Buenas a todos, les voy a contar cómo logré meter mi pene en la vagina de mi hermana menor y a ella le encantó 🔥
Yo tengo 22 años, y soy mayor por 5 años respecto a mi hermanita, pero esto comenzó cuando yo tenía 20 y ella 15 años.
Una noche cuando nos quedamos solos en casa porque nuestros padres salieron a una fiesta, estaba muy aburrido jugando con mi celular, mirando ig y fotos de pendejas por fb, cosa que empezó a calentarme y a ponerse duro mi pene,
MI hermana estaba en ese momento en el living viendo tele, y yo supongo que pensó que yo estaba dormido pues le bajó el volumen al televisor y estaba viendo porno, yo la espíe un momento para intentar comprobar si se había dormido ella y de "casualidad" justo estaba dando una porno en algún canal o ella misma busco ese tipo de contenido, pues resultó lo segundo.
Ella tenía en la mano el control listo para cambiar el canal por si yo aparecía, y la otra se masajeaba las tetas, que por cierto las tiene de tamaño medio pero bien redonditas y con pesones rosaditos, muy ricos para chuparlos y jugar con ellos.
La cuestión es que yo nunca la había visto con intenciones sexuales, sino más bien como una chica de buenos modales y nada mas, pero al percibir que ella ya tenía deseos sexuales empecé a notar que su cuerpo estaba delicioso, ya que es delgada pero con un culito redondito y cuando usa calzas casi siempre se le marcaba la conchita, razón por la que mamá le pedía que se "acomode" la calza para evitar miradas de pajeros.
Siempre tuve en duda si ella cuando de bañaba con mi prima (que desde chicas acostumbraban a ducharse juntas) probaron alguna vez el sexo lésbico, pues sus "duchas" duraban más de una hora.
La cosa es que al verla mirar porno y excitarse, me surgió la duda de que hacer, pues podía asustarla o retarla por estar mirando eso, o también podía desquitar mi erección intentando ver si su excitación la llevaba a hacer algo conmigo, pues el incesto es complicado y puede destruir una familia para siempre.
Se me ocurrió acercarme despacio con mi pene en mano y decirle que "la tenía igual de dura" que el de la película jaja, pero también me entró temor por si ella se molestara o peor, me acusará con nuestros padres y tener problemas severos. Así que me arriesgué y caminé con mi pene fuera del pantalón y boxers hacia ella, que solo prestaba atención a la escena de sexo de la película, con voz temerosa solo alcance a decirle "tengo algo aquí parecido a eso", a lo que ella rápidamente cambió de canal y se sobresaltó, yo automáticamente guardé mi pene y pensé que la había cagado, pero fue mi sorpresa cuando ella me preguntó si hace mucho que llevaba viéndola ahí mirando porno, le contesté que unos minutos pero lo suficiente para saber que estaba caliente.
Ella me dijo que no le diga nada a nuestros padres, pero que de vez en cuando le entraban ganas de autosatisfaserce como lo hacemos todos, le dije que estaba bien y que podía contar con mi silencio, incluso me animé a decirle que si necesitaba un pene para calmar sus ansias usara el mío, y que no me viera en esos momentos como su hermano, sino una verga más sin compromiso alguno. Ella al principio estaba renuente y algo dudosa, pero todo se intensificó cuando me preguntó si podía ver de qué tamaño la tenía, le dije al instante que ya se me había bajado por el susto de que ella se enoje, y lo tenía "dormido" y que si quería verlo en todo su esplendor necesitaba excitarme, ella retrucó diciendo que podía poner la película porno nuevamente, pero yo más astuto aún le dije que si ella me excitaba le prestaba mi pene para que calme sus deseos y se fuera a dormir feliz jaja, a lo que tras dudar unos momentos ella aceptó pero haciéndome jurar que sería una sola vez y nadie jamás debía enterarse, entonces me dijo "si ves mis tetas te alcanza para que se te ponga dura?", a lo que le dije que si con verlas no se me paraba me debía dejar tocarselas aunque sea un poco, ella desafiante me dijo que sus tetas eran hermosas y que con solo verlas ya la tendría dura como un fierro, riéndose, acepte el desafío y me sente en el sillón a ver ese par magistral de pechos dignos de masajear por horas completas.
Se sacó su remera, y su corpiño dejándome ver el espectáculo más sublime de todos, unas tetas perfectas, ni tan grandes ni tan pequeñas, perfectas, con unas aureolas y pezones rosaditos como botones pequeños, que en la lengua de uno de seguro llenarían de orgasmos sensitivos, no pasó ni 10 segundos desde que vi sus hermosos senos cuando en mi pantalón ya se notaba una nueva erección, y ella al notarlo río diciendo que ganó y que sabía que solo con mostrarme las tetas ya se me pararia, y que estaba incluso dispuesta si no lo lograba a dejarme tocarselas.
Le dije que aún así se las iba a tocar, pero primero cumpliría mi parte, bajandome el pantalón y el bóxer dejando salir mi duro pene a la vista de sus ojos, tras lo cual ella quedó fascinada, pues no es lo mismo ver una pija en una película que en vivo y en directo delante suyo, puse mi mano en mi pene y lo comencé a masajear de arriba a abajo, ella abrió la boca como para largar un suspiro silencioso y acercándose despacio me pregunto si podía tocarla.
Yo feliz le dije que no solo eso, que si quería nos podíamos olvidar que éramos hermanos en ese momento y darnos un festín de sexo delicioso entre nosotros dos solos, aprovechando la casa para nuestros placeres, culear y culear por horas hasta llegado el amanecer con nuestros padres. Ella sin dudarlo me dijo que le encantaría coger y que si el sexo entre hermanos le gustara lo volveríamos a hacer nuevamente. Ese nuevo objetivo me llevó a pensar que debía esforzarme en darle tanto placer como pudiera para que se repitiese en más ocasiones. Solté mi pene y me abalance a sacarle su pantalón y ropita interior dejándola desnudita, para recostarla en el sillón y dirigir mi cara hacia lo que tenía entre las piernas.
Comenzando con un besito en la parte superior de su mojada vaginita, inicie el sexo oral más enérgico que había hecho nunca, pasando mi lengua por todas sus partes, separando sus labios y frotandolos con mi lengua, a lo que ella de tanta calentura empezó a moverse de un lado al otro en el sillon, tuvo un orgasmo cuando sujetando mi cabeza en su deliciosa concha me pedía que no dejara de mover mi lengua, el sudor ya recorría su abdomen y sabía que ahora me tocaba gozar a mi, pues mi pene pedía que mi hermana lo tratara con la misma dedicación que yo le puse a su vaginita, y no fue para menos, ya que usando su boca y manos me hizo un pete tan pero tan rico, que en menos de 3 minutos le dije que estaba por tirar mi leche, a lo que le pregunté si podía acabar en su boca, ella aceptó diciendo que nunca había tomado semen, pues dudaba en cómo pedirselo a su novio, a lo que libere la descarga más grande de mi vida hasta entonces, saliendo de la punta de mi pene caliente llenando la boca de mi pequeña hermana, y ella esperando hasta la última gota para saborearlo y verificar si es tan delicioso como lo muestran en las películas.
Lo tragó sin disgusto y dijo que se sentía caliente y agridulce en su paladar, y que podía sentir como avanzaba por su esófago hasta llegar y caer en su estómago, tras lo cual su mirada fue un poco de decepción cuando vio mi pene flácido tras haber eyaculado. Yo quería que se me parara nuevamente y lo más rápido posible, pues podía acabarse las ganas de mi hermana y perder la oportunidad tal vez de intentar introducir mi miembro dentro de mi hermana, a lo que ella me dice "si se te pone dura rapido te dejo que me culees sin preservativo" a lo que yo me dispuse a usar mis manos para sentir su cuerpito, sus nalgas, tetas, vagina, todo para que en breves momentos ya cobrase dureza nuevamente mi verga.
Ella más feliz que yo me agarro de la mano y me llevó al cuarto de nuestros padres, pues según ella la cama era la más grande y podíamos hacer muchas poses ahí, a lo que mi mente empezó a imaginar el festín sexual que nos estábamos por dar...
Sin poder procesar lo rápido que todo estaba pasando ya tenía mi pene en mano a centímetros de la vagina de mi hermanita, y ella toda húmeda y a la expectativa de ver como mi pito se hundía en su vaginita. Como toda persona respetuosa primero golpeé mi verga en su conchita como "anunciando" que "alguien iba a entrar" jaja empujando lentamente y vislumbrando como mi trozo de carne se perdía entre ese hoyito del amor, y cayendo en la cuenta que tenía mi pene dentro de mi hermana y no solo eso, sino que ambos lo estábamos gozando. Inicie el clásico vaivén lento y aumentando el ritmo y bajandolo según lo pedían nuestros cuerpos, esta vez el abdomen de mi hermana empezó a sudar más rápido aún que cuando le hice sexo oral, y sus gemidos eran más fuertes, yo daba gracias a cada instante de poder estar cogiendo tan erótica hembra y más que nada de tener aún muchísimas horas hasta la llegada del sol y de nuestros padres, incluso suplicando que el reloj no avanzara más y se quedara ahí estático y eterno para poder gozar del introducir mi erecto pene dentro de mi hermanita, deslizarlo y moverlo a gusto, sintiendo cada parte de su interior, sacándola para disfrutar nuevamente de la imagen de verlo perderse en las paredes vaginales de tan sublime y excitante mujer, imaginando cuantos no quisieran estar haciéndole el amor a mi hermana y solo podían soñar con meter sus pijas en ella y yo lo estaba haciendo.
Dieron las 22 : 15 cuando después de una hora completa de sexo ella me permitió eyacular en su interior, pero diciéndome que la siguiente tirada de leche la quería nuevamente en su boca. Yo estaba en el cielo sabiendo que ella me anunciaba que después de ese polvo podíamos hacerlo más veces esa noche. Cansados y jadeando llegamos al orgasmos final de ese primer encuentro entre nuestros órganos sexuales, y libere cada gota de semen que tenía en su rosada vaginita, tras lo cual no tiramos rendidos en la cama riendo y celebrando todos los posibles escenarios sexuales que podíamos tener de ese momento en adelante.
Narrabamos posibles lugares donde culear tranquilos, posiciones, horarios, juegos, etc que podíamos hacer ya sea que apenas tengamos ganas, y que ya no era necesario conformarnos con pajas o autosatisfacciones solitarias, ahora podíamos dar rienda suelta a nuestros deseos sexuales sin prejuicios y sobre todo, disfrutar al máximo de nuestros cuerpos para gozar sin ningún compromiso, pues para el mundo seguiríamos siendo simplemente hermanos, pero entre nosotros sabríamos que seríamos compañeros de sexo, de lujuria.
No pasó ni ni un cuarto de hora mientras hablábamos que nos dimos cuenta que mi verga estaba dura nuevamente, y mirándonos de manera cómplice volvimos a hundir mi pedazo de carne en el interior de mi su cuerpo, ella arriba mío saltando de placer mientras yo jugaba con sus tetas y sentía como su vaginita subía y bajaba por mi miembro, está vez la cogida duro mucho más, a tal punto que ya eran las 3 a.m. cuando terminamos el segundo polvo.
La tercera culeada duró casi hasta las 05 : 30 pero también ya estamos muy agotados y nuestros cuerpos pedían un respiro, notando que su concha estaba ya no rosadita, sino roja de tantas penetraciones que recibió, muy húmeda por la cantidad enorme de leche que deposité, y claro en su boca también, por otro lado mi pene estaba feliz de haber disfrutado de tan hermoso placer y aún bañado en los jugos vaginales y la saliva de mi hermanita.
En próximos relatos contare las siguientes aventuras y desafíos sexuales que nos propusimos y realizamos hasta hoy en día, en el que ella ya tiene 17 años y yo 22, pero aún seguimos culeando sin parar en cada oportunidad...
3 comentarios - Culeando con mi hermana - Relato erotico