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Rencuentro con mi Tia

Todo comenzó aquel día que después de unos años de no ver a mi Tia. Yo me había ido de mi país, casi un par de años en el extranjero, fue suficiente para conseguir un muy buen trabajo y una excelente vida.
Siempre que hablábamos por teléfono con mi Tia, no frecuentemente pero soliamos hablar. En este tiempo mi tia se había separado de su pareja, cosa que no me extrañó mucho, porque hacia mucho tiempo que las cosas no andaban bien con ellos. Sabiendo que Tia no estaba muy bien, no dudé en invitarla. Sin pensarlo, al ofrecerle mi invitación ella dijo que sí.Mi tia para mi es una de las mujeres mas hermosas. Aunque nunca la había mirado como una mujer sexy. Sabía que lo era, por la forma de ser ella, atrevida y provocativa. Mis amigos siempre me lo decían, cosa que siempre me molestaba. Pero muy dentro de mí sabía lo atractiva y apasionada que ella era. Llego el día, fue reencuentro muy emotivo, la vi ella estaba ahi esperandome muy sexy, mi tía con pantalón de cuero, ajustado, marcando todas sus curvas, y una remera muy ajustada, delineando muy bien sus pechos, lo cual no paso nada desapercibida entre toda la muchedumbre. 
Después de un mes de estar en casa, la estábamos pasando muy bien. Yo me sentía muy a gusto con ella y al parecer ella también. Cada uno tenía su habitación. Yo siempre llegaba tarde de mi trabajo y ella me esperaban,para cenar.
Esa noche, salimos con unos amigos. Una noche normal de ir a cenar y beber algo, al regresar esa noche, medio tomado ya por el efecto de la bebida, me fui a buscar algo de tomar, en boxer.. 

Voy hasta la cocina y al regreso, siento unos ruidos. Me paralizo. Y no sabía qué era. O por lo menos no quería imaginar que era. Efectivamente eran susurros de excitación, provenían de la habitación de mi tia. No lo podía creer. Era mi tia, masturbándose me pregunté. Seguía sin querer creerlo. Sigilosamente abrí la puerta de la habitación y vi, a través del espejo, a mi tia masturbándose delicadamente. Mi erección fue instantánea. Se masturbaba entre las sabanas, mi morbo quería ver más. Casi como escuchándome se destapa del todo y veo su mano entre sus piernas, recorriendo dulcemente cada rincón de su vagina, penetrándose tiernamente. Con la otra mano entre su camisón de seda, se acariciaba sus pechos, se los pellizcaba, era grandioso. Era mi tia masturbándose (no lo podia creer). Mordió el camisón, para no gritar, porque obviamente estaba por llegar a un majestuoso orgasmo. Sentía el perfume de mujer ardiente en la habitación, me estaba volviendo loco. Y vi cómo llegaba a un orgasmo, sus gemidos entre cortados, su repicaron agitada… y con un final que me dejó total paralizado. Entre su cuerpo deseoso y el silencio de la noche, dijo… mi nombre o eso entendi... Paralizado por aquella situación, encendió en mi conciencia los pensamientos más morbosos, quería buscar junto a ella la suma nuestro placer, estaba listo para hacer amado por mi tia.
Lentamente me fui a mi habitación, al verme tan excitado y no saber que hacer..
Pasé toda la noche recordando lo ocurrido. Aunque, traté de olvidar todo pero me fue imposible. Al otro día como todas las mañanas anteriores mi tia se levantó a prepararme el desayuno antes de irme a trabajar.
Al verla a mi Tia, aquella vez, no fue como todas las mañanas. Tenía puesto un vestido largo, con un gran escote en sus pechos. Estaba preciosa. Observé sus pechos, no estaba utilizando nada más que un vestido, y seguramente y diminuta tanga. Sus pezones se marcaban en el vestido. Ella se dio cuenta que algo me pasaba. Y me lo preguntó.
– Qué te pasa mi amor. – Nada, tan sólo te aprecio. Te dije alguna vez que sos hermosa. Le contesté. – Sí muchas veces, me contestó y me volvió a preguntar : ¿Qué te pasa? – La miré a los ojos y obviamente no le pude decir que quería gozar con ella. Después de unos segundos de silencio. Mientras hacía que miraba para otro lado, ella se acercó y me dice:
– Amor, no quiero entrometerme en tu vida, pero anoche, veo que te gustabo lo que miraste... No dije nada tan sólo la miraba.
– Sonrío, y le pido perdon, diciéndole que no fue mi intención.
– Y ella se paró y se fue a su habitación. No podía creer lo que estaba pasando. Me dirigí hacia la habitación donde estaba ella, golpeo y pregunto si podía entrar. A lo que contestó que sí. Entré, y sentí otra vez, ese aroma a mujer excitada, de la noche anterior.
– Me estaba por cambiar me comenta – Por qué dijiste que te gustó, pregunté. – ¿Qué cosa ? me responde.
La miré seriamente.
- El sentirme querida y mirada por un sobrino.. mm si si..
– Cómo podés decir eso tia, soy tu sobrino. – Se sentó a mi lado. Y no pude evitar mirarle el escote. Ella me dice:
– Soy tu tia, y tú me miras los pechos, ¿qué diferencia hay?.
Cerré los ojos, me tomé la cara con mis manos. Diciendo:
– ¿Qué pasa tia. ?
Ella me sorprende con otra pregunta:
– ¿Te parezco atractiva?.
Sin pensarlo le digo que es hermosa, siempre me pareció hermosa.
Mientras tanto me seguía acariciando pero ahora la pierna. Y le contesto:
– Anoche te vi cómo te masturbabas.
Se detuvo. ¡¡¡Me viste!!! Sorprendida aclamó. Y después de unos segundos me preguntó:
– ¿Qué te pareció? – No lo podía creer mama, estaba muy excitado, me encantó.
Ella sin pensarlo dirigió su mano a mi bulto. El cual era bastante visible . Al tocarme ella, mi tia, me recorrió un terrible escalofrío. Pero yo no dudé, en dirigir mi manos a sus pechos. Ella me masturbaba sobre el pantalón. Yo acariciaba sus pechos, sobre su vestido. Lentamente corrí los breteles de sus vestido. Y vi sus hermosos pechos, sus pezones erectos… era todo un sueño. Sin pensarlo dirigí mi boca a ellos. Antes de rozarlos con mi boca, ella ya estaba gimiendo. Al tocarlos con mis labios, me abrazó, y se dejó caer sobre la cama. Ahí comenzaría todo. Me acomodé sobre ella. No dejaba de besar sus pechos, morderlos, pellizcarlos… ella ya había buscado mi pene por debajo de mi pantalón. Sus palabras eran: no pares mi amor, seguí, soy toda tuya…. Me volvía loco. Me paré. Y me desnudé quedando a la vista con mi pene erecto. De un solo empujón le saqué el vestido. Y sentí una oleada de perfume de mujer excitada. Fui directamente a su boca. Nos besamos como nunca lo había hecho con alguien. Mientras frotaba mi pene, sobre su vagina húmeda, ella movía sus caderas. La miré a los ojos, y dirigí mis manos a su centro de placer. Lentamente le saqué su tanguita. Y llegué a sentir su calor con mis dedos, la penetré con mi dedo.
–Ella no dejaba de gemir. La masturbé por unos minutos. Hasta que le saqué mis dedos y los coloqué en su boca. Me los limpió con una buena perra. Y lentamente fui con mi boca, a su centro de pasión. El aroma era penetrante. Pero sin pensarlo, comencé a lamer su vagina. Mi lengua la estaba violando. Y no dejaba de gemir, hasta que llegó a un orgasmo, sentí todos sus jugos en mi boca. Casi rogándome me dice que la penetre. Sin pensarlo, me pongo sobre ella, y tomo mi pene, y le rozo intencionalmente sobre su vagina, hasta que ella misma me lo agarra, y se lo mete brutalmente. Sentí que estaba en las nubes. Ese calor era increíble. Comenzó un movimiento majestuoso, era una princesa mi tia en la cama. Yo la acompañaba. Me rodeó con sus piernas, y brazos. Yo seguía con mis movimientos, hechizado por la pasión de mi tia, abraza muy fuerte y llego a un hermoso orgasmo, el cual me provoca que acelere mis movimientos de penetración, ya son con locura… se siente el golpe de nuestra piel, y nuestros jugos. Me abraza otra vez con mucha fuerza, y yo siento que estoy a punto de estallar… y con fuertes movimientos derramo todo mi néctar dentro de ella, gozo… Dios mío… ¡Qué hermoso!. Caigo rendido sobre su cuerpo desnudo, me suelta y se relaja. Me mira a los ojos. Y me dice: – Sos hermoso mi amor. Antes que yo diga algo, me tapa la boca con sus dedos tiernamente. Me pide que no salga, que me quede, que me quiere sentir. Yo podía creer lo que había pasado. Pero realmente fue estupendo. Nos habíamos olvidado de todo, y de todos, en esos minutos. Hasta que yo comienzo levantarme y me siento al costado de la cama. Y ella se tapa con la sabana. Nos dijimos nada, tan sólo nos soreímos con complicidad, y mis únicas palabras fueron,- No me arrepiento, sos hermosa. Y me dirijo buscar un beso que nos lleve al infinito.

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