Conocí a Naty cuando ella iba a 2do año. Ya en ese momento ya estaba bastante desarrollada. Venía de repetir 1er año y parecía que correría la misma suerte con 2do. Su madre y la mía eran amigas, por lo que le sugirió que me contratase de profe particular. En esa época, con mis 19 años, estaba arrancando el profesorado en matemáticas. Si bien de esforzaba, a Naty le costaba. Para cuando terminaron las clase particulares, ya se me había insinuado 2 veces. Sin embargo no había entrado en mí radar.
No fue si no hasta 5to que nos reencontramos por casualidad, cuando consigo mí primer suplencia, justo en el curso de ella. Ya en este momento con sus 17 casi 18, su figura era abrumadora. Tanto así que sus compañeros se burlaban de ella por su enorme busto. Ya con mis 23, ese era un detalle que no escapaba de mi mirada.
La primer clase trasncurrió bastante tranquila.
A partir de la segunda clase, me atreví a llevarla hasta la escuela. La encontré de casualidad esperando el colectivo, a unas cuadras de casa. Al verla me ofrecí llevarla en mí Renault 12. Acepto con algo de timidez al principio.
Esto comenzó a repetirse cada miércoles a la entrada y cada jueves a la salida del colegio.
Fue un jueves a la salida que la encontré llorando. Entonces, le pregunté que le había pasado. Ese día, entre las cargadas, un compañero le dijo que era una tetona incojible, mientras otra reforzó que moriría virgen. Inmediatamente esboce una sonrisa, y le dije que eran todos unos pajeros, que cualquier hombre se sentiría atraído por una chica como ella. Su respuesta respuesta no se hizo esperar: -"En serio?... Vos saldrías con una chica como yo?
- seguro, si no fueras mí alumna y fueras mayor de edad ni lo dudaría je.
- la edad no es un problema...
- mmm se... Pero soy tu profe.
La dejé en su casa y seguí mí rutina.
A partir de la semana siguiente la cosa se puso más intensa. Cada vez que la llevaba ella hacía lo imposible por sacar temas sugerentes, como decir lo que estaba estudiando para la clase de biología sobre educación sexual. Incluso, en ocasiones, no lleva sostén bajo su chomba del colegio, de dejaban marcar sus pezones.
El punto máximo fue en un examen: mientras todos estaban concentrados, ella, que se sentó justo delante de mí escritorio, comenzo a subirse la pollera dejando entrever que no llevaba su tanguita. Cuando noto que la miraba, se abrió más de piernas y puso su dedo entre sus "labios", mientras con la otra mano mordía su lápiz. Fue entonces cuando el timbre interrumpió el espectáculo. Sin levantarme del escritorio, para disimular mí erección, pedí los exámenes. Ella fue la última en entregar. Lo único escrito en su hoja era "ayer cumplí 18".
Tarde unos instantes en salir. Ya junto a mí auto, esperaba ella. Como si nada, me ofrecí a llevarla. Dentro del auto pregunto:
- A dónde me vas a llevar?
- a tu casa!
- NO! llévame a la tuya!
- Eh, que decis?
- o llévame a un telo. No ves que estoy caliente con vos?
- pero si alguien se entera?
- ya tengo 18, no leíste mí examen?
- pero sos mí alumna
- eso... Me calienta más.. y nadie tiene porque enterarse. (Mientras puso su mano en mí pierna)
- eeeh ok
Con una acelerada, dentro de lo que permitía el renolito, encaré al telo más cercano. En el camino ella apoyaba sus hermoso pechos contra mí hombro, y frotaba con su mano el bulto de mí pantalón. En un semáforo, cuando voy a pasa el cambio, me encontré con su pierna cruzada ya de mí lado. Todo ese muslo turgente y ese culo firme, me distrajo por unos segundos, hasta que un bocinazo me trajo a la realidad.
Ya entrando en el estacionamiento del telo, apretó fuerte mí bulto y me susurró al oído:
- mm parece que la tenés grande, espero que no me hagas doler.
Juro que sentí que la pija me estallaba de la erección.
Aboné en la ventanilla desde el auto, y estacioné al costado de la habitación. Ella bajo rápido, y mientras yo cerraba el coche, ella se paró al borde de la puerta.
No tarde en comenzar a besarla y meterle mano por todos lados, mientras intentaba meter la tarjeta en la cerradura de la puerta. De solo recordar acariciar esos muslos y de sentir como le chorreaba su conchita por su entrepierna, se me para.
No hicimos más que entra que se sacó la chomba del colegio dejando sus enormes y rosadas tetas al aire. No pude haces otra cosa que avalanzame sobre sus tetas y besarselas con intensidad. La empuje suavemente sobre la cama y desabroché mí camisa.
- espera, quiero que la muestres antes.
Se reincorporó y quedó sentada justo frente a mi. Me saque los zapatos y el pantalón lo deje caer. Con algo de timidez bajo mí boxer, dejando mí mienbro frente a sus ojos. Lo tomo con su mano, y mirándome con ojitos de nenita, me dijo "¿Puedo?". A lo que solo asentí con la cabeza. Abrió su boquita, y expandiendo su lengua le dio un chupón que me arranco uns queja. Movió su boquita un par de veces mientras yo terminaba de sacarme la camisa, y le dije " es mí turno".
La recosté del todo mientras baje con mis besos por su cuello, sus pechos su vientre, levanté su pollera, y allá estaban... Sus papos regordetes apretados por sus piernas. Besé su monte de Venus mientras con algo de resistencia abría sus piernas... Toda su rosada vulva, chorreaba de fluidos; tanto que humedecía su culito y la cama. Fue rozar su clítoris con mí lengua para que su cuerpo temblara y se retorciera, a la vez que grito ahogado saliera de su garganta.
- pará para, yo también quiero chupartela...
Inmediatamente nos acomode en la cama, la puse sobre mí y comenzamos el 69 más húmedo que recuerde. Esa conchita frente a mí cara palpitando mientras le apretaba sus nalgas con mis manos, sentir si boca caliente babear mí pene. La coordinación era perfecta, tanto que cada vez que intentaba penetrarla con mí lengua, sentia cómo ella trataba de tragarse toda mí pija. Hasta que comencé a sorber su clítoris.. que sacó mí pija su boca y empezó a gemir a los gritos, tensó su cuerpo y su vagina convulsionó frente a mis ojos. Fue apenas allí, que comenzó a pajearme intensamente, un torrente de semen nos salpicó a ambos. Con una risita pícara se quitó de encima mío, y yo corrí a buscar una toalla para limpiar su carita y sin senos.
Mientras nos limpiaba, ella me dijo
- me gustó mucho.. no se si estoy lista, pero quiero inténtalo
- ok , si te duele mucho paramos, hay muchas formas de que la pasemos bien..
Se recostó con las piernas abiertas y yo encima de ella y comenzamos a besarnos. Levanté un poco su pierna izquierda, y rodeandola con mí brazo derecho, tomé mí pene y comencé a frotar mí glande contra su vulva. A punto de que ella llegara al orgasmo, empecé a penetrarla lentamente.
Cuando mí glande se abrió paso en su vagina me detuvo bruscamente, escalo y me dijo "dale". Puje con más fuerza y grito
- ahy, me duele
- paro?
- no, pero depascio
Cuando la mitad de mí miembro ya estaba dentro de ella, empecé el mete y saca. La sensación de su vagina humedad, caliente y apretada era increíble. Seguí penetrandola más profundo hasta que todos mí miembro quedó dentro de ella. Luego de unos instantes, pude sentir como su vagina se contraía espamodicamente y su cuerpo se tensaba, a la par que sus gemidos se ahogaban en un grito de éxtasis. A los espasmos de su orgasmo, los acompañaron los de mí miembro, que justo a tiempo logré sacar y salpicar mí semen calie te su bello puvico y su vientre.
Terminamos abrazados, su espalda contra mí pecho hasta que terminó el turno.
A partir de ese día, repetimos todas las semanas nuestros encuentros hasta que terminó el trimestre, explorando cada rincón de nuestro cuerpos.
(Continuará)
No fue si no hasta 5to que nos reencontramos por casualidad, cuando consigo mí primer suplencia, justo en el curso de ella. Ya en este momento con sus 17 casi 18, su figura era abrumadora. Tanto así que sus compañeros se burlaban de ella por su enorme busto. Ya con mis 23, ese era un detalle que no escapaba de mi mirada.
La primer clase trasncurrió bastante tranquila.
A partir de la segunda clase, me atreví a llevarla hasta la escuela. La encontré de casualidad esperando el colectivo, a unas cuadras de casa. Al verla me ofrecí llevarla en mí Renault 12. Acepto con algo de timidez al principio.
Esto comenzó a repetirse cada miércoles a la entrada y cada jueves a la salida del colegio.
Fue un jueves a la salida que la encontré llorando. Entonces, le pregunté que le había pasado. Ese día, entre las cargadas, un compañero le dijo que era una tetona incojible, mientras otra reforzó que moriría virgen. Inmediatamente esboce una sonrisa, y le dije que eran todos unos pajeros, que cualquier hombre se sentiría atraído por una chica como ella. Su respuesta respuesta no se hizo esperar: -"En serio?... Vos saldrías con una chica como yo?
- seguro, si no fueras mí alumna y fueras mayor de edad ni lo dudaría je.
- la edad no es un problema...
- mmm se... Pero soy tu profe.
La dejé en su casa y seguí mí rutina.
A partir de la semana siguiente la cosa se puso más intensa. Cada vez que la llevaba ella hacía lo imposible por sacar temas sugerentes, como decir lo que estaba estudiando para la clase de biología sobre educación sexual. Incluso, en ocasiones, no lleva sostén bajo su chomba del colegio, de dejaban marcar sus pezones.
El punto máximo fue en un examen: mientras todos estaban concentrados, ella, que se sentó justo delante de mí escritorio, comenzo a subirse la pollera dejando entrever que no llevaba su tanguita. Cuando noto que la miraba, se abrió más de piernas y puso su dedo entre sus "labios", mientras con la otra mano mordía su lápiz. Fue entonces cuando el timbre interrumpió el espectáculo. Sin levantarme del escritorio, para disimular mí erección, pedí los exámenes. Ella fue la última en entregar. Lo único escrito en su hoja era "ayer cumplí 18".
Tarde unos instantes en salir. Ya junto a mí auto, esperaba ella. Como si nada, me ofrecí a llevarla. Dentro del auto pregunto:
- A dónde me vas a llevar?
- a tu casa!
- NO! llévame a la tuya!
- Eh, que decis?
- o llévame a un telo. No ves que estoy caliente con vos?
- pero si alguien se entera?
- ya tengo 18, no leíste mí examen?
- pero sos mí alumna
- eso... Me calienta más.. y nadie tiene porque enterarse. (Mientras puso su mano en mí pierna)
- eeeh ok
Con una acelerada, dentro de lo que permitía el renolito, encaré al telo más cercano. En el camino ella apoyaba sus hermoso pechos contra mí hombro, y frotaba con su mano el bulto de mí pantalón. En un semáforo, cuando voy a pasa el cambio, me encontré con su pierna cruzada ya de mí lado. Todo ese muslo turgente y ese culo firme, me distrajo por unos segundos, hasta que un bocinazo me trajo a la realidad.
Ya entrando en el estacionamiento del telo, apretó fuerte mí bulto y me susurró al oído:
- mm parece que la tenés grande, espero que no me hagas doler.
Juro que sentí que la pija me estallaba de la erección.
Aboné en la ventanilla desde el auto, y estacioné al costado de la habitación. Ella bajo rápido, y mientras yo cerraba el coche, ella se paró al borde de la puerta.
No tarde en comenzar a besarla y meterle mano por todos lados, mientras intentaba meter la tarjeta en la cerradura de la puerta. De solo recordar acariciar esos muslos y de sentir como le chorreaba su conchita por su entrepierna, se me para.
No hicimos más que entra que se sacó la chomba del colegio dejando sus enormes y rosadas tetas al aire. No pude haces otra cosa que avalanzame sobre sus tetas y besarselas con intensidad. La empuje suavemente sobre la cama y desabroché mí camisa.
- espera, quiero que la muestres antes.
Se reincorporó y quedó sentada justo frente a mi. Me saque los zapatos y el pantalón lo deje caer. Con algo de timidez bajo mí boxer, dejando mí mienbro frente a sus ojos. Lo tomo con su mano, y mirándome con ojitos de nenita, me dijo "¿Puedo?". A lo que solo asentí con la cabeza. Abrió su boquita, y expandiendo su lengua le dio un chupón que me arranco uns queja. Movió su boquita un par de veces mientras yo terminaba de sacarme la camisa, y le dije " es mí turno".
La recosté del todo mientras baje con mis besos por su cuello, sus pechos su vientre, levanté su pollera, y allá estaban... Sus papos regordetes apretados por sus piernas. Besé su monte de Venus mientras con algo de resistencia abría sus piernas... Toda su rosada vulva, chorreaba de fluidos; tanto que humedecía su culito y la cama. Fue rozar su clítoris con mí lengua para que su cuerpo temblara y se retorciera, a la vez que grito ahogado saliera de su garganta.
- pará para, yo también quiero chupartela...
Inmediatamente nos acomode en la cama, la puse sobre mí y comenzamos el 69 más húmedo que recuerde. Esa conchita frente a mí cara palpitando mientras le apretaba sus nalgas con mis manos, sentir si boca caliente babear mí pene. La coordinación era perfecta, tanto que cada vez que intentaba penetrarla con mí lengua, sentia cómo ella trataba de tragarse toda mí pija. Hasta que comencé a sorber su clítoris.. que sacó mí pija su boca y empezó a gemir a los gritos, tensó su cuerpo y su vagina convulsionó frente a mis ojos. Fue apenas allí, que comenzó a pajearme intensamente, un torrente de semen nos salpicó a ambos. Con una risita pícara se quitó de encima mío, y yo corrí a buscar una toalla para limpiar su carita y sin senos.
Mientras nos limpiaba, ella me dijo
- me gustó mucho.. no se si estoy lista, pero quiero inténtalo
- ok , si te duele mucho paramos, hay muchas formas de que la pasemos bien..
Se recostó con las piernas abiertas y yo encima de ella y comenzamos a besarnos. Levanté un poco su pierna izquierda, y rodeandola con mí brazo derecho, tomé mí pene y comencé a frotar mí glande contra su vulva. A punto de que ella llegara al orgasmo, empecé a penetrarla lentamente.
Cuando mí glande se abrió paso en su vagina me detuvo bruscamente, escalo y me dijo "dale". Puje con más fuerza y grito
- ahy, me duele
- paro?
- no, pero depascio
Cuando la mitad de mí miembro ya estaba dentro de ella, empecé el mete y saca. La sensación de su vagina humedad, caliente y apretada era increíble. Seguí penetrandola más profundo hasta que todos mí miembro quedó dentro de ella. Luego de unos instantes, pude sentir como su vagina se contraía espamodicamente y su cuerpo se tensaba, a la par que sus gemidos se ahogaban en un grito de éxtasis. A los espasmos de su orgasmo, los acompañaron los de mí miembro, que justo a tiempo logré sacar y salpicar mí semen calie te su bello puvico y su vientre.
Terminamos abrazados, su espalda contra mí pecho hasta que terminó el turno.
A partir de ese día, repetimos todas las semanas nuestros encuentros hasta que terminó el trimestre, explorando cada rincón de nuestro cuerpos.
(Continuará)
3 comentarios - Alumna, vecina... Amante