Pero, todo tiene una explicación, un porque ¿Qué hacía que en nuestra familia predominaran esos actos, esos sentimientos extraviados?
Me llevó muchos años averiguarlo, investigando en el pasado familiar de mis ancestros.
Mi teoría, es o se remonta a la familia de mi madre, en la provincia de dónde son oriundos y las condiciones socio culturales que imperaban en ese contexto de tiempo y espacio determinados.
La familia de mi madre estaba constituida por mi abuelo y abuela, padres de mi mamá, y junto con ella, siete hermanos, es decir, que mis abuelos habían sido muy prolíficos, ocho hijos, tres mujeres y cinco varones.
Todos viviendo en condiciones deplorables, hacinados en un sólo ambiente, en donde todos convivían, mezclados y revueltos.
Mi abuelo, el padre de mi mamá, en medio de todos los integrantes de la familia, desnudaba a mi abuela y la poseía delante de todos ellos. De hecho, otra posibilidad para su intimidad no existía. Sin embargo, casi desde el principio, él, no cuidaba las formas, y lo hacía abiertamente, sin reparos, ni disimulos, siendo efusivo y demostrativo, por lo menos desde la sonoridad, de sus orgasmos.
Dadas esas condiciones, no hizo falta mucho más, para que sus hijos se llevaran de ese ejemplo e intentaran practicar la misma rutina sexual que sus y con sus progenitores.
Y empezaron los hermanos mayores de mi mamá, el tío Rogelio (el mayor de los varones) y la tía Lola (la mayor de las mujeres), esta última, al darse cuenta de las intenciones de su hermano, se fue a dormir en la cama matrimonial de sus padres. Pero, su padre se confundió, al tener dos mujeres en la cama y la poseyó al lado de su esposa junto a ellos dormida.
Ernesto, el hermano mayor lo vio y eso no le importó, llegó hasta ahí, y más tarde, las "malas lenguas" dijeron que la compartía con el abuelo, su padre, al descubrirlos, él abuelo probó a su hija mayor en presencia de su primogénito.
Esta actividad rutinaria, habitual y a destajo de la hermana mayor con su padre, con Ernesto el hermano mayor, y más tarde con otros de los hermanos, pero siempre contra su voluntad, hizo que lógicamente se embarace de ellos, desconocía de quién era el fruto de su vientre.
Eso por supuesto, trajo consecuencias en lo inmediato y en lo mediato.
Las primeras, para Lola, fue darse cuenta de sus cambios físicos por la gravidez y segundo, al conocerse todo, la separación de sus padres, mis abuelos (la abuela se fue con un tipo a España)
Pero lo desastroso para mi tía, fue que aquello, su estado embarazoso, la hizo derrapar, y darse por vencida, a partir de allí, se mostraba desnuda a sus familiares y a toda la parentela en general.
La terminaron "probando" todos, los hermanos, los primos, algunos tíos, y al notar esto, la lascivia extrema de su carnal, Ernesto y su padre Alfonso, comenzaron en pensar hacer un negocio con su afición, y la hicieron trabajar, algo rentado para el beneficio de los tres, sexo a cambio de dinero.
Allí comenzó un nuevo paradigma, un cambio absoluto, y ellos dos (padre e hijo mayor) idearon hacer trabajar de prostitutas, no sólo a Lola sino a todas, al resto de las mujeres de esa familia y obtener pingües ganancias.
No se, si producto de su gran actividad sexual, aún al límite de dar a luz, su hijo nació muerto o le dijeron eso y lo regalaron o lo vendieron, pero ella ya no volvió a ser lo que era, se dedicó de lleno a su nueva profesión, y fue exitoso el negocio familiar, ya que mi tía era muy bonita, exóticamente una belleza, pero, muy puta resultó la desgraciada.
Con el tiempo, ellos observaron que mi madre, ya estaba en la edad de merecer, con su mayoría de edad y sin pretendientes conocidos, Ernesto, se preparó para el abordaje del catre de su hermana, mi madre.
Ella, nunca tuvo un sólo atisbo de lo que pergeñaba su hermano mayor, ni siquiera sospechaba de los negocios familiares entre él, su padre y su hermana mayor, es más, lo desconocía por completo.
Así, que fue toda una sorpresa el ataque sexual a la hora de la siesta tradicional familiar.
Ella, mi madre, Angélica, intentó escapar, mientras mi tío, su hermano mayor, la atacaba, casi somnolienta del profundo sopor que obtenía cuando dormía la siesta, se encontró desnuda cuando reaccionó. No quería gritar y que el resto de la familia observara lo que sucedía, le daba vergüenza estar pasando por esa situación.
Desnuda, logró salir del camastro y correr hacia la puerta de entrada y salida de aquel rancho.
Sin embargo, fue alcanzada y traída a la fuerza hasta la cocina, la arrojó sobre la mesa y fue penetrada por su hermano contra natura, inclinados sobre la misma, al frente de todos los integrantes de la casa.
La verga del hermano no entraba en su cerrado culo, nunca profanado por nadie, ella, hasta ese momento era absolutamente virgen. Así que este, le arrojó aceite de cocina y la penetró por la vagina.
Él, la arrojó al suelo, se desvistió y la redujo a su voluntad, mientras que le propinaba chirlos e intentaba con sus dedos agrandar el agujero del ano, para someterla sexualmente.
Para luego, lograr su cometido finalmente. Hacerla trabajar de prostituta.
Sin embargo, ella no sólo era bella, sino también, muy femenina, su rostro angelical, le brindaba un amplio espectro de trabajo, ya no como su hermana mayor, con parroquianos de poca monta, sino acaudalados comerciantes de la zona.
Con ella, sus familiares, los que la manejaban, buscaban calidad, más que cantidad, valía más.
Pero, para desventura de su familia, conoció a un "porteño" que con más "chamuyo" que dinero, la conquistó, contrajo matrimonio y la trajo a Buenos Aires.
Dejó de trabajar, aunque, algo se había despertado en ella, o mejor dicho, dentro de ella, que la modificó para siempre...
22 comentarios - Sentimientos extraviados en mi familia (con imágenes)
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