Mi historia con Vanessa, segunda parte.
Hola, en primer lugar quiero agradecer a todas las personas que se dieron el tiempo de leer la primera parte de una historia que me ha cambiado la vida para siempre. Quisiera también recordar que este es parte de un ejercicio de sanación y terapia, luego de que hace un poco más de dos años perdí a mi familia en un accidente automovilístico en el que fallecieron mi esposa y mi hija.
Bien, esta parte de mi vida se llama: mi historia con Vanessa. Como saben, acepté un trabajo como docente universitario, luego de años de ofrecimientos, básicamente porque debía encontrar una rutina en mi vida que me aleje de las fiestas desenfrenadas, las orgías sin fin y las líneas de cocaína y drogas que estuve consumiendo por meses. Tan mal no me ha ido hasta ahora, conocí a Vanessa, una estudiante que me adoptó al llegar a la facultad desde el primer día y fue mi guía los primeros meses y que no ha dejado de hacer insinuaciones sexuales desde que supo que soy viudo.
Un viernes alrededor de las 10 de la noche me llega un mensaje a mi whatsapp, miro que es de Vanessa y si he de ser completamente honesto, me quedé sin palabras.
- Hola papasito, te espero hoy para hacer diabluras como ayer, me encantó lo que me hiciste.
El mensaje parecía ser obviamente para otra persona, algún afortunado a quién mi estudiante estrella le estaba haciendo gozar. No pasaron 10 segundos hasta que mi verga se empezó a poner dura al ver esas nalgas preciosas en mi pantalla, e imaginar a mi estudiante más querida en las posturas más lascivas, así que antes de responder nada me hice una megapaja pensando en Vanessa, su piel juvenil en mis manos, su trasero sobre mis muslos, mientras mi verga la penetraba por detrás.
-Hola Vanessa, le quedan muy bien los cachitos, que le guste hacer diabluras y me alegro que le hagan sentir muy bien, pero su mensaje creo que era para otra persona.
- ¡Ay Diosmío, profe Carlitos! ¡Qué vergüenza! Ese mensaje es para mi novio que también se llama Carlos. DiosmíoDiosmíoDiosmío... ¡Por favor discúlpeme Dr!
- No hay nada disculpar Vanessa, imagínate, a cualquiera le pudo pasar. No te preocupes que esta ocasión no habrán consecuencias.- Me sentí bien al presionar un poquito dejando en claro que en esta relación yo tenía poder sobre ella, sentimiento morboso que salió ese momento, pero no me arrepiento.
- ¡No Dr, por favor no! Fue un error, le pido mil disculpas, le juro que no volverá a pasar, no me eche de la facultad por favor, es más por favor olvide que le envié ese mensaje y sigamos como siempre amigos, ¿va?- me dijo.
- Jajajajajaja, no te preocupes, era una broma... ¿o no?, en todo caso, me alegro por tu novio, es un tipo muy afortunado.- Repliqué yo.
- ¿Sí, verdad? Pues la verdad es apenas un chico que estoy conociendo, es mayor a mí, tiene 28 años, pero es que los niños de mi edad con lo he salido no le dan ni a los talones, jamás me había sentido tan satisfecha, hace cosas raras conmigo, pero la verdad es que me están gustando mucho.-
- Uy Vanessa, me alegro, pero mejor dejemos esta conversación aquí, no es apropiado que me comentes detalles de tu vida privada, no olvides que soy tu profesor y te llevo más de 15 años.
En este punto yo ya estaba súper cachondo de nuevo leyendo los mensajes que mi estudiante me escribía y viendo la foto que me había enviado por "error", luego sabría que nunca fue una equivocación, sino al contrario parte de una planificación muy detallada de su parte.
- Qué pena profe Carlitos, pero si usted lo dice está bien. ¿Le puedo preguntar algo? ¿Porqué está conversando conmigo un viernes por la noche? ¿No tenía planes con la secretaria Sofía?
- Pues, te comento que con la secretaria Sofía y yo no pasa nada, si puedo ser honesto contigo, en este momento de mi vida estoy tratando de encontrar estabilidad. Me imagino que sabes el apodo que me dieron tus compañeros "Dr. Viudito", pues es cierto. Hubieron momentos de mucha oscuridad los últimos meses y por ahora prefiero tratar de encontrarme en la soledad, no estoy saliendo con nadie y por ahora creo que es mejor así.
- Ay profe, qué aburrido... sí, del apodo todos los estudiantes lo saben, y la vedad es que al inicio parecía gracioso, pero ya se ha vuelto un chiste pesado... Bueno ya llegó mi novio... ¡Adiós!
Y sí, amigos y amigas, de esta manera mi estudiante estrella destruyó por completo mi autoconmiseración, sin piedad hizo añicos meses de reflexión y meditación, porque además luego de irse, me envió una foto más que me dejaron francamente perplejo y más caliente que al inicio de esta conversación:
-PS: Para que no se sienta tan solo, ni tan aburrido y deje de dar tanta pena. 😉
Sí, amigos "para que deje de dar tanta pena". Yo estaba trabajando muy duro intentando reconstruir mi realidad y resulta que para las personas más cercanas a mí en la facultad ese momento yo "daba pena", ese sería un tema que sin ninguna duda iba a salir en mi siguiente sesión de terapia, pues la realidad me había golpeado en los testículos en la forma de una niña de 22 años, de un metro y medio, con unas tetas increíbles y sin ningún tipo de pudor o vergüenza, sin mucho más que hacer, saqué mi pene erecto nuevamente y mientras me hacía una paja le escribí:
- Buenas... noches Vanessa...
Hola, en primer lugar quiero agradecer a todas las personas que se dieron el tiempo de leer la primera parte de una historia que me ha cambiado la vida para siempre. Quisiera también recordar que este es parte de un ejercicio de sanación y terapia, luego de que hace un poco más de dos años perdí a mi familia en un accidente automovilístico en el que fallecieron mi esposa y mi hija.
Bien, esta parte de mi vida se llama: mi historia con Vanessa. Como saben, acepté un trabajo como docente universitario, luego de años de ofrecimientos, básicamente porque debía encontrar una rutina en mi vida que me aleje de las fiestas desenfrenadas, las orgías sin fin y las líneas de cocaína y drogas que estuve consumiendo por meses. Tan mal no me ha ido hasta ahora, conocí a Vanessa, una estudiante que me adoptó al llegar a la facultad desde el primer día y fue mi guía los primeros meses y que no ha dejado de hacer insinuaciones sexuales desde que supo que soy viudo.
Un viernes alrededor de las 10 de la noche me llega un mensaje a mi whatsapp, miro que es de Vanessa y si he de ser completamente honesto, me quedé sin palabras.
- Hola papasito, te espero hoy para hacer diabluras como ayer, me encantó lo que me hiciste.
El mensaje parecía ser obviamente para otra persona, algún afortunado a quién mi estudiante estrella le estaba haciendo gozar. No pasaron 10 segundos hasta que mi verga se empezó a poner dura al ver esas nalgas preciosas en mi pantalla, e imaginar a mi estudiante más querida en las posturas más lascivas, así que antes de responder nada me hice una megapaja pensando en Vanessa, su piel juvenil en mis manos, su trasero sobre mis muslos, mientras mi verga la penetraba por detrás.
-Hola Vanessa, le quedan muy bien los cachitos, que le guste hacer diabluras y me alegro que le hagan sentir muy bien, pero su mensaje creo que era para otra persona.
- ¡Ay Diosmío, profe Carlitos! ¡Qué vergüenza! Ese mensaje es para mi novio que también se llama Carlos. DiosmíoDiosmíoDiosmío... ¡Por favor discúlpeme Dr!
- No hay nada disculpar Vanessa, imagínate, a cualquiera le pudo pasar. No te preocupes que esta ocasión no habrán consecuencias.- Me sentí bien al presionar un poquito dejando en claro que en esta relación yo tenía poder sobre ella, sentimiento morboso que salió ese momento, pero no me arrepiento.
- ¡No Dr, por favor no! Fue un error, le pido mil disculpas, le juro que no volverá a pasar, no me eche de la facultad por favor, es más por favor olvide que le envié ese mensaje y sigamos como siempre amigos, ¿va?- me dijo.
- Jajajajajaja, no te preocupes, era una broma... ¿o no?, en todo caso, me alegro por tu novio, es un tipo muy afortunado.- Repliqué yo.
- ¿Sí, verdad? Pues la verdad es apenas un chico que estoy conociendo, es mayor a mí, tiene 28 años, pero es que los niños de mi edad con lo he salido no le dan ni a los talones, jamás me había sentido tan satisfecha, hace cosas raras conmigo, pero la verdad es que me están gustando mucho.-
- Uy Vanessa, me alegro, pero mejor dejemos esta conversación aquí, no es apropiado que me comentes detalles de tu vida privada, no olvides que soy tu profesor y te llevo más de 15 años.
En este punto yo ya estaba súper cachondo de nuevo leyendo los mensajes que mi estudiante me escribía y viendo la foto que me había enviado por "error", luego sabría que nunca fue una equivocación, sino al contrario parte de una planificación muy detallada de su parte.
- Qué pena profe Carlitos, pero si usted lo dice está bien. ¿Le puedo preguntar algo? ¿Porqué está conversando conmigo un viernes por la noche? ¿No tenía planes con la secretaria Sofía?
- Pues, te comento que con la secretaria Sofía y yo no pasa nada, si puedo ser honesto contigo, en este momento de mi vida estoy tratando de encontrar estabilidad. Me imagino que sabes el apodo que me dieron tus compañeros "Dr. Viudito", pues es cierto. Hubieron momentos de mucha oscuridad los últimos meses y por ahora prefiero tratar de encontrarme en la soledad, no estoy saliendo con nadie y por ahora creo que es mejor así.
- Ay profe, qué aburrido... sí, del apodo todos los estudiantes lo saben, y la vedad es que al inicio parecía gracioso, pero ya se ha vuelto un chiste pesado... Bueno ya llegó mi novio... ¡Adiós!
Y sí, amigos y amigas, de esta manera mi estudiante estrella destruyó por completo mi autoconmiseración, sin piedad hizo añicos meses de reflexión y meditación, porque además luego de irse, me envió una foto más que me dejaron francamente perplejo y más caliente que al inicio de esta conversación:
-PS: Para que no se sienta tan solo, ni tan aburrido y deje de dar tanta pena. 😉
Sí, amigos "para que deje de dar tanta pena". Yo estaba trabajando muy duro intentando reconstruir mi realidad y resulta que para las personas más cercanas a mí en la facultad ese momento yo "daba pena", ese sería un tema que sin ninguna duda iba a salir en mi siguiente sesión de terapia, pues la realidad me había golpeado en los testículos en la forma de una niña de 22 años, de un metro y medio, con unas tetas increíbles y sin ningún tipo de pudor o vergüenza, sin mucho más que hacer, saqué mi pene erecto nuevamente y mientras me hacía una paja le escribí:
- Buenas... noches Vanessa...
3 comentarios - Embaracé a mi suegra y a mi novia pt2