Como todos ustedes bien saben, en nuestra familia es algo normal, común y habitual el incesto. Sin embargo, con el paso del tiempo y los años, ya no es/era lo que fue o había sido. Pero, todo se modificó con esta pandemia, que en nuestro país trajo aparejado la instalación de la "cuare eterna". Producto de esto, las personas que cumplimos con las normas de vivir en sociedad, nos aislamos en nuestros domicilios, por más de un año, con todas las complicaciones que imaginarán esto conlleva.
Tuve que iniciar a mi hija para que tuviera "algo de emoción incestuosa", y para levantar un poco de mi apagada libido.
También por otro lado, convencer a mi hermana, para que lo hiciera con mi hijo, es decir, su sobrino. Porque Felina, recuerdan que es el nombre de mi hermana, sigue encaprichada conmigo. Logre convecerla con la promesa de alternar con él, (mi hijo), su zonas erógenas.
Volviendo a mi hija, debo decir, que es digna representante de nuestra familia, tiene nuestros genes, los míos y los de mi hermana, que por cierto saben que ella es su madre y ella que es su hija, por supuesto, también, no así mi hijo, que es mío y de mi ex esposa. Por eso tal vez es más "raro", es decir, normal.
Felina mi hermana, nunca quiso que yo tuviera algo con nuestra hija, primero por las seguras consecuencias de un embarazo no deseado, siempre es una cuestión compleja el ser madre primeriza y máxime siendo futura mamá de un hijo de su propio padre puesto que ella a su vez es hija del padre. Pero, además, por celos, y miedo de desaparecer como mujer frente a nuestra hija conmigo.
Felina ya no puede competir contra nuestra hija. Por eso, una forma de conformarla fue darle acceso a mi hijo, pero, contra ofertó, Tu hijo y vos!
Como así tampoco nuestra madre, ávida de sexo también. Sin embargo, todo se modificó con este encierro.
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