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Mi jefe dominante con mi novia 4

Mi jefe dominante con mi novia 4

Era obvio que las cosas se iban a repetir e iban a crecer en intensidad, no se cuantas pajas me hice recordando las imágenes de todo lo ocurrido, después de casi una semana el jefe me dijo, decile a tu novia que se acueste en ese hermoso sillón que tiene, solo con una remera puesta y la almohada debajo de la pelvis, me encanto como se pone, y como se le marca el culazo, nosotros tomamos algo y vamos para allá avisale…
Fuimos a tomar algo, cuando llegamos al departamento Débora estaba con una remera negra, la almohada debajo de la pelvis, y desnuda de la cintura para abajo, se notaba su culazo a full, el jefe se desnudó, su pija durísima una vez más y se arrodilló detrás de ella, que estaba con la cabeza de costado como en un ensueño. Apoyó su miembro y en cámara lenta fue dejándose caer sobre ella que gimió suavemente mientras sentía el miembro y el peso de él sobre ella. Con su mano izquierda le acaricio el pelo y acomodó su cara al costado de la cara de ella, mientas la iba cogiendo suavemente. Le habló suavemente en el oído pero no llegué a escuchar lo que le decía, ahora le chupaba el cuello y la cogía suavemente, seguía hablando suavemente en el oído, ella tenía la cara de costado, los ojos cerrados y gemía suavemente, volvió a hablarle suavemente al oído y ella volvió a sonreír, estaba tan excitado y celoso, no se parecía para nada al primer encuentro, me parecía mucho más romántico. Él se incorporó sobre sus brazos para mirarla de más lejos mientras la seguía cogiendo. Le acariciaba los pelos, la cara, ella gemía sin parar, se incorporó un poco más quedando sobre sus rodillas y disfrutando de la vista y el tacto del culazo de mi novia, que manoseaba a placer. Volvió a inclinarse sobre ella y pasó sus brazos por dentro de los de ellas, su cara pegada a la de ella nuevamente, empezó a acelerar el bombeo, ella le acariciaba los brazos mientras gemía, siempre con los ojos cerrados, la agarró bien fuerte del pelo y esta vez se vació bien profundo dentro de ella.
Lo cuento así, la secuencia, pero cada cosa fue mucho más lenta, tuve mi primer orgasmo, que tuve que irme de raje al baño, cuando él se acercó a su cara, le chupaba el cuello, le hablaba susurrándole en el oído. Después acabe de nuevo cuando él estaba llegando, no podía creer que la estuviera llenando de leche y yo no solo no hiciera nada para impedirlo, sino que fuera cómplice y me excitara con la situación.
Al día siguiente, en la empresa, junté coraje y le dije al jefe que me parecía muy romántico todo lo que había pasado, ni siquiera me contesto, me dijo que el lunes de la semana siguiente le pidiera a mi novia que viniera.
Me invitó a tomar algo y me dijo,
-El lunes vamos a ir a la casa que era de mis padres, es muy grande con un inmenso jardín, tengo un taller donde tengo mi moto, un sillón, tiene un cuarto con algunas máquinas para hacer gimnasia… -hizo una pausa.
Estuve pensando en lo que dijiste… mi mujer sabe que yo tengo aventuras… no le molesta… e inclusive llegó a aceptar que lo haga sin preservativo… con putitas como tu novia… -sentí como mi pija se ponía dura con el comentario- pero me pidió que tratara de no enamorarme… y creo que tenes razón… el otro día casi la beso a tu novia… y de ahí… a terminar enamorándose… un paso… además es tan sumisa y tan puta…
Fuimos en su auto a la casa que había sido de sus padres, otra vez Debie sentada a su lado, él acariciándole las piernas o de a ratos haciendo que se la chupara mientras manejaba, entramos al garaje que era re grande, había herramientas, un sillón, equipo de música y una hermosa moto, el portón parecía cerrarse en cámara lenta, la tomó del pelo a Débora y la hizo arrodillar delante de él, desabrochó su pantalón, como siempre no tenía ropa interior y se la dio a chupar. La levantó y la apoyó en la moto, ella tenía unas calzas de esas que parecen de cuero, le soltó un fuerte cachetazo en los glúteos. Se lo manoseo un rato, le bajó las calzas dejando su culito al aire, lo volvió a manosear y otra vez descargó un sonoro cachetazo sacándole otro gemido fuerte, así estuvo manoseando y cacheteando hasta que se agachó un poco detrás de ella y se la metió, el seguía con los pantalones puestos, solo abiertos por delante, la agarraba de la cintura y la cogía fuerte haciéndola gemir, de a ratos le descargaba un sonoro cachetazo, la agarró fuerte del pelo y le levantó la cabeza, ella por primera vez me miro. Así la siguió cogiendo sobre la moto, gimiendo los dos. No se parecía en nada al encuentro romántico de la última vez, después de cogerla un rato larguísimo de tirarle del pelo, se detuvo un segundo y le dijo.
-Sabes lo que quiero… -Ella no dijo nada, se hizo una larga pausa.- quiero mi pija en tu hermoso culito… vos la queres…?
-Si…
-Queres que te coja el culo…?
-Si…!!
-Te puede doler…
-Si…
Se la sacó, le dijo…
-Separa los cachetes con tus manos… -se la fue metiendo de a poco, toda por el culito, ella me miraba con cara de goce, le daba bien duro.
-Donde está mi pija…?
-En mi culo…
-Si… -y gemía cada vez más guturalmente, mientras la agarraba del pelo y la atraía hacia él mientras la cogía- Duele…?
-Si…
-Queres que pare…?
-No… No…
-Sos una chica mala…
-Si…
La agarró bien fuerte de los antebrazos y empezó a darle duro, la apoyó sobre la moto y la siguió cogiendo los dos gemían, el jefe me indicó que me acercara al lado de él, me mostró como su pija iba hasta el fondo en el culito de ella. El no paraba, ella parecía estar dolorida.
-Querés que llegué…?
-Si por favor… por favor… por favor… -lo decía con una voz sensual y quejosa a la vez
-Queres que me venga en tu lindo culito…?
-Si… por favor… lléname mi culito…
Yo estaba a su lado y veía el palpitar del miembro cuando empieza a acabar, veía las contracciones de su pija, era algo hipnótico, cuando la sacó había un montón de leche, porque había dejado sólo su cabeza adentro cuando estaba acabando, separaba los cachetes para que yo que estaba al lado de él viera bien
-Buena chica…
Que decir, se hizo una rutina de las visitas al jefe, él nos decía que día ir, nos esperaba en su casa, en su garaje, por ahora nunca había besado a Débora, vaya a saber porque estúpida razón eso me tranquilizaba
La siguiente semana me pidió que ella fuera con esas mismas calzas negras, entramos los dos, era sábado así que fuimos desde casa en un taxi, ella llevaba dos cervezas chicas él se apoyó en la moto, la atrajo hacia él empezando a sobarle el culo pero sin besarla, la puso de rodillas delante de él otra vez le dijo, mientras le daba su miembro a chupar solo bajando su bragueta y sacándolo
-Buena chica… -le acariciaba el pelo y la cara mientras chupaba. Otra vez la apoyó sobre la moto le bajó la calza y le acarició el culo, se la puso de una, pero esta vez el giro, apoyándose sobre la moto, ella de frente a mi, siendo clavada por él mientras le acariciaba los pechos sobre la remera, se volvía loca con las caricias que él le hacía por todo el cuerpo mientras la cogía. Pensé que la historia iba a ser semejante, pero la subió sobre la moto y la cogió como si ella estuviera manejando. La puso de perrito en el piso y siguió cogiéndola, le sacó la remera y la dejo solo con el corpiño puesto mientras seguía dándole de perrito, finalmente le desabrochó el corpiño y siguió dándole bien duro, sus pechitos se balanceaban al ritmo de la cogida
Se salió de ella y ella dejó caer su pecho contra el piso, su culo mucho más ofrecido, estaba deliciosa. Él tenía otros planes, se sentó en una silla y la cogió de frente a él, ella lo montaba se movía y gemía. Siempre alejaba su cara de la cara de ella, se acomodaba al costado, evitando besarla, Débora trataba de buscar su boca.
La dio vuelta y la cogió de espaldas a él, agarrándose de la moto, todavía sentada sobre él.
La puso sobre la moto
-Quiero saber como la sentís en el culo…? Te gusta que te coja por el culo?
-Si por favor… cógeme el culo…
Estuvo un montón haciéndolo
-Donde querés mi lechita…?
-En mi culo…
Otra vez volvió a descargarse en su culo.
Entre nosotros hacíamos el amor, muy románticamente, con muchos besos, muy dulcemente…
Ni que decir que como observador siempre solía tener un par de orgasmos, me sentía tan avergonzado, pero realmente me producía una excitación que no podía controlar.

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