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Resort Sexual - Capítulo 7

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CAPÍTULO 7

Día 7. Al despertar

Irina se quedó dormida antes que yo. Eso significó que también se despertó antes que yo. Abrí los ojos cuando sentí sus labios recorriendo todo mi cuerpo. Cuando susurré su nombre, trepó por mi vientre y mi pecho hasta besarme en la boca.

"Buenos días", dijo con una sonrisa.

"Desde luego que lo son", sonreí yo también y me dio otro beso. "Te veo más animada"

Ella asintió, y se sentó encima de mi. Intenté concentrarme en ella, porque en ese momento la gravedad hacía caer sus tetas sobre mi.

"He pensado en lo de anoche. Y hay algo que no cambia. Tú me gustas. Mucho. Como nadie me ha gustado aquí", hablaba en susurros. "¿Yo te gusto? Quiero decir. De la misma manera"

"Sí", no solo lo dije, asentí con la cabeza. "Pero, Irina..."

"Sé donde estamos. Y me parece bien. Y no quiero que renunciemos a lo que hacemos aquí, con la gente que nos atrae. Eso me parece bien. Pero quiero que... cuando acaben las vacaciones, nos planteemos algo más. Si estás de acuerdo"

"Estaré encantado", aseguré.

"Y el otro tema... Lo de anoche. Lo de azotarme, y correrte encima, como si fuera una puta...", intenté hablar, pero ella levantó la mano. "Quiero saber qué sentiste al hacerlo"

"Me gustó. Pero porque pensaba que te gustaba. Es decir", me echó una mirada de enfado, "¡me pediste hacerlo! Así que pensé que estaba bien. Jamás quise hacerte daño"

"Es cierto que te lo pedí", murmuró. "En cierto modo... sí, me gusta. Pero contaba con que no lo harías"

"No puedo leerte la mente", le recordé.

"Lo sé..."

"Hacemos una cosa. Si de verdad te apetece algo, me lo pides. Y si no, seguimos como estamos hasta corrernos. Y si quieres que lo haga dentro de ti, lo haré. Pero dímelo, por favor. Quiero que nos sintamos bien siempre".

"Prometido", me dijo. "¿Te parecería bien si... intento hacerlo con la misma gente con la que lo haces tú? Es decir, ¿no te sentirás incómodo si por ejemplo lo hago con Matt?"

"Es un buen chico. Puede que incluso te venga bien"

"Eres el mejor", me dijo.

Nos dimos un agua en mi bañera, disfrutando de un manoseo mutuo. A mi aquel día me apetecía un poco de agua, así que me preparé ya con el bañador puesto y una camiseta de tirantes. Irina se llevó mi albornoz, con la intención de ir a su dormitorio a cambiarse. La acompañé al ascensor, y luego fui de visita. No sé si le encontraría aún en la habitación, pero probé a llamar.

"JP. Qué agradable sorpresa", dijo Leo, con una sonrisa. "Estaba pensando en ti".

Me había abierto la puerta en una bata que no se había molestado en cerrarse. Y estaba empalmado.

"¿Te estabas tocando?", inquirí.

"Sí. Me estaba acordando del polvo del otro día", y tiró suavemente de mi para darme un beso. "De hecho, me gustaría hacer algo hoy por ti. Me viene muy bien que hayas venido. Entra"

Pasé, y caminé hasta la cama.

"¿Te han hecho alguna vez una paja con los pies?", me preguntó.

"No. Nunca", reconocí.

"¿Te gustaría probar?", me ofreció. "Mi novio suele hacérmelas así. Creo que puedo hacer que te sientas bien".

"De acuerdo", dije y empecé a desnudarme. Leo se quitó el albornoz. "Me tumbo en la cama, ¿no?"

"O reclínate. Así puedes verme mientras lo hago", dijo, divertido.

Me tumbé en la cama y él se puso entre mis piernas. Envolvió con sus pies mi polla que se iba endureciendo. Sonrió, y empezó a moverlos arriba y abajo, agarrando mi erección entre ellos.

"¿Te gusta?", me preguntó.

"No sé... es la primera vez. Se siente raro", confesé.

"Voy a darlo todo", aseguró.

Leo aceleró un poco el ritmo, sus pies delicados cuidaban de mi polla. Movía sus pies alrededor, buscando la mejor forma de sujetarla. A pesar de su ejecución algo torpe, sus pies se sentían genial en mi polla, y me eché un poco más atrás para disfrutarlo. Sin embargo, después de un poco, vi a Leo fruncir el ceño.

"¿Pasa algo?", pregunté.

"Espera. Deja que lo intente de otra manera"

Leo se movió y giró sobre sus manos y rodillas. Con su culito redondo meneándose en el aire, me agarró la polla con los pies por detrás.

"Perfecto. ¡Así es mejor para mi!", dijo. "¿A ti te parece bien?"

Mirando su culo meneándose, asentí.

"Sí, Leo. Haz lo que tengas que hacer", le respondí mientras me ponía las manos en la nuca para disfrutarlo.

Leo sonrió y volvió a frotarme la polla con los pies. Si bien las plantas de sus pies no me frotaban tanto, pudo agarrarme más fuerte en su posición. El ritmo de Leo aumentaba a medida que se acostumbraba a esta nueva posición, y tuve que recostar mi cabeza hacia atrás mientras mi placer aumentaba.

"Oye, JP..."

Su voz interrumpió mi éxtasis, y le miré.

"¿Ocurre algo Leo?"

"Me preguntaba si te importaría, em... ¿Estaría bien si cabalgo tu polla un rato? Me gustaría sentirte en mi culo..."

"Me gusta cómo suena eso, Leo ¡Adelante! ¿Necesitas lubricante?"

"Lo tengo por aquí, no te preocupes"

Después de aplicar un poco de lubricante tanto en su culo como en mi polla, Leo estaba listo para tomarla.

Se sentó de espaldas, guiando mi polla a su agujero. Pude ver mi polla desapareciendo dentro de él.

"Guau... sé que la tienes grande, pero... ¡se siente aún mayor ahora que estás dentro de mi!"

"¿Es demasiado?"

"No, puedo con ello", aseguró. "Solo necesito... acostumbrarme"

Se tomó una pausa mientras ajustaba mi grosor dentro suyo. Su culo estaba apretado, y le sentía moverse. Después de unos momentos, Leo empezó a cabalgar sobre mi. Su culo se levantaba y caía, liberando mi polla antes de volver a tragársela.

"Ah... eso es...", suspiró. "Me estás follando de verdad..."

"Bueno", gruñí, "tú estás haciendo todo el trabajo, Leo..."

"Se siente tan bien tenerte dentro de mi..."

Leo parecía ignorarme mientras tomaba ritmo. Su culo chocaba con fuerza contra mi pelvis y empezó a rebotar en mi polla. Su cuerpo estaba tonificado y era poderoso y no tenía problemas para montarme en esa posición.

"¡Ah, Leo! ¡Joder!"

"¡Yo también, JP! ¡Amo tu polla!"

"¡Mm, tu culo también es muy bueno!"

Leo gemía mientras mi polla deslizaba dentro y fuera de su apretado agujero, y podía sentir que me acercaba al límite.

"¡Leo, voy a correrme en cualquier momento!"

"¿Q-Quieres hacerlo dentro?"

"¡Sí, quiero llenarte de lefa!"

"¡Ah! ¡Hazlo! ¡Lléname!", pidió.

Empujé mis caderas hacia arriba, enterrando mi polla en el culo de Leo, que gimió.

"¡Uaa! ¡Yo también me corro!"

Descargué mi semen dentro del culo apretado de Leo mientras él se corría a la vez. Mi lefa se escurrió fuera de su culo mientras él jadeaba desesperadamente.

"Hah... hah... JP... M-mi culo... lo has dejado lleno..."

"Estoy seguro de que te encanta", dije con malicia, y le acaricié las nalgas.

"Sí... sigue acariciándome... hoy yo soy tu puta"

Aún con mi polla ensartada en su culo, le atraje hacia atrás y empecé a acariciarle el torso. Giró la cabeza hacia mi y nos besamos. Probé a acariciar su pene durito, y en ese momento, sonó la puerta. Alguien había entrado.

"¡Perdón, no sabía que estabas con alguien...! ¡Hostia puta!"

Había entrado el chico rubio de la orgía del otro día. El que me había pillado follando con la chica en la ducha y se unió a nosotros porque la nena andaba con ganas de pollas.

"¡Tú!", dije sorprendido.

"¿Os conocéis, mi amor?", preguntó Leo.

"Más o menos. Nos follamos a una en las duchas hace poco. Aunque no te he vuelto a ver por allí", comentó, mientras parecía pendiente del punto en que mi pene entraba en el culo de su novio. "Ella va todos los días a distintas horas. He coincidido con ella alguna otra vez, y me ha preguntado si te he visto"

"¿Aún no sabe que aquí no se suele repetir con la gente?", preguntó Leo, sin hacer gestos de querer cambiar de posición.

"No. Tu amigo es de las pocas excepciones", rió, y extendió la mano hacia mi. "Julio. Tú debes ser JP"

"El mismo. Encantado", dije, devolviendo el salud.

"Leo está encantado contigo. La verdad, ahora sí que tengo curiosidad por ti", confesó. "Pero os voy a dejar seguir, veo que os he interrumpido en lo mejor"

"En realidad ya nos hemos corrido", dijo Leo. "No sé si quieres echarme otro, o podemos salir a vernos con más gente"

Reconozco que había ido a por Leo por ese motivo. Tenía novio. No me sentía con él con la misma presión que en los últimos momentos con Irina. Me encantaba y me gustaba mucho. Pero no sabía hasta qué punto lo que ella sentía podía ser sincero o era solo por cosa del sexo. En cambio Leo... quería follar, solamente. Y si no, pues se buscaba a otro. Aunque no entendía cómo podía funcionar eso con su novio.

"Podemos movernos", dije, y Leo se levantó.

Me limpié un poco la chorra mientras Leo acicalaba su culo y luego salimos de allí los tres. La parejita iba a hacer ejercicio al parque, pero yo por mi parte iba a ir a la playa.

Día 7. Por la mañana

No tenía claro si debía ir a la playa o a la piscina, ambas opciones eran tentadoras y no las había usado tanto como quisiera. De modo que dejé que mis pies mi guiasen. Y pasé por delante de la zona de restauración. Para mi suerte, vi a Luna, que se estaba terminando su desayuno. Iba con su falda y la parte de arriba de un bikini rojo. Y un bolsito de mano.

"Hola", saludó, tímida como solía ser ella. "Anoche escuché a Irina. Primero gemir, y luego... llorar. ¿Habéis peleado?"

"No. Bueno. Hubo un pequeño malentendido, pero ya está arreglado. Espero"

"No me extraña. Supongo que no quiere renunciar a tí. Y yo tampoco quiero", me dijo.

"Cada día os entiendo menos. Primero me decís que aquí no hay que enamorarse de nadie. Y ahora resulta que... No me malinterpretes. Me gustáis, mucho, las dos. Pero de pronto parece que os estoy haciendo daño y eso es justo lo que no quiero", protesté.

"JP, ¿aún no te has dado cuenta? Aquí la gente no repite porque es imposible no desarrollar vínculos con al menos una persona", me explicó con calma. "Y tú eres una persona que se presta a dar cariño y a ser querido también. Cuanto más nos acercamos a ti, menos queremos alejarnos"

"¿Así es como tú te sientes?", pregunté. Ella asintió.

"Y estoy segura de que a Irina también le ocurre"

"Entonces, ¿qué debo hacer? ¿Alejarme de vosotras y follarme a cualquiera?"

"Lo de follarte a cualquiera... siempre. Pero no te alejes. No de mi", dijo, y me dio la mano. "No hablaré por ella, pero yo te quiero en mi vida. Por favor"

Me acerqué un poco más a ella y nos dimos un beso. Nada erótico. Una simple muestra de sentimientos. La acaricié con delicadeza. Se acercó más a mi.

"¿Qué plan tenías para la mañana?", me preguntó.

"Iba a ir a la playa", le dije.

"¿Puedo ir contigo?", pregunté. "Hay algo que me gustaría hacer... y me sentiría más segura si estuviera contigo"

"Claro que si"

De modo que nos encaminamos a la playa. Y al llegar, se detuvo. Se desabrochó la falda, y la dejó caer al suelo. La guardó en su bolsita, y sacó una botellita de loción para el sol. Nos la echamos mutuamente, aprovechando por supuesto para meternos mano.

Caminamos juntos de la mano por la arena. Ahora que no llevaba la falda, sus genitales eran un poco más notables. Pero en aquel lugar especial, no había espacio para la discriminación, y las miradas de gente que lo percibía eran halagadoras... en el sentido de que allí todo el mundo iba a follar, pero bueno.

"Vaya chica guapa con la que va ese", se escuchaba a un tío.

"Uy, pero ¿has visto lo que tiene entre las piernas?", respondió otro.

"Yo se lo chupaba", afirmó una nena.

"Me apunto. A ver cuando queda libre", respondió el primero.

"Qué dices de chuparla, loco", protestó un tercero. "Tiene que ser por el culo"

"Bueno... normalmente no me gusta que me sexualicen, pero... por una vez, voy a sentirme halagada", comentó mientras seguíamos nuestro camino. "Que no me vean como un monstruo"

Nos alejamos un poco de la gente y nos fuimos metiendo al agua. Nos quedamos donde cubría por la cintura y nos sentamos, quedando con el agua al cuello. Estuvimos un rato flotando, tranquilamente. Me miraba y me sonreía.

"¿Puedo preguntarte... cuando te diste cuenta de quién eres?", dije, intentando sonar delicado.

"Bueno. Siempre había sido distinta, desde niña", me contó. "Fue en el instituto cuando empecé a descubrirme de verdad. A entender quién era... Y tenía quince años. Te puedes imaginar los problemas que me trajo"

"Me hago a la idea, más o menos. Sé cómo es la gente", le dije.

"Pues eso. Por suerte tuve una amiga que me acompañó durante todo el proceso. Le debo mucho"

"¿Y dónde está ahora? ¿No ha venido contigo?"

"Se fue a vivir a los Estados Unidos con su novio. Un chico encantador, la verdad. Les echo de menos"

"Podrías ir a visitarla. O... podríamos ir a visitarla", le propuse, con una sonrisa.

"Estaría bien", dijo."Yo hay algo que quiero saber. ¿Tú crees en el poliamor?"

"Mmmmm...", reflexioné. "Nunca me lo había planteado, la verdad. No es algo que vea habitualmente. ¿Me estás proponiendo algo?"

"Puede", sonrió ella. "Yo te quiero en mi vida, pero sé que no soy la única. Irina tiene debilidad por ti. Y Matt está igual", añadió mientras se acercaba a mi y se me ponía encima de las piernas. "A me me gustan mucho los dos, y me hace feliz que te hagan feliz. Por eso pienso que... sería bonito poder hacer algo que nos contentase a todos"

"Es una idea interesante. Pero no sé si ellos estarían dispuestos a algo así"

"No hay que acordarlo ya", susurró Luna, y rozó mis labios. "Solo... piensa en ello. ¿Tú serías feliz renunciando a alguno de los tres?"

"La verdad, no lo creo", dije y le planté un beso.

"Vamos a la arena... quiero sexo", me pidió.

Nadamos a la orilla. Estábamos en el lugar más alejado, pero incluso ahí había equipamiento con sombrillas y toallas. Nos secamos, y pretendía largarme, pero ella me retuvo.

"¿No querías sexo?", pregunté.

"Aquí. Fóllame aquí", dijo, y se desabrochó el sujetador del bikini.

"¿Aquí? Pero no se puede follar en público", ella no parecía escucharme, y se quitó el tanguita, liberando su pene.

"¿Por qué te crees que esta parte está aislada? Aquí viene la gente que tiene el calentón", me explicó. "Los vigilantes siempre hacen la vista gorda. Solo vigilan que nadie esté contra su voluntad... y ahora mismo mi voluntad me pide esto", se abalanzó a por mi bañador y me lo bajó. "No sabes lo que la echaba de menos"

Abrió la boca, arrodillada, dispuesta a comérmela. Pero la retuve empujándole la frente.

"Despacio, muñeca. Vamos a jugar los dos", le dije.

"Pero nena tere polla", dijo con voz de jovencita pervertida decepcionada.

Me arrodillé delante de ella y la besé. Aproveché mi posición para tocarle las tetas. Ella empezó a hacerme una paja y también se estimulaba su falo.

"Vamos a hacer un 69", le dije. Ella sonrió ilusionada.

"¿Pero luego me follas?"

"Claro, nena"

Me tumbé bocarriba y ella trepó sobre mi. Pasó la pierna por encima de mi cabeza, pero antes de tener su pelvis cerca de mi cara, ya me la estaba chupando. Sentí sus manos jugando con mis testículos, y hacía ruidos muy sucios mientras me la mamaba. Yo amoldé mi boca a su polla y empecé a chupársela despacio. La tenía muy dura. Empecé a acariciarle el culo mientras se la chupaba.

"Ábe mi culo", dijo con su boca aún ocupada por mi polla. "Io te lubico"

Me chupé el dedo y seguí dándole placer con mi boca mientras empezaba a dilatarle el culo con mi dedo húmedo. Al mismo tiempo sentía que Luna dejaba caer gran cantidad de baba sobre mi picha. También me hacía un masaje agradable en mis testículos, e incluso exploró por mi perineo, provocándome un escalofrío.

"¿Me he pashado?"

"No, me gushta", dije mientras seguíamos dándonos placer con las bocas. "Shigue un boco", le pedí, me gustaba sentirla explorando por mi culo.

"JB... fóiame, po fabó", me pidió sin dejar de trabajarme con su boquita.

"Voy, nena", dije. Le di dos azotitos en el culo, y descabalgó de mi rápidamente. Cuando me incorporé, ya me estaba esperando a lo perrito, separando sus nalgas con una mano. Apoyé una rodilla en el suelo, el pie de la otra pierna, y se la metí en un lento movimiento. "Mmmm... qué culo más rico"

"Vamos, JP... mi culo es tuyo", gimió Luna, llevada por el placer.

No se me escapó que en ese momento estábamos rodeados por varias parejas y tríos que también habían ido a aquel lugar a desfogar, pero todos parecían ocupados por lo suyo. Mientras embestía a Luna, que gemía eróticamente por el placer, tanteé entre sus piernas hasta localizar su pene y empecé a hacerle la paja al mismo tiempo.

"JP... no... si haces eso...", jadeó. Pero no había calculado bien la intensidad, y en ese momento sentí su semen caliente por toda mi mano. "Diooooooos..." gimió por el orgasmo.

"¡Voy a correrme, Luna!", le dije.

"¡Acábame dentro!"

Lo hice. Eyaculé dentro de su culo sin dejar de follarla. Solo cuando sentí que había descargado por completo me detuve. Ella quedó tumbada bocabajo, y yo abrí sus nalgas para ver el resultado de mi trabajo.

"Lo tengo chorreando...", susurró. "Pero no hacía falta que me hicieras una paja... iba a correrme por lo bien que me follabas"

"Bueno. La próxima vez lo haré así", reí. Aún tenía la mano manchada por su semen. Lo miré, y ella me devolvió la mirada. Negó con la cabeza, pero aún así me lamí los dedos. "Néctar de Luna..."

"Eres un tonto. Un tonto maravilloso"

Me ayudó a limpiarme y decidimos que era hora de volver, y de ir a comer algo.

"También soy feliz de haber conocido a Elena", me contó cuando estábamos listos para marcharnos. La gente alrededor continuaba follando, sin prestarnos atención. "Es una buena chica. Y ya me ha dicho lo bien que te has portado con ella"

"Soy un amante generoso", reí.

"Lo sé. Me encantaría tener la opción de que los tres también pudiéramos..."

"¡Parejita! ¿Una ayuda?"

Miramos a quien nos hablaba. Cerca de las rocas, dos chicas follando. Una de pelo verde estaba con las manos apoyadas en la piedra, y con el culo en pompa, mientras que su amiga rubia la tenía empalada con un strap-on.

"¿Es a nosotros?", preguntó Luna.

"Sí. ¡Ayudadme a castigar a esta puta!", nos dijo.

Nos acercamos, curiosos.

"¡Esta puta merece unos azotes!", gritaba la rubia y le metió el strap-on con fuerza cuatro veces seguidas. "¿Verdad?"

"Verdad, Ama. Merezco que me castiguen"

"Por favor", nos indicó la rubia en un tono más amable que con su amante.

Luna y yo nos miramos, y decidimos ayudarlas. Mi amiga no era muy de azotar, pues no le dio muy fuerte. Pero yo le di con un poco más de ganas.

"¡Eso es! ¡Dale otra así!", insistió la rubia, y volvió a follarla con dureza.

Le pegué un segundo azote, y en ese momento, la de pelo verde chorreó. Se había corrido por el combo de mi azote con la polla de goma en su coño.

"Gracias", dijo la rubia, suavizando mucho el tono y sujetando a su amiga para que no se cayera al suelo. "Habéis ayudado mucho"

"Buen trabajo, tigre", me dijo Luna mientras regresábamos al Resort. Sonreí. Aquel sitio me encantaba.

Día 7. Después de comer

Estaba terminando de comer con Luna cuando en ese momento se acercó un grupito de dos chicas y un chico. Por las voces, estaba bastante seguro de que eran los mismos que estaban antes en la playa.

"Disculpa", se dirigieron directamente a Luna. "¿Tienes algún plan para esta tarde?"

"¿Yo?", preguntó, colorada. "Pues, em..."

Me miró, dubitativa.

"Está libre", dije yo. "Si prometéis cuidar bien de ella"

"Por supuesto", aseguró una de las chicas. "Es decir, ¿a ti te apetece?"

"Claro", sonrió Luna. "Me da cosa dejarte aquí..."

"Puede venir también, si os apetece", dijo el chico, cuyos ojos pasaron de mirar el paquete de Luna al mío. Pero negué con la cabeza.

"Yo iba a darme un chapuzón a la piscina. Estaré bien"

"Lástima", dijo una de las chicas, mordiéndose la lengua. "Habrá que jugar entre los cuatro nada más"

Luna se despidió de mi y marchó con sus pretendientes. Yo eché los restos de la comida al cubo, y me dirigí, atravesando el parque, a las piscinas. A mi alrededor, podía escuchar los jadeos de gente follando. Empezaba a pensar que la norma de no follar en los exteriores solo aplicaba cuando no te pillaban los de seguridad. Y estaba seguro de que en algún momento, esa gente aceptaría a hacer la vista gorda con tal de unirse.

Llegué a las piscinas finalmente y entré en el agua lentamente. Nadie estaba nadando, los pocos que había a esas horas flotaban en el agua, y el resto, pretendían ponerse crema solar en las toallas cuando en realidad se estaban metiendo mano. Yo me apoyé en el borde y disfruté del fresquito. Era agradable.

Y mientras estaba ahí, sentí que alguien se sentaba detrás de mi cabeza y pasaba sus piernas por encima de mis hombros. Un agradable masajeo siguió en mi cabeza. Miré hacia arriba, apoyandome en la pelvis de Andrea.

"Se siente bien", le dije.

"Me alegro", respondió. "¿Qué tal llevas el día?"

"No me quejo. Ha estado intenso. ¿Y el tuyo?"

"Bien. Hoy no he follado nada"

"¿Y eso está bien?", me extrañé.

"¿Por qué no? Creo que Irina ya te dijo que no lo necesito de continuo", dijo con calma. "La verdad, hoy me apetecía tranquilidad. Aunque... podría hacer la excepción por ti"

"¿Te me estás ofreciendo?", pregunté con una sonrisa. Y me tiró suavemente del pelo, no haciéndome daño.

"Te has ganado mi favor. No me hagas arrepentirme", me avisó. "Solo he dicho que puedo hacerlo contigo, si quieres"

"Si hoy no te apetece, no"

"¿Y si mañana tampoco me apetece?"

"Pues cuando tengas ganas"

Sonrió. Terminó de acariciarme la cabeza y se metió en el agua, a mi lado. Justo en esa parte hacíamos pie. Se abrazó a mi.

"Perdona, de verdad. Es que hoy no tengo el día"

"¿Ha pasado algo?", le pregunté.

"Bueno. Irina me ha contado lo que piensa de ti. Y lo que quiere hacer cuando acaben las vacaciones"

"Oh..."

"Tengo que saber, si eso ocurre, qué pasaría conmigo. ¿La alejarías de mi?", preguntó entre susurros.

"Jamás haría eso. De hecho... empiezo a pensar que no es tan buena idea. Si eso te hace daño..."

"Para mi vale más la felicidad de Irina que la mía", me dijo. "Y estoy segura de que puedes hacerla muy feliz. ¿Verdad que sí?"

"Andrea...", le aparté el cabello de la oreja, y susurré, "si Irina y yo acabamos juntos, podrás seguir viéndote con ella"

"¿De verdad?", me preguntó, mirándome a los ojos.

"Seguro que eso también ayudará a hacerla feliz"

"Y... ¿me podré ver contigo también?"

"Pensaba que te gustaban más las mujeres"

"No te equivoques. Quien más me gusta es Irina. Luego los hombres, y al final las mujeres", dijo con una sonrisa. "Y tú... estás antes que el resto de los hombres"

"Me siento halagado", sonreí. "Aún no hay nada definitivo con Irina, de todas formas. Pero te prometo que si así puedes ser feliz, haré lo que pueda porque formes parte de nuestra vida"

"Eres un amor", dijo, y me dio un beso.

"¿Seguro que no quieres... que vayamos a un sitio más íntimo?"

"¿Ya pensando en meterme mano?", preguntó. "Bueeeeeno, por ser tú..."

"Si no quieres, podemos hacer otra cosa. ¿Bailas?"

"Mal"

"Igual que yo", le dije. "Y el club abre en un rato"

"De acuerdo. Puedo ir a bailar contigo y tomarme una copa", aceptó. "¿Nos secamos?"

"¿Qué prisa tienes? Disfrutemos del agua, y cuando abran ya nos secamos y movemos el cuerpo"

Día 7. Por la noche

Cuando salimos del agua, Andrea y yo hicimos una pequeña parada para picar algo antes de bailar, y nos apretamos unos hot-dogs. Nos los acabamos antes de entrar en el local de Francesca. Allí fuimos a la barra y nos tomamos un par de chupitos, justo a tiempo de que empezase un tema muy picante.

Andrea tiró de mi hacia la pista de baile y me perreó moviendo el culo con ganas. Yo me dejaba llevar y se lo acariciaba. Se dio la vuelta al terminar la canción y me plantó un beso en la boca.

"¿Vendrás mañana a buscarme?", me preguntó.

"¿Ya ha terminado la noche para nosotros?"

"Mira allí... hay alguien que te busca..."

Me di la vuelta y vi en una mesa a Irina con Matt, ambos me levantaban la mano para que me acercase. Andrea me empujó hacia ellos, y luego se alejó. Tuve que desviarme de la ruta para llegar a ellos por culpa de la gente que no mira cuando baila... y al alcanzar la mesa, les encontré dándose un largo beso.

"Guau. ¿Interrumpo?", pregunté.

"Llegas a tiempo, cariño", dijo Irina, y me comió la boca.

"¿Sabes lo que me gusta esta chica para ti?", preguntó Matt, y también me besó. Joder. Se me había puesto dura en un momento por culpa de los dos.

"Qué cariñosos estáis", dije, sonriendo. "Pero bien, por lo que veo"

"Claro que sí. Esperaba que vinieras por aquí. Nos vamos", dijo Irina.

"¿A dónde?"

"A tu habitación"

Y flanqueado por ambos, caminamos los tres hacia el hotel. En el ascensor se turnaron para besarme, y nos faltó tiempo para cruzar la puerta de mi dormitorio.

"Entonces... ¿queréis un trío?", pregunté, mientras me quitaba la camiseta.

"Puede que luego", dijo Irina. "Tú el otro día me hiciste besarme con Andrea para tu deleite... yo te quiero ver follar con Matt"

"¿Qué?"

"Quiero verte con otro hombre... hazlo... y tendrás tu trío

"¿Es en serio?", pregunté, sorprendido.

"No sabes lo que me pone eso..."

"JP... dame tu amor", dijo Matt.

Me giré a él y ya se había desnudado. Yo me deshice de mi bañador.

"Como si yo no estuviera", susurró Irina, y se quedó a un lado.

Matt y yo nos arrimamos y nos fundimos en un beso potente, de pie ambos, con nuestras pollas frotándose entre sí. Su mano bajó y empezó a estimularnos, provocando mi erección casi instantánea. Yo le besé con ganas, casi absorbiéndole el aliento.

"¿Qué quieres hacerme?", preguntó con un hilo de voz, un hilo de baba de nuestro beso aún unía nuestras bocas.

"¿Por qué no te tumbas en mi cama y te follo entero?", propuse, caliente como una moto.

"¡Oh, qué directo!", exclamó. Y sentí que sus pulsaciones se aceleraban, como me pasaba a mi cuando me hablaban así. "¡Quiero hacerlo!"

Irina me lanzó la botella de lubricante, sin perderse el espectáculo. Me fijé en que se había quitado el pantalón y se estaba acariciando el chochito por debajo de las bragas.

"Solo asegúrate de ser amable y hábil antes de destrozarme el culo, ¿de acuerdo?", me pidió Matt.

"Por supuesto", le respondí y le di un beso.

Él se tumbó en mi cama, alzando las piernas al aire. Miró con anticipación cómo me lubricaba la polla, pajeándome para aplicar bien todo el gel. Matt se mordió el labio inferior mientras me acercaba a él. Dejé caer unas gotas de lubricante en mi dedo antes de aplicarlo alrededor del agujerito de su culo.

"Ooh, eso se siente bien... ¡estoy listo para tu polla!"

"Entonces no te haré esperar más..."

Posicioné mi polla en la entrada de su culo. La cabeza de mi polla presionaba contra la carne suave de su ano fruncido.

"¡Por favor, JP, fóllame con esa gran polla que tienes!"

Sin necesitar más indicaciones por su parte, presioné mis caderas adelante y me deslicé dentro de su culo ansioso.

Sujeté a Matt por los tobillos, manteniendo sus pies en el aire mientras mi polla se establecía dentro de él.

"¡Ohh, JP... me estás llenando!"

"¿Estás preparado para más?"

"¡Estoy más que listo!"

Empecé a empujar dentro y fuera, mis caderas chocaban contra el culo de Matt mientras enterraba mi polla en él una y otra vez.

"¡Oh, sí! ¡Justo así, JP!"

Sus piernas temblaban donde le sujetaba mientras yo se la metía, pero le mantuve firme. Matt apretó las sábanas mientras mi polla entraba y salía, su culo me apretaba con fuerza cada vez. Sus pies se agitaban en el aire con mis embestidas, sus dedos se retraían y estiraban con el placer. Sentí el sudor correr por mi espalda cuando realmente puse fuerza detrás de mis embestidas. A juzgar por sus lascivos gemidos, lo estaba haciendo muy bien.

"¿Cómo se siente, Leo?"

"Lo amo, no tienes idea... ¡sigue así, me lo estás haciendo genial!"

Continué a ese ritmo, manteniendo el mismo ángulo. El culo caliente de Matt abrazaba mi polla muy fuerte, y yo sentía que mi orgasmo se acercaba.

"¡Joder, estoy cerca!", exclamó Matt.

Parecía que iba a ganarme. En cualquier caso, sus músculos se tensaron. Leo sonrió ampliamente cuando golpeé su punto de placer fuerte y profundo.

"¡Te amo, JP!"

Podía sentirle tensarse entre mis manos, su culo apretaba mi polla cada vez más fuerte. De pronto, su polla tembló, y un gemido escapó por su garganta.

"¡Jjjjooooodddeeeerrrrrr!"

Matt disparó un chorro de lefa que le manchó todo el pecho, incluso un poco le cayó sobre su propia lengua sacada. Sus ojos se echaron hacia atrás, todo su cuerpo se balanceaba por el placer.

"Sííí... ¡tan buenooo!"

Pero yo no me había corrido así que continué metiéndosela. Su cerebro parecía sobrecargado por el palcer, y simplemente me dejaba follarle con una sonrisa permanente en su cara.

"Matt, estoy a punto de correrme. ¿Dónde quieres que lo haga?"

Matt no respondía, solo jadeaba fuertemente mientras seguía follándolo. Parecía aturdido por su propio orgasmo, pero verle cubierto por su propio semen me llevaba hasta el límite. Iba a correrme en cualquier momento.

"Córrete dentro de él", me dijo de pronto Irina al oído, que sin darme cuenta se había puesto detrás de mi.

Seguí empujando, follándome al chico con energía. Iba a hacerlo, iba a follarme a este mi amigo-puta y llenarle con mi carga.

"¡Me corro, Matt! ¡Tómalo todo!"

Matt murmuró algo incoherente, pero parecía asentir mientras se la metía una vez más. Me corrí con un gruñido, llenando el culo de Matt con mi lefa. Él gimió mucho mientras descargaba mi semen, su cuerpo se retorcía en mi cama.

"¡Mmnf!"

Por fin terminé de correrme, y sentí que me relajaba un poco. El pecho de Matt subía y bajaba mientras respiraba fuertemente, los signos de su propio orgasmo permanecían sobre su cuerpo.

"Ha sido... guau..." acertó a decir.

Le saqué mi polla con cuidado haciendo un sonido húmedo. Mi gran carga empezó a sobresalir de su agujerito usado.

"Joder, JP, mira cómo me has dejado... No recuerdo la última vez que terminé con tanto semen en mi culo..."

"¿Me he sobrepasado?"

"Claro que no", dijo, con una sonrisa. "Hazlo siempre así conmigo, ha sido increíble...Me da vueltas la cabeza, ¡ha sido muy intenso!"

Yo también tenía que recuperar el aliento.

"Me alegro de oírlo"

"Y yo de haberlo visto", susurró Irina. "Estoy deseando que me folles también..."

Matt estaba de rodillas en la cama, e Irina gateó hacia él. Empezó a chupar su polla lentamente, haciendo ruidos muy sucios. Yo me situé detrás de ella, entendiento qué me tocaba hacer. Mientras ella seguía a lo perrito, deslicé mi polla dentro de su apretado coño. Sus ruidos lascivos empezaron a incluir gemidos aún más intensos por mis acometidas. Yo estaba un poco cansado por el ritmo de follarme a Matt, así que me lo tomé con calma.

"Sí, JP, sigue...", dijo, sacándose la polla de Matt de la boca por un momento.

"Irina..." suspiré.

"Dios, JP, qué envidia..." suspiró Matt. "La chupa muy bien... perdón", dijo, asustado.

"¿Ah, shi?", dijo ella. "¿Tanto te gushta?

"Sí... Irina, me gusta tu boca...", admitió Matt, colorado.

"Bien...", dijo, tomándose un respiro de la mamada. "Quiero que nos guste a los tres... ¡aaahh!" gimió. Apreté un poco el ritmo de mis caderas. "JP, sí... me gusta..."

"Eres la mejor, Irina...", dije mientras la sujetaba con fuerza de las caderas. "¿Te gusta así?"

"Dame un poco más duro", pidió. "Matt... tendrás que acallarme..."

Con mucho cuidado, nuestro amigo empezó a follarle la boca. Sujetaba su cabeza con mimo mientras empujaba sus caderas, metiendo el falo en la boca de Irina, al tiempo que yo me ocupaba de estimular si coñito. Yo continué con el ritmo de mis acometidas hasta que conseguí correrme dentro de ella, manteniendo mi ritmo hasta que ella misma alcanzaba el orgasmo cuando Matt derramaba su semen en su boca.

"Guau...", suspiró Irina. Un chorrito de lefa le cayó por la comisura de la boca. Su coñito también goteaba. "Brutal... brutal..."

"¿Estás bien?", preguntó Matt, preocupado.

"De maravilla" sonrió ella. "Si me he corrido antes también mientras os miraba... Me encanta cómo folla JP"

"A mi también"

"Vais a hacer que me sonroje", dije. "¿Satisfechos?", pregunté.

"Mucho", dijeron ambos. De pronto me vi en medio de la cama, con mis dos amigos amantes cubriéndome con sus cuerpos.

"Me gusta pensar que nuestro futuro puede ser así", suspiró Irina.

"¿De verdad?"

"No se qué planeáis, pero... si incluye cosas como lo de hoy yo me apunto...", sonrió Matt.

No tardamos mucho en quedarnos dormidos los tres, cansados pero satisfechos del polvo echado. Irina tenía razón. Nuestro futuro podía ser muy bonito. aunque quizá hubiera más gente de la que ella pensaba.


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1 comentarios - Resort Sexual - Capítulo 7

Gabriel_Pelli +1
Me explota la pija con luna... y la última de Irina y matt.... es terrible... quiero mas jejejej necesito mas jejejej
PepeluRui
Gracias 😉 Aún tengo algunos capítulos más por escribir 🙂