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Revisión médica, con la Doctora

Hace unos años fui a hacerme una revisión médica. Soy un poco despistado así que pedí la cita por teléfono y puede que me hayan dicho que me iba a atender LA DOCTORA, pero seguro estaba haciendo otra cosa porque dije “si, si” y anoté el horario. Imaginen mi sorpresa cuando una semana después entro al consultorio y en vez de mi doctora hay una pibita rubiecita de no mas de 30 años (de hecho se parecia a la rubia de Scary Movie).

Instantáneamente me quedé congelado. Luego de un rato y ella conversandome, me saque la ropa y me sentí más cómodo. Probablemente esta no era la primera vez que enfrentaba una reacción así.

Ya que le había hablado de una irritación en la pierna (junto al testículo), y corrí una parte del boxer para que ella pudiera examinarme y ella me dice:
“no, así no puedo. Sacate el booooxer asi te puedo examinar”
me sentía como un niño hablando con su maestra lo cual no ayudaba porque mi pene ya empezaba a latir y en pocos minutos iba a estar duro como una piedra.

Ella hizo una sonrisa, probablemente anticipando toda la situación: “Soy una doctora, no hay nada que no haya visto antes”.

Procedí a sacarme el boxer cubriendo mi pene con las manos que asomaba por todos lados. Ella seguía sonriendo. “En serio, esta todo bien. Es una reacción del cuerpo. Nada fuera de lo normal. Seamos profesionales ¿dale?” 

Quité las manos y mi pene quedó erecto como si le fuera a arrancar un ojo. La vergüenza me hacía poner colorado pero la punta de mi pene estaba mas roja aún.

Ella se arrodilló y examinó mi pierna. Tenía guantes y movió mis testículos a un lado para ver bien la irritación.

“No es algo preocupante, te voy a dar una pomada”. Yo miré hacia abajo y su carita junto a mi pene me hacía imaginar como me la chupaba, pero ella seguía sonriendo como si no se diera cuenta que yo respitara rápido.

Miró a un costado, el tallo de mi pene estaba a la altura de sus ojos y dijo: “eso si es interesante” y con un dedo señaló la vena que se me marca en el pene cuando está erecto.

Yo alcancé a decir: “¿que, que tengo?”.
Y ella todavía con tono profesional dijo: “las formas de tu pene, tienen cierta gracia. Nunca te la viste desde acá, pero te aseguro que se ve estéticamente interesante”.
Yo estaba colorado como un tomate, y hacía un esfuerzo por no largar un chorro de eyaculación en su cara.

Se incorporó y se sentó en una silla mirando mi pene, yo hacía fuerzas para contenerme. Ella agregó:
“Si querés le puedo tomar una foto para que veas a que me refiero”.
Yo a esta altura estaba conteniendo demonios, había otros pacientes esperando afuera y me ganaban los nervios.
No recuerdo como pero en segundos mi celular desbloqueado estaba en sus manos y ella tomándome una foto del pene.
Mi cerebro se debe haber apagado o algo porque no recuerdo como llegamos ahí.

Luego se sentó en la camilla junto a mí y me dijo: “ahora vienen otros pacientes, así que mas vale que no vuele ni una gota ¿eh?”.

Próstata y los músculos de mi entrepiernas me dolían. Ciertamente era como una tortura. Ella puso la el celular con la foto que había tomado, frente a mí cara para que la vea. Con su mano indicaba en la foto que me había tomado la vena a la que se refería, yo asentía con la cabeza como un tarado y mi pene quería estallar.

De repente su dedo índice bajó hasta mi pene y señaló la misma vena, tocándomela. En éste momento empecé a transpirar, cerré los ojos y respiraba agitadamente. Ella seguía describiendo detalles de mi miembro que le parecían singulares o interesantes como si estuviera danto una conferencia.

Volvió a sentar en la silla con su pene frente a los ojos, y recogió sus cabellos rubios en una cola detrás de su cabeza y gentilmente puso sus labios sobre mi glande. Sentí que me quemaba su piel. Puso Una mano en mi  abdomen y me recosté hasta la pared levantando mi pene y ella se puso de pie mientras metía su dedo en mi ano.

Revisión médica, con la Doctora


Me sentí invadido por la sorpresa, ya que se estaba comiendo mi pene hasta la base y masajeandome la próstata desde adentro. Luego de 15 minutos interminables donde intenté no gritar ni hacer ruidos, mi semen empezó a salir y a llenarle la boca, mientras ella tragaba como una experta, me estaba haciendo ver las estrellas. Me sentía mareado de como la chupaba hasta la ultima gota, y finalmente se fue retirando lentamente para luego darle un beso a la punta.

Ella retomó la compostura, y se puso de pie sacándose los guantes y sonriendo: “exámen de próstata completo”
Yo me incorporé agitado. De repente sentí que mi pene iba a volver a eyacular y de nuevo puso sus labios sobre la punta ejerciendo una succión muy  fuerte.

Finalmente recobré la compostura y me dio la receta para una pomada que tenía que comprar. La volví a ver en otras ocasiones, pero esa fue la vez más impactante y fue el origen de esta foto.


rubia


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