Hola, aquí estoy de nuevo, ya me conocen, me llamo Julieta, tengo 28 años, soy de Argentina y estoy casada con Cristian.
Les voy a contar lo que me sucedió hace unos poquitos días atrás.
Mi marido después de dormir una siesta me pidió que salgamos a caminar para el lado del centro, yo no tenía mucha ganas de salir con él, ya que prefiero salir sola pero no me quedó otra que decirle que sí, fuimos al centro de la ciudad a mirar algunas vidrieras y a tomar unos tragos en un agradable lugar de moda, cuando llegó el momento de regresar a casa, caminamos dos cuadras hasta la playa de estacionamiento donde habíamos dejado el auto, cargamos las bolsas con las compras en el baúl y estábamos dispuestos a regresar pero el auto no encendía, mi marido hizo varios intento hasta que el mismo se quedó sin batería...
-No importa amor, mañana le digo a Juan Cruz que venga a buscarlo... -Juan Cruz, era su mecánico de confianza, decidimos volver a casa en taxi, caminamos hasta la esquina para parar alguno pero justo cuando llegamos vimos que venía un colectivo de la línea 10, la que pasaba por la esquina de casa...
-Tomemos el cole!... -Me dijo mi marido haciendo señas para que el transporte se detenga...
-Mi amor viajar en eso es un infierno! -Me quejé
-Pero nos sale mucho más barato! -Dijo el tacaño ya subiendo al colectivo, yo subí por detrás, estaba repleto, con gente parada, mi marido recorrió el pasillo y pudo avanzar hasta la mitad del mismo, yo lo seguí y quedé parada a su lado tomándome del pasamanos del techo, hasta ahí todo bien, pero un par de calles más adelante, el chofer se detuvo en una parada que estaba en la puerta de una fábrica metalúrgica, y por la cantidad de obreros que comenzaban a subir, me di cuenta de que era el horario de salida, comenzaron a apretujarnos y a empujar para el fondo del colectivo a lo que ya estábamos en el, mi marido se fue corriendo hacia la parte trasera del pasillo, pero yo quedé firme en el lugar que estaba, por más que querían empujarme para atrás yo no me movía, entonces los obreros que querían pasar y conseguir un lugar en la parte trasera pasaban por detrás de mí rozando mi cola con sus bultos, al principio me sentí enfadada e incómoda, pero tanto bulto rozando mi trasero hizo que yo comience a excitarme un poco y a disfrutar de la situación, así fue que quedé apretujada entre todos los pasajeros, mi marido estaba como a un metro y medio para atrás y apenas podía verlo, durante un momento los pasajeros permanecieron en sus lugares y no hubo mucho movimientos en el pasaje, pero al subir otras personas, fueron empujando por el medio del pasillo y quedó detrás de mí un morocho grandote, el cuan antes estaba a mi lado, ni bien se puso detrás de mí, sentí su bulto apoyado en mi pantalón rojo, a diferencia de los anteriores, éste no pasó rozando y siguió para atrás, sino que se quedó pegado a mí, respirándome en la nuca, su bulto se sentía más grande y duro que los demás, excitada, me hice la que no pasaba nada, comencé a sentir que su bulto creía y cada vez que el colectivo hacía un movimiento brusco, el aprovechaba para presionar fuerte en mi trasero, yo me estaba poniendo loquita de calentura, era la primera vez que me apoyaban en un transporte público, sabía que esas cosas sucedían pero como yo no viajaba nunca en ese transporte no tenía experiencia alguna, temí en un momento que mi marido se percate de la situación, pero comprobé que estaba bastante lejos para saber que me estaba sucediendo en ese momento, el grandote que tenía detrás comenzó a respirar cada vez más agitado, sentía su aliento caliente en mi nuca, su calentura era evidente y sus arrimones cada vez más descarados, sentí su bulto más fuerte contra mí en una curva donde el colectivo se inclinaba hacia mi lado y cuando el colectivo retomó su camino de forma recta, por primera vez sentí que él apoyaba disimuladamente una de sus manos en una de mis nalgas, me pegó un pequeño apretón con ella, como pellizcándome suavemente, me di vuelta para mirarlo a la cara, el clavó sus ojos en los míos y no pude decir palabra alguna, volví la vista al frente y lejos de reprocharle algo quebré mis caderas hacia atrás apoyando mi cola contra su bulto, él se dio cuenta de mi calentura, me tomó de la cintura con un descaro total y comenzó a frotarme haciendo movimiento circulares con sus caderas, disimuladamente y de tan puta que yo estaba, comencé a acompañar esos movimientos con mi cadera, esto lo enloqueció y el grandulón perdió la poca compostura que le quedaba, acercó sus labios a uno de mis oídos y en voz baja me dijo...
-Que hermoso culo que tenés rubia… -No respondí nada, lo dejé hacer conmigo lo que quiera, pero me sentí sorprendida cuando él, de repente se separaba de mí, pensé que me abandonaba, pero no, no fue así, porque enseguida volvió a la carga, me tomó la mano que yo tenía libre, pues con la otra me estaba sosteniendo del pasamanos y me la llevó hacia atrás...
-Agarrame la verga -Me pidió al oído, no opuse resistencia y sentí el contacto de su verga en mi mano... la había sacado afuera de su pantalón! La apreté todo lo que pude y comencé a masturbarlo, su pene estaba húmedo, caliente y se sentía muy grueso ya que mi mano no lograba envolver todo su diámetro, el mientras tanto apoyó sin vergüenza alguna sus dos manos en mis pechos, sobre mi blusa de seda negra, logró hacerme doler los pezones de tanto apretar, seguimos así un par de calles más cuando de repente sentí que el pegaba su verga en mi cola y me llenaba el pantalón de semen! Pude sentir la humedad de su líquido caliente traspasando la tela de mi pantalón... la dejó un ratito apoyada ahí, y luego, comenzó a limpiarla contra mi pantalón! Se sacó hasta la última gota en mi prenda manchando todo mi trasero, me di cuenta que faltaban tan sólo dos calles para bajar, así que sin mirarlo ni hablarle me hice lugar entre los otros obreros y fui para la puerta trasera de descenso de pasajeros en la cual ya estaba mi marido esperándome y tocando el timbre para que el chofer se detenga en la próxima parada...
-Estás bien amor…? -Me preguntó.
-Sí, pero no viajo nunca más en ésta porquería de transporte... -le respondí.
-Mirá el lado bueno, nos ahorramos unos cuantos billetes! -Me dijo el estúpido, al bajar del colectivo, noto que detrás de mí se bajaba otro pasajero, ya en la vereda escucho que lo saluda a mi marido...
-Cristian! Tanto tiempo! -Era el que me venía manoseando en el colectivo! conocía a mi marido!
-Hola Juan, que te trae por éstos lados? -Le respondió mi marido no muy feliz de verlo.
-Alquilé una casa acá a media cuadra, me mudé el lunes pasado y vos?
-Yo vivo acá cerquita, a 50 metros -Le respondió mi marido.
-Qué bien! somos vecinos! podremos compartir buenos momentos seguramente o no? y que clase de educación tienes? no me has presentado a tan bella mujer!!! -Le dijo el caradura mirando mi cuerpo de pies a cabeza, mi marido con cierto enfado y tratando de no perder la cortesía le dijo...
-Perdón... te presento a Julieta, mi esposa... -Juan Cruz se acercó y me dio un beso en la mejilla.
-Encantado de conocerla señora. -Me dijo el caradura haciéndose el tipo educado.
-Mucho gusto... -Le dije, fingiendo una sonrisa amable, mi marido estaba como nervioso y yo no sabía porqué.
-Bueno, Juli, vamos para casa que ya es tarde... -Juan Cruz le dijo...
-Tantos años sin vernos! no querés que hagamos un brindis para festejar el reencuentro? en mi casa tengo unas cuantas cervezas bien heladas -Mi marido lo cortó sin dar tantas vueltas y hablando con firmeza le aclaró...
-Mira Juan... vos sabes lo que pasó años atrás entre nosotros, así que hoy no habrá brindis ni nunca lo habrá, lo que vos hiciste yo no te lo puedo perdonar, así que te pido que te alejes de mi vida y no me dirijas más la palabra... hasta luego y suerte en tu vida. -El grandulón se quedó mirando a mi marido con cara de poco amigo y se puso cara a cara con el amenazándolo...
-Como quieras! si no querés tenerme como amigo me vas a tener como enemigo... -Mi marido no se dejó amenazar y le respondió...
-Mirá idiota, a mi no me amenaces porque te voy a denunciar a la policía... -y luego me hizo señas para que nos vayamos a casa, comenzamos a caminar y nos dimos cuentas de que el tipo nos seguía caminando a unos cinco pasos de distancia detrás nuestro... mi marido enojado se dio vuelta y le preguntó...
-Porqué nos estás siguiendo? sos idiota o que? -Juan Cruz, le respondió de muy mala manera...
-Mirá... acá el único idiota sos vos... no te estoy siguiendo, sino que vivo en esta calle, o acaso me vas prohibir caminar por mi cuadra... -Mi marido no respondió, pegó media vuelta y seguimos caminado, ésta vez el caminaba detrás nuestro pero a muy poca distancia, estaba segura que el grandulón me estaría mirando el culo y como me pasa siempre, no aguanté más mi putez y quise calentarlo un poco, así que comencé a mover mi cola como una puta, justo antes de llegar a nuestra casa Juan nos saludó...
-Hasta pronto vecinitos! -Y se metió en la casa de al lado! la que es colindante con la nuestra, mi marido me miró y me dijo...
-No lo puedo creer! éste hijo de puta se alquiló la casa de al lado! qué suerte la mía! -Una vez dentro, le pregunté...
-Pero mi amor... quien es ese muchacho? por qué tanta mala onda entre Uds.? -Él me explicó...
-Mi madre abandonó a mi padre por él...
-Pero mi amor... no deberías culparlo por eso, son cosas del amor, la gente se enamora y listo! -Él me miró enojado y me respondió...
-Eso no era amor! si hubiese amado a mi madre no la hubiese prostituido, la hacía coger con todos sus amigos por unos pocos pesos!!! -Me dio mucha pena lo que me contaba...
-Mi amor... perdón no sabía... -Mi esposo me siguió contando...
-Eso no es todo, la tuvo un mes con él y después la echó de su casa...
-Y tu madre que hizo?
-Volvió con mi padre y el idiota de mi padre la perdonó! yo jamás perdonaría una cosa así! -Dijo muy fastidioso.
-Mi amor, olvidemos el asunto porque te estás poniendo de mal humor. -Dije para calmarlo y no se habló más del tema.
Al día siguiente, cuando salgo a hacer las compras a eso de las siete de la tarde, mi nuevo vecino estaba en su vereda lavando con una manguera su motocicleta, yo tenía que pasar por ahí, dudé un instante si hacerlo o cruzarme de vereda pero no tenía porqué temer así que pase por su lado, él corrió el chorro de agua hacia otro lado como para no salpicarme y me saludó...
-Cómo le va vecina? todo bien? -Lo miré con desprecio y sin responder seguí mi camino, al volver lo vi que aún continuaba en la vereda, se apoyó contra su motocicleta como esperando mi llegada, seguí acercándome sin temor alguno, quería demostrar que soy una mujer de carácter cuando me lo propongo.
-Ahora te haces la indiferente pero bien que te gustó hacerme una paja en el colectivo no? -Me dijo el muy idiota!... me le paré de frente y le aclaré...
-Mirá idiota, lo que pasó en el colectivo pasó porque yo no sabía que eras tan hijo de puta, y por lo que me contó mi esposo sos un terrible hijo de puta! así que olvidate de lo que pasó en el colectivo... ok? -Él, con una tranquilidad pasmosa me respondió...
-Así que el bobo de tu maridito te contó lo de su mamá? ja ja ja... su madre era terrible putona! y a mí me encantan las mujeres bien putonas! y sabes qué? vos tenés una carita de puta chupapija que te delata! así que ahora cuando llegues a tu casa le puedes decir a tu marido que yo no sólo me voy a conformar con haberle partido el culo a su madre... también le voy a partir el culo a su mujercita! -Ante tanta ofensa, tuve que tomar aire para responder, respiré profundo y le dije para que le quede claro...
-Mirá Juan Cruz, lo que vos hayas tenido con la madre de Cristian no es asunto mío ni tampoco me interesa, sólo te pido que no me faltes el respeto y que tratemos de llevarnos bien, ya que somos vecinos y nos vamos a ver muy a menudo... Ok? -Él pareció comprender y me dijo...
-Ok... perdón, yo no tengo porqué discutir con vos, si no tenés nada que ver en el asunto, podes pedirme lo que quieras cuando necesites algo. -Y muy astuta o muy puta, no sé, le respondí...
-A mi marido no le gustaría verme hablando con vos, así que otro día cuando él no esté en casa charlamos si? -Con su cara llena de felicidad me dijo...
-Ok vecinita, mejor se va para su casa no vaya ser que su maridito salga y la vea conmigo, ya vamos a tener tiempo para charlar más tranquilos.
-Hasta luego Juan... -Le dije, y me marché, pero no di ni dos pasos y oí que me decía...
-Que hermosa cola mami! -Hice como que no oí nada y seguí caminando.
Al día siguiente, mi marido estuvo en casa hasta las 18,30 sin moverse, así que no tuve oportunidad de ver a mi vecino, encima cuando mi marido se marchó pasé por su casa y vi que estaba todo cerrado, seguramente aún no había regresado de trabajar, vestida con minifalda blanca y blusa roja salí a comprar al mercado que estaba en la esquina, cuando conseguí todo lo necesario para la cena, comencé a caminar de regreso para casa, casi ya por llegar advertí que mi nuevo vecino estaba en su vereda fumando un cigarrillo y al pasar por su lado me dijo...
-Hola Julietita... que linda que estás ésta hoy! -Le sonreí y le dije...
-Gracias Juan! -y seguí caminando de forma felina...
-Espera Juli... vení que te quiero mostrar algo... -Me pidió él, me volví y le pregunté...
-Que querés mostrarme?
-Vení, pasa a mi casa, tengo algo que te va a gustar... -Intrigada volví a preguntar...
-Pero que es? decime que no me gustan las adivinanzas... -El, siguiendo con su misterio insistió...
-Pasá que te lo muestro y si te gusta te lo regalo... -Dudé un instante, estuve a punto de aceptar pero luego desistí de hacerlo...
-Mirá Juan, no quiero tener problemas con mi marido, hay muchos vecinos lenguas largas mirándonos y si le cuentan a mi marido que yo me metí en tu casa, él me va a matar! -Juan sonrió y me propuso...
-Pero no seas tonta Juli! hagamos una cosa... te metes en tu casa y te saltas la tapia del patio, así nadie te ve y nadie sospecha nada... -Su idea no estaba mal, así que acepté su invitación intrigada por lo que me quería mostrar... entré en mi casa, dejé las bolsas con las compras sobre la mesa de la cocina, tomé mi teléfono celular por si acaso mi marido intentaba comunicarse conmigo y salí para el patio, la tapia que separa con el patio del vecino apenas si tiene un metro de alto, así que no era complicado cruzarme, tomé una silla de jardín me subí a ella y pude sentarme sobre la tapia donde del otro lado estaba Juan esperando por mí, el me ayudó a bajar tomando mi cintura...
-Dale, apurate que mi marido puede regresar en cualquier momento...que me querías regalar? -le pregunté.
-Vení adentro que te muestro... -me dijo y me llevó hasta el interior de su vivienda, entramos por una puerta trasera, atravesamos la cocina y llegamos hasta el living, una gran sala donde había un cómodo sofá de terciopelo rojo.
-Sentate, ahora te lo traigo. -Dijo y se metió en su habitación, me quedé esperando un minuto sentada en el sofá y luego el volvió de su habitación con una especie de pañuelo negro en su mano.
-Te voy a vendar los ojos y te voy a poner mi regalito en tu mano... si adivinas lo que es te lo regalo y podrá ser tuyo toda la vida ok? -me dijo.
-Ya te dije que no me gustan las adivinanzas... -Le recordé.
-Vamos Juli! no seas aburrida! -Me dijo, y entonces deje que él me vendara mis ojos, luego de unos segundos él tomó mi mano puso en ella algo duro, carnoso y caliente... no quedaba duda de que me había puesto su verga en mi mano!!! Rápidamente la solté y me saqué el pañuelo de mis ojos.
-Qué haces??? sos enfermo o qué? como me vas a hacer una cosa así? -El seguía con su gran miembro erecto parado frente a donde yo estaba sentada...
-Te gusta mi verga? -Me preguntó sacudiéndola de arriba abajo alardeando por su gran tamaño, no respondí, me puse de pie para irme de regreso a casa pero él me tomó de la cintura y apoyó su pene contra mí y debido a la diferencia de altura la cabeza me llegaba casi a la parte inferior de mis pechos, me tomó con sus manos de mis nalgas y comenzó a manosearme toda la cola mientras intentaba besarme...
-No Juan... basta, no le puedo hacer esto a mi marido, él no se lo merece... -Le dije, él no se detuvo, todo lo contrario, el manoseo que me estaba pegando se volvió mucho más intenso, me apretaba fuerte mis nalgas pellizcando mi cola con sus dedos, clavando sus uñas en mi cola a tal manera que le tuve que pedir que no me haga doler...
-Sos hermosa Julieta, te quiero coger. -Dijo y como buena calentona que soy no puse más resistencia y lo dejé hacer conmigo lo que se le plazca, el giró mi cuerpo de tal manera que quedó parado tras de mí, comencé a sentir como el metía su pene por debajo de mi minifalda y comenzaba a frotarlo contra mis partes íntimas mientras sus manos desprendían los botones de mi blusa para sacar mis pechos afuera, sus manos eran tan grandes que envolvían casi por completo a cada uno de ellos, comencé a calentarme de tal manera que comencé a frotar mi cola contra su miembro de una manera desesperada.
-Sos una puta calentona. -Dijo y me pidió que me arrodille en su sofá, obedecí y él, con un violento movimiento arrancó de un tirón mi tanga y apoyó su pene contra mi cuerpo para penetrarme, pero cuando estaba a punto de hacerlo me suena el teléfono que había quedado a un lado en el sofá, no podía ser otro que el inoportuno de mi marido, ambos nos asustamos un poco y atendí la llamada.
-Hola mi amor... en cinco minutos llego a casa... que vamos a cenar? -Me preguntó.
-Pastas mi amor.
-Ok hermosa... te amo.
-Yo también te amo amor. -le dije mientras sentía que Juan estaba decidido a penetrarme apoyando con fuerza su pene en la entrada de mi vagina, asustada me rehusé y le dije que me tenía que ir y le pedí que me ayude a saltar el tapial del patio antes de que llegue mi marido.
-Ok putita... te ayudo pero te espero mañana a ésta hora si?
-Ok... mañana vuelvo... -le dije con tal de que me deje ir, al llegar al tapial él me tomó de la cintura levantando mi cuerpo para que yo pudiese sentarme en la cima del muro y así poder saltar para el patio de mi casa.
-Te espero mañana putita... -Dijo en forma de despedida y salté para el lado de mi casa, ni bien caí en mi patio sentí la voz de mi marido que me andaba buscando por toda la casa.
-Juli... Julieta! amor dónde estás? -Entré a mi cocina por la puerta de atrás y le respondí...
-Estaba por regar las plantitas del patio amor... -Le mentí.
La noche continuó con nada en especial, siempre lo mismo, la rutina de siempre, la cena y a dormir.
Al otro día yo ya había vuelto a la normalidad y luego de pensar bastante en mi vecino y a pesar de mi putez y de que el tipo me gustaba mucho decidí no verlo más y que no se repita lo del día anterior, ya que él era el tipo más odiado por mi marido y sentía culpa de engañarlo justo con el! habiendo tantos hombres que me tiraban onda y que me buscaban todo el tiempo yo no podía ser tan mala de acostarme con el peor enemigo de mi esposo, así que decidí evitarlo y esa misma tarde antes de salir para hacer las compras diarias, me fui para mi patio sabiendo que del otro lado de la tapia estaría mi vecino esperando por mí y así lo estaba, me acerqué a la tapia y le dije con tono tranquilo pero muy convencida de lo que hacía...
-Mira Juan... no voy a seguir con esto... vos sabes que mi marido te odia y no puedo engañarlo justo con vos... -Él, puso cara de enojado y me pidió...
-Después de la paja que me hiciste en el colectivo y después de la manoseada que te pegué ayer vos te pensás que me vas a dejar con la verga dura así sin más explicaciones? no seas histérica y saltá el tapial que te quiero coger. -Traté de convencerlo...
-Juan ya te dije que no puedo hacerlo. -Él, perdiendo toda paciencia me amenazó.
-Mirá putita... o saltas vos o salto yo y te cojo en tu casa.
-Juan... no por favor... -Le pedí pero el no hizo caso y en un veloz movimiento pegó un salto y cayó en mi patio.
-No Juan! vos estás loco! andá para tu casa que puede llegar mi marido!
-No me importa tu marido vamos para tu cama. -me dijo y me tomó fuerte del brazo, comencé a darme cuenta de que estaba en problemas.
-Juan... está bien, lo vamos a hacer pero no en mi cama, hagamos el amor en otro lado, en tu casa o donde quieras! pero no puedo acostarme en mi cama matrimonial con vos! es una locura! -Él me apoyó contra el tapial y me giró para frotar su pene contra mi cola, esta vez yo vestía con una calza deportiva roja y una musculosa de lycra negra, después de apoyarme fuerte contra el tapial me dijo al oído mientras sacaba mis pechos al aire.
-Mira zorrita, yo no te voy hacer el amor, el amor se les hace a las damas y vos no sos ninguna dama! vos sos una putita regalada y a las putitas regaladas como vos no se les hace el amor... a las putitas regaladas se las coge, se les rompe el culo y se las trata como perras!
Sus palabras me pusieron caliente es mi punto débil ser tratada como puta y él parecía saberlo aunque apenas no conocíamos.
-Juan... esto es una locura... -Le dije mientras sus manos recorrían cada centímetro de mi cuerpo.
-Lo que es una locura es el hermoso culo que tenés putita... que hermoso orto por favor! vamos para tu cama o para la mía? -Me preguntó.
-Donde quieras pero que sea rápido porque puede regresar mi esposo! -le dije. Él optó por elegir mi cama, lo llevé hasta mi habitación y él me pidió que me arrodille y le chupe el pene, así lo hice, no sé porqué pero tenía un gusto bastante salado y su olor era bastante desagradable, lo único que me atraía de su miembro además de su gran tamaño era su exagerada curvatura, era un pune muy curvo, nunca había visto un pene así, me lo metí en la boca y comencé a chuparlo como desesperada.
-Sos una profesional chupavergas. -Me dijo y me sentí halagada con sus palabras ,después de una alocada mamada de pene él me pidió que me desnude y que me acueste en mi cama, rápidamente lo hice y lo esperé tirada boca arriba con mis piernas en posición de parto lista y deseosa por ser penetrada, la cama olía a perfume de mi marido y eso provocaba morbo y excitación en mi, Juan, ni siquiera se sacó la ropa, solo se desprendió la bragueta de su sucio y viejo jeans y antes de subirse sobre mi me dijo…
-Así no zorrita, date vuelta que voy a comenzar por lo más lindo que tenés... tu culo! te voy a clavar ese hermoso culo que tenes! -Lejos de oponerme, me puse boca abajo deseando ser penetrada analmente a pesar de que ese pene tan curvo y tan grueso me metía un poco de miedo pero hacía bastante que no me penetraban por el ano y extrañaba esa sensación, ya que desde que probé por primera vez el sexo anal me volví adicta a él, a pesar de que algunos no me habían tratado demasiado bien al penetrarme por atrás, Juan se acomodó detrás de mis nalgas y apoyó su vergón en mi orificio, sentí que me lubricaba mi entrada mojando con saliva uno de sus dedos y metiéndolo dentro de mi cola un ratito, cuando consiguió abrir un poquito mi ano sentí que su pene imponente y desafiante se apoyaba en mi entrada.
-Estas lista Julietita? -Me preguntó.
-Si Juan… pero hacelo con cuidado, despacito por favor -Le pedí.
-Despacito? ja ja... te voy romper la cola como te mereces por puta! -Dijo y sin piedad ni lastima metió de un sólo empujón todo su enorme y enervado miembro dentro de mi culo! sentí que me faltaba el aire de tanto dolor y ahogando un grito le pedí...
-Ayyyyy!!! no seas bruto! tratame con cuidado... -Él, con burla me dijo...
-Con cuidado? jaja... te voy a partir a vergazos puta de mierda. -Y comenzó a saltar sobre mi penetrando mi cola salvajemente como si fuera un animal!!!
-Ayyyyyy... ayyyyy... no seas tan malo conmigo! despacitoooo. -Le pedí, pero más me quejaba más violento se ponía como gozando ante mis suplicas.
-Te gusta mi verga en tu culo? te gusta puta regalada? -Me preguntaba cada vez que su pene tocaba fondo dentro de mí.
-Juan... apurate que puede venir mi marido... -Le pedí, sabiendo que en cualquier momento el regresaría a casa... él pareció comprender la peligrosa situación y comenzó a cogerme brutalmente, la cama parecía que se iba a desarmar debido a sus frenéticos movimientos, intensificó sus embestidas a tal punto que tuve que morder la almohada para no ponerme a aullar como una loba, no sé cuánto tiempo pasó pero sé que fue bastante, me ardía la cola de tanta vergota entrando y saliendo sin parar.
-Donde querés la leche putita? -Me preguntó.
-En mi vagina... -Le respondí, él, cumpliendo mi deseo, me dió vuelta y me levantó las piernas hasta sus hombros y metió su enorme pene dentro de mi vagina húmeda, tan caliente me puse que ante el primer movimiento de ese pene dentro de mí sentí venir la llegada de un profundo orgasmo y ya emputecida a más no poder le pedí…
-Si amor... cogeme... cogeme lo más fuerte que puedas... soy tuya... -El cumplió mi pedido y me taladró a pijazos hasta que me llenó de semen en lo más profundo de mi vagina, se desplomó sobre mi diciendo...
-Que linda puta que sos! no me voy a cansar nunca de cogerte!... -No sé porqué pero me gustaron sus palabras... pero podía llegar mi marido en cualquier momento!
-Juan... puede llegar Cristian en cualquier momento! andate ya para tu casa! -Él, con toda la tranquilidad del mundo, sacó un cigarrillo y se puso a fumarlo tirado en la cama a mi lado.
-Que haces? acá no se fuma!
-Ya me voy zorrita... pero antes te quiero pedir algo -Dijo, ya de pie abrochando el cinturón de su pantalón.
-Que me querés pedir Juan? -Le pregunté.
-Quiero que le confieses a tu marido que me entregaste el culo... -Sorprendida ante semejante disparate le pregunté incrédula…
-Queeee? que decís? estás chiflado o qué? -Él, hablando muy en serio me advirtió...
-Mirá zorrita... la cosa es así... o le contas vos o sino le cuento yo. -Enfadada le respondí...
-Si querés podes contarle… total él no te va creer... -Juan, sonriendo con cara de maldito y sacando de su bolsillo trasero su teléfono móvil se acercó y me mostró una fotografía, en ella se veía como yo estaba sentada en su sofá, con mis ojos vendados y con su pene en mi mano, el maldito me había tomado una foto sin que yo me dé por enterada!!! Y ahora pretendía chantajearme...
-Si tu maridito ve ésta fotografía... pensás que no me va a creer?... mirá zorrita... tenés 24 horas para decirle a tu marido que vos sos mi putita y que te gusta que yo te coja el culo... si no lo haces vas a tener grandes problemas. -Dijo esto y se marchó, dejándome con una gran preocupación, ¿cómo le iría a confesar a mi marido semejante cosa?!!! Pero me puse a pensar que sería mejor que se entere por mí y no por boca de terceros, tenía que encontrar la manera de decirle lo que me había pasado con el vecino sin lastimarlo demasiado, por primera vez tuve miedo de que mi matrimonio se vaya a la basura, esperé hasta día siguiente para confesar, mientras mirábamos una película después de la cena comencé a hablar del tema con mi marido.
-Mi amor... si vos tuvieses la oportunidad de serme infiel por un día... con quién lo harías? -Le pregunté como para romper el hielo, mi marido me miró sorprendido y me dijo con cara de poco amigo...
-Que me estás diciendo? por qué me preguntas eso?
-Por nada en especial amor, sólo por curiosidad, es que siempre es bueno ser sinceros y que compartamos todo lo que pensamos y nos sucede o no?
Le dije, tratando de que la charla vaya tomando el curso que yo esperaba... Mi esposo sin entender demasiado pero sin dar más rodeos como adivinando que algo no estaba bien me preguntó...
-Julieta... mi amor, vos serías capaz de serme infiel? -Su pregunta me incomodó bastante pero me daba la oportunidad de confesar...
-No sé mi amor... nunca se sabe... tal vez sí, tal vez no... eso sí, nunca dejaría de amarte... -Mi marido, cada vez más intranquilo, me preguntó...
-Y alguna vez tuviste fantasías con otro hombre?
-Si amor... todas las mujeres tenemos fantasías! es algo normal!!! -Mi marido me miraba cada vez con más enfado y continuaba interrogándome.
-Alguna vez algún hombre intentó llevarte a la cama durante nuestro matrimonio? -Sin dar tantas vueltas le confesé...
-Si amor, muchos. -Él, ya con la mirada llena de ira y de odio me preguntó...
-Ah sí? y alguno de ellos logró su cometido? -Traté de calmarlo...
-Amor no te pongas malo, estamos hablando como adultos... -Él, lejos de calmarse me preguntó...
-Basta de rodeos Julieta!!! Decime, alguna vez me pusiste los cuernos? -No sabía cómo él iba a reaccionar pero la oportunidad perfecta para confesar...
-Amor... no te enojes con lo que te voy a contar... y si te lo estoy confesando es porque te amo... -Él, de manera más violenta que nunca me gritó...
-Vamos ya! habla de una vez!
-Si amor... una vez te fui infiel, pero fue sólo una aventura... -Mi marido bajó la mirada, respiro profundo y tomándome fuerte de mi brazo me pidió...
-Confesá puta de mierda... con quien te encamaste?
-A mi no me hables así! -Le reproché y lo que tuve como repuesta fue una terrible bofetada, jamás me había levantado la mano! me enojé mucho y le dije...
-A mi no me vas a golpear! quien te pensas que sos para pegarme!?? -Él me volvió a pegar otra cachetada y me dijo...
-Confesa puta! con quien te encamaste? -Él estaba fuera de sí, totalmente encolerizado, tomé coraje y le dije...
-Con Juan Cruz... Juan Cruz me hizo el amor... -Ésta vez no me golpeó, simplemente se fue de la sala hasta nuestra habitación y volvió con un gran bolso de viaje y tirando el mismo sobre mis pies me dijo...
-Carga tus cosas y andate, no te quiero ver más en mi vida puta barata.
Sin decir más nada, me metí en mi habitación y cargué toda la ropa que pude, mi matrimonio se caía a pedazos, salí hacia la calle sin ni siquiera tener un rumbo planeado, no tenía dinero ni donde ir así que él único que me podía cobijar era mi vecino, el causante de todos mis problemas, toqué a su puerta y no demoró en salir, al verme con mi improvisado equipaje me dijo…
-Hola zorrita... que sorpresa! -Sin decir nada, pasé por su lado y me metí en su casa, una vez dentro le conté todo lo sucedido con mi esposo y al contarle de qué él me había golpeado Juan prometió cuidarme y me aseguró que él siempre me iba a proteger y cosas así, destapó una cerveza y nos pusimos a charlar y de a poquito la culpa que yo antes sentía iba desapareciendo y más aún cuando Juan Cruz me dijo...
-Tu marido no te merece, vos sos una putita y una hembra putita merece tener un verdadero macho a su lado. -De a poquito pasé de la tristeza a la calentura como si nada...
-Quiero que tu marido de una vez por todas sepa y se convenza de que vos sos mía, así que ahora vamos a mandarle algunas fotos para que la cosa le quede clara y vea que yo soy tu macho. -Juan me hizo sentar en su falda y tomó una fotografía con mi teléfono móvil, luego otra besándome y unas cuantas más de ese tipo y se las envió por whatsapp, no pasaron ni cinco minutos que tocan a la puerta, Juan Cruz espió por la mirilla y volvió diciendo...
-Es tu marido... quiero que salgas y le digas que vos sos mía y que yo te cojo mejor que él... -La situación comenzaba a excitarme, salí hasta la puerta y al abrir le pregunté...
-Que querés? no te basta con haberme golpeado? -Él, mucho más sereno que antes, me habló...
-Mira Juli... no cometamos más locura, vamos a casa y vemos como arreglamos todo éste lío... -Lo miré con desprecio y le dije...
-No quiero volver... Juan Cruz me trata mejor que vos y al menos no me golpea... -Él insistió.
-Julieta... por favor no seas descocada... vamos a casa y hablemos como adultos... -Al ver que él no entraba en razón y seguía insistiendo le dije...
-Sabes una cosa? Juan Cruz me la puso por atrás y en tu propia cama... -Pensé que él se iba a enfurecer pero el muy estúpido me dijo...
-Julieta no digas mentiras para que yo me enoje, sé que eso no es verdad, vamos a casa por favor... -Yo seguí tratando de lastimarlo...
-Juan Cruz no sólo es un caballero sino que la tiene más grande que vos... así que no pienso volver a casa... -Él, lejos de ofenderse ante mis palabras me pidió...
-Juli... sé que estás enojada pero si vuelves a casa prometo ser mejor esposo... -Para sacármelo de encima le dije...
-No sé... tengo que pensarlo, dame un par de días... -Él pareció entender y se marchó, ni bien cerré la puerta Juan Cruz me abrazó por detrás y me dijo...
-Muy bien zorrita! lo hiciste muy bien! ahora te voy a dar tu premio!!! -Casi sin darme tiempo a nada Juan Cruz me puso en posición de perrita en su sofá de terciopelo y me hizo el amor de la manera que a mi tanto me volvía loca... como un animal salvaje! Luego de hacerme gozar como una perra en celo a él se le ocurrió una idea morbosa...
-Hagamos un video para que lo vea tu marido... -Me dijo con los ojos llenos de maldad... acepté entusiasmada y luego de que Juan Cruz preparase una filmadora apuntando hacía su cama comenzó el show! comencé a chuparle el pene sentada en la cama, me puse más puta que nunca y comencé a decir cosas como "que linda verga que tenés Juan" "Me encanta tu pija", mientras recorría su pene desde la base hasta su cabeza con mi lengua yo miraba hacia la cámara y decía..."mmm... que rica verga que tenés Juan... soy tu puta"... después de unos cuantos minutos con su verga en mis labios otra vez mirando a la cámara le pedí... “Juan... cogeme fuerte como me cogiste en mi cama", él me acostó boca abajo y me penetró analmente... "ay Juan!!! Qué lindo que me coges la cola" le dije y Juan para completarla me preguntó... "tu marido te coge así de rico como yo?"... "No Juan... mi marido la tiene pequeña... a mí me encanta tu verga grande"... Juan comenzó a cogerme la cola ante mis desesperados gemidos de placer y luego de un buen rato me cambió de posición para hacerme el amor por la vagina, no sé cuántas veces me cambió de posición luego pero me hizo el amor de todas formas posibles hasta que me pidió que abra mi boca para volcar todo su semen en ella, como si yo fuese la más puta de las actrices de pornografía tomé, saboreé con mi luenga y luego tragué cada gota de su leche mirando a cámara, cuando terminamos él video se lo mandamos a mi marido por correo electrónico, sabía que él lo iba a ver enseguida ya que siempre estaba atento a su casilla, él video duraba 39 minutos así que seguramente tendría para entretenerse un rato, así que aproveché para pegarme un baño de agua tibia, al salir, luego de vestirme veo que en mi celular había un mensaje de mi esposo... "No hacía falta que tengas tanta maldad conmigo, te dejo tranquila para que recapacites y pienses si quieres volver conmigo o no, las puertas de nuestra casa siempre estarán abiertas para vos... te quiero mucho amor, te mando un beso", ese era todo su mensaje, me dio un poco de ternura pero yo quería disfrutar de mi soltería y de mi vecino un poquito más así que le respondí... "Ok... lo voy a pensar, dame una semana para hacerlo", y luego de ese mensaje no hubo más comunicación con mi esposo, me quedé una semana en la casa de mi vecino haciendo el amor mañana, tarde y noche, hasta que decidí volver con mi esposo, antes me despedí de mi vecino amante prometiendo volver a saltar el tapial de su patio de vez en cuando, al llegar a casa, mi marido me recibió con un beso y nos prometimos mutuamente no hablar nunca más del asunto y así fue hasta el día de hoy, pienso que mi marido es un amor de persona, sólo que a mí me gustan los hombres y a veces no me puedo contener y es por eso que cada vez que puedo me cruzo al patio de Juan Cruz... espero no aburrirlos con mis historias... saludos cordiales.
Julieta.
Les voy a contar lo que me sucedió hace unos poquitos días atrás.
Mi marido después de dormir una siesta me pidió que salgamos a caminar para el lado del centro, yo no tenía mucha ganas de salir con él, ya que prefiero salir sola pero no me quedó otra que decirle que sí, fuimos al centro de la ciudad a mirar algunas vidrieras y a tomar unos tragos en un agradable lugar de moda, cuando llegó el momento de regresar a casa, caminamos dos cuadras hasta la playa de estacionamiento donde habíamos dejado el auto, cargamos las bolsas con las compras en el baúl y estábamos dispuestos a regresar pero el auto no encendía, mi marido hizo varios intento hasta que el mismo se quedó sin batería...
-No importa amor, mañana le digo a Juan Cruz que venga a buscarlo... -Juan Cruz, era su mecánico de confianza, decidimos volver a casa en taxi, caminamos hasta la esquina para parar alguno pero justo cuando llegamos vimos que venía un colectivo de la línea 10, la que pasaba por la esquina de casa...
-Tomemos el cole!... -Me dijo mi marido haciendo señas para que el transporte se detenga...
-Mi amor viajar en eso es un infierno! -Me quejé
-Pero nos sale mucho más barato! -Dijo el tacaño ya subiendo al colectivo, yo subí por detrás, estaba repleto, con gente parada, mi marido recorrió el pasillo y pudo avanzar hasta la mitad del mismo, yo lo seguí y quedé parada a su lado tomándome del pasamanos del techo, hasta ahí todo bien, pero un par de calles más adelante, el chofer se detuvo en una parada que estaba en la puerta de una fábrica metalúrgica, y por la cantidad de obreros que comenzaban a subir, me di cuenta de que era el horario de salida, comenzaron a apretujarnos y a empujar para el fondo del colectivo a lo que ya estábamos en el, mi marido se fue corriendo hacia la parte trasera del pasillo, pero yo quedé firme en el lugar que estaba, por más que querían empujarme para atrás yo no me movía, entonces los obreros que querían pasar y conseguir un lugar en la parte trasera pasaban por detrás de mí rozando mi cola con sus bultos, al principio me sentí enfadada e incómoda, pero tanto bulto rozando mi trasero hizo que yo comience a excitarme un poco y a disfrutar de la situación, así fue que quedé apretujada entre todos los pasajeros, mi marido estaba como a un metro y medio para atrás y apenas podía verlo, durante un momento los pasajeros permanecieron en sus lugares y no hubo mucho movimientos en el pasaje, pero al subir otras personas, fueron empujando por el medio del pasillo y quedó detrás de mí un morocho grandote, el cuan antes estaba a mi lado, ni bien se puso detrás de mí, sentí su bulto apoyado en mi pantalón rojo, a diferencia de los anteriores, éste no pasó rozando y siguió para atrás, sino que se quedó pegado a mí, respirándome en la nuca, su bulto se sentía más grande y duro que los demás, excitada, me hice la que no pasaba nada, comencé a sentir que su bulto creía y cada vez que el colectivo hacía un movimiento brusco, el aprovechaba para presionar fuerte en mi trasero, yo me estaba poniendo loquita de calentura, era la primera vez que me apoyaban en un transporte público, sabía que esas cosas sucedían pero como yo no viajaba nunca en ese transporte no tenía experiencia alguna, temí en un momento que mi marido se percate de la situación, pero comprobé que estaba bastante lejos para saber que me estaba sucediendo en ese momento, el grandote que tenía detrás comenzó a respirar cada vez más agitado, sentía su aliento caliente en mi nuca, su calentura era evidente y sus arrimones cada vez más descarados, sentí su bulto más fuerte contra mí en una curva donde el colectivo se inclinaba hacia mi lado y cuando el colectivo retomó su camino de forma recta, por primera vez sentí que él apoyaba disimuladamente una de sus manos en una de mis nalgas, me pegó un pequeño apretón con ella, como pellizcándome suavemente, me di vuelta para mirarlo a la cara, el clavó sus ojos en los míos y no pude decir palabra alguna, volví la vista al frente y lejos de reprocharle algo quebré mis caderas hacia atrás apoyando mi cola contra su bulto, él se dio cuenta de mi calentura, me tomó de la cintura con un descaro total y comenzó a frotarme haciendo movimiento circulares con sus caderas, disimuladamente y de tan puta que yo estaba, comencé a acompañar esos movimientos con mi cadera, esto lo enloqueció y el grandulón perdió la poca compostura que le quedaba, acercó sus labios a uno de mis oídos y en voz baja me dijo...
-Que hermoso culo que tenés rubia… -No respondí nada, lo dejé hacer conmigo lo que quiera, pero me sentí sorprendida cuando él, de repente se separaba de mí, pensé que me abandonaba, pero no, no fue así, porque enseguida volvió a la carga, me tomó la mano que yo tenía libre, pues con la otra me estaba sosteniendo del pasamanos y me la llevó hacia atrás...
-Agarrame la verga -Me pidió al oído, no opuse resistencia y sentí el contacto de su verga en mi mano... la había sacado afuera de su pantalón! La apreté todo lo que pude y comencé a masturbarlo, su pene estaba húmedo, caliente y se sentía muy grueso ya que mi mano no lograba envolver todo su diámetro, el mientras tanto apoyó sin vergüenza alguna sus dos manos en mis pechos, sobre mi blusa de seda negra, logró hacerme doler los pezones de tanto apretar, seguimos así un par de calles más cuando de repente sentí que el pegaba su verga en mi cola y me llenaba el pantalón de semen! Pude sentir la humedad de su líquido caliente traspasando la tela de mi pantalón... la dejó un ratito apoyada ahí, y luego, comenzó a limpiarla contra mi pantalón! Se sacó hasta la última gota en mi prenda manchando todo mi trasero, me di cuenta que faltaban tan sólo dos calles para bajar, así que sin mirarlo ni hablarle me hice lugar entre los otros obreros y fui para la puerta trasera de descenso de pasajeros en la cual ya estaba mi marido esperándome y tocando el timbre para que el chofer se detenga en la próxima parada...
-Estás bien amor…? -Me preguntó.
-Sí, pero no viajo nunca más en ésta porquería de transporte... -le respondí.
-Mirá el lado bueno, nos ahorramos unos cuantos billetes! -Me dijo el estúpido, al bajar del colectivo, noto que detrás de mí se bajaba otro pasajero, ya en la vereda escucho que lo saluda a mi marido...
-Cristian! Tanto tiempo! -Era el que me venía manoseando en el colectivo! conocía a mi marido!
-Hola Juan, que te trae por éstos lados? -Le respondió mi marido no muy feliz de verlo.
-Alquilé una casa acá a media cuadra, me mudé el lunes pasado y vos?
-Yo vivo acá cerquita, a 50 metros -Le respondió mi marido.
-Qué bien! somos vecinos! podremos compartir buenos momentos seguramente o no? y que clase de educación tienes? no me has presentado a tan bella mujer!!! -Le dijo el caradura mirando mi cuerpo de pies a cabeza, mi marido con cierto enfado y tratando de no perder la cortesía le dijo...
-Perdón... te presento a Julieta, mi esposa... -Juan Cruz se acercó y me dio un beso en la mejilla.
-Encantado de conocerla señora. -Me dijo el caradura haciéndose el tipo educado.
-Mucho gusto... -Le dije, fingiendo una sonrisa amable, mi marido estaba como nervioso y yo no sabía porqué.
-Bueno, Juli, vamos para casa que ya es tarde... -Juan Cruz le dijo...
-Tantos años sin vernos! no querés que hagamos un brindis para festejar el reencuentro? en mi casa tengo unas cuantas cervezas bien heladas -Mi marido lo cortó sin dar tantas vueltas y hablando con firmeza le aclaró...
-Mira Juan... vos sabes lo que pasó años atrás entre nosotros, así que hoy no habrá brindis ni nunca lo habrá, lo que vos hiciste yo no te lo puedo perdonar, así que te pido que te alejes de mi vida y no me dirijas más la palabra... hasta luego y suerte en tu vida. -El grandulón se quedó mirando a mi marido con cara de poco amigo y se puso cara a cara con el amenazándolo...
-Como quieras! si no querés tenerme como amigo me vas a tener como enemigo... -Mi marido no se dejó amenazar y le respondió...
-Mirá idiota, a mi no me amenaces porque te voy a denunciar a la policía... -y luego me hizo señas para que nos vayamos a casa, comenzamos a caminar y nos dimos cuentas de que el tipo nos seguía caminando a unos cinco pasos de distancia detrás nuestro... mi marido enojado se dio vuelta y le preguntó...
-Porqué nos estás siguiendo? sos idiota o que? -Juan Cruz, le respondió de muy mala manera...
-Mirá... acá el único idiota sos vos... no te estoy siguiendo, sino que vivo en esta calle, o acaso me vas prohibir caminar por mi cuadra... -Mi marido no respondió, pegó media vuelta y seguimos caminado, ésta vez el caminaba detrás nuestro pero a muy poca distancia, estaba segura que el grandulón me estaría mirando el culo y como me pasa siempre, no aguanté más mi putez y quise calentarlo un poco, así que comencé a mover mi cola como una puta, justo antes de llegar a nuestra casa Juan nos saludó...
-Hasta pronto vecinitos! -Y se metió en la casa de al lado! la que es colindante con la nuestra, mi marido me miró y me dijo...
-No lo puedo creer! éste hijo de puta se alquiló la casa de al lado! qué suerte la mía! -Una vez dentro, le pregunté...
-Pero mi amor... quien es ese muchacho? por qué tanta mala onda entre Uds.? -Él me explicó...
-Mi madre abandonó a mi padre por él...
-Pero mi amor... no deberías culparlo por eso, son cosas del amor, la gente se enamora y listo! -Él me miró enojado y me respondió...
-Eso no era amor! si hubiese amado a mi madre no la hubiese prostituido, la hacía coger con todos sus amigos por unos pocos pesos!!! -Me dio mucha pena lo que me contaba...
-Mi amor... perdón no sabía... -Mi esposo me siguió contando...
-Eso no es todo, la tuvo un mes con él y después la echó de su casa...
-Y tu madre que hizo?
-Volvió con mi padre y el idiota de mi padre la perdonó! yo jamás perdonaría una cosa así! -Dijo muy fastidioso.
-Mi amor, olvidemos el asunto porque te estás poniendo de mal humor. -Dije para calmarlo y no se habló más del tema.
Al día siguiente, cuando salgo a hacer las compras a eso de las siete de la tarde, mi nuevo vecino estaba en su vereda lavando con una manguera su motocicleta, yo tenía que pasar por ahí, dudé un instante si hacerlo o cruzarme de vereda pero no tenía porqué temer así que pase por su lado, él corrió el chorro de agua hacia otro lado como para no salpicarme y me saludó...
-Cómo le va vecina? todo bien? -Lo miré con desprecio y sin responder seguí mi camino, al volver lo vi que aún continuaba en la vereda, se apoyó contra su motocicleta como esperando mi llegada, seguí acercándome sin temor alguno, quería demostrar que soy una mujer de carácter cuando me lo propongo.
-Ahora te haces la indiferente pero bien que te gustó hacerme una paja en el colectivo no? -Me dijo el muy idiota!... me le paré de frente y le aclaré...
-Mirá idiota, lo que pasó en el colectivo pasó porque yo no sabía que eras tan hijo de puta, y por lo que me contó mi esposo sos un terrible hijo de puta! así que olvidate de lo que pasó en el colectivo... ok? -Él, con una tranquilidad pasmosa me respondió...
-Así que el bobo de tu maridito te contó lo de su mamá? ja ja ja... su madre era terrible putona! y a mí me encantan las mujeres bien putonas! y sabes qué? vos tenés una carita de puta chupapija que te delata! así que ahora cuando llegues a tu casa le puedes decir a tu marido que yo no sólo me voy a conformar con haberle partido el culo a su madre... también le voy a partir el culo a su mujercita! -Ante tanta ofensa, tuve que tomar aire para responder, respiré profundo y le dije para que le quede claro...
-Mirá Juan Cruz, lo que vos hayas tenido con la madre de Cristian no es asunto mío ni tampoco me interesa, sólo te pido que no me faltes el respeto y que tratemos de llevarnos bien, ya que somos vecinos y nos vamos a ver muy a menudo... Ok? -Él pareció comprender y me dijo...
-Ok... perdón, yo no tengo porqué discutir con vos, si no tenés nada que ver en el asunto, podes pedirme lo que quieras cuando necesites algo. -Y muy astuta o muy puta, no sé, le respondí...
-A mi marido no le gustaría verme hablando con vos, así que otro día cuando él no esté en casa charlamos si? -Con su cara llena de felicidad me dijo...
-Ok vecinita, mejor se va para su casa no vaya ser que su maridito salga y la vea conmigo, ya vamos a tener tiempo para charlar más tranquilos.
-Hasta luego Juan... -Le dije, y me marché, pero no di ni dos pasos y oí que me decía...
-Que hermosa cola mami! -Hice como que no oí nada y seguí caminando.
Al día siguiente, mi marido estuvo en casa hasta las 18,30 sin moverse, así que no tuve oportunidad de ver a mi vecino, encima cuando mi marido se marchó pasé por su casa y vi que estaba todo cerrado, seguramente aún no había regresado de trabajar, vestida con minifalda blanca y blusa roja salí a comprar al mercado que estaba en la esquina, cuando conseguí todo lo necesario para la cena, comencé a caminar de regreso para casa, casi ya por llegar advertí que mi nuevo vecino estaba en su vereda fumando un cigarrillo y al pasar por su lado me dijo...
-Hola Julietita... que linda que estás ésta hoy! -Le sonreí y le dije...
-Gracias Juan! -y seguí caminando de forma felina...
-Espera Juli... vení que te quiero mostrar algo... -Me pidió él, me volví y le pregunté...
-Que querés mostrarme?
-Vení, pasa a mi casa, tengo algo que te va a gustar... -Intrigada volví a preguntar...
-Pero que es? decime que no me gustan las adivinanzas... -El, siguiendo con su misterio insistió...
-Pasá que te lo muestro y si te gusta te lo regalo... -Dudé un instante, estuve a punto de aceptar pero luego desistí de hacerlo...
-Mirá Juan, no quiero tener problemas con mi marido, hay muchos vecinos lenguas largas mirándonos y si le cuentan a mi marido que yo me metí en tu casa, él me va a matar! -Juan sonrió y me propuso...
-Pero no seas tonta Juli! hagamos una cosa... te metes en tu casa y te saltas la tapia del patio, así nadie te ve y nadie sospecha nada... -Su idea no estaba mal, así que acepté su invitación intrigada por lo que me quería mostrar... entré en mi casa, dejé las bolsas con las compras sobre la mesa de la cocina, tomé mi teléfono celular por si acaso mi marido intentaba comunicarse conmigo y salí para el patio, la tapia que separa con el patio del vecino apenas si tiene un metro de alto, así que no era complicado cruzarme, tomé una silla de jardín me subí a ella y pude sentarme sobre la tapia donde del otro lado estaba Juan esperando por mí, el me ayudó a bajar tomando mi cintura...
-Dale, apurate que mi marido puede regresar en cualquier momento...que me querías regalar? -le pregunté.
-Vení adentro que te muestro... -me dijo y me llevó hasta el interior de su vivienda, entramos por una puerta trasera, atravesamos la cocina y llegamos hasta el living, una gran sala donde había un cómodo sofá de terciopelo rojo.
-Sentate, ahora te lo traigo. -Dijo y se metió en su habitación, me quedé esperando un minuto sentada en el sofá y luego el volvió de su habitación con una especie de pañuelo negro en su mano.
-Te voy a vendar los ojos y te voy a poner mi regalito en tu mano... si adivinas lo que es te lo regalo y podrá ser tuyo toda la vida ok? -me dijo.
-Ya te dije que no me gustan las adivinanzas... -Le recordé.
-Vamos Juli! no seas aburrida! -Me dijo, y entonces deje que él me vendara mis ojos, luego de unos segundos él tomó mi mano puso en ella algo duro, carnoso y caliente... no quedaba duda de que me había puesto su verga en mi mano!!! Rápidamente la solté y me saqué el pañuelo de mis ojos.
-Qué haces??? sos enfermo o qué? como me vas a hacer una cosa así? -El seguía con su gran miembro erecto parado frente a donde yo estaba sentada...
-Te gusta mi verga? -Me preguntó sacudiéndola de arriba abajo alardeando por su gran tamaño, no respondí, me puse de pie para irme de regreso a casa pero él me tomó de la cintura y apoyó su pene contra mí y debido a la diferencia de altura la cabeza me llegaba casi a la parte inferior de mis pechos, me tomó con sus manos de mis nalgas y comenzó a manosearme toda la cola mientras intentaba besarme...
-No Juan... basta, no le puedo hacer esto a mi marido, él no se lo merece... -Le dije, él no se detuvo, todo lo contrario, el manoseo que me estaba pegando se volvió mucho más intenso, me apretaba fuerte mis nalgas pellizcando mi cola con sus dedos, clavando sus uñas en mi cola a tal manera que le tuve que pedir que no me haga doler...
-Sos hermosa Julieta, te quiero coger. -Dijo y como buena calentona que soy no puse más resistencia y lo dejé hacer conmigo lo que se le plazca, el giró mi cuerpo de tal manera que quedó parado tras de mí, comencé a sentir como el metía su pene por debajo de mi minifalda y comenzaba a frotarlo contra mis partes íntimas mientras sus manos desprendían los botones de mi blusa para sacar mis pechos afuera, sus manos eran tan grandes que envolvían casi por completo a cada uno de ellos, comencé a calentarme de tal manera que comencé a frotar mi cola contra su miembro de una manera desesperada.
-Sos una puta calentona. -Dijo y me pidió que me arrodille en su sofá, obedecí y él, con un violento movimiento arrancó de un tirón mi tanga y apoyó su pene contra mi cuerpo para penetrarme, pero cuando estaba a punto de hacerlo me suena el teléfono que había quedado a un lado en el sofá, no podía ser otro que el inoportuno de mi marido, ambos nos asustamos un poco y atendí la llamada.
-Hola mi amor... en cinco minutos llego a casa... que vamos a cenar? -Me preguntó.
-Pastas mi amor.
-Ok hermosa... te amo.
-Yo también te amo amor. -le dije mientras sentía que Juan estaba decidido a penetrarme apoyando con fuerza su pene en la entrada de mi vagina, asustada me rehusé y le dije que me tenía que ir y le pedí que me ayude a saltar el tapial del patio antes de que llegue mi marido.
-Ok putita... te ayudo pero te espero mañana a ésta hora si?
-Ok... mañana vuelvo... -le dije con tal de que me deje ir, al llegar al tapial él me tomó de la cintura levantando mi cuerpo para que yo pudiese sentarme en la cima del muro y así poder saltar para el patio de mi casa.
-Te espero mañana putita... -Dijo en forma de despedida y salté para el lado de mi casa, ni bien caí en mi patio sentí la voz de mi marido que me andaba buscando por toda la casa.
-Juli... Julieta! amor dónde estás? -Entré a mi cocina por la puerta de atrás y le respondí...
-Estaba por regar las plantitas del patio amor... -Le mentí.
La noche continuó con nada en especial, siempre lo mismo, la rutina de siempre, la cena y a dormir.
Al otro día yo ya había vuelto a la normalidad y luego de pensar bastante en mi vecino y a pesar de mi putez y de que el tipo me gustaba mucho decidí no verlo más y que no se repita lo del día anterior, ya que él era el tipo más odiado por mi marido y sentía culpa de engañarlo justo con el! habiendo tantos hombres que me tiraban onda y que me buscaban todo el tiempo yo no podía ser tan mala de acostarme con el peor enemigo de mi esposo, así que decidí evitarlo y esa misma tarde antes de salir para hacer las compras diarias, me fui para mi patio sabiendo que del otro lado de la tapia estaría mi vecino esperando por mí y así lo estaba, me acerqué a la tapia y le dije con tono tranquilo pero muy convencida de lo que hacía...
-Mira Juan... no voy a seguir con esto... vos sabes que mi marido te odia y no puedo engañarlo justo con vos... -Él, puso cara de enojado y me pidió...
-Después de la paja que me hiciste en el colectivo y después de la manoseada que te pegué ayer vos te pensás que me vas a dejar con la verga dura así sin más explicaciones? no seas histérica y saltá el tapial que te quiero coger. -Traté de convencerlo...
-Juan ya te dije que no puedo hacerlo. -Él, perdiendo toda paciencia me amenazó.
-Mirá putita... o saltas vos o salto yo y te cojo en tu casa.
-Juan... no por favor... -Le pedí pero el no hizo caso y en un veloz movimiento pegó un salto y cayó en mi patio.
-No Juan! vos estás loco! andá para tu casa que puede llegar mi marido!
-No me importa tu marido vamos para tu cama. -me dijo y me tomó fuerte del brazo, comencé a darme cuenta de que estaba en problemas.
-Juan... está bien, lo vamos a hacer pero no en mi cama, hagamos el amor en otro lado, en tu casa o donde quieras! pero no puedo acostarme en mi cama matrimonial con vos! es una locura! -Él me apoyó contra el tapial y me giró para frotar su pene contra mi cola, esta vez yo vestía con una calza deportiva roja y una musculosa de lycra negra, después de apoyarme fuerte contra el tapial me dijo al oído mientras sacaba mis pechos al aire.
-Mira zorrita, yo no te voy hacer el amor, el amor se les hace a las damas y vos no sos ninguna dama! vos sos una putita regalada y a las putitas regaladas como vos no se les hace el amor... a las putitas regaladas se las coge, se les rompe el culo y se las trata como perras!
Sus palabras me pusieron caliente es mi punto débil ser tratada como puta y él parecía saberlo aunque apenas no conocíamos.
-Juan... esto es una locura... -Le dije mientras sus manos recorrían cada centímetro de mi cuerpo.
-Lo que es una locura es el hermoso culo que tenés putita... que hermoso orto por favor! vamos para tu cama o para la mía? -Me preguntó.
-Donde quieras pero que sea rápido porque puede regresar mi esposo! -le dije. Él optó por elegir mi cama, lo llevé hasta mi habitación y él me pidió que me arrodille y le chupe el pene, así lo hice, no sé porqué pero tenía un gusto bastante salado y su olor era bastante desagradable, lo único que me atraía de su miembro además de su gran tamaño era su exagerada curvatura, era un pune muy curvo, nunca había visto un pene así, me lo metí en la boca y comencé a chuparlo como desesperada.
-Sos una profesional chupavergas. -Me dijo y me sentí halagada con sus palabras ,después de una alocada mamada de pene él me pidió que me desnude y que me acueste en mi cama, rápidamente lo hice y lo esperé tirada boca arriba con mis piernas en posición de parto lista y deseosa por ser penetrada, la cama olía a perfume de mi marido y eso provocaba morbo y excitación en mi, Juan, ni siquiera se sacó la ropa, solo se desprendió la bragueta de su sucio y viejo jeans y antes de subirse sobre mi me dijo…
-Así no zorrita, date vuelta que voy a comenzar por lo más lindo que tenés... tu culo! te voy a clavar ese hermoso culo que tenes! -Lejos de oponerme, me puse boca abajo deseando ser penetrada analmente a pesar de que ese pene tan curvo y tan grueso me metía un poco de miedo pero hacía bastante que no me penetraban por el ano y extrañaba esa sensación, ya que desde que probé por primera vez el sexo anal me volví adicta a él, a pesar de que algunos no me habían tratado demasiado bien al penetrarme por atrás, Juan se acomodó detrás de mis nalgas y apoyó su vergón en mi orificio, sentí que me lubricaba mi entrada mojando con saliva uno de sus dedos y metiéndolo dentro de mi cola un ratito, cuando consiguió abrir un poquito mi ano sentí que su pene imponente y desafiante se apoyaba en mi entrada.
-Estas lista Julietita? -Me preguntó.
-Si Juan… pero hacelo con cuidado, despacito por favor -Le pedí.
-Despacito? ja ja... te voy romper la cola como te mereces por puta! -Dijo y sin piedad ni lastima metió de un sólo empujón todo su enorme y enervado miembro dentro de mi culo! sentí que me faltaba el aire de tanto dolor y ahogando un grito le pedí...
-Ayyyyy!!! no seas bruto! tratame con cuidado... -Él, con burla me dijo...
-Con cuidado? jaja... te voy a partir a vergazos puta de mierda. -Y comenzó a saltar sobre mi penetrando mi cola salvajemente como si fuera un animal!!!
-Ayyyyyy... ayyyyy... no seas tan malo conmigo! despacitoooo. -Le pedí, pero más me quejaba más violento se ponía como gozando ante mis suplicas.
-Te gusta mi verga en tu culo? te gusta puta regalada? -Me preguntaba cada vez que su pene tocaba fondo dentro de mí.
-Juan... apurate que puede venir mi marido... -Le pedí, sabiendo que en cualquier momento el regresaría a casa... él pareció comprender la peligrosa situación y comenzó a cogerme brutalmente, la cama parecía que se iba a desarmar debido a sus frenéticos movimientos, intensificó sus embestidas a tal punto que tuve que morder la almohada para no ponerme a aullar como una loba, no sé cuánto tiempo pasó pero sé que fue bastante, me ardía la cola de tanta vergota entrando y saliendo sin parar.
-Donde querés la leche putita? -Me preguntó.
-En mi vagina... -Le respondí, él, cumpliendo mi deseo, me dió vuelta y me levantó las piernas hasta sus hombros y metió su enorme pene dentro de mi vagina húmeda, tan caliente me puse que ante el primer movimiento de ese pene dentro de mí sentí venir la llegada de un profundo orgasmo y ya emputecida a más no poder le pedí…
-Si amor... cogeme... cogeme lo más fuerte que puedas... soy tuya... -El cumplió mi pedido y me taladró a pijazos hasta que me llenó de semen en lo más profundo de mi vagina, se desplomó sobre mi diciendo...
-Que linda puta que sos! no me voy a cansar nunca de cogerte!... -No sé porqué pero me gustaron sus palabras... pero podía llegar mi marido en cualquier momento!
-Juan... puede llegar Cristian en cualquier momento! andate ya para tu casa! -Él, con toda la tranquilidad del mundo, sacó un cigarrillo y se puso a fumarlo tirado en la cama a mi lado.
-Que haces? acá no se fuma!
-Ya me voy zorrita... pero antes te quiero pedir algo -Dijo, ya de pie abrochando el cinturón de su pantalón.
-Que me querés pedir Juan? -Le pregunté.
-Quiero que le confieses a tu marido que me entregaste el culo... -Sorprendida ante semejante disparate le pregunté incrédula…
-Queeee? que decís? estás chiflado o qué? -Él, hablando muy en serio me advirtió...
-Mirá zorrita... la cosa es así... o le contas vos o sino le cuento yo. -Enfadada le respondí...
-Si querés podes contarle… total él no te va creer... -Juan, sonriendo con cara de maldito y sacando de su bolsillo trasero su teléfono móvil se acercó y me mostró una fotografía, en ella se veía como yo estaba sentada en su sofá, con mis ojos vendados y con su pene en mi mano, el maldito me había tomado una foto sin que yo me dé por enterada!!! Y ahora pretendía chantajearme...
-Si tu maridito ve ésta fotografía... pensás que no me va a creer?... mirá zorrita... tenés 24 horas para decirle a tu marido que vos sos mi putita y que te gusta que yo te coja el culo... si no lo haces vas a tener grandes problemas. -Dijo esto y se marchó, dejándome con una gran preocupación, ¿cómo le iría a confesar a mi marido semejante cosa?!!! Pero me puse a pensar que sería mejor que se entere por mí y no por boca de terceros, tenía que encontrar la manera de decirle lo que me había pasado con el vecino sin lastimarlo demasiado, por primera vez tuve miedo de que mi matrimonio se vaya a la basura, esperé hasta día siguiente para confesar, mientras mirábamos una película después de la cena comencé a hablar del tema con mi marido.
-Mi amor... si vos tuvieses la oportunidad de serme infiel por un día... con quién lo harías? -Le pregunté como para romper el hielo, mi marido me miró sorprendido y me dijo con cara de poco amigo...
-Que me estás diciendo? por qué me preguntas eso?
-Por nada en especial amor, sólo por curiosidad, es que siempre es bueno ser sinceros y que compartamos todo lo que pensamos y nos sucede o no?
Le dije, tratando de que la charla vaya tomando el curso que yo esperaba... Mi esposo sin entender demasiado pero sin dar más rodeos como adivinando que algo no estaba bien me preguntó...
-Julieta... mi amor, vos serías capaz de serme infiel? -Su pregunta me incomodó bastante pero me daba la oportunidad de confesar...
-No sé mi amor... nunca se sabe... tal vez sí, tal vez no... eso sí, nunca dejaría de amarte... -Mi marido, cada vez más intranquilo, me preguntó...
-Y alguna vez tuviste fantasías con otro hombre?
-Si amor... todas las mujeres tenemos fantasías! es algo normal!!! -Mi marido me miraba cada vez con más enfado y continuaba interrogándome.
-Alguna vez algún hombre intentó llevarte a la cama durante nuestro matrimonio? -Sin dar tantas vueltas le confesé...
-Si amor, muchos. -Él, ya con la mirada llena de ira y de odio me preguntó...
-Ah sí? y alguno de ellos logró su cometido? -Traté de calmarlo...
-Amor no te pongas malo, estamos hablando como adultos... -Él, lejos de calmarse me preguntó...
-Basta de rodeos Julieta!!! Decime, alguna vez me pusiste los cuernos? -No sabía cómo él iba a reaccionar pero la oportunidad perfecta para confesar...
-Amor... no te enojes con lo que te voy a contar... y si te lo estoy confesando es porque te amo... -Él, de manera más violenta que nunca me gritó...
-Vamos ya! habla de una vez!
-Si amor... una vez te fui infiel, pero fue sólo una aventura... -Mi marido bajó la mirada, respiro profundo y tomándome fuerte de mi brazo me pidió...
-Confesá puta de mierda... con quien te encamaste?
-A mi no me hables así! -Le reproché y lo que tuve como repuesta fue una terrible bofetada, jamás me había levantado la mano! me enojé mucho y le dije...
-A mi no me vas a golpear! quien te pensas que sos para pegarme!?? -Él me volvió a pegar otra cachetada y me dijo...
-Confesa puta! con quien te encamaste? -Él estaba fuera de sí, totalmente encolerizado, tomé coraje y le dije...
-Con Juan Cruz... Juan Cruz me hizo el amor... -Ésta vez no me golpeó, simplemente se fue de la sala hasta nuestra habitación y volvió con un gran bolso de viaje y tirando el mismo sobre mis pies me dijo...
-Carga tus cosas y andate, no te quiero ver más en mi vida puta barata.
Sin decir más nada, me metí en mi habitación y cargué toda la ropa que pude, mi matrimonio se caía a pedazos, salí hacia la calle sin ni siquiera tener un rumbo planeado, no tenía dinero ni donde ir así que él único que me podía cobijar era mi vecino, el causante de todos mis problemas, toqué a su puerta y no demoró en salir, al verme con mi improvisado equipaje me dijo…
-Hola zorrita... que sorpresa! -Sin decir nada, pasé por su lado y me metí en su casa, una vez dentro le conté todo lo sucedido con mi esposo y al contarle de qué él me había golpeado Juan prometió cuidarme y me aseguró que él siempre me iba a proteger y cosas así, destapó una cerveza y nos pusimos a charlar y de a poquito la culpa que yo antes sentía iba desapareciendo y más aún cuando Juan Cruz me dijo...
-Tu marido no te merece, vos sos una putita y una hembra putita merece tener un verdadero macho a su lado. -De a poquito pasé de la tristeza a la calentura como si nada...
-Quiero que tu marido de una vez por todas sepa y se convenza de que vos sos mía, así que ahora vamos a mandarle algunas fotos para que la cosa le quede clara y vea que yo soy tu macho. -Juan me hizo sentar en su falda y tomó una fotografía con mi teléfono móvil, luego otra besándome y unas cuantas más de ese tipo y se las envió por whatsapp, no pasaron ni cinco minutos que tocan a la puerta, Juan Cruz espió por la mirilla y volvió diciendo...
-Es tu marido... quiero que salgas y le digas que vos sos mía y que yo te cojo mejor que él... -La situación comenzaba a excitarme, salí hasta la puerta y al abrir le pregunté...
-Que querés? no te basta con haberme golpeado? -Él, mucho más sereno que antes, me habló...
-Mira Juli... no cometamos más locura, vamos a casa y vemos como arreglamos todo éste lío... -Lo miré con desprecio y le dije...
-No quiero volver... Juan Cruz me trata mejor que vos y al menos no me golpea... -Él insistió.
-Julieta... por favor no seas descocada... vamos a casa y hablemos como adultos... -Al ver que él no entraba en razón y seguía insistiendo le dije...
-Sabes una cosa? Juan Cruz me la puso por atrás y en tu propia cama... -Pensé que él se iba a enfurecer pero el muy estúpido me dijo...
-Julieta no digas mentiras para que yo me enoje, sé que eso no es verdad, vamos a casa por favor... -Yo seguí tratando de lastimarlo...
-Juan Cruz no sólo es un caballero sino que la tiene más grande que vos... así que no pienso volver a casa... -Él, lejos de ofenderse ante mis palabras me pidió...
-Juli... sé que estás enojada pero si vuelves a casa prometo ser mejor esposo... -Para sacármelo de encima le dije...
-No sé... tengo que pensarlo, dame un par de días... -Él pareció entender y se marchó, ni bien cerré la puerta Juan Cruz me abrazó por detrás y me dijo...
-Muy bien zorrita! lo hiciste muy bien! ahora te voy a dar tu premio!!! -Casi sin darme tiempo a nada Juan Cruz me puso en posición de perrita en su sofá de terciopelo y me hizo el amor de la manera que a mi tanto me volvía loca... como un animal salvaje! Luego de hacerme gozar como una perra en celo a él se le ocurrió una idea morbosa...
-Hagamos un video para que lo vea tu marido... -Me dijo con los ojos llenos de maldad... acepté entusiasmada y luego de que Juan Cruz preparase una filmadora apuntando hacía su cama comenzó el show! comencé a chuparle el pene sentada en la cama, me puse más puta que nunca y comencé a decir cosas como "que linda verga que tenés Juan" "Me encanta tu pija", mientras recorría su pene desde la base hasta su cabeza con mi lengua yo miraba hacia la cámara y decía..."mmm... que rica verga que tenés Juan... soy tu puta"... después de unos cuantos minutos con su verga en mis labios otra vez mirando a la cámara le pedí... “Juan... cogeme fuerte como me cogiste en mi cama", él me acostó boca abajo y me penetró analmente... "ay Juan!!! Qué lindo que me coges la cola" le dije y Juan para completarla me preguntó... "tu marido te coge así de rico como yo?"... "No Juan... mi marido la tiene pequeña... a mí me encanta tu verga grande"... Juan comenzó a cogerme la cola ante mis desesperados gemidos de placer y luego de un buen rato me cambió de posición para hacerme el amor por la vagina, no sé cuántas veces me cambió de posición luego pero me hizo el amor de todas formas posibles hasta que me pidió que abra mi boca para volcar todo su semen en ella, como si yo fuese la más puta de las actrices de pornografía tomé, saboreé con mi luenga y luego tragué cada gota de su leche mirando a cámara, cuando terminamos él video se lo mandamos a mi marido por correo electrónico, sabía que él lo iba a ver enseguida ya que siempre estaba atento a su casilla, él video duraba 39 minutos así que seguramente tendría para entretenerse un rato, así que aproveché para pegarme un baño de agua tibia, al salir, luego de vestirme veo que en mi celular había un mensaje de mi esposo... "No hacía falta que tengas tanta maldad conmigo, te dejo tranquila para que recapacites y pienses si quieres volver conmigo o no, las puertas de nuestra casa siempre estarán abiertas para vos... te quiero mucho amor, te mando un beso", ese era todo su mensaje, me dio un poco de ternura pero yo quería disfrutar de mi soltería y de mi vecino un poquito más así que le respondí... "Ok... lo voy a pensar, dame una semana para hacerlo", y luego de ese mensaje no hubo más comunicación con mi esposo, me quedé una semana en la casa de mi vecino haciendo el amor mañana, tarde y noche, hasta que decidí volver con mi esposo, antes me despedí de mi vecino amante prometiendo volver a saltar el tapial de su patio de vez en cuando, al llegar a casa, mi marido me recibió con un beso y nos prometimos mutuamente no hablar nunca más del asunto y así fue hasta el día de hoy, pienso que mi marido es un amor de persona, sólo que a mí me gustan los hombres y a veces no me puedo contener y es por eso que cada vez que puedo me cruzo al patio de Juan Cruz... espero no aburrirlos con mis historias... saludos cordiales.
Julieta.
6 comentarios - El peor enemigo de mi esposo
Que lindo seria...