Cuando era chico, pasaba las vacaciones de invierno con mis primas en el campo.
Con Meli, un año mayor que yo, nos pasábamos el día de aquí para allá, y éramos súper compinches. Con Marisa nos llevamos 3 y con Alejandra 5. Las tres me súper mimaban, por ser el primito varón.
A la noche dormíamos en la misma habitación, que como buena casa de campo era bastante fría.
Ya con 12 años, y mis primeras erecciones, estaba todo el tiempo espiando las tetas de Alejandra. Meli odiaba que hiciera eso y cada tanto me comía un codazo.
Una tarde caminando cerca del arroyo nos quedamos mirando como un caballo montaba una yegua. Yo me incomode y Meli reaccionó provocativa
– que? Nunca viste dos animales cojer? Me vas a decir que no sabes cómo se hacen los bebés jaja
– claro que se, por?
– por la cara que pones tonto. Te crees que no me di cuenta como se te para cuando le miras las tetas a Ale?
– que decis tonta?!
– si estás re pajero, te las pasas a cada rato en el baño.
– que decís? Vos seras la pajera
– que decís? Las chicas no nos hacemos la paja, bobo
La discusión se cortó por el llamado a merendar. Pero la incomodidad duro el resto de la noche.
Luego de cenar nos preparamos para dormir. Marisa y Ale se pusieron sus camisones y se metieron en sus camas. Meli y yo de pijamas, dormiríamos en la misma cama, uno a los pies del otro. Cuando las luces se apagaron, Meli se dio vuelta en la cama y se puso de mí lado. El frío en esa casa era bravo, en especial cuando se apagaba el hogar. Recuerdo dormirme enseguida.
A eso la media noche desperté y lo primero que sentí fue el culo de Meli contra mí. Trate de no moverme para no despertarla, pero inmediatamente comencé a sufrir una erección. Al principio quedé paralizado y Meli también. Aunque yo creía que ella dormía, ella creía lo mismo de mi. Pensando en que era mí oportunidad de tocar la cola de una chica, me atreví a poner una mano sobre su nalga. Inmediatamente note que su mano se movía dentro de su pijama. Sin pensarlo dos veces metí mí mano acompañando la suya dentro de su pijama. Por un instante se detuvo, pero a poco, guió mis dedos hasta su vulva. No podía más de mí erección: le estaba tocando la conchita a Meli, podía sentís la humedad y el calor entre mis dedos. Meli empujó su culo más hacia mí y mí pene quedó entre sus nalga. Instintivamente comience a frotan mí pene contra ella, mientras movía mis dedos dentro de su bombacha. Estaba claro que ninguno de los dos estaba dormido. De pronto se detuvo... Bajó su pantalón pijama, y sin darse vuelta metió su mano dentro de mí slip. Su mano apretó fuertemente mí pija. Inmediatamente baje mí pijama hasta las rodillas. Ella se dio vuelta y quedamos uno frente a otro de costado en la cama. Mientras ella me tomaba del rostro y me besaba, yo puse mí pene entre sus piernas, deslizandolo entre sus labios vaginales. Podía sentir la humedad y el calor de su vulva, mientras nuestros pocos bellos púbicos se enredaban. Ella de movió frotando su clítoris contra mí verga. Cuando ella empezó a detenerse, yo continúe moviendome un poco más hasta que mordió mí hombro y apretó con más fuerza sus piernas... No pude más, una descarga salió de mí pene sin contención más que la piel de Meli.. podía sentir el pegote de nuestros fluidos. Ahora sí dormimos plácidamente enredados.
Despertamos con los primeros ruidos, nos acomodamos y nos hicimos los dormidos.
Mis tíos y Marisa se irían al pueblo, y Alejandra cuidaría de nosotros. Cuando partieron mis tíos, Ale se asomó, vio que estabamos dormidos y salió de la casa. Inmediatamente Meli se dio vuelta y puso su mano en mí bulto
- otra vez la tenés dura?- Dijo voz alta
- cállate! Sí, me pasa todas las mañanas- susurré
- no te preocupes, Ale se fue a verlo a Tomás, estamos solos.... Me la mostras?
- eeh bueno pero si te quedas desnuda
- yo ya estoy - contesto mientras llevo mí mano a sus pequeñas tetas. No sé en qué momento se sacó el pijama.
- bueno. - no tarde en quedar desnudo.
- a ver- de un tirón saco la frazada y quedamos los dos desnudos en la cama
- es linda - mientras me agarraba del pene
- vos sos linda- contesté. Nunca había visto de esa manera a Meli.
- eso decís porque me querés cojer.
- cómo anoche?
- eso no es cojer! No me la metiste adentro.
- pero, y si quedas embarazada?
- así no tonto! Si no me la metes adentro no pasa nada
- Aah
- querés que lo hagamos otra vez?
- bueno
- pero yo arriba
Se subió encima mío aplastando mí verga con su vulva. Al principio resultó un poco incómodo, pero enseguida sus fluidos lubricaron la fricción. No tardamos en corear gemidos, y nuestros pubis empaparse con nuestros fluidos.
Esa fue mí casi primera vez.
Esas vacaciones no entretuvimos bastante cociendo nuestros cuerpos a escondidas por el campo..
Con Meli, un año mayor que yo, nos pasábamos el día de aquí para allá, y éramos súper compinches. Con Marisa nos llevamos 3 y con Alejandra 5. Las tres me súper mimaban, por ser el primito varón.
A la noche dormíamos en la misma habitación, que como buena casa de campo era bastante fría.
Ya con 12 años, y mis primeras erecciones, estaba todo el tiempo espiando las tetas de Alejandra. Meli odiaba que hiciera eso y cada tanto me comía un codazo.
Una tarde caminando cerca del arroyo nos quedamos mirando como un caballo montaba una yegua. Yo me incomode y Meli reaccionó provocativa
– que? Nunca viste dos animales cojer? Me vas a decir que no sabes cómo se hacen los bebés jaja
– claro que se, por?
– por la cara que pones tonto. Te crees que no me di cuenta como se te para cuando le miras las tetas a Ale?
– que decis tonta?!
– si estás re pajero, te las pasas a cada rato en el baño.
– que decís? Vos seras la pajera
– que decís? Las chicas no nos hacemos la paja, bobo
La discusión se cortó por el llamado a merendar. Pero la incomodidad duro el resto de la noche.
Luego de cenar nos preparamos para dormir. Marisa y Ale se pusieron sus camisones y se metieron en sus camas. Meli y yo de pijamas, dormiríamos en la misma cama, uno a los pies del otro. Cuando las luces se apagaron, Meli se dio vuelta en la cama y se puso de mí lado. El frío en esa casa era bravo, en especial cuando se apagaba el hogar. Recuerdo dormirme enseguida.
A eso la media noche desperté y lo primero que sentí fue el culo de Meli contra mí. Trate de no moverme para no despertarla, pero inmediatamente comencé a sufrir una erección. Al principio quedé paralizado y Meli también. Aunque yo creía que ella dormía, ella creía lo mismo de mi. Pensando en que era mí oportunidad de tocar la cola de una chica, me atreví a poner una mano sobre su nalga. Inmediatamente note que su mano se movía dentro de su pijama. Sin pensarlo dos veces metí mí mano acompañando la suya dentro de su pijama. Por un instante se detuvo, pero a poco, guió mis dedos hasta su vulva. No podía más de mí erección: le estaba tocando la conchita a Meli, podía sentís la humedad y el calor entre mis dedos. Meli empujó su culo más hacia mí y mí pene quedó entre sus nalga. Instintivamente comience a frotan mí pene contra ella, mientras movía mis dedos dentro de su bombacha. Estaba claro que ninguno de los dos estaba dormido. De pronto se detuvo... Bajó su pantalón pijama, y sin darse vuelta metió su mano dentro de mí slip. Su mano apretó fuertemente mí pija. Inmediatamente baje mí pijama hasta las rodillas. Ella se dio vuelta y quedamos uno frente a otro de costado en la cama. Mientras ella me tomaba del rostro y me besaba, yo puse mí pene entre sus piernas, deslizandolo entre sus labios vaginales. Podía sentir la humedad y el calor de su vulva, mientras nuestros pocos bellos púbicos se enredaban. Ella de movió frotando su clítoris contra mí verga. Cuando ella empezó a detenerse, yo continúe moviendome un poco más hasta que mordió mí hombro y apretó con más fuerza sus piernas... No pude más, una descarga salió de mí pene sin contención más que la piel de Meli.. podía sentir el pegote de nuestros fluidos. Ahora sí dormimos plácidamente enredados.
Despertamos con los primeros ruidos, nos acomodamos y nos hicimos los dormidos.
Mis tíos y Marisa se irían al pueblo, y Alejandra cuidaría de nosotros. Cuando partieron mis tíos, Ale se asomó, vio que estabamos dormidos y salió de la casa. Inmediatamente Meli se dio vuelta y puso su mano en mí bulto
- otra vez la tenés dura?- Dijo voz alta
- cállate! Sí, me pasa todas las mañanas- susurré
- no te preocupes, Ale se fue a verlo a Tomás, estamos solos.... Me la mostras?
- eeh bueno pero si te quedas desnuda
- yo ya estoy - contesto mientras llevo mí mano a sus pequeñas tetas. No sé en qué momento se sacó el pijama.
- bueno. - no tarde en quedar desnudo.
- a ver- de un tirón saco la frazada y quedamos los dos desnudos en la cama
- es linda - mientras me agarraba del pene
- vos sos linda- contesté. Nunca había visto de esa manera a Meli.
- eso decís porque me querés cojer.
- cómo anoche?
- eso no es cojer! No me la metiste adentro.
- pero, y si quedas embarazada?
- así no tonto! Si no me la metes adentro no pasa nada
- Aah
- querés que lo hagamos otra vez?
- bueno
- pero yo arriba
Se subió encima mío aplastando mí verga con su vulva. Al principio resultó un poco incómodo, pero enseguida sus fluidos lubricaron la fricción. No tardamos en corear gemidos, y nuestros pubis empaparse con nuestros fluidos.
Esa fue mí casi primera vez.
Esas vacaciones no entretuvimos bastante cociendo nuestros cuerpos a escondidas por el campo..
2 comentarios - Mí casi primera vez
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