A esta altura el recuerdo no sería más que simples fragmentos distorsionados en mi cabeza, eso sí no hubiera marcado mi apetito sexual temprano, más temprano de lo que la mayoría podría creer. La historia comienza muy temprano, puesto que para aquel entonces requería de ayuda para poder bañarme, por motivos de comodidad. El caso es que al ingresar a bañarnos, existía una especie de protocolo, el cual consistía en que a la hora de que ella (mamá) se bañara, como yo aún estaba allí tendría que cerrar mis ojos y girar hacia alguna pared. Pero constantemente me preguntaba cual era el sentido de esto, ¿que era aquello tan importante que no tendría que ver?. Un día lo descubrí, la curiosidad ya superaba cualquier miedo, solo faltaba encontrar el momento. Con los ojos aún cerrados gire lentamente, y los abrí apenas, las pestañas parecían tapar mi vista hasta que caí en cuenta que aquellos pelos no pertenian a mi cara, lo primero que vi fue su vagina, la cual se encontraba a la altura de mi cara, rodeada de pelo aunque se podía observar lo que había allí. Tenso, aterrado de que se hubiera percatado de mi moviendo mire nervioso hacia arriba, pero ella miraba al frente, con su preciosa cara mostrando una sonrisa se marcaron sus bellas facciones, y por unos instantes pude observar la línea que nacía en sus brazos altos sobre el pelo, y continuaba con curvas pronunciadas por todo su cuerpo hasta los pechos, aquellos pechos grandes, tan firmes y blancos. Avergonzado, con un sentimiento de culpa volví a mi posición inicial, y cerré los ojos, creí que allí acabaría todo, no esperaba lo que vendría más tarde. De un momento a otro siento un empujón, el cual me hace perder el equilibrio y por reflejo trato de recuperarme apoyándome en la pared, giro la cabeza con curiosidad, ¿que me habrá empujado?, allí la veo, estaba de espaldas hacia mi, pasándose el jabón por las piernas, mientras yo tenía un primer plano de su ano, el cual estaba a milímetros de mis ojos, su trasero parecía abierto, como cuando pones tus manos en las nalgas y tiras en lados contrarios, aún lo recuerdo con sumo detalle, la línea donde nacía su vagina se transformaba en una especie de flor, la cual en un punto volvía a ser línea, que desembocará en aquel agujero maravilloso. Ya en aquel entonces, continuaba está situación, deseando poder girarme, pero solo apreciando el agua con jabón que corría debajo de mis piernas. Quizás ni te guste lo que esta historia representa, quizás jamás sientas lo que yo sentí esa vez, pero estoy seguro de que si tu hubieras estado ahí, probablemente también te habrías enamorado de ella.
Si quieres detalles hay algunos los cuales no puedo ponerlos por razones que no vienen al caso, aunque puedes preguntarlo por privado. Me interesaría muchísimo saber tu opinión, o si te ha ocurrido algo similar.
Si quieres detalles hay algunos los cuales no puedo ponerlos por razones que no vienen al caso, aunque puedes preguntarlo por privado. Me interesaría muchísimo saber tu opinión, o si te ha ocurrido algo similar.
2 comentarios - Mamá, mi sueño encarnado. Te aseguro que te gustará.