Le escribí y me dijo que no estaba interesado,en general suelo quedarme con eso y buscar al siguiente inmediatamente, pero…eneste caso sentía que tenía que insistir, le volví a escribir y le pregunteporque no quería estar conmigo si en algunas publicaciones en mi perfil y porTelegram había parecido bastante entusiasmado con la posibilidad de tenerme enalgún momento, me comento que cuando le escribí se sintió abrumado e incapaz,que era un hombre casado, grande para míy que además era un simple verdulero. Le conteste que eso a mí no me importabay que un premio era un premio, que no me gustaba quedarme con deudas y que siesta vez me rechazaba ya si iba a volver a sortear el lugar. Me dijo que, siesa vez y luego salió con otra excusa, según él vivía lejos, aunque no sabía adonde vivo yo por lo cual le dije que no se preocupara que yo viajaba a dondevivía, en realidad no era tan lejos, eran tan solo unas cuantas horas encolectivo y nada más.
Me paso la dirección de su casa, pero me dijoque cuando llegara le mandara un mensaje de texto y lo esperara en un parqueque estaba a una cuadra, cuando llegue al lugar, luego de hidratarme ydescansar unas cuantas horas más le mande el mensaje y me dijo que lo esperaraen donde estaba, en ese parte, atrás de unos frondosos árboles que estabanalejados pero que dejaban ver apenas la puerta de entrada de la verduleríacuando el salió por la puerta y saludo a alguien que imagine era la esposa,claramente estaba trabajando porque salió con ropa súper cómoda y a la vez muysucia. Cuando llego a mi quedo sin palabras, yo había ido con una remera blancaque me dejaba al descubierto el ombligo y un short de jean porque claramentehace días de demasiado calor por aquí, la tenía olor a verduras, a frutas, asudor y a mugre y lo primero que hizo luego de saludarme con un beso en lamejilla es decirme que no podía creer que fuera a suceder, que creía que todoera mentira a lo cual sonreí y le dije que ahora iba a comprobar que era todocierto. Me pregunto si me molestaba que tuviéramos el turno ahí o si preferíaque fuéramos a un hotel, yo le dije que no me importaba en donde mientras él sesintiera cómodo y seguro, claramente ese lugar era riesgoso.
Se acercó a mí y me beso en la boca, tenía unsabor raro, pero no era del todo feo, besaba definitivamente muy bien, al puntode que logro excitarme al instante y comencé a tocar su miembro por sobre elpantalón de algodón que traía puesto. Si yo no rompía el hielo él no lo iba ahacer tampoco por lo que rápidamente lo llevé en contra del árbol más cercanoen donde quedábamos ocultos, pero se escuchaba la gente pasar conversando a lavez y a lo lejos y comencé a bajar su pantalón sin dejar de besarlo, poco apoco metí más manos en hasta casi acariciar sus nalgas las cuales estabansudadas por completo, eran casi las tres de la tarde por lo que tenía sulógica, él no se atrevía a desnudarme o ponerme una mano encima pero se dejabaseducir en todo momento por mí. Baje sus pantalones de una vez por todas,estaba un poco desesperado la verdad, el ya comenzaba a decirme algunas cositasmás fuertes, pero aún muy tranquilo el señor. Cuando metí su verga en mi bocasentí un fuerte sabor, combinación de todo lo que ya he mencionado, comencé confuerza, la probé apenas con la lengua antes de meterla hasta el fondo de migarganta para que terminara de crecer dentro mío, claramente a él le gustabaporque poco a poco me tomo de la cabeza para dirigir el mismo el ritmo del sexooral que le estaba dando.
“Putito de mierda”
“Como te gusta la pija”
“Te voy a coger toda”
“Que nenita rica”
Fueron las frases que comenzaron a salir de suboca cada vez con más naturalidad, me levanto del suelo y no se animó a besarmeporque un hilo de saliva no se había desprendido a tiempo de mi boca y seconectaba con su pene erecto el cual ya había comenzado a lanzar sus fluidos.
Me puso de espaldas contra el árbol y mi short,que ya estaba desabrochado, comenzó a deslizarse hacia abajo con la ayuda desus manos, la tanga color salmón de encaje que me había puesto claramente lovolvió loco porque de inmediato la corrió de su lugar y me fornico de lleno, miespalda se arqueo casi instintivamente y comencé a gemir mientras él mepenetraba, me ayudo a quitarme la remera y pronto quede completamente desnudacon sus manos sobre mi espalda acariciándome mientras no dejaba de cogerme.
“Me coges mejor que mi mujer”
Su pene salió de mi colita haciendo el ruido desu humedad en contacto con la mía, se sentó en el pasto del lugar y me ordenochuparle las piernas, limpiarle con la lengua la unión de las mismas y luegobesar su miembro, lamerlo, probarlo de nuevo antes de acostarme a mí en elsuelo y, arriba mío, cogerme la boca como si de una vagina se tratara, muchasveces me ahogaban sus fluidos, pero él no paraba y yo tampoco quería que lohiciera.
“Siéntate en la pija puta”
Me dijo con convicción y yo le hice caso, unaposición un poco incomoda pero que hizo que su miembro entre más en mí, cuandoacabo adentro mío luego de un rato la oscuridad ya le estaba ganando a la luzen aquel parque, se paró en frente mío y yo que estaba cansada, semi acostadaen el suelo y le dijo que le chupara el culo, lo hice y volvió a acabar en eseacto, pero ahora en mi boca pidiéndome que lo trague al final a lo cual por supuestohice caso.
Me limpie, nos vestimos y me beso, me preguntocuando cobraba yo para vernos de vez en cuando y le dije el costo, me dijo queme iba a volver a llamar de seguro y que estuvo buenísimo. Luego de eso mevolví a mi casa y el a la suya, cuando llegué me envió un texto para ver sihabía llegado bien, un amor el señor y yo quede contenta porque deje a uncliente, un seguidor, mejor dicho, bien satisfecho con mi trabajo. Me costóquitarme el hedor de su sudor sobre mi cuerpo incluso después de bañarme, perodefinitivamente eso me importo verdaderamente poco en todo momento. Fui suya,su amante, su mujer, su puta y eso es lo más importante.
Me paso la dirección de su casa, pero me dijoque cuando llegara le mandara un mensaje de texto y lo esperara en un parqueque estaba a una cuadra, cuando llegue al lugar, luego de hidratarme ydescansar unas cuantas horas más le mande el mensaje y me dijo que lo esperaraen donde estaba, en ese parte, atrás de unos frondosos árboles que estabanalejados pero que dejaban ver apenas la puerta de entrada de la verduleríacuando el salió por la puerta y saludo a alguien que imagine era la esposa,claramente estaba trabajando porque salió con ropa súper cómoda y a la vez muysucia. Cuando llego a mi quedo sin palabras, yo había ido con una remera blancaque me dejaba al descubierto el ombligo y un short de jean porque claramentehace días de demasiado calor por aquí, la tenía olor a verduras, a frutas, asudor y a mugre y lo primero que hizo luego de saludarme con un beso en lamejilla es decirme que no podía creer que fuera a suceder, que creía que todoera mentira a lo cual sonreí y le dije que ahora iba a comprobar que era todocierto. Me pregunto si me molestaba que tuviéramos el turno ahí o si preferíaque fuéramos a un hotel, yo le dije que no me importaba en donde mientras él sesintiera cómodo y seguro, claramente ese lugar era riesgoso.
Se acercó a mí y me beso en la boca, tenía unsabor raro, pero no era del todo feo, besaba definitivamente muy bien, al puntode que logro excitarme al instante y comencé a tocar su miembro por sobre elpantalón de algodón que traía puesto. Si yo no rompía el hielo él no lo iba ahacer tampoco por lo que rápidamente lo llevé en contra del árbol más cercanoen donde quedábamos ocultos, pero se escuchaba la gente pasar conversando a lavez y a lo lejos y comencé a bajar su pantalón sin dejar de besarlo, poco apoco metí más manos en hasta casi acariciar sus nalgas las cuales estabansudadas por completo, eran casi las tres de la tarde por lo que tenía sulógica, él no se atrevía a desnudarme o ponerme una mano encima pero se dejabaseducir en todo momento por mí. Baje sus pantalones de una vez por todas,estaba un poco desesperado la verdad, el ya comenzaba a decirme algunas cositasmás fuertes, pero aún muy tranquilo el señor. Cuando metí su verga en mi bocasentí un fuerte sabor, combinación de todo lo que ya he mencionado, comencé confuerza, la probé apenas con la lengua antes de meterla hasta el fondo de migarganta para que terminara de crecer dentro mío, claramente a él le gustabaporque poco a poco me tomo de la cabeza para dirigir el mismo el ritmo del sexooral que le estaba dando.
“Putito de mierda”
“Como te gusta la pija”
“Te voy a coger toda”
“Que nenita rica”
Fueron las frases que comenzaron a salir de suboca cada vez con más naturalidad, me levanto del suelo y no se animó a besarmeporque un hilo de saliva no se había desprendido a tiempo de mi boca y seconectaba con su pene erecto el cual ya había comenzado a lanzar sus fluidos.
Me puso de espaldas contra el árbol y mi short,que ya estaba desabrochado, comenzó a deslizarse hacia abajo con la ayuda desus manos, la tanga color salmón de encaje que me había puesto claramente lovolvió loco porque de inmediato la corrió de su lugar y me fornico de lleno, miespalda se arqueo casi instintivamente y comencé a gemir mientras él mepenetraba, me ayudo a quitarme la remera y pronto quede completamente desnudacon sus manos sobre mi espalda acariciándome mientras no dejaba de cogerme.
“Me coges mejor que mi mujer”
Su pene salió de mi colita haciendo el ruido desu humedad en contacto con la mía, se sentó en el pasto del lugar y me ordenochuparle las piernas, limpiarle con la lengua la unión de las mismas y luegobesar su miembro, lamerlo, probarlo de nuevo antes de acostarme a mí en elsuelo y, arriba mío, cogerme la boca como si de una vagina se tratara, muchasveces me ahogaban sus fluidos, pero él no paraba y yo tampoco quería que lohiciera.
“Siéntate en la pija puta”
Me dijo con convicción y yo le hice caso, unaposición un poco incomoda pero que hizo que su miembro entre más en mí, cuandoacabo adentro mío luego de un rato la oscuridad ya le estaba ganando a la luzen aquel parque, se paró en frente mío y yo que estaba cansada, semi acostadaen el suelo y le dijo que le chupara el culo, lo hice y volvió a acabar en eseacto, pero ahora en mi boca pidiéndome que lo trague al final a lo cual por supuestohice caso.
Me limpie, nos vestimos y me beso, me preguntocuando cobraba yo para vernos de vez en cuando y le dije el costo, me dijo queme iba a volver a llamar de seguro y que estuvo buenísimo. Luego de eso mevolví a mi casa y el a la suya, cuando llegué me envió un texto para ver sihabía llegado bien, un amor el señor y yo quede contenta porque deje a uncliente, un seguidor, mejor dicho, bien satisfecho con mi trabajo. Me costóquitarme el hedor de su sudor sobre mi cuerpo incluso después de bañarme, perodefinitivamente eso me importo verdaderamente poco en todo momento. Fui suya,su amante, su mujer, su puta y eso es lo más importante.
1 comentarios - El verdulero deja a su mujer, soy suya (Seguidor nro. 300)