Hacia tres meses que estaba viviendo en la ciudad de Buenos Aires; fue una decisión impensada la de radicarme en esta provincia, pero eso no viene al caso.
Lo interesante es lo que voy a contarles ahora.
Subí al tren camino a casa, en el trayecto pensaba solo en el poco tiempo que estaba en esta ciudad y las cosas que había dejado atrás, me disponía a bajar en la estación de destino, al descender del tren me dirijo hacia un kiosco del anden a comprar cigarrillos desde ese lugar veo a un hombre de traje negro con un maletín, correr hacia el tren con la intención de arribar al mismo, por desgracia o por suerte no logro llegar a tiempo ya que el tren emprendió su marcha nuevamente.
Sin prestar mas atención a este hecho cotidiano, me dirigí a la salida de la estación, a mitad de camino pude cruzarme con este hombre que se dirigía hacia el centro del anden, el pasar a su lado, note como esta persona paseo sus ojos sobre mi cuerpo de pies a cabeza, trate de disimular esto y acelere mis pasos hacia la salida, en un momento me puse muy nervioso y mentiría si digo que no sentí un poco de miedo, pero fue solo un instante ya que al llegar a la salida me detuve y voltee a ver a este hombre, el mismo seguía mirándome desde la puerta de entrada a uno de los baños, sonrió y entro. No se que cosas pasaron en ese momento por mi cabeza pero sin pensar en las posibles consecuencias, me dirigí hacia los baños, cuando ingrese en el mismo, note que estaba totalmente vacío, o por lo menos era lo que yo creí en ese momento, fui hasta la ultima puerta del fondo, mientras miraba hacia la pared simulando orinar, escuche su vos gruesa, firme y muy varonil:
- Hola-
Escuchar su vos hizo estremecer todo mi cuerpo, trate de ocultar mi terrible nerviosismo y con aires de suficiencia devolví el saludo:
- Hola- conteste
- Estas muy apurado?
- No, estoy volviendo de mi trabajo
- Genial – me dijo, colocando suavemente su enorme mano sobre la base de mi cintura.
Cuando sentí su mano encaminarse sobre mi espalda camino a mi cola, creí desmayarme de la excitación, era un hombre de aprox. 35 años, moreno, una cabeza mas alto que yo, su imponente presencia masculina exigía respeto.
Su mano se poso totalmente sobre mi cola tocándola por encima del pantalón haciendo presión sobre mi hoyito. Yo solo cerraba mis ojos, no podía hacer otra cosa, estaba totalmente dominado por la situación.
Escuchaba su respiración muy cerca de mi, su mano busco inmediatamente estar en contacto directo con mi cola, yo en el estado en el que me encontraba no puse resistencia alguna.
Al sentir ese contacto directo con mi piel, emití un gemido de placer a la vez que sacaba aun mas la cola para facilitar su acceso a la misma. Sentía sus dedos posarse sobre la entrada de mi ano, lo palpaba mientras seguía haciendo presión sobre el mismo.
Saco su mano de adentro de mi pantalón y tomándome suavemente de un brazo, giro mi cuerpo hasta quedar cara a cara con el, me miro a los ojos y poso sus labios sobre los míos dándome uno de los besos mas lindos y calientes de mi vida, mientras que con sus manos recorría mi espalda y mi cola de punta a punta.
Yo por mi parte, dominado por la situación y por este hombre, busque inmediatamente ponerme en contacto con su pene, rozaba con mis manos la tela de su pantalón y podía notar su enorme excitación.
Fui desabrochando su pantalón lentamente mientras el no paraba de besar mis labios, mi cuello, mis orejas, etc.
Al bajar su ropa interior, su pija quedo totalmente libre, era algo enorme, jamás había visto algo así en mi vida, mas allá de ser la segunda que vez que tenia una delante mío, era algo imponente, seguramente mediría fácilmente unos 20 o 22 cm. de largo, también era bastante gruesa, tanto que mis manos no llegaban a envolverla totalmente. Mientras el seguía tocando mi culo y besando mi boca yo recorría toda la extensión de su gigante cañón de leche.
No podía mas, estaba muy caliente y moría de ganas de tener en ese mismo instante esa pijota en mi boca, por lo que me agache hasta tener mi cara a la altura de su arma.
Suavemente pose mis labios sobre esa enorme cabeza que brillaba por los líquidos que emanaba debido a su excitación, seguí recorriendo con mi lengua toda su extensión hasta llegar a sus huevos, volví a colocar mis labios sobre su cabeza mientras habría los mismos con la intención de tragarla, con un poco de dificultad lo logre, mientras chupaba esa enorme pija miraba a mi hombre a los ojos, el solo gemía por el placer que estaba recibiendo, seguí chupando esa deliciosa verga aumentando mi velocidad. Su cuerpo comenzó a moverse al compás de mi mamada como cogiendo mi boca, sus gemidos habían aumentado, era evidente que estaba a punto de acabar en mi garganta, cuando me interrumpe y me dice:
- No, aun no, quiero ver si esa linda colita es capas de comerse toda mi pija.
Yo no podía creer lo que estaba ocurriendo en ese baño, pero me gustaba muchísimo, era muy excitante y placentero.
Tenia mis dudas sobre si esa pijota entraría en mi ano, de igual manera decidí arriesgarme para luego no arrepentirme por desaprovechar esa oportunidad.
Di media vuelta dejando mi colita a su merced, el inclinándose puso saliva con sus dedos en mi deseoso hoyito para lubricarlo, mientras hacia esto introducía sus dedos en mi ano para dilatarlo todo lo posible, yo solo podía gemir del enorme placer que estaba recibiendo, quería ya su pija dentro mío, no podía esperar mas, sentía sus dedos jugar y abrir mi ano, hasta que por fin saco sus dedos de mi interior. Note que colocaba un preservativo en la punta de su pija mientras lubricaba con saliva el mismo.
Coloco la punta de su gigante glande en la entrada de mi cola y haciendo un poco de presión, trataba de insertarlo de a poco, el dolor era terrible, sentía que mi ano se habría hasta sus limites, ya no podía mas, aun así el seguía haciendo presión y yo con mis manos trataba de abrirlo aun mas, pero era imposible, el tamaño de su pijota hacia muy difícil que pueda entrar en mi culo.
Retirándose un poco, me pide que aguarde, yo seguía en cuatro patas, con mi colita bien parada deseando enormemente tener esa viga dentro de mí ser.
Sus manos de apoyaron en mis nalgas y abriéndolas un poco dieron paso a su filosa lengua, la sensación de placer que sentí en ese momento, es casi imposible de describir, todo mi cuerpo se tensaba, tenia su lengua pegada a mi ano, podía sentir como entraba y con sus dedos dilataba aun mas mi ya abierto culo. Estuvo así por casi 5 minutos hasta que nuevamente se incorporo y volvió a posar la cabezota de su pija en mi ano.
Esta vez fue diferente, por la presión que estaba ejerciendo en mi hoyito, mi ano fue cediendo aun mas, abriendo paso a su glande hasta el interior de mi orto, lento pero firme, sin parar un segundo, el dolor era insoportable, parecía que me estaba partiendo en dos, pero su marcha no se detuvo, podía sentir centímetro a centímetro su pija entrar en mi interior, hasta que por fin, su vientre y sus huevos tocaron mis nalgas.
Su pija estaba totalmente dentro mío, pero el dolor no desaparecía yo gemía, creo que también lloraba por este dolor inmenso, pero no quería dejar escapar esta oportunidad.
Por suerte esos minutos que estuvo dentro mío sin moverse, sirvieron para que mi cola se amoldara a su herramienta y el dolor desapareciera, dejando solo el placer extremo que me provocaba tener esa dura viga en mi interior.
Al notar esto me pregunto si me encontraba bien, yo únicamente contraje mis esfínteres anales presionando su pija, esto fue la señal que hizo falta para que lentamente comenzara a retirar su pene casi en su totalidad, dejando solo su cabeza dentro.
Volvió a envestir con fuerza hasta llegar al fondo de mis entrañas, la súper cogida había comenzado.
La velocidad de sus envestidas iba en aumento hasta tornarse endiablada, jamás había pensado sentir las cosas que sentía, su pija golpeaba directamente con el fondo de mi ser, provocándome oleadas de placer, yo únicamente gemía, me retorcía de placer, gritaba con mucha fuerza, ya no me importaba si entraba alguien a ver que estaba pasando, solo quería disfrutar de esa terrible cogida.
Le pedía que por favor no parara mas, el también gemía y me decía que no iba a parar, mientras su pija salía casi completamente y volvía a meterse en mi interior.
-Aaaaaahhhh, ahhhh, siiiiiiiiii, así, papi no pares mas, cogeme, mi colita es toda tuya.
Eran solo algunas de las cosas que pude decirle, estuvo así casi 20 minutos.
Sus huevos chocaban con fuerza en mis nalgas, sentía que mi orgasmo estaba llegando, hasta que por fin explote en un mar de leche que se derramo por todo el piso, mientras no paraba de gritar.
Me cogió en esa posición unos minutos mas en los cuales yo tuve varios orgasmos seguidos, me sentía toda una puta, el me trataba como toda una puta y a mi me encantaba, era la puta de un desconocido al que ni siquiera el nombre conocía, estaba siendo cogido en el baño de una estación de tren en el cual; en cualquier momento podía entrar alguien y ver lo que estaba pasando ahí, pero nada me importaba, solo quería disfrutar de una pija que después de 5 años tenia nuevamente en mi culo.
Se detuvo y saco su herramienta de mi interior provocándome una sensación de vacío, me incorporó y me puso frente a el, me beso los labios y tomándome de la cintura, me apretó contra su cuerpo, estaba totalmente prisionero, no podía ni quería escaparme, el bajo sus manos y termino de sacar mis pantalones, se incorporo nuevamente y tomando con mucha fuerza mi culo con sus manos, me levanto hasta quedar mi cola a la altura de su entrepierna, mis piernas abrazaron su cintura y mis manos su cuello, lo bese y le pedí que volviera a cogerme. Con una de sus manos tomo su miembro y esta vez sin ningún tipo de obstáculo, me ensarto totalmente, di un grito de placer digno de una puta en celo, estaba totalmente empalado, nuevamente comenzó su vaivén, su pija entraba y salía de mi orto con mucha facilidad, apoyo mi espalda contra una pared mientras seguía rompiendo mi ya maltrecho ano, me cogió así, casi 10 minutos mas hasta que comencé a sentir como se ensanchaba su pijota, se acercaba el fin, estaba a punto de acabar, yo querría sentir sus lechazos dentro mío, pero por seguridad (saben a lo que me refiero) no se lo pedí, antes de llegar a su orgasmo saco su pija de mi interior, me dejo en el suelo y me pidió que nuevamente me pusiera en 4 patas, inmediatamente lo hice, el condón cayo mi lado, pensé que me enterraría nuevamente su pija desnuda pero no.
Sobre mis nalgas sentí sus enormes chorros de leche, era una lluvia de leche caliente que resbalaba por mis piernas, fue una sensación hermosa, me sentí nuevamente una puta sucia, me encantaba sentirme así.
Tome mi pija y me masturbe hasta acabar nuevamente.
Pasaron unos minutos, yo seguía en la misma posición, el se acerco a mi, ya había arreglado todo su ropa, trajo un poco de papel sanitario y me ayudo a incorporarme ya que yo no podía hacerlo por mis propios medios, estaba agotado, sentía muchísimo ardor en mi ano abierto de par en par. Con en papel que trajo, intento limpiar mis nalgas a lo que me opuse ya que quería irme a casa en ese estado, solo me ayudo a ponerme nuevamente mi ropa, y dándome un suave beso se retiro no sin antes decirme su nombre (Gabriel) y pasarme su teléfono celular, yo le pase el mío esperando volver a concretar alguna otra cita.
Me fui a casa caminando como pude ya que no podía moverme muy bien debido a que no sentía las piernas, al llegar, me tire en la cama y recordé cada cosa que me había pasado ese día, a diferencia de otras veces, esta vez no sentí culpa por lo que paso. Luego entre a la ducha y con mi ropa interior totalmente sucia por sus líquidos, volví a masturbarme.
Lamentablemente perdí mi teléfono celular poco tiempo después por lo que nunca mas lo volví a ver.
Más allá de esto, cada vez que piso esa estación, tengo el grato recuerdo de una cogida impensada pero muy placentera.
Hoy ya con un poco mas de experiencia, me dedique a buscar gente con mis mismos gustos, quienes me enseñaron a coger como una verdadera puta y cumplieron la mayoría de mis más ocultas fantasías pero eso es otra historia.
Lo interesante es lo que voy a contarles ahora.
Subí al tren camino a casa, en el trayecto pensaba solo en el poco tiempo que estaba en esta ciudad y las cosas que había dejado atrás, me disponía a bajar en la estación de destino, al descender del tren me dirijo hacia un kiosco del anden a comprar cigarrillos desde ese lugar veo a un hombre de traje negro con un maletín, correr hacia el tren con la intención de arribar al mismo, por desgracia o por suerte no logro llegar a tiempo ya que el tren emprendió su marcha nuevamente.
Sin prestar mas atención a este hecho cotidiano, me dirigí a la salida de la estación, a mitad de camino pude cruzarme con este hombre que se dirigía hacia el centro del anden, el pasar a su lado, note como esta persona paseo sus ojos sobre mi cuerpo de pies a cabeza, trate de disimular esto y acelere mis pasos hacia la salida, en un momento me puse muy nervioso y mentiría si digo que no sentí un poco de miedo, pero fue solo un instante ya que al llegar a la salida me detuve y voltee a ver a este hombre, el mismo seguía mirándome desde la puerta de entrada a uno de los baños, sonrió y entro. No se que cosas pasaron en ese momento por mi cabeza pero sin pensar en las posibles consecuencias, me dirigí hacia los baños, cuando ingrese en el mismo, note que estaba totalmente vacío, o por lo menos era lo que yo creí en ese momento, fui hasta la ultima puerta del fondo, mientras miraba hacia la pared simulando orinar, escuche su vos gruesa, firme y muy varonil:
- Hola-
Escuchar su vos hizo estremecer todo mi cuerpo, trate de ocultar mi terrible nerviosismo y con aires de suficiencia devolví el saludo:
- Hola- conteste
- Estas muy apurado?
- No, estoy volviendo de mi trabajo
- Genial – me dijo, colocando suavemente su enorme mano sobre la base de mi cintura.
Cuando sentí su mano encaminarse sobre mi espalda camino a mi cola, creí desmayarme de la excitación, era un hombre de aprox. 35 años, moreno, una cabeza mas alto que yo, su imponente presencia masculina exigía respeto.
Su mano se poso totalmente sobre mi cola tocándola por encima del pantalón haciendo presión sobre mi hoyito. Yo solo cerraba mis ojos, no podía hacer otra cosa, estaba totalmente dominado por la situación.
Escuchaba su respiración muy cerca de mi, su mano busco inmediatamente estar en contacto directo con mi cola, yo en el estado en el que me encontraba no puse resistencia alguna.
Al sentir ese contacto directo con mi piel, emití un gemido de placer a la vez que sacaba aun mas la cola para facilitar su acceso a la misma. Sentía sus dedos posarse sobre la entrada de mi ano, lo palpaba mientras seguía haciendo presión sobre el mismo.
Saco su mano de adentro de mi pantalón y tomándome suavemente de un brazo, giro mi cuerpo hasta quedar cara a cara con el, me miro a los ojos y poso sus labios sobre los míos dándome uno de los besos mas lindos y calientes de mi vida, mientras que con sus manos recorría mi espalda y mi cola de punta a punta.
Yo por mi parte, dominado por la situación y por este hombre, busque inmediatamente ponerme en contacto con su pene, rozaba con mis manos la tela de su pantalón y podía notar su enorme excitación.
Fui desabrochando su pantalón lentamente mientras el no paraba de besar mis labios, mi cuello, mis orejas, etc.
Al bajar su ropa interior, su pija quedo totalmente libre, era algo enorme, jamás había visto algo así en mi vida, mas allá de ser la segunda que vez que tenia una delante mío, era algo imponente, seguramente mediría fácilmente unos 20 o 22 cm. de largo, también era bastante gruesa, tanto que mis manos no llegaban a envolverla totalmente. Mientras el seguía tocando mi culo y besando mi boca yo recorría toda la extensión de su gigante cañón de leche.
No podía mas, estaba muy caliente y moría de ganas de tener en ese mismo instante esa pijota en mi boca, por lo que me agache hasta tener mi cara a la altura de su arma.
Suavemente pose mis labios sobre esa enorme cabeza que brillaba por los líquidos que emanaba debido a su excitación, seguí recorriendo con mi lengua toda su extensión hasta llegar a sus huevos, volví a colocar mis labios sobre su cabeza mientras habría los mismos con la intención de tragarla, con un poco de dificultad lo logre, mientras chupaba esa enorme pija miraba a mi hombre a los ojos, el solo gemía por el placer que estaba recibiendo, seguí chupando esa deliciosa verga aumentando mi velocidad. Su cuerpo comenzó a moverse al compás de mi mamada como cogiendo mi boca, sus gemidos habían aumentado, era evidente que estaba a punto de acabar en mi garganta, cuando me interrumpe y me dice:
- No, aun no, quiero ver si esa linda colita es capas de comerse toda mi pija.
Yo no podía creer lo que estaba ocurriendo en ese baño, pero me gustaba muchísimo, era muy excitante y placentero.
Tenia mis dudas sobre si esa pijota entraría en mi ano, de igual manera decidí arriesgarme para luego no arrepentirme por desaprovechar esa oportunidad.
Di media vuelta dejando mi colita a su merced, el inclinándose puso saliva con sus dedos en mi deseoso hoyito para lubricarlo, mientras hacia esto introducía sus dedos en mi ano para dilatarlo todo lo posible, yo solo podía gemir del enorme placer que estaba recibiendo, quería ya su pija dentro mío, no podía esperar mas, sentía sus dedos jugar y abrir mi ano, hasta que por fin saco sus dedos de mi interior. Note que colocaba un preservativo en la punta de su pija mientras lubricaba con saliva el mismo.
Coloco la punta de su gigante glande en la entrada de mi cola y haciendo un poco de presión, trataba de insertarlo de a poco, el dolor era terrible, sentía que mi ano se habría hasta sus limites, ya no podía mas, aun así el seguía haciendo presión y yo con mis manos trataba de abrirlo aun mas, pero era imposible, el tamaño de su pijota hacia muy difícil que pueda entrar en mi culo.
Retirándose un poco, me pide que aguarde, yo seguía en cuatro patas, con mi colita bien parada deseando enormemente tener esa viga dentro de mí ser.
Sus manos de apoyaron en mis nalgas y abriéndolas un poco dieron paso a su filosa lengua, la sensación de placer que sentí en ese momento, es casi imposible de describir, todo mi cuerpo se tensaba, tenia su lengua pegada a mi ano, podía sentir como entraba y con sus dedos dilataba aun mas mi ya abierto culo. Estuvo así por casi 5 minutos hasta que nuevamente se incorporo y volvió a posar la cabezota de su pija en mi ano.
Esta vez fue diferente, por la presión que estaba ejerciendo en mi hoyito, mi ano fue cediendo aun mas, abriendo paso a su glande hasta el interior de mi orto, lento pero firme, sin parar un segundo, el dolor era insoportable, parecía que me estaba partiendo en dos, pero su marcha no se detuvo, podía sentir centímetro a centímetro su pija entrar en mi interior, hasta que por fin, su vientre y sus huevos tocaron mis nalgas.
Su pija estaba totalmente dentro mío, pero el dolor no desaparecía yo gemía, creo que también lloraba por este dolor inmenso, pero no quería dejar escapar esta oportunidad.
Por suerte esos minutos que estuvo dentro mío sin moverse, sirvieron para que mi cola se amoldara a su herramienta y el dolor desapareciera, dejando solo el placer extremo que me provocaba tener esa dura viga en mi interior.
Al notar esto me pregunto si me encontraba bien, yo únicamente contraje mis esfínteres anales presionando su pija, esto fue la señal que hizo falta para que lentamente comenzara a retirar su pene casi en su totalidad, dejando solo su cabeza dentro.
Volvió a envestir con fuerza hasta llegar al fondo de mis entrañas, la súper cogida había comenzado.
La velocidad de sus envestidas iba en aumento hasta tornarse endiablada, jamás había pensado sentir las cosas que sentía, su pija golpeaba directamente con el fondo de mi ser, provocándome oleadas de placer, yo únicamente gemía, me retorcía de placer, gritaba con mucha fuerza, ya no me importaba si entraba alguien a ver que estaba pasando, solo quería disfrutar de esa terrible cogida.
Le pedía que por favor no parara mas, el también gemía y me decía que no iba a parar, mientras su pija salía casi completamente y volvía a meterse en mi interior.
-Aaaaaahhhh, ahhhh, siiiiiiiiii, así, papi no pares mas, cogeme, mi colita es toda tuya.
Eran solo algunas de las cosas que pude decirle, estuvo así casi 20 minutos.
Sus huevos chocaban con fuerza en mis nalgas, sentía que mi orgasmo estaba llegando, hasta que por fin explote en un mar de leche que se derramo por todo el piso, mientras no paraba de gritar.
Me cogió en esa posición unos minutos mas en los cuales yo tuve varios orgasmos seguidos, me sentía toda una puta, el me trataba como toda una puta y a mi me encantaba, era la puta de un desconocido al que ni siquiera el nombre conocía, estaba siendo cogido en el baño de una estación de tren en el cual; en cualquier momento podía entrar alguien y ver lo que estaba pasando ahí, pero nada me importaba, solo quería disfrutar de una pija que después de 5 años tenia nuevamente en mi culo.
Se detuvo y saco su herramienta de mi interior provocándome una sensación de vacío, me incorporó y me puso frente a el, me beso los labios y tomándome de la cintura, me apretó contra su cuerpo, estaba totalmente prisionero, no podía ni quería escaparme, el bajo sus manos y termino de sacar mis pantalones, se incorporo nuevamente y tomando con mucha fuerza mi culo con sus manos, me levanto hasta quedar mi cola a la altura de su entrepierna, mis piernas abrazaron su cintura y mis manos su cuello, lo bese y le pedí que volviera a cogerme. Con una de sus manos tomo su miembro y esta vez sin ningún tipo de obstáculo, me ensarto totalmente, di un grito de placer digno de una puta en celo, estaba totalmente empalado, nuevamente comenzó su vaivén, su pija entraba y salía de mi orto con mucha facilidad, apoyo mi espalda contra una pared mientras seguía rompiendo mi ya maltrecho ano, me cogió así, casi 10 minutos mas hasta que comencé a sentir como se ensanchaba su pijota, se acercaba el fin, estaba a punto de acabar, yo querría sentir sus lechazos dentro mío, pero por seguridad (saben a lo que me refiero) no se lo pedí, antes de llegar a su orgasmo saco su pija de mi interior, me dejo en el suelo y me pidió que nuevamente me pusiera en 4 patas, inmediatamente lo hice, el condón cayo mi lado, pensé que me enterraría nuevamente su pija desnuda pero no.
Sobre mis nalgas sentí sus enormes chorros de leche, era una lluvia de leche caliente que resbalaba por mis piernas, fue una sensación hermosa, me sentí nuevamente una puta sucia, me encantaba sentirme así.
Tome mi pija y me masturbe hasta acabar nuevamente.
Pasaron unos minutos, yo seguía en la misma posición, el se acerco a mi, ya había arreglado todo su ropa, trajo un poco de papel sanitario y me ayudo a incorporarme ya que yo no podía hacerlo por mis propios medios, estaba agotado, sentía muchísimo ardor en mi ano abierto de par en par. Con en papel que trajo, intento limpiar mis nalgas a lo que me opuse ya que quería irme a casa en ese estado, solo me ayudo a ponerme nuevamente mi ropa, y dándome un suave beso se retiro no sin antes decirme su nombre (Gabriel) y pasarme su teléfono celular, yo le pase el mío esperando volver a concretar alguna otra cita.
Me fui a casa caminando como pude ya que no podía moverme muy bien debido a que no sentía las piernas, al llegar, me tire en la cama y recordé cada cosa que me había pasado ese día, a diferencia de otras veces, esta vez no sentí culpa por lo que paso. Luego entre a la ducha y con mi ropa interior totalmente sucia por sus líquidos, volví a masturbarme.
Lamentablemente perdí mi teléfono celular poco tiempo después por lo que nunca mas lo volví a ver.
Más allá de esto, cada vez que piso esa estación, tengo el grato recuerdo de una cogida impensada pero muy placentera.
Hoy ya con un poco mas de experiencia, me dedique a buscar gente con mis mismos gustos, quienes me enseñaron a coger como una verdadera puta y cumplieron la mayoría de mis más ocultas fantasías pero eso es otra historia.
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