Estaba en mi bar trabajando y allí estaban Ana y su marido. Ana iba con una camiseta negra, de manga larga, de algodón elástico, ajustadísima, marcando sus tetazas, con la una parte de la espalda al descubierto al tener un escote trasero redondo. También una falda-pantalón cortita, verde pistacho, con 3 botones grandes en un lateral y unas medias negras finas transparentes.
Vi a Ana ir al baño y entonces le pedí a mi jefe, que estaba esa noche trabajando conmigo, que me entretuviera a su marido, y este me dijo que sin problemas. En cuanto este le cogió y se lo llevo a la barra a tomar un chupito, me dirigí yo al baño. Cuando Ana me vio entrar se rio y me dijo que donde iba, que su chico aun no estaba mal. La dije que no se preocupara que estaba ocupado y podíamos divertirnos un pequeño rato.
Me coloque detrás de ella y la agarre de la cintura, mirándonos por el espejo. La dije que iba muy guapa y comencé a morderla el cuello. Mis manos subieron hasta agarrar sus tetazas y nos empezamos a besar. Cuanto más las apretaba, más apasionadamente nos besábamos.
Cogí la camiseta por los hombros y, al ser elástica, tiré de ella hacia abajo, junto al sujetador, hasta dejarla las tetazas al descubierto. Se las aprete nuevamente y jugué con sus pezones, mientras nos besábamos y se las miraba por el espejo. La giré y la devoré las tetazas, mientras se las acariciaba sin parar. Mi cara paso por su canillo lamiéndolo y sus pezones fueron mordidos sin piedad.
Hice a Ana arrodillarse y me bajé los pantalones. Cogí mi polla y la golpeé la cara, antes de que ella agarrara mi polla y empezara a masturbarme. Metió mis huevos en su boca y jugo con su lengua en ellos. Cuando la tuve bien dura, gracias a su mano, comenzó a hacerme un mamadón. Mi polla entraba entera en su boca grande y también su lengua jugaba con mi glande. La lamia de vez en cuando, mientras con su mano acariciaba mis huevos. Ana no descanso de comérmela y hacerla de todo, hasta que me corrí. Ana se tragó todo mi semen y la dejo bien seca.
Ana se levantó y nos volvimos a besar, con mis manos agarrando sus tetazas. Nos colocamos bien la ropa y salimos del baño.
Terminé de trabajar mi turno y cuando salí de la barra, me fui en busca de Ana y su marido pues le había visto a él, ya algo borracho e iba a intentar rematarlo. Los invite a varios chupitos y unas copas y el ya acabo de caer borrachísimo. Ana bailaba cada vez más arrimada a mí y nos pusimos cachondísimos, nuevamente, metiéndonos mano, con su marido allí mirando el infinito. Cada vez que podía agarraba sus tetazas, poniéndome a mil.
Nos acabamos yendo a su casa y en el coche nos metimos bien mano, con el durmiendo atrás sin enterarse de nada. Lo metimos en la cama y nos fuimos al salón. Nos besamos y metimos mano apoyados contra la mesa. Desabroche y deje caer su falda-pantalón, descubriendo que la camiseta en realidad era un body. Acaricie bien su culo y pase mi cara por sus tetazas. Ana me desabrocho y dejo caer el pantalón, agarrando mi polla y masturbándome.
Me senté en el sofá y coloqué a Ana, sentada entre mis piernas, dándome la espalda. Su culo estaba bien pegado a mi polla y esta lo movía para rozármela bien. Mis manos pasaron por debajo de sus brazos, agarrando bien sus tetazas, mientras la besaba el cuello y la parte de la espalda que la camiseta la dejaba al descubierto. Comenzamos a besarnos y mis manos se metieron por dentro de su camiseta, aprovechando la elasticidad del body y su escote trasero. Saque sus tetazas del sujetador y se las acaricie y aprete fuerte. Saqué mis manos, y seguí acariciándoselas por fuera de la camiseta, notando sus pezones bien duros y marcados en ella.
Ana se arrodillo en el suelo, entre mis piernas y comenzó a lamer mi polla, mientras me masturbaba despacito. Cuando la tuve bien empapada, comenzó a hacerme una nueva mamada deliciosa. Ana me miro con una sonrisa pícara, mientras se pasaba mi dura polla por sus tetazas, sintiendo sus pezones puntiagudos y la tela del body. La coloco entre sus tetazas y se las apretó, haciéndome una deliciosa cubana, con el body puesto.
Ana se levantó y me llevo a la mesa, con la polla bien agarrada. Nos besamos, nuevamente, contra la mesa y acaricie sus tetazas, culo y piernas. Ana se sentó en la mesa y comenzó a pasar sus pies por mi polla, hasta acabar haciéndome una paja con los pies, tapados por las medias.
Ana se desabrocho el body y lo separo mostrándome su coño tapadito por las medias y por un tanga negro, que se veía perfectamente gracias a la transparencia de las medias. Me agache, colocándome entre sus piernas. Rompí sus medias, aparte el tanga y la comí el coño. Ana apretó sus muslos contra mi cabeza y apretó sus manos contra ella, mientras mi lengua iba cada vez más rápida dentro de su coño. Mis manos agarraban sus muslazos, acariciándolos.
Cuando Ana se corrió en mi boca, mi lengua se movió mas despacio recogiendo sus jugos. Me levante y nos besamos, mientras mis manos acariciaban sus muslos y sus tetazas. Me puse un condón, aparte el tanga a Ana y comenzamos a follar. Seguíamos besándonos y mis manos seguían disfrutando de sus muslos y tetazas. La tumbe en la mesa, coloque sus piernas sobre mis hombros y la empecé a follar suave el culo. Besé y lamí sus pies y mis manos seguían acariciando sus muslazos.
Volví a sentarla y a follar de nuevo su coño húmedo. Nos besábamos bien apasionados y mis manos apretaban fuerte sus muslos. La cogí en vilo y me dirigí al sofá, donde me senté y seguimos follando. Mis manos, volvieron a agarrar sus tetazas y nos besábamos como locos. Tire de su camiseta hacia abajo, dejándola en la cintura. Sus tetazas quedaron al descubierto y se las empecé a comer. Ana apretaba mi cabeza contra ellas. Cada vez la follaba más veloz, pues me ponían mucho sus tetazas.
La coloqué a gatas en el sofá y me puse de rodillas tras ella. Metí mi polla en su coño, nuevamente, y se lo volví a follar. Me eche sobre su espalda para poder agarrar sus tetazas y besarla el cuello. Acabe cambiando mi polla a su culo y se lo folle bien duro. La gire y tumbe en el sofá. Me senté sobre su pecho, me quité el condón y metí mi polla entre sus tetazas. Ana las apretó y me volvió a hacer una cubana, maravillosa, hasta que me corrí. Entonces me lamio la polla dejándomela bien limpia.
Me tumbe sobre ella y nos besamos y acariciamos un rato. Lo que mas acaricie fue sus tetazas, pasando mi lengua por sus pezones. Tras este rato de relajación, me vestí y me fui a mi casa.
Vi a Ana ir al baño y entonces le pedí a mi jefe, que estaba esa noche trabajando conmigo, que me entretuviera a su marido, y este me dijo que sin problemas. En cuanto este le cogió y se lo llevo a la barra a tomar un chupito, me dirigí yo al baño. Cuando Ana me vio entrar se rio y me dijo que donde iba, que su chico aun no estaba mal. La dije que no se preocupara que estaba ocupado y podíamos divertirnos un pequeño rato.
Me coloque detrás de ella y la agarre de la cintura, mirándonos por el espejo. La dije que iba muy guapa y comencé a morderla el cuello. Mis manos subieron hasta agarrar sus tetazas y nos empezamos a besar. Cuanto más las apretaba, más apasionadamente nos besábamos.
Cogí la camiseta por los hombros y, al ser elástica, tiré de ella hacia abajo, junto al sujetador, hasta dejarla las tetazas al descubierto. Se las aprete nuevamente y jugué con sus pezones, mientras nos besábamos y se las miraba por el espejo. La giré y la devoré las tetazas, mientras se las acariciaba sin parar. Mi cara paso por su canillo lamiéndolo y sus pezones fueron mordidos sin piedad.
Hice a Ana arrodillarse y me bajé los pantalones. Cogí mi polla y la golpeé la cara, antes de que ella agarrara mi polla y empezara a masturbarme. Metió mis huevos en su boca y jugo con su lengua en ellos. Cuando la tuve bien dura, gracias a su mano, comenzó a hacerme un mamadón. Mi polla entraba entera en su boca grande y también su lengua jugaba con mi glande. La lamia de vez en cuando, mientras con su mano acariciaba mis huevos. Ana no descanso de comérmela y hacerla de todo, hasta que me corrí. Ana se tragó todo mi semen y la dejo bien seca.
Ana se levantó y nos volvimos a besar, con mis manos agarrando sus tetazas. Nos colocamos bien la ropa y salimos del baño.
Terminé de trabajar mi turno y cuando salí de la barra, me fui en busca de Ana y su marido pues le había visto a él, ya algo borracho e iba a intentar rematarlo. Los invite a varios chupitos y unas copas y el ya acabo de caer borrachísimo. Ana bailaba cada vez más arrimada a mí y nos pusimos cachondísimos, nuevamente, metiéndonos mano, con su marido allí mirando el infinito. Cada vez que podía agarraba sus tetazas, poniéndome a mil.
Nos acabamos yendo a su casa y en el coche nos metimos bien mano, con el durmiendo atrás sin enterarse de nada. Lo metimos en la cama y nos fuimos al salón. Nos besamos y metimos mano apoyados contra la mesa. Desabroche y deje caer su falda-pantalón, descubriendo que la camiseta en realidad era un body. Acaricie bien su culo y pase mi cara por sus tetazas. Ana me desabrocho y dejo caer el pantalón, agarrando mi polla y masturbándome.
Me senté en el sofá y coloqué a Ana, sentada entre mis piernas, dándome la espalda. Su culo estaba bien pegado a mi polla y esta lo movía para rozármela bien. Mis manos pasaron por debajo de sus brazos, agarrando bien sus tetazas, mientras la besaba el cuello y la parte de la espalda que la camiseta la dejaba al descubierto. Comenzamos a besarnos y mis manos se metieron por dentro de su camiseta, aprovechando la elasticidad del body y su escote trasero. Saque sus tetazas del sujetador y se las acaricie y aprete fuerte. Saqué mis manos, y seguí acariciándoselas por fuera de la camiseta, notando sus pezones bien duros y marcados en ella.
Ana se arrodillo en el suelo, entre mis piernas y comenzó a lamer mi polla, mientras me masturbaba despacito. Cuando la tuve bien empapada, comenzó a hacerme una nueva mamada deliciosa. Ana me miro con una sonrisa pícara, mientras se pasaba mi dura polla por sus tetazas, sintiendo sus pezones puntiagudos y la tela del body. La coloco entre sus tetazas y se las apretó, haciéndome una deliciosa cubana, con el body puesto.
Ana se levantó y me llevo a la mesa, con la polla bien agarrada. Nos besamos, nuevamente, contra la mesa y acaricie sus tetazas, culo y piernas. Ana se sentó en la mesa y comenzó a pasar sus pies por mi polla, hasta acabar haciéndome una paja con los pies, tapados por las medias.
Ana se desabrocho el body y lo separo mostrándome su coño tapadito por las medias y por un tanga negro, que se veía perfectamente gracias a la transparencia de las medias. Me agache, colocándome entre sus piernas. Rompí sus medias, aparte el tanga y la comí el coño. Ana apretó sus muslos contra mi cabeza y apretó sus manos contra ella, mientras mi lengua iba cada vez más rápida dentro de su coño. Mis manos agarraban sus muslazos, acariciándolos.
Cuando Ana se corrió en mi boca, mi lengua se movió mas despacio recogiendo sus jugos. Me levante y nos besamos, mientras mis manos acariciaban sus muslos y sus tetazas. Me puse un condón, aparte el tanga a Ana y comenzamos a follar. Seguíamos besándonos y mis manos seguían disfrutando de sus muslos y tetazas. La tumbe en la mesa, coloque sus piernas sobre mis hombros y la empecé a follar suave el culo. Besé y lamí sus pies y mis manos seguían acariciando sus muslazos.
Volví a sentarla y a follar de nuevo su coño húmedo. Nos besábamos bien apasionados y mis manos apretaban fuerte sus muslos. La cogí en vilo y me dirigí al sofá, donde me senté y seguimos follando. Mis manos, volvieron a agarrar sus tetazas y nos besábamos como locos. Tire de su camiseta hacia abajo, dejándola en la cintura. Sus tetazas quedaron al descubierto y se las empecé a comer. Ana apretaba mi cabeza contra ellas. Cada vez la follaba más veloz, pues me ponían mucho sus tetazas.
La coloqué a gatas en el sofá y me puse de rodillas tras ella. Metí mi polla en su coño, nuevamente, y se lo volví a follar. Me eche sobre su espalda para poder agarrar sus tetazas y besarla el cuello. Acabe cambiando mi polla a su culo y se lo folle bien duro. La gire y tumbe en el sofá. Me senté sobre su pecho, me quité el condón y metí mi polla entre sus tetazas. Ana las apretó y me volvió a hacer una cubana, maravillosa, hasta que me corrí. Entonces me lamio la polla dejándomela bien limpia.
Me tumbe sobre ella y nos besamos y acariciamos un rato. Lo que mas acaricie fue sus tetazas, pasando mi lengua por sus pezones. Tras este rato de relajación, me vestí y me fui a mi casa.
0 comentarios - Que bien me relaja Ana