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Escort Estefanía o Coca, una venezolana que sabe coger

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Hola atodos mis compatriotas gateros, les quiero contar de la hermosa velada que pasécon Coquita Venezolana.
Ubicarla laubiqué de la página del link, buscando a una señorita que persuada a micorazón. Le mandé mensaje, tardó unos días en responderme, no sé si es porqueno tenía mi foto de perfil, pero luego de un par de mensajitos más tarde, merespondió como corresponde. Me mandó el speech y acordamos rápido.
Ella solotrabaja solo en hoteles y creo que también domicilios, aunque no estoy seguro,no obstante, le dije de coordinar en un hotel que queda cerca de la calleParaguay en Microcentro, en una calle que justo se corta, no me acuerdo deltodo bien, tuve que googlearlo para decirle bien a ella, pero bueno, no esimportante.
Llegué alhotel unos minutos antes que ella, estacioné y la esperé en el vestíbulo allado de donde te atienden, al rato llegó Coquita con un vestido negro corto yescotado, unos tacos negros y con una especie de gorro siberiano negro (no sécomo describirlo mejor), que me llamó la atención por el calor que hacía, teníapelos y era circular y posaba inclinada sobre su cabeza para armar todo unconjunto de negro.
Lo primeroque noté de Coquita es que era más rellenita de lo que mostraban las fotos, nosé decir bien cuantos kilos, porque era chiquita además, pero sin dudas un parde talles más de lo que muestran todas sus fotos. Cosa que no fue un punto dequiebre para mí, ya que era hermosa tenía un aire a que tenía más años, pero decara solo la ubicaría entre 21 o por ahí, ojos avellana, apenas verdes, unanaricita chiquita y perfecta y unos labios gorditos que ya quería ver entre mipija. Ni bien me saludó supe que ese acento venezolano me iba a conquistar,fuimos a pedir una habitación muy formalmente, como si fuésemos pareja. Pedí lahabitación ‘Minimalista’ mi habitación favorita de este hotel que no recuerdoel nombre y subimos al ascensor. Por alguna razón entré yo primero al ascensor,no dejé que la dama fuera primero, pero mejor porque cuando estábamos subiendoella de frente a la puerta y de espaldas a mí, empezó a delicadamente apoyar lacola sobre mi ingle como si fuese sin querer, mordiéndose el labio haciendo“mhhhh”.
Esto quizásno lo mencioné, pero tenía una cola magnífica, para hacerle un monumento, lastetas eran chicas, rellenas porque era rellenita, pero lindas, lindas aureolas,un cuerpo bien blanco, blanco como la coca (?)
Entramos ala pieza que estaba iluminada con luces que salían de debajo de las mesas,azules y magenta, dándole un tono neón al sitio, razón por la cual es mipreferida después de todas las demás.
Lo primeroque hago es pasar al baño, luego pasa ella. Cuando sale me sonríe, me cobra yme paro de la cama en donde estaba para frotarla y besarla, yo soy alto y ellaera mucho más chiquita que yo, pero no fue problema. Probé como reaccionaba aun beso en los labios y su respuesta fue girar sutilmente la cara, capté elmensaje y empecé a besarle el cuello, pasarle la mano por su hermoso cabellonegro alisado, manosearle ese hermoso jamón. Cuando le besaba el cuello pudesentir que usaba un perfume Chanel, lo sé porque una ex novia usaba el mismo;“puta fina” me dije a mi mismo. Le bajé el vestido y le besé las tetas, ella memanoseó la pija a través del pantalón y yo de inmediato me lo bajé para queempezara a pajear de a poquito. Le llené de besos el cuello, empecé aacariciarle sobre la bombachita, hundiéndole un poco los dedos sobre los labiosde su vagina, ella respiraba profundo sobre mi pecho, y me besaba despacito.
En unmomento se sacó el vestido y yo me saqué lo que me faltaba de ropa y nos fuimosa la cama, le pedí de chuparle la conchita y ella accedió. A veces tengo misrecaudos con chupársela a una escort, pero tenía una conchita hermosa, loslabios rellenitos, parecidos a los horizontales y cerrados apenas abriéndose enla punta para mostrar un clítoris rosita y perfecta. Admito que la pancita yesa cola enorme la hacían más tentadora además de que Coca es muy blanquita. Lepuse la lengua en ese clítoris gordito, lo cerré con los labios y succionédespacito, luego fui dándole lengüetazos por toda la vagina hasta meter milengua bien profunda dentro de ella. No estuve mucho tiempo chupándosela, lahora corría y lo único que quería era saber que sabor tenía, era dulce, casi,casi afrutado, hermoso.
Me acostéen la cama y ella se ubicó a mis pies para devolverme el favor, empezó achuparme de arriba abajo, sin usar mucho la lengua, a veces sacaba la pija dela boca y le pasaba la lengua por la cabecita y me decía algo chancho por lobajo con ese acento venezolana que no encontraba si bien erótico. Me pasaba loslabios suaves y gorditos por el glande, su cara de chupapija era de una nenahermosa, empezó a chuparla más profundo y con más intensidad, sin nunca llegara la base del pene.
La chupadaera rica, era muy linda verla como me la chupaba, pero la hora corría y sabíaque era solo una participación, por lo que le pedí que se subiera. No es paraalardear, pero tengo un miembro bastante grande y me gusta que las chicas sesuban para ponerse cómodas con él. Ella se lo fue metiendo despacito,mordiéndose el labio inferior y gimiendo bajito durante todo el trayecto.Primero empezó despacio, para lubricarse bien, moviendo la cadera con mi pijaadentro, luego empezó a pistonear de a poquito, con la boca bien abierta y losdientes apretados hasta que empezó a saltar fuerte sobre la pija. Comenzó ameterle intensidad mientras me decía cosas como “que rico, papi”, en un momento,cuando noté que se empezó a cansar un poco de tanto mete-saca acuclillé un pocolas piernas por detrás de ella para ganar estabilidad le agarré fuerte los dosjamones blancos que tenía como nalgas y empecé a cogérmela con toda la fuerza.Ahí fue cuando Coca cayó derrotada inmediatamente por mi pija por que tanfuerte le estaba dando, cayó sobre mi cuerpo, teniendo su rostro cerca del mío,mientras pistoneaba sin piedad, probé cual era su reacción ante los besos delengua ahora ante plena pasión. Fue tímida, seguía girando la cara, yodelicadamente le agarra del cuello para alinearla con mi cara y liberó un pocola lengua sobre mis labios mientras yo solo buscaba las fuerzas para darle másy más fuerte.
Ya gemíafuerte y los ojos se le empezaron a cruzar más de una vez, pero nunca me dijoque pare o que vaya más despacio. En un momento la abracé y elevé mi torso deforma vertical, me arrimé un poco al final de la cama para que mis piernascolgaran y permanezca sentado, luego de este breve impás, proseguí a penetrarlamás fuerte, asegurándome de meter toda la pija hasta el final ante cadaestocada. Allí fue cuando empezó a besarme ella el cuello y mordermelentamente, “que rico” me susurraba al oído mientras le sopapear los cachetesdel culo ante cada salto que pegaba con mi pija.
Fui bajandoel ritmo, contorneando mi cintura contra la de ella mientras nos besábamos loscuellos. Hasta que le pedí que se pusiera boca abajo en la cama, me dijo que lacola no entregaba, yo le aseguré que mis intenciones seguían concentradas en suvagina, lo que no aclaré, porque no tenía porque aclararle, era que quería vercomo sus nalgas vibraban ante mis estocadas. Así que se ubicó, primero encuatro, pero le dije que la quería acostada, así que se fue acomodando mientrasyo la guiaba en su correcta posición, bien horizontal sobre el colchón laspiernotas bien separadas para dejar ver esa vagina abierta y que chorreabalubricante. No tardé en meterle la pija y de a poco volver al pistoneofrenético que le presente hace instantes. Coca gemía, agarraba fuerte lassábanas, no sé si en un momento comenzó a morder una para no gritar tanto. Yomientras tanto, fijaba mi atención en esas nalgas, en como rebotaban contra mipelvis y como se iban separando cada vez más contra mi pija. Le agarraba deatrás las tetas, le besaba la espalda sudada, enlentecía mis movimientos paraubicarme de distintas maneras y enterrarle mi miembro en lo más profundo de suser.
Cuando notéque el sudor de mi cara caía sobre su ya inundada espalda me di cuenta que erademasiado, y me enfoqué en acabar. A veces me cuesta acabar cuando ya entro ensemejante frenesí, pero no fue este el caso. Penetrándola cada vez más lenta yprofundamente, le dije, “Te voy a acabar bien adentro” “Sí, papi, dámela toda”respondió, “dámela, dámela papi, dámela” Y se la di, bien profundo para quesienta mi pija pulsar adentro de ella y sienta toda la leche que le estabasalvaguardando el preservativo para no dejarla inequívocamente embarazada.
Me paré yme saqué el forro al poco tiempo, ella se quedó fundida en la cama con laspiernas abiertas y el interior de sus muslos absolutamente mojados por untiempo, reí por lo bajo y aproveché y le dije que me iba a duchar rápido, no mecontestó. Me bañé y cuando volví ella estaba reincorporada, tomando de unabotella de agua que debía haber tenido guardada en su cartera (que olvidé demencionar, pero era negra como todo el conjunto que tenía puesto) y se fue abañar. No hablamos mucho después, salimos de inmediato y cada cual su camino,como corresponde.
Veredictofinal, mis amigos gateros. Una bomba. Es más gordita de lo que parece, perotampoco tanto y nunca deja de ser un bombón con cero Photoshop, al cual voy areiterar ni bien pueda/se me plazca. La verdad que nada para quejarme, una deesas señoritas que voy a tener en mi memoria por lo que restan de mis días.100% recomendable.


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