Lunes
Tommy sale del negocio mástemprano y le pide a su hermana que lo cubra. Pato ni le preguntó por qué.Después de dar muchas vueltas se decide y pasa por el trabajo de Eugenia,estaciona el auto a media cuadra y espera a la hora en que esta sale. Se baja yva caminando mirando para otro lado haciéndose el distraído. Ella lo ve y legrita:
- Tommy!
- ¿Que haces Eugenia? ¿Que linda que estas?
- Nada, con una linda sonrisa.
Primer tiro adentro.
- ¿Para dónde vas?
- Para allá
- Yo también.
Empezaron a caminar y él siemprecon alegría. Metiendo buen humor. Diciendo que se sentía orgulloso de iraminando con una mujer tan linda. Que en el secundario lo hubiesen envidiado sien el patio iba así caminando con ella.
- ¿No queres ir a tomar algo?
- No sé. Lo pensó y las opciones eran ir a tomaralgo, divertirse, pasarla bien o ir a la casa bancarse la cara de orto deJuanpi y mirar la tele.
- Dale vamos.
- Tommy, estratega como pocos, la llevó a un lugarcon mucha onda y muy buen clima. Se sentaron en un silloncito uno al lado delotro, pero enfrentados como para hablar.
- ¿Que tomas?
- Una Coca Light, dijo ella.
- ¿Qué?, me estás jodiendo? Pedí algo en serio.
- Bueno, está bien, un daiquiri de durazno. Otrotiro adentro.
- Para mí, un gin tonic.
- Empezaron a tomar y a hablar de todo, como si seconocieran de toda la vida.
- ¿Estas de novio?
- No
- ¿Pero algo debes tener?
- Si siempre algo hay que tener, solo no se puedeestar, uno tiene necesidades que debe satisfacer a menudo.
- Sssi. Bueno yo…
- ¿Perdón? ¿Ibas a decir algo?
- No, nada. Y la cara le cambió. Se puso colorada.
- Me contás porque una chica tan linda y con esasonrisa…
Ella se pone colorada, baja lacabeza y la sube mirándolo a los ojos. Tommy se sonroja también y no sabe cómoseguir
- ¿Como puede ser que el otro día esta chica,tenía y tiene ahora esa carita tan triste?
La toma con dos dedos del mentóny la mira
- Ella lo mira y se pone a llorar como nunca.
Cagamos, pensó Tommy. A esto,pensaba que se le había cagado la estrategia y que había pasado de ser unapresa accesible a una amiga confidente.
El solo atinó a abrazarla y ellase aferró a él con toda su fuerza. Las lágrimas le mojaban la camisa.
- Eeeeuuu. Eeeeuuu. ¿Que pasa? ¿Que pasa? Le tomola cara con las dos manos mientras le secaba las lágrimas con ambos pulgares. Yla miraba a los ojos y ella no aguantaba más y lloraba.
El la volvió a abrazar porquesintió un impulso de comerle la boca, pero pensó que era muy pronto.
- Ella se volvió a aferrar a él.
El la volvió a mirar diciéndole:
- ¿Me queres contar?
- No puedo. No puedo.
- ¿Estas mal con Juanpi?
- Nooo. Y lloraba cada vez más.
En ese instante él no dudó. Laagarró de las mejillas nuevamente. Ella lo miró fijo y desvió por un momento sumirada hacia la boca de él. Él acercó sus labios a los de ella y se produjo elcontacto de sus labios. Suaves y carnosos se apretaban. Luego ella abrió unpoco la boca, él hizo lo mismo. Fue ahí donde comenzó el beso más apasionado detodos los tiempos. Se metían la lengua bien adentro de la boca del otro. Ladesesperación de Eugenia era terrible. Lo abrazaba con todas sus fuerzas y leenterraba la lengua hasta más no poder. Él tampoco se quedaba atrás y leacariciaba la espalda.
- En ese momento ella se separa y le dice:
- Pará, esto no está bien. No puedo hacer esto.
El siempremirándola a los ojos y agarrándole la cara le decía:
- disculpá fue un impulso que no pude manejar.
- Si, si, decía ella.
- Pero, entonces no queres con…..
Y ahora fue ella la que lo agarróde la cara a él y lo besó con más pasión que antes. El beso debe haber duradomás de un minuto. Se volvió a separar llorando y diciendo:
- No puedo mas.
Y el la abrazaba y ella lloraba.Él pidió la cuenta, pagó y dijo vamos. Había que jugársela y había llegado elmomento
- ¿A dónde?
- A casa.
- ¡No! Dijo ella esperá, ¡No!
- Quedate tranquila que no vamos a hacer nada
- Pero…
- Solo quiero que puedas hablar, si queres llorarcomo recién, que estés tranquila.
Eugenia no entendía bien lasituación. Él intentaría cogérsela, estaba claro. Ella tenía ganas, pero estabacasada, él era el hermano de su mejor amiga. No podía ser
- No, mejor me voy para casa.
- Dejate de joder.
- ¿Por qué?
- No te voy a dejar ir así. Vamos.
- Bueno.
- Se subió al auto y se dirigieron al departamentode Tommy.
- Ni bien llegar prendió unas velas, un sahumerio,y puso unos de los Songbooks de Rod Stewart.
- ¿Que queres tomar? ¿Mate?, cerveza? gaseosa?
- ¡Mate!
- ¡Yerba no tengo! Jajajajaja
- Los dos estallaron en carcajadas.
- Ella la estaba pasando realmente bien, pero latristeza que tenía en su interior la invadía.
- Se sentaron en el sillón de tres cuerpos decostado uno frente al otro.
- Empezaron a hablar y ella rompió en llantoenseguida.
- ¿Que te pasa? Contame
- Es que las cosas con Juampi no están bien. Estoymuy mal.
- ¿Que pasa? si Juampi es macanudo. ¿Te fue infiel? ¿Loenganchaste cogiendo con otra? Sabía que el lenguaje era extremadamente vulgar,pero quería llegar a la confianza extrema de ella.
- ¡Ojalá!
- ¿Como ojalá? ¿Preferirías que te engañe? ¿Que tehizo, tan grave como para que prefieras eso?
- Nada.
- Nada no, algo te hizo.
- Nada, exactamente nada.
- Mmmmm. ¿No será lo que me imagino no?
- Sí, es eso.
- No puede ser
- ¡Por Dios!, pero ¿que hago contándote esto avos?
- Perdón, pensé que había algún afecto entrenosotros, ¿o es que no te inspiro confianza?
- Si, si perdoname.
- No te hagas problema, vas a ver que todo va apasar.
- ¿Intentaron cosas?
- De todo, por lo menos yo, de todo.
- Es verdad que Dios le da pan al que no tienedientes.
Tommy la miró recorriéndole elcuerpo con sus ojos. Se detenía en las tetas y en la cara. Eugenia se sentíadeseada y eso le encantaba
- Jejejeje, de que te quejas, vos tenés pan ydientes.
- Pero no un pan tan rico como este, le decíamientras la miraba de una forma totalmente descarada y le pasó la mano por elbrazo acariciándoselo
- Mmmmm, decía ella mirándolo a los ojos,
Eugenia supo en ese momento quenecesitaba ir más allá de los besos. El hecho de sentirse deseada por unhombre, la hacía sentir segura como hacía mucho que no sucedía. Quizás fue poreso que se animó a decir lo que dijo
- tenés ganas de comer este pancito?
- Mmmmm, sí, me muero de ganas...
Y acercó su boca a la de ella yya no se despegaron nunca más. Jugaban con sus lenguas de una manera desesperada,se separaban para mirarse a los ojos, darse cuenta que era verdad lo queestaban viviendo, y luego se volvían a juntar.
Poco a poco se fueron desnudando.En otra ocasión, él lo hubiera hecho todo más lentamente, pero sabía que lo queella necesitaba era darse cuenta que él estaba muy caliente y que eso loprovocaba ella. Le chupaba las tetas como un desesperado.
Ella tanteó su paquete por encimade la ropa y se sorprendió. Por un lado, era un buen bulto y por otro lado eraduro como una roca. Y se murió de excitación.
Cuando él sintió la caricia en supaquete, se paró y le dijo:
- Sacame el pantalón.
Ella sentada solo con la bombachapuesta, mientras le desabrochaba el cinturón, le pasaba la lengua por elabdomen. Lo miró a los ojos, le desabrochó el pantalón, le bajo el cierre y conla ayuda de él le bajo el pantalón y el bóxer juntos, y apareció la pija de el:brillante, gruesa y por sobre todas las cosas muy, pero muy dura, apuntando alcielo
Ella se quedó embobada. Él lamiraba, pero ella tenía ojos solo para esa pija. La tomó con la mano y comprobóla dureza. Le pasó la lengua por la punta limpiando y bebiéndose los jugos preseminales que lubricaban la cabeza. Recién en ese momento les dirigió unamirada a los ojos a él.
Él le sonrió y le dijo:
- Sos hermosa y me encanta verte con mi pija en laboca.
A ella, aunque le chocó un pocoese comentario, se excitó notablemente y ya no se podía echar atrás.
Sin dejar de mirarlo se metió lamitad de la pija en la boca y comenzó a subir y bajar por esta mientras lopajeaba con una mano y le acariciaba los huevos con la otra.
El hacía esfuerzos por no acabar,mientras le decía:
- mmmmmmmmmm, me encanta como chupas la pija…..
Ella se la sacaba de la boca y ledecía:
- Mmmmm sí?
Síntoma de que le gustaba eljuego de hablar. Tommy fue más allá.
- Esperá dejame que te chupe yo a vos. No quieroacabar todavía
Le volvió a chupar las tetas y lefue sacando toda la bombacha, cuando llegó a tocarla abajo notó que estaba todamojada.
- Mmmmm me encanta que estés así de mojada, tequiero chupar toda. Toda.
Y sin más, bajó a beber de esemanantial del cual brotaba agua de deseo. Le pasó primero la lengua por todo lolargo y noto ese sabor riquísimo. No pudo contenerse y le dijo:
- Tenés una concha riquísima.
A ella le impactaba ese lenguajesucio, tanto como le gustaba. Cada palabra sucia la hacía calentar más, si sepodía. Eugenia se animaba, se mordía el labio inferior, lo miraba a los ojos yse sonreía diciendo:
- Siiiii? ¿Te gusta mi concha?
- Sí, me encanta
- ¿Si? Chupámela así,
- Me quedaría todo el día chupándotela
- no pares por favor…
Eugenia cerraba los ojos y nopodía creer estar gozando de esa manera. El orgasmo se acercaba y nada iba ahacer que se detuviera. Tommy ya había encontrado ese botoncito de placer y sehabía dedicado a morderlo chuparlo y apretarlo entre sus labios.
- Ahhhhh, ahhhhhhhhhhh, aaaaaaaaaaaaahhhhhhhhhhhgritaba ella: Estoooooy acabando, mmmmm no doy mas Tommy por favor ahhhhhhhhahhhhhhh ahhhhh
- Pará. Vení, quiero sentirte adentro mío. Quieroque me cojas. Dale vení.
Él se paró y ella, aunque semoría por ser penetrada, no aguantó la tentación y volvió a abalanzarse sobresu pija. La chupaba como una desesperada, se la metía casi toda en la boca. Lomiraba a los ojos sonriendo. Estaba feliz. Tenía una pija bien dura solo paraella.
Tommy la miró y la duda seapoderó de él, pero no dudó y buscando las palabras justas le dijo exactamentelo que pensaba:
- Si queres que te coja, pará, porque acabo encualquier momento.
Ella dudó en seguir hasta que leacabara en la boca, pero se la sacó y se acostó boca arriba esperando eseansiado momento.
Tommy se acercó lentamente le dioun beso en la boca, le metió la lengua en la boca mientras su pija le rozabalos pelos del pubis. Bajó un poco más y le empezó a comer las tetas. Ella leagarraba la pija para masturbarlo con la mano y cada vez que sentía su durezase creía en el cielo. El bajo lentamente hacia su concha para volver achuparla, y ella desesperada decía:
- Nooooo cogeme por favor, noooo.
El sabiendo le decía
- shhhhh esperá.
Bajó hasta su concha y la chupófuertemente. Tan fuertemente que ella casi acaba de vuelta en ese momento. Degolpe subió y le metió la lengua en la boca. Ella sintió su propio sabor y seestremeció. Él jugaba con su lengua mientras con la cabeza de la pija subía ybajaba por la concha pincelándola. Bajo a sus tetas mientras seguía pasándoleel glande por lodo lo largo de su concha. Entonces volvió a subir y le empezó apasar la lengua por los labios mientras seguía con su juego abajo.
Fue ahí, cuando al mismo tiempole metió la lengua en la boca y toda la pija de un solo golpe en la concha.
- Ahhhhhhhhhhhhh!!! AAAAAAAHHHHHHHH!!
El grito de ella creo que lo debehaber escuchado hasta el 10mo piso. El orgasmo fue muy intenso. El más intenso quesintió en su vida. Él siguió bombeando y ella no cortaba su orgasmo, seguía. Endeterminado momento, él le dijo mirá que acabo.
- Acabame adentro que me estoy cuidando, no pasanada.
- Siiiii? ¿Segura? Tommy aún en esos momentossintió el miedo de estar haciendo un lío
- Quiero tu leche adentro mío!
Con esas palabras alcanzó paraque el descargara toda su leche en el interior de ella. No paraba nunca deacabar y ella lo sentía muy intensamente. Lo abrazaba con mucha fuerza, lobesaba con toda la pasión del mundo.
La pija se movía dentro de laconcha de Eugenia en espasmos que la volvían loca. Él se desmayó sobre ella yella no podía dejar de sonreír. Ella tampoco. Se miraron y se volvieron abesar. Una y otra vez.
Aquella noche ninguno de los dosjamás la olvidaría.
(continuará…)
Pueden dejarme sus comentarios enreybaco2005@hotmail.com
O en Telegram @reybaco2005
Tommy sale del negocio mástemprano y le pide a su hermana que lo cubra. Pato ni le preguntó por qué.Después de dar muchas vueltas se decide y pasa por el trabajo de Eugenia,estaciona el auto a media cuadra y espera a la hora en que esta sale. Se baja yva caminando mirando para otro lado haciéndose el distraído. Ella lo ve y legrita:
- Tommy!
- ¿Que haces Eugenia? ¿Que linda que estas?
- Nada, con una linda sonrisa.
Primer tiro adentro.
- ¿Para dónde vas?
- Para allá
- Yo también.
Empezaron a caminar y él siemprecon alegría. Metiendo buen humor. Diciendo que se sentía orgulloso de iraminando con una mujer tan linda. Que en el secundario lo hubiesen envidiado sien el patio iba así caminando con ella.
- ¿No queres ir a tomar algo?
- No sé. Lo pensó y las opciones eran ir a tomaralgo, divertirse, pasarla bien o ir a la casa bancarse la cara de orto deJuanpi y mirar la tele.
- Dale vamos.
- Tommy, estratega como pocos, la llevó a un lugarcon mucha onda y muy buen clima. Se sentaron en un silloncito uno al lado delotro, pero enfrentados como para hablar.
- ¿Que tomas?
- Una Coca Light, dijo ella.
- ¿Qué?, me estás jodiendo? Pedí algo en serio.
- Bueno, está bien, un daiquiri de durazno. Otrotiro adentro.
- Para mí, un gin tonic.
- Empezaron a tomar y a hablar de todo, como si seconocieran de toda la vida.
- ¿Estas de novio?
- No
- ¿Pero algo debes tener?
- Si siempre algo hay que tener, solo no se puedeestar, uno tiene necesidades que debe satisfacer a menudo.
- Sssi. Bueno yo…
- ¿Perdón? ¿Ibas a decir algo?
- No, nada. Y la cara le cambió. Se puso colorada.
- Me contás porque una chica tan linda y con esasonrisa…
Ella se pone colorada, baja lacabeza y la sube mirándolo a los ojos. Tommy se sonroja también y no sabe cómoseguir
- ¿Como puede ser que el otro día esta chica,tenía y tiene ahora esa carita tan triste?
La toma con dos dedos del mentóny la mira
- Ella lo mira y se pone a llorar como nunca.
Cagamos, pensó Tommy. A esto,pensaba que se le había cagado la estrategia y que había pasado de ser unapresa accesible a una amiga confidente.
El solo atinó a abrazarla y ellase aferró a él con toda su fuerza. Las lágrimas le mojaban la camisa.
- Eeeeuuu. Eeeeuuu. ¿Que pasa? ¿Que pasa? Le tomola cara con las dos manos mientras le secaba las lágrimas con ambos pulgares. Yla miraba a los ojos y ella no aguantaba más y lloraba.
El la volvió a abrazar porquesintió un impulso de comerle la boca, pero pensó que era muy pronto.
- Ella se volvió a aferrar a él.
El la volvió a mirar diciéndole:
- ¿Me queres contar?
- No puedo. No puedo.
- ¿Estas mal con Juanpi?
- Nooo. Y lloraba cada vez más.
En ese instante él no dudó. Laagarró de las mejillas nuevamente. Ella lo miró fijo y desvió por un momento sumirada hacia la boca de él. Él acercó sus labios a los de ella y se produjo elcontacto de sus labios. Suaves y carnosos se apretaban. Luego ella abrió unpoco la boca, él hizo lo mismo. Fue ahí donde comenzó el beso más apasionado detodos los tiempos. Se metían la lengua bien adentro de la boca del otro. Ladesesperación de Eugenia era terrible. Lo abrazaba con todas sus fuerzas y leenterraba la lengua hasta más no poder. Él tampoco se quedaba atrás y leacariciaba la espalda.
- En ese momento ella se separa y le dice:
- Pará, esto no está bien. No puedo hacer esto.
El siempremirándola a los ojos y agarrándole la cara le decía:
- disculpá fue un impulso que no pude manejar.
- Si, si, decía ella.
- Pero, entonces no queres con…..
Y ahora fue ella la que lo agarróde la cara a él y lo besó con más pasión que antes. El beso debe haber duradomás de un minuto. Se volvió a separar llorando y diciendo:
- No puedo mas.
Y el la abrazaba y ella lloraba.Él pidió la cuenta, pagó y dijo vamos. Había que jugársela y había llegado elmomento
- ¿A dónde?
- A casa.
- ¡No! Dijo ella esperá, ¡No!
- Quedate tranquila que no vamos a hacer nada
- Pero…
- Solo quiero que puedas hablar, si queres llorarcomo recién, que estés tranquila.
Eugenia no entendía bien lasituación. Él intentaría cogérsela, estaba claro. Ella tenía ganas, pero estabacasada, él era el hermano de su mejor amiga. No podía ser
- No, mejor me voy para casa.
- Dejate de joder.
- ¿Por qué?
- No te voy a dejar ir así. Vamos.
- Bueno.
- Se subió al auto y se dirigieron al departamentode Tommy.
- Ni bien llegar prendió unas velas, un sahumerio,y puso unos de los Songbooks de Rod Stewart.
- ¿Que queres tomar? ¿Mate?, cerveza? gaseosa?
- ¡Mate!
- ¡Yerba no tengo! Jajajajaja
- Los dos estallaron en carcajadas.
- Ella la estaba pasando realmente bien, pero latristeza que tenía en su interior la invadía.
- Se sentaron en el sillón de tres cuerpos decostado uno frente al otro.
- Empezaron a hablar y ella rompió en llantoenseguida.
- ¿Que te pasa? Contame
- Es que las cosas con Juampi no están bien. Estoymuy mal.
- ¿Que pasa? si Juampi es macanudo. ¿Te fue infiel? ¿Loenganchaste cogiendo con otra? Sabía que el lenguaje era extremadamente vulgar,pero quería llegar a la confianza extrema de ella.
- ¡Ojalá!
- ¿Como ojalá? ¿Preferirías que te engañe? ¿Que tehizo, tan grave como para que prefieras eso?
- Nada.
- Nada no, algo te hizo.
- Nada, exactamente nada.
- Mmmmm. ¿No será lo que me imagino no?
- Sí, es eso.
- No puede ser
- ¡Por Dios!, pero ¿que hago contándote esto avos?
- Perdón, pensé que había algún afecto entrenosotros, ¿o es que no te inspiro confianza?
- Si, si perdoname.
- No te hagas problema, vas a ver que todo va apasar.
- ¿Intentaron cosas?
- De todo, por lo menos yo, de todo.
- Es verdad que Dios le da pan al que no tienedientes.
Tommy la miró recorriéndole elcuerpo con sus ojos. Se detenía en las tetas y en la cara. Eugenia se sentíadeseada y eso le encantaba
- Jejejeje, de que te quejas, vos tenés pan ydientes.
- Pero no un pan tan rico como este, le decíamientras la miraba de una forma totalmente descarada y le pasó la mano por elbrazo acariciándoselo
- Mmmmm, decía ella mirándolo a los ojos,
Eugenia supo en ese momento quenecesitaba ir más allá de los besos. El hecho de sentirse deseada por unhombre, la hacía sentir segura como hacía mucho que no sucedía. Quizás fue poreso que se animó a decir lo que dijo
- tenés ganas de comer este pancito?
- Mmmmm, sí, me muero de ganas...
Y acercó su boca a la de ella yya no se despegaron nunca más. Jugaban con sus lenguas de una manera desesperada,se separaban para mirarse a los ojos, darse cuenta que era verdad lo queestaban viviendo, y luego se volvían a juntar.
Poco a poco se fueron desnudando.En otra ocasión, él lo hubiera hecho todo más lentamente, pero sabía que lo queella necesitaba era darse cuenta que él estaba muy caliente y que eso loprovocaba ella. Le chupaba las tetas como un desesperado.
Ella tanteó su paquete por encimade la ropa y se sorprendió. Por un lado, era un buen bulto y por otro lado eraduro como una roca. Y se murió de excitación.
Cuando él sintió la caricia en supaquete, se paró y le dijo:
- Sacame el pantalón.
Ella sentada solo con la bombachapuesta, mientras le desabrochaba el cinturón, le pasaba la lengua por elabdomen. Lo miró a los ojos, le desabrochó el pantalón, le bajo el cierre y conla ayuda de él le bajo el pantalón y el bóxer juntos, y apareció la pija de el:brillante, gruesa y por sobre todas las cosas muy, pero muy dura, apuntando alcielo
Ella se quedó embobada. Él lamiraba, pero ella tenía ojos solo para esa pija. La tomó con la mano y comprobóla dureza. Le pasó la lengua por la punta limpiando y bebiéndose los jugos preseminales que lubricaban la cabeza. Recién en ese momento les dirigió unamirada a los ojos a él.
Él le sonrió y le dijo:
- Sos hermosa y me encanta verte con mi pija en laboca.
A ella, aunque le chocó un pocoese comentario, se excitó notablemente y ya no se podía echar atrás.
Sin dejar de mirarlo se metió lamitad de la pija en la boca y comenzó a subir y bajar por esta mientras lopajeaba con una mano y le acariciaba los huevos con la otra.
El hacía esfuerzos por no acabar,mientras le decía:
- mmmmmmmmmm, me encanta como chupas la pija…..
Ella se la sacaba de la boca y ledecía:
- Mmmmm sí?
Síntoma de que le gustaba eljuego de hablar. Tommy fue más allá.
- Esperá dejame que te chupe yo a vos. No quieroacabar todavía
Le volvió a chupar las tetas y lefue sacando toda la bombacha, cuando llegó a tocarla abajo notó que estaba todamojada.
- Mmmmm me encanta que estés así de mojada, tequiero chupar toda. Toda.
Y sin más, bajó a beber de esemanantial del cual brotaba agua de deseo. Le pasó primero la lengua por todo lolargo y noto ese sabor riquísimo. No pudo contenerse y le dijo:
- Tenés una concha riquísima.
A ella le impactaba ese lenguajesucio, tanto como le gustaba. Cada palabra sucia la hacía calentar más, si sepodía. Eugenia se animaba, se mordía el labio inferior, lo miraba a los ojos yse sonreía diciendo:
- Siiiii? ¿Te gusta mi concha?
- Sí, me encanta
- ¿Si? Chupámela así,
- Me quedaría todo el día chupándotela
- no pares por favor…
Eugenia cerraba los ojos y nopodía creer estar gozando de esa manera. El orgasmo se acercaba y nada iba ahacer que se detuviera. Tommy ya había encontrado ese botoncito de placer y sehabía dedicado a morderlo chuparlo y apretarlo entre sus labios.
- Ahhhhh, ahhhhhhhhhhh, aaaaaaaaaaaaahhhhhhhhhhhgritaba ella: Estoooooy acabando, mmmmm no doy mas Tommy por favor ahhhhhhhhahhhhhhh ahhhhh
- Pará. Vení, quiero sentirte adentro mío. Quieroque me cojas. Dale vení.
Él se paró y ella, aunque semoría por ser penetrada, no aguantó la tentación y volvió a abalanzarse sobresu pija. La chupaba como una desesperada, se la metía casi toda en la boca. Lomiraba a los ojos sonriendo. Estaba feliz. Tenía una pija bien dura solo paraella.
Tommy la miró y la duda seapoderó de él, pero no dudó y buscando las palabras justas le dijo exactamentelo que pensaba:
- Si queres que te coja, pará, porque acabo encualquier momento.
Ella dudó en seguir hasta que leacabara en la boca, pero se la sacó y se acostó boca arriba esperando eseansiado momento.
Tommy se acercó lentamente le dioun beso en la boca, le metió la lengua en la boca mientras su pija le rozabalos pelos del pubis. Bajó un poco más y le empezó a comer las tetas. Ella leagarraba la pija para masturbarlo con la mano y cada vez que sentía su durezase creía en el cielo. El bajo lentamente hacia su concha para volver achuparla, y ella desesperada decía:
- Nooooo cogeme por favor, noooo.
El sabiendo le decía
- shhhhh esperá.
Bajó hasta su concha y la chupófuertemente. Tan fuertemente que ella casi acaba de vuelta en ese momento. Degolpe subió y le metió la lengua en la boca. Ella sintió su propio sabor y seestremeció. Él jugaba con su lengua mientras con la cabeza de la pija subía ybajaba por la concha pincelándola. Bajo a sus tetas mientras seguía pasándoleel glande por lodo lo largo de su concha. Entonces volvió a subir y le empezó apasar la lengua por los labios mientras seguía con su juego abajo.
Fue ahí, cuando al mismo tiempole metió la lengua en la boca y toda la pija de un solo golpe en la concha.
- Ahhhhhhhhhhhhh!!! AAAAAAAHHHHHHHH!!
El grito de ella creo que lo debehaber escuchado hasta el 10mo piso. El orgasmo fue muy intenso. El más intenso quesintió en su vida. Él siguió bombeando y ella no cortaba su orgasmo, seguía. Endeterminado momento, él le dijo mirá que acabo.
- Acabame adentro que me estoy cuidando, no pasanada.
- Siiiii? ¿Segura? Tommy aún en esos momentossintió el miedo de estar haciendo un lío
- Quiero tu leche adentro mío!
Con esas palabras alcanzó paraque el descargara toda su leche en el interior de ella. No paraba nunca deacabar y ella lo sentía muy intensamente. Lo abrazaba con mucha fuerza, lobesaba con toda la pasión del mundo.
La pija se movía dentro de laconcha de Eugenia en espasmos que la volvían loca. Él se desmayó sobre ella yella no podía dejar de sonreír. Ella tampoco. Se miraron y se volvieron abesar. Una y otra vez.
Aquella noche ninguno de los dosjamás la olvidaría.
(continuará…)
Pueden dejarme sus comentarios enreybaco2005@hotmail.com
O en Telegram @reybaco2005
10 comentarios - No! Es mi hermano! (3)
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1000! que locura