Esta historia ocurrió en 2006, y poca gente la sabe, de hecho he intentado mantenerla los mas secreto posible para proteger la identidad de la otra persona, que era una novicia en aquel momento (hoy en día es monja). Bajo el anonimato y con el perdón del tiempo me tomo la libertad de escribirla con cambios en algunos detalles que no cambian la misma de forma significativa.
* * *
Viajes
En uno de mis viajes a las ciudades del interior, yo brindaba cursos para profesionales técnicos. Nuestra empresa era muy bien recibida y por lo general nos agasajaban los lugareños de formas muy interesantes. Una de esas noches hubo una reunión social interesante, políticos, empresarios, jovencitas escorts VIP (uno aprende a reconocerlas) y el lugar era enorme, uno podía caminar por el jardín o las habitaciones de la casa donde había colecciones de objetos interesante y pinturas. Nos sentíamos como si fuéramos embajadores de otro país.
La conversación es segunda naturaleza para mí, por ende me encontré hablando con unos empresarios sobre temas complejos de los que no sabía nada, mas tarde con un concejal que me decía que en mi ciudad habia buenos cabarets, y cuando entre a la casona para ir al baño (que solo puedo decir que era como el de un palacio) me crucé un un grupo de pibes jóvenes veinteañeros (mi edad entonces masomenos) fumando unos porros a escondidas de la pompa.
(imagen ilustrativa)
LA CONVERSACIÓN CARI Y TRINIDAD
Caminé un rato por el enorme jardín iluminado por farolas antiguas para alejarme de los cogotudos del evento, hasta llegar a una banqueta junto a una cascada artificial. La luz era tenue y por ello no me percaté de las dos personas que me miraban. Dos chicas muy bonitas, pero una de ellas tenía una tez muy clara como un papel, y su cabello estaba cubierto de forma discreta. Era una novicia.
Me puse de pie sobresaltado, las chicas sonrieron de forma cómplice. Yo también me sume a las risas cuando me di cuenta de mi sobresalto. Se presentaron, una se llama (digamos KARINA) y la chica novicia tenia un extraño nombre no latino (en este relato la llamaré TRINIDAD).
Hice un chiste sobre mi reacción y les extraje otra sonrisa. Karina era una chica muy linda, podía notar que pertenecía a la clase alta del lugar, pero Trinidad me llamaba la atención.
Hoy en día me hubiera asustado mas aún por lo pálida que era y el contraste que hacía con su modesta y oscura ropa, una pollera hasta los tobillos que solo dejaban ver la punta de lus brillantes cuando caminaba.
Me encantan los acentos en las mujeres y Karina tenía uno muy marcado de la región, pero Trinidad sin dudas tenía no solo el acento, sino que hablaba el español como si le costara todavía. Nos reímos los tres de la pompa del evento y como yo tuve educación religiosa de pequeño me atreví a hacer preguntas a Trinidad sobre ser novicia.
Karina escucho el ruido de su celular, uno de esos Motorola Startak que llevaba encima, leyo un mensaje y dijo que se iba a la casa y volvería enseguida. Quedamos con Trinidad charlando solos hasta que Karina volvió, y se reunió con nosotros en la conversación.
Les conté que en dos días me iría de la ciudad para seguir a otra provincia del norte y luego volvería a mi ciudad. Les comenté como era el hotel en el cual me quedaba, diciendoles que era aburrido estar en una ciudad y no conocer la noche, yo esperaba que karina se ofreciera ya que no esperaba nada con trinidad. No hacía falta preguntar, no solo tenía un voto de castidad sino que su inocencia al hablar, y saber lo conservador y reprimido que es su país, sumado a que seguro entró muy joven al servicio me daban la pauta segura que era virgen y que no sabía nada de sexo, sexualidad.
Un callejón sin salida, pensé. Mejor era ponerle las fichas a Karina, pero todo quedó en una amena conversación por esa noche.
* * *
ENCUENTRO SECRETO
Al otro día me levanto porque suena el teléfono. El conserje del hotel me dice que me dejaron un mensaje. A regañadientes bajé al lobby y me dieron una carta. Extraño pensé ¿quien escribe cartas hoy en día? Había un número de teléfono escrito con una caligrafia femenina exquisita, el papel por alguna razón tenía un aroma especial.
Saco mi celular (un nokia de esos irrompibles) y llamo, del otro lado la inconfundible voz y acento de Trinidad. Me dice que le gustaría poder charlar conmigo un rato, pero con cierta discreción, propuse un cafe y ella me dijo que no era conveniente para ella. Prefería un lugar mas privado y debía ser hoy mismo.
Me sentí james bond en una misión secreta, por ello le dije que pasara por el hotel. Luego de unos segundos en silencio y un respiro largo ella estuvo de acuerdo.
Dos horas mas tarde y como yo le había indicado, ella apareció con lentes oscuros, una gorrita con visera, jeans y una campera tipo rompevientos y una carpeta llena de papeles, la salude como si fuera una extraña y nos sentamos en el lobby en una parte que no se veía desde afuera.
Ella estaba nerviosa, casi temblando. Enseguida entendí que incluso todas estas precauciones (y pesimo disfraz) eran todavía poco discretas para ella, y la invité a mi habitación donde podríamos charlar mas tranquilos.
* * *
EL SECRETO
Mi habitación era como una suite, con un living con sillones que separaba el dormitorio así que nos sentamos. Le ofrecía algo para tomar del a heladerita, como ambos no tomamos alcohol nos abrimos una lata de coca cola.
Ella dijo: “anoche cuando conversamos y preguntaste por mi país, vi en tus ojos que conocés, que has leído lo que pasa allá. Espero que no te moleste si hablamos así” (lo dijo hablando en inglés)
Le respondí en inglés: “Ningún problema. Si, tengo un conocimiento de haber visto noticias. Se que pasa allá. Sospecho que has tenido una infancia bastante conservadora, opresiva incluso”
Ella me dijo: “la iglesia es lo único que me salvó, pero todo tiene un precio.”
La mire sin poder comprender del todo.
Asentí con la cabeza sin poder comprender exactamente a que se refería o a donde iba. Sacó una carta de su bolsillo. Ella dijo:
“Esta es la primera y última carta que escribiré a mi familia. Quiero pedirte que la transcribas y la envíes anónimamente por correo electrónico a mi madre”.
Abrí los ojos bien grandes. No quería preguntar de qué se trataba todo eso, de repente empecé a sentirme incómodo.
Le dije: “si Trini, contará conmigo". Sospechaba que ser una monja en el culo del mundo tenía una explicación compleja pero no pensé que fuera asi… tan grave.
Ella dijo: “cuando transcribas la carta, vas a entenderlo todo. Te pido que no divulgues esto porque puede ser peligroso para mi y mi familia”
Guardé la carta con infinito cuidado, asintiendo. Esta vez hasta un poco de miedo me entró debo confesar, no todos los días te encontrás con una pieza de información que pone la vida de otra u otras personas en peligro. Ella se puso de pie, yo hice lo mismo. Se quedó por un segundo como congelada con la mano en la boca.
Ella dijo como en un susurro “Hay muchos sacrificios que debemos hacer en la vida, pero las decisiones son las que nos definen” Mi cara era de completa confusión imagino, porque agregó.
“Dios no me brindó la posibilidad de ser madre y eso me ponía en peligro allá. Muchos dieron todo para que yo tenga un futuro, y muchos sacrificios me esperan en el futuro pero quiero pedirte algo mas”. Yo asentí, casi extasiado por la profundidad de sus conceptos.
Ella me miró a los ojos y dijo: “quiero ser besada”.
* * *
EL BESO
Ambos quedamos congelados por unos segundos ante esa frase.
Dió un paso hacia mí y puso sus labios sobre los míos, la rodié entre mis brazos y correspondí el mismo. Podía sentir su corazón latir mas fuerte, su respiración volverse agitada al salir de su nariz como aire de un volcán. Sus pupilas estaban clavadas en las mías, y le dije: “Lo que quieras, no tenés que pedírmelo”.
Ella me abrazó y empezó a besarme de forma mas apasionada, mis manos bajaron hasta la cintura, tal vez nunca antes acariciadas por otro hombre (y tal ves nunca más por nadie) y la llevé hacia la habitación.
* * *
EN LA CAMA
Le recosté en la cama con infinita delicadeza. Ella cerró los ojos, sus brazos estaban tiesos junto a su cuerpo y timidamente separó las piernas. Tal vez esperando que la bestia peluda la monte como si fuera un demonio salido de Drácula, pero no quería que tuviera una experiencia así.
Me acosté junto a ella, y con la yema del dedo comencé a explotar su piel. Ella abrió los ojos y encontró lo míos. Confundida, ya que esto no se coincidía con su idea del sexo. Luego comencé a quitarle la ropa, acariciandola y haciendo suaves movimientos sobre su piel, mis labios la recorrieron desde su cuello, hasta la punta de sus pies.
Cuando estuvo desnuda, dejenme decirles que quedé impactado con sus curvas delicadas. Pechos duros, pezones en punta y una vulva hermosa y carnosa. Suavemente baje hasta su entrepiernas y podía ver como sus entrañas temblaban ante la anticipación de la penetración, pero con mi lengua recorrí sus labios y clítoris.
Ella emitió un grito de sorpresa, puso su mano en la boca sorprendida de si misma y otra en mi nuca, y durante un buen rato estuve bebiendo de su hermosa vulva rosada. El orgasmo le llegó con un llanto, sorprendida de si misma empezó a pedir perdón porque no podía dejar de llorar. Le dije que era normal, cada mujer tiene una reacción propia, y algo nuevo siempre sorprende. De a poco me incorporé y la hice sentarse en la cama. Mi pene quedó frente a ella en toda su erección, lleno de venas pulsantes. toqué sus labios con mi dedo y abrió la boca, ingresé la punta de mi pene en ella.
Su inexperiencia la llevó a hacerme sentir los dientes sobre el pene, dolió un poco y le dije que probemos otra posición. La costé sobre mi en posición de 69, ahora mi boca estaba sobre su clítoris y le dije: “acé lo mismo que yo”.
Lamí sus entrepiernas y ella hizo lo mismo con la punta de mi pene. Abrí la boca con succión para que su clítoris se estirara y ella captó la idea y comenzó a chuparme la pija de forma muy delicada.
A medida que ibamos haciendolo mas rápido ella iba metiendo mas de mi pene en su boca, y cuando le pegue una nalgueada se tiró para adelante y toda mi pija le entró hasta la garganta, empezó a toser y yo reía: “lo hacés bien corazón”
(a partir de aquí las imágenes son ilustrativas)
De a poco fui conociendo su ritmo, y luego que ella tuvo dos orgasmos más le dije que venía la leche y que debía tragarla bien. Lo tomó como un mandato porque agarró mi pija como si fuera una manguera y cuando mi semen empezó a salir ella lo tragó y tragó hasta que no pudo más.
Ambos quedamos extasiados, ella cambió la posición y la tomé entre mis brazos. Puso su cabeza en mi pecho, y con su mano acariciaba suavemente mi pene.
Ella dijo: “No pensé que sería así. Siento que me llevas de la mano y con mucho cuidado. gracias”.
Podía sentir que mi pene se ponía duro de nuevo, ella lo miró. La abrace y la acosté sobre mí, como es pequeña y muy liviana pude acomodacomodar mi pene en la puerta de su vagina.Tenia la concha mojada, su cuerpo transpiraba y con sus ojos me miraba con infinito miedo.
La cabeza de mi pene ingresó suavemente y sin resistencia, ella tomo mi cara con sus manos y me beso como si estuviera despidiendose de la vida y deseandome suerte. Puse mis manos en su cadera y de a poco la fui deslizando hacia abajo y mi pene tieso clavandose en ella. Ella hizo un grito, y sentí la resistencia, ahí estaba su virginidad resistiendo. Me detuve, y acaricié su mejilla.
La besé y ella se empujó hacia abajo para que mi pene se abriera paso en ella, un grito de placer emergió y empezó a sollozar. Su cuerpo volvió a temblar, y su respiración se detuvo por un segundo. En un movimiento tome sus piernas y las acomode para que pudiera estar sentada sobre mí y yo me incorporé. Ella bajó más y mi pene entró en ella aún más. Mis labios fueron a sus pechos y comence a besarlos al ritmo de su respiración, y su cadera instintivamente empezó a hacer movimientos poco coordinados. Mis manos bajaron y la tome por el trasero, con mi fuerza la hice moverse de forma correcta, sincronizándole a su respiración.
Los jadeos de una mujer, o de una puta empezaron a llegar por primera vez y se volvieron ensordecedores. Puse mis dedos en su boca para que los chupara (eso hacia que no gritara).
Mi pene a esa altura empezó a tomar una consistencia EXTRA DURA, no pasa siempre pero tal vez la situación, lo prohibido, su virginidad, no se. La cosa es que me dolía el pene, la piel del mismo me tiraba como si me fuera a estallar (y me dolió hasta el día siguiente). Acomodé sus piernas sobre mis hombros, ella se sorprendió con miedo a caerse, pero mis brazos la sostenían, mientras mi pene esté en ella no iba a ir a ningún lado.
Mi pene se enterraba aún mas en ella, ahora sus manos estaban en la cabeza y yo la tenía encarnada de forma única, cuando su ritmo aceleró y vi que estallaba su orgasmo, dejé que mi pene la llene de semen como un manantial.
Ella abrió los ojos, una mezcla de sorpresa y horror al sentirse en el aire sostenida por mis brazos y mi pene mientras todo en ella se llenaba. Ambos quedamos mirándonos a los ojos compartiendo un jadeo eterno. La recosté a mi lado, ella quedó tendida boca abajo.
Trató de decir algo en español o inglés, pero la cabeza le daba vueltas.
La acaricié un rato, le di un suave masaje en su espalda para distenderse. Bajando hasta sus piernas, instintivamente su colita se levantaba como si fuera una gata. Ahora podía ver que estaba toda mojada, su piel transpiraba. Mis manos fueron a su culo, lo separé y metí mi lengua en su ano. Sus manos se enterraron en el colchón, y ella mordió la almohada.
Fue levantando la cola hasta quedar arrodillada con la cabeza enterrada en la almohada. Su ano se abría y cerraba al ritmo de su orgasmo… de un rápido movimiento me incorporé y presenté mi pene en él, un empujón y le abrí el culo. Ella gritó de sorpresa y se quejó. “¿también por ahí me vas a dar?”. Su tono era medio pregunta, medio súplica. Podría haberme detenido, pero le di una fuerte nalgada, y ella con sus manos agarro mi cuerpo por el costado invitándome a entrar, pronto mi pene fue carreteando dentro de su ano. Puse su mano sobre el clítoris, y comenzó a tocarse, metiéndose un dedo y luego dos, mientras mi pene la abría como una motosierra cortando un árbol.
Pronto le rebalsó el ano de semen, y cayó sobre ella exhausto. Mi pene de a poco iba saliendo mientras las últimas gotas salían a borbotones de su delicioso culo.
Me recosté junto a ella. Mi pene no daba más, yo tampoco. Ella se sentó con el entrepiernas en mi cara, y continué dandole sexo oral por un buen rato. Cuando estuvo satisfecha, notó que mi pene se ponía tieso de nuevo, y llevó su boca a él, esta vez se tomó mi semen y tragó todo como una experta. Se acostó entre mis brazos y quedamos dormidos un rato.
Finalmente nos despedimos, ambos doloridos pero con la satisfacción de haberlo dado todo.
Volví a verla, ya como monja unos años después. Tuvimos una conversación trivial, ella se comportó como toda una religiosa, pero nuestras miradas tenían una conversación llena de intrigas.
EL SECRETO
Finalmente debo decir que escribí el email, y lo envié desde una casilla de correo de yahoo que nunca volví a usar. Aparentemente ella se despidió de su madre, pero le hizo saber que sobrevivió al escape de su país y ahora era una adulta en buen estado de salud. No había información de que peligro había, porque la sacaron a la hija sin la madre, o que pasa si alguien sabe que estaba en un convento de mi país. Puedo contar la historia porque desde el año pasado ya no está en el país, es una de las miles de religiosas del mundo que me permitió darle una noche única.
Tal vez algún día nos volvamos a cruzar, por el momento solo escribimos emails desde una cuenta anónima.
Los invito a Conocer mis otros Relatos
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Viajes
En uno de mis viajes a las ciudades del interior, yo brindaba cursos para profesionales técnicos. Nuestra empresa era muy bien recibida y por lo general nos agasajaban los lugareños de formas muy interesantes. Una de esas noches hubo una reunión social interesante, políticos, empresarios, jovencitas escorts VIP (uno aprende a reconocerlas) y el lugar era enorme, uno podía caminar por el jardín o las habitaciones de la casa donde había colecciones de objetos interesante y pinturas. Nos sentíamos como si fuéramos embajadores de otro país.
La conversación es segunda naturaleza para mí, por ende me encontré hablando con unos empresarios sobre temas complejos de los que no sabía nada, mas tarde con un concejal que me decía que en mi ciudad habia buenos cabarets, y cuando entre a la casona para ir al baño (que solo puedo decir que era como el de un palacio) me crucé un un grupo de pibes jóvenes veinteañeros (mi edad entonces masomenos) fumando unos porros a escondidas de la pompa.
(imagen ilustrativa)
LA CONVERSACIÓN CARI Y TRINIDAD
Caminé un rato por el enorme jardín iluminado por farolas antiguas para alejarme de los cogotudos del evento, hasta llegar a una banqueta junto a una cascada artificial. La luz era tenue y por ello no me percaté de las dos personas que me miraban. Dos chicas muy bonitas, pero una de ellas tenía una tez muy clara como un papel, y su cabello estaba cubierto de forma discreta. Era una novicia.
Me puse de pie sobresaltado, las chicas sonrieron de forma cómplice. Yo también me sume a las risas cuando me di cuenta de mi sobresalto. Se presentaron, una se llama (digamos KARINA) y la chica novicia tenia un extraño nombre no latino (en este relato la llamaré TRINIDAD).
Hice un chiste sobre mi reacción y les extraje otra sonrisa. Karina era una chica muy linda, podía notar que pertenecía a la clase alta del lugar, pero Trinidad me llamaba la atención.
Hoy en día me hubiera asustado mas aún por lo pálida que era y el contraste que hacía con su modesta y oscura ropa, una pollera hasta los tobillos que solo dejaban ver la punta de lus brillantes cuando caminaba.
Me encantan los acentos en las mujeres y Karina tenía uno muy marcado de la región, pero Trinidad sin dudas tenía no solo el acento, sino que hablaba el español como si le costara todavía. Nos reímos los tres de la pompa del evento y como yo tuve educación religiosa de pequeño me atreví a hacer preguntas a Trinidad sobre ser novicia.
Karina escucho el ruido de su celular, uno de esos Motorola Startak que llevaba encima, leyo un mensaje y dijo que se iba a la casa y volvería enseguida. Quedamos con Trinidad charlando solos hasta que Karina volvió, y se reunió con nosotros en la conversación.
Les conté que en dos días me iría de la ciudad para seguir a otra provincia del norte y luego volvería a mi ciudad. Les comenté como era el hotel en el cual me quedaba, diciendoles que era aburrido estar en una ciudad y no conocer la noche, yo esperaba que karina se ofreciera ya que no esperaba nada con trinidad. No hacía falta preguntar, no solo tenía un voto de castidad sino que su inocencia al hablar, y saber lo conservador y reprimido que es su país, sumado a que seguro entró muy joven al servicio me daban la pauta segura que era virgen y que no sabía nada de sexo, sexualidad.
Un callejón sin salida, pensé. Mejor era ponerle las fichas a Karina, pero todo quedó en una amena conversación por esa noche.
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ENCUENTRO SECRETO
Al otro día me levanto porque suena el teléfono. El conserje del hotel me dice que me dejaron un mensaje. A regañadientes bajé al lobby y me dieron una carta. Extraño pensé ¿quien escribe cartas hoy en día? Había un número de teléfono escrito con una caligrafia femenina exquisita, el papel por alguna razón tenía un aroma especial.
Saco mi celular (un nokia de esos irrompibles) y llamo, del otro lado la inconfundible voz y acento de Trinidad. Me dice que le gustaría poder charlar conmigo un rato, pero con cierta discreción, propuse un cafe y ella me dijo que no era conveniente para ella. Prefería un lugar mas privado y debía ser hoy mismo.
Me sentí james bond en una misión secreta, por ello le dije que pasara por el hotel. Luego de unos segundos en silencio y un respiro largo ella estuvo de acuerdo.
Dos horas mas tarde y como yo le había indicado, ella apareció con lentes oscuros, una gorrita con visera, jeans y una campera tipo rompevientos y una carpeta llena de papeles, la salude como si fuera una extraña y nos sentamos en el lobby en una parte que no se veía desde afuera.
Ella estaba nerviosa, casi temblando. Enseguida entendí que incluso todas estas precauciones (y pesimo disfraz) eran todavía poco discretas para ella, y la invité a mi habitación donde podríamos charlar mas tranquilos.
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EL SECRETO
Mi habitación era como una suite, con un living con sillones que separaba el dormitorio así que nos sentamos. Le ofrecía algo para tomar del a heladerita, como ambos no tomamos alcohol nos abrimos una lata de coca cola.
Ella dijo: “anoche cuando conversamos y preguntaste por mi país, vi en tus ojos que conocés, que has leído lo que pasa allá. Espero que no te moleste si hablamos así” (lo dijo hablando en inglés)
Le respondí en inglés: “Ningún problema. Si, tengo un conocimiento de haber visto noticias. Se que pasa allá. Sospecho que has tenido una infancia bastante conservadora, opresiva incluso”
Ella me dijo: “la iglesia es lo único que me salvó, pero todo tiene un precio.”
La mire sin poder comprender del todo.
Asentí con la cabeza sin poder comprender exactamente a que se refería o a donde iba. Sacó una carta de su bolsillo. Ella dijo:
“Esta es la primera y última carta que escribiré a mi familia. Quiero pedirte que la transcribas y la envíes anónimamente por correo electrónico a mi madre”.
Abrí los ojos bien grandes. No quería preguntar de qué se trataba todo eso, de repente empecé a sentirme incómodo.
Le dije: “si Trini, contará conmigo". Sospechaba que ser una monja en el culo del mundo tenía una explicación compleja pero no pensé que fuera asi… tan grave.
Ella dijo: “cuando transcribas la carta, vas a entenderlo todo. Te pido que no divulgues esto porque puede ser peligroso para mi y mi familia”
Guardé la carta con infinito cuidado, asintiendo. Esta vez hasta un poco de miedo me entró debo confesar, no todos los días te encontrás con una pieza de información que pone la vida de otra u otras personas en peligro. Ella se puso de pie, yo hice lo mismo. Se quedó por un segundo como congelada con la mano en la boca.
Ella dijo como en un susurro “Hay muchos sacrificios que debemos hacer en la vida, pero las decisiones son las que nos definen” Mi cara era de completa confusión imagino, porque agregó.
“Dios no me brindó la posibilidad de ser madre y eso me ponía en peligro allá. Muchos dieron todo para que yo tenga un futuro, y muchos sacrificios me esperan en el futuro pero quiero pedirte algo mas”. Yo asentí, casi extasiado por la profundidad de sus conceptos.
Ella me miró a los ojos y dijo: “quiero ser besada”.
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EL BESO
Ambos quedamos congelados por unos segundos ante esa frase.
Dió un paso hacia mí y puso sus labios sobre los míos, la rodié entre mis brazos y correspondí el mismo. Podía sentir su corazón latir mas fuerte, su respiración volverse agitada al salir de su nariz como aire de un volcán. Sus pupilas estaban clavadas en las mías, y le dije: “Lo que quieras, no tenés que pedírmelo”.
Ella me abrazó y empezó a besarme de forma mas apasionada, mis manos bajaron hasta la cintura, tal vez nunca antes acariciadas por otro hombre (y tal ves nunca más por nadie) y la llevé hacia la habitación.
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EN LA CAMA
Le recosté en la cama con infinita delicadeza. Ella cerró los ojos, sus brazos estaban tiesos junto a su cuerpo y timidamente separó las piernas. Tal vez esperando que la bestia peluda la monte como si fuera un demonio salido de Drácula, pero no quería que tuviera una experiencia así.
Me acosté junto a ella, y con la yema del dedo comencé a explotar su piel. Ella abrió los ojos y encontró lo míos. Confundida, ya que esto no se coincidía con su idea del sexo. Luego comencé a quitarle la ropa, acariciandola y haciendo suaves movimientos sobre su piel, mis labios la recorrieron desde su cuello, hasta la punta de sus pies.
Cuando estuvo desnuda, dejenme decirles que quedé impactado con sus curvas delicadas. Pechos duros, pezones en punta y una vulva hermosa y carnosa. Suavemente baje hasta su entrepiernas y podía ver como sus entrañas temblaban ante la anticipación de la penetración, pero con mi lengua recorrí sus labios y clítoris.
Ella emitió un grito de sorpresa, puso su mano en la boca sorprendida de si misma y otra en mi nuca, y durante un buen rato estuve bebiendo de su hermosa vulva rosada. El orgasmo le llegó con un llanto, sorprendida de si misma empezó a pedir perdón porque no podía dejar de llorar. Le dije que era normal, cada mujer tiene una reacción propia, y algo nuevo siempre sorprende. De a poco me incorporé y la hice sentarse en la cama. Mi pene quedó frente a ella en toda su erección, lleno de venas pulsantes. toqué sus labios con mi dedo y abrió la boca, ingresé la punta de mi pene en ella.
Su inexperiencia la llevó a hacerme sentir los dientes sobre el pene, dolió un poco y le dije que probemos otra posición. La costé sobre mi en posición de 69, ahora mi boca estaba sobre su clítoris y le dije: “acé lo mismo que yo”.
Lamí sus entrepiernas y ella hizo lo mismo con la punta de mi pene. Abrí la boca con succión para que su clítoris se estirara y ella captó la idea y comenzó a chuparme la pija de forma muy delicada.
A medida que ibamos haciendolo mas rápido ella iba metiendo mas de mi pene en su boca, y cuando le pegue una nalgueada se tiró para adelante y toda mi pija le entró hasta la garganta, empezó a toser y yo reía: “lo hacés bien corazón”
(a partir de aquí las imágenes son ilustrativas)
De a poco fui conociendo su ritmo, y luego que ella tuvo dos orgasmos más le dije que venía la leche y que debía tragarla bien. Lo tomó como un mandato porque agarró mi pija como si fuera una manguera y cuando mi semen empezó a salir ella lo tragó y tragó hasta que no pudo más.
Ambos quedamos extasiados, ella cambió la posición y la tomé entre mis brazos. Puso su cabeza en mi pecho, y con su mano acariciaba suavemente mi pene.
Ella dijo: “No pensé que sería así. Siento que me llevas de la mano y con mucho cuidado. gracias”.
Podía sentir que mi pene se ponía duro de nuevo, ella lo miró. La abrace y la acosté sobre mí, como es pequeña y muy liviana pude acomodacomodar mi pene en la puerta de su vagina.Tenia la concha mojada, su cuerpo transpiraba y con sus ojos me miraba con infinito miedo.
La cabeza de mi pene ingresó suavemente y sin resistencia, ella tomo mi cara con sus manos y me beso como si estuviera despidiendose de la vida y deseandome suerte. Puse mis manos en su cadera y de a poco la fui deslizando hacia abajo y mi pene tieso clavandose en ella. Ella hizo un grito, y sentí la resistencia, ahí estaba su virginidad resistiendo. Me detuve, y acaricié su mejilla.
La besé y ella se empujó hacia abajo para que mi pene se abriera paso en ella, un grito de placer emergió y empezó a sollozar. Su cuerpo volvió a temblar, y su respiración se detuvo por un segundo. En un movimiento tome sus piernas y las acomode para que pudiera estar sentada sobre mí y yo me incorporé. Ella bajó más y mi pene entró en ella aún más. Mis labios fueron a sus pechos y comence a besarlos al ritmo de su respiración, y su cadera instintivamente empezó a hacer movimientos poco coordinados. Mis manos bajaron y la tome por el trasero, con mi fuerza la hice moverse de forma correcta, sincronizándole a su respiración.
Los jadeos de una mujer, o de una puta empezaron a llegar por primera vez y se volvieron ensordecedores. Puse mis dedos en su boca para que los chupara (eso hacia que no gritara).
Mi pene a esa altura empezó a tomar una consistencia EXTRA DURA, no pasa siempre pero tal vez la situación, lo prohibido, su virginidad, no se. La cosa es que me dolía el pene, la piel del mismo me tiraba como si me fuera a estallar (y me dolió hasta el día siguiente). Acomodé sus piernas sobre mis hombros, ella se sorprendió con miedo a caerse, pero mis brazos la sostenían, mientras mi pene esté en ella no iba a ir a ningún lado.
Mi pene se enterraba aún mas en ella, ahora sus manos estaban en la cabeza y yo la tenía encarnada de forma única, cuando su ritmo aceleró y vi que estallaba su orgasmo, dejé que mi pene la llene de semen como un manantial.
Ella abrió los ojos, una mezcla de sorpresa y horror al sentirse en el aire sostenida por mis brazos y mi pene mientras todo en ella se llenaba. Ambos quedamos mirándonos a los ojos compartiendo un jadeo eterno. La recosté a mi lado, ella quedó tendida boca abajo.
Trató de decir algo en español o inglés, pero la cabeza le daba vueltas.
La acaricié un rato, le di un suave masaje en su espalda para distenderse. Bajando hasta sus piernas, instintivamente su colita se levantaba como si fuera una gata. Ahora podía ver que estaba toda mojada, su piel transpiraba. Mis manos fueron a su culo, lo separé y metí mi lengua en su ano. Sus manos se enterraron en el colchón, y ella mordió la almohada.
Fue levantando la cola hasta quedar arrodillada con la cabeza enterrada en la almohada. Su ano se abría y cerraba al ritmo de su orgasmo… de un rápido movimiento me incorporé y presenté mi pene en él, un empujón y le abrí el culo. Ella gritó de sorpresa y se quejó. “¿también por ahí me vas a dar?”. Su tono era medio pregunta, medio súplica. Podría haberme detenido, pero le di una fuerte nalgada, y ella con sus manos agarro mi cuerpo por el costado invitándome a entrar, pronto mi pene fue carreteando dentro de su ano. Puse su mano sobre el clítoris, y comenzó a tocarse, metiéndose un dedo y luego dos, mientras mi pene la abría como una motosierra cortando un árbol.
Pronto le rebalsó el ano de semen, y cayó sobre ella exhausto. Mi pene de a poco iba saliendo mientras las últimas gotas salían a borbotones de su delicioso culo.
Me recosté junto a ella. Mi pene no daba más, yo tampoco. Ella se sentó con el entrepiernas en mi cara, y continué dandole sexo oral por un buen rato. Cuando estuvo satisfecha, notó que mi pene se ponía tieso de nuevo, y llevó su boca a él, esta vez se tomó mi semen y tragó todo como una experta. Se acostó entre mis brazos y quedamos dormidos un rato.
Finalmente nos despedimos, ambos doloridos pero con la satisfacción de haberlo dado todo.
Volví a verla, ya como monja unos años después. Tuvimos una conversación trivial, ella se comportó como toda una religiosa, pero nuestras miradas tenían una conversación llena de intrigas.
EL SECRETO
Finalmente debo decir que escribí el email, y lo envié desde una casilla de correo de yahoo que nunca volví a usar. Aparentemente ella se despidió de su madre, pero le hizo saber que sobrevivió al escape de su país y ahora era una adulta en buen estado de salud. No había información de que peligro había, porque la sacaron a la hija sin la madre, o que pasa si alguien sabe que estaba en un convento de mi país. Puedo contar la historia porque desde el año pasado ya no está en el país, es una de las miles de religiosas del mundo que me permitió darle una noche única.
Tal vez algún día nos volvamos a cruzar, por el momento solo escribimos emails desde una cuenta anónima.
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