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Capítulo 1, Capítulo 2, Capítulo 3, Capítulo 4, Capítulo 5, Capítulo 6, Capítulo 7
8. Capítulo 8
Día 8, al despertar
Me despertaron unos besos. Abrí los ojos despacio. Irina y Matt me daban besos por la comisura. Sonreí. También les di darse un beso entre ellos, aunque se centraron en mi cuando me vieron despierto.
"Buenos días, guapo", saludó Matt y me plantó un beso en condiciones mientras los dos me acariciaban el pecho.
"¿Qué tal has dormido?", preguntó Irina, reclamando su beso. Yo les rodeé con los brazos, ampliando el contacto agradable.
"De maravilla", respondí con una sonrisa. "¿Y vosotros?"
"Genial", dijo Irina. Se estiró, recalcando el tamaño de sus tetas. Y me vio mirárselas. "¿Tanto te gustan?", preguntó.
"Mucho"
"¿Y no te gusta más mi culo?", preguntó, y se deslizó por la cama, poniéndose en cuatro para mi. Podía ver su coñito abierto para mi.
"Los dos podemos jugar a eso, tramposa", dijo Matt, sin alterarse. Trepó por la cama, y quedó a lo perrito al lado de Irina. "El mío le gusta más"
"Sois lo peor", dije mientras me acercaba de rodillas a ellos y les acariciaba las nalgas, manteniendo un dedo acariciándoles el ano a los dos. "Debería follaros duro, por traviesos"
"No me quejaría", dijo Matt.
"Yo tampoco", respondió Irina. "¡Au! Pica", protestó cuando les di un azote que no se esperaban.
"No dejáis ni que me despeje", les dije. "Así que ahora, castigados sin follar"
"No vale", protestó Matt con voz de niño pequeño.
"Dejemos al hombretón levantarse", le dijo Irina. "Vamos, Matt. Busquemos a alguien que sí le apetezca follarnos"
Se levantaron y se pusieron la ropa. Me quedé sorprendido. Pero antes de irse Irina se agachó a mi lado.
"Estamos de broma, amor. Pero siempre dispuestos a follar contigo cuando te apetezca", me susurró y me dio un beso antes de irse.
"Lo mismo digo... amigo", dijo Matt, mientras también se acercaba a mi.
"¿Solo amigo?", inquirí.
"¿De verdad?", preguntó, con los ojos brillantes. "Pues luego nos vemos... cariño", dijo mientras le subían los colores.
Sonreí. Me plantó un beso y se fue de allí también.
Aprovechando que estaba solo, fui a la ducha a darme un agua. Apenas me estaba aclarando cuando llamaron a la puerta. Pensé que podría ser el servicio de limpieza, de modo que me tapé con el albornoz. Aunque probablemente estarían más que acostumbrados a ver a los clientes desnudos, prefería no exhibirme e incomodarla si no era necesario.
Pero me llevé una sorpresa cuando vi a Elena. Iba vestida... bueno, no iba vestida. Su cuerpo solo lo cubría un bikini de color negro.
"¿Servicio de habitaciones?", bromeé.
"Casi", rio. "¿Tienes un momento?"
"Claro. ¿Ha ocurrido algo?", pregunté mientras la dejaba pasar. "No será que el chico del otro día ha puesto una queja"
"Qué va. Es más, vino a verme, y me pidió perdón. Me quería dar las gracias, pero al parecer solo le gustan los hombres. Si alguna vez me animo a probar con una tía, te lo diré a ti primero", rió Elena. "No. Es que quería darte esto..."
Se metió la mano en el bikini, y sacó una arandela con tres llavecitas.
"Esta es la del ascensor que te sube a mi planta, y... esta otra es la de mi dormitorio", me susurró. Tomó mi mano, la abrió y dejó las llaves en mi palma. "Si alguna noche no puedes dormir y necesitas compañía... entra sin llamar"
"No voy a aprovecharme de ti", le dije.
"Despiértame entonces", dijo con una sonrisa. "Yo estaré encantada de verte por allí"
"¿Y la otra llave?"
"Es un regalo de mi madre. Dice que te ha visto muchas veces irte del club con tus amigos. A follar, seguramente. Así que te deja esta llave de la habitación donde follaste con ella la primera vez. Así lo tienes más a mano"
"Joder..."
"Yo creo que merece que le eches otro buen polvazo", me dijo. "Sé que a su modo disfruta de este sitio, pero no tiene tantos amantes como le gustaría. Y si aparece alguien como tú, pues eso siempre está bien"
"Os lo agradezco, de verdad", dije, halagado, y eché las llaves a mi pantalón.
"¿Sabes si Luna estaba en su dormitorio? Le prometí que mi próximo día libre lo pasaríamos las dos juntas", me dijo.
"Pues la última vez que la vi fue ayer después de comer, se echó un grupito de amigos", recordé.
"Quizá no ha vuelto aún...", reflexionó. Y me echó una mirada. Esa clase de mirada. "Supongo que no le importará si me lo paso bien contigo primero. Si es que te apetezco"
"¿Puedes pensar que no mientras te estás desnudando para mi?", reí. Se desató los lazos del tanga y el sujetador, dejándolos caer al suelo.
"No se. Te follas a tías como Irina... quizá yo no sea suficiente para ti", insinuó se dio la vuelta. "¿Tengo buen cuerpo?"
"Buenísimo", dije mientras me arrimaba a ella. Dejé caer el albornoz al suelo y pegué mi polla a su culo, "¿qué quieres que te haga?"
"Ya sabes que lo primero que necesito es algo intenso", me recordó. "Así que... podrías follarme la boca primero, y luego echarme un polvete tranquilo"
"Si es lo que quieres", sonreí.
Ella asintió. Se giró y se puso de rodillas delante de mi falo. Me dio una serie de besos desde los testículos hasta la punta y se la metió en la boca. Yo disfruté unos segundos del masajeo que me dio su lengua por el extremo antes de sujetar su cabeza con cuidado y empecé a empujar mis caderas contra su boca. Elena se apoyó en mis piernas y siguió trabajando su lengua mientras yo me follaba su boquita.
"¿Te gusta así, nena?", pregunté. Elena asintió, mantenía los ojos cerrados mientras mi polla invadía su boca. "Voy a ir más rápido"
Ella no se opuso, y empecé a empujar con más ganas. Cerró los labios con fuerza alrededor de mi falo, aumentando el placer que recibía. Qué placer. Me tomé un pequeño respiro y le aparté el cabello de la frente. Ella me miró con cara de buenecita, e hizo un ruido con la boca.
"Máh", y hundí de nuevo mi polla en su boca. Conseguí metérsela entera. Mantuve unos segundos la garganta profunda antes de sacársela. "Joder...", suspiró.
"¿Me he pasado?"
"Quiero otra", suplicó.
De modo que empecé a follarme su boquita, y cada pocas embestidas se la metía por completo. Ella aguantaba de maravilla y yo estaba por llegar a correrme en cualquier momento.
"Elena... no aguanto más..." dije mientras mi polla deslizaba fácilmente dentro y fuera de mi boca.
Y en ese momento ella me detuvo. Apoyó la punta de mi polla en su lengua y empezó a hacerme una paja mientras su lengua me acariciaba la punta por debajo y me corrí en segundos. Manché su cara pero gran parte de mi lefa cayó directa a su boca. Me sonrió antes de hacerme una pequeña limpieza a mi pene.
"Dios mío, me estás haciendo polladicta", bromeó. "Ahora necesito algo un poco más suave. Te quiero dentro de mi"
"Vamos, señorita", dije, y le tendí la mano.
La ayudé a levantarse y a limpiarse la cara antes de que se tumbara en mi cama. Su coño estaba chorreando y ardiendo. Froté mi polla contra su coñito y no tardé en recuperar la erección. Ella sonrió y se la metí despacio.
"Ahh, sí, echaba esto de menos", suspiró. "Por favor, no vayas muy rápido... necesito disfrutarlo"
"Como gustes", le dije. Total, yo ya me había corrido, podía aguantar el ritmo lento por ella. Levanté sus piernas y las pasé por encima de las mías, alcanzando un punto más profundo en su coñito.
"Mmm, no me extraña que las tengas loquitas", dijo Elena. Extendió sus brazos y sus piernas tanto como podía, reclinó la cabeza hacia atrás y mantuvo los ojos cerrados Yo me entretuve jugando con sus tetas. "¿Sabes? A veces es una maldición trabajar aquí", la escuché de pronto.
"¿Ah, sí? ¿Por qué?"
"Porque desde mi despacho puedo ver a todos los que se van a follar al parque. No oculta tanto como os pensáis Ahh", gimió, había aumentado suavemente mi ritmo y lo volví a relajar. "Muchos días me desespero... me encantaría estar en la playa, chupando pollas hasta cansarme... perdona, no quieres saber eso", se tapó la cara, avergonzada.
"Tonterías. Es normal sentirte así", dije, cubriéndola con el cuerpo y apartando sus manos para darle un beso. "Esto es un paraíso de follar y solo puedes aprovechar las noches y tus días libres"
"¿No te parezco una zorra?", preguntó.
"Aquí todos lo pasamos bien así, ¿verdad?", le recordé. Ella asintió.
"Sí... desde mi punto de vista como parte del staff se me olvida a veces", suspiró. "¿Puedes ir más rápido? Estoy a punto"
"Claro, nena", dije y empecé a moverme con más ganas. "¿Te gusta más así?"
"Sí, por dios... córrete dentro, ¿vale?"
Asentí y dediqué todos mis esfuerzos a metérsela repetidas veces hasta que logré correrme dentro de ella, momentos después de sentir sus chorros femeninos cubriendo mi falo cuando eyaculó. Jadeamos, sonrientes.
"Si hubiera sabido esto, quizá te hubiera pedido a ti que me reservaras el día", comentó Elena, mientras se limpiaba un poco. "Pero no me apetece acapararte. Sé que tienes un séquito deseando estar contigo"
"Yo no diría un séquito", respondí, un tanto avergonzado.
"Yo sí lo diría. Pero sé cuantos días te quedan aquí. No sería justo reservarte"
Suspiré. Al fin y al cabo, cada día que pasaba era un día menos antes de regresar a la normalidad.
"Aún así, me gustaría poder hacer algo por ti. Alguna fantasía que tengas pendiente", le dije.
"Bueno... hay una que me gustaría cumplir"
"Dime"
"Quiero que me follen entre tres, al mismo tiempo. Mi boca, mi coño, mi culo. Quiero saber qué se siente, pensarlo hace que se me acelere el corazón... Perdona. Ya te dije que soy una zorra"
"No, Elena. Creo que necesitas pasarte unos días de vacaciones aquí en vez de trabajar tanto", e dije.
"Supongo que tienes razón. Voy a ver a Luna, a ver si ha regresado"
"Salgo contigo, debo ver a alguien"
Día 8, antes del mediodía
Salimos de mi habitación, y Elena se quedó en la puerta de al lado. Yo esperé, por si debía hacerle compañía, pero Luna no tardó en abrir. Cada día me parecía más preciosa.
"¡Elena!", dijo con ilusión. "Uy, vienes bien acompañada", sonrió al verme.
"Ojalá, pero he decidido que os voy a dejar este día para vosotras", le dije.
"Bueno, si te arrepientes, no creo que salgamos de aquí", me dijo Elena.
Las dejé dándose un beso con lengua en la puerta y yo fui a ver a Matt. Esperaba encontrármelo en su habitación. Y, afortunadamente para mi, así fue. Llevaba puesto su albornoz y olía a recién duchado.
"Hola, guapo", me dijo.
"Oye, quería saber si estabas bien después de lo de esta mañana. Os fuisteis un poco rápido, no quería ser grosero con vosotros"
"No te preocupes. Es cierto que Irina y yo nos pasamos un poco poniéndote en marcha tan temprano", dijo, y me dejó entrar.
"Bueno. Ahora estoy más despejado", respondí. Y según entraba, me fui quitando la ropa, para sorpresa suya. Matt se acercó a mi y nos dimos un beso. Él se abrió el albornoz permitiendo que nuestros cuerpos se tocasen. Sentí su picha contra la mía, y se iban poniendo duras fácilmente.
"¿Vas a hacerme lo mismo que anoche?", me preguntó con ganas
"De hecho, Matt... me preguntaba... ¿te gustaría follarme?", le propuse.
"¡Oh! Hm... Debo decir que no es lo que me esperaba, pero vale", dijo, no muy convencido. "Sé que disfrutas de una buena polla tanto como yo, ¡así que puedo hacerlo por ti! ¿Quieres subirte a la cama, entonces?"
Asentí y me subí a su cama. Me puse en cuatro, exponiendo mi culo a Matt. Esperé ahí, con los pies al borde de la cama, mirando abajo a las sábanas. No podía ver qué estaba haciendo Matt, y mi culo empezó a contraerse en anticipación a lo que se venía. Pude escuchar un sonido de chorreo detrás de mi, y de pronto el dedo de Matt empezó a sondear mi culo ansioso. Estaba esparciendo algo frío alrededor, mientras utilizaba sus dedos para relajarme.
"¡Está frío!, protesté.
"Shh, está bien, JP. Sabes que es para que sea más fácil", susurró. Había algo en su voz que no me convencía.
Pareció terminar, y después de un momento sentí la punta de su polla presionando contra mi culo.
"¿Estás preparado?"
"No...", dije, tragando saliva.
"¿Qué es lo que pasa?"
"Estoy un poco nervioso, creo. Pensaba que estaba listo, pero esto que estamos haciendo..."
"¿Quieres que pare?"
"No. Es solo... ¿a ti te parece bien esto?", pregunté.
"¿Qué? ¿Lo dices porque yo suelo estar en tu lugar? ¡Sí, estoy bien!", aseguró.
"¿Te he presionado para hacerlo?"
"No. En absoluto, JP. Lo siento si te he dado esa impresión. Lo cierto es que, verte así de expuesto, tu culo jugoso levantado en el aire... No hay nada que me apetezca más que follarte ahora mismo. Y es lo que pretendo hacer, si me dejas"
Su voz de pronto sonaba más segura. Yo me tomé una pequeña pausa, envalentonándome.
"Muy bien, Matt. Hazlo. ¡Fóllame!"
"¡Vale!"
Matt empujó sus caderas adelante, y pude sentir la punta de su polla atravesando el borde de mi culo. Gracias a la lubricación, entró fácilmente, aún así me tuve que morder el labio mientras mi culo era llenado despacio por la polla de Matt.
"¿Cómo estás?", me preguntó.
"¡Bien, sigue!", le pedí.
Continuó invadiéndome, hasta que sentí el suave impacto de su pelvis presionando contra mis glúteos.
"Sí... te la he metido entera..."
Mi culo se estaba estirando, pero yo me sentía lleno. Y bien. Dolía, pero no mucho.
"Joder, Matt, me has llenado bien..."
"Está bien, ¿a que sí? Tú me estás apretando mucho. ¿Estás listo para que me mueva?"
"¡Por favor!"
No necesité decirle nada más. Agarró mis caderas con ambas manos, se echó hacia atrás y me la metió una vez más.
"¡Ugh!", protesté.
Sus caderas chocaron contra mi culo muy fuerte, empujándome hacia adelante levemente. Mi cabeza cayó entre mis hombros, cerré los ojos y simplemente sentí el impacto. Él no paró, por supuesto, sacándomela y metiéndomela una vez más.
Empezó a tomar un ritmo, metiéndomela una y otra vez. Cada vez que lo hacía, empujaba mi cuerpo con el impacto. El dolor inicial fue desapareciendo poco a poco y empecé a disfrutar de la sensación de su cuerpo follándome. Matt jadeaba por el esfuerzo, empujando sus caderas enérgicamente mientras su polla entraba y salía de mi culo.
"¡Se siente muy bien, JP! ¡Tu culo es genial!"
"¡Y tu polla está muy bien también, Matt!"
"¡Mnf, me gusta que la disfrutes!"
Con eso empezó a metérmela con más fuerza, su polla parecía llenarme más cada vez.
"¡Ahh!"
"¡Qué gemido más bonito tienes, JP! ¡Hazlo para mi otra vez"
Volvió a metérmela con la misma energía, y aunque hubiera querido no podía contener mis gemidos.
"¡Ahh! ¡Ahh! ¡Joder!"
"¡Eso es, gózalo!"
Mantuvo el ritmo, al sentir que yo era capaz de aguantarlo. Los golpes carnosos provocaban eco en la habitación, el otro sonido era solo mis gemidos de puta. Yo me intentaba masturbar pero me costaba mientras mi cuerpo se zarandeaba por las embestidas de mi amigo.
"¡Ohh, joder, sí! ¡Fóllame, Matt! ¡Fóllame!", le pedía. Había perdido completamente el control y aquello le daba mil vueltas al sexo con Leo.
"¡Buen chico, JP! ¡Mnf, este culo es muy bueno!"
"Tu polla es mejor...", gemí, "Sigue así..."
"Estoy a punto de correrme... ¿puedo correrme dentro?", me pidió.
"¡Claro que sí! ¡Córrete en mi culo, Matt!"
"¡Eso haré!"
Y en ese momento, como si mi voz le hubiera empujado hasta el límite, sentí en mi culo su semen caliente y grueso. Gemí, mientras sentía sus fluídos salir de su polla. Aquello era demasiado para mi. Sin dejar de masturbarme, me corrí sobre las sábanas.
"¿Tú... tu también, eh?", preguntó Matt.
"S-Sí... ha sido intenso", le dije.
"¿Lo has disfrutado?"
"No sabes cuanto", sonreí.
"Eso es bueno. Intentaba que te gustara tanto como a mi"
En ese momento me la sacó y pude sentir mi culo haciendo un sonido húmedo, mientras su lefa resbalaba por mi perineo y mis testículos.
"Precioso", comentó Matt mientras me lo limpiaba.
"¿Estás muy cansado?", pregunté. Él me miró. "Lo digo porque podríamos echar otro"
"¿De verdad?", preguntó con los ojos como platos.
"Joder, Matt, llevas días ocultándome esa técnica que tienes. Ahora me lo debes", le dije, y me acerqué a él para besarle. "Vuelve a follarte mi culo"
"Solo con una condición. Yo quiero que te sigas follando el mío", dijo, mientras me manoseba el culo. Podía sentir sus dedos en mi agujerito, con delicadeza.
"Claro que sí. Así que venga. Vuelve a demostrarme lo bien que follas, quizá aprenda algo", le insté.
Me apretó la nalga y yo volví a ponerme en perrito para él. Me resultaba más fácil así. Bueno. Y llegaba más adentro en mi culo. Sentí un chorrito del lubricante caer en mi ano mientras me acariciaba los glúteos y Matt me la metió de un movimiento. Lo tenía abierto, suficiente para que pudiera follarme sin esfuerzo.
"Luna también te ha follado, ¿verdad?", preguntó.
"Sí... fue la primera. ¡Aaah!", mi culo estaba más sensible por el primer round.
"Y Leo también, ¿a que sí?", me sobaba todo el cuerpo mientras me la metía. Mi pene volvió a erguirse, a causa del placer que estaba recibiendo. La polla de Matt me acariciaba el punto G fácilmente. "¿Te gustó cuando te dio por el culo?".
Escucharle hablarme de esa forma aumentó mis pulsaciones. Qué bien me sentía.
"Sí... pero no tanto como contigo", gemí. "Tú eres el mejor..."
"Tu culo sí que es el mejor", dijo Matt mientras me lo acariciaba. "Y mira que esto me vuelve loco...", sentí sus manos bajar a mi picha y acariciarme los huevos. "Pero tu culo es increíble... Tan grueso y firme...", sentí que sus manos volvían a mis nalgas y me las apretó. "¿Tte parece bien si te azoto?"
"¡Si, por favor! ¡Hazme tu puta!"
Sin más que decir, Matt me pegó en el culo fírmemente. Picaba, en el buen sentido.
"¡Sí! ¡Otra vez!"
Me volvió a azotar, sin bajar el ritmo de cómo me follaba lo más mínimo.
"Sí... ¿te gusta, puta?"
"Mm, sí. ¡Soy tu puta, Matt!" gemí.
"¡Eso es, JP! Oh, es tan bueno..."
Siguió follandome, apretándome mucho por las caderas. Mi polla dura chocaba violentamente contra mi estómago. Sin poder aguantar más, empecé a hacerme una paja mientras Matt se metía en mi culo.
"¡Estoy muy cerca, JP!"
"¡Yo también!"
"¿Me corro en tu culo?"
"¡No! ¡En mi cara!", le pedí.
Me la sacó y en ese momento bajé al suelo, con Matt de pie sobre mi. Su polla seguía húmeda por el lubricante, y estaba dura y palpitaba mientras se hacía una paja delante de mi cara.
"Prepárate, JP..."
Abrí la boca, sacando la lengua para invitarle. Con un gruñido, Matt cerró sus ojos y disparó su carga de semen sobre mi lengua. El segundo chorro me cayó en la cara. Con su semen caliente en mi cara y mi lengua, no podía aguantarme más. Pajeando mi polla, eyaculé mi propio semen en el cuelo, entre los pies separados de Matt.
"Increíble. Esto ha estado muy bien, JP", dijo con una sonrisa
Yo tuve que tragarme el semen de mi lengua antes de responder.
"Tú has estado muy bien también"
"Y te ves tan sexo con mi semen por toda la cara... No pensaba que esta vista me gustaría tanto, pero me encanta. Deberías dejarme correrme en tu cara más veces..."
"Eso se puede arreglar", sonreí.
"Oye, JP... ¿estás bien, en serio?", preguntó. De su tono de voz había desaparecido la chulería dominante que tenía mientras me follaba. "Me ha sorprendido lo de correrme en tu cara..."
"Quería saber lo que se sentía", respondí. "Además, te la debía. Yo me corrí en tu cara la primera vez"
"Y me encantó", aseguró. "Deja que te limpie, anda"
Y noté su lengua por mi cara, lamiendo su propio semen para limpiarme. Yo le planté un beso en la boca, compartiendo aquel sabor.
"¿Qué me has hecho, Matt? Antes de conocerte jamás me hubiera imaginado follado por un tío"
"¿Es algo malo?", preguntó.
"Es estupendo", dije con una sonrisa. "Y, lo de esta mañana... ¿te parece bien?"
"¿El qué?"
"Lo de que no me llames... amigo. Ya sabes"
"Oh... JP, tú me gustas muchísimo. De verdad. Y si de verdad quieres que seamos más que amigos, me encantaría. Pero, ¿no estabas así también con Irina?"
"Estamos arreglando nuestra relación, pero... creo que vamos a conseguir poder vernos todos. Es decir, si estás dispuesto a ello"
"¿Por ti? Al contrario. Déjame formar parte de tu mundo"
Asentí y caímos en la cama, desnudos, frotándonos y besándonos todo lo posible. Aquel tío me había llegado al corazón, y no pensaba renuniar a él por Irina. Pero tampoco a Irina por él.
Día 8, hora de la comida
Después de hacernos una paja mutua, Matt y yo bajamos a comer. Encontramos en una mesa a Irina y Andrea, de modo que nos sentamos con ellas. Disfrutamos de una buena comida mientras charlábamos de nada en concreto, pero fue al terminar cuando llegó el momento de hablar de cosas serias.
"¿Qué va a pasar con nosotros cuando terminen las vacaciones?", pregunté.
"¿Qué tiene que pasar?", dijo Irina. "Somos felices, ¿no? ¿Por qué eso iba a cambiar?"
"Me refiero. No hemos hablado de límites, o de qué podemos hacer o qué no", le recordé. "Ni qué es lo que nos parece bien"
"Me gustas. Y a Matt. Y te gustamos"
"Ejem", carraspeó Andrea. "No puedo aceptar una relación entre vosotros tres. Quiero formar parte"
"Guau", dijo Matt. "A ver, yo no me quejaré, pero ¿estás segura?"
"A mi me gusta Irina. Y JP", comentó. "Aún no he probado contigo, pero... si eres bueno para ellos, estoy segura de que para mi también", añadió con una sonrisa.
"Mi niña se está abriendo al mundo", sonrió Irina.
"Calla, boba", dijo avergonzada. "La verdad, yo pensaba pasar la tarde con JP, pero... por la noche podemos ir a bailar", le dijo a Matt.
"Me parece bien", sonrió este.
Yo era feliz. Mis personas favoritas juntándose. En vista de las buenas vibras, pensamos que era el momento de aprovechar la tarde, de modo que nos levantamos.
"¿Vosotros os vais juntos?", pregunté a Irina y Matt.
"No. Hemos pensado en hacer entre nosotros como contigo. No pasarnos todo el día juntos", explicó Matt.
"Eso aumenta el deseo para las próximas ocasiones", añadió Irina.
"Hasta luego pues", dije.
Andrea me tomó de la mano y me acompañó a la habitación que compartía con Irina. Aprovechó el rato en el ascensor para besarme y ponerme a tono. Aún así, la notaba un poco apagada.
"¿Te pasa algo?", pregunté cuando entramos al dormitorio.
"Pues... Es solo que el sexo de penetración sin más no me va mucho. Me gustaría probar a hacer alguna cosa diferente. Paja con las tetas, mamada... pide por esa boquita, y yo lo haré", me dijo.
"Pues hace poco probé lo de las pajas con los pies y me gustó. ¿Podrías hacerme tú una?", le pedí.
Ella sonrió.
"Me gusta cómo suena eso. Desnúdate y a la cama"
Hice lo que ella me dijo, quitándome la ropa y tumbándome. Andrea también se desnudó por completo. Ella se sentó entre mis piernas extendidas. Sonriendo, presionó con su pie en mi polla, frotándola. Su planta era suave, y aplicaba la presión justa para endurecer mi pene rápidamente.
"Guau, alguien está excitado...", rió.
"Tu pie se siente muy bien..."
"¿Te gusta? ¿Te gusta sentir mi pie en tu polla?"
"S-Sí", murmuré mientras presionaba un poco más.
"Está muy bonita y dura para mi"
Usó su otro pie para levantarme la polla, haciendo un sándwich con ella entre sus plantas.
"Me encanta cómo se siente tu polla entre mis pies, JP".
Sus suaves plantas estrujaban mi polla mientras movía sus pies arriba y abajo. Sus deditos jugaban alrededor de mi erección, manteniéndola firme mientras me pajeaba con ambos pies. Su esmalte de uñas negro brillaba con la luz ténue.
"Sí, a tu polla le encantan mis piececitos...", Andrea miraba mi polla mientras me pajeaba, y parecía que hablaba consigo misma, "Y mis pies aman tu polla, también..."
Andrea levantó las piernas mientras sus pies me sujetaban la polla diferente. Gruñí cuando jugaba con mi polla, sus pies la acariciaban arriba y abajo. Su planta se frotaba subiendo y bajando por la cabeza de mi polla y la fricción se sentía increíble. Estaba absorta en sus movimientos, mirando sus pies deslizándose alrededor de mi picha.
"Andrea..."
"¿Hm? ¿Te sientes bien, JP?"
"Creo que voy a correrme pronto..."
"Oh, espero que lo hagas... quiero sentir ese semen caliente en mis pies..."
Ella sostuvo mi polla apretando más, moviendo sus pies arriba y abajo con mucha precisión en la paja.
"Córrete para mi, JP... Córrete en mis pies..."
Empezó a jadear mientras sus pies me hacían la paja más rápido. Sus pies me lo hacían estupendamente, acercándome más y más al límite.
"Ah... ¡Ah!"
Llegué al climax, disparando mi lefa hacia arriba. Cayó sobre los pies de Andrea, que sonrió.
"Ah, eso es... Buena corrida, JP"
Levantó los pies, dejándome ver el semen que les había caído encima.
"Tengo los pies pegajosos por tu culpa, pervertido", dijo, completamente colorada.
"¿Eh? ¿Por mi culpa?"
"Sí, te has corrido en mis pies muy fácilmente"
"Tú lo estabas disfrutando tanto como yo", le recordé.
"Sí, ha sido genial. Si me acercas la toalla para limpiarme, volveré a hacerlo para ti alguna vez", seguía colorada.
Sobre la mesa lo tenía todo para limpiarla. Fui a dárselo, pero aparté la mano.
"¿Qué pasa?", preguntó.
"Si te limpio yo... ¿podemos echar un polvo?", le pregunté.
"... Incluso si no me limpias", suspiró. Me había fijado en su coñito, lo tenía húmedo. Estaba seguro de que lo deseaba. Pero aún así la limpié por completo y luego eché la toalla a lavar.
"Entonces, ¿follamos?"
"Uh-huh, claro. Vamos allá"
"¿De verdad?", pregunté con cautela.
"Claro, vamos a hacerlo. Me gustaría una buena polla hoy. ¿Cómo quieres que me ponga?"
"Quiero follarte desde atrás"
"Eso me encanta"
Andrea se puso se espaldas hacia mi, con el trasero ofrecido. Era tentador, pero de momento iba a respetar su culo. Se apoyó contra la pared, apoyando las manos.
"Lo bueno del colchón es que evitará que me destroce las rodillas", comentó. Yo me situé detrás de ella, con mi polla endurecida apuntando a su culo levantado. "Y solo quiero que destroces mi coño, JP"
Froté la cabeza de mi polla contra sus labios vaginales.
"Voy a hacerlo por ti, no hay problema", dije con una sonrisa.
Empujé hacia adelante, mi polla se deslizó fácilmente en su húmedo coño.
"Guau... joder...", jadeó, "¡Tu polla es muy grande, JP! ¡Fóllame, fóllame rico!"
Empecé a entrar y salir de ella, su coño apretaba mi polla mientras empujaba.
"¡Ah, sí, es muy bueno!"
Se acomodó un poco más mientras yo se la seguía metiendo. Me sujeté a su jugoso culo mientras mi pelvis chocaba contra ella. Mi polla se deslizaba dentro y fuera, frotando su coño perfectamente.
"Ah... hah... estás tan apretada..."
"Sí, lo estoy. ¡Fóllate mi coño apretado, JP! ¡Fóllatelo! ¡No tengas miedo de ser un poco brusco conmigo!"
¡Plas! En ese momento le azoté la nalga izquierda. Tembló con el impacto, y Andrea dejó escapar un gemido suave.
"¡Mm, azota mi culo!", pidió. ¡Plas! Cumplí su deseo. "¡Sí, papi! ¡Joder! ¡Hazme tu puta!" ¡Plas! "¡Ah! ¿Soy una chica sucia?"
"Lo eres", respondí. Le dí un último azote.
"Mm... duele muy bien, papi..."
Seguí follándomela, aumentando un poco el ritmo.
"¡Ah, sí! ¡Justo así! ¡Fóllame así, no pares!"
No tenía intención de hacerlo, además sentía que mi orgasmo estaba más cerca. Me agarré a sus caderas con fuerza mientras castigaba su coño, mi clímax estaba cerca.
"Andrea, me voy a..."
"¡Córrete dentro de mi! ¡Quiero que me llenes con tu semen!"
Sin tiempo para discutir, me corrí dentro de su ella. Ella gimió mientras llenaba su coñito con mis jugos calientes.
"Ah, sí... joder... ¡Ahh!", gimió, y su coño apretó un poco más mi polla mientras ella también se corría. Andrea jaceó mientras era vencida por su orgasmo. "J-Joder, mm... eso ha estado muy bien, JP. Tenemos que hacerlo de nuevo alguna vez"
"Por supuesto que sí. Siempre que quieras"
"Gracias", me dijo. "¿Te puedo hacer una pregunta?"
"Claro"
"Pensaba en Matt", dijo, apoyando la cabeza en mis piernas. "No mientras me follabas, claro. Es solo que... ¿crees que podríamos entendernos?"
"Claro que sí. Es un buen tipo. Y folla bien"
"¿Te ha follado a ti?", preguntó, con curiosidad sana, y yo asentí. "Ahora tengo un poco más de curiosidad por él. Me haría feliz si los cuatro pudiéramos estar juntos siempre"
"Sería un sueño", le dije.
"¿Y qué pasa con Luna?"
Yo estaba acariciando los cabellos de Andrea, pero me detuve en ese momento. Luna. Mi pequeña Luna.
"No se si ella estaría dispuesta..." reconocí.
"Pues yo de tí lo intentaría. Irina tiene buenas referencias de ella. Y yo quería que ella fuera feliz, pero ahora también quiero que lo seas tú"
Se incorporó y nos dimos un beso lento.
"Empieza a oscurecer", susurró Andrea. "¿Nos vamos?"
"Claro. Tienes un chico con quien disfrutar", le dije con una risita.
Día 8, anochecer
Andrea y yo llegamos al club de baile, y no tardamos en localizar a Matt.
"¿No vienes conmigo?", preguntó.
"Os dejo a solas. Además, he visto a un amigo", le dije.
Me dio otro beso antes de dejarme atrás, y yo pasé por la marea de gente hasta llegar donde estaba Leo.
"¿Bailas?", pregunté.
"¡JP! ¡Qué sorpresa!", exclamó. "Oye, quería verte. Julio y yo estuvimos hablando de la posibilidad de follar entre los tres"
"¿De verdad?"
"Claro. Ven conmigo"
Le seguí hasta donde estaba Julio. Creo que era la primera vez que les veía juntos en algún sitio.
"Hombre. El gran amigo de mi novio", dijo Julio, a modo de saludo, y me estrechó la mano.
"Qué tal", le dije.
"Aquí estamos, Me dijo que viniéramos a ver si te veíamos"
"¿Solo verme?", bromeé. "Creo que quería algo más..."
"Bueno, la tienes grande. Lo demás no importa", comentó Julio.
"Claro que la tiene grande. ¡Enséñasela, JP!", me dijo Leo.
"Em... sé que aquí lo del pudor no se lleva mucho, pero ¿podemos ir a un sitio más privado?", pregunté.
"¿Volver al hotel, ahora? Qué pereza" dijo Julio.
"No será necesario".
Me saqué del bolsillo una de las llaves que Elena me había entregado esa mañana. Me miraron sorprendidos. Yo fui atravesando la marea de gente, y ellos me siguieron a la habitación privada de Francesca. Apenas cerré la puerta, los dos se desnudaron.
"Desde luego no perdéis el tiempo"
"Oh, es que... Leo me había dicho que ibas a follarnos a los dos. Por eso he aceptado"
"Leo me había dicho que sería un trío..."
"Lo siento", intervino Leo, "quizá he ocultado mis intenciones un poco. ¡Pensé que no te importaría!"
"No me importa. Es solo que no esperaba que fuérais tan directos"
"Leo lo hace todo el tiempo, y si le gustas, me gustas", sentenció Julio.
"Supongo que debo desnudarme entonces"
"Sí. Podemos aprovechar el sofá", dijo Julio.
Me quité la ropa y me tumbé en el sofá rosa de espaldas.
"¿Lo ves? ¿A que su polla es bonita?", dijo Leo.
"Sí. Se ve maravillosa. Vamos a hacerle una prueba rápida"
Ambos se acercaron al sofá conmigo. Julio se subió mientras que Leo se quedó cerca de corillas, y ambos empezaron a chupar toda mi polla.
"¡Oh, guau!", exclamé.
"Jeje... ¡le gusta, Julio!"
"Siempre les gusta, Leo", le dijo él. ¿Cuántas pollas se habrán comido juntos?, me pregunté.
Los dos amantes charlaban mientras me iban chupando mi falo.
"Normalmente no me fijo tanto en las pollas, pero la de JP es muy bonita, ¿verdad?", decía Leo.
"La mía es más grande, pero tiene una buena forma", respondió Julio, y me dio una larga lamida desde la base de mi polla hasta la punta. "Y tiene buen sabor también"
"Lo se... me encanta chupar la polla de JP"
La conversación me excitaba mucho y además sus lenguas se sentían genial en mi polla. El ritmo de la música del club sonaba distante mientras mi mundo se centraba solo en esas dos lenguas rosas por toda mi picha. Cada vez que sus lenguas entraban en contacto, ambos se daban un astuto beso alrededor de mi polla.
"Podría hacer esto todo el día, pero estoy seguro de que prefieres nuestros culos, ¿verdad, JP?"
"Sí, me encantarían vuestros culos"
"¿A quién te quieres follar primero?"
"¿A Leo, o a mi?"
"Lo siento, Leo, pero... a ti ya te he probado. Quiero follarme a Julio"
"Jejeje, sabía que lo harías. Julio es demasiado atractivo para negarse a él"
Julio trepó encima de mi con una sonrisa confiada.
"¡Prepárate porque voy a cabalgarte muy fuerte!"
Y se dejó caer.
"¡Ahh, sí! ¡Ese es el punto!"
Su lengua se le salió apenas su culo tragaba por completo mi picha erecta.
"Oh, joder...", gemí.
"Es bueno, ¿a que si?", preguntó Leo.
"Es muy bueno", susurró Julio.
Leo empezó a chupar uno de los pezones de Julio, moviendo la cabeza mientras Julio empezaba a rebotar por mi polla.
"¡Joder, es demasiado bueno!"
Rebotaba arriba y abajo frenéticamente, haciendo difícil a Leo chuparle los pezones, peroeste mantenía su ritmo mientras su novio cabalgaba mi polla con entusiasmo.
"Me encanta lo excitante que te ves con una polla en el culo, Julio..."
"No lo puedo evitar, se siente muy bien"
La polla dura de Julio rebotaba arriba y abajo con sus movimientos, el cuerpo del chico aumentaba el ritmo.
"Eres una puta, Julio", dijo Leo.
"¡L-Lo soy! ¡Soy una gran puta! ¡Mírame siento una puta, Leo!" gimió Julio. "¡Ah, joder! ¡Soy tu pequeña puta!"
"¡Lo eres! ¡Eres buen juguete sexual!"
Sus palabras no hacían más que calentarme. Cómo se hablaban así. Sentía mi orgasmo acercarse. Y, como si lo sintiera, Julio detuvo sus rebotes.
"¿Por qué no lo intentas tú ahora, Leo?"
"¡Me encantará!"
Sin siquiera mirarme, ambos amantes intercambiaron posiciones y Leo se sentó en mi polla, de espaldas a mi. Su culo tragó sin problema mi polla.
"¡Ahí, justo ahí!", gimió.
"¿Tanto te gusta su polla, Leo?"
"Sí, me encanta..."
Julio apretó el culo de tu novio cuando él empezó a cabalgarme.
"¡Mm, sí! ¡Siento mi culo lleno!"
"Jeje, nada mal, Leo", sonrió Julio. "¡Se te da mejor lo de tomar una polla!"
"Bueno, yo... ¡Ahh! ¡No puedo permitir que me superes!"
"Oh, te falta mucho para eso, Leo, pero has mejorado mucho"
Julio le dio un azote juguetón a Leo.
"¡Vamos, trabaja ese culo! ¡Haz que tu culo rebote!"
"¡Lo intento!"
Leo empezó a mover su culo arriba y abajo a mayor velocidad, su rabadilla tocaba mi pelvis cada vez que se metía mi polla entera.
"Espera... deja que lo intente a tu manera, Julio..."
Se incorporó, dejando la cabeza de mi polla dentro de él, y se dio la vuelta.
"¡Oh, Leo!", gemí.
Leo se sentí en mi polla, cabalgándome como lo había hecho Julio.
"¡Ah, sí, se siente diferente desde este ángulo!"
Julio atrajo los hombros de Leo hacia atrás y levantó sus caderas y las volvió a bajar. Mi polla se deslizaba suavemente dentro de su culo, ahora más abierto.
"Eso es, métete esa polla, Leo..."
Leo miró hacia atrás, por encima de su hombro, y compartió un pasional beso con Julio mientras me seguía cabalgando. Aunque no seguía el ritmo de su novio, sus movimientos se sentía genial. Yo simplemente me relajé mientras él se empalaba con mi polla una y otra vez.
"¡Ah, ah... sí!", gemía Leo. "¡Lléname, justo ahí!"
La gran polla de Leo chocaba contra su estómago con cada rebote. Su culo me apretaba y me sentía a punto de llegar al límite. En ese momento Julio me miró, dándose cuenta de que me iba a correr.
"Oye, Leo, dale a JP un pequeño respiro. Aún no quiero que se corra"
"¡Oh, vale!"
"Espera, ¿qué?", estaba confuso.
Leo se sacó mi polla, dejándome a las puertas de correrme.
"Lo siento, JP, pero no podemos dejar que te corras tan pronto"
"Julio tiene razón"
Yo me senté, con mi erección palpitando y doliendo entre mis piernas.
"¿Y entonces qué?", pregunté.
"Jeje. Ponte de pie", dijo Julio.
Lo hice, y sonreí cuando les vi ponerse sobre sus manos y rodillas en el sofá. Me acerqué a ellos. Julio tomó mi polla en su boca, chupándola gentilmente. Mientras tanto, Leo me la chupaba por el lado. Sus orales se sentían genial, pero no lo suficiente como para sobreestimularme.
"Joder... sabéis lo que hacéis...", suspiré.
"Hemos hecho esto con muchos chicos", dijo Leo.
"Sabemos cómo hacer que un tío dure más"
Continuaron chupando mi polla con mimo, manteniéndola dura pero impidiendo que me corriera.
"Casi es la hora del segundo asalto. ¿A quién te vas a follar ahora primero?", me preguntó Leo.
"Ummm... esta vez te toca a ti", le respondí.
"¡Bien!"
Julio se sacó mi polla de la boca y se tumbó en el sofá. Leo trepó encima de él, moviendo su culo en el aire hacia mi. Sin tener que decir mas, metí mi polla en su culo redondito.
"Ahh, así se siente aún más dentro..."
Julio empezó a darle pequeños besos por el cuello mientras yo la metía y la sacaba del culo de Leo. Su culo estaba muy acostumbrado a mi polla en ese momento y me fue fácil aumentar el ritmo.
"¡Ah, joder! ¡Sí!"
Leo se retorcía de placer debajo de mi, y y Julio le comió la boca. Los dos me hacían empujar mis caderas dentro de Leo con fuerza una y otra vez. Su cuerpo se balanceaba con cada impacto de mi follada, pero no parecía importarles.
"Mmm... ¿estás listo para follarme a mi así, tío grande?", me preguntó Julio.
Su voz de puta interrumpió mi concentración, y antes de poder contestar Leo se sacó mi polla. Julio se puso en cuatro y Leo me miró, expectante.
"Muy bien, ¡ahí voy!"
La metí con facilidad en su culo.
"Mmm, eso es, JP. ¡Fóllatelo duro!"
No me lo tenía que decir dos veces, y empecé al mismo ritmo que había tenido antes.
"¡Me encanta!", gimió Julio.
Leo mantenía el culo de Julio abierto mientras me miraba a los ojos al tiempo que yo me follaba a su novio.
"Jejeje, sabía que a Julio le gustaría tu polla tanto como a mi. ¿A que es una puta, JP?"
"Sí, es una puta muy caliente"
"Sííiiiiiii... joder, me estás follando de maravilla ahora mismo..."
Julio gemía como una puta mientras mi polla entraba húmeda dentro y fuera de su culo. Podía sentir que me iba a correr, una vez más. Cada parte de mi cuerpo se temía que me dejaran otra vez a medias.
"Leo, Julio... me voy a correr..."
"¡Espera, aún no!", urgió Julio.
"¡Lo queremos en nuestras caras!"
Con algo de esfuerzo, se la saqué de ese dulce culo. Los chicos se acercaron en el sofá, juntando sus mejillas. Abrieron mucho la boca y sacaron las lenguas, esperando mi lefa.
"¡Dánoslo, JP!", pidió Leo.
"¡Sí, córrete en nuestras caras!"
Me empecé a pajear sobre sus caras mientras sus ojos me miraban suplicantes. Ya era imposible parar. Con un gruñido, eché mi primer chorro de lefa en la cara de Julio. Y el siguiente, en la de Leo. Jadeando, me pajeé hasta terminar de echar mi semen.
"Guau", dijo Julio. "Esto es muchísimo"
"JP siempre se corre una barbaridad"
Julio miró el rostro vidrioso de su novio.
"Te veo muy guapo cubierto del semen de JP..."
"Tú aún te ves mejor..."
Se besaron, compartiendo unas gotas de mi semen que quedaban en sus lenguas.
"Esto ha sido genial, pero... yo estoy cansado", dijo Leo. "¿Pasará algo si dormimos aquí?"
"Nos han dejado unas mantas. Creo que están para eso", reí.
Les acerqué las mantas a Julio y Leo y nos fuimos tumbado cuan largo era el sofá donde me los había follado. Con aquella tela y la temperatura que hacía, no tardé en quedarme dormido.
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Capítulo 1, Capítulo 2, Capítulo 3, Capítulo 4, Capítulo 5, Capítulo 6, Capítulo 7
8. Capítulo 8
Día 8, al despertar
Me despertaron unos besos. Abrí los ojos despacio. Irina y Matt me daban besos por la comisura. Sonreí. También les di darse un beso entre ellos, aunque se centraron en mi cuando me vieron despierto.
"Buenos días, guapo", saludó Matt y me plantó un beso en condiciones mientras los dos me acariciaban el pecho.
"¿Qué tal has dormido?", preguntó Irina, reclamando su beso. Yo les rodeé con los brazos, ampliando el contacto agradable.
"De maravilla", respondí con una sonrisa. "¿Y vosotros?"
"Genial", dijo Irina. Se estiró, recalcando el tamaño de sus tetas. Y me vio mirárselas. "¿Tanto te gustan?", preguntó.
"Mucho"
"¿Y no te gusta más mi culo?", preguntó, y se deslizó por la cama, poniéndose en cuatro para mi. Podía ver su coñito abierto para mi.
"Los dos podemos jugar a eso, tramposa", dijo Matt, sin alterarse. Trepó por la cama, y quedó a lo perrito al lado de Irina. "El mío le gusta más"
"Sois lo peor", dije mientras me acercaba de rodillas a ellos y les acariciaba las nalgas, manteniendo un dedo acariciándoles el ano a los dos. "Debería follaros duro, por traviesos"
"No me quejaría", dijo Matt.
"Yo tampoco", respondió Irina. "¡Au! Pica", protestó cuando les di un azote que no se esperaban.
"No dejáis ni que me despeje", les dije. "Así que ahora, castigados sin follar"
"No vale", protestó Matt con voz de niño pequeño.
"Dejemos al hombretón levantarse", le dijo Irina. "Vamos, Matt. Busquemos a alguien que sí le apetezca follarnos"
Se levantaron y se pusieron la ropa. Me quedé sorprendido. Pero antes de irse Irina se agachó a mi lado.
"Estamos de broma, amor. Pero siempre dispuestos a follar contigo cuando te apetezca", me susurró y me dio un beso antes de irse.
"Lo mismo digo... amigo", dijo Matt, mientras también se acercaba a mi.
"¿Solo amigo?", inquirí.
"¿De verdad?", preguntó, con los ojos brillantes. "Pues luego nos vemos... cariño", dijo mientras le subían los colores.
Sonreí. Me plantó un beso y se fue de allí también.
Aprovechando que estaba solo, fui a la ducha a darme un agua. Apenas me estaba aclarando cuando llamaron a la puerta. Pensé que podría ser el servicio de limpieza, de modo que me tapé con el albornoz. Aunque probablemente estarían más que acostumbrados a ver a los clientes desnudos, prefería no exhibirme e incomodarla si no era necesario.
Pero me llevé una sorpresa cuando vi a Elena. Iba vestida... bueno, no iba vestida. Su cuerpo solo lo cubría un bikini de color negro.
"¿Servicio de habitaciones?", bromeé.
"Casi", rio. "¿Tienes un momento?"
"Claro. ¿Ha ocurrido algo?", pregunté mientras la dejaba pasar. "No será que el chico del otro día ha puesto una queja"
"Qué va. Es más, vino a verme, y me pidió perdón. Me quería dar las gracias, pero al parecer solo le gustan los hombres. Si alguna vez me animo a probar con una tía, te lo diré a ti primero", rió Elena. "No. Es que quería darte esto..."
Se metió la mano en el bikini, y sacó una arandela con tres llavecitas.
"Esta es la del ascensor que te sube a mi planta, y... esta otra es la de mi dormitorio", me susurró. Tomó mi mano, la abrió y dejó las llaves en mi palma. "Si alguna noche no puedes dormir y necesitas compañía... entra sin llamar"
"No voy a aprovecharme de ti", le dije.
"Despiértame entonces", dijo con una sonrisa. "Yo estaré encantada de verte por allí"
"¿Y la otra llave?"
"Es un regalo de mi madre. Dice que te ha visto muchas veces irte del club con tus amigos. A follar, seguramente. Así que te deja esta llave de la habitación donde follaste con ella la primera vez. Así lo tienes más a mano"
"Joder..."
"Yo creo que merece que le eches otro buen polvazo", me dijo. "Sé que a su modo disfruta de este sitio, pero no tiene tantos amantes como le gustaría. Y si aparece alguien como tú, pues eso siempre está bien"
"Os lo agradezco, de verdad", dije, halagado, y eché las llaves a mi pantalón.
"¿Sabes si Luna estaba en su dormitorio? Le prometí que mi próximo día libre lo pasaríamos las dos juntas", me dijo.
"Pues la última vez que la vi fue ayer después de comer, se echó un grupito de amigos", recordé.
"Quizá no ha vuelto aún...", reflexionó. Y me echó una mirada. Esa clase de mirada. "Supongo que no le importará si me lo paso bien contigo primero. Si es que te apetezco"
"¿Puedes pensar que no mientras te estás desnudando para mi?", reí. Se desató los lazos del tanga y el sujetador, dejándolos caer al suelo.
"No se. Te follas a tías como Irina... quizá yo no sea suficiente para ti", insinuó se dio la vuelta. "¿Tengo buen cuerpo?"
"Buenísimo", dije mientras me arrimaba a ella. Dejé caer el albornoz al suelo y pegué mi polla a su culo, "¿qué quieres que te haga?"
"Ya sabes que lo primero que necesito es algo intenso", me recordó. "Así que... podrías follarme la boca primero, y luego echarme un polvete tranquilo"
"Si es lo que quieres", sonreí.
Ella asintió. Se giró y se puso de rodillas delante de mi falo. Me dio una serie de besos desde los testículos hasta la punta y se la metió en la boca. Yo disfruté unos segundos del masajeo que me dio su lengua por el extremo antes de sujetar su cabeza con cuidado y empecé a empujar mis caderas contra su boca. Elena se apoyó en mis piernas y siguió trabajando su lengua mientras yo me follaba su boquita.
"¿Te gusta así, nena?", pregunté. Elena asintió, mantenía los ojos cerrados mientras mi polla invadía su boca. "Voy a ir más rápido"
Ella no se opuso, y empecé a empujar con más ganas. Cerró los labios con fuerza alrededor de mi falo, aumentando el placer que recibía. Qué placer. Me tomé un pequeño respiro y le aparté el cabello de la frente. Ella me miró con cara de buenecita, e hizo un ruido con la boca.
"Máh", y hundí de nuevo mi polla en su boca. Conseguí metérsela entera. Mantuve unos segundos la garganta profunda antes de sacársela. "Joder...", suspiró.
"¿Me he pasado?"
"Quiero otra", suplicó.
De modo que empecé a follarme su boquita, y cada pocas embestidas se la metía por completo. Ella aguantaba de maravilla y yo estaba por llegar a correrme en cualquier momento.
"Elena... no aguanto más..." dije mientras mi polla deslizaba fácilmente dentro y fuera de mi boca.
Y en ese momento ella me detuvo. Apoyó la punta de mi polla en su lengua y empezó a hacerme una paja mientras su lengua me acariciaba la punta por debajo y me corrí en segundos. Manché su cara pero gran parte de mi lefa cayó directa a su boca. Me sonrió antes de hacerme una pequeña limpieza a mi pene.
"Dios mío, me estás haciendo polladicta", bromeó. "Ahora necesito algo un poco más suave. Te quiero dentro de mi"
"Vamos, señorita", dije, y le tendí la mano.
La ayudé a levantarse y a limpiarse la cara antes de que se tumbara en mi cama. Su coño estaba chorreando y ardiendo. Froté mi polla contra su coñito y no tardé en recuperar la erección. Ella sonrió y se la metí despacio.
"Ahh, sí, echaba esto de menos", suspiró. "Por favor, no vayas muy rápido... necesito disfrutarlo"
"Como gustes", le dije. Total, yo ya me había corrido, podía aguantar el ritmo lento por ella. Levanté sus piernas y las pasé por encima de las mías, alcanzando un punto más profundo en su coñito.
"Mmm, no me extraña que las tengas loquitas", dijo Elena. Extendió sus brazos y sus piernas tanto como podía, reclinó la cabeza hacia atrás y mantuvo los ojos cerrados Yo me entretuve jugando con sus tetas. "¿Sabes? A veces es una maldición trabajar aquí", la escuché de pronto.
"¿Ah, sí? ¿Por qué?"
"Porque desde mi despacho puedo ver a todos los que se van a follar al parque. No oculta tanto como os pensáis Ahh", gimió, había aumentado suavemente mi ritmo y lo volví a relajar. "Muchos días me desespero... me encantaría estar en la playa, chupando pollas hasta cansarme... perdona, no quieres saber eso", se tapó la cara, avergonzada.
"Tonterías. Es normal sentirte así", dije, cubriéndola con el cuerpo y apartando sus manos para darle un beso. "Esto es un paraíso de follar y solo puedes aprovechar las noches y tus días libres"
"¿No te parezco una zorra?", preguntó.
"Aquí todos lo pasamos bien así, ¿verdad?", le recordé. Ella asintió.
"Sí... desde mi punto de vista como parte del staff se me olvida a veces", suspiró. "¿Puedes ir más rápido? Estoy a punto"
"Claro, nena", dije y empecé a moverme con más ganas. "¿Te gusta más así?"
"Sí, por dios... córrete dentro, ¿vale?"
Asentí y dediqué todos mis esfuerzos a metérsela repetidas veces hasta que logré correrme dentro de ella, momentos después de sentir sus chorros femeninos cubriendo mi falo cuando eyaculó. Jadeamos, sonrientes.
"Si hubiera sabido esto, quizá te hubiera pedido a ti que me reservaras el día", comentó Elena, mientras se limpiaba un poco. "Pero no me apetece acapararte. Sé que tienes un séquito deseando estar contigo"
"Yo no diría un séquito", respondí, un tanto avergonzado.
"Yo sí lo diría. Pero sé cuantos días te quedan aquí. No sería justo reservarte"
Suspiré. Al fin y al cabo, cada día que pasaba era un día menos antes de regresar a la normalidad.
"Aún así, me gustaría poder hacer algo por ti. Alguna fantasía que tengas pendiente", le dije.
"Bueno... hay una que me gustaría cumplir"
"Dime"
"Quiero que me follen entre tres, al mismo tiempo. Mi boca, mi coño, mi culo. Quiero saber qué se siente, pensarlo hace que se me acelere el corazón... Perdona. Ya te dije que soy una zorra"
"No, Elena. Creo que necesitas pasarte unos días de vacaciones aquí en vez de trabajar tanto", e dije.
"Supongo que tienes razón. Voy a ver a Luna, a ver si ha regresado"
"Salgo contigo, debo ver a alguien"
Día 8, antes del mediodía
Salimos de mi habitación, y Elena se quedó en la puerta de al lado. Yo esperé, por si debía hacerle compañía, pero Luna no tardó en abrir. Cada día me parecía más preciosa.
"¡Elena!", dijo con ilusión. "Uy, vienes bien acompañada", sonrió al verme.
"Ojalá, pero he decidido que os voy a dejar este día para vosotras", le dije.
"Bueno, si te arrepientes, no creo que salgamos de aquí", me dijo Elena.
Las dejé dándose un beso con lengua en la puerta y yo fui a ver a Matt. Esperaba encontrármelo en su habitación. Y, afortunadamente para mi, así fue. Llevaba puesto su albornoz y olía a recién duchado.
"Hola, guapo", me dijo.
"Oye, quería saber si estabas bien después de lo de esta mañana. Os fuisteis un poco rápido, no quería ser grosero con vosotros"
"No te preocupes. Es cierto que Irina y yo nos pasamos un poco poniéndote en marcha tan temprano", dijo, y me dejó entrar.
"Bueno. Ahora estoy más despejado", respondí. Y según entraba, me fui quitando la ropa, para sorpresa suya. Matt se acercó a mi y nos dimos un beso. Él se abrió el albornoz permitiendo que nuestros cuerpos se tocasen. Sentí su picha contra la mía, y se iban poniendo duras fácilmente.
"¿Vas a hacerme lo mismo que anoche?", me preguntó con ganas
"De hecho, Matt... me preguntaba... ¿te gustaría follarme?", le propuse.
"¡Oh! Hm... Debo decir que no es lo que me esperaba, pero vale", dijo, no muy convencido. "Sé que disfrutas de una buena polla tanto como yo, ¡así que puedo hacerlo por ti! ¿Quieres subirte a la cama, entonces?"
Asentí y me subí a su cama. Me puse en cuatro, exponiendo mi culo a Matt. Esperé ahí, con los pies al borde de la cama, mirando abajo a las sábanas. No podía ver qué estaba haciendo Matt, y mi culo empezó a contraerse en anticipación a lo que se venía. Pude escuchar un sonido de chorreo detrás de mi, y de pronto el dedo de Matt empezó a sondear mi culo ansioso. Estaba esparciendo algo frío alrededor, mientras utilizaba sus dedos para relajarme.
"¡Está frío!, protesté.
"Shh, está bien, JP. Sabes que es para que sea más fácil", susurró. Había algo en su voz que no me convencía.
Pareció terminar, y después de un momento sentí la punta de su polla presionando contra mi culo.
"¿Estás preparado?"
"No...", dije, tragando saliva.
"¿Qué es lo que pasa?"
"Estoy un poco nervioso, creo. Pensaba que estaba listo, pero esto que estamos haciendo..."
"¿Quieres que pare?"
"No. Es solo... ¿a ti te parece bien esto?", pregunté.
"¿Qué? ¿Lo dices porque yo suelo estar en tu lugar? ¡Sí, estoy bien!", aseguró.
"¿Te he presionado para hacerlo?"
"No. En absoluto, JP. Lo siento si te he dado esa impresión. Lo cierto es que, verte así de expuesto, tu culo jugoso levantado en el aire... No hay nada que me apetezca más que follarte ahora mismo. Y es lo que pretendo hacer, si me dejas"
Su voz de pronto sonaba más segura. Yo me tomé una pequeña pausa, envalentonándome.
"Muy bien, Matt. Hazlo. ¡Fóllame!"
"¡Vale!"
Matt empujó sus caderas adelante, y pude sentir la punta de su polla atravesando el borde de mi culo. Gracias a la lubricación, entró fácilmente, aún así me tuve que morder el labio mientras mi culo era llenado despacio por la polla de Matt.
"¿Cómo estás?", me preguntó.
"¡Bien, sigue!", le pedí.
Continuó invadiéndome, hasta que sentí el suave impacto de su pelvis presionando contra mis glúteos.
"Sí... te la he metido entera..."
Mi culo se estaba estirando, pero yo me sentía lleno. Y bien. Dolía, pero no mucho.
"Joder, Matt, me has llenado bien..."
"Está bien, ¿a que sí? Tú me estás apretando mucho. ¿Estás listo para que me mueva?"
"¡Por favor!"
No necesité decirle nada más. Agarró mis caderas con ambas manos, se echó hacia atrás y me la metió una vez más.
"¡Ugh!", protesté.
Sus caderas chocaron contra mi culo muy fuerte, empujándome hacia adelante levemente. Mi cabeza cayó entre mis hombros, cerré los ojos y simplemente sentí el impacto. Él no paró, por supuesto, sacándomela y metiéndomela una vez más.
Empezó a tomar un ritmo, metiéndomela una y otra vez. Cada vez que lo hacía, empujaba mi cuerpo con el impacto. El dolor inicial fue desapareciendo poco a poco y empecé a disfrutar de la sensación de su cuerpo follándome. Matt jadeaba por el esfuerzo, empujando sus caderas enérgicamente mientras su polla entraba y salía de mi culo.
"¡Se siente muy bien, JP! ¡Tu culo es genial!"
"¡Y tu polla está muy bien también, Matt!"
"¡Mnf, me gusta que la disfrutes!"
Con eso empezó a metérmela con más fuerza, su polla parecía llenarme más cada vez.
"¡Ahh!"
"¡Qué gemido más bonito tienes, JP! ¡Hazlo para mi otra vez"
Volvió a metérmela con la misma energía, y aunque hubiera querido no podía contener mis gemidos.
"¡Ahh! ¡Ahh! ¡Joder!"
"¡Eso es, gózalo!"
Mantuvo el ritmo, al sentir que yo era capaz de aguantarlo. Los golpes carnosos provocaban eco en la habitación, el otro sonido era solo mis gemidos de puta. Yo me intentaba masturbar pero me costaba mientras mi cuerpo se zarandeaba por las embestidas de mi amigo.
"¡Ohh, joder, sí! ¡Fóllame, Matt! ¡Fóllame!", le pedía. Había perdido completamente el control y aquello le daba mil vueltas al sexo con Leo.
"¡Buen chico, JP! ¡Mnf, este culo es muy bueno!"
"Tu polla es mejor...", gemí, "Sigue así..."
"Estoy a punto de correrme... ¿puedo correrme dentro?", me pidió.
"¡Claro que sí! ¡Córrete en mi culo, Matt!"
"¡Eso haré!"
Y en ese momento, como si mi voz le hubiera empujado hasta el límite, sentí en mi culo su semen caliente y grueso. Gemí, mientras sentía sus fluídos salir de su polla. Aquello era demasiado para mi. Sin dejar de masturbarme, me corrí sobre las sábanas.
"¿Tú... tu también, eh?", preguntó Matt.
"S-Sí... ha sido intenso", le dije.
"¿Lo has disfrutado?"
"No sabes cuanto", sonreí.
"Eso es bueno. Intentaba que te gustara tanto como a mi"
En ese momento me la sacó y pude sentir mi culo haciendo un sonido húmedo, mientras su lefa resbalaba por mi perineo y mis testículos.
"Precioso", comentó Matt mientras me lo limpiaba.
"¿Estás muy cansado?", pregunté. Él me miró. "Lo digo porque podríamos echar otro"
"¿De verdad?", preguntó con los ojos como platos.
"Joder, Matt, llevas días ocultándome esa técnica que tienes. Ahora me lo debes", le dije, y me acerqué a él para besarle. "Vuelve a follarte mi culo"
"Solo con una condición. Yo quiero que te sigas follando el mío", dijo, mientras me manoseba el culo. Podía sentir sus dedos en mi agujerito, con delicadeza.
"Claro que sí. Así que venga. Vuelve a demostrarme lo bien que follas, quizá aprenda algo", le insté.
Me apretó la nalga y yo volví a ponerme en perrito para él. Me resultaba más fácil así. Bueno. Y llegaba más adentro en mi culo. Sentí un chorrito del lubricante caer en mi ano mientras me acariciaba los glúteos y Matt me la metió de un movimiento. Lo tenía abierto, suficiente para que pudiera follarme sin esfuerzo.
"Luna también te ha follado, ¿verdad?", preguntó.
"Sí... fue la primera. ¡Aaah!", mi culo estaba más sensible por el primer round.
"Y Leo también, ¿a que sí?", me sobaba todo el cuerpo mientras me la metía. Mi pene volvió a erguirse, a causa del placer que estaba recibiendo. La polla de Matt me acariciaba el punto G fácilmente. "¿Te gustó cuando te dio por el culo?".
Escucharle hablarme de esa forma aumentó mis pulsaciones. Qué bien me sentía.
"Sí... pero no tanto como contigo", gemí. "Tú eres el mejor..."
"Tu culo sí que es el mejor", dijo Matt mientras me lo acariciaba. "Y mira que esto me vuelve loco...", sentí sus manos bajar a mi picha y acariciarme los huevos. "Pero tu culo es increíble... Tan grueso y firme...", sentí que sus manos volvían a mis nalgas y me las apretó. "¿Tte parece bien si te azoto?"
"¡Si, por favor! ¡Hazme tu puta!"
Sin más que decir, Matt me pegó en el culo fírmemente. Picaba, en el buen sentido.
"¡Sí! ¡Otra vez!"
Me volvió a azotar, sin bajar el ritmo de cómo me follaba lo más mínimo.
"Sí... ¿te gusta, puta?"
"Mm, sí. ¡Soy tu puta, Matt!" gemí.
"¡Eso es, JP! Oh, es tan bueno..."
Siguió follandome, apretándome mucho por las caderas. Mi polla dura chocaba violentamente contra mi estómago. Sin poder aguantar más, empecé a hacerme una paja mientras Matt se metía en mi culo.
"¡Estoy muy cerca, JP!"
"¡Yo también!"
"¿Me corro en tu culo?"
"¡No! ¡En mi cara!", le pedí.
Me la sacó y en ese momento bajé al suelo, con Matt de pie sobre mi. Su polla seguía húmeda por el lubricante, y estaba dura y palpitaba mientras se hacía una paja delante de mi cara.
"Prepárate, JP..."
Abrí la boca, sacando la lengua para invitarle. Con un gruñido, Matt cerró sus ojos y disparó su carga de semen sobre mi lengua. El segundo chorro me cayó en la cara. Con su semen caliente en mi cara y mi lengua, no podía aguantarme más. Pajeando mi polla, eyaculé mi propio semen en el cuelo, entre los pies separados de Matt.
"Increíble. Esto ha estado muy bien, JP", dijo con una sonrisa
Yo tuve que tragarme el semen de mi lengua antes de responder.
"Tú has estado muy bien también"
"Y te ves tan sexo con mi semen por toda la cara... No pensaba que esta vista me gustaría tanto, pero me encanta. Deberías dejarme correrme en tu cara más veces..."
"Eso se puede arreglar", sonreí.
"Oye, JP... ¿estás bien, en serio?", preguntó. De su tono de voz había desaparecido la chulería dominante que tenía mientras me follaba. "Me ha sorprendido lo de correrme en tu cara..."
"Quería saber lo que se sentía", respondí. "Además, te la debía. Yo me corrí en tu cara la primera vez"
"Y me encantó", aseguró. "Deja que te limpie, anda"
Y noté su lengua por mi cara, lamiendo su propio semen para limpiarme. Yo le planté un beso en la boca, compartiendo aquel sabor.
"¿Qué me has hecho, Matt? Antes de conocerte jamás me hubiera imaginado follado por un tío"
"¿Es algo malo?", preguntó.
"Es estupendo", dije con una sonrisa. "Y, lo de esta mañana... ¿te parece bien?"
"¿El qué?"
"Lo de que no me llames... amigo. Ya sabes"
"Oh... JP, tú me gustas muchísimo. De verdad. Y si de verdad quieres que seamos más que amigos, me encantaría. Pero, ¿no estabas así también con Irina?"
"Estamos arreglando nuestra relación, pero... creo que vamos a conseguir poder vernos todos. Es decir, si estás dispuesto a ello"
"¿Por ti? Al contrario. Déjame formar parte de tu mundo"
Asentí y caímos en la cama, desnudos, frotándonos y besándonos todo lo posible. Aquel tío me había llegado al corazón, y no pensaba renuniar a él por Irina. Pero tampoco a Irina por él.
Día 8, hora de la comida
Después de hacernos una paja mutua, Matt y yo bajamos a comer. Encontramos en una mesa a Irina y Andrea, de modo que nos sentamos con ellas. Disfrutamos de una buena comida mientras charlábamos de nada en concreto, pero fue al terminar cuando llegó el momento de hablar de cosas serias.
"¿Qué va a pasar con nosotros cuando terminen las vacaciones?", pregunté.
"¿Qué tiene que pasar?", dijo Irina. "Somos felices, ¿no? ¿Por qué eso iba a cambiar?"
"Me refiero. No hemos hablado de límites, o de qué podemos hacer o qué no", le recordé. "Ni qué es lo que nos parece bien"
"Me gustas. Y a Matt. Y te gustamos"
"Ejem", carraspeó Andrea. "No puedo aceptar una relación entre vosotros tres. Quiero formar parte"
"Guau", dijo Matt. "A ver, yo no me quejaré, pero ¿estás segura?"
"A mi me gusta Irina. Y JP", comentó. "Aún no he probado contigo, pero... si eres bueno para ellos, estoy segura de que para mi también", añadió con una sonrisa.
"Mi niña se está abriendo al mundo", sonrió Irina.
"Calla, boba", dijo avergonzada. "La verdad, yo pensaba pasar la tarde con JP, pero... por la noche podemos ir a bailar", le dijo a Matt.
"Me parece bien", sonrió este.
Yo era feliz. Mis personas favoritas juntándose. En vista de las buenas vibras, pensamos que era el momento de aprovechar la tarde, de modo que nos levantamos.
"¿Vosotros os vais juntos?", pregunté a Irina y Matt.
"No. Hemos pensado en hacer entre nosotros como contigo. No pasarnos todo el día juntos", explicó Matt.
"Eso aumenta el deseo para las próximas ocasiones", añadió Irina.
"Hasta luego pues", dije.
Andrea me tomó de la mano y me acompañó a la habitación que compartía con Irina. Aprovechó el rato en el ascensor para besarme y ponerme a tono. Aún así, la notaba un poco apagada.
"¿Te pasa algo?", pregunté cuando entramos al dormitorio.
"Pues... Es solo que el sexo de penetración sin más no me va mucho. Me gustaría probar a hacer alguna cosa diferente. Paja con las tetas, mamada... pide por esa boquita, y yo lo haré", me dijo.
"Pues hace poco probé lo de las pajas con los pies y me gustó. ¿Podrías hacerme tú una?", le pedí.
Ella sonrió.
"Me gusta cómo suena eso. Desnúdate y a la cama"
Hice lo que ella me dijo, quitándome la ropa y tumbándome. Andrea también se desnudó por completo. Ella se sentó entre mis piernas extendidas. Sonriendo, presionó con su pie en mi polla, frotándola. Su planta era suave, y aplicaba la presión justa para endurecer mi pene rápidamente.
"Guau, alguien está excitado...", rió.
"Tu pie se siente muy bien..."
"¿Te gusta? ¿Te gusta sentir mi pie en tu polla?"
"S-Sí", murmuré mientras presionaba un poco más.
"Está muy bonita y dura para mi"
Usó su otro pie para levantarme la polla, haciendo un sándwich con ella entre sus plantas.
"Me encanta cómo se siente tu polla entre mis pies, JP".
Sus suaves plantas estrujaban mi polla mientras movía sus pies arriba y abajo. Sus deditos jugaban alrededor de mi erección, manteniéndola firme mientras me pajeaba con ambos pies. Su esmalte de uñas negro brillaba con la luz ténue.
"Sí, a tu polla le encantan mis piececitos...", Andrea miraba mi polla mientras me pajeaba, y parecía que hablaba consigo misma, "Y mis pies aman tu polla, también..."
Andrea levantó las piernas mientras sus pies me sujetaban la polla diferente. Gruñí cuando jugaba con mi polla, sus pies la acariciaban arriba y abajo. Su planta se frotaba subiendo y bajando por la cabeza de mi polla y la fricción se sentía increíble. Estaba absorta en sus movimientos, mirando sus pies deslizándose alrededor de mi picha.
"Andrea..."
"¿Hm? ¿Te sientes bien, JP?"
"Creo que voy a correrme pronto..."
"Oh, espero que lo hagas... quiero sentir ese semen caliente en mis pies..."
Ella sostuvo mi polla apretando más, moviendo sus pies arriba y abajo con mucha precisión en la paja.
"Córrete para mi, JP... Córrete en mis pies..."
Empezó a jadear mientras sus pies me hacían la paja más rápido. Sus pies me lo hacían estupendamente, acercándome más y más al límite.
"Ah... ¡Ah!"
Llegué al climax, disparando mi lefa hacia arriba. Cayó sobre los pies de Andrea, que sonrió.
"Ah, eso es... Buena corrida, JP"
Levantó los pies, dejándome ver el semen que les había caído encima.
"Tengo los pies pegajosos por tu culpa, pervertido", dijo, completamente colorada.
"¿Eh? ¿Por mi culpa?"
"Sí, te has corrido en mis pies muy fácilmente"
"Tú lo estabas disfrutando tanto como yo", le recordé.
"Sí, ha sido genial. Si me acercas la toalla para limpiarme, volveré a hacerlo para ti alguna vez", seguía colorada.
Sobre la mesa lo tenía todo para limpiarla. Fui a dárselo, pero aparté la mano.
"¿Qué pasa?", preguntó.
"Si te limpio yo... ¿podemos echar un polvo?", le pregunté.
"... Incluso si no me limpias", suspiró. Me había fijado en su coñito, lo tenía húmedo. Estaba seguro de que lo deseaba. Pero aún así la limpié por completo y luego eché la toalla a lavar.
"Entonces, ¿follamos?"
"Uh-huh, claro. Vamos allá"
"¿De verdad?", pregunté con cautela.
"Claro, vamos a hacerlo. Me gustaría una buena polla hoy. ¿Cómo quieres que me ponga?"
"Quiero follarte desde atrás"
"Eso me encanta"
Andrea se puso se espaldas hacia mi, con el trasero ofrecido. Era tentador, pero de momento iba a respetar su culo. Se apoyó contra la pared, apoyando las manos.
"Lo bueno del colchón es que evitará que me destroce las rodillas", comentó. Yo me situé detrás de ella, con mi polla endurecida apuntando a su culo levantado. "Y solo quiero que destroces mi coño, JP"
Froté la cabeza de mi polla contra sus labios vaginales.
"Voy a hacerlo por ti, no hay problema", dije con una sonrisa.
Empujé hacia adelante, mi polla se deslizó fácilmente en su húmedo coño.
"Guau... joder...", jadeó, "¡Tu polla es muy grande, JP! ¡Fóllame, fóllame rico!"
Empecé a entrar y salir de ella, su coño apretaba mi polla mientras empujaba.
"¡Ah, sí, es muy bueno!"
Se acomodó un poco más mientras yo se la seguía metiendo. Me sujeté a su jugoso culo mientras mi pelvis chocaba contra ella. Mi polla se deslizaba dentro y fuera, frotando su coño perfectamente.
"Ah... hah... estás tan apretada..."
"Sí, lo estoy. ¡Fóllate mi coño apretado, JP! ¡Fóllatelo! ¡No tengas miedo de ser un poco brusco conmigo!"
¡Plas! En ese momento le azoté la nalga izquierda. Tembló con el impacto, y Andrea dejó escapar un gemido suave.
"¡Mm, azota mi culo!", pidió. ¡Plas! Cumplí su deseo. "¡Sí, papi! ¡Joder! ¡Hazme tu puta!" ¡Plas! "¡Ah! ¿Soy una chica sucia?"
"Lo eres", respondí. Le dí un último azote.
"Mm... duele muy bien, papi..."
Seguí follándomela, aumentando un poco el ritmo.
"¡Ah, sí! ¡Justo así! ¡Fóllame así, no pares!"
No tenía intención de hacerlo, además sentía que mi orgasmo estaba más cerca. Me agarré a sus caderas con fuerza mientras castigaba su coño, mi clímax estaba cerca.
"Andrea, me voy a..."
"¡Córrete dentro de mi! ¡Quiero que me llenes con tu semen!"
Sin tiempo para discutir, me corrí dentro de su ella. Ella gimió mientras llenaba su coñito con mis jugos calientes.
"Ah, sí... joder... ¡Ahh!", gimió, y su coño apretó un poco más mi polla mientras ella también se corría. Andrea jaceó mientras era vencida por su orgasmo. "J-Joder, mm... eso ha estado muy bien, JP. Tenemos que hacerlo de nuevo alguna vez"
"Por supuesto que sí. Siempre que quieras"
"Gracias", me dijo. "¿Te puedo hacer una pregunta?"
"Claro"
"Pensaba en Matt", dijo, apoyando la cabeza en mis piernas. "No mientras me follabas, claro. Es solo que... ¿crees que podríamos entendernos?"
"Claro que sí. Es un buen tipo. Y folla bien"
"¿Te ha follado a ti?", preguntó, con curiosidad sana, y yo asentí. "Ahora tengo un poco más de curiosidad por él. Me haría feliz si los cuatro pudiéramos estar juntos siempre"
"Sería un sueño", le dije.
"¿Y qué pasa con Luna?"
Yo estaba acariciando los cabellos de Andrea, pero me detuve en ese momento. Luna. Mi pequeña Luna.
"No se si ella estaría dispuesta..." reconocí.
"Pues yo de tí lo intentaría. Irina tiene buenas referencias de ella. Y yo quería que ella fuera feliz, pero ahora también quiero que lo seas tú"
Se incorporó y nos dimos un beso lento.
"Empieza a oscurecer", susurró Andrea. "¿Nos vamos?"
"Claro. Tienes un chico con quien disfrutar", le dije con una risita.
Día 8, anochecer
Andrea y yo llegamos al club de baile, y no tardamos en localizar a Matt.
"¿No vienes conmigo?", preguntó.
"Os dejo a solas. Además, he visto a un amigo", le dije.
Me dio otro beso antes de dejarme atrás, y yo pasé por la marea de gente hasta llegar donde estaba Leo.
"¿Bailas?", pregunté.
"¡JP! ¡Qué sorpresa!", exclamó. "Oye, quería verte. Julio y yo estuvimos hablando de la posibilidad de follar entre los tres"
"¿De verdad?"
"Claro. Ven conmigo"
Le seguí hasta donde estaba Julio. Creo que era la primera vez que les veía juntos en algún sitio.
"Hombre. El gran amigo de mi novio", dijo Julio, a modo de saludo, y me estrechó la mano.
"Qué tal", le dije.
"Aquí estamos, Me dijo que viniéramos a ver si te veíamos"
"¿Solo verme?", bromeé. "Creo que quería algo más..."
"Bueno, la tienes grande. Lo demás no importa", comentó Julio.
"Claro que la tiene grande. ¡Enséñasela, JP!", me dijo Leo.
"Em... sé que aquí lo del pudor no se lleva mucho, pero ¿podemos ir a un sitio más privado?", pregunté.
"¿Volver al hotel, ahora? Qué pereza" dijo Julio.
"No será necesario".
Me saqué del bolsillo una de las llaves que Elena me había entregado esa mañana. Me miraron sorprendidos. Yo fui atravesando la marea de gente, y ellos me siguieron a la habitación privada de Francesca. Apenas cerré la puerta, los dos se desnudaron.
"Desde luego no perdéis el tiempo"
"Oh, es que... Leo me había dicho que ibas a follarnos a los dos. Por eso he aceptado"
"Leo me había dicho que sería un trío..."
"Lo siento", intervino Leo, "quizá he ocultado mis intenciones un poco. ¡Pensé que no te importaría!"
"No me importa. Es solo que no esperaba que fuérais tan directos"
"Leo lo hace todo el tiempo, y si le gustas, me gustas", sentenció Julio.
"Supongo que debo desnudarme entonces"
"Sí. Podemos aprovechar el sofá", dijo Julio.
Me quité la ropa y me tumbé en el sofá rosa de espaldas.
"¿Lo ves? ¿A que su polla es bonita?", dijo Leo.
"Sí. Se ve maravillosa. Vamos a hacerle una prueba rápida"
Ambos se acercaron al sofá conmigo. Julio se subió mientras que Leo se quedó cerca de corillas, y ambos empezaron a chupar toda mi polla.
"¡Oh, guau!", exclamé.
"Jeje... ¡le gusta, Julio!"
"Siempre les gusta, Leo", le dijo él. ¿Cuántas pollas se habrán comido juntos?, me pregunté.
Los dos amantes charlaban mientras me iban chupando mi falo.
"Normalmente no me fijo tanto en las pollas, pero la de JP es muy bonita, ¿verdad?", decía Leo.
"La mía es más grande, pero tiene una buena forma", respondió Julio, y me dio una larga lamida desde la base de mi polla hasta la punta. "Y tiene buen sabor también"
"Lo se... me encanta chupar la polla de JP"
La conversación me excitaba mucho y además sus lenguas se sentían genial en mi polla. El ritmo de la música del club sonaba distante mientras mi mundo se centraba solo en esas dos lenguas rosas por toda mi picha. Cada vez que sus lenguas entraban en contacto, ambos se daban un astuto beso alrededor de mi polla.
"Podría hacer esto todo el día, pero estoy seguro de que prefieres nuestros culos, ¿verdad, JP?"
"Sí, me encantarían vuestros culos"
"¿A quién te quieres follar primero?"
"¿A Leo, o a mi?"
"Lo siento, Leo, pero... a ti ya te he probado. Quiero follarme a Julio"
"Jejeje, sabía que lo harías. Julio es demasiado atractivo para negarse a él"
Julio trepó encima de mi con una sonrisa confiada.
"¡Prepárate porque voy a cabalgarte muy fuerte!"
Y se dejó caer.
"¡Ahh, sí! ¡Ese es el punto!"
Su lengua se le salió apenas su culo tragaba por completo mi picha erecta.
"Oh, joder...", gemí.
"Es bueno, ¿a que si?", preguntó Leo.
"Es muy bueno", susurró Julio.
Leo empezó a chupar uno de los pezones de Julio, moviendo la cabeza mientras Julio empezaba a rebotar por mi polla.
"¡Joder, es demasiado bueno!"
Rebotaba arriba y abajo frenéticamente, haciendo difícil a Leo chuparle los pezones, peroeste mantenía su ritmo mientras su novio cabalgaba mi polla con entusiasmo.
"Me encanta lo excitante que te ves con una polla en el culo, Julio..."
"No lo puedo evitar, se siente muy bien"
La polla dura de Julio rebotaba arriba y abajo con sus movimientos, el cuerpo del chico aumentaba el ritmo.
"Eres una puta, Julio", dijo Leo.
"¡L-Lo soy! ¡Soy una gran puta! ¡Mírame siento una puta, Leo!" gimió Julio. "¡Ah, joder! ¡Soy tu pequeña puta!"
"¡Lo eres! ¡Eres buen juguete sexual!"
Sus palabras no hacían más que calentarme. Cómo se hablaban así. Sentía mi orgasmo acercarse. Y, como si lo sintiera, Julio detuvo sus rebotes.
"¿Por qué no lo intentas tú ahora, Leo?"
"¡Me encantará!"
Sin siquiera mirarme, ambos amantes intercambiaron posiciones y Leo se sentó en mi polla, de espaldas a mi. Su culo tragó sin problema mi polla.
"¡Ahí, justo ahí!", gimió.
"¿Tanto te gusta su polla, Leo?"
"Sí, me encanta..."
Julio apretó el culo de tu novio cuando él empezó a cabalgarme.
"¡Mm, sí! ¡Siento mi culo lleno!"
"Jeje, nada mal, Leo", sonrió Julio. "¡Se te da mejor lo de tomar una polla!"
"Bueno, yo... ¡Ahh! ¡No puedo permitir que me superes!"
"Oh, te falta mucho para eso, Leo, pero has mejorado mucho"
Julio le dio un azote juguetón a Leo.
"¡Vamos, trabaja ese culo! ¡Haz que tu culo rebote!"
"¡Lo intento!"
Leo empezó a mover su culo arriba y abajo a mayor velocidad, su rabadilla tocaba mi pelvis cada vez que se metía mi polla entera.
"Espera... deja que lo intente a tu manera, Julio..."
Se incorporó, dejando la cabeza de mi polla dentro de él, y se dio la vuelta.
"¡Oh, Leo!", gemí.
Leo se sentí en mi polla, cabalgándome como lo había hecho Julio.
"¡Ah, sí, se siente diferente desde este ángulo!"
Julio atrajo los hombros de Leo hacia atrás y levantó sus caderas y las volvió a bajar. Mi polla se deslizaba suavemente dentro de su culo, ahora más abierto.
"Eso es, métete esa polla, Leo..."
Leo miró hacia atrás, por encima de su hombro, y compartió un pasional beso con Julio mientras me seguía cabalgando. Aunque no seguía el ritmo de su novio, sus movimientos se sentía genial. Yo simplemente me relajé mientras él se empalaba con mi polla una y otra vez.
"¡Ah, ah... sí!", gemía Leo. "¡Lléname, justo ahí!"
La gran polla de Leo chocaba contra su estómago con cada rebote. Su culo me apretaba y me sentía a punto de llegar al límite. En ese momento Julio me miró, dándose cuenta de que me iba a correr.
"Oye, Leo, dale a JP un pequeño respiro. Aún no quiero que se corra"
"¡Oh, vale!"
"Espera, ¿qué?", estaba confuso.
Leo se sacó mi polla, dejándome a las puertas de correrme.
"Lo siento, JP, pero no podemos dejar que te corras tan pronto"
"Julio tiene razón"
Yo me senté, con mi erección palpitando y doliendo entre mis piernas.
"¿Y entonces qué?", pregunté.
"Jeje. Ponte de pie", dijo Julio.
Lo hice, y sonreí cuando les vi ponerse sobre sus manos y rodillas en el sofá. Me acerqué a ellos. Julio tomó mi polla en su boca, chupándola gentilmente. Mientras tanto, Leo me la chupaba por el lado. Sus orales se sentían genial, pero no lo suficiente como para sobreestimularme.
"Joder... sabéis lo que hacéis...", suspiré.
"Hemos hecho esto con muchos chicos", dijo Leo.
"Sabemos cómo hacer que un tío dure más"
Continuaron chupando mi polla con mimo, manteniéndola dura pero impidiendo que me corriera.
"Casi es la hora del segundo asalto. ¿A quién te vas a follar ahora primero?", me preguntó Leo.
"Ummm... esta vez te toca a ti", le respondí.
"¡Bien!"
Julio se sacó mi polla de la boca y se tumbó en el sofá. Leo trepó encima de él, moviendo su culo en el aire hacia mi. Sin tener que decir mas, metí mi polla en su culo redondito.
"Ahh, así se siente aún más dentro..."
Julio empezó a darle pequeños besos por el cuello mientras yo la metía y la sacaba del culo de Leo. Su culo estaba muy acostumbrado a mi polla en ese momento y me fue fácil aumentar el ritmo.
"¡Ah, joder! ¡Sí!"
Leo se retorcía de placer debajo de mi, y y Julio le comió la boca. Los dos me hacían empujar mis caderas dentro de Leo con fuerza una y otra vez. Su cuerpo se balanceaba con cada impacto de mi follada, pero no parecía importarles.
"Mmm... ¿estás listo para follarme a mi así, tío grande?", me preguntó Julio.
Su voz de puta interrumpió mi concentración, y antes de poder contestar Leo se sacó mi polla. Julio se puso en cuatro y Leo me miró, expectante.
"Muy bien, ¡ahí voy!"
La metí con facilidad en su culo.
"Mmm, eso es, JP. ¡Fóllatelo duro!"
No me lo tenía que decir dos veces, y empecé al mismo ritmo que había tenido antes.
"¡Me encanta!", gimió Julio.
Leo mantenía el culo de Julio abierto mientras me miraba a los ojos al tiempo que yo me follaba a su novio.
"Jejeje, sabía que a Julio le gustaría tu polla tanto como a mi. ¿A que es una puta, JP?"
"Sí, es una puta muy caliente"
"Sííiiiiiii... joder, me estás follando de maravilla ahora mismo..."
Julio gemía como una puta mientras mi polla entraba húmeda dentro y fuera de su culo. Podía sentir que me iba a correr, una vez más. Cada parte de mi cuerpo se temía que me dejaran otra vez a medias.
"Leo, Julio... me voy a correr..."
"¡Espera, aún no!", urgió Julio.
"¡Lo queremos en nuestras caras!"
Con algo de esfuerzo, se la saqué de ese dulce culo. Los chicos se acercaron en el sofá, juntando sus mejillas. Abrieron mucho la boca y sacaron las lenguas, esperando mi lefa.
"¡Dánoslo, JP!", pidió Leo.
"¡Sí, córrete en nuestras caras!"
Me empecé a pajear sobre sus caras mientras sus ojos me miraban suplicantes. Ya era imposible parar. Con un gruñido, eché mi primer chorro de lefa en la cara de Julio. Y el siguiente, en la de Leo. Jadeando, me pajeé hasta terminar de echar mi semen.
"Guau", dijo Julio. "Esto es muchísimo"
"JP siempre se corre una barbaridad"
Julio miró el rostro vidrioso de su novio.
"Te veo muy guapo cubierto del semen de JP..."
"Tú aún te ves mejor..."
Se besaron, compartiendo unas gotas de mi semen que quedaban en sus lenguas.
"Esto ha sido genial, pero... yo estoy cansado", dijo Leo. "¿Pasará algo si dormimos aquí?"
"Nos han dejado unas mantas. Creo que están para eso", reí.
Les acerqué las mantas a Julio y Leo y nos fuimos tumbado cuan largo era el sofá donde me los había follado. Con aquella tela y la temperatura que hacía, no tardé en quedarme dormido.
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