Era la amiga de mihija Carolina, prácticamente la vi crecer. Una rubia de no más de 1.50, ojoscelestes y flaquita. Y se veía que Roció estaba desarrollándose lindo.
Yo le doblaba la edad y sinceramente no me habíafijado en ella, no al menos como algo posible. Pero un verano note que sumirada había cambiado.
Al principio no quería reconocerlo, no meconsidero un hombre fachero como para una piba de 18 (canoso y con panza) asíque al principio me resistí a que esas miradas intensas fueran realmente lo quemi instinto indicaba.
Pero un día de ese verano quede totalmenteconvencido.
Yo tengo la costumbre en verano de leer en elpatio de mi casa junto a la pileta, es un momento tranquilo donde todo el mundoestá durmiendo así que disfruto la paz con el diario.
Un fin de semana donde Roció se quedó a dormircon mi hija me levante el sábado como todos los días a leer el diario. Estuvesolo unos minutos cuando veo que aparece Roció con un pañuelo envolviéndole elcuerpo.
--- ¡Hola! Pensé que no había nadie --- su tomome dio a entender que mentía.
--- costumbres de viejo --- respondí señalandoel diario.
--- ¿le molesta si nado un poco?
--- para nada nena.
--- gracias…--- dijo y se desato el pañuelo. Fuecuando note que su cuerpo había cambiado, ya no tenía las pequeñas tetitas delaño pasado, estaban creciendo. Sus caderas se habían ensanchado y su cinturaestaba más marcada. Todo en ella era hermoso y tierno.
Nado un rato y luego se acostó del otro lado dela pileta, en los sillones de plástico blanco, a tomar sol.
Su piel brillaba y sentí como mi verga comenzabaa hincharse. Había cumplido 18 hacia unos meses, podía fantasear todo lo quequería sin culpa.
Entonces noto que su mirada esta fija en mí, másespecíficamente en mi maya, donde mi erección se estaba notando.
Yo seguía tras el diario y disimuladamente meacomode la verga para que se notara más, y al instante veo que ella comienza aacercar su mano derecha a su pelvis. Lentamente, como una caricia autoinfringida… hasta llegar al borde de su maya. Y entonces deslizo su mano pordebajo y comenzó a tocarse. Veía su mano por debajo de su maya que se movía demanera rítmica y lenta.
No podía dejar de mirar, estaba totalmenteatrapado en ese movimiento y en su boca que mordía su labio inferior.
De repente veo que saca la mano y se levanta.
--- Caro! Te caíste de la cama!--- mi hija hizosu aparición totalmente ajena a lo que estaba ocurriendo. Inmediatamente sentíque mi pene volvía a su estado calmo.
Después de eso no pasó nada más, ni hablamos alrespecto, pero sus miradas fueron más intensas.
Ella se seguía quedando en casa pero no pasónada.
Hasta una noche de domingo.
Me levante y fui al baño, eran aproximadamentelas tres de la mañana y la casa se sentía dormida.
Termine y cuando abro la puerta para irme devuelta a la cama me la encuentro parada con una remera corta y un culote. Memiraba divertida.
--Hola! --- y me sonrió. Al instante sentí quemi pene estaba despertando. Aquello era real.
--- Que pasa Ro no te podes dormir?
--- No, usted tampoco?
--- la verdad que no me cope con una películaque recién termino, ustedes que se quedaron haciendo?
--- Nos pusimos a ver una peli pero Caro sedurmió hace como una hora, yo termine de verla y acá estoy… --- su miradaestaba nerviosa, sabía que se moría de ganas de ver mi erección. Y quise jugarun poco.
--- No volviste más a la pileta a la mañana quepaso?--- note como su piel blanca se sonrojaba. Comenzó a morderse el labioinferior.--- no te gusto?
--- si…--- fue un murmullo pero lo escuche ynote que su mirada estaba paseando mucho por mis calzoncillos
--- qué pasa?—pregunte despacio --- que miras?
--- no… nada…--- mi verga ya me abultaba demanera importante.
--- ¿la quieres ver Ro?
No respondió, solo seguía con la mirada vagandoentre el piso y mi bulto. Así que abrí la puerta del baño y entre.
--- Pasa… --- dije haciéndole lugar. La vivacilar un poco pero al instante entro, y cerré la puerta con traba.
Se paró frente a mí y se quedó con las manosapretadas a la altura de la bombacha blanca.
--- Bien, arrodíllate y mira lo que quieras.
Lentamente se puso de rodillas y con suspequeñas manos me bajo el bóxer liberando mi verga.
Su rostro al contemplarla fue hermoso, sus ojosse abrieron en señal de asombro.
No tengo una gran verga realmente pero para ellalo era. Y por primera vez en aquella noche fijo sus ojos en los míos. Solo eso,se quedó mirándome con esos ojos verdes.
Con mi mano derecha acaricie su mejilla ysuavemente la dirija hacia la nuca.
Lentamente abrió la boca y vi como los primerosdiez centímetros de mi verga desaparecían en su boca. Sentí su lengua rozar mipene y sus labios cerrarse en torno a él. Y luego el succionar lento y firme.
Aquello era delicioso. Le sujete el pelo rubio ycomencé a introducir más y más la verga hasta llegar a su garganta, momento enel cual tuvo una arcada. Sus ojos se pusieron vidriosos y luego de tragarvolvió a meter mi pene en su boca.
La contemplo por un buen rato, parecía toda unaexperta.
Lentamente aparte su rostro y le indique que separara. Había hilos de saliva por su pera y remera, la cual tome por los bordesy se la quite.
Sus pechos revotaron levente al quedar expuestosde golpe. Los tome y comencé a lamerlos. Sus rosados pezones se tornaron durosy notaba como gemía lentamente.
La gire y la coloque contra la pileta, miexcitación era enorme.
Con la mano derecha le baje la tanga y guie miverga. Mis manos rozaron sus suaves y firmes nalgas antes de posicionar mipene. Su vagina estaba húmeda y lista.
Al instante sentí lo estrecha que era. Tenía quehacerme lugar. Y comencé a empujar lenta pero firmemente. Sus gemidoscomenzaron a ser más fuerte así que le tape la boca y de un golpe la penetretoda.
Sentí sus nalgas contra mi pelvis y su gargantagritar en la mano que tapaba su boca.
Las manos de ella me sujetaron de la cadera paraque me apartara pero estaba demasiado caliente para clamarme y comencé aembestirla.
Su vagina poco a poco comenzó a dilatarse hastaque mi verga se movía con soltura. Pero al poco tiempo de empezar sentí comoella temblaba. Estaba teniendo un orgasmo enorme, sus piernas se aflojaron ytuve que sujetarla para que no caiga de golpe al suelo.
La deposite en el suelo blanco de mi baño.
--- basta --- susurro cuando le libere la boca.Había quedado boca arriba y con una expresión de éxtasis en su rostro.
Observe que mi verga tenia sangre lo que meéxito más, y me incline hacia ella.
--- no… --- intento decir pero le tape la bocaantes de que comenzara a gritar cuando la penetre de nuevo.
La tibieza de su vagina fue hermosa. En cadaembestida sus tetas se sacudían y mientras me la cogía comencé a chupar una.
Estaba arriba de ella, me sentía enorme acomparación, mi panza peluda sobre su tierno y suave abdomen.
Hasta que sentí como su cuerpo se sacudíanuevamente víctima de otro orgasmo. Y entonces no aguante más y descargue todo.
Me erguí y la contemple todo despeinada y conmarcas mías por todo el cuerpo. Estaba seguro que mañana le dolería todo.Aquello me gustaba.
La hice arrodillar y limpiar con la lengua todala sangre y el semen de mi verga.
Me lave las manos y la cara antes de volver a lacama con mi mujer.
Yo le doblaba la edad y sinceramente no me habíafijado en ella, no al menos como algo posible. Pero un verano note que sumirada había cambiado.
Al principio no quería reconocerlo, no meconsidero un hombre fachero como para una piba de 18 (canoso y con panza) asíque al principio me resistí a que esas miradas intensas fueran realmente lo quemi instinto indicaba.
Pero un día de ese verano quede totalmenteconvencido.
Yo tengo la costumbre en verano de leer en elpatio de mi casa junto a la pileta, es un momento tranquilo donde todo el mundoestá durmiendo así que disfruto la paz con el diario.
Un fin de semana donde Roció se quedó a dormircon mi hija me levante el sábado como todos los días a leer el diario. Estuvesolo unos minutos cuando veo que aparece Roció con un pañuelo envolviéndole elcuerpo.
--- ¡Hola! Pensé que no había nadie --- su tomome dio a entender que mentía.
--- costumbres de viejo --- respondí señalandoel diario.
--- ¿le molesta si nado un poco?
--- para nada nena.
--- gracias…--- dijo y se desato el pañuelo. Fuecuando note que su cuerpo había cambiado, ya no tenía las pequeñas tetitas delaño pasado, estaban creciendo. Sus caderas se habían ensanchado y su cinturaestaba más marcada. Todo en ella era hermoso y tierno.
Nado un rato y luego se acostó del otro lado dela pileta, en los sillones de plástico blanco, a tomar sol.
Su piel brillaba y sentí como mi verga comenzabaa hincharse. Había cumplido 18 hacia unos meses, podía fantasear todo lo quequería sin culpa.
Entonces noto que su mirada esta fija en mí, másespecíficamente en mi maya, donde mi erección se estaba notando.
Yo seguía tras el diario y disimuladamente meacomode la verga para que se notara más, y al instante veo que ella comienza aacercar su mano derecha a su pelvis. Lentamente, como una caricia autoinfringida… hasta llegar al borde de su maya. Y entonces deslizo su mano pordebajo y comenzó a tocarse. Veía su mano por debajo de su maya que se movía demanera rítmica y lenta.
No podía dejar de mirar, estaba totalmenteatrapado en ese movimiento y en su boca que mordía su labio inferior.
De repente veo que saca la mano y se levanta.
--- Caro! Te caíste de la cama!--- mi hija hizosu aparición totalmente ajena a lo que estaba ocurriendo. Inmediatamente sentíque mi pene volvía a su estado calmo.
Después de eso no pasó nada más, ni hablamos alrespecto, pero sus miradas fueron más intensas.
Ella se seguía quedando en casa pero no pasónada.
Hasta una noche de domingo.
Me levante y fui al baño, eran aproximadamentelas tres de la mañana y la casa se sentía dormida.
Termine y cuando abro la puerta para irme devuelta a la cama me la encuentro parada con una remera corta y un culote. Memiraba divertida.
--Hola! --- y me sonrió. Al instante sentí quemi pene estaba despertando. Aquello era real.
--- Que pasa Ro no te podes dormir?
--- No, usted tampoco?
--- la verdad que no me cope con una películaque recién termino, ustedes que se quedaron haciendo?
--- Nos pusimos a ver una peli pero Caro sedurmió hace como una hora, yo termine de verla y acá estoy… --- su miradaestaba nerviosa, sabía que se moría de ganas de ver mi erección. Y quise jugarun poco.
--- No volviste más a la pileta a la mañana quepaso?--- note como su piel blanca se sonrojaba. Comenzó a morderse el labioinferior.--- no te gusto?
--- si…--- fue un murmullo pero lo escuche ynote que su mirada estaba paseando mucho por mis calzoncillos
--- qué pasa?—pregunte despacio --- que miras?
--- no… nada…--- mi verga ya me abultaba demanera importante.
--- ¿la quieres ver Ro?
No respondió, solo seguía con la mirada vagandoentre el piso y mi bulto. Así que abrí la puerta del baño y entre.
--- Pasa… --- dije haciéndole lugar. La vivacilar un poco pero al instante entro, y cerré la puerta con traba.
Se paró frente a mí y se quedó con las manosapretadas a la altura de la bombacha blanca.
--- Bien, arrodíllate y mira lo que quieras.
Lentamente se puso de rodillas y con suspequeñas manos me bajo el bóxer liberando mi verga.
Su rostro al contemplarla fue hermoso, sus ojosse abrieron en señal de asombro.
No tengo una gran verga realmente pero para ellalo era. Y por primera vez en aquella noche fijo sus ojos en los míos. Solo eso,se quedó mirándome con esos ojos verdes.
Con mi mano derecha acaricie su mejilla ysuavemente la dirija hacia la nuca.
Lentamente abrió la boca y vi como los primerosdiez centímetros de mi verga desaparecían en su boca. Sentí su lengua rozar mipene y sus labios cerrarse en torno a él. Y luego el succionar lento y firme.
Aquello era delicioso. Le sujete el pelo rubio ycomencé a introducir más y más la verga hasta llegar a su garganta, momento enel cual tuvo una arcada. Sus ojos se pusieron vidriosos y luego de tragarvolvió a meter mi pene en su boca.
La contemplo por un buen rato, parecía toda unaexperta.
Lentamente aparte su rostro y le indique que separara. Había hilos de saliva por su pera y remera, la cual tome por los bordesy se la quite.
Sus pechos revotaron levente al quedar expuestosde golpe. Los tome y comencé a lamerlos. Sus rosados pezones se tornaron durosy notaba como gemía lentamente.
La gire y la coloque contra la pileta, miexcitación era enorme.
Con la mano derecha le baje la tanga y guie miverga. Mis manos rozaron sus suaves y firmes nalgas antes de posicionar mipene. Su vagina estaba húmeda y lista.
Al instante sentí lo estrecha que era. Tenía quehacerme lugar. Y comencé a empujar lenta pero firmemente. Sus gemidoscomenzaron a ser más fuerte así que le tape la boca y de un golpe la penetretoda.
Sentí sus nalgas contra mi pelvis y su gargantagritar en la mano que tapaba su boca.
Las manos de ella me sujetaron de la cadera paraque me apartara pero estaba demasiado caliente para clamarme y comencé aembestirla.
Su vagina poco a poco comenzó a dilatarse hastaque mi verga se movía con soltura. Pero al poco tiempo de empezar sentí comoella temblaba. Estaba teniendo un orgasmo enorme, sus piernas se aflojaron ytuve que sujetarla para que no caiga de golpe al suelo.
La deposite en el suelo blanco de mi baño.
--- basta --- susurro cuando le libere la boca.Había quedado boca arriba y con una expresión de éxtasis en su rostro.
Observe que mi verga tenia sangre lo que meéxito más, y me incline hacia ella.
--- no… --- intento decir pero le tape la bocaantes de que comenzara a gritar cuando la penetre de nuevo.
La tibieza de su vagina fue hermosa. En cadaembestida sus tetas se sacudían y mientras me la cogía comencé a chupar una.
Estaba arriba de ella, me sentía enorme acomparación, mi panza peluda sobre su tierno y suave abdomen.
Hasta que sentí como su cuerpo se sacudíanuevamente víctima de otro orgasmo. Y entonces no aguante más y descargue todo.
Me erguí y la contemple todo despeinada y conmarcas mías por todo el cuerpo. Estaba seguro que mañana le dolería todo.Aquello me gustaba.
La hice arrodillar y limpiar con la lengua todala sangre y el semen de mi verga.
Me lave las manos y la cara antes de volver a lacama con mi mujer.
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