Me dirijo a la puerta de la sala, al abrir la puerta sorprendido miro que es mi tía Lucia.
Mi tía Lucia tiene el cabello rubio igual que mi madre, ella también utilizaba vestidos y era mayor que mi madre, siempre me llevaba bien con ella y me sorprendió a verla visto.
—Hola sobrino como has estado? —dijo mi tía mientras me besaba en la mejilla.
—Hola tía, he estado muy bien, y ¿ese milagro que nos visitas y a esta hora?
—Ay sobrino es que pasaron muchas cosas.
—Pero pasa tía.
—Muchas gracias Alberto.
Mi tía entro con una maleta, no sabía que había pasado para que mi tía nos visitara a esta hora, y que llevara una maleta acaso ¿planeaba quedarse con nosotros?
—Toma asiento tía —dije mientras señalaba el sofá.
—Gracias Alberto—Dijo mi tía mientras se sentaba—Te ves muy diferente, y muy guapo con ese traje.
—gracias tía.
En eso mi hermana y mi madre llegan a la sala.
—Hola tía —dijo mi hermana mientras la saludaba.
—Hola hermana, ¿qué haces aquí? —dijo mi madre.
—Hola Vale, hola hermana, estoy aquí ya que pasaron varias cosas con mi marido.
Mi tía nos empezó a platicar de que vio a mi tío con otra mujer, él le pidió el divorcio y como no quería estar en su casa ni verlo, vino a quedarse con nosotros por un tiempo, nosotros le dijimos que no había ningún problema, que se quedara todo el tiempo que quisiera. Mi madre le ofreció su cuarto, al principio ella se negó, pero al final acepto, mi madre se quedaría conmigo a dormir ya que yo era el que tenía una cama matrimonial, mi hermana tiene una individual así que no cabrían en su cama, por mi parte no había ningún problema que se quedara en mi cama, de echo estaba bastante feliz.
Una vez que terminamos de platicar, nos fuimos a acostar, mi madre se fue con mi tía a su cuarto a ponerse su pijama, yo me fui a mi cuarto me puse mi pijama y me acosté en mi cama, en eso entra mi madre vistiendo su bata de olgada color negro de hombros caídos
—Hola mi amor ¿toda vía no te duermes? —dijo mi madre, mientras cerraba la puerta de mi cuarto.
—No te estaba esperando.
—Gracias cariño —dijo mi madre, acostándose en mi cama.
—Que mal lo de tu tío verdad.
—Si espero que mi tía no se deprima.
—Mi hermana es fuerte lo superara.
—Bueno por lo mientras démosle nuestro apoyo.
—Si, ya es tarde vamos a dormimos que mañana tienes que trabajar —dijo mi madre volteándose de lado, dándome la espalada.
Yo me volteo para abrazarla; mi verga estaba rozando con sus nalgas, en eso me acerco a su oído y le digo:
—No se te olvide que dejamos algo pendiente Raquel
—Por supuesto que no se me olvida amo, pero ahorita no podemos hacerlo ya es muy noche.
Me seguía sorprendiendo lo accesible que estaba mi madre, en eso volteo su cara con mi amano para darle un beso, ella no hace nada y solo corresponde el beso, cuando nos separamos le digo:
—Te tengo que volver a castigar, pero como dices, ya es muy noche a sí que lo haré mañana que regrese de trabajar —le dijo mientras me acuesto de frente.
Ella se voltea a mirarme y me dice:
—¿Porque me vas a volver a castigar? ¿que hice a hora?
—Me desobedeciste, saliste del cuarto sin que te diera permiso.
—Pe pero amo es que vino tu tía así que.
—Así que nada, aquí ahora yo mando, así que mañana recibieras tu castigo entendido.
—Si amo —dijo mi madre mientras se volvía acostar.
No sé lo que me pasaba, no sé si era la actitud sumisa de mi madre, pero algo hacía que me volviera más dominante.
Ala mañana siguiente me levanto me meto a bañar me cambio y bajo para desayunar, terminando de desayunar, mi hermana se va a su escuela, mi tía dijo que iba a salir a ver a mis abuelos, yo me fui a trabajar y mi madre se quedó en casa como todos los días. Ese día salí temprano de trabajar ya que quiera llegar rápido a casa para castigar a mi madre, antes de que llegara mi tía o mi hermana, al llegar a casa veo que mi madre estaba sentada en la sala viendo la tv, al verme entrando a la casa, separa del sofá, y va a donde estoy yo para recibirme con un beso en la mejilla y decirme:
—Hola cariño hoy llegaste temprano ¿cómo te fue en tu trabajo?
—Me fue bien, hoy no hubo mucho que hacer en la oficina por eso salí temprano.
—Qué bueno cariño —dijo mi madre, ayudándome a quitar mi chaleco.
Esta era la primera vez que tenía ese comportamiento conmigo, era el mismo comportamiento que tenía con mi padre ¿acaso ahora me veía como su hombre?
—¿A qué hora llega mi tía, Raquel ?
—Dijo que volvía como a las 8 y que pasaría a la escuela por tu hermana.
Genial tenía una hora para disfrutar de mi madre, y lo aprovecharía muy bien.
—Vamos a mi cuarto, como te dije ayer hoy te castigaría así que andando.
—SI.
Los dos nos dirigimos a mi cuarto yo iba enfrente y ella me seguía atrás sin decir ni una palabra, al llegar abro mi puerta y le indico que, entre primero, ya cuando estábamos en la habitación le digo:
—Inclínate en mi escritorio y súbete la falda.
Ella obedece todo lo que digo, comienza a subirse la falda; ella lleva una tanga . Me quito el cinturón, esta vez quería probar algo más que mi mano.
—Esta lista —le digo mientras me pongo detrás de ella.
—Si amo.
¡Zas! La primera nalgada resonó por la habitación, mi madre solo gimió por la nalgada.
—Espero que no me vuelvas a desobedecer.
—No, no lo volveré hacer.
¡zas! Ella volvió a gemir, lo que hacía que me excitara más. ¡Zas! Al darle la tercera nalgada le digo:
—¿Te gusta que te dominen? ¿Te gusta que ahora tu hijo sea tu hombre?
Quería saber la repuesta de la mujer que siempre quise y que ahora se dejaba dominar por su hijo algo que desdés ayer no creí posible.
—Si, si eres tú mi vida si, ya que ahora como tú eres el hombre de la casa yo tengo que ser tu mujer, y si a si quieres castigarme por desobedecerte lo aceptare, aceptare todo lo que tú quieras hacerme.
Esas palabras me encendieron más de lo que estaba, a ella no le importaba que su hijo sea su hombre, como yo ya no estaba pensado claramente y ver que ella lo aceptaba, iba hacerla mi mujer.
—Ya que dices que ahora te convertirás en mi mujer, entonces eso te haré mi mujer —dije mientras comienzo a bajarme los pantalones.
Mi madre voltea a verme, pero no dice nada y sabiendo lo que venía, comienza a bajarse sus bragas, al ver eso solo sonrió y le digo:
—Parece que ya está lista verdad Raquel
Me acerco a ella y introduzco mi verga lentamente, esto era lo mejor que había sentido la mujer que tanto dice ahora era mi mujer, comencé a moverme sacando y metiendo mi verga.
—¡ah! Ahhh ahh —Mi madre gemía.
¡Zas! Le doy una nalgada con mi mano, y con la otra le empiezo a tocar las tetas.
—¡ah! Ahhh amor ah si has me tuya aaahh.
—¡ah! Ahhh amor ah si has me tuya aaahh.
La agarro con mis dos manos en la cintura y comienzo a acelerar mis penetraciones.
—Estoy a punto de venirme.
—¡ha! Está bien ha ah hazlo dentro.
Acelero más hasta venirme adentro de ella, me acerco a ella y le susurro al oído:
—A partir de ahora te voy hacer la mujer más feliz.
Ella se voltea, me agarra con su mano mi cabeza y comienza a besarme.
Me separo de ella, la volteo la cargo para sentarla en el escritorio, separo sus piernas y comienzo a follarla, en esa posición cono estaba en frente de mi nos comenzamos a besar siguiendo follándola, ella pasa sus brazos alrededor de mi cuello. La agarro de la parte de sus muslos y comienzo a acelerar hasta volver a terminar dentro de ella, después de córreme terminamos haciéndolo 2 veces más.
Cuando terminamos de follar ella se sube sus bragas y se baja su vestido, se arregla el peso y me dice:
—Voy a empezar a calentar la comida que no tardan en llegar tu tía y tu hermana.
—Si —le digo mientras el agarro de la cintura y la beso.
Ella me acomoda el cuello de mi camisa, y sonriendo me dice:
—Que guapo esta mi hombre.
—Y que hermosa esta mi mujer —le dije; volviéndola a besar.
Ella se separa de mí, al estar arreglados los dos procedimos a bajar a la sala. Después de que bajáramos a la sala, a los 10 minutos después llegaron mi tía y mi hermana, mi madre sirvió la cena, durante la cena tuvimos una agradable conversación, ya cuando nos fuimos a dormir, yo estaba esperando a que viniera mi madre a mi cuarto para volverla a follar….
Mi tía Lucia tiene el cabello rubio igual que mi madre, ella también utilizaba vestidos y era mayor que mi madre, siempre me llevaba bien con ella y me sorprendió a verla visto.
—Hola sobrino como has estado? —dijo mi tía mientras me besaba en la mejilla.
—Hola tía, he estado muy bien, y ¿ese milagro que nos visitas y a esta hora?
—Ay sobrino es que pasaron muchas cosas.
—Pero pasa tía.
—Muchas gracias Alberto.
Mi tía entro con una maleta, no sabía que había pasado para que mi tía nos visitara a esta hora, y que llevara una maleta acaso ¿planeaba quedarse con nosotros?
—Toma asiento tía —dije mientras señalaba el sofá.
—Gracias Alberto—Dijo mi tía mientras se sentaba—Te ves muy diferente, y muy guapo con ese traje.
—gracias tía.
En eso mi hermana y mi madre llegan a la sala.
—Hola tía —dijo mi hermana mientras la saludaba.
—Hola hermana, ¿qué haces aquí? —dijo mi madre.
—Hola Vale, hola hermana, estoy aquí ya que pasaron varias cosas con mi marido.
Mi tía nos empezó a platicar de que vio a mi tío con otra mujer, él le pidió el divorcio y como no quería estar en su casa ni verlo, vino a quedarse con nosotros por un tiempo, nosotros le dijimos que no había ningún problema, que se quedara todo el tiempo que quisiera. Mi madre le ofreció su cuarto, al principio ella se negó, pero al final acepto, mi madre se quedaría conmigo a dormir ya que yo era el que tenía una cama matrimonial, mi hermana tiene una individual así que no cabrían en su cama, por mi parte no había ningún problema que se quedara en mi cama, de echo estaba bastante feliz.
Una vez que terminamos de platicar, nos fuimos a acostar, mi madre se fue con mi tía a su cuarto a ponerse su pijama, yo me fui a mi cuarto me puse mi pijama y me acosté en mi cama, en eso entra mi madre vistiendo su bata de olgada color negro de hombros caídos
—Hola mi amor ¿toda vía no te duermes? —dijo mi madre, mientras cerraba la puerta de mi cuarto.
—No te estaba esperando.
—Gracias cariño —dijo mi madre, acostándose en mi cama.
—Que mal lo de tu tío verdad.
—Si espero que mi tía no se deprima.
—Mi hermana es fuerte lo superara.
—Bueno por lo mientras démosle nuestro apoyo.
—Si, ya es tarde vamos a dormimos que mañana tienes que trabajar —dijo mi madre volteándose de lado, dándome la espalada.
Yo me volteo para abrazarla; mi verga estaba rozando con sus nalgas, en eso me acerco a su oído y le digo:
—No se te olvide que dejamos algo pendiente Raquel
—Por supuesto que no se me olvida amo, pero ahorita no podemos hacerlo ya es muy noche.
Me seguía sorprendiendo lo accesible que estaba mi madre, en eso volteo su cara con mi amano para darle un beso, ella no hace nada y solo corresponde el beso, cuando nos separamos le digo:
—Te tengo que volver a castigar, pero como dices, ya es muy noche a sí que lo haré mañana que regrese de trabajar —le dijo mientras me acuesto de frente.
Ella se voltea a mirarme y me dice:
—¿Porque me vas a volver a castigar? ¿que hice a hora?
—Me desobedeciste, saliste del cuarto sin que te diera permiso.
—Pe pero amo es que vino tu tía así que.
—Así que nada, aquí ahora yo mando, así que mañana recibieras tu castigo entendido.
—Si amo —dijo mi madre mientras se volvía acostar.
No sé lo que me pasaba, no sé si era la actitud sumisa de mi madre, pero algo hacía que me volviera más dominante.
Ala mañana siguiente me levanto me meto a bañar me cambio y bajo para desayunar, terminando de desayunar, mi hermana se va a su escuela, mi tía dijo que iba a salir a ver a mis abuelos, yo me fui a trabajar y mi madre se quedó en casa como todos los días. Ese día salí temprano de trabajar ya que quiera llegar rápido a casa para castigar a mi madre, antes de que llegara mi tía o mi hermana, al llegar a casa veo que mi madre estaba sentada en la sala viendo la tv, al verme entrando a la casa, separa del sofá, y va a donde estoy yo para recibirme con un beso en la mejilla y decirme:
—Hola cariño hoy llegaste temprano ¿cómo te fue en tu trabajo?
—Me fue bien, hoy no hubo mucho que hacer en la oficina por eso salí temprano.
—Qué bueno cariño —dijo mi madre, ayudándome a quitar mi chaleco.
Esta era la primera vez que tenía ese comportamiento conmigo, era el mismo comportamiento que tenía con mi padre ¿acaso ahora me veía como su hombre?
—¿A qué hora llega mi tía, Raquel ?
—Dijo que volvía como a las 8 y que pasaría a la escuela por tu hermana.
Genial tenía una hora para disfrutar de mi madre, y lo aprovecharía muy bien.
—Vamos a mi cuarto, como te dije ayer hoy te castigaría así que andando.
—SI.
Los dos nos dirigimos a mi cuarto yo iba enfrente y ella me seguía atrás sin decir ni una palabra, al llegar abro mi puerta y le indico que, entre primero, ya cuando estábamos en la habitación le digo:
—Inclínate en mi escritorio y súbete la falda.
Ella obedece todo lo que digo, comienza a subirse la falda; ella lleva una tanga . Me quito el cinturón, esta vez quería probar algo más que mi mano.
—Esta lista —le digo mientras me pongo detrás de ella.
—Si amo.
¡Zas! La primera nalgada resonó por la habitación, mi madre solo gimió por la nalgada.
—Espero que no me vuelvas a desobedecer.
—No, no lo volveré hacer.
¡zas! Ella volvió a gemir, lo que hacía que me excitara más. ¡Zas! Al darle la tercera nalgada le digo:
—¿Te gusta que te dominen? ¿Te gusta que ahora tu hijo sea tu hombre?
Quería saber la repuesta de la mujer que siempre quise y que ahora se dejaba dominar por su hijo algo que desdés ayer no creí posible.
—Si, si eres tú mi vida si, ya que ahora como tú eres el hombre de la casa yo tengo que ser tu mujer, y si a si quieres castigarme por desobedecerte lo aceptare, aceptare todo lo que tú quieras hacerme.
Esas palabras me encendieron más de lo que estaba, a ella no le importaba que su hijo sea su hombre, como yo ya no estaba pensado claramente y ver que ella lo aceptaba, iba hacerla mi mujer.
—Ya que dices que ahora te convertirás en mi mujer, entonces eso te haré mi mujer —dije mientras comienzo a bajarme los pantalones.
Mi madre voltea a verme, pero no dice nada y sabiendo lo que venía, comienza a bajarse sus bragas, al ver eso solo sonrió y le digo:
—Parece que ya está lista verdad Raquel
Me acerco a ella y introduzco mi verga lentamente, esto era lo mejor que había sentido la mujer que tanto dice ahora era mi mujer, comencé a moverme sacando y metiendo mi verga.
—¡ah! Ahhh ahh —Mi madre gemía.
¡Zas! Le doy una nalgada con mi mano, y con la otra le empiezo a tocar las tetas.
—¡ah! Ahhh amor ah si has me tuya aaahh.
—¡ah! Ahhh amor ah si has me tuya aaahh.
La agarro con mis dos manos en la cintura y comienzo a acelerar mis penetraciones.
—Estoy a punto de venirme.
—¡ha! Está bien ha ah hazlo dentro.
Acelero más hasta venirme adentro de ella, me acerco a ella y le susurro al oído:
—A partir de ahora te voy hacer la mujer más feliz.
Ella se voltea, me agarra con su mano mi cabeza y comienza a besarme.
Me separo de ella, la volteo la cargo para sentarla en el escritorio, separo sus piernas y comienzo a follarla, en esa posición cono estaba en frente de mi nos comenzamos a besar siguiendo follándola, ella pasa sus brazos alrededor de mi cuello. La agarro de la parte de sus muslos y comienzo a acelerar hasta volver a terminar dentro de ella, después de córreme terminamos haciéndolo 2 veces más.
Cuando terminamos de follar ella se sube sus bragas y se baja su vestido, se arregla el peso y me dice:
—Voy a empezar a calentar la comida que no tardan en llegar tu tía y tu hermana.
—Si —le digo mientras el agarro de la cintura y la beso.
Ella me acomoda el cuello de mi camisa, y sonriendo me dice:
—Que guapo esta mi hombre.
—Y que hermosa esta mi mujer —le dije; volviéndola a besar.
Ella se separa de mí, al estar arreglados los dos procedimos a bajar a la sala. Después de que bajáramos a la sala, a los 10 minutos después llegaron mi tía y mi hermana, mi madre sirvió la cena, durante la cena tuvimos una agradable conversación, ya cuando nos fuimos a dormir, yo estaba esperando a que viniera mi madre a mi cuarto para volverla a follar….
2 comentarios - De mi madre a mi esposa II