You are now viewing Poringa in Spanish.
Switch to English

Soy madura y te cuento mis historias - 3

 
Laburo nuevo, pija nueva
 
Los meses que cogimos con Fran estuvieron muy buenos. En general íbamos a telos porque nos gustaba más y estábamos los dos tranquilos ahí. En general íbamos viernes o sábados. Pero en una época, yo estaba mas que caliente y si bien en la oficina nos tratábamos como siempre y nunca nadie se dio cuenta de nada, empecé a jugar con ese morbo que da lo prohibido.

Como les conté, era un laburo nuevo, con no tantos empleados y trabajábamos en un edificio grande. Entre mis tareas yo manejaba un depósito que estaba en un 5to piso al que casi nunca iba nadie, salvo cuando pedía cosas y yo los autorizaba a subir y los acompañaba para chequear que se llevaban lo que correspondía. Era un lugar bastante aislado del día a día de la oficina.

Una tarde me llega un mail de mi jefe diciendo que el área de Compras pedía unas cosas del depósito. Ahí trabajaba Fran, que apareció a buscar lo que solicitaban. Subimos por el ascensor unos pisos y la tensión sexual era notoria. Yo aproveche y lo miraba muy puta, y lo encaré y le comí la boca. El pendejo medio que se sorprendió, pero me contestó. Llegamos al depósito, abri y como no hacía con otros, una vez que entramos cerré con llave.

Fuimos a unos estantes escondidos y ahí no dudé. Yo sabía que no había cámaras ni otra persona tenía la llave. Por eso lo encaré y me lo empecé a apretar. Estaba como loca y muy caliente. El pendejo también.

La calentura nos fue llevando y el pendejo me metió de una la mano en la concha. Yo estaba empapada y le pedía que me toque y no pare. Como pude me abrí la camisa y saqué las gomas. Estaba en el paraíso, el pendejo me tocaba muy bien abajo y me comía las gomas. No tardé en acabar, teniendo que aguantar los gemidos.

Me separé un poco. Caliente, poco despeinada y acomodándome la ropa. El pendejo me miraba como esperando que vaya yo a hacerle algo. Me terminé de acomodar y le dije “Ya tenés todo?” y empecé a caminar a la puerta.

Fran me siguió entre caliente, enojado y sorprendido. Cuando bajamos en el ascensor le dije. “Ya sabés pendejo, de ahora en más, las cosas de tu área las venís a buscar vos al depósito. La próxima te toca a vos y hasta tal vez te empiece a coger ahí porque no me aguanto esperar a los fines de semana".
Me sentí re puta. Lo había usado al pendejo para sacarme mi calentura, en un lugar riesgoso y lo dejé caliente.

Esa noche el pendejo me mandaba fotos de su pija, mostrándome lo caliente que había quedado. Le hice unos videítos tocándome las tetas para que se saque las ganas y le di las buenas noches.

1 comentarios - Soy madura y te cuento mis historias - 3