de hablar de tu hermana, intento sentirme mejor, no peor.
E: Tenés razón! Tomemos algo!
Pedí una botella de vino espumante dulce que a ella le gustaba y brindamos por todas las cosas malas de la vida burlándonos y haciendo chistes. Al rato estábamos los dos un poco mareados y le dije:
Yo: Me parece que me voy a ir.
E: Me voy con vos - me agarró del brazo y apoyó su cabeza en mi hombro.
Yo: Ah si? Te venis conmigo a dormir? jajaja
E: Si! - dijo divertida mirandome a los ojos.
Yo: Bueno, vamos.
Salimos a buscar un taxi y nos fuimos al departamento donde me había mudado casi de inmediato de separarme de Andrea.
CONTINUARÁ
Después del trío con Charly, la relación con Andrea se volvió rara. Por un lado, le hice prometer que no pelearía más con Emilia, cosa que cumplió y me permitió acercarme más a mi cuñada. Por otro lado, ella que siempre fue un poco seductora con los tipos, ahora era provocadora sin disimular con los flacos más lindos. Toda esta situación nos llevaba a pelear seguido.
Hubieron dos cosas que marcaron el declive de nuestra pareja.
Desde que Emi se había peleado con Charly se había acercado más a mí en un nivel personal. Me consultaba mi opinión sobre temas relacionados a sus estudios o me mostraba como iba a salir vestida con sus amigas y me pedía mi opinión como hombre. Yo, a su vez, me acercaba más en el aspecto físico. Le hacía masajes en los hombros cuando estaba adolorida o aprovechaba a apoyarla de atrás en cualquier situación que se diera. La peor se dió una noche en su casa. Ella estaba intentando alcanzar algo de una alacena que era alta para ella y yo me ofrecí a ayudar. Me paré detrás de ella que seguía estirándose y agarré la lata, acariciando su mano y apoyando mi bulto entre sus nalgas. Como se estaba estirando, soltó un suave gemido justo en el momento que nuestros cuerpos se pegaron. La reacción de mi pene fue inmediata.
E: Uhhmm!
Y: Epa! Yo te la doy... la lata!
E: Sí... gracias...
Su cola presionaba contra mí aún más al sentir mi amigo duro. Para mal de males, ella llevaba un short de algodón corto que usaba para dormir y yo tenía unos pantalones deportivos. Sentíamos todo. La piedra en mi pantalón se vino a clavar en medio de esas hermosas nalgas. No necesitaba mucho más para acabar.
Andrea vio todo eso pero se hizo la boluda. Esperó a que su hermana se fuera a dormir para quejarse
A: Como podés ser tan hijo de puta? Te vi!
Y: Ey, pará que vos te cogiste a su novio con todas las ganas y no me tenés acá insultando!
A: Bueno... pero ya estaban peleados!
Y: No, tu hermana lo dejó porque te lo cogiste.
A: Y si ella quiere hacer lo mismo con vos? Yo la mato antes!
Y: Vos no vas a matar a nadie. Puede que a mi me guste "cachondear", pero sé que a vos también. Además, no me cogería a tu hermana. Me parece muy de forro y yo no soy ningún forro. Si algún día soy infiel será con una desconocida.
A: Bueno, no la mato... por ahora...
Así pasaron meses desde ese otoño hasta el siguiente verano. En principios de enero descubrí que salía a coger con un compañero de facultad cuando decía salir con "las chicas de la facu". Lo más devastador fue enterarme como lo había hecho con otros falcos mucho antes. Me había ocultado mucho, cuando yo le perdonaba si hubiera sido honesta. Nuestra pelea fue muy breve a pesar de los años juntos. Ella nunca se defendió de mis acusaciones. Su única respuesta fue "y qué querés que te diga?". La míabfue dar un portazo y no volver a verla.
Unos seis meses después, me encontré con Emi, en el invierno del 2008. Yo había salido con un grupo de amigos que a su vez había encontrado a otro grupo de amigos (todos hombres). Estábamos en un boliche (de la zona de Alem, que ya no existe) bastante ebrios y nos encontramos con Emi y 3 amigas.
Yo no tenía ganas de hablar con ninguna mina, pero algunos de los pibes, que ya conocían a las chicas, se abalanzaron como perros en celo a tratar de levantárselas. Me quedé solo en un rincón cuando se me acerca Emi.
E: Hola Guille, como estás?
Yo: Mal, pero tratando de que no se note, aunque sea un rato.
E: Te puedo hacer compañia?
Yo: Si no te molesta estar con un embole como yo...
E: No digas eso, sabés que te quiero mucho...
Vale aclarar en este punto que después de esa vez hace años nunca pasó más nada entre nosotros, Emi tuvo otros 2 novios en el medio, pero tipos bastante normales aunque no lo suficientemente hombres para ella al parecer. Sin embargo, las ganas se mantuvieron en los dos y algún juego en doble sentido o toqueteo "accidental'
Estuvimos hablando largo rato, de la vida, del amor y de todas los temas bajón que hablan los abandonados.
E: No podés estar así Gui, no te lo merecés... fuiste muy bueno con ella.
Yo: No se... igual basta de hablar de tu hermana, intento sentirme mejor, no peor.
E: Tenés razón! Tomemos algo!
Pedí una botella de vino espumante dulce que a ella le gustaba y brindamos por todas las cosas malas de la vida burlándonos y haciendo chistes. Al rato estábamos los dos un poco mareados y le dije:
Yo: Me parece que me voy a ir.
E: Me voy con vos - me agarró del brazo y apoyó su cabeza en mi hombro.
Yo: Ah si? Te venis conmigo a dormir? jajaja
E: Si! - dijo divertida mirandome a los ojos.
Yo: Bueno, vamos.
Salimos a buscar un taxi y nos fuimos al departamento donde me había mudado casi de inmediato de separarme de Andrea.
CONTINUARÁ
2 comentarios - Jueguitos con mi cuñada - parte 1