Recuerdo un jueves con especial morbo. Poco después del almuerzo, mi esposo me llamó muy contento, la empresa en la que trabajaba había ganado una licitación muy importante para ellos. Saldrían a celebrar. Pocos minutos después, me escribió su jefe al WhatsApp, contándome lo mismo. Le dije que tratara que mi esposo no tomara mucho pues es muy no sabe tomar y se emboracha demasiado rápido.
Me desentendí del tema. Me fui al gym, luego tomé un café con una amiga y a las 9pm estaba en casa viendo tv. Hacia las 9.30am tocan el timbre del departamento. Me sorprendí pues normalmente avisan desde recepción del edificio cuando alguien llegaba. Pensé que era algún vecino con algún pedido trivial.
Abrí la puerta y encontré a mi esposo y su jefe. Rápidamente me di cuenta que mi esposo estaba completamente ebrio y su jefe lo había traído a casa. Sin pensar en otra cosa, le pedí que me ayude a llevarlo a la habitación. Lo acostamos, le saqué los zapatos, le desabroché el cinturón y se quedó profundamente dormido.
En ese instante supe del momento que estaba viviendo. El jefe de mi esposo sintió en el mismo instante lo mismo. Me cogió de la cintura y me pego a él. Supe y supo que era nuestro momento de coger en casa, algo que había conversado muchas veces, pero que nunca se había podido llevar a cabo. Mi esposo roncaba ya, estaba profundamente dormido.
Me di vuelta y lo besé. Mis manos volaron hacia su verga. Por sobre el pantalón sentí como se empezaba a poner dura, como me gustaba, Se desabrochó el pantalón y soltó su verga. Me arrodillé y mientras mi esposo seguía roncando se la mamé con unas ganas que se mezclaban con el morbo de tener a mi marido durmiendo al lado.
Estaba chorreando de placer sólo con mamársela. Me levanté y él mi pidió “ponte como perra en la cama”. Me acomodé del otro lado de la cama. Me puse como perrita con mi rostro cerca al de mi esposo. Estaba sólo con pijama. Recién en ese momento me di cuenta. Sentí como el jefe de mi esposo me la bajaba y como untaba saliva en mi culo.
Lo quería primero en mi concha y se lo pedí. El accedió. Y así, como perra, en mi cama conyugal, con mi esposo durmiendo ebrio, él comenzó a cogerme. Mi esposo estaba a lo largo de la cama y yo en perpendicular a él. Con el morbo de sentir la verga tan grande de su jefe, comencé a besarlo. Me di cuenta que el sueño de mi esposo era tan profundo que ni sentía los besos que la daba mientras me entregaba a su jefe.
Tras unos minutos siendo la perra del jefe de mi esposo, tuve un primer orgasmo que me puso loca. En ese momento, el jefe de mi esposo me dijo algo que me descolocó “quiero ver la verga pequeña de tu marido, de la que tantas veces me has hablado”. Me pareció tan sucio su pedido que le pregunté si estaba seguro. Me dijo que sí. Todo ese tiempo me la seguía metiendo en perrito, por mi concha Sin sacarme su verga del vagina me moví a la altura del vientre de mi esposo, le bajé el pantalón y él seguía roncando, eso me dio seguridad. Le saque su pene minúsculo y antes de poder decir nada, su jefe dijo “mierda, con razón te comes otras”. Sentí algo extraño en mí y comencé a chuparle el pene a mi marido. A pesar de estar tan profundamente dormido, se le erectó y, aun así, era miserable. Se lo mostré a su jefe y me dijo “ahora tu culo va a sentir lo que es un verdadero hombre”.
Sentí sus dedos poniendo más saliva en mi culo y sentí como su verga gruesa y larga, de verdadero hombre, me entraba completamente por el culo mientras mis labios tenían dentro el penecito de mi esposo.
En ese instante tuve un nuevo orgasmo. El jefe de mi esposo disfrutaba el momento y me decía “así te quería coger, así puta de mierda”. Tuve un tercer orgasmo.
Llevado por su morbo, me pidió que me acueste al lado de mi marido. Lo obedecí. Se colocó sobre mí, con mis piernas en su hombro y siguió metiéndomela por el culo. Tuve un cuarto orgasmo. Me dijo que me la dejaría en la boca y que quería luego verme besar a mi esposo. Le dije que sí, que sí, que lo haga.
Cuando tuve el quinto orgasmo sentí que él se venía. La sacó rápidamente. Se acomodó a mi lado, abrí la boca y recibí su semen con el sabor de mi culo. Me lo tomé sumisa y luego besé a mi esposo. Mientras tanto él se vestía.
Cuando estuvo listo, salí a despedirlo. Le besé antes de abrirle la puerta, nos abrazamos, y se fue. Volví donde mi esposo, lo desnudé completamente y dormí abrazada a él.
Me desentendí del tema. Me fui al gym, luego tomé un café con una amiga y a las 9pm estaba en casa viendo tv. Hacia las 9.30am tocan el timbre del departamento. Me sorprendí pues normalmente avisan desde recepción del edificio cuando alguien llegaba. Pensé que era algún vecino con algún pedido trivial.
Abrí la puerta y encontré a mi esposo y su jefe. Rápidamente me di cuenta que mi esposo estaba completamente ebrio y su jefe lo había traído a casa. Sin pensar en otra cosa, le pedí que me ayude a llevarlo a la habitación. Lo acostamos, le saqué los zapatos, le desabroché el cinturón y se quedó profundamente dormido.
En ese instante supe del momento que estaba viviendo. El jefe de mi esposo sintió en el mismo instante lo mismo. Me cogió de la cintura y me pego a él. Supe y supo que era nuestro momento de coger en casa, algo que había conversado muchas veces, pero que nunca se había podido llevar a cabo. Mi esposo roncaba ya, estaba profundamente dormido.
Me di vuelta y lo besé. Mis manos volaron hacia su verga. Por sobre el pantalón sentí como se empezaba a poner dura, como me gustaba, Se desabrochó el pantalón y soltó su verga. Me arrodillé y mientras mi esposo seguía roncando se la mamé con unas ganas que se mezclaban con el morbo de tener a mi marido durmiendo al lado.
Estaba chorreando de placer sólo con mamársela. Me levanté y él mi pidió “ponte como perra en la cama”. Me acomodé del otro lado de la cama. Me puse como perrita con mi rostro cerca al de mi esposo. Estaba sólo con pijama. Recién en ese momento me di cuenta. Sentí como el jefe de mi esposo me la bajaba y como untaba saliva en mi culo.
Lo quería primero en mi concha y se lo pedí. El accedió. Y así, como perra, en mi cama conyugal, con mi esposo durmiendo ebrio, él comenzó a cogerme. Mi esposo estaba a lo largo de la cama y yo en perpendicular a él. Con el morbo de sentir la verga tan grande de su jefe, comencé a besarlo. Me di cuenta que el sueño de mi esposo era tan profundo que ni sentía los besos que la daba mientras me entregaba a su jefe.
Tras unos minutos siendo la perra del jefe de mi esposo, tuve un primer orgasmo que me puso loca. En ese momento, el jefe de mi esposo me dijo algo que me descolocó “quiero ver la verga pequeña de tu marido, de la que tantas veces me has hablado”. Me pareció tan sucio su pedido que le pregunté si estaba seguro. Me dijo que sí. Todo ese tiempo me la seguía metiendo en perrito, por mi concha Sin sacarme su verga del vagina me moví a la altura del vientre de mi esposo, le bajé el pantalón y él seguía roncando, eso me dio seguridad. Le saque su pene minúsculo y antes de poder decir nada, su jefe dijo “mierda, con razón te comes otras”. Sentí algo extraño en mí y comencé a chuparle el pene a mi marido. A pesar de estar tan profundamente dormido, se le erectó y, aun así, era miserable. Se lo mostré a su jefe y me dijo “ahora tu culo va a sentir lo que es un verdadero hombre”.
Sentí sus dedos poniendo más saliva en mi culo y sentí como su verga gruesa y larga, de verdadero hombre, me entraba completamente por el culo mientras mis labios tenían dentro el penecito de mi esposo.
En ese instante tuve un nuevo orgasmo. El jefe de mi esposo disfrutaba el momento y me decía “así te quería coger, así puta de mierda”. Tuve un tercer orgasmo.
Llevado por su morbo, me pidió que me acueste al lado de mi marido. Lo obedecí. Se colocó sobre mí, con mis piernas en su hombro y siguió metiéndomela por el culo. Tuve un cuarto orgasmo. Me dijo que me la dejaría en la boca y que quería luego verme besar a mi esposo. Le dije que sí, que sí, que lo haga.
Cuando tuve el quinto orgasmo sentí que él se venía. La sacó rápidamente. Se acomodó a mi lado, abrí la boca y recibí su semen con el sabor de mi culo. Me lo tomé sumisa y luego besé a mi esposo. Mientras tanto él se vestía.
Cuando estuvo listo, salí a despedirlo. Le besé antes de abrirle la puerta, nos abrazamos, y se fue. Volví donde mi esposo, lo desnudé completamente y dormí abrazada a él.
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